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El actor y director tuvo un gran año: ganó el Sur por Relatos salvajes y brilla en TV como el ... el premio Sur y en una
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| Miércoles 24 de dicieMbre de 2014

RicaRdo PRistuPluk

El actor y director tuvo un gran año: ganó el Sur por Relatos salvajes y brilla en TV como el comisario corrupto de Noche & día

Oscar Martínez. “El mejor actor no es el más dócil: es el que pregunta y propone” Viene de tapa

–De tu debut en Cosa juzgada a hoy, ¿qué creés que cambió para bien en el modo de hacer TV y que es lo que se perdió? –Hasta hace unos veinte años, quizás un poco menos, había más ficción y se trabajaba en general con mejores contenidos. En lo que sí se avanzó muchísimo es en la factura, en la producción de los programas, que es muy superior a la que había años atrás, por ejemplo, desde el punto de vista técnico. Eso sí va mejorando día a día. El asunto es el relleno de la empanada, que es un tema más complejo... (sonríe). –¿Mirás tu trabajo en TV? –Vi cuatro capítulos de Noche & día. Lo pispeo una vez por semana, no sólo porque a veces no estoy en casa sino porque no me resulta tan grato verme, aunque sí quiero tener una noción de cómo está saliendo. Además, estoy todo el tiempo acá (por los estudios Baires). Llegar todos los días a casa y ver el programa sería too much. Justo en el momento en que toma su café y conversa con este diario, en Los Angeles, la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood anuncia que Relatos salvajes, la película de Damián Szifron, de cuyo elenco formó parte Martínez, fue incluida entre las nueve preseleccionadas para el Oscar a la mejor película extranjera. –¿Cómo fue la experiencia de

trabajar con Szifron? –(Se le ilumina la cara) Extraordinaria. Es un tipo muy singular que reúne una serie de virtudes poco habituales y difíciles de congeniar en una sola persona. Es hipertalentoso, inteligentísimo y sabe perfectamente lo que quiere. Al mismo tiempo es permeable, consulta y escucha de verdad al actor. Es de una minuciosidad y obsesividad típica de un artista, pero al mismo tiempo es un tipo que no pierde la calma en ningún momento y que tiene un trato humano extraordinario con todo el equipo. Crea un clima de trabajo descansado y se divierte como un chico. Muero por volver a trabajar con él, porque para mí fue un descubrimiento fantástico. –En el caso de Mauricio, tu personaje en la película, ¿a qué elementos recurriste para crearlo? –En primer lugar, el guión de “La propuesta” (título de la historia que interpreta en el film) es excelente. Es un pequeño largometraje perfecto. Además, Damián te da consignas claras para actuar. Te anticipa. Recuerdo que me dijo: “Al jardinero, con 30.000 dólares lo arreglás. Pero le ofrecés 500.000”. Eso habla de varias cosas, de las contradicciones que el personaje tiene, de por qué paga de más, de la culpa que le da hacer lo que le está haciendo y ahí regresamos con el tema del villano: lo

humaniza, porque el tipo lleva a cabo el intento de comprar impunidad, pero un inescrupuloso lo arreglaría con menos. Con esa sola indicación que él me dio, me abrió la cabeza de cómo este personaje plantea lo que plantea. Son sutilezas, pero una gran obra se hace con esas pequeñas cosas. –Por ese personaje ganaste el premio Sur y en una terna poderosa... –(Se ríe) Me tocó con Ricardo (Darín), Leo (Sbaraglia) y Daniel (Fanego). Cualquiera podría haberlo ganado con justicia. Esta vez me tocó a mí. Es un premio que tiene un valor especial porque no hay jurado más calificado que el de la Academia. Votan los que sueñan, imaginan, escriben, dirigen y actúan las películas. Un consenso del medio para un premio así no es poca cosa. –¿Creés que la experiencia de Cannes y San Sebastián hizo ver al público local la película desde una perspectiva menos “ombliguista”? – Me parece que la temática es universal y tiene poco color local, mucho menos del que creemos. Estuve en Cannes, donde obviamente el público no era argentino, y vi lo que pasó: funcionó como si fuera un cine de Flores. Festejaban giros que uno asocia con lo meramente nuestro. Me parece que son conductas perfectamente posibles, sobre todo en las grandes urbes.

