Los pasos perdidos de una escritura

Augusto Roa Bastos, La vigilia del almirante. El 12 de octubre de 1492, desde una de las tres naves, un tripulante divis
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Carmen Perilli

“ya beis que oy es tiempo al rebés”

Colonialismo y Escrituras en América Latina. Lecciones de literatura latinoamericana.

Instituto Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos Universidad Nacional de Tucumán 1999

* 1999 Instituto Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos (IIELA) Facultad de Filosofía y Letras - Universidad Nacional de Tucumán Av. Benjamín Aráoz 800 - CP 4000 - San Miguel de Tucumán Tucumán - Argentina - Impreso en Argentina - Printed in Argentina

Diseño de tapa: Rossana Nofal, Pablo Arredondo Moreira Compaginación, Diagramación y Diseño: Pablo Arredondo Moreira

Los pasos perdidos de una escritura El Diario del Primer Viaje de Colón

“Grandes indicios son éstos del Paraíso Terrenal; porque el sitio es conforme a la opinión de estos santos y sacros teólogos;y ansimesmo las señales osn muy conformes, que ajamás leí ni oí que tanta cantidad de agua dulce fuese así dentro y vecina de la salda,y en ello ayuda la suavísima tenperancia.Y si de allí del Paraíso no sale, paresce aún mayor maravilla” (Cristóbal Colón, Relación del Tercer Viaje) “Podria decirse que enloqueció de oir y leer historias contadas por otros porque él era incapaz de inventar ningunas...Cayó en la mania de que aquellas historias , en particular la de descubrir un mundo resplandeciente de oro y pedrerías al otro lado del mundo, él podía ir pasándolas poco a poco en la realidadY esto sin ser historiador ni poeta. Augusto Roa Bastos, La vigilia del almirante

El 12 de octubre de 1492, desde una de las tres naves, un tripulante divisa la isla caribeña de Guanahaní. Se inicia el mayor cambio histórico en la historia de la humanidad. Sus efectos serán sufridos por el continente americano objeto desde entonces de una de las mayores empresas de conquista y colonización. Cristóbal Colón el gran navegante del Mar Tenebroso es el profeta que durante veinte años había hablado de la viabilidad de la ruta occidental hacia las riquezas fabulosas del Asia. El elegido de Dios no deja de ser el comerciante genovés decidido a materizalizar sus sueños, transformándolos en un sólido y lucratrivo negocio. Es esencial señalar que su conocimiento de la tierra americana estuvo mediado por la summa de

