Otro gran golpe en el inolvidable 2 2007 de Cabrera

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Jueves 18 de octubre de 2007

GOLF

El PGA Grand Slam

Otro gran golpe en el inolvidable 22007 de Cabrera

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SUS GRANDES MOMENTOS

UCKER’S TOWN, Bermuda.– Ya es un campeón de campeones. Angel Cabrera sumó un nuevo hito a su carrera de ensueño: se consagró en el PGA Grand Slam, que reunió a los cuatro ganadores de los Majors de este año, y ratificó su condición de mejor deportista argentino de 2007 junto con Emanuel Ginóbili, en la temporada más brillante del golf nacional. El Pato llegó a esta cita como monarca del US Open y conquistó el trofeo con un birdie en el tercer hoyo del desempate con el irlandés Padraig Harrington (ganador del Open Británico), con quien alternó los puestos de vanguardia e igualó en 136 golpes (68-68), cuatro bajo el par, tras dos jornadas de 18 hoyos medal play.

Seguramente, el cordobés guardará en un lugar muy especial la tradicional foto de cierre con la copa sostenida con sus tres contricantes. Además de Harrington (136; 67-69), allí aparecen el norteamericano Jim Furyk (138; 71-67), que sustituyó a su compatriota, Tiger Woods, titular del PGA Championship, y otro norteamericano, Zach Johnson (139; 71-68), vencedor del Masters de Augusta. Este certamen no reparte puntos ni forma parte del calendario del PGA Tour, pero sí unge de manera simbólica a uno de los héroes de 2007 por sobre los otros que festejaron en las citas grandes de la temporada. El logro de Cabrera se tradujo en una recompensa de 600.000 dólares, una suma que se asemeja a la de un primer puesto de un torneo intermedio del circuito de los Estados Unidos.

El camino hacia la coronación del jugador de Villa Allende tuvo derivaciones asombrosas, dados los altibajos que experimentó a lo largo del último recorrido. La primera jornada había concluido con un golpe de ventaja de Harrington sobre Cabrera, mientras que Johnson y Furyk marchaban retrasados, a cuatro del líder. Pero ayer, el tablero se alteró rápidamente y por completo: el argentino padeció un muy mal arranque y encadenó un triple bogey en el par 4 del hoyo 1 y un bogey en el 2. Ese derrumbe lo obligó a pelear desde abajo, a cinco golpes de la cima. Sin embargo, se rearmó e inició una fantástica recuperación en el campo de 6666 yardas y par 70: birdies en los hoyos 6, 7 y 10 y águila en el par 5 del 11. Cuando parecía definitivamente encarrilado, volvieron las zozobras: cometió un bogey en el 12, y un tro-

La confianza, su gran aliada TUCKER’S TOWN.– Exultante se lo veía a Angel Cabrera tras la emotiva consagración en el Grand Slam. “No me hubiera gustado ser segundo acá”, confesó el cordobés, que se sentía muy confiado para este torneo. A pesar, incluso, de ese paupérrimo comienzo en los 18 hoyos de ayer. “Fue más difícil estar dos atrás en el 17 que cinco atrás en el segundo tee. Todavía queda mucho golf por jugar en el hoyo 2, y no en el 17”, declaró Cabrera a la agencia AP. La confianza se notó también luego de ese bogey en el 16. Cualquiera hubiera bajado los brazos, pero no el Pato. “Le dije a mi caddie [Eduardo Gardino] que teníamos que hacer birdie y águila para ganar, y bueno, se dio.” Por cierto, ese putt en el 18 para forzar el playoff rodeó todo el hoyo antes de meterse. Manuel Tagle (h.), manager de Cabrera, después le confirmó a LA NACION aquello del espíritu que tenía el cordobés. “Se sentía muy confiado con el drive, le estaba pegando derecho. Y como no es una cancha larga, podía sacar ventaja. Lo pagó con ese triple bogey en el 1, pero igual siguió jugando agresivo”, expresó Tagle.

