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los ingresos del Gobierno. A diferencia de otros Estados democráticos, la tribu no obedece al presidente de la República
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Publicación: D17ENE10SEVILLA Sección: Panorama Página: 43 PAN ok Edición: SEVILLA

Diario de Sevilla

18/01/2010 11:30h Operador: asalvador

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● DOMINGO 17 DE ENERO DE 2010

Mundo

Panorama TERRORISMO GLOBAL El nuevo ‘santuario’ de Al Qaeda es un país convulso y turbulento

Un arma en cada mano yemení El Gobierno de Saná apenas puede controlar la situación en un país donde la fidelidad a la tribu es mucho más fuerte que al Estado · Hasta las mujeres van armadas por las calles por lo que pueda pasar de petróleo, de cuya venta se nutre el nada menos que el 70% de los ingresos del Gobierno. A diferencia de otros Estados democráticos, la tribu no obedece al presidente de la República ni a las normas de su Ejecutivo. Abdallah Al-Ahmar ha sido el dirigente de la confederación Hashid durante más de cuarenta años. AlAhmar “mantenía buenas relaciones con los saudíes, con los yemeníes extremistas y con el presidente Ali Saleh. Tras su muerte no hay nadie capaz de asumir el liderazgo de la confederación Hashid, la más poderosa, lo que ayuda a desestabilizar si cabe aún más al Estado”, comenta Katz. En los últimos años las tribus han ido ganando poder. Las relaciones entre ellas no están claras del todo. Son, en palabras de Katz, “como un volcán a punto de entrar en erupción”. Pero Al Qaeda no quiere ganarse el favor de ninguno de estos clanes, lo único que pretende es llevarse bien con todos para tener cancha libre en el territorio y poder planificar y realizar sus atentados terroristas. “Pese a que las confederaciones

Iara Mantiñán Búa / LONDRES

“He estado en Yemen seis veces. Ese país tiene algo magnético, todo aquel que lo visita quiere volver. He disfrutado de maravillosas conversaciones con sus gentes, quienes conmigo han sido muy hospitalarios, siempre invitándome a su casa y compartiendo cuanto tenían. Pero pese a esto, me llama la atención que en el país todo el mundo va armado, incluso las mujeres”. Con estas palabras Mark N. Katz, experto de la George Mason University, en Virginia, relata su experiencia en Yemen, país que se ha convertido en el centro de la atención mundial como núcleo más activo del terrorismo de Al Qaeda. “El dicho tribal de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo” (además de religión en común, afinidades ideológicas y una gran hostilidad contra Occidente), motiva a ciertas tribus yemeníes a cooperar con Al Qaeda. Para las tribus del área del Marib, el enemigo ha sido desde 1970 el Gobierno de Saná y Al Qaeda es visto Mark N. Katz Experto de la G. Mason University

EXPERIENCIA

La nueva generación de combatientes de Al Qaeda son gente que ha combatido en Iraq

Las grandes confederaciones de tribus consideran que el Estado es su enemigo y Al Qaeda un aliado” como el salvador que apoya a las tribus contra el Gobierno”, asegura Katz a este diario. El país ha estado endémicamente dividido entre el norte y el sur aunque ahora exista una unión territorial. El norte estuvo bajo el dominio del Imperio Otomano hasta el final de la Primera Guerra Mundial pasando a ser un régimen monárquico que cambió en 1962 cuando la República Árabe Yemení fue proclamada. Mientras tanto, el sur fue una colonia más de los británicos hasta 1967, cuando la ola marxista se apoderó de él configurando la República Democrática Popular del Sur de Yemen. Tras la caída del comunismo los dos partes del pastel se unificaron en la República de Yemen en 1990, aunque ideológicamente sigue perdurando la brecha norte-sur. En el norte existen dos confederaciones de tribus: los Hashid y los Bakil. Cada una de esas dos confederaciones está formada por individuos procedentes a su vez de otras tribus, por ello los conflictos tribales ocurren no sólo entre las confederaciones de

SEVILLA

Miembros de una tribu yemení celebran una fiesta.

Hutíes, zaidíes, iraníes, saudíes mezclados en un berenjenal El norte del país sufre una rebelión huti, una escuela chií que pertenecen a la rama zaidí, pese a que el presidente Saleh es de origen zaidí. El Gobierno yemení acusa a Irán de ayudar a los insurgentes hutíes. Teherán niega estas acusaciones y los hutíes apuntan que Saleh quiere hacer de Teherán una cabeza de turco para conseguir el apoyo de EEUU y Arabia Saudí. A todo este berenjenal se añade el líder de Al Qaeda en la península arábiga, Muhammad Abd al-Rahman al-Rashid, quien se ha quejado

de que el “Irán persa” apoya a los hutíes. ¿Qué quieren los hutíes? La respuesta es fácil: una parte del pastel. Su mayor deseo es imponer un Imanato Zaudí en el norte del país, parecido al régimen monárquico que hubo entre la caída del Imperio Otomano y la revolución del 62, y tener el control del sur del país. El sur odia el actual Gobierno de Saleh, pero hay una cosa que odiaría aún más: estar dominados por un régimen chií, el Imanato Zaudí, ya que la inmensa mayoría de los sureños son suníes.

YAHYAN ARHAB / EFE

tribus, sino también dentro de ellas. Las tribus piden ayuda, comida, infraestructuras y servicios al Gobierno. A diferencia que las guerrillas latinoamericanas, a la tribu no se puede adherir todo el mundo. No se pertenece por el simple hecho de afinidad ideológica, sino que se pertenece por derecho, por ser parte del clan, por haber nacido y ser parte de ellas. Se nace en la tribu y se muere en la tribu. Esta profunda afinidad tribal está por encima del Estado-Nación. Otro motivo por el que Yemen es un cobijo para Al Qaeda es que se trata del país más pobre del mundo árabe. Casi la mitad de habitantes vive con menos de dos dólares al día y su economía se basa únicamente en la exportación

Hashid y Bakil están enfrentadas entre ellas, ambas cooperan con Al Qaeda; el enemigo es el Estado, y las dos aceptan la ayuda del grupo terrorista para combatirlo. Al Qaeda no está formado por confederaciones tribales sino por individuos, razón que explica la presencia de distintas tribus en la organización”, apunta Katz. Por otro lado, también hay yemeníes islamistas, incluidos algunos yemeníes afganos (voluntarios yemeníes que lucharon en Afganistán contra la ocupación soviética y volvieron al país en 1980) que cooperan con Al Qaeda. Ahora la nueva generación de combatientes provienen de la lucha en Iraq. Algunos veteranos yemenís afganos aseguran que son los yemeníes iraquíes, y no ellos, los autores de una oleada de antentados en su propio país. Arabia Saudí junto con Occidente tienen mala fama en Yemen, “los saudíes son vistos como su enemigo tradicional”, comenta Katz. La principal preocupación de los saudíes son las fronteras y para ello ha decidido armar a sus tribus para que sean capaces de rechazar cualquier incursión yemení sobre su territorio.