las ideas que sobre otro mundo poblaban libros y voces, agitando el imaginario de una Europa a las puertas de la modernidad.El personaje está lleno de misterios, incrementado por sus cantores Bartolomé de las Casas y Hernando Colón. La imagen que Colón tenía de las nuevas tierras está determinada por una serie de narraciones preexistentes. Es creíble la hipótesis de la existencia de un Piloto Anónimo, cuyo relato del encuentro de las nuevas tierras justificaría la precisión con que el genovés encontró la ruta marítima. Es innegable que Colón se movió en un mundo marítimo lleno de historias aventureras.Si los españoles pertenecían a la escuela mediterránea, sus andanzas por Portugal le habían acercado a secretos de la navegacion océanica, propios de la escuela de Enrique el Navegante. Se conservan relativamente pocos documentos autógrafos. Las Casas-ligado a Diego Colón-tuvo acceso al archivo y a los libros de los Colones; había reunido un verdadero arsenal para hacer la historia del almirante. Gracias a sus copias se concerva el resumen de los Diarios del primer y tercer viaje. En su Historia de las Indias traza el dominico una biografía del almirante en la que cita documentos .Junto con la Historia de Don Hernando son fuentes fundamentales para estudiar la producción colombina. Las Casas manejó libros anotados por el marino en sus largas estadías en los conventos. Entre ellos: la Imago Mundi de Pierre D’Ailly (1480-1483); la Historia Natural de Plino en versión italiana (1489), la Historia Rerum Ubique Gestarum de Aeneas Sylvius, y los Viajes de Marco Polo. El historiador Antonello Gerbi no está de acuerdo con acentuar presencia literaria; considera al genovés un conocedor del mundo natural que no habría accedido al libro de Marco Polo antes del primer viaje. Como sea no es necesario que Colón haya hecho lecturas directas ya que las historias y leyendas circulaban entre los navegantes de la época. Marco Polo había inaugurado una nueva literatura de viajes a partir del siglo XIII en sus relatos del descubrimiento del fabuloso imperio tártaro, tierras del Gran Khan, abriendo un espacio para la geografía material y de la mente: el Oriente. Beatriz Pastor- que considera a la escritura colombina acto inaugural de la mitificación del continente americano como botín-señala en los textos colombinos una oposición entre un proceso de ficcionalización distorsionadora y un proceso posible de descubrimiento y conocimiento objetivo de la realidad americana que, en muchos casos, se resuelve en la sustitución implícita de un acercamiento analítico y racional por un proceso de identificación con modelos previos. Para ella el Almirante afirma descubrir cuando verifica, develar cuando encubre, y describir cuando inventa. En Colón se reúnen elementos de la cultura medieval con los de la naciente modernidad. El deseo de imponer el Dios Cristiano que movilizó la guerra de reconquista y las cruzadas se une a la necesidad de riquezas de los imperios mercantiles que se expanden hacia otros mercados. Le interesan mucho más los asuntos divinos que los humanos; ya que de las tres esferas: natural, humana y divina, privilegia la natural luego la divina y, en última instancia, la humana. Su argumento decisivo es siempre de autoridad, propio del universo medieval y no de la experiencia renacentista. (Tzvetan Todorov). Al leer sus escritos -diarios, cartas, informes, testamento, memorial- se podría tener la impresión de que su móvil esencial es el deseo de riquezas ya que el oro está omnipresente. En el día mismo que sigue al descubrimiento, el 13 de octubre de 1492, anota en su diario: "No me quiero detener por calar y andar muchas islas para fallar oro". "Mandó el Almirante que no se tomase nada, porque supiesen que no buscaba el Almirante salvo oro''; "Nuestro Señor me aderece, por su piedad, que halle este oro". Son también indicios de oro los que deciden su recorrido. Así va errando de isla en isla, recibiendo vagas referencias-es posible que los indios hayan encontrado en ello una forma de deshacerse de él. "En amaneciendo, dio las velas para ir su camino a buscar las islas que los indios le decían que tenían mucho oro y de algunas que tenían más oro que tierra". La lectura nos convence que su móvil principal no fue la riqueza sino que la que utilizó como carnada. Los marinos; sus jefes, los reyes, todos están comprometidos por la promesa de ganancias. El Diario está destinado a ellos; es necesario que los indicios de la presencia del oro se multipliquen a falta del oro mismo. Recordando, en el tercer viaje, la organización del primero, reconoce que el oro era señuelo para que los reyes aceptaran financiarlo. Colón no se equivoca cuando imagina la importancia de dichos móviles; su desgracia se debe ,en parte, al hecho de que no haya habido más oro. Una larga querella enfrentará a Colón con los reyes y a los herederos de ambos.

