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5. LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS DE 1966 5.1

Las contradicciones de la oposición

La unión de la oposición no se concretó. La llamada alianza entre el MRLLínea Blanda, el lauroalzatismo y la ANAPO para escoger de común acuerdo el nombre de un candidato a la presidencia de la República, no pasó de ser un anuncio; en el mejor de los casos una posibilidad; un mecanismo de conveniencia electoral. Más claramente, un truco para López y Gómez Hurtado. No fue suficiente el común antillerismo como catalizador de la unidad1. En octu bre de 1965 por ejemplo. Rojas Pinilla le confesó al redactor político de Ei Nacional que no había hablado con López ni con Gómez y que tampoco per. saba hacerlo. «Tenemos tanta fuerza, dijo, que no necesitamos pedirle cacao a nadie. Además, no tenemos ningún interés en hacer pacto con esos caballeros aunque si podemos conversar después de las elecciones de marzo cuando se sabrá quien es quien»2. A finales del mismo mes, el Comando Nacional de la ANAPO expidió una tajante Declaración cuyo numeral segundo rezaba: «Rechazamos cualquier posibilidad de entendimiento o acuerdo, o pacto con las fuerzas políticas que tienen acciones en el Frente Nacional, que defienden el sistema, lo utilizan y hacen parte del actual gobierno»3. Se descartaba de esta manera la alianza con el lauroalzatismo. No le quedó más remedio a Alvaro Gómez que manifestar: «Me alio con Rojas si soy jefe de ese grupo». El jefe del lauroalzatismo señalando no estar de acuerdo con la dialéctica de las pistolas y de los puñales, descartó en enero de 1966 cualquier pacto o alianza con los anapistas4. Más allá de lo electoral había razones de peso para que no cuajara esta inflada y explotada propuesta de unidad. También la izquierda radical tanteó la posibilidad de atraer incluso la oposición conciliadora. Antes de su desaparición de la lucha política civil, Camilo sostuvo conversaciones con Rojas y con López. Sin embargo, todos los grupos de la oposición, radical o conciliadora, buscaban su propio fortalecimiento a costa de sus posibles aliados, nadie trabajaba por la unidad de la oposición con transparencia. En una carta al jefe del ELN, Camilo Torres escribió: «...tuve una charla muy larga con Rojas que tiene como resultado que actualmente no radicalice tanto su oposición...debemos, naturalmente, probarlo...los conoce casi a todos personalmente, lo que es también muy importante para después»5.

1 Hubo sin embargo un acto político significativo. En enero de 1966 el Centro de Esludios Conservadores invitó a disertar a Alfonso López Michelsen. Allí, junto con los emerrelistas estuvieron jefes lauroalzatistas como Aurelio Caicedo Ayerbe y anapistas como Jaime Piedrahita Cardona. 2 El Nadonal, octubre 20 de 1965, p. 1 y 2. 3 Véase el texto completo de la Declaradón en El Nadonal, octubre 27 de 1965 p 1. 4 El Tiempo, enero 7 de 1966, p.7. 3 Véase Torres Camilo. Cristianismo y revoludón... Op. cit. p. 566.

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Fue precisamente Rojas, quien meses después, en octubre, a través de una cadena radial de Pereira revelara el paradero del prelado: «Ni los grupos políticos, ni el gobierno son autores de la desaparición del Padre Torres. El mismo se ha enterrado y creo que se enterró en el monte ya que él estaba convencido de que su movimiento se hacía a base de entreguismo al comunismo o por otros sistemas ajenos al nacionalismo que es lo que tenemos que defender. Se sobrentiende que el nacionalismo no es entregarse por unas monedas a Rusia, a los Estados Unidos o a cualquier otro país para que nos gobierne. Allí está precisamente el fracaso del Movimiento de Camilo Torres, quien debe saber mucho de la cosa interna de la Iglesia, pero nunca de la política»6. Los dos bloques de la oposición, el Frente Unido que reunía a la izquierda radical y la supuesta alianza ANAPO-Lauroalzatismo-MRL, parecían no tener chance. En ambos casos eran más las distancias que las cercanías. Las posturas de Camilo, contradictorias unas, extremadas otras; sus inclinaciones a favor de unos socios en desmedro de otros fueron diezmando aceleradamente el Frente Unido. Lo que de veras hubiera podido ser la auténtica contracoalición de la que hablaba López Michelsen fue desaprovechada históricamente. El 7 de enero de 1966 los periódicos del país difundieron el texto de una proclama que desde «las montañas colombianas» Camilo enviaba a los colombianos. Junto al texto aparecía una fotografía suya en compañía de Fabio Vásquez Castaño y Víctor Medina Morón, comandantes máximos del ELN. «Me he incorporado al Ejército de Liberación Nacional porque en él encontré los mismos ideales del Frente Unido. Encontré el deseo y la realización de una unidad por la base, de base campesina, sin diferencias religiosas ni de partidos tradicionales. Sin ningún ánimo de combatir a los elementos revolucionarios de cualquier sector, movimiento o partido. Sin caudillismos. Que busca liberar al pueblo de la explotación de las oligarquías y del imperialismo. Que no depondrá las armas mientras el poder no esté totalmente en manos del pueblo. Que en sus objetivos acepta la plataforma del Frente Unido»7. Resolución que el mismo sacerdote había tomado sin consultar siquiera con los otros representantes de los grupos vinculados a su agrupación. Identificar al ELN con el FUP era su elección pero de ninguna manera la de toda la gente que conformaba el Frente Unido. Desmoronado el Frente Unido, López continuó firme en sus posiciones: «Se trata de una alianza para sustituir al grupo gobernante, -declaró en enero a una emisora de radio- al equipo gastado del Frente Nacional que hace dos meses a esta parte desembozadamente se ha constituido en un nuevo partido político con carnetización, con tesorería, con directorios disfrazados bajo el ropaje de 6

Véase El Tiempo, noviembre 6 de 1965, p. 1 y 30. Ver el texto completo de la Proclama en: Torres Camilo. Cristianismo y Revoludón ...Op. dt. p. 571-572.

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comités bipartidistas, es lógico que se forme una contra-coalición de otros grupos. En ese sentido, como oposición al partido único del Frente Nacional, es que nos hemos ido aglutinando los grupos de la oposición»8. 5.2

El avivamiento de la campaña electoral, en tierra derecha

5.2.1 El Anapismo o el Sistema Rojista de llegar al pueblo Los anapistas no desaprovechaban ninguna oportunidad para llegar al pueblo. Mientras la mayor parte de las fuerzas electorales del país hacían sus componendas en los recintos cerrados. Lleras conversando con los gremios económicos, López convenciendo a las capas medias de las bondades de su propuesta, la gente de La Nueva Prensa delineando su proyecto nacionalista, los comunistas perfeccionando su nuevo método de combinación de todas las formas de lucha y Camilo dirimiendo los conflictos internos del ambiguo Frente Unido, el dirigente máximo de la ANAPO llamaba a sus correrías por el país «diálogos con el pueblo»: «Es realmente emocionante -decía- el espectáculo de las masas populares dialogando en las plazas públicas»9. El General no perdió el tiempo en conversaciones con dirigentes políticos. A su manera, le llevaba la idea a López pero a la vez impartía órdenes de no pactar alianzas para las elecciones de marzo de 1966 con ningún tipo de organización política. Rojas exigió de la militancia anapista de todo el país, oponerse a toda clase de aumentos en las tarifas de los servicios públicos y víveres en general y recomendó apoyar todos los movimientos huelguísticos de los trabajadores oficiales y particulares10. Lo más importante del anapismo érala mística política. O como denominó al fenómeno el periódico El Nacional «el sistema rojista de llegar al pueblo». Rojas tuvo la suerte de contar en todos los rincones del país con un número amplio de dirigentes políticos decididos, por iniciativa propia, a jugárselas todas por el Movimiento. No era tan necesaria la presencia física del General para que marchara el anapismo de la provincia, salvo en el caso de dirimir los conflictos internos. Con el nombre de «la caravana de la libertad», los anapistas del departamento del Atlántico bautizaron la movilización de masas para sus concentraciones populares. Consistía este rito en trasladarse en toda clase de vehículos, carruajes de tiro, decorados con banderas y demás simbología del movimiento, de día o de noche, a los municipios del departamento o barrios de Barranquilla, recogiendo simpatizantes por calles y caminos, repartiendo hojas volantes de casa en casa, colocando carteles y vivando a Rojas Pinilla.

Véase E) Tiempo, enero 18 de 1966,p.l y 14. Ibid. El Nadonal, octubre 20 de 1965,p. 5A

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En 1966 la campaña entró con todo. Los movimientos se lanzaron a la conquista de los votos. El establecimiento y los anapistas decidieron empezar la recta final de la campaña electoral por la costa atlántica. Aqui tendrían lugar las concentraciones humanas más saturadas de símbolos políticos. El primero en llegar a la Costa caribe fue el candidato oficial. Para comenzar eligió la ciudad de Cartagena. Junto con Lleras viajó una numerosa comitiva integrada por los miembros del Comité Bipartidista y de los Directorios Nacionales del ospinismo y oficialismo liberal. Tanto en los preparativos como en la gira misma por la Costa, Lleras contó con las primeras páginas de la «gran prensa» nacional y de provincia, contó, con excepción de Barranquilla, Chocó y Córdoba donde los gobernadores eran lauro-alzatistas, con la maquinaria oficial para la movilización de las masas. Fue apoteósica la manifestación de Lleras en Barranquilla. La concentración se llevó a cabo en el histórico Paseo Bolívar de la ciudad. El periódico El Nacional que no tenía simpatía ninguna con el Frente Nacional comentaba al respecto: «El certamen resultó exitoso por su ejemplar organización: 500 buses y camiones fueron contratados para trasladar a gente de los barrios y pueblos al centro de Barranquilla y regresarlos al final del acto político. Tres emisoras transmitían los discursos. Centenares de miles de carteles litografiados cubrieron los muros de Barranquilla. 500 banderas rojas y otras tantas azules. Las 16 emisoras de la ciudad y los dos periódicos de los grupos de presión económica del Atlántico llenaron sus páginas de avisos y cuñas radiales durante un mes. El Tiempo, El Espectador, La República. Todo el andamiaje periodístico nacional se volcó en propaganda sobre el acto; 200 mil pesos invirtió el Comité local bipartidista en la manifestación que congregó un buen número: 20 mil, 30 mil, 40 mil personas ante Lleras...»11. Los anapistas barranquilleros decidieron sabotear la manifestación. Apostados en sitios estratégicos impidieron el desarrollo normal del evento. Días antes de la llegada de Lleras a Barranquilla, por disposición del Comando Departamental de la ANAPO, los militantes llevaron avispas a la sede del Movimiento y las encerraron en cajas especiales. En el momento preciso de la intervención de Lleras, los perturbadores liberaron las avispas, que furiosas produjeron la estampida de la gente. Mientras en medio de la plaza, los saboteadores de la ANAPO utilizaron «pedos químicos» para dispersar las masas, en otro de los costados de la concentración, otro grupo de anapistas roció «pica pica» sobre la multitud. La rasquiña que produjo la pelusa entre la gente causó su retiro momentáneo de la manifestación12. No faltaron los pitos.

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Véase El Nadonal, enero 21 del 966, p. 1. Interrogado sobre ese tipo de comportamiento, el señor Tito Meló, uno de los fundadores del anapismo en el Atlántico deda: «Era para darle lecdones al sistema que no nos dejaban hacer las manifestadones. Como rebeldía tampoco les dejábamos hacer las suyas». Conversadones del autor con Tito Meló. Barranquilla, noviembre de 1990. 12

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ni los garrotes, ni los enfrentamientos entre anapistas y lleristas, entre aquellos y la fuerza pública. Cuando por fin pudo hablar. Lleras trató a los anapistas de «hampones» y a Rojas de «tirano barato». «El hombre de la yuca -dijo- se ha servido de ese argumento infantil para sostener que la vida era más barata bajo su dictadura. Yo habría podido traer mi yuca en el bolsillo y demostrar que cuando yo era ministro de hacienda hace 25 años la vida valía muchísimo menos que bajo el régimen dictatorial de Rojas Pinilla. Ese argumento es pueril, ridículo y constituye una falta de respeto al pueblo colombiano que es inteligente»13. Lleras continuó su gira. Rumbo a Santa Marta se detuvo en Ciénaga, uno de los tuertes emerrelistas de la costa norte. Aquí también hubo saboteo por parte de la militancia anapista. Lleras respondió de nuevo tratándolos de hampones. «Se equivocan si creen que el país va a entregar su destino a cuatro matones de mala condición». Acusó a Rojas de haber «despilfarrado los cuantiosos ingresos provenientes de las exportaciones cafeteras, cuando ese producto básico alcanzó un precio récord de noventa centavos de dólar». Agregó que Rojas debía explicar «por qué no realizó con esos fondos el mejoramiento social que viene exigiendo ahora»14. Aunque en su discurso electoral. Lleras tuvo en cuenta el liberalismo rojista, el destinatario político era preferencialmente la gente que había acompañado en la región al MRL en los años anteriores. Por eso no ahorró esfuerzos en desacreditar a López Michelsen. Enrostrándole la división del liberalismo, señaló: «El señor López celebra desayunos semanales con el mejor representante de la reacción, el señor Alvaro Gómez para conspirar contra el partido liberal. El que se dice liberal de tiempo completo anda de socio minoritario en una coalición de reaccionarios contra las grandes mayorías nacionales»15. Desde el baluarte emerrelista de Valledupar, le pidió aLópez que se marginara y no le hiciera más daño a la República y al liberalismo. En Riohacha Lleras contó con el respaldo del antiguo emerrelista José Ignacio Vives Echeverría, quien explicó su retiro de aquel movimiento debido «a que los ataques del conservatismo sectario que antes se dirigían a López Michelsen, ahora están concentrados en el doctor Carlos Lleras Restrepo, porque Alfonso López se volvió al lado de aquellas fracciones. Dime contra quién disparan los conservadores sectarios y te diré quién tiene las auténticas banderas liberales»16. La correría de Lleras por el litoral caribe fue sin duda un éxito. Ha debido quedar la sensación en el oficialismo liberal de haberle ganado una partida al emerrelismo. Sin embargo no podía cantar victoria todavía. Por esta región andaba también Rojas Pinilla que, si bien no era candidato, en él se concentra-

Véase El Espectador, Véase El Espectador, Véase El Espectador, Véase El Espectador,

enero 15 de 1966, p. enero 17 de 1965,p. enero 17 de 1966,p. enero 18 de 1965, p.