No era una película de cabotaje y eso se confirmó: Relatos salvajes está vendida al mundo entero. –Más allá de la posible nominación al Oscar, ¿cuál creés que fue el mayor reconocimiento para la película? –Como dice muy bien Damián: “Nosotros no trabajamos para competir por un premio porque no estamos en competencias deportivas”. Además, ganar un premio no siempre quiere decir ser el mejor. Es una forma privilegiada del reconocimiento, pero no siempre es certero o justo. El verdadero premio es el fervor del público y de la crítica, que fue unánime en relación con la película. Ése es el premio. Todo lo demás bienvenido sea, pero es como decir: “Te trajimos un regalo a la fiesta”. –¿Cómo llegaste a tomar la decisión de ser director teatral? –Los compañeros me decían en general: “Vos tenés que dirigir”. Es algo que me fascina hacer, porque siempre me ocupé de la totalidad y sentía que podía ayudar o estimular a otros. Siempre supe que iba a dirigir, como una consecuencia natural de mi desarrollo profesional. Y con la escritura pasó lo mismo. Tardé un poco más, pero sabía que tarde o temprano iba a escribir, y afortunadamente lo hice con éxito. –¿Cómo influye esa experiencia cuando tenés que actuar y ser dirigido por otro? –Lo primero que tenés que entender es que sos un instrumento del director, lo que no significa someterse. Es cumplir con tu rol sin competir con él. Lo ideal es trabajar conjuntamente. Creo que el mejor actor no es el sumiso o el dócil que resuelve bien: es el que pregunta y propone a partir de lo que le despertó la creatividad en una relación de ida y vuelta. Las poquísimas veces que he trabajado a contrapelo de un director aprendí que uno, en ese caso, no debe quedarse ahí. Es como ser marinero y disputarle el timón al capitán. En ese caso, agarrá un bote y bajate del barco. –¿Diste clases de teatro? –La única vez que lo hice fue a pedido de Mercedes Scápola, con quien viví muchos años porque estuve casado con su mamá (Mercedes Morán). Cuando ella estudiaba, me lo pidió en todos los idiomas. Yo no quería o no podía, o las dos cosas. Finalmente di un seminario durante pocos mesas para actores que estaban entre la culminación de su formación y el comienzo de su vida laboral y profesional. Ésa fue la única experiencia. –¿Y qué consejo le darías a un joven actor? –Que se forme. Ninguna clase de conocimiento puede serle ajeno. Que no deje de hacer teatro, porque si bien es lo que te otorga menos fama, en el teatro es donde se aprende el oficio. Que persevere, porque entiendo que un joven quiera ser conocido, pero con eso solo no alcanza. Creo que lo más interesante es asociarse con buenos proyectos para que tu nombre sea identificado con eso, y apostar a que después de muchos años de trabajo la gente suponga que si vos estás ahí es que vale la pena ir al cine, al teatro o mirar ese programa de TV.ß

Del Toro, un Escobar seductor y abominable

cine

Un film clase B, lejano heredero de El padrino Escobar: Paraíso PErdido (Escobar: ParadisE Lost, Francia-EsPaña-béLgica/2014). ★★★ buena. guión y dirección: Andrea Di Stefano. fotografía: Luis Sansans. edición: David Brenner y Maryline Monthieux. música: Max Richter. diseño de producción: Carlos Conti. elenco: Benicio Del Toro, Josh Hutcherson, Claudia Traisac, Brady Corbet, Carlos Bardem y Ana Girardot. distribuidora: Alfa Films. duración: 119 minutos. calificación: apta para mayores de 13 años con reservas

L

a corta, vertiginosa y fascinante vida de Pablo Escobar ha sido reconstruida en decenas de libros, producciones televisivas, documentales y películas de ficción. En este más que atendible debut en la dirección del actor italiano Andrea Di Stefano es Benicio del Toro el encargado de interpretar al narcotraficante colombiano en un papel que, si bien es secundario en cuanto a cantidad de minutos en pantalla, resulta esencial en la historia de ficción que se narra. El verdadero protagonista del film es Nick (Josh Hutcherson, el Peeta de la saga de Los Juegos del Hambre), un surfer canadiense que llega con su hermano (Brady Corbet) a Colombia en plan turístico y se enamora de María (la actriz española Claudia Traisac), una atractiva joven que desarrolla tareas asistenciales en zona carenciadas. Claro que María no es otra que la sobrina favorita de Escobar y, así, al poco tiempo Nick no sólo ingresará en el círculo íntimo del líder del Cartel de Medellín sino que se convertirá en una de las pocas personas de su confianza. Si la presencia de una veinteañero norteamericano en el universo del todopoderoso Escobar puede parecer un poco ridículo, hay que indicar que toda la trama (que in-