Colón quiere encontrar el reino del Gran Khan, el emperador de la China: "Tengo determinado de ir a la tierra firme y a la ciudad de Guisay y dar las cartas de Vuestras Altezas al Gran Can y pedir respuesta y venir con ella". Las razones de su obsesión se encuentran en los sueños de expansión cristiana al Oriente y sus riquezas humanas y materiales . Uno de sus móviles es la victoria universal de la religión católica. Se considera el elegido; ve la intervención divina en todo, tanto en el movimiento de las olas como en el naufragio de su nave en Nochebuena, y agradece a Dios "por muchos milagros señalados “que ha mostrado en el viaje. Sus palabras reviven el ideal de las Cruzadas. Esta empresa se tomó con fin de gastar lo que d'ella se oviesse en presidio de la Casa Sancta a la Sancta Iglesia. Después que fui en ella y visto la tierra, escreví al Rey y a la Reina, mis Señores, que donde a siete años yo le pagaría cincuenta mill de pie y cinco mili cavallo en la conquista d'ella, y dende a cinco años otros cincuenta mill de pie y otros cinco mill de cavallo, que serían dies mill de cavallo e cient mill de pie para esto(febrero de 1502) Las Casas dejó un retrato peculiar de Colón, en el cual justifica su obsesión por su profunda religiosidad: "Cuando algún oro o cosas preciosas le traían, entraba en su oratorio e hincaba las rodillas, y decía ‘demos gracias a Nuestro Señor, que de descubrir tantos bienes nos hizo dignos' “. A Colón le interesan mucho más los contactos con Dios que con los hombres. Su mirada se posa en la Naturaleza pero nunca olvida la Autoridad de los libros-en especial de la Biblia. Para probar que la tierra que tiene ante los ojos es afectivamente el continente asiático, Colón razona en su tercer viaje: "Yo estoy creído que ésta es tierra firme, grandísima, de que hasta hoy no se ha sabido, y la razón me ayuda grandemente por esto deste tan grande río y mar, que es dulce... (el libro de Esdras) que dice que las seis partes de mundo son de tierra enjuta y la una de agua, el cual libro aprueba Sant Ambrosio en su Hexameron, y Sant Agustín”. Tres argumentos apuntalan su creencia: la "abundancia de agua dulce; la autoridad de los libros santos; la opinión de otros hombres que ha encontrado”. Las tres esferas- la divina, la natural y la humana- están en el mismo plano. Para nosotros sólo hay dos intercambios reales, el que se produce con la naturaleza y el que se produce con los hombres. La relación con Dios no está en el campo de la comunicación aunque pueda influir, o incluso predeterminar, toda forma de comunicación. Colón se apoya en creencias que van desde las sirenas al Paraíso Terrenal. Sabe de antemano que va a encontrar cíclopes, hombres con cola y amazonas en una interpretación finalista del mundo. Los escritos, particularmente el Diario del Primer Viaje, revelan una atención constante a todos los fenómenos naturales con una perspicacia mayor que la que pone en entender a los hombres. Peces y pájaros, plantas y animales, son los protagonista de sus aventuras. Atento a los animales y a las plantas, su obsesión está en la navegación, materia en la que realiza verdaderas hazañas en materia de navegación. Coexisten en Colón dos personajes: el navegante y el hermeneuta, que en todo ve señales e interpreta el mundo de acuerdo a sus lecturas. La búsqueda de tierra firme -el continenterepresenta otro ejemplo. Desde el primer viaje, registra en su diario la información: "Aquella isla Española [Haití], o la otra isla Yamaye (Jamaica), estaba cerca de tierra firme diez jornadas de canoa, que podía ser sesenta o setenta leguas, y que era la gente vestida allí". Defiende a rajatabla sus convicciones: la isla de Cuba es la que forma parte del continente -de Asia-, y decide eliminar lo que tienda a probar lo contrario. Los indios “son gente bestial e piensan que todo el mundo es islas e non saben que cosa sea tierra firme, ni tienen letras ni memorias antiguas, nin se deleitan en otra cosa sino en comer y en mugeres, dezían que era isla”. Al final de la segunda expedición, asistimos a una escena célebre y grotesca, en la que Colón renuncia verificar por experiencia si Cuba es una isla, y decide aplicar el argumento de autoridad y obligando a sus compañeros a jurarlo. La interpretación "finalista" no es menos eficaz que la empirista: los demás navegantes no osaban emprender el viaje pues no tenían su certidumbre Para describir la naturaleza, Colón emplea constantemente los superlativos. El verde de los árboles es tan intenso que ya no es verde. "Y los árboles de allí diz que eran tan viciosos que las hojas dejaban de ser verdes y eran prietas de verdura''. "Vino el olor tan bueno y suave de flores o árboles de la tierra, que era la cosa más dulce del mundo" (..). "Dice que es aquella isla la más hermosa que ojos hayan visto". "Dijo que otra cosa más hermosa no había visto, por medio del cual valle viene aquel río”. Es consciente de los riesgos de este lenguaje, la falta de