1 y 10, 15A 15A HA

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ba, mejor que en el resto de personalidades de la oposición, toda la simbología de la protesta contra el Frente Nacional17. Ambas manifestaciones fueron anunciadas con profusión como si se tratara de un round de boxeo. En El Nacional se anunció la concentración de Rojas de la siguiente manera: «...Barranquilla y el país entero van a poder apreciar con sólo cinco días de diferencia el espectáculo de las gentes que siguen a las oligarquías y las que respaldan al Movimiento Popular de ANAPO»18. En efecto, cinco días después de haber estado Lleras en la ciudad, llegó Rojas. A diferencia de la manifestación liberal que se realizó un sábado, los anapistas la llevarían a cabo un jueves. Desde la noche anterior camperos con altoparlante recorrieron los barrios pobres de la ciudad informando que ANAPO no tenía dinero para contratar buses y pidiéndole al pueblo que marcharan a pie al Paseo de Bolívar. Como Lleras había hecho cargos contra el expresidente, los anapistas invitaron a la gente con el gancho de que Rojas respondería a las acusaciones del candidato del Frente Nacional. Relata El Nacional que sólo tres de las 16 emisoras de la ciudad aceptaron cuñas pagadas. Ninguna quiso transmitir los discursos. Los grandes rotativos locales no registraron la llegada del general y menos aún anunciaron la manifestación. A las tres de la tarde del día señalado, empezó a ocurrir algo inaudito. Caravanas de gentes a pie, cantando el himno nacional, se dirigían al Paseo de Bolívar. Venían de los barrios más apartados de la ciudad. El ejército montó guardia en los diarios matinales y se alistó en sitios estratégicos. A las 4 de la tarde la Plaza de Bolívar estaba colmada. Rojas entró por la Avenida de los Estudiantes, seguido de una multitud superior a la que lo esperaba en la Plaza de Bolívar. Le acompañaba Moisés Tarad, primer jefe rojista del Atlántico. Como era natural nadie había previsto tal concurrencia. Los altoparlantes no alcanzaron a cubrir todo el espacio. Cuando Rojas apareció, pañuelos blancos se agitaron al grito de «Lleras no. Rojas si». Después de las intervenciones de Josefina Valencia de Hubach, Claudio Urruchurtu y Rafael Camerano, le correpondió el turno al general. Como lo habían anunciado los anapistas. Rojas se dedicó a defenderse de las acusaciones que le había hecho el candidato del oficialismo. Por tratarse de una pieza completa, que nos permite conocer mejor la estructura del discurso electoral del personaje, la transcribimos tal como lo reportó el periódico El Nacional: «Hombres y Mujeres de Barranquilla -comenzó diciendo- hace pocos días Lleras Restrepo hizo graves cargos contra el General Gustavo Rojas Pinilla y contra Alianza

17 Curiosamente el General Rojas había amaneddo en Barranquilla en casa del dirigente Moisés Musa Tarad, el día de la manifestadón de Lleras. Su estadía en la dudad se debió a un daño técnico de la lancha que estaba utilizando en su gira por el sur del Magdalena. 18 Véase El Nadonal, enero 8 de 1966, p. 5.

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Nacional Popular en esta plaza pública de Barranquilla, es decir, al pueblo, y en esta tarde memorable le vamos a contestar punto por punto. Vamos, a decirle por qué el pueblo liberal es rojista. ¿Dónde estaban los grandes oligarcas Carlos Lleras Restrepo, Eduardo Santos y Alberto Lleras Camargo el 13 de junio?. El pueblo liberal, había sido empujado por Lleras Restrepo a la matanza y luego cobardemente lo abandonó porque su vida vaha más que la de millares de liberales por él traicionados. Así lo atestiguó posteriormente el exjefe guerrillero de los Llanos Orientales y hoy brillante Diputado a la Asamblea de Boyacá, señor Fonseca. El señor Fonseca le ha dicho a Lleras Restrepo, sin que hasta hoy haya sido rectificado que él los obligó a irse al monte para organizar la resistencia contra el gobierno y luego cuando nos faltaban medicinas y drogas, cuando no temamos comida, cuando faltaban armas, cuando débil la lucha, cuando nos estaban aniquilando, huyó cobardemente del país, nos abandonó diciéndonos que su vida valía más que la del pueblo liberal de Colombia.»E1 dictador» le dijo al señor Lleras Restrepo que regresara a la Patria bajo la protección del nuevo gobierno, y «el dictador» lo nombró luego miembro de la Comisión Asesora del Ministerio de Hacienda y allí trabajó con «la dictadura». Después el señor Lleras perdió una casa durante los extravíos sectarios y luego «el dictador» dictó el respectivo Decreto pagándole 670 mil pesos por la casa y la biblioteca.¿Y saben ustedes qué hizo Lleras Restrepo?. En el Senado con los mismos señores que le habían quemado la casa pagada por «ia dictadura» pidió que le quitaran los derechos ciudadanos al dictador. Ese es el señor Lleras Restrepo. ¿Dónde estaba Alberto Lleras Camargo? Arrodillado ante el gobierno de los Estados Unidos donde tiene una participación del 40% en la poderosa revista Visión y donde devenga más de 100 mil pesos colombianos mensualmente, y tiene la desfachatez de decir que es pobre. ¿Dónde estaba el director de El Tiempo Eduardo Santos, esa fábrica de calumnias contra el pueblo colombiano y sus verdaderos dirigentes?. Estaba en París dándose la vida del gran oligarca mientras el pueblo liberal luchaba ardorosamente por defender sus derechos y este mismo Santos es el acusado de vender la soberanía nacional en oscuros negocios pero no ha tenido hasta hoy el valor de defenderse, de volver por su honra. Y yo estoy aquí, regresé al país a enfrentarme a la oligarquía, a la justicia vendida, al parlamento corrompido. En la Costa, frente al mar Caribe, en esta maravillosa tarde democrática, he recordado la infamia de los Lleras cuando me metieron en una fragata y quisieron destruirme. Pero Dios está por encima de los Lleras y aquí estoy al frente del pueblo luchando por alcanzar para él un destino mejor. Es verdad que estuve en la cárcel porque la justicia estaba al servicio de la oligarquía, pero ahora tenemos a esa oligarquía contra la pared y vamos a exigirle que nos entregue el poder, el poder para el pueblo. Y el poder lo ganaremos por la fuerza de las armas, pues aceptamos el reto en el campo que lo quieran situar. Ahora saben los Lleras por qué el pueblo liberal es rojista. Y creo que no habrán olvidado que cuando llegué al poder mis palabras de no más sangre, no más depredaciones a nombre de ningún partido político fueron cumplidas y los liberales perseguidos pudieron regresar a sus casas protegidos por las Fuerzas Armadas». Un mar de pañuelos blancos se agitaba en la plaza y un sólo grito se escuchaba: ¡Rojas sí! ¡Lleras no!; ¡Lleras no! Rojas sí!. El General Rojas Pinilla dijo entonces: «Hay conciencia formada en el pueblo liberal y conservador de reconquistar el poder. No hay que dar cuartel a las oligarquías. ¿Rechazamos a Lleras Restrepo? Si... Si. Respondieron unánimemente los manifestantes. «Yo pregunto: se necesitó siquiera que se le pagara el pasaje del bus a alguno de los 200 mil manifestantes aquí congregados? No. No. respondía la multitud. «¡Qué diferencia entre esta manifestación y la que presidió Lleras Restrepo. El candidato frentenacionalista estaba rodeado de tropa para que el pueblo no se acercara porque sabían los oligarcas que el pueblo le

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iba a escupir la cara para demostrarle así su desprecio. Y esta tarde el pueblo liberal y conservador paseó en hombros al general Rojas Pinilla, al «dictador». Ahora vamos a responder a otro cargo, a otra calumnia de la oligarquía de los Lleras: Se dice que Rojas Pinilla dilapidó los dineros públicos, pero ocurre que no hay una sola población colombiana que no exhiba una obra construida durante «la dictadura», es decir, durante mi gobierno. ¿Que no tenemos programas que ofrecer?, la plataforma de Alianza Nacional Popular es todo un programa para hacer una Colombia nueva en la cual no haya hambre y miseria, en la cual haya igualdad de oportunidades para todos, en la cual el poder del Estado se ponga al servicio del pueblo. Por ejemplo, nosotros frente al parlamento inútil, el parlamento de holgazanes, proponemos una gran Asamblea Nacional Constituyente integrada por dos representantes de cada departamento con sus respectivos suplentes uno liberal y otro conservador, pero no políticos porque necesitamos gente que vaya a trabajar en estas Corporaciones en beneficio del pueblo». Es un crimen contra la Patria el hecho de que los oligarcas liberales y conservadores tengan más de 300 millones de dólares en los bancos extranjeros. Ese es dinero robado al pueblo, estos oligarcas no se cansan de negociar con el hambre y miseria del pueblo colombiano. Gaitán que decía «a la carga» para acabar con el país político. (Cuando Rojas trajo a su discurso el recuerdo de Jorge Eliécer Gaitán, hubo explosión de vítores y batir de pañuelos blancos). Y Ahora tiene Lleras Restrepo el cinismo de decir que él recogió las banderas de Gaitán cuando todos sabemos que Gaitán siempre lo despreció. Este chiquito quiere profanar su tumba pero el pueblo libera] y el pueblo conservador no se lo van a permitir. El pueblo debe empuñar el látigo de la justicia patria para azotar este bandido. Las tesis de Gaitán eran: «defensa del pueblo», «el poder para el pueblo», «todo para el pueblo» y eso es lo que está haciendo el General Rojas Pinilla. Con que Lleras Restrepo es el defensor del pueblo ¡FARISEO!; con que Lleras es defensor del pueblo ¡MENTIRA!; es él uno de los principales responsables de la devaluación del trabajo colombiano y el alza del costo de la vida, él impuso su Ministro de Hacienda, que no tiene mas lenguaje que el de los impuestos y la vida cara. Y trata de mofarse del General cuando habla de la yaca. Se burla de la «dialéctica de la yuca» y anuncia que cuando él era Ministro de Hacienda la yuca era más barata que cuando el gobierno de «la dictadura». Pero olvida que lo importante es que los padres de familia tengan el dinero para comprar esa yuca. Y trata de hampones a los trabajadores colombianos, los trata de «micos». Los hampones son ellos, los oligarcas; los «micos» son ellos, los oligarcas. Hasta cuándo la prensa va a seguir desfigurando la verdad. Por ejemplo, habla la prensa oligárquica del éxito rotundo de su candidato por la Costa y la verdad es que el pueblo le ha vuelto la espalda a ese «chiquito» devaluador. Vamos a votar contra las Oligarquías. Yo, General Rojas Pinilla, pido al pueblo unión y disciplina para poder derrotar al poderoso enemigo que tiene el poder ejecutivo, el legislativo y judicial y sobre todo el del dinero corruptor. Llegaremos al poder o por la fuerza de las urnas o por la fuerza de las armas». Para finalizar su intervención. Rojas hizo poner de rodillas a los presentes y les tomó el siguiente juramento: «Pueblo: Juráis a Dios y prometéis a vuestros hijos votar contra el Frente Nacional». Sí... respondió la multitud. «Si así lo hicieres el porvenir os espera, en caso contrario vuestros hijos os reclamarán por la falta de valor para defender vuestra libertad y vuestros derechos»19.

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Tomado de El Nadonal, enero 21 de 1966,p. 1.

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Irritó a la dirigencia anapista del Atlántico que la prensa local y nacional callara el acontecimiento. En calidad de «publicidad política pagada» publicaron en toda una página de El Nacional el siguiente aviso acompañado de una foto inmensa de Rojas; «Derramando millones de pesos en propaganda la reacción trata de llevar al pueblo a las urnas a votar contra el pueblo/ Asi como los diarios matinales de Barranquilla ayer en forma desconcertante negaron la estruendosa manifestación de antier al general Gustavo Rojas Pinilla, los diarios bogotanos de todo el país esconden o adulteran la verdad de los hechos políticos/ La prensa y la radio están oprimidas y actúan bajo amenaza de retirarle avisos y de cerrarlas/ No crean sus informaciones mientras se logra regresarle al país su libertad de prensa. La hora de la libertad se aproxima»20. La Nueva Prensa siempre presta a ilustrar lo que callaba la gran prensa, hizo comentarios favorables a la manifestación. Concluyó que «de la visita de Rojas a ciudades de la Costa Atlántica y particularmente a Barranquilla, donde siempre ha habido gran mayoría liberal, se saca en claro que las tesis nacionalistas, las tesis sociales, las tesis contra el bipartidismo oficializado se abren cada vez más amplia vía en la conciencia del pueblo colombiano21. En el fondo, aunque no lo expresaran en un principio, la manifestación de Barranquilla preocupó a los dirigentes del Frente Nacional. Primero, porque se trataba de una plaza liberal por excelencia. Carlos Lleras creyó haber hecho mucho neutralizando al menos la militancia emerrelista. Pero lo de Barranquilla mostraba que el peligro no estaba en los seguidores de López Michelsen, sino en los anapistas. Segundo, porque de nada valía el esfuerzo que hacía el candidato oficial por presentar ante los colombianos un discurso cesudo, racional, pragmático y futurista, que en nada cambiaba la esencia del discurso frentenacionalista de sus comienzos. Los pobres de Colombia prestaban mejores oídos al discurso contestatario y panfletario de Rojas y de sus seguidores, que al meticuloso discurso del establecimiento. El nivel de la cultura política, las condiciones en que vivían los colombianos de abajo, la incapacidad de sectores pequeños de la economía de salir de sus crisis económicas, estuvieron a tono con la forma de discursear de los anapistas. De todas maneras, por el volumen de gente que salió a escuchar a ambos personajes, se puede afirmar que la contienda electoral de 1966 se polarizaba entre Lleras y Rojas como si el último fuera también candidato. Así se pusieron las cosas cuando supo Lleras que el líder anapista vallecaucano Hernando Olano Cruz, seguía insistiendo en la postulación del nombre de Rojas para la Presidencia de la República. «Nuestra política -había declarado Olano- tiene como bandera el nombre de Rojas Pinilla y con él iremos al debate presidencial. Nuestro propósito es romper el orden constitucional y crear un sistema que reemplace al Frente Nacional oligárquico. Esa es la tesis que tiene la aceptación de los dirigentes nacio-

EI Nadonal, enero 22 de 1966, p. 5. La Nueva Prensa, N° 141. febrero 12 de 1966,p.l4.