El argentino, campeón del US Open, se impuso ahora en el torneo que reúne a los ganadores de los cuatro Majors del año, aunque faltó Tiger Woods; logró la corona y 600.000 dólares; superó al irlandés Harrington en el tercer hoyo del desempate en la isla de Bermuda

El Pato Cabrera pega en el búnker del 18; en ese hoyo coronó la remontada que lo llevó al desempate y allí mismo definió más tarde // AP

Una clave del triunfo

piezo en el 16 lo alejó a dos golpes de la vanguardia y dejó el triunfo en bandeja a Harrington, que firmó un par en ese capítulo. En los dos hoyos finales se observó lo mejor de este show en la isla de 53,3 km2 ubicada en el océano Atlántico. Presionado por descontar golpes, Cabrera rescató un birdie en el par 3 del 17 (199 yardas) al embocar un putt de unos cuatro metros, contra un par del irlandés. Faltaba el ataque definitivo, que el Pato concretó con un águila en el par 5 del 18, después de un tiro con el hierro 4: la pelota encontró una loma y recorrió el green hasta detenerse a un metro y medio de la bandera, como para que para luego acertara el putt y firmara 68 golpes en la jornada, igual que el día anterior. En ese último hoyo, Harrington consiguió un birdie e igualó con Cabrera en 136 totales, con lo que el suspenso se trasladó al desempate, el tercero en 25 años de historia

Insólito: lo vio enn persona un 10% % de la población Unas 7000 personaas presenciaron la conquista de Cabrera, % un poco más de 10% de la cantidad de habitantes de la islaa (65.700). Bermuda, de dominio británico, tiene el equivalente a algo más que un cuarto de la superficie de la Ciudad dee Buenos Aires y se halla al este la penínnsula de Florida.

del certamen y el primero desde la definición de 2000 Vijay Singh entre Woods, entonces ganador en el campo hawaiano de Poipu Bay. Para el comienzo del playoff el hoyo 18 volvió a recibir el juego y el irlandés y el cordobés firmaron pares; lo mismo sucedió en el 17. El duelo se resolvió en el 18, en el que Cabrera despertó admiración por un gran tiro de aproximación con el hierro 4. A ese swing inspirado siguieron dos putts que concluyeron en birdie y en título para el argentino. Nada logró hacer allí Harrington; apenas lamentarse por haber quedado atrapado en un profundo bunker que lo limitó al par y lo postergó al segundo puesto. Cabrera ya emprendió el dulce regreso al país y se lo verá la semana próxima como figura del Torneo de Maestros, en Olivos Golf Club. Será su primera actuación en una cita nacional tras la conquista del US Open. Como para disfrutarlo y aplaudirlo por su inolvidable 2007.

LOS PREMIOS DE CABRERA EN 2007 Fecha 17/12/06* 25/2 25/3 1/4 8/4 27/5 17/6 8/7 15/7 22/7 5/8 12/8 3/9 9/9 16/9 14/10 17/10

Torneo Posición Dólares South African Airways Open (Port Elizabeth, Sudáfrica) 16ª 17.000 WGC, Accenture Match Play (Tucson, EE.UU.) 33ª 40.000 WGC Champiohnships (Florida, EE.UU.) 19ª 80.000 Shell Houston Open (Houston, EE.UU.) 19ª 66.660 Masters Tournament (Augusta, EE.UU.) 37ª 31.900 BMW PGA Championship (Surrey, Inglaterra) 5ª 240.000 US Open (Oakmont, EE.UU.) 1ª 1.260.000 Smurfit Kappa European Open (Straffan, Irlanda) 60ª 9437 The Barclays Scottish Open (Glasgow, Escocia) 19ª 67.400 British Open (Carnoustie, Escocia) 34ª 49.358 WGC Bridgestone Invitational (Akron, EE.UU.) 69ª 33.500 US PGA Championship (Tulsa, EE.UU.) 114ª 2570 Deutsche Bank Champ (Hamburgo, Alemania) 23ª 59.000 BMW Championship (Lemont, EE.UU.) 30ª 40.687 Mercedes Benz Championship (Colonia, Alemania) 63ª 7000 HSBC World Match Play Championship (Surrey, Inglaterra) 2ª 820.000 PGA Grand Slam (Hamilton, Bermuda) 1ª 600.000

3.424.512

Ganancias totales

* Pertenece a la temporada 2007 del Tour Europeo

www.pga.com

1999

2001

2002

2005

2007

2007

Cerca en el British Open

Abierto de la República

El Benson & Hedges Int.

El BMW Championship

El US Open

PGA Grand Slam

En el torneo del fracaso de Jean van de Velde, el Pato fue cuarto y estuvo a un golpe del desempate, que jugaron el francés, Justin Leonard (EE.UU.) y Paul Lawrie (Escocia), el campeón.