verosimilitud que sus expresiones hiperbólicas generan pero no logra expresarse de otro modo y deplora la pobreza de sus palabras El navegante no se expresa de manera correcta en ningún idioma. En su castellano se encuentra portuguesismos y catalanismos; cuando escribe en italiano se nota que no es el idioma en el que lo hace normalmente. Su rasgo característico es la ambigüedad lingüística, procura emplear la forma que se entienda mejor en más idiomas.Se nota que ha aprendido el castellano de oído.Utiliza siempre el papel escritorio como material, incluso cuando dibuja. Manda a hacer copia de todos sus documentos, hace borradores. Se conservan 18 documentos autógrafos. Le preocupan los nombres tanto el propio al que interpreta como marca del destinoexperimenta con las firmas -como el de los lugares que recorre bautizándo casi compulsivamente. Su primer gesto es nombrar como sinónimo de poseer . Aunque es multilingüe reacciona negativamente ante las lenguas indígenas, negando su existencia o considerándolas formas degeneradas de las lenguas occidentales. Aunque maneja más de cuatro lenguas latinas mezcladas desconoce la diversidad de las nuevas tierras, llegando a las de “fablas indígenas”. La diferencia transforma en asimilación o negación del otro. La comunicación con los indígenas es siempre fallida: "Ya deseaba mucho haber lengua (con los indios), y no tenía ya cosa que me pareciese que era de mostrarles para que viniesen, salvo que hice sobir un tamborín en el castillo de popa que tañesen, e unos mancebos que danzasen, creyendo que se a ver la fiesta; y luego que vieron tañer y danzar todos dejaron los remos y echaron mano a los arcos y los encordaron, y embrazó cada uno su tabla china, y comenzaron a tirarnos flechas''. Los habitantes de las islas se pierden entre las anotaciones sobre la naturaleza, entre los pájaros y los árboles. Los indios, desnudos, son la no-cultura;la barbarie; son buenos salvajes o perros infieles; mansos por zonzos o fieros por falta de civilización. Intenta convencer a los reyes que son materia de evangelización y/o explotación. La generosidad es una nota negativa, denota desinterés comercial y del sentido de propiedad. “Aprecian por igual un pedazo de vidrio que una moneda, y dan el mismo valor a las monedas insignificantes que a las de oro”. "Les di [...] otras cosas muchas de poco valor, con que hobieron mucho placer". "Mas todo lo que tienen lo dan por cualquier cosa que les den; que fasta los pedazos de las escudillas y de las tazas de vidrio rotas rescataban". "De lo que tienen luego lo dan por cualquier cosa que les den, sin decir que es poco". Para Colón la Lengua, la Religión y la Cultura son una sola: las del Occidente católico. La historia de un diario Pocos textos históricos han despertado tanta curiosidad como el editado y reeditado Diario del Primer Viaje. Primer documento de la visión y encuentro de Europa con América, testimonio de la naturaleza y del habitante de Indias, primera página que describe la flora y la fauna, la tierra y el cielo americanos, es fundadora de la literatura latinoamericana; punto de partida de toda lectura de América. La mirada de Colón determinando lecturas: el continente como paraíso de las utopías sociales y humanas, como tierra de riquezas sin fin, refugio del buen salvaje, lugar de esperanza y futuro; naturaleza de fertilidad y hermosura sólo comparable al paraíso. Inicia la colonización cultural con la llegada de la escritura, en tanto inscripción de la mirada europea. Es el primer relato de viajes peninsulares e inaugura los relatos de viajes americanos. Da comienzo a una narrativa que emplea las figuras literarias como modelo cognoscitivo para designar el nuevo referente. En su construcción convergen la verdad de dictum y la verdad de re; el mundo medieval y el mundo renacentista. Es un cuaderno de bitácora y, al mismo tiempo, la primera relación geográfica. Detrás de su escritura se oculta un hombre fascinante y oscuro cuya biografía escapa siempre a la denodada investigación histórica y sobre cuyas ideas, conocimientos, lengua, nacimiento, familia, intenciones, fines, seguimos todavía hundidos en nieblas y dudas. Junto a él una figura rica y rica de la que sabemos tanto y tan poco al mismo tiempo: Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de la causa de los indígenas, que denuncia la destrucción de las Indias. Colón fue el primer viajero marítimo que llevó un diario registrando sucesos día a día. A su regreso a España lo entregó a los Reyes Católicos y solicitó de la reina que ordenara una copia

