Pensar primero, bailar después

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Espectáculos

Página 4/Sección 4/LA NACION

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Viernes 18 de septiembre de 2009

DANZA Vera Mantero, en su paso por Buenos Aires

Despareja investigación sobre el espacio escénico

Pensar primero, bailar después

Al ras..., la última propuesta de Roxana Grinstein

La creadora portuguesa presentó tres solos La bailarina y coreógrafa portugue- Luego de presenciar esos trabajos, sa Vera Montero presentó la semana esas herramientas queda claro que pasada tres solos. Claro que a la bai- son constitutivas del programa que larina y coreógrafa portuguesa Vera integró una misteriosa Cosa (sic), Montero no se refiere a sí misma co- Olympia y Quizás ella pudiera bailar mo bailarina o coreógrafa más allá de primero y pensar después. Sólo se posu indiscutible formación académica, dría agregar que la influencia de las premios y trabajos presentados. Ella artes visuales también es otra pata prefiere hablar de sí misma como per- fundacional de su trabajos. O, por los former. Coherente con esa ubicación menos, es más que evidente en Quizás en el mapa de las artes escénicas y en ella pudiera bailar primero y pensar la línea de investigación, de los tres después (ver foto) en la que se permite solos que presenironizar también tó la semana pasobre el modesada en el Cenlaje en las artes tro Cultural de la plásticas. Cooperación sólo De todos moen uno de ellos, dos, el título de en una propuesta ese solo (una cita que nació como de Esperando a un happening, deGodot) puede dar mostraba que es una idea equivouna bailarina imcada de su línea Mantero en uno de los trabajos presionante tanto de trabajo. De heen términos téccho, en la charla nicos como en lo que hace a sus múl- remarcó su necesidad de pensar en términos políticos, sociales y filosófitiples capacidades expresivas. Es que como performer Mantero cos. “Mis obras surgen como si fueran prefiere expresarse a través del mo- una trama en la que reúno cosas que vimiento, de la música, del canto y de están tanto en mí misma como en mi la actuación mismo. Así lo dijo ella entorno”, dijo mientras confesaba que misma en una charla con La Nacion le gusta estar pendiente todo el tiempo previa a las dos funciones del miér- de su alrededor para poder ir sacancoles y jueves de la semana pasada. do cosas de un lado y del otro. Hasta

Regular ((

Al ras o “de nada sirve que corras cuando el incendio va contigo”. Intérpretes: Solange Courel, María Victoria Mollins y Cecilia Pugín. Vestuario: Mariana Tirantte. Escenografía e iluminación: Marcelo Alvarez y Mariana Tirantte. Música: Marcelo Moguilevsky. Coreografía y dirección: Roxana Grinstein. Los viernes, a las 21, en El Portón de Sánchez.

El movimiento, la música, el canto y la actuación en una única performer

reconoció algo más intuitivo en todo eso. Por ejemplo, para una misteriosa Cosa, un maravilloso homenaje a la norteamericana Josephine Baker, se valió de un discurso del ex presidente portugués Mário Soares. El resultado de esa mente inquieta es un solo en el cual aparece desnuda, pintada de negro, montada sobre unas pezuñas de cabra y repitiendo unas palabras. Repitiendo, no: cantándolas, gritándolas, haciéndolas venir de un más allá y logrando que esas palabras reboten en todo su cuerpo.

Señora orquesta “¿Por qué no usar todos los instrumentos posibles en un escenario?”, se pregunta ella. Parte de esas contestaciones están presentes en esos tres solos e ilusionan con la idea de ver un espectáculo suyo que tenga mayor desarrollo.

Vera Montero llegó a Buenos Aires para participar de las terceras Jornadas de Investigación de Danza, que organiza el Departamento de Artes del Movimiento, del IUNA. En este mismo marco, el año pasado vino Jérôme Bel y mostró otro trabajo de un enorme valor expresivo llamado The Show Must Go On. Ambos creadores hicieron apenas dos funciones lo cual, en una ciudad como Buenos Aires, hace casi imposible que sus propuestas tengan mayor difusión. Sería interesante (y todo un desafío para la institución) que para el año próximo el IUNA pueda hacer un acuerdo con alguna sala oficial para que el público logre confrontarse con la impronta de creadores cuyas estéticas están por fuera de los caminos tradicionales.

Alejandro Cruz

Espacio vacío. Tres hileras de focos colgando marcan tres calles con sus respectivos puntos de fuga. La música de Marcelo Moguilevsky cautiva. Allá, al fondo, tres bailarinas observan, a poco centímetros del piso, a los que estamos sentados en las butacas. Al ras, como dice el mismo nombre del espectáculo. Como espectador también dan ganas de observar la propuesta a pocos centímetros del piso. Así las cosas, la coreógrafa Roxana Grinstein se apodera del espacio con un propuesta de carácter, de peso. Al ras o “nada vale que corras cuando el incendio va contigo”, nombre completo de la obra, avanza mientras las tres bailarinas se van acercando al público. Cuando luego de varios minutos llegan al borde del escenario, también ubicado al ras del piso del teatro, quedan como colgando, como si estuvieran en lo alto de una pared y uno, como espectador, las estuviera viendo desde vaya uno a saber dónde.

En ese juego de extrañas perspectivas se arman situaciones de una enorme magia y sugestión en las que la escenografía y el dispositivo lumínico de Marcelo Alvarez y Mariana Tirantte son, junto a la música de Moguilevsky, son partes fundamentales y constitutivas de este bello andamiaje. Pero todo eso, de a poco, se desvanece a medida que las tres intérpretes se ponen de pie. Hasta comienzan a evidenciarse las diferentes capacidades entre ellas junto a un vestuario que tampoco ayuda. La magia inicial va perdiendo efectividad frente

Imagen de Al ras....

a una serie de movimiento que intentan dar cuenta de la falta de espacio en lo cotidiano. Claro que, en ese cambio de rumbo, Grinstein deja de lado lo más atrapante del trabajo, la investigación sobre el espacio escénico, para apoyarse en lo aspectos más endebles.

Alejandro Cruz