Plásticos para curar el cáncer?

ayudar a curar el cáncer de miles de pacientes. El profesor de Ingeniería Química y. Biomédica Fundación Goizueta en la
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Investigadores de Yale usan polímeros para concentrar quimioterapia ¿Plásticos para curar el cáncer? Monterrey > Beatriz López Si la investigación de Mark Saltzman sigue siendo fructífera, los plásticos podrían ayudar a curar el cáncer de miles de pacientes. El profesor de Ingeniería Química y Biomédica Fundación Goizueta en la Universidad de Yale habló sobre esta línea de investigación en el Hospital San José Tec de Monterrey. Saltzman, doctorado en bioquímica en Harvard y MIT, se dedica a estudiar, entre otras cosas, los posibles usos médicos de “polímeros inertes”, largas cadenas de moléculas que por una razón u otra no producen reacción alguna dentro del cuerpo humano. Los investigadores bioquímicos con quienes trabaja Saltzman buscan usar estos plásticos para llevar sustancias –medicinas, agentes bioquímicos, o incluso agentes genéticos –a un área localizada del cuerpo. Saltzman llama a esta técnica “el acercamiento local”, y la contrasta con el sistémico, en el que se somete al organismo completo al tratamiento que necesita sólo una parte de él. El tomar una aspirina es un ejemplo de un tratamiento sistémico, pues su ingrediente activo circula por todo el cuerpo, no sólo por el área adolorida. Slatzman afirma que tratar ciertos tumores cancerosos con quimioterapia es tratar un problema local con un tratamiento sistémico. Con un acercamiento local se puede reducir los severos efectos secundarios de las sustancias tóxicas que se usan en este tratamiento. Pero la mayor ventaja de este enfoque de tratamiento es que toda parte del cuerpo es “local”, y por tanto, este acercamiento se puede usar “en todos lados: en el cerebro, en el ojo, en tumores fuera del cerebro, en arterias coronarias”, dijo Saltzman. El primer polímero contra el cáncer que diseñó Saltzman ya ha sido aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos, y ha elevado la cantidad de pacientes que sobreviven a los tumores cerebrales. Es un implante delgado del tamaño de una moneda que un neurocirujano deja en el cerebro tras remover un tumor canceroso. El implante es una tableta de polímero incrustada con agentes de quimioterapia. Las largas cadenas del polímero se disuelven con el tiempo, liberando la droga y convirtiéndose en las pequeñas moléculas de ácidos que ocurren naturalmente en el cuerpo. Satlzman ha modificado además, las estructuras moleculares de los agentes químicos, para que duren más tiempo sin metabolizarse o se propaguen por áreas más grandes. Una de las discípulas de Saltzman ha creado una versión nanométrica de esta tableta. Ella usa pequeñas partículas de polímero más pequeñas que el polvo para llevar el agente de quimioterapia al sitio del tumor.

La primera ventaja de esta terapia experimental es que las nanopartículas podrán ser inyectadas al cerebro sin necesidad de cirugía. La segunda, y la más grande, es que éstas partículas son tan pequeñas que las células cancerosas las transportan a su interior. Con las nanopartículas como caballos de Troya, se pueden usar dosis mucho más bajas del agente, pues no se tiene que empapar la célula en la tóxica quimioterapia. “Estás haciendo farmacología adentro de la célula, en vez de afuera”, dice Satlzman.