del mismo entregada -al parecer- al Almirante. Tanto el original como la copia se han perdido. Nuestro conocimiento del texto tiene dos fuentes, ambas lascasianas. En su Historia de las Indias Las Casas lo utilizó como fuente histórica y transcribió pasajes que nos indican que manejó el original. Hacia 1530 hizo una especie de transcripción y reescritura para uso propio de dicho Diario, y ese manuscrito de su puño y letra que abarca 76 folios es el que hoy denominamos Diario de Colón. Después de una accidentada historia-el manuscrito estuvo perdido durante casi tres siglosFernández de Navarrete lo reencontró en la biblioteca del Duque del Infantado a fines del siglo XVIII y lo editó por vez primera en 1825, trescientos treinta y tres años después de haber sido escrito por Colón. El original de Las Casas se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. Su transcripción al español moderno del texto de Las Casas es confiable en su casi totalidad. Los trabajos sobre los textos colombinos han proseguido incansablemente. Existen dos posiciones: la que considera que la transcripción de 76 folios es absolutamente fiel al contenido del original -ya que no a su forma- y la que discute tanto la fidelidad del contenido como de las palabras del genovés afirmando que Las Casas cambió en poco o en mucho el contenido original, o silenció, por omisión o por ocultamiento, aspectos que podrían convenir a su interés por proteger a los indios. El dominico consideró el escrito un instrumento de trabajo, en ninguna parte afirma que es copia fiel del original. Con honestidad, indica que se trataba de un sumario, por lo tanto no se trata de una copia del original a la letra. Nosotros leemos, repetimos, unos apuntes que hizo para uso personal.El fraile destaca con insistencia que transcribe la palabra textual del Almirante, con veneración por su valor de testimonio y de argumento. Las Casas es un hombre medieval para el que La Escritura tienen valor de autoridad. Suponemos que puso en buen español un original con defectos ya que el español aportuguesado de Colón estaba lleno del habla marinera mediterránea, plagado de palabras genovesas, gramaticalmente pobre y lleno de errores. Por su inseguridad lingüística, el mismo almirante apelaba, cuando podía, a un escribiente (Rodolfo Borello) El acto de leer, de querer leer el Diario del Primer Viaje de Colón está rodeado de una oscura desconfianza, de una indefinible incomodidad que nace de la casi certidumbre: no estamos leyendo lo que el Almirante escribió, sus palabras exactas. Suponemos que Las Casas respetó el contenido, pero en el traslado, en el inevitable proceso de incorporar el texto primigenio a una obra que lo contiene debió hacer modificaciones.Los lectores distantes escuchamos distintas voces en el texto. La lectura atenta del texto basta para mostrar esta asistematicidad entre medieval y renacentista -más medieval que moderna, contemplada desde nuestra perspectiva de hombres el siglo XX-, que usa el texto original de muy distintas maneras. Los agregados, correcciones y posibles ampliaciones, lo mismo que los silencios y supresiones, que se achacan al dominico o se suponen de su mano, tienen que ver con una visión positiva del indígena; una visión idealizada de la naturaleza; el recordar los fines de la conquista como misión hispánica: unir en la cristiandad para salvar millones de almas condenadas al paganismo a través de la labor misionera de los representantes de la Iglesia. Borello propone cotejar el Diario con la carta que en 1493 Colón envió a Luis de Santángel. Mientras el Diario fue considerado documento de importancia estratégica, reservado y casi secreto, la carta iba a ser publicada. La Carta.de comienzos de 1493 no pudo ser sometida a ninguna clase de corrección, modificación, falsificación u ocultamiento-recortes, agregados, alteraciones, amplificaciones-, como los que los numerosos lectores críticos del Diario han adjudicado a Las Casas. Su contenido vale como prueba de que la transcripación de Las Cas no traiciona los puntos de vista de Colón en lo que se refiere a la naturaleza de los indios. Estos obedecían a una mentalidad mesiánica que necesitaba justificar la empresa a través de la de evangelización dando continuidad a la guerra santa finalizada el mismo año de la llegada a las tierras ignotas. El destinatario son los Reyes Católicos, Colón-personaje aparece sólo en tanto protagonista del viaje. La intención es declarada en el prólogo ”para esto pensé de escrevir todo este viaje muy puntualmente, de día en día, todo lo que yo hiziese y viese y passasse, como adelante se veirá.También, Señores Príncipes, allende de escrevir cada noche lo qu el día passare y el día lo que la noche navegare, tengo propósito de hazer carta nueva de navegar, en la cual situaré toda la mar e tierras del mar Occéano en sus proprios lugares, debaxo de su viento, y más componer un libro y poner todo por el semejante por pintura” . Colón es conciente de la importancia de la escritura así como de la cartografía, busca