El torneo más importante de nuestro país formó parte del European Tour ese año. Se jugó en el Jockey Club de San Isidro y se trató del primer título internacional para Cabrera.

La primera conquista en el Viejo Continente para el jugador de Villa Allende fue en el campo inglés The Belfry. Con 278 golpes, venció por uno al local Barry Lane.

Un logro de jerarquía: el 29 de mayo, en Surrey, Inglaterra, consiguió su tercer certamen del European Tour. Con 273 golpes, superó por dos al irlandés Paul McGinley.

Cabrera se consagró en Oakmont al vencer a Tiger Woods por un golpe. Primer éxito argentino en un Major tras cuatro décadas (De Vicenzo, en el British Open 1967 había sido el último).

En Bermuda, el argentino confirmó su gran año al ganar el torneo que reúne a los ganadores de Majors de la temporada. Superó en el tercer hoyo de desempate al irlandés Padraig Harrington.

OPINION Fernando Pedersen De la Redacción de LA NACION

Le abrieron las puertas y se metió Angel Cabrera sigue recolectando los dividendos que, como un efecto dominó, fue generando la épica conquista del US Open en Oakmont, hace apenas cuatro meses. Pertenecer tiene privilegios y el cordobés ingresó en esta temporada del golf argentino en el club de los ganadores de Majors. Un círculo con cientos de miembros que, sin embargo, no dejan de ser unos pocos entre la multitud que cuatro veces por año se desvive por alguna joya del Grand Slam. No es exagerado decir que Cabrera jugó como pudo esta segunda mitad del año. La mayor parte de los planes que tenía se deshicieron con el agradable caos que provoca un gran logro en la agenda de un golfista. Después de levantar el trofeo del US Open con dos testigos de lujo como Tiger Woods y Jim Furyk, sus ilustres derrotados, el Pato confirmó que no era cuento eso de que un Major te cambia la vida. Lo sintió, aun a costa de ese perfil bajo que le gusta cultivar, en la enorme repercusión de su victoria en la Argentina y en cada lugar que visitó de junio a esta parte. Y también en la competencia misma, encarando cada torneo en el rubro favoritos y recibiendo continuas y tentadoras invitaciones, además de propuestas de contratos. Entre los cambios de rumbo apareció el interés de los asiáticos, que se aseguraron al cordobés en dos importantes torneos de su Tour el mes próximo: el Singapore Open (US$ 4.000.000 en premios) y el HSBC Champions (5.000.000), con nueve de los primeros 20 del ranking mundial. Los responsables de Mission Hills, el megacomplejo cercano a Hong Kong, que albergará la Copa del Mundo por los próximos cinco años, querían tener sí o sí al campeón del US Open integrando el equipo argentino, e hicieron gestiones de todo tipo para lograrlo, pero la agenda de Cabrera le impedía estar una semana sin actividad en China, esperando ese torneo. La gran mayoría de los torneos que disputó de junio hasta ahora también demuestra el sitio privilegiado que logró Cabrera: el Abierto Británico y el PGA Championship, tres de los cuatro torneos del Play-off de la FedEx Cup, la Copa Presidentes, esta vez sin tener que rendir ningún examen en el equipo Internacional; el Mundial Match Play, el último fin de semana, cediendo sólo en la final, ante Ernie Els. Un fixture digno de Tiger Woods, que seguramente lo invitará a fin de año para disputar su torneo con sólo 16 notables, el Target World Challenge. Ayer, con un final espectacular, se quedó con el título del PGA Grand Slam. Una prueba de 36 hoyos, con sólo cuatro jugadores, sin puntos para el ranking mundial. Una cita que podría parecer ordinaria si no se tratase de otro de los frutos que le dio a Cabrera la gloriosa tarde de Oakmont: los que compusieron el field fueron los ganadores de los Majors de 2007, con excepción de Tiger, reemplazado por Jim Furyk. Su recompensa, 600.000 dólares, y el orgullo de imponerse en un certamen que todos ansían jugar, porque al fin y al cabo será el mejor indicador de que se tuvo un gran año. En medio de esa vorágine, el Pato volverá a jugar en nuestro país por primera vez desde el US Open. Será a partir del miércoles próximo, en el Torneo de Maestros, en Olivos. Una chance imperdible de ver en acción a uno de los mejores del mundo.