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nales de la ANAPO»22. Posteriormente a la afirmación del ideólogo anapista, desde Villa de Leyva, replicó Lleras: «La lucha está casada. Entre los liberales y conservadores que quieren la paz y la ordenada transformación de las instituciones nacionales y las falanges del antiguo dictador que convoca a la violencia y a la muerte»23. Lleras calificó de «un atentado contra la constitución, contra el liberalismo y contra la dignidad de la nación» la posibilidad divulgada por Rojas Pinilla en el sentido de que él puede ser elegido en los próximos comicios»24. Mientras Lleras había recorrido la Costa de occidente a oriente, visitando los grandes centros urbanos. Rojas lo hizo en sentido contrario, deteniéndose en las pequeñas poblaciones. Utilizando desde el avión y la avioneta, hasta lanchas y canoas, la comitiva rojista visitó la Guajira, el sur del Magdalena y los pueblos del oriente del departamento del Atlántico; Ponedera, Puerto Giraldo, Sabana Larga y Campo de la Cruz. En medio de recibimientos que incluían especies de veladas folclóricas. Rojas recibió la adhesión de liberales campesinos que le confiaron en particular la realización de una verdadera reforma agraria y en general la revolución colombiana. Finalmente, en cada uno de los pueblos de la Costa que visitó. Rojas invitó a votar el 20 de marzo por las listas de la ANAPO para liquidar «el maldito gobierno del Frente Nacional que sólo miseria y corrupción administrativa le ha traído al país»25. El candidato del oficialismo no cambió en nada la estrategia de su campaña. Siguió visitando los fuertes emerrelistas, denunciando y enjuiciando «la esencia reaccionaria» de la oposición. Se desplazó por los pueblos del actual Departamento de Sucre. De López dijo en Magangué que como no había podido convencer al liberalismo se aliaba con Rojas y con Alvaro Gómez; «El no puede comprometer al partido en esa alianza. A lo sumo se puede comprometer él solo, porque las masas que lo siguieron no se dejan engañar más y están regresando a los cauces del partido». En Sincelejo declaró que López se había convertido en un «modesto oficial de enlace del exdictador Rojas Pinilla. El hijo del mayor combatiente contra la dictadura rojista, resulta hablando ahora de cómo nos vuelve a montar a Rojas, de quien es, forzosamente un socio minoritario. Esa es una afrenta contra el partido liberal». En esta misma plaza tildó a los anapistas de «corte de marihuaneros». «Con esa gente, dijo, se unirá López...¿Qué tal el equipito que el doctor López respalda en lugar de volver a los viejos principios liberales?. El ha tenido y tiene abiertas las puertas del partido, porque nació en el mismo seno del liberalismo, pero él no nos quiere. Se alió primero con los comunistas y ahora con la reacción...»26. Pero 22

Declaradones de Hernando Olano Cruz al radionotidero «Periscopio Mundial». El Espectador, enero 23 de 1966, p. 14A Véase discurso de Carlos Lleras en Villa de Leyva. El Espectador, enero 30 de 1966, p. 5A. 24 Ibid. 25 Véanse las edidones de El Nadonal, finales de enero de 1966. 26 Véanse las edidones de la «gran prensa» del 18 al 25 de enero de 1966. 23

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Lleras no sólo daba garrote. En medio de sus planteamientos y propuestas se colaban las que habían identificado al MRL y demás agrupaciones de la oposición, tales como las del «Estado fuerte», «incorporación a la economía de los sectores marginales y a las clases desamparadas», «asistencia técnica y crediticia para los campesinos», «lucha contra la burocracia», «la economía de la abundancia» como salida al problema de la vida cara; «gobierno de las clases más pobres», etc. Por eso mientras Lleras andaba por el noroccidente colombiano proponiendo en otro estilo ideas del MRL, López interviniendo en Bogotá ante dirigentes del Lauroalzatismo, del anapismo y del mismo establecimiento decía: «Tantas banderas nos ha robado el Frente Nacional que muchas veces me he sentido tentado a no sacar más programas para que no nos los roben y desfiguren»27, A su manera lo expresó Lleras en una plaza pública: «...Y lo saben los demagogos de la revolución y los reaccionarios. Saben que haré el cambio social y que les voy a quitar las banderas de la demagogia izquierdista»28. No hizo ningún esfuerzo el candidato oficial por reconocer elementos positivos en las propuestas de la oposición. Ni siquiera reconocía los hechos. No se vislumbraba en su discurso electoral un ápice de comprensión de los otros. Si en la Plataforma algún espacio ocupó el derecho a la oposición, en la plaza pública fue implacable. Lleras ni se ruborizaba al decirlo, no quería, en la eventualidad de triunfar, oposición. En la práctica del proselitismo político, lo que resultaba era la explotación del odio. Le criticaba a Rojas el deseo que había tenido de perpetuarse en el poder, como si cosa distinta estuviera haciendo el Frente Nacional. En Chocó y Córdoba Lleras encontró algunos impedimentos de orden técnico atribuidos a los gobernadores lauroalzatistas de estos departamentos. Si en los baluartes emerrelistas Lleras, condenando la disidencia, se portaba con «sectarismo liberal», en los lauroalzatistas, atrayendo su respaldo, hablaba de deponer el odio y el sectarismo. Con los suyos su comportamiento era como el de un león enfurecido y con los laureanistas como el de una mansa paloma. Para nada tuvo en cuenta Lleras el discurso político de la izquierda radical. Poco del enmontado Camilo, nada de los comunistas. La campaña del Frente Nacional tenía otra ventaja considerable. El socio mayor de Lleras, Ospina Pérez, que contaba ya 73 años, recorría por aparte el país, visitando precisamente poblados conservadores que no habían sido cubiertos por las giras del candidato oficial, o que no habían sido visitados por Rojas ni por los lauroalzatistas o bien preparaba las masas para una próxima visita de Lleras. El anticomunismo de la campaña frentenacionalista corría 27

Véase intervendón de Alfonso López Michelsen en el Centro de Estudios Colombianos. En: El Espectador, enero 21 de 1966,p. 9Ay 12A 28 Discurso de Carlos Lleras en Duitama. El Espectador, enero 31 de 1966, p. 1OA

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por su cuenta y riesgo. En las poblaciones de Antioquia, Ospina advirtió a sus copartidarios, que Colombia estaba librando la segunda batalla contra el comunismo al luchar contra la oposición de Rojas, López y Alvaro Gómez. La campaña del candidato del Frente Nacional no varió mucho en el mes de febrero. En su visita a los municipios de Boyacá se dedicó a convencer a la población conservadora de las inconveniencias de votar por Rojas Pinilla. Dijo que éste no podía ser candidato por estar desprovisto de derechos políticos y por tocarle esta vez el turno a los liberales. En Tunja, los anapistas repartieron volantes con consignas de su movimiento torpedeándole a Lleras, el curso de su intervención. En Puerto Berrío por donde había pasado López con marcado éxito a finales de 1965, el candidato oficial dedicó gran parte de su discurso a deslegitimar al emerrelismo. Finalizó aquí diciendo: «No tiene el MRL mejor plataforma que la nuestra, ni conoce mejor que nosotros los problemas nacionales»29. En el pueblo liberal de Fusagasuga el candidato del Frente de Transformación Nacional retó al jefe del MRL: «Yo desafío a López a que demuestre que tiene la mayoría del partido liberal, le lanzo un reto político para que ambos afrontemos sus consecuencias. Si López pone más votos que yo en las próximas elecciones, yo retiro mi candidatura, porque no podría ir con una minoría a representar al partido liberal en el Frente Nacional»30. En Chaparral reiteró el reto y peroró «el que saque la mayoría en las elecciones parlamentarias de marzo se queda con el partido liberal»31.

5.2.2 El Rojismo Liberal Al término de su gira por el departamento de Antioquia, Lleras trazó las pautas que deberían seguir sus copartidarios en la provincia colombiana: I o Lucha contra la abstención en las elecciones para el Congreso y 2° Una gran ofensiva para conjurar la penetración rojista en las filas liberales. «Denme un buen Congreso y les daré un buen gobierno», pedía sin cesar el candidato liberal. En ninguna otra parte como en las grandes ciudades liberales. Lleras se desmadejaba desvirtuando a Rojas. No tenía en cuenta al conjunto de hombres que acompañaban al general, ni se molestaba en criticar con profundidad los programas del anapismo. Todo el peso de sus ataques recaía sobre la persona del «dictador» y sobre la composición social de su Movimiento. Aunque con dolor. Lleras terminó aceptando la realidad del liberalismo rojista y pensó que el fenómeno era reversible. «El rojismo es incompatible con el liberalismo decía en Medellín- el liberal que se sienta rojista que se vaya del todo, porque

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Grandioso Redbimiento en Puerto Berrío a Lleras Restrepo. En: El Espectador, febrero 5 de 1966,p. 10A Reto de Lleras a López Michelsen. En: El Espectador, febrero 19 de 1966, p. 7A 31 Véase El Espectador, febrero 23 de 1966, p. 1 IA 30

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va a tener cerradas para siempre las puertas del partido»32. El Tiempo había advertido con anterioridad el desplazamiento de las bases liberales hacia la ANAPO, pero entonces no era tan severo con los nuevos «lentejos», por el contrario, escribía un editorialista del periódico que las puertas estaban abiertas para su regreso al partido33. Curiosamente, los liberales oficialistas del citado Diario argumentaban que liberalismo y rojismo eran corrientes que espiritual, doctrinaria, y moralmente se excluían, como si la alianza Lleras-Ospina Pérez fuera asimilable para los liberales que identificaban al expresidente conservador como su verdugo en los infaustos años de 1948 y 1949. Si en la práctica existía el ospinismo liberal, por qué no podía existir el liberalismo rojista?. Calculando así las cosas. Lleras declaró que Rojas tampoco era conservador, sino «simplemente rojista». Siguiendo las directrices de su candidato, el matutino liberal desató una furibunda arremetida contra los liberales que veían con buenos ojos la actividad proselitista del general Rojas. «Ni liberales rojistas, ni rojistas liberales» fue el título de uno de sus últimos editoriales preelectorales34. Todo porque los anapistas consideraron llegado el momento de presentarse masivamente a las elecciones como anapistas liberales en los departamentos y localidades donde sus pobladores fueran en su mayoría de esa filiación política. Cosa que venían haciendo, pero que sólo ahora, cuando era débil la disidencia liberal emerrelista, constituía una verdadera amenaza para el oficialismo. Los periódicos del liberalismo llerista tocaron a rebato. En un despliegue de editoriales, no les faltó argumentos para presentar el gobierno de Rojas como la antítesis del liberalismo. Alianza Popular contratacó. Tampoco le faltaron argumentos para indicar las bondades del gobierno militar para con las masas liberales. En el fondo, las partes en disputa no fueron muy convincentes. Eran más complejas las cosas. Acudir a lo malo del gobierno de Rojas para neutralizar a los liberales, o a lo bueno que produjo a favor de los liberales para ganárselos, era apenas un elemento de juicio. En cambio, Alberto Lleras Camargo mostraba mejor tino. Aunque se refería a Rojas como «el culebrero de la protesta social», contribuía con olfato sociológico a la comprensión del fenómeno anapista. Por fuera de la plaza pública y de sus alocuciones proselitistas, el expresidente comentaba que el respaldo popular a Rojas se debía a la presencia en las ciudades grandes del país de gente que vivía al margen de la vida social, política y económica sin servicios públicos y «sin la esperanza de que la nación se de cuenta de sus deberes para con ella». Apuntaba que este tipo de población no entendía más lenguaje «que el primitivo y grosero de una persona o grupo de personas que están fuera de la ley o bordeando la delincuencia, y mientras más primitivas sean las formas de aproximación, tanto más claras para quienes no

Lleras pide grande esfuerzo electoral. En: El Espectador, febrero 8 de 1966,p. 1 y 10A Liberales rojistas? Imposible !. En: El Tiempo, didembre 13 de 1965 ,p. 4 Ni Liberales rojistas, ni Rojistas Liberales. Editorial de El Tiempo, marzo 4 de 1966, p. 4

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se sienten perteneciendo a Colombia, a sus sistemas, a su orden social, a su vida material»35. Lleras Camargo consideró el auge rojista como un fenómeno de tránsito producido por el exceso de población, del crecimiento demográfico vertiginoso, de la violencia, del desarrollo industrial y de la desocupación campesina. Lo cierto es que los lleristas estaban asustados. Podían silenciar en sus periódicos las manifestaciones de Rojas, como en efecto lo hicieron con relativo éxito en las anteriores elecciones. Pero en 1966 no podían seguir con los ojos vendados ante la realidad. Rojas había movilizado Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga y sobre todo a Bogotá. Amén de las pequeñas localidades a donde no iban sus adversarios, de las ciudades intermedias, etc. Por eso cuando se acercaban las elecciones, los lleristas fueron hablando menos del peligro emerrelista. Ahora los titulares de la gran prensa rezaban: «Paz con Lleras o Violencia con Rojas».

5.2.3 La conquista de los votos bogotanos En su campaña de Bogotá, Lleras repitió las condenas a la oposición que hiciera en sus giras por el país. El Frente Nacional le puso especial atención a la capital debido al triunfo electoral obtenido aquí por los anapistas en las elecciones de 1964. Por ello en una manifestación realizada en el barrio Quiroga, que reunió la gente que habitaba los barrios del sur de Bogotá, Rojas ocupó destacado lugar. Los anapistas no descuidaron un momento la capital. Conscientes del respaldo que tenían aquí, desde temprano organizaron su campaña. La ciudad estaba empapelada con carteles que promovían la candidatura de María Eugenia Rojas al Congreso. En uno de ellos una mujer con expresión de felicidad, cargaba en sus brazos a su pequeño niño. Al fondo, un letrero grande decía: «Revivamos a SENDAS», seguido por avisos que rezaban: «restaurantes populares», «aguinaldos para pobres», «salas cunas», «jardines infantiles». En otros carteles aparecía la fotografía de María Eugenia rodeada de las siguientes leyendas: «Gracias María Eugenia. Triunfaremos»; «PUEBLO Si/votando por María Eugenia/el 20 de marzo/OLIGARQUIAS NO/; «El Pueblo sufre/La Oligarquía brinda/ Vote por María Eugenia el 20 de marzo/; María Eugenia/ con el pueblo/ Derrotará la oligarquía/. Como su padre que recorría los poblados perdidos del país, María Eugenia sola o con él, se desplazó por los barrios más pobres de Bogotá. También se difundieron afiches relacionados con Rojas. En todos, en el extremo superior aparecía el estribillo de la campaña anapista: «ROJAS SI» acompañado de diversos mensajes y de una fotografía suya. Ro-

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Véanse declaradones de Lleras Camargo. En: El Tiempo, marzo 14 de 1966, p. 11

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jas aparecía señalando el horizonte o con su atuendo de militar. Los mensajes de los carteles eran los siguientes: «Alegría Liberal con Rojas»; «A la carga con Rojas es el grito en los barrios»; «El pueblo Liberal y Conservador con Rojas Pinilla/Vote por las listas de Alianza Nacional Popular el 20 de marzo»; «El Pueblo trabajador con Rojas»; «A la victoria el 20 de marzo»; «Rojas en los barrios/desbordante entusiasmo popular/triunfal recibimiento le tributarán»; «Rojas Si !/El pueblo con su caudillo a la victoria»/. Para neutralizar la propaganda del Frente Nacional contra el movimiento, los anapistas respondieron con carteles que desvirtuaban los progresos de los que se ufanaban los pregoneros de la candidatura de Lleras y con programas radiales. Todos los días y en cadena con numerosas emisoras de la provincia, los anapistas transmitían un dramatizado del juicio de Rojas ante el Senado36. En los carteles contra el establecimiento, con material fotográfico, los publicistas del anapismo mostraban el hambre, la falta de vivienda, el desamparo, la desolación y el frío de los niños y demás necesidades por las que estaban pasando los colombianos pobres. Al tiempo que la hija del jefe de la ANAPO hablaba dos veces por día por una emisora popular, en Alianza Popular comenzó a aparecer una pequeña columna suya. En ella, María Eugenia se manifestó en contra de la abstención y declaró «enemigos del pueblo» a los seguidores de dicha política. Se dirigió a la mujer, mas no de la manera totalizadora de los Lleras. Su llamado era para las mujeres de abajo: «Me dirijo a las mujeres campesinas, que vienen a las aldeas, en los días de fiesta, con el último niño al hombro, cargadas como bestias de labor con los productos de la labranza; y a las mujeres de las aldeas, encogidas en una pobreza tímida; y a las mujeres de las ciudades que trabajan y conocen la angustia de los salarios escasos. A las madres de hijos descalzos; a las esposas de escasos salarios; a las mujeres de éste país que creen en Dios y esperan en su misericordia...»37. María Eugenia legitimaba su llamado en su desempeño como directora de SENDAS en los tiempos del gobierno de su padre. Hablaba de una «compensación con el pasado» y se lamentaba que ese gobierno no hubiera tenido más tiempo para completar una «obra grande». Escribió ampliamente sobre las condiciones de vida de los niños colombianos; «no puede pensarse en el futuro de la patria si él se sostiene, como en el caso nacional, en las manos mugrientas del gamín urbano, que tiene la mendicidad

36 El aviso de la propaganda rezaba así: «Rojas ante el Senado/ Se transmitirá todos los días de/ LUNES a VIERNES, de 8 y 30 a 9:00 p.m./Una producdón de Jaime Zubieta, con la Direcdón de Marco Fidel Várela y Julio Enrique Vúlate A./Actuadón espedal del Grupo Escénico de Radio Modelo/ Dirigidopor Julio Molma Vergara/ Con la actuadcn de JOSÉ Dulfo Rojas. ARTURO BAZZANI. LUIS MUNEVAR y ALFONSO GONZÁLEZ/ Este programa se transmitirá en cadena con las/siguientes emisoras: Emisora Ecos del Combeima en Ibagué/Emisora La Voz del Rio Suárez de Barbosa/ Emisora Norte-Vallecaucana, de Calarcá; Emisora Ondas del Huila en Ndva/ Origina RADIO MODELO -CANAL 125/La Emisora del Pueblo -/. 37 Véase Habla María Eugenia Fai; Alianza Popular, febrero 12 de 1966, p. 4

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y el robo como fuente de una precoz subsistencia; ni cuando avanza en los pies descalzos del niño campesino, ni cuando mira con los ojos tristes de los niños con hambre»38. Por igual, en sus intervenciones de radio y por su columna, María Eugenia se apersonó de los problemas de la baja oficialidad, de los suboficiales, de la policía y de los maestros. Prometió presentar Proyectos de Ley que revisara los salarios y dotara de vivienda propia estos sectores de la población colombiana39. 5.2.4 La mística religiosa del Anapismo y la reacción de las jerarquías eclesiásticas Como en los tiempos del gobierno militar, no obstante la persecución de la Iglesia hacia Rojas Pinilla, los anapistas no dejaron de presentarse ante los colombianos como modelos de católicos. Si algo los hería, era que dudaran de su fervor religioso. Aunque la ANAPO identificaba sus tesis en todos sus documentos programáticos con las promulgadas por la Doctrina Social de la Iglesia, recibía de parte de la jerarquía eclesiástica los embates de una especie de «macartismo religioso». La iglesia no toleraba que de las comitivas de Rojas hicieran parte clérigos como en verdad venía sucediendo. La intensa actividad de Camilo Torres hizo que la Iglesia se concentrara en él y Rojas pudo descansar de las presiones de la jerarquía eclesiástica. Ausente Camilo de la vida política civil, cayeron de nuevo sobre los anapistas los dardos de la Iglesia. A finales de enero de 1966, cuando el expresidente Mariano Ospina Pérez andaba haciendo política en la población antioqueña de Santa Rosa de Osos, tuvo como compañero de balcón al obispo de esa localidad, Miguel Ángel Builes. El alto prelado dedicó su intervención a lanzar diatribas contra la oposición. Proclamó su adhesión a Lleras Restrepo y manifestó que «el espíritu satánico» se había apoderado de Rojas Pinilla40. Días después. Monseñor Bulles, en pastoral a los párrocos y fieles de su Diócesis, llamando a votar por el Frente Nacional, acusó a todos los grupos de la oposición de «comunizantes». «Los millones de católicos colombianos -decía el documento- con su jerarquía religiosa y el Frente Nacional están en el sacrosanto Concilio Ecuménico. Los emerrelistas con su fundador, los anapistas con Rojas, los lauro-alzatistas con su jefe, la Democracia Cristiana comumstoide con sus corifeos, y el ejército dizque de liberación nacional están con el Congreso Tricontinental Comunista»41.

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Véase «Habla María Eugenia» En: Alianza Popular, febrero 21 de 1966, p. 4. Véase «Habla María Eugenia». En: Alianza Popular, marzo 9 de 1966, p. 4. Véase El Tiempo, febrero 1 de 1966 p. 13 y La República, febrero 1 de 1966, p. 8. 41 Véase texto de lapastoral en: La República, miércoles 9 de febrero de 1966p.3. Terminaba así el documento: «Léase esta circular en todas las iglesias y capillas de nuestra diócesis en los últimos 39

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De todo lo que se había dicho en contra de la ANAPO hasta ese momento, fue la declaración de Monseñor Builes lo que más le dolió a los seguidores del general Rojas. El editorialista de Alianza Popular se vio obligado a escribir: «Nosotros, los rojistas, somos realmente el único antemural que resiste la presión del comunismo. Prohibimos el ejercicio de la antipatria en el régimen de las Fuerzas Armadas. Y ha sido constante nuestra afirmación anticomunista. Pero nuestra acción frente al marxismo no puede amparar una situación social y económica como la que padece el pueblo colombiano, ni continuar en el servicio de unas castas explotadoras y viciosas, engolosinadas por las granjerias y ventajas que a la economía da el mandato político. El comunismo no está en el poder ni aspira a él, por lo menos a través de las vías electorales, ya que carece de fuerza decisoria. Citarlo como nuestro aliado es una paradoja sin sentido. Y afirmar que los rojistas representamos la disolución del país y de sus tradiciones religiosas y morales, cuando ellas son base de nuestra tarea y oxigeno de nuestros pulmones, es injusticia, tanto más injusta cuanto que viene de quien tiene la obligación de la verdad, la necesidad de la prudencia y el deber de la caridad cristiana»42. La salida de Monseñor Builes sirvió para que César Garrido, el otrora dirigente nacional del Movimiento de Unión y Reconquista de Álzate Avendaño, encontrara equivalentes las posiciones de élite de la Iglesia con las de los ideólogos del Frente Nacional. Para Garrido no existía ninguna diferencia entre quienes afirmaban que por la ANAPO votarían «los atracadores, los marihuaneros, los ladrones, los pordioseros, los hampones, los hombres sin Dios y sin Ley» y una iglesia como la colombiana que despreciaba a los pobres. «Exabruptos como los del obispo antioqueño -escribía Garrido- son los que vienen preocupando hondamente a la iglesia moderna, la de Pió XII, Juan XXIII y Paulo VI, cuyo espíritu evangélico se refleja en el último Concilio Ecuménico. Cristo fue pobre, nació, vivió y murió con evidente simpatía por los pobres»43. Empero, los anapistas no tuvieron que hacer demasiado esfuerzo para defenderse. Afrontaron la contrapropaganda de una manera sutil. Se reprodujo en la portada de Alianza Popular una fotografía que mostraba a María Eugenia y Rojas Pinilla de rodillas orando en la catedral de Chiquinquirá en diciembre último, después de una manifestación política en dicha localidad. La fotografía se reprodujo días después en grandes carteles, cuando los anapistas recibieron respuesta a una solicitud que hiciera al Papa de «Bendición Apostólica». En el afiche se exhibía al lado derecho un recuadro de Pavlo VI con un texto en letra gótica que decía: «BEATÍSIMO PADRE/ANAPO y Gustavo Rojas Pinilla/humildemente postrados a los pies de Vuestra Santidad, suplican una especial/BENDICION APOSTOLICA/prenda de Gracias celestiales/. Al lado

domingos de este mes de febrero y de abril en todas las misas que se celebren y aun en otros días de ambos meses, si se juzga necesario». 42 Véase editorial de Alianza Popular, febrero 11 de 1966 $A. 43 Garrido César. Trucos del pasado. En: Alianza Popular, febrero 11 de 1966, p.4.

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izquierdo aparecía la citada fotografía de María Eugenia y su padre en la Catedral de Chiquinquirá, acompañada del siguiente texto: «SU SANTIDAD PAULO VI/ENVIO SU BENDICIÓN APOSTÓLICA AL General Gustavo Rojas Pinilla y al Movimiento de Alianza Nacional Popular/». Así, en las últimas de la campaña electoral, las circunstancias hicieron que los anapistas le dieran un tono religioso a su prédica. Con el cartel descrito, continuaron recorriendo el país. Es interesante en este sentido, el relato que hizo pocos años después el ahora recién vinculado al movimiento, Roberto Harker Valdivieso: «Nuestro pueblo venera a sus mártires. Por ello en los días de mercado, a la salida de la misa mayor, levantábamos el estrado para exhibir nuestro mártir y semejando luego a los vendedores de específicos empezábamos a ofrecer nuestra revolución. Las gentes con los ojos bien abiertos, casi fuera de esas órbitas tristes que nos indicaban el hambre campesina, nos miraban y nos aplaudían tímidamente. Venía entonces el reparto religioso de la esfinge erguida de un exgeneral cubierto con la bandera de la patria y revestido de medallas, charreteras y escudos. Y después, los grandes cartelones, cuidadosamente colocados en sitios estratégicos, en donde aparecía Su Santidad el Papa, enviando su bendición al ex Presidente mártir y a su hija. Todo esto llegaba a lo más íntimo del alma del pueblo campesino y lo aglutinaba en torno a su figura»44. La defensa de los ataques provenientes del alto clero hizo que los anapistas sin pensarlo descubrieran un efectivo mecanismo para llegar a los colombianos de los años sesentas, al contrario de lo que El Tiempo afirmaba en un editorial titulado «Escandalosa Explotación Religiosa Hace la ANAPO»45. El 16 de febrero los medios de información comunicaron al país la muerte en combate del padre Camilo Torres. Alianza Popular dedicó dos portadas de sus ediciones al cura guerrillero: «Recrudece la violencia. Muerto Camilo Torres en San Vicente de Chucurí», «Camilo Torres Asesinado por las Oligarquías». El periódico reprodujo textos y frases del legado de Camilo que compartía, tales como su concepción del pueblo, la violencia oficial, la avaricia de los ricos. En uno de los editoriales dedicado a su memoria, los ideólogos de la ANAPO aprovecharon la oportunidad para deslegitimar el régimen: «El Frente Nacional ha asesinado obreros y campesinos y estudiantes. Tan sólo faltaba que asesinara sacerdotes y Ministros de Dios. ¿En qué quedan la caída de los estudiantes en el gobierno militar y la masacre del circo de toros en que no hubo sino una muerte accidental, ante el crimen que ahora acaba de cometer el sistema en la persona de un convencido de la revolución, de un apóstol de la caridad, de un personero de la justicia, que cayó porque deseaba un cambio inmediato en los estamentos del Estado y porque defendía el derecho de los pobres a tener trabajo, casa propia, educación?. Esta mancha será indeleble»46. 44

Harker Valdivieso Roberto. La Rebelión de las Cumies. Boceto en negro para d ex-general Rojas Pínula. s.e.l968,p.21-22. 45 El Tiempo, febrero 22 de 1966,p.4. 46 Véase «Jomada de Combatiente». Editorial de Alianza Popular, febrero 19 de 1966, p. 4.

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Desde los comienzos de la vida política de Camilo, la ANAPO, por obvias razones, miró su actividad con recelo y no dudó en referirse a él de manera peyorativa. Para algunos de los columnistas de Alianza Popular, Camilo era un idiota útil que le hacía el juego a la oligarquía del Frente Nacional. Para ellos, Ruiz Novoa primero y Camilo después, no habían hecho otra cosa que contrarrestarle crecimiento al anapismo. Para otros, Camilo era simplemente una vedette. En una de las páginas editoriales del órgano anapista, un columnista se atrevió a vaticinar en octubre de 1965: «...Ruiz y Camilo, como las furtivas golondrinas de Becker, no volverán. Ya cumplieron su función de fuegos de artificio. Ahora van hacia la anécdota. Atrás quedaron colgados de un ropero un uniforme, una sotana y también unos sueños decapitados, unos sueños de unos hombres que tuvieron, como en el viejo tango su cuarto de hora»41. Menos aún simpatizó a la dirección anapista las posturas de Camilo Torres frente a las elecciones. Si aprovechó la oportunidad para capitalizar el espíritu del inmolado sacerdote: «Sobre la tumba del padre Camilo Torres y entre las brumas augúrales de su recuerdo ejemplar, las muchachadas, las turbas hambrientas, los tristes, los explotados, tienen que prometer hacer el último esfuerzo el 20 de marzo para acabar con el Frente Nacional, que es un frente de miseria, de ruina, de estafa, de angustia, de desolación, de iniquidad y de muerte»48. Varios días después de la muerte de Camilo, la alta jerarquía de la Iglesia colombiana se pronunció oficialmente en contra de la abstención. Tratando de evitar el escándalo que produjo la pastoral de Monseñor Builes, los arzobispos fueron prudentes al convocar a los católicos a participar en las elecciones. Su animadversión hacia el comunismo y hacia los movimientos de izquierda radical fue expresa, mientras que su posición frente a los anapistas fue tácita; «...sería más grave aún que la abstención, el depositar el sufragio por personas que profesan doctrinas materialistas y ateas condenadas por la Iglesia, tales como el comunismo. Igualmente sería reprobable y, desde el punto de vista democrático inaceptable, el dar el voto por quienes preconizan la violencia o amenazan con destruir el orden social»49. Los anapistas no se llamaron a engaño. Entendieron que el episcopado colombiano se refería a ellos. Por eso en el editorial de Alianza Popular posterior a la promulgación del documento episcopal se lee: «Nos vemos, en la necesidad de aclarar ciertos conceptos cuya vigencia hemos reiterado, de tiempo atrás, con más terquedad que buen

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Ver en edidones de Alianza Popular de octubre 11 de 1965 p.7 «Don Camilo o El Idiota útil»; octubre 25, p.2 «Los Fuegos de Artifido». 48 Véase Editorial «Jomada de combatiente» En: Alianza Popular, febrero 19 de 1966 p.4 El presbítero Ignado Yepes Yepes, párroco de Carolina Antioquia y reconoddo rojaspinillista de la región, ofidó misas por el alma de Camilo y pronundó panegíricos a favor de su lucha. Culpando de su asesinato al Frente Nadonal, el padre Yepes declaró a Camilo inocente y mártir. Véase ampliamente El Siglo, mayo 3 de 1966, p.8. 49 Abstenerse de votar es falta grave. Declara el Episcopado. En: El Espectador, 19 de febrero de 1966,p.ly9A

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éxito»50. El editorialista hizo esfuerzos, como si fuera la última vez, por mostrar la correspondencia que existía entre la actividad política del movimiento anapista y los postulados de la Doctrina social de la Iglesia. Por supuesto, no se trataba de un problema religioso. Así, todo estaba listo para las elecciones del 20 de marzo. Se recogerían los frutos de un extenuante trabajo proselitista. La prensa oficial redobló esfuerzos para desacreditar la oposición, especialmente el sector del general Rojas. Las ciudades grandes fueron empapeladas con carteles que reproducían las fotografías de los hechos sangrientos acaecidos en el gobierno de las Fuerzas Armadas, lo que provocó grescas entre los anapistas y quienes pegaban la contrapropaganda51. Ante las numerosas disidencias que se produjeron a raíz de la confección o ratificación por parte de la cúpula del Frente Nacional de las listas para los cuerpos legislativos, la gran prensa llamó a la unanimidad de los partidos. El extremo del dramatismo quedó consignado así: «Las disidencias, en esta ocasión, son movimientos inadmisibles, porque las jornadas que se avecinan tienen un carácter decisorio para la república»52. Cuando ya no se pudo salir a la plaza pública, el debate político continuó por las cadenas radiales. Así cerraron sus campañas Ospina Pérez, los líderes del oficialismo liberal y Alfonso López Michelsen. Ospina ratificó sus posiciones anticomunistas fundamentándose en los pilares filosóficos del conservatismo colombiano. Llamando a los jóvenes conservadores a no abandonar el «viejo solar godo» y a no entusiasmarse con la idea de un nuevo partido cristiano, Ospina demostró que el partido conservador era precisamente la versión colombiana de la «democracia social católica» y de la «democracia cristiana» europeas53. Por su parte Carlos Lleras, utilizando el señuelo de la amenaza rojista, llamó a los emerrelistas a regresar al partido oficial: «Estos son los momentos de la unión, dijo, antes de que el rojismo se pueda sentir estimulado por las divisiones liberales...no pongan en peligro la alternación al reforzar con su actitud disidente las pretensiones de Rojas Pinilla»54. Alberto Zalamea, el líder del MDN y director de la revista La Nueva Prensa, invitó a votar por la oposición. Sostuvo que no había puesto para el «abstencionismo consciente». Señaló que las tres alternativas: la extrema derecha de Alvaro Gómez, la izquierda reformista de Alfonso López y el juicio final de los partidos que inspiraba inconscientemente Rojas Pinilla aunque 50

Véase «El Documento Episcopal» EN: Alianza Popular, febrero 21 de 1966, p.4. Uno de los carteles recordaba con gráficas impresionantes la matanza de estudiantes el 8 y 9 de jumo de 1954. Véase El Tiempo, marzo 10 de 1966, p. 7. 52 El Tiempo, marzo 7 de 1966, p.4. 53 Alocudón radial de Mariano Ospina Pérez al cerrar la campaña conservadora. Véase: El Tiempo, marzo 15 de 1966,p.l9. 54 Abriremos un Nuevo Período en la vida de Colombia. Alocudón de Carlos Lleras Restrepo para cerrar la campaña para Cuerpos Colegiados. En: El Tiempo, marzo 15 de 1966, p. 21. 51

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podían no satisfacer las aspiraciones del pueblo y los anhelos del nacionalismo, son «el ariete con el cual los colombianos podemos derribar las primeras murallas de la fortaleza enemiga, cipaya y vergonzosa que hoy domina a la República»55. Ruiz Novoa sin los frutos que esperaba consechar después de renunciar a su candidatura nacionalista en mayo de 1965, aconsejó votar por los candidatos de los grupos oposicionistas. «La cuestión de fondo que se disputa en las próximas elecciones, manifestó, es el triunfo sobre la política de continuismo y la política del cambio, entre la opresión política, social y económica de unos pocos y la libertad para todos los colombianos. El Frente de Transformación Nacional propicia la opresión y la oposición es partidaria de la libertad»56. Alvaro Uribe Rueda, el jefe la Línea Dura del MRL anunció públicamente el 28 de febrero su retiro del debate electoral, no obstante que su nombre había sido postulado para Senador por Santander y Caldas. Este paso significó la disolución de la Línea Dura. Había fracasado Uribe en su intento de unificar la oposición alrededor de la agrupación que dirigía. Agotado del esfuerzo, declaró: «Si se hubiera dado la imagen de esa nueva formación política, de una organización que constituyera el futuro partido nacional del desarrollo y de la independencia, como esqueleto integrador y omnímodo del pueblo y la Nación, la gente no comprometida pero descontenta habría tenido el estímulo de saber que existía un acuerdo nuevo que no sería, como el de ahora de los opositores, una coalición para oponerse al nombre de Lleras, sino una unión popular para ejercer el gobierno»57. En el Valle del Cauca, en una Convención Departamental de la Línea Dura, realizada en la segunda semana de marzo de 1966, se logró la unidad del MRL. El duro Ramiro Andrade encabezó la lista del Movimiento para la Cámara de Representantes. También encabezó lista para la Cámara el duro santandereano Ciro Ríos. A última hora, Darío Echandía involucró a López Michelsen en una polémica doctrinaria en la que sin duda salió mal librado el jefe emerrelista, viéndose éste obligado a declarar que el MRL no tenía pactos privados ni públicos con el alvarismo ni con el anapismo. «Tenemos la esperanza de sustituir al ospinismo y al llerismo en el poder que han usurpado». Agregó luego López «Nosotros no estamos contra el Frente Nacional como sistema de concordia»58 El lauroalzatismo llegó debilitado a las elecciones. Dos de sus principales figuras, Jorge Leyva y Rafael Azula Barrera conformaron el Movimiento Popular Conservador y lanzaron listas por aparte en algunos departamentos. Alva-

La Nueva Prensa, febrero 12 de 1966, p. 18. Véase «Rechazo Militar a pretensión de Ruiz». En: El Tiempo, marzo 19 de 1966, p.9. La Nueva Prensa,febrero 12 de 1966,p.l8. El Tiempo.marzo 17 de 1966,p.6.

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ro Gómez Hurtado negó su alianza con Rojas y con López y pidió el voto como medida de salvación del partido conservador. Alvaro Rivera Concha dirigente del PSDC declaró que ese partido requería «un caudal mayor de votos para acabar con la politiquería en el país». En ese sentido prometió lanzar listas en los departamentos de Huila, Valle, Tolima, Cundinamarca, Meta, los dos Santanderes, Nariño y Antioquia. Por Cundinamarca encabezaría Senado Alvaro Rivera Concha y por Antioquia Francisco de Paula Jaramillo59. Al Partido Comunista, que venía apoyando al MRL desde sus comienzos, se le complicaron un poco las cosas cuando el jefe máximo del MRL empezó a buscar entendimientos con Alvaro Gómez y Rojas. Pasos que entendió el partido como la búsqueda que hacía López de un respaldo amplio para su candidatura. El comunismo estuvo entretenido un buen tiempo con el Frente Unido de Camilo. Luego se reunió en su X Congreso que aprobó la combinación de todas las formas de lucha para llegar al poder y la conformación de un gran movimiento popular, el Frente Democrático de Liberación Nacional. Para este último objetivo llamó a trabajar con las pequeñas burguesías de las ciudades, propósito que lo colocaba también en la necesidad de entablar conversaciones con los anapistas. Escribía uno de sus ideólogos, que cuando había surgido la ANAPO «sosteníamos tesis según las cuales este movimiento se componía de elementos desclazados. Lo cierto es que esa posición se ha modificado. En su seno existen sectores populares e inclusive gentes del MRL se han pasado a este movimiento. Por otro lado sectores anapistas realizan acciones conjuntas con el partido y el MRL en muchas regiones del país. Hay que señalar una tarea muy clara: entenderse por la base con elementos de ANAPO, pues están levantando consignas antioligárquicas, antiimperialistas y antifeudales, para ser consecuentes con nuestra política de formación del frente democrático de liberación nacional»60. En realidad, hubo intentos de alianzas entre el PCC y las bases de la ANAPO. En Viotá, durante un mitin que contó con la asistencia de representantes anapistas y emerrelistas, Gilberto Vieira recalcó sobre «la necesidad de alianzas de clase con los sectores populares del MRL y la ANAPO con vistas a la integración de los concejos en una serie de municipios»61. Finalmente, aunque los comunistas eran conscientes del abandono que había hecho López de consignas revolucionarias como la lucha por la reforma agraria, la nacionalización del petróleo, apoyo a la revolución cubana, entre otras, declararon que apoyarían las listas del MRL que incluyeran en sus plataformas locales: el levantamiento del estado de sitio; la liquidación del frente nacional como base

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rbidyEITiempo,marzo2del966,p. 21. Hurtado Hernando. Sobre Política de Alianzas. En: Documentos Políticos, N° 57, febrero de 1966, p.39. 61 Voz Proletaria, febrero 24 de 1966,p.3. 60

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podían no satisfacer las aspiraciones del pueblo y los anhelos del nacionalismo, son «el ariete con el cual los colombianos podemos derribar las primeras murallas de la fortaleza enemiga, cipaya y vergonzosa que hoy domina a la República»55. Ruiz Novoa sin los frutos que esperaba consechar después de renunciar a su candidatura nacionalista en mayo de 1965, aconsejó votar por los candidatos de los grupos oposicionistas. «La cuestión de fondo que se disputa en las próximas elecciones, manifestó, es el triunfo sobre la política de continuismo y la política del cambio, entre la opresión política, social y económica de unos pocos y la libertad para todos los colombianos. El Frente de Transformación Nacional propicia la opresión y la oposición es partidaria de la libertad»56. Alvaro Uribe Rueda, el jefe la Línea Dura del MRL anunció públicamente el 28 de febrero su retiro del debate electoral, no obstante que su nombre había sido postulado para Senador por Santander y Caldas. Este paso significó la disolución de la Línea Dura. Había fracasado Uribe en su intento de unificar la oposición alrededor de la agrupación que dirigía. Agotado del esfuerzo, declaró: «Si se hubiera dado la imagen de esa nueva formación política, de una organización que constituyera el futuro partido nacional del desarrollo y de la independencia, como esqueleto integrador y omnímodo del pueblo y la Nación, la gente no comprometida pero descontenta habría tenido el estímulo de saber que existía un acuerdo nuevo que no sería, como el de ahora de los opositores, una coalición para oponerse al nombre de Lleras, sino una unión popular para ejercer el gobierno»57. En el Valle del Cauca, en una Convención Departamental de la Línea Dura, realizada en la segunda semana de marzo de 1966, se logró la unidad del MRL. El duro Ramiro Andrade encabezó la lista del Movimiento para la Cámara de Representantes. También encabezó lista para la Cámara el duro santandereano Ciro Ríos. A última hora, Darío Echandía involucró a López Michelsen en una polémica doctrinaria en la que sin duda salió mal librado el jefe emerrelista, viéndose éste obligado a declarar que el MRL no tenía pactos privados ni públicos con el alvarismo ni con el anapismo. «Tenemos la esperanza de sustituir al ospinismo y al llerismo en el poder que han usurpado». Agregó luego López «Nosotros no estamos contra el Frente Nacional como sistema de concordia»58 El lauroalzatismo llegó debilitado a las elecciones. Dos de sus principales figuras, Jorge Leyva y Rafael Azula Barrera conformaron el Movimiento Popular Conservador y lanzaron listas por aparte en algunos departamentos. Alva-

La Nueva Prensa, febrero 12 de 1966, p. 18. Véase «Rechazo Militar a pretensión de Ruiz». En: El Tiempo, marzo 19 de 1966, p. 9. La Nueva Prensa, febrero 12 de 1966,p.l8. El Tiempo, marzo 17 de 1966,p.6.

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ro Gómez Hurtado negó su alianza con Rojas y con López y pidió el voto como medida de salvación del partido conservador. Alvaro Rivera Concha dirigente del PSDC declaró que ese partido requería «un caudal mayor de votos para acabar con la politiquería en el país». En ese sentido prometió lanzar listas en los departamentos de Huila, Valle, Tolima, Cundinamarca, Meta, los dos Santanderes, Nariño y Antioquia. Por Cundinamarca encabezaría Senado Alvaro Rivera Concha y por Antioquia Francisco de Paula Jaramillo59. Al Partido Comunista, que venía apoyando al MRL desde sus comienzos, se le complicaron un poco las cosas cuando el jefe máximo del MRL empezó a buscar entendimientos con Alvaro Gómez y Rojas. Pasos que entendió el partido como la búsqueda que hacía López de un respaldo amplio para su candidatura. El comunismo estuvo entretenido un buen tiempo con el Frente Unido de Camilo. Luego se reunió en su X Congreso que aprobó la combinación de todas las formas de lucha para llegar al poder y la conformación de un gran movimiento popular, el Frente Democrático de Liberación Nacional. Para este último objetivo llamó a trabajar con las pequeñas burguesías de las ciudades, propósito que lo colocaba también en la necesidad de entablar conversaciones con los anapistas. Escribía uno de sus ideólogos, que cuando había surgido la ANAPO «sosteníamos tesis según las cuales este movimiento se componía de elementos desclazados. Lo cierto es que esa posición se ha modificado. En su seno existen sectores populares e inclusive gentes del MRL se han pasado a este movimiento. Por otro lado sectores anapistas realizan acciones conjuntas con el partido y el MRL en muchas regiones del país. Hay que señalar una tarea muy clara: entenderse por la base con elementos de ANAPO, pues están levantando consignas antioligárquicas, antiimperialistas y antifeudales, para ser consecuentes con nuestra política de formación del frente democrático de liberación nacional»60. En realidad, hubo intentos de alianzas entre el PCC y las bases de la ANAPO. En Viotá, durante un mitin que contó con la asistencia de representantes anapistas y emerrelistas, Gilberto Vieira recalcó sobre «la necesidad de alianzas de clase con los sectores populares del MRL y la ANAPO con vistas a la integración de los concejos en una serie de municipios»61. Finalmente, aunque los comunistas eran conscientes del abandono que había hecho López de consignas revolucionarias como la lucha por la reforma agraria, la nacionalización del petróleo, apoyo a la revolución cubana, entre otras, declararon que apoyarían las listas del MRL que incluyeran en sus plataformas locales: el levantamiento del estado de sitio; la liquidación del frente nacional como base

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Ibid y El Tiempo, marzo 2 de 1966, p. 21. Hurtado Hernando. Sobre Política de Alianzas. En: Documentos Políticos, N° 57. febrero de 1966, p.39. 61 Voz Proletaria, febrero 24 de 1966, p.3.

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para la formación de un gobierno de amplia coalición democrática y el retiro de las tropas de las regiones campesinas agredidas62. La ANAPO fue sola a las elecciones. En el departamento del Magdalena se habló de una alianza con el lauro-alzatista Hugo Escobar Sierra, desautorizada después por Rojas. Esta vez Rojas no tuvo necesidad de romper en las narices de los portadores las órdenes de los gobiernos locales que le prohibían hablar en público; tampoco tuvo necesidad de esconderse para evitar ser encarcelado. Prevenidos, dispuestos a hacerse escuchar, resueltos a la revancha, los militantes de la ANAPO sabotearon cuanta manifestación oficial pudieron. Al punto que los líderes de las agrupaciones del bipartidismo oficial, se vieron en la obligación de pedir protección para continuar sus giras políticas63 María Eugenia se consolidó, durante la campaña electoral de 1966, como líder nacional. Así se lo reconocieron sus copartidarios: Encabezó la lista de Anapc conservadora para Senado por Cundinamarca, para Concejo por Bogotá, Cali, Barranquilla, Guasca, Fusagasugá y Zipaquirá y para Asamblea por el Qui ndío, Huila y Atlántico.

5.3

Los resultados de las elecciones legislativas de 1966

El domingo 20 de marzo de 1966 se llevaron a cabo las elecciones legislativas. Los resultados favorecieron a la ANAPO. De hecho se convirtió en el movimiento de oposición más importante del país. Su ala conservadora se incrementó del 26.8% al 32.5%. Aumentó el porcentaje de la votación de su ala liberal: del 1.4% en 1964 pasó a 6.2% en 1966. El porcentaje general del anapismo subió de 13.6% a 17.8% de la votación total. La ANAPO conservadora eligió 18 Senadores y 33 Representantes a la Cámara. El número de Diputados a las Asambleas por esta ala se incrementó de 42 en 1964 a 62 en 1966. El liberalismo anapista no logró elegir senadores. Su éxito estuvo en la Cámara donde logró 4 Representantes. De 7 Diputados liberales elegidos en 1964 se pasó a 10 en 1966. Los 2.939.222 votos depositados para la Cámara de Representantes significaron el 44% del potencial de sufragantes64. En comparación con las últimas elecciones, la abstención disminuyó. El liberalismo oficialista obtuvo 1' 120.824 votos, mientras que las listas unionistas y en general las de los representantes del conservatismo frentenacionalista, lograron 474.397. Del volumen total de votos el 17.8% pertenecían a la ANAPO; superando los porcentajes electora-

62

Declaradón del PCC de enero 31 de 1966. En: Voz Proletaria, febrero 3 de 1966, p. 1. Fue el caso particular del Movimiento de Revitalizadón Liberal que dirigía Carlos Holmes Truj illo y en general del Directorio Liberal del Valle. Véase: El Tiempo, marzo 4 de 1966, p.8. 64 Organizadón y Estadísticas Electorales. Marzo 20 y mayo 1 de 1966. Bogotá, Sccdón de Publicadones de Registraduría Nadonal del Estado Civil, 1967. 63

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electorado liberal con el oficialismo, con el Movimiento Revolucionario Liberal y, en algunas regiones se enfrentaron a sectores liberales independientes. No obstante la campaña de deslegitimación hacia el «liberalismo rojista» emprendida por los grandes voceros del oficialismo liberal, el anapismo no descansó en su propósito de engrosar y consolidar su ala liberal. Con excepción de los santanderes, en Boyacá, Antioquia, Huila, Cundinamarca y Tolima, los votos y la representación porcentual del anapismo liberal aumentaron. La agrupación obtuvo el 76.5% de sus votos liberales en Antioquia, Cundinamarca y Atlántico. En éste último, al contrario de lo ocurrido con sus listas conservadoras, fue exitosa la participación de la ANAPO liberal. Aquí ocupó el segundo lugar como fuerza política superando al MRL. Igual fenómeno ocurrió en el departamento de Cundinamarca, donde los avances electorales fueron muy significativos. El anapismo pasó de representar el 0.45% al 14.1% del liberalismo cundinamarqués. En el Atlántico representó en 1964 el 3.5% del total liberal regional y en 1966 el 10.3%. Estos triunfos cobran mayor significado, si se tiene en cuenta que desde las elecciones de 1958, Cundinamarca y Atlántico eran departamentos de mayorías liberales. En Antioquia, departamento conservador electoralmente, en los dos debates anteriores, el anapismo liberal pasó de 4.360 votos en 1964 a favor de Alfredo Tobon W. a 18.907 en 1966 cooptados por las listas de Arturo Villegas y Julio C. Obando. En el cuadro N° 3 se observa la votación por el ala liberal en comparación con los resultados de sus adversarios de 1966. 5.3.3 El Anapismo liberal en Cundinamarca, Atlántico y Antioquia En Cundinamarca la ANAPO obtuvo su mayor votación liberal. Dos años atrás, la lista del anapismo liberal que encabezó el historiador Milton Puentes no había corrido con suerte, ahora en 1966 la lista de Fernando Pardo Quintana recibió votos en 72 municipios; mientras que en la contienda anterior Puentes había sido respaldado sólo en 7. Aunque es necesario tener en cuenta que la intensa agitación política movilizó un número mayor de electores68, el comportamiento de la oposición liberal al Frente Nacional desde 1960 terminó creciendo a favor de la ANAPO en detrimento de corrientes liberales como el MRL. En 1966, emerrelistas, anapistas y liberales frentenacionalistas aumentaron sus resultados en Cundinamarca. Sin embargo el MRL, a pesar de su crecimiento, con relación a 1964, se encuentra lejos de la cifra que alcanzara en 1962 e inclusive de la de 1960; a diferencia del anapismo que se robustece ampliamente. En 1966 el anapista Fernando Pardo concentró 48.014 votos superando 46.798 del MRL, 12.546 del antiguo emerrelista Guillermo Hernández Rodríguez que se presentó como liberal independiente, y 1.967 de otras listas

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La votación en el departamento aumentó para todas las agrupaciones liberales, (véase cuadro 4) De 160.372 sufragantes liberales en 1964, se pasó a 338.878 en 1966.

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liberales, claro, por debajo de los 229.553 votos del frentenacionalista Germán Zea Hernández. De otra parte, en Bogotá, donde obtuvo el 92% de sus votos, el anapismo superó sin dificultad 24.341 votos del MRL y a otras listas liberales, convirtiéndose así en la segunda fuerza liberal de la ciudad con 44.186 votos por debajo también de 155.065 sufragios de Zea Hernández. El aumento del total liberal en la capital fue asombroso para la oposición y para el frentenacionalismo. Sin embargo, el logro de la ANAPO es significativo si se tiene en cuenta que la cifra más alta de votación a favor de la oposición liberal en la capital estaba en 38.425 sufragios alcanzados por el MRL en 1962. El anapismo avanzó en los municipios cundinamarqueses de gran concentración humana: Girardot, Soacha, Fusagasugá, Madrid, Facatativá, Zipaquirá, Funza y Chía. Allí los emerrelistas y anapistas aumentaron sus votos, pero en Madrid, Facatativá y Funza la ANAPO superó al MRL y ocupó el segundo lugar por debajo de los resultados del oficialismo. En Madrid, en 1962, se redujeron a 96 los 127 votos que el MRL alcanzara en 1960; mientras que el oficialismo mantuvo sus electores en 1960 y en 1962. Para 1964, la abstención liberal afecta por igual al MRL y al oficialismo liberal, y no se advierten avances del anapismo. Empero en 1966, al restablecerse el liberalismo oficial, crece vertiginosamente el voto liberal anapista, ocupando el vacío del inconforme liberalismo emerrelista. En Facatativá, el emerrelismo logró 388 votos frente a 2.694 del oficialismo en 1960 y 490 sufragios ante 3.253 liberales oficialistas en 1966. En 1964 el liberalismo de Facatativá respaldó con 216 votos a la Línea Dura, con 5 a la Linea Blanda, al candidato liberal oficial con 1.299 y con 215 al MIL. Los anapistas liberales no tuvieron representación. En 1966 las cosas cambian para la ANAPO que se convierte en segunda fuerza liberal con 385 votos por debajo de 2.533 sufragios oficiales. Mientras que la otra votación liberal se distribuyó así: 288 por las listas de Hernández Rodríguez y 82 por Antonio Izquierdo, quien representó al MRL. En Funza ocurrió lo siguiente: en 1960 el MRL enfrentó con 13 votos los 1.252 del oficialismo liberal; dos años después los emerrelistas incrementan su votación en 100 electores mientras que el oficialismo obtiene 1.329 sufragios. La división del emerrelismo provocó la abstención liberal en el municipio en 1964 pero no favoreció al anapismo, en aquel año ganó el liberalismo frentenacionalista con 551 votos ante 66 de la Línea Dura, 16 de la Línea Blanda, 3 del Movimiento Independiente Liberal y cero por el anapismo. Empero en 1966 aumentan los liberales oficialistas a 953 y los anapistas alcanzan 258 votos, mientras que el MRL vuelve a sus 100 sufragantes.

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En los tres pueblos anteriores, el MRL cedió su puesto al anapismo el cual ocupó en 1964 el tercer lugar y el segundo en 1966, En otros municipios la lucha electoral entre MRL y ANAPO liberal fue reñida. Es el caso de Zipaquirá, en donde el MRL había pasado de 130 votos en 1960 a 199 en 1962. En 1964 la división del movimiento generó el desplazamiento de algunos de sus simpatizantes al MIL. Los resultados en este año fueron: 1.773 sufragios por el Frente Nacional, 152 por el Movimiento Independiente Liberal, 42 por la Línea Blanda, 9 por la Línea Dura y cero por el anapismo. Sin embargo, en 1966, desaparecidos el MIL y la Línea Dura, los votos de la oposición liberal de Zipaquirá se dividieron entre el MRL y la ANAPO, al tiempo que el liberalismo frentenacionalista aumentó su volumen electoral. En este debate los resultados fueron: 2.765 por el Frente Nacional, 344 votos por el MRL, 333 por el anapismo liberal y 23 sufragios por la lista de Hernández Rodríguez. No ocurrió lo mismo en Fusagasugá, allí los votos liberales adversos al Frente Nacional se repartieron entre MRL, ANAPO y la lista de Guillermo Hernández Rodríguez. Fusagasugá era desde 1960, cuando reunió 2.707 votos frente a 2.432 del oficialismo y no obstante perder con 2.244 ante 3.620 en 1962, un fortín electoral del MRL. En 1964 la oposición liberal se distribuyó de la siguiente manera: 804 por la Línea Dura, 236 por el MIL, 186 por la Línea Blanda y 2 votos por la ANAPO. Y en 1966 los resultados son: 661 votos para el emerrelista Antonio Izquierdo, con los cuales se coloca como la segunda fuerza liberal, 591 para Hernández Rodríguez y 661 para la ANAPO, frente al crecimiento del oficialismo que reúne 2.765 electores. Pero en otros municipios, importantes por su tamaño y por su tradición liberal beligerante, como Girardot y Soacha el ala liberal aumentó en 1966 el número de simpatizantes sin lograr superar al MRL. En el primero, por ejemplo, la oposición liberal al Frente Nacional era significativa desde 1960 cuando el MRL obtuvo 2,581 sufragios ante 859 del Frente Nacional. La votación emerrelista se duplicó en 1962 al lograr 4.347 votos frente a la disminución del oficialismo y sus 7.199 votos; y dos años más tarde, en 1964 dividido el MRL disminuye su cifra a 3.369 (2.589 por la Línea Blanda) ante 299 de la ANAPO, 248 del MIL y 3.335 del Frente Nacional. En 1966 aunque la inconformidad liberal disminuye su participación electoral, continúa favoreciendo al emerrelismo. El sector oficialista aumenta sus votos, pero no como hubiera esperado Carlos Lleras después de su sonada visita al municipio en febrero último. Los resultados en 1966 se distribuyeron de la siguiente manera: 7.498 sufragios por el Frente Nacional, 4.024 por el MRL, 814 por Hernández Rodríguez y 384 por la ANAPO. El segundo departamento de significativa votación liberal por el anapismo fue Antioquia. Allí las listas de Arturo Villegas y Julio C. Obando se enfrentaron 212

al emerrelismo y al Frente Nacional, logrando 18.907 votos ante 51.079 del MRL y 182.581 del Frente Nacional. La participación electoral de la ANAPO estimuló el aumento de la votación liberal antioqueña en la oposición y en el oficialismo. Pero no fue en el MRL, que mantiene en 1966 los votos de sus dos corrientes de 1964 (véase cuadro N°4), sino en el anapismo liberal en donde se expresaron liberales desengañados con el régimen. Los resultados departamentales muestran la polarización del electorado antioqueño entre ANAPO y Frente Nacional. En Medellín, por ejemplo la ANAPO y el liberalismo oficialista ocuparon el segundo y el primer lugar respectivamente, al tiempo que el emerrelismo aumentó sus resultados con base en la suma de los votos por sus dos Lineas en 1964. En 1960 el MRL había alcanzado 15.676 votos, ante 87.717 del oficialismo liberal; en 1962 los votos emerrelistas disminuyeron a 11.439 al igual que los del liberalismo del Frente Nacional, 39.538; en 1964 la ANAPO ocupa el tercer lugar con 3.374 sufragios por debajo de 5.125 de la Línea Blanda y 25.101 de liberalismo oficial pero superando los 1.761 votos de la Línea Dura. De su parte la agrupación dirigida por el General Rojas desplazó en 1966 las cifras emerrelistas de Virgilio Vargas y Jaime Velásquez Toro a un tercer lugar al obtener 13.278 sufragios, mientras que aquellos lograron 7.416 y el Frente Nacional, representado por el primer Ministro de Hacienda del Frente Nacional Hernando Agudelo Villa, reunió 49.799 votos. El total liberal de la ANAPO en este departamento provino del 79.2% (84) de los municipios antioqueños. Fueron notables los resultados anapistas en Bello, Caldas, Envigado, Itagüi, Retiro y Santa Bárbara. Si en la capital estaba el 70.2% de votos por ANAPO, en estos seis municipios se encontraba el 18.8%. De ellos son interesantes los casos de Bello y Retiro. En el primero, el MRL alcanzó 664 votos en las elecciones de 1960, ante 2.606 del liberalismo frentenacionalista; dos años más tarde obtuvo importantes resultados al reunir 1.297 votos ante 1.557 del oficialismo, en 1964 la Línea Blanda ganó con 762 votos frente a 723 del oficialismo, 247 de ANAPO y 81 de la Linea Dura. En 1966 aumenta el volumen total liberal del municipio y las listas del MRL disputan estrechamente el segundo lugar con las anapistas ante el oficialismo liberal que obtuvo 1.720. En 1966 el MRL logró 1.032 sufragios mientras que la ANAPO llegó a 1.030. Es decir, algunos de los electores liberales de la oposición en este municipio, que se abstuvieron en 1964, ahora en 1966, se deciden por la ANAPO. Por su parte en Retiro también disminuyó la abstención liberal y como en Bello y en todo el departamento, el anapismo fue el grupo beneficiado por este fenómeno. Pero en este poblado, al contrario de lo ocurrido en Bello, la ANAPO cooptó el favor popular de nuevos sectores liberales, mientras que el MRL mantuvo su votación, lo cual es posible comprobarlo con la descripción de su comportamiento electoral. Si en 1960 el MRL obtuvo 43 votos ante 730 frentenacionalistas, en 1962 los liberales de Retiro no cambian su militancia política y respaldan al Frente Nacional con 743 votos y al MRL con 41 votos. Dos años después el oficialismo ganó de nuevo con 794 votos frente a 43 de la Línea Blanda y el nulo apoyo para la Línea

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Dura y por la lista de ANAPO. Y en 1966, liberales que no habían participado en los tres últimos debates electorales se deciden por el anapismo y lo convierten en la primera fuerza al obtener 1.011 votos que superaron los 40 que alcanzó el MRL y los 965 del Frente Nacional. En los municipios de Caldas y Envigado el ala liberal de la ANAPO vence al MRL ocupando el segundo lugar, mientras que en Itagüi y Santa Bárbara pierde con el emerrelismo y ocupa el tercer lugar. En 1960 el municipio de Caldas no presentó ningún sufragio por el MRL pero en 1962 este movimiento liberal logra cooptar 194 votos al liberalismo oficialista cuya cifra electoral es de 1.069. Dos años después, es considerable la abstención liberal y la lucha en la oposición es entre la Línea Dura que alcanza 150 votos y la ANAPO que gana con dificultad al obtener 151, cifra que la ubica en el segundo lugar frente a un voto de la Línea Blanda y 458 del oficialismo. En 1966 el Frente Nacional coopta de nuevo a los liberales desilusionados de 1964 y obtiene un resultado superior al de cuatro años antes, 1.344 sufragios. La ANAPO de su parte robustece su electorado en el municipio y derrota al MRL con 241 votos ante 215. En Envigado, el otro pueblo donde triunfa el ala liberal, los resultados de 1960 fueron escasos para el MRL, 18 votos ante 2.317 del liberalismo oficial; en 1962 la cifra crece a 634 votos pero en 1964, esta cifra de la oposición liberal disminuye y se divide entre la Línea Blanda con 247 votos, la ANAPO con 102 y la Línea Dura con 247 frente a 887 del Frente Nacional liberal. Y en 1966, al igual que en otras regiones del país, la votación liberal aumenta y el anapismo pasa a ser la segunda tuerza liberal de Envigado al reunir 743 votos, frente a 2.061 de la lista frentenacionalista y 519 de sus adversarios del MRL. Del crecimiento del volumen liberal de estos dos poblados, como vemos, es el anapismo el que avanza a diferencia del MRL que retrocede como fuerza liberal representativa de la oposición. Al contrario de lo que ocurre en Itagüi y Santa Barbara en donde el Movimiento Revolucionario Liberal aumenta los votos que sus dos Líneas lograron en 1964 y recupera su votación de 1962. El éxito de las manifestaciones de todos los movimientos políticos en el departamento del Atlántico creó expectativas por los resultados electorales. En este departamento, al igual que en años anteriores, fueron numerosas las listas por el liberalismo oficial y emerrelista, a diferencia del anapismo que presentó únicamente la lista del dirigente Moisés Tarud. Esta lista ocupó el segundo lugar con 10.273 votos, representando el 10.3% del total liberal departamental, ante 9.294 de la suma de tres listas emerrelistas y 59.789 votos reunidos por cinco listas del Frente Nacional (véase cuadro N° 3). El MRL había sacado 3.803 votos en 1960, dos años después avanzó a 9.900 votos ante 68.058 de sus adversarios oficialistas; en 1964 la abstención liberal afectó a unos y otros. En esta fecha, sólo se presentaron votos por la Línea Blanda y por el oficialismo, 5.349 para los primeros y 60.320 para el Frente Nacional. Como se observa en los cuadros 3 y 4, en 1966 aumenta toda la votación liberal, el MRL recupera su cifra de 1962 al tiempo que el oficialismo liberal aumenta sus 214

resultados en comparación con la cifra lograda dos años antes. El 83.8% de los votos anapistas de 1966 provino de Barranquilla. Moisés Tarud tuvo un respaldo de 8.611 votos con los cuales ocupó el segundo lugar entre las listas liberales por debajo de 35.033 sufragios por el Frente Nacional. La historia electoral reciente de la oposición liberal al Frente Nacional en esta ciudad presentaba el siguiente comportamiento. El Movimiento Revolucionario Liberal logró 2.406 votos en 1960, 7.429 en 1962 y la Línea Blanda en 1964 hizo lo propio al reunir 3.052 sufragios. Al observar los votos por el MRL en Barranquilla de 1966, advertimos que la agrupación, aunque se acerca, no alcanza a recuperar sus votos de 1962, al contrario, su cifra de 7.429 en aquel año disminuye a 6.646 cuatro años después. De allí que la diferencia de estos pocos emerrelistas podría encontrarse en el crecimiento de la votación liberal por el anapismo. Los otros electores anapistas, como quizás también ocurrió en todo el departamento, eran el resultado de la disminución de la abstención y del convencimiento que logró el anapismo en el liberalismo de los sectores populares de Barranquilla. Otras poblaciones en donde el ala liberal encontró respaldo fueron Campo de la Cruz, Ponedera, Puerto Colombia, Sabanagrande, Santo Tomas, Soledad, Tubara y Usiari. De ellos las cifras más altas fueron las de Soledad con 443 votos y Ponedera con 218. En Soledad, al contrario de Ponedera donde no existe información entre 1960 y 1964, el MRL obtuvo 170 votos en 1960, en contra de 2.090 del Frente Nacional; en 1962 llegó a 212 ante 3.711 del liberalismo oficialista; en 1964 la Línea Blanda alcanzó 141 votos mientras que al parecer los emerrelistas duros del municipio se abstuvieron de participar. Pero en 1966 el MRL recupera su votación de 1962 al tiempo que permite el triunfo de la ANAPO liberal. Los resultados de todo el departamento, asi como los de la capital y del municipio de Soledad nos permiten concluir que en el Atlántico, como en Cundinamarca, Antioquia y sus capitales, aunque la tendencia de la antes solitaria oposición liberal es recuperar sus antiguos electores, el hecho sobresaliente son los avances del ala liberal de la ANAPO como segunda fuerza del liberalismo.

5.3.4 La ANAPO en los departamentos de tradición liberal En los departamentos de Tolima, Bolívar, Caldas y Meta los liberales venían superando desde 195 8 la votación conservadora. Algo parecido ocurría en Valle y Santander, salvo en el debate de 1964. El 9.75% del respaldo liberal anapista provino de aquellos cuatro departamentos. A diferencia de lo ocurrido en las anteriores elecciones, en estas regiones el MRL logró mantener su segundo lugar como fuerza liberal. La suma de los votos por ese movimiento le significaron el 33.3% de su total nacional. Sin embargo, como lo veremos más adelante en varias poblaciones muchos liberales adversos al régimen respaldan al anapismo, en tanto que antiguos emerrelistas de la Línea Dura se acercan tímidamente al movimiento. De ellos la más alta votación por la ANAPO estuvo en Santander, 6.034 sufragios, frente a 9.275 de una lista independien-

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te, 25.670 provenientes de dos listas emerrelistas69 y 47.169 del liberalismo frentenacionalista. En 1966 la ANAPO presentó los nombres de Edmundo Morales y Guillermo García G. Este último, no obstante haber sido elegido Representante a la Cámara por el anapismo liberal de Santander en 1964, sólo obtiene 848 votos, la mayoría de la capital Bucaramanga. En esta ciudad, obtuvo el 61.5% de su total liberal departamental, porcentaje que lo colocó en el tercer lugar de las listas liberales. Bucaramanga tuvo el siguiente comportamiento electora] durante 1960 y 1964: 18.748 votos del Frente Nacional contra 4.139 del MRL en la primera participación electoral de este movimiento; en 1962, 16.870 votos por el liberalismo oficial y 14.184 por el emerrelismo; dos años después, la votación liberal se distribuye así, 9.615 por el Frente Nacional, 4.467 por la ANAPO favorecida de la división del MRL, 2.840 por la Línea Dura y 2.582 por la Blanda. En 1966 el debate político y electoral de Bucaramanga, que fue muy agitado por la diversidad de listas y por las promesas de Carlos Lleras de educación, empleo y salud en su visita a la ciudad™, presentó 3.714 votos para la ANAPO. Cifra que estaba por debajo de los 6.223 súfranos por MRL y los 16.559 a favor del Frente Nacional, pero que superaba los 3.037 de la lista independiente. La disminución de la votación anapista de 1966, en relación con la de 1964, se explica por la intensa agitación de idearios y listas liberales. Sin embargo, es importante resaltar que el electorado liberal de ANAPO en Bucaramanga es relativamente constante. Otros resultados importantes para E. Morales y G. García fueron los de Barrancabermeja, Floridablanca, Girón y Piedecuesta, en estos municipios la ANAPO aumenta sus votos de 1964. Pero de ellos es Barrancabermeja el pueblo más importante porque allí el anapismo liberal santandereano alcanzó su segunda cifra más alta, después de la capital. Desde 1960, este puerto fluvial se distinguía por su beligerante oposición al régimen del Frente Nacional. En ese año los resultados fueron: 2.922 por el liberalismo oficial y 5.049 por el emerrelismo. Dos años más tarde, mientras la votación oficial liberal es constante la oposición liberal aumenta considerablemente: 2.797 para aquella y 9.096 para ésta. Pero en 1964, gran parte de los liberales del puerto prefieren no participar en el debate electoral. Los resultados de ese año colocaron a laLínea Blanda del MRL en primer lugar con 1.849 sufragios ante 1.558 del oficialismo, 570 de la ANAPO y 137 de la Línea Dura. En 1966, el volumen total liberal aumenta y la lista liberal del Frente Nacional gana con 3.486 votos frente a 2.717 del MRL y 849 votos de la ANAPO, cuya cifra de 1964 posiblemente es reforzada en 1966 con los Duros de aquel entonces.

" Estas listas fueron encabezadas por Ciro Rios Nieto, y por José M. Arias C; el primero era integrante de la Linea Dura y el segundo de la Linea Blanda, en el pasado debate electoral. 70 Véase «Santander en pie con la Transformación Nacional» en El Tiempo febrero 13 de 1966.

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En Bolívar, el candidato de la ANAPO obtuvo 4.756 votos. Con esta cifra, la lista que encabezaba Carlos A. Pareja representó el 4.57% del liberalismo departamental. La suma de los resultados de 3 listas emerrelistas convirtieron a esta organización en la segunda fuerza liberal: 23.558 votos frente a 75.636 del oficialismo liberal. En Cartagena, ciudad escogida por Carlos Lleras Restrepo para iniciar su campaña, el fenómeno fue similar. Tercer lugar para la ANAPO con 2.203 votos, antecedida por 3.138 del MRL y 12.762 del liberalismo frentenacionalista. Si bien el MRL disminuyó sus votos en 1966 en esta ciudad con relación a los 3.962 de sus dos Líneas en 1964 y a los 4.008 alcanzados en 1962, es necesario reconocer que el respaldo de sus simpatizantes era homogéneo durante estos años. En Cartagena, a diferencia del departamento, donde si disminuyó en 1964, la votación liberal aumentó desde 1960 hasta 1966, lo cual indicaría que si el MRL mantiene sus simpatizantes el anapismo seduce a algunos liberales del oficialismo que desde los inicios del Frente Nacional no habían tenido una corriente política que fuera de su agrado. Otros municipios del departamento de Bolívar donde sus habitantes optaron por el ala liberal anapista fueron: Sincelejo, El Carmen de Bolívar, Corozal, Magangué, San Jacinto y Sucre, además de la isla de San Andrés. El factor común de estas localidades es que compartían desde 1960 amplia simpatía por el emerrelismo, en ellas el MRL, dividido o unido, había logrado resultados electorales significativos. La ANAPO superó los resultados del MRL y ocupó el segundo lugar entre las listas liberales de San Andrés y Carmen de Bolívar. En San Andrés la votación liberal sorprendió a propios y extraños. En este lugar el MRL había logrado 14 y 26 votos en 1960 y 1962 respectivamente ante la mayoría absoluta del Frente Nacional. Pero en 1964 algunos de los únicos 26 emerrelistas de la isla prefieren acompañar la lista oficial, que obtiene 1.911, ante la nula votación por las Líneas del MRL. Y en 1966 el oficialismo pierde simpatizantes y obtiene 886 votos ante 730 del anapismo y 327 del MRL. La explicación de este comportamiento electoral quizás esté en el remoto pasado, cuando Rojas aprobó que la isla fuese puerto libre, y en el enfático contenido de la plataforma anapista en pro de los territorios olvidados y abandonados por las políticas del Frente Nacional. En la otra población triunfadora del anapismo, Carmen de Bolívar, el MRL obtuvo 1.155 votos ante 4.986 del liberalismo oficial en 1960, en 1962 incrementa sus votos a 1993 votos frente a 2.852 de sus adversarios frentenacionalistas y en 1964 éstos aumentan a 3.097 mientras que en el MRL gana la Línea Blanda con 604 votos a la Línea Dura que obtuvo 378. Al comparar los datos liberales de Carmen de Bolívar en 1964 con los de 1966: 3.583 por el liberalismo oficial, 240 por la ANAPO y 205 por el emerrelismo, encontramos que sus totales en cada año son muy similares. De allí que no sea equivocado afirmar que, por su disminución en 1966, la votación del MRL contribuyó a aumentar los sufragios del liberalismo frentenacionalista a 3.583,

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por el regreso de algunos de sus militantes al oficialismo; al tiempo que aquellos que continuaron en la oposición se dividieron entre el MRL y la ANAPO liberal. Un comportamiento parecido al de este municipio encontramos en Corozal, Magangué, San Jacinto y Sucre; a diferencia de Sincelejo, en donde la Línea Dura gana a la Línea Blanda. En 1960, cuando Ramiro de la Espriella encabezó la lista del movimiento, en este pueblo el MRL obtiene la más alta votación en Bolívar; sus 2.272 superaron 1.670 votos del Frente Nacional. Dos años después los emerrelistas repitieron el éxito, pero esta vez protagonizado por las listas de De la Espriella y José J. García, al reunir 3.931 votos frente a 2.265 del oficialismo liberal. En el debate de 1964 los liberales de Sincelejo, que aumentan considerablemente su participación electoral, se distribuyeron así: 3.344 votos por el sector oficialista, 1.096 por la Línea Dura y 903 por la Blanda. Y en 1966, cuando el volumen de votos liberales crece aún más, los resultados son 5.221 electores afavor del liberalismo frentenacionalista, 1.430 por el MRL y 662 por la ANAPO; votación que tendría su explicación en el convencimiento de liberales amigos y enemigos del Frente Nacional de participar en la contienda electoral. La lista liberal anapista para la Cámara por el Tolima, fue liderada por el exofícial del ejército y exgobernador del régimen de las Fuerzas Armadas César Augusto Cuellar Velandia, quien recibió el respaldo de 2.286 electores ante 29.033 del emerrelismo y 53.641 del oficialismo, dos años antes el anapismo había logrado solo 572 votos (véase cuadro N° 4). De un total de 43 municipios ANAPO encontró respaldo en el 53.4% de ellos, siendo Ibagué la que más apoyó al anapismo. Ibagué, representó el 61.2% de sus votos, es decir, 1.399 sufragios ante 5.437 del MRL y 11.501 del Frente Nacional. Seis años antes, los resultados de esta capital se habían distribuido así: 11.144 por el Frente Nacional y 8.575 por el MRL; en 1962, unos y otros robustecen su votación, 12.541 para los primeros y 9.569 para los segundos. Con la división del emerrelismo, los liberales de Ibagué no encuentran muy interesante el debate político y prefieren abstenerse, así en 1964 encontramos que el oficialismo liberal decreció a 5.237, al igual que el MRL, que reúne con sus dos Líneas 3,724 votos (de ellos 2.177 por la Blanda) y a diferencia de la ANAPO que coopta 378 votos (para el comportamiento del MRL y la ANAPO véase cudro N° 10). La votación liberal frentenacionalista de 1966 fue relativamente constante en comparación con la de 1960 y 1962 mientras que la conservadora fue derrotada por la ANAPO como se anotó más arriba. Adicionalmente observamos que la oposición liberal cooptó algunos votos oficiales en comparación con los resultados del debate anterior. De otra parte, los municipios de Honda, Líbano, Espinal, Cajamarca, Guamo, Purificación, Mariquita aportaron el 31% del volumen departamental liberal de ANAPO. De ellos los resultados más atractivos para el anapismo fueron los de Melgar y Honda, En el primero César A. Cuellar, le ganó a la lista emerrelista y ocupó el segundo lugar por debajo de los resultados del oficialismo. En 1960 los votos liberales de Melgar estuvieron divididos entre el MRL con 295 y el Frente Nacional con 342; más

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tarde en 1962, al parecer algunos emerrelistas regresaron al liberalismo oficial ya que el movimiento disminuyó a 271 electores mientras que el frentenacionalismo liberal aumentó a 368. En 1964 unos militantes del MRL volvieron al oficialismo, otros votaron por la Línea Dura. En ese año los resultados fueron: 540 votos para el Frente Nacional, 1 para la Linea Blanda y 77 por la Linea Dura. Se podría afirmar, con base en los anteriores resultados, que los votos de la ANAPO liberal en 1966 fueron básicamente los de algunos liberales que antes no se habían manifestado en las urnas; ya que la mayoría de los simpatizantes de la Línea Dura parecen decidirse en esta ocasión por el MRL, veamos: 654 por el liberalismo oficial, 182 por la ANAPO y 71 por el emerrelismo. No ocurre lo mismo en Honda. Allí el MRL superó al liberalismo oficial en 1960 con 1.801 sufragios ante 1.580 del sector oficialista liberal y en 1962 algunos emerrelistas vuelven al liberalismo oficial y le permiten el triunfo con 2,051 votos ante 1.769 de la oposición. En 1964 la votación liberal de Honda es: 1.201 por el Frente Nacional, 630 por la Línea Dura, 98 por la ANAPO y 42 por el MRL. Y en 1966 la lista liberal frentenacionalista recupera sus votos de 1962 al obtener 2.042 votos; al mismo tiempo que la cifra electoral del MRL con 1.204 votos, también se acerca a la que alcanzara en esa fecha, mientras que la ANAPO avanza a 224. Según estos resultados, los 224 votos anapistas de 1966, pudieron provenir del electorado que favoreció a la Línea Dura de 1964. De 37 municipios de Caldas, la ANAPO encontró respaldo en el 37.8% de ellos. El movimiento compitió con una lista, encabezada por Dario Saint A., contra tres del MRL, tres del liberalismo frentenacionalista y dos independientes. Los votos de Saint fueron 1.546, los del MRL 19.094 y los del Frente Nacional, 67.066. En Manizales se originó la mayor votación anapista del departamento, 636 votos. También fue importante para el movimiento el apoyo electoral de Pereira, La Dorada, Santa Rosa de Cabal y Pacora. Incluyendo la capital, la suma de los votos anapistas en todos estos pueblos representó el 90% de su total departamental. Al analizar con atención los resultados de los cuatro últimos debates electorales en Manizales, encontramos que la votación liberal anapista de 1966 probablemente vino de los sufragantes por la Línea Dura del MRL en la contienda anterior. En 1960 se contaron en esta ciudad 1.753 emerrelistas y 15.216 frentenacionalistas. Durante el siguiente debate electoral aquellos ascendieron a 4.016 y el liberalismo oficial a 16.013. En 1964 los liberales dividieron sus preferencias así: 8.421 por el Frente Nacional, 2.033 por la Línea Blanda y 484 por la Dura. En 1966 el Frente Nacional recupera su credibilidad ante sus seguidores liberales y obtiene casi el doble de los votos de 1964: 15.41571, 7 ' Carlos Lleras visitó la región haciendo promesas en tomo al tema más sensible p ara los manizalitas y caldenses en general, el café. Véase «Lleras esboza en Caldas futura política cafetera» en El Tiempo febrero 26 de 1966, pp. 1 y 31.

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mientras que el MRL avanza, con base en los votos de la Linea Blanda, y llega a 2.354. De su parte el anapista Darío Saint, al parecer convence a los antiguos «duros» de 1964 y a otros novatos electores, que suman 636 votos por la ANAPO. La lista de la ANAPO liberal, a diferencia de las otras poblaciones mencionadas, ganó al MRL únicamente en Pacora, un municipio esquivo al discurso de la oposición liberal desde 1960. Su comportamiento político fue el siguiente; en 1960 el emerrelista Ivan López Botero, quien cinco años después regresó a las filas oficiales del partido liberal, encontró sólo un elector ante los 1.154 del Frente Nacional; en 1962 Liborio Chica y Humberto Ariza tampoco tuvieron mucha suerte representando al MRL, 22 votos contra 1.591 del oficialismo liberal; por supuesto, en 1964, con la división del movimiento no mejora la situación, 1.219 sufragios por el liberalismo del Frente Nacional, 9 por la Línea Dura y 7 por la Blanda. Pero en 1964, y aunque los resultados del Frente Nacional aumentan, la ANAPO logra una importante cifra para la oposición al liberalismo frentenacionalista: 142 votos ante 1.340 del oficialismo y 8 del emerrelismo. Aquí la explicación es la misma de otras regiones, las propuestas de la ANAPO en 1966 seducen a algunos liberales adversos al régimen que antes no participaban en elecciones por no identificarse con la oposición adelantada por el MRL. En la circunscripción electoral del Meta, que incluía la intendencia de Arauca y las comisarías del Vaupés, Vichada y Guainía, el pregón del anapista Gustavo León Vega fue escuchado y respaldado en 12 de los 33 municipios de la región. El 93% de los votos por Vega provino de Villavicencio, Castilla la Nueva, Cumaral y Puerto López, De ellos el más sobresaliente, por supuesto, fue el volumen electoral de la capital. Antes, en 1960, los 1.008 votos de la oposición liberal, representada por el MRL, enfrentaron los 3.412 del liberalismo frentenacionalista. Dos años después, algunos electores liberales que simpatizaban con el Frente Nacional se deciden por el emerrelismo que incrementa su votación: 1.907 al tiempo que la liberal oficial disminuye a 3.150. Pero la abstención del liberalismo en 1964 también permea a Villavicencio y reduce los votos del sector liberal frentenacionalista a 2.033 y los del MRL a 650 -de los cuales 376 son por la Linea Dura-. En 1966 el frentenacionalismo liberal logra 2.573 votos mientras que el MRL, recuperando antiguos electores obtiene, 1.012. De su parte el ala liberal anapista reúne 832 votos, que como en otros municipios es probable que provengan de la Línea Dura. Finalmente, de todos los departamentos con tradición liberal, fue en el Valle donde los esfuerzos del ala liberal de ANAPO, por ganarse el favor del liberalismo popular, no fueron fructíferos: solamente 216 votos, provenientes de Cali (58v), Buenaventura (156v) y Caicedonia (2v). Aunque no es posible distinguir con claridad el origen real de esta cifra es importante resaltar que Buenaventura, donde fue mayor la votación por ANAPO, era desde 1960 una población con marcada tendencia a manifestarse electoralmente en contra del Frente Nacional. 220

5.3.5 La votación liberal anapista en las regiones de tradición conservadora Durante el tiempo que llevaba establecido el Frente Nacional, los departamentos de Boyacá y Norte de Santander se distinguieron por la permanencia de sus mayorías conservadoras. En el Huila, a partir de 1962, la votación conservadora empezó a superar la liberal. La votación liberal en estas regiones conservadoras trajo algunas sorpresas. En Boyacá, por ejemplo, el anapismo liberal duplicó en 1966 los votos que consiguió en 1964. Aunque 3.519 anapistas, fueron suficientes para superar 11.019 votos del MRL y 49.805 del oficialismo liberal, si le permitió al movimiento renovar la curul, que el líder popular Parmenio Zapata había logrado en 1964, en la Cámara de Representantes. Los votos de Zapata no se concentraron en pocos pueblos, sino que estaban dispersos en el 61.8% de los 131 municipios boyacenses. Sin embargo, el 63% de su total departamental provino de Tunja, Duitama, Sogamoso y Santana. De otra parte, el ala liberal ganó al MRL en 29 municipios boyacenses sin lograr más de 110 votos en ninguno de ellos, entre otros, cabe mencionar a Nobsa (109 votos por ANAPO), La Uvita ( 6 v anapistas), Viracacha (54 v anapistas), Otanche (3 v. por ANAPO) e Iza con un voto por ANAPO liberal. En Tunja, la oposición emerrelista de 1960, había reunido 173 votos contra 3.674 del liberalismo oficialista. En 1962 avanzó con las banderas de ese mismo movimiento a 591 votos ante 3.634 del Frente Nacional. En 1964 la división emerrelista es derrotada en conjunto por la lista anapista: 150 votos por los Blandos, 208 por los Duros y 442 por ANAPO; al tiempo que el Frente Nacional disminuye sus sufragios a 1.976. En 1966 algunos liberales de la capital boyacense vuelven a favorecer al anapismo colocándolo en segundo lugar. Como el MRL de ese año, obtiene los mismos votos de sus dos Líneas en 1964, 360 ; y por lo que el Frente Nacional recupera en parte el volumen electoral de 1962: 3.296 votos, se puede afirmar que los 693 votos de la ANAPO provienen tanto de sus antiguos electores de 1964 como de algunos liberales oficialistas que deciden apoyar al movimiento. En 1966 el anapismo también superó al MRL en Duitama y fue la primera fuerza liberal en Santana. En esta última población el MRL solamente tuvo 25 votos en 1960 contra 1.782 del oficialismo liberal; en 1962 la mayoría de los liberales simpatizantes con el régimen no votaron y aquellos que lo hicieron, 406 en total, fueron derrotados por los 465 emerrelistas que participaron en las elecciones. Dos años más tarde la votación liberal continúa disminuyendo, la Línea Dura gana con 229 votos a sus adversarios frentenacionalistas, que obtienen 163 votos y a los únicos tres electores que respaldaron a la ANAPO, Observando con atención, podemos concluir que en este municipio los 440 liberales que apoyan el ala liberal anapista provienen del MRL, en particular de la Línea Dura, y quizás del propio oficialismo; ya que, de acuerdo con los resultados entre 1960 y 1966, el liberalismo oficialista disminuye aceleradamente su capacidad de con-

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vencimiento en Santana, al tiempo que los nuevos emerrelistas de 1966 no logran acercarse ni a su cifra de 1964 ni a la de 1966. El único movimiento que crece en Santana es la ANAPO. En Norte de Santander, el anapismo liberal fue representado por José del Carmen Leal. Sus 2.213 votos, significaron una disminución en comparación con los 2.255 de 1964 por José María Bautista (véase cuadro N°4). La mayoría de los votos por Leal provino de la capital. En Cúcuta el apoyo liberal le significó el 83% de su total departamental. Fueron importantes también las votaciones de Pamplona y Ocaña. Al analizar el comportamiento de la votación liberal de Cucuta se concluye que en 1966 todas las agrupaciones con excepción de la ANAPO tienden a mantener sus anteriores resultados. En 1960 el emerrelismo de Cucuta contó con 3.538 votos y el oficialismo liberal con 13.073, votación que se mantiene en 1962, al tiempo que la oposición del MRL aumenta a 6.290. En 1964 ambos sectores del liberalismo cucuteño disminuyen sus cifras: el Frente Nacional a 7.542, el MRL obtiene 4.609 votos provenientes de sus dos Líneas (de los cuales 2.570 son por la Blanda); y la ANAPO logra 1.906 sufragios. Dos años después, el oficialismo recupera la totalidad de sus simpatizantes, e inclusive coopta algunos liberales de la oposición, alcanzando 13.986 votos. El emerrelismo, aumentando los votos que las dos Líneas lograran en 1964, recibe el respaldo de 4.594 liberales. La ANAPO de su parte, decrece a 1.838 sufragios. La explicación a este aumento del MRL y del Frente Nacional y a la disminución de los votos anapistas, podría encontrarse en la no participación del líder popular Rodolfo García García. En Pamplona los anapistas liberales de 1966 se acercan al total de emerrelistas, a diferencia de Ocaña en donde estos últimos son mayoría. En 1960, el MRL obtuvo tan sólo 9 votos en Pamplona, ante 2.002 del liberalismo frentenacionalista. En el siguiente debate electoral llegó a 430 votos frente a 1.793 del oficialismo liberal. En 1964 los emerrelistas pamploneses deciden apoyar a la Línea Dura con 421 sufragios, mientras que la Blanda recibe el respaldo de 12 electores y la ANAPO el de 199, al mismo tiempo que la lista liberal frentenacionalista reduce sus votos a 1.173. En 1966, quizás por el regreso de algunos emerrelistas al oficialismo o tal vez por la disminución de la abstención liberal, el Frente Nacional aumenta sus votos de 1964 a 1.177; de su parte el MRL reduce sus votos a 292 y la ANAPO aumenta su cifra a 225, posiblemente por votos venidos del emerrelismo de la Línea Dura. Los anapistas son segunda fuerza en Santiago, Mutiscua, San Calixto y La Playa. En el Huila, el ala liberal obtuvo 2,132 votos en las elecciones de 1966. Aunque el avance es considerable, no le permiten alterar las posiciones de las fuerzas liberales, ya que el MRL fue respaldado por 15.908 huilenses y el Frente Nacional por 22.013. Gregorio Duarte, el anapista que encabezó su lista liberal, fue respaldado en el 77% del total de municipios del Huila. Los votos de Neiva, representaron el 75% del total departamental anapista. Aquí 222

el MRL había logrado en 1960 3.705 sufragios frente a 5.209 del liberalismo oficial; en el siguiente debate electoral, la oposición emerrelista robustece su electorado al obtener 5.665 votos ante 6,746 por el Frente Nacional. Curiosamente, a diferencia del resto de departamentos, aquí ni la división ni la abstención provocaron en 1964 una perdida importante en el volumen de votos emerrelistas. El éxito en ese año fue para la Línea Blanda que superó con 4.593 votos, 3.910 del liberalismo oficialista, 962 del anapismo y 333 de la Línea Dura. En 1966 todas las listas liberales aumentan sus votos: el Frente Nacional recupera a los votos abstencionistas de 1964, el MRL y la ANAPO, atraen votación liberal, obteniendo 5.965 el primero y 1.607 la segunda. Al igual que en otros municipios del país, la gente de la Línea Dura encuentra en el ala liberal de la ANAPO el espacio propicio para el ejercicio de su beligerancia contra el Frente Nacional. Otro caso interesante en el Huila, es el caso de Garzón, municipio conservador donde el MRL reunió sólo siete votos a su favor en 1960 ante 690 del liberalismo frentenacionalista. En 1962 el emerrelismo aumentó su votación a 103 al tiempo con el Frente Nacional que tuvo el apoyo de 909 electores; dos años después, en 1964, disminuye los votos liberales para el liberalismo oficial, 489 votos, para el emerrelismo aumentan, 154 por la Línea Blanda, y 6 por la Dura, y la ANAPO de su parte recibe el apoyo de 59 electores. En 1966 el volumen total liberal de emerrelistas, frentenacionalistas y anapistas liberales de Garzón crece y se distribuye así: 631 por el oficialismo, 187 por el MRL y 147 por el ala liberal, por lo cual podemos afirmar que algunos emerrelistas vuelven al Partido Liberal oficialista mientras que otros van a la ANAPO. De otra parte, en la población conservadora de Acevedo, en 1966, el MRL no obtuvo ningún voto, mientras que 32 anapistas se enfrentaron en las elecciones a 35 liberales frentenacionalistas, y en Santa María y Tesalia, municipios también conservadores, con cuatro votos en la primera y dos en la segunda el anapismo fue «la segunda lista liberal». En general, el fenómeno más sobresaliente de la votación liberal de 1966 fue la disminución del abstencionismo. A nivel regional, no obstante lo atomizado de los éxitos anapistas en el país sobre el MRL, el ala liberal también fue protagonista de la oposición al oficialismo liberal. La mayor parte de sus votos provinieron de las doce capitales de los departamentos en donde se presentó, o de algunos de sus principales municipios. Los éxitos del anapismo liberal sobre el MRL en cuatro ciudades capitales: Bogotá, Medellín, Barranquilla y Tunja fueron el inicio de su conversión en la segunda fuerza liberal del país y en la primera como Movimimiento de oposición. En otras ciudades, como Villavicencio, Manizales y Neiva el ala liberal recibió apoyo de antiguos emerrelistas de los «duros». Y en las demás, Bucaramanga, Cartagena, e Ibagué, la nota predominante fue el estímulo que significó para la participación de liberales que nunca habían manifestado su opinión en unas elecciones frentenacionalistas. En Cali y Cucuta, por el contrario, no fue fácil el comienzo para el ala liberal; en la primera su votación de 1966 es mínima, mientras que en la segunda disminuyen un poco sus resultados de 1964.

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Con el avance del anapismo en 1966 en fortines del liberalismo emerrelista y oficialista, se consolida el electorado del ala liberal del movimiento. En un futuro cercano podrá representar la oposición liberal al Frente de Transformación Nacional (FTN).

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