EL aPocaLiPsis (LEFt bEhind, Estados Unidos, 2014) . ★ mala . dirección :

Vic Armstrong. guión:

Paul Lalonde y John Patus, basado en una novela de Jerry B. Jenkins y Tim LaH aye . fotografía: Jack N. Green. ediMichael J. D uTHie . música : Jack

La pantalla grande, esa asignatura incompleta

Lenz. elenco: Nicolas Cage, Chad Mi-

“Voy a confesar que hasta Relatos salvajes sentía que el cine había sido poco generoso conmigo –reflexiona Martínez–. Ésa sí que era una asignatura que sentía como incompleta. Me gusta mucho hacer cine, así que, si Dios quiere, las cosas se irán encaminando para que sea posible.” A esta reflexión le suma su expectativa por el estreno del año próximo de la remake de La patota, de Daniel Tinayre (dirigida por Santiago Mitre), y anticipa las cuatro propuestas que lo mantienen entusiasmado: “Son todos proyectos atractivos: El ciudadano ilustre, de Gastón Duprat y Maria-

duración: 110 minutos.

En Relatos salvajes, como el culposo Mauricio

efe

cursiona en casi todos los géneros imaginables) resulta bastante absurda porque está construida en un tono de película clase B. Sin embargo, una vez aceptados los códigos y algunas carencias (como algunos personaje poco desarrollados) hay que admitir que Di Stefano regala largas y elegantes escenas de acción llenas de tensión y una descripción familiar que ubica a Paraíso perdido como una heredera (lejana, es cierto) de El Padrino de Francis Ford Coppola y del Vito Corleone de Marlon Brando. Otro de los aciertos de esta coproducción europea rodada por un italiano en locaciones de Panamá es la contratación de un puertorriqueño como Del Toro (que ya fue el Che Guevara). En cada una de sus apariciones, su Escobar resulta tan seductor como abominable, un monstruo perfecto que no necesita alzar la voz para asustar, que es capaz de regalar la sonrisa más amigable y a los pocos segundos mandar matar a una, diez o cien personas. En su amenazante y al mismo tiempo cautivante interpretación, y en el sorprendente oficio de un director debutante como Di Stefano se sostiene este film que, de alguna manera, cierra con dignidad la cartelera cinematográfica argentina de 2014.ß Diego Batlle

El fin de los tiempos más chapucero y tedioso

ción :

no Cohn; una propuesta de Sebastián Borensztein para trabajar en su próxima película con Ricardo (Darín); una película coral, y otro proyecto con Marcos Carnevale”. En referencia a la elección de sus proyectos, el intérprete agrega: “Te pueden ofrecer el mejor personaje, pero con una producción y dirección que no te gustan, o con un colega que no es el que elegirías. Entonces, a lo mejor es preferible que no seas Ricardo III, pero que las condiciones generales de trabajo te aseguren un producto superior. Nunca pienso en términos de personaje, siempre pienso en términos de proyecto”.ß

alfa films

chael Murray, Lea Thompson, Nicky Whelan, Jordin Sparks, Martin Klebba.

H

ay películas malas, y hay casos descomunales como el de este apocalipsis: propaganda religiosa de un simplismo aniquilador, tontería supina en los diálogos, situaciones desesperantes en imbecilidad y chapucería, actuaciones penosas e involuntariamente paródicas. Hasta los extras están mal, y también los autos y el avión y los bolsos; plantas, sillas y butacas se quedan quietas y tampoco convencen. La iluminación es a puro cascotazo frontal, la musicalización es artera, el montaje no posee sentido conecti-

Nicolas Cage vo ni de movimiento. El apocalipsis, después de un rato de tedio inicial, presenta una situación tediosa en la que mucha gente desaparece en un instante, para lo cual hay una explicación tediosa y espiritual. No hay explicación sencilla, sin embargo, para entender cómo se hizo algo así de abominable.ß Javier Porta Fouz