colonizar el territorio no sólo material sino cognoscitivamente, dando cuenta de todos sus detalles, para lo cual está dispuesto a dibujarlo en mapas, cuando la letra no le basta.No deja al azar ni letras ni figuras. La primera y la tercera persona se alternan: el sujeto de la enunciación se identifica y se diferencia del sujeto del enunciado. La mano firma de Las Casas no se oculta, hace un doble movimiento traduce y transcribe. Colón escribe para quienes no han visto estas tierras. Selecciona atributos señalando el grado de calidad inusual para el mundo que comprende tanto a los destinatarios del texto como a él mismo. Emplea la hipérbole y la comparaciónpara dar cuenta de lo extraordinario. La vista es el sentido más importante aunque pesa el recuerdo de lo leido o escuchado. “Este relato de viaje establece, mediante esta organización, una frontera entre lo propio, la idea, y lo que fue ignorado hasta que su texto, al incorporarlo como referente, lo convirtió en lo ajeno, es decir en el término obligado de comparación de lo propio y, por lo tanto, en una de sus dimensiones. De esta manera, la descripción de Colón amplía el espacio semántico de lo propio y, simultáneamente, lo inserta en el devenir, en la posibilidad de producir nuevos sentidos (Miguel Guerin). Lunes ,8 de Otubre “Tuvieron la mar como el río de Sevilla.”Gracias a Dios”,dize el Almirante.Los aires muy dulces ,como en Abril en Sevilla, qu es plazer estar a ellos, tan olorosos son.Paeció la yerva muy fresca;muchos paxaritos de campo” Martes y Miércoles,16 de Otubre “Ella es isla muy verde y llana y fertilíssima y no pongo en duda que todo ela año siembranpanizo y cogen, y así todas otras cosas.Y vide muchos árboles muy diformes de los nuestros... que es la mayor maravilla del mundo cuánta es la diversidad” Colón falsea el referente, transforma el Caribe en una visión arcádica con ruiseñores. En cuanto a los motivos maravillosos las sirenas o los hombres monstruosos son figuras de una cultura que, habiendo accedido a un momento productivo, puede transgredir sus propios límites y el predominio de lo reproductivo puede expandirse. El centro mismo de las motivaciones del viaje contempla una decisión entre el conocimiento adquirido por la experiencia sensible y el conocimiento discursivo. El Diario es un relato de viajero; un texto que se autoidentifica como viaje, relación de viaje o itinerario, aún cuando puede incluir otras nominaciones -descripción, crónica, historia-. Funda un tipo de discurso donde la función descriptiva es tan importante como la narrativa. La consignación de los hechos no opaca la construcción del referente. El Nuevo Mundo debe ser transformado en palabras para inventariarlo, explicarlo y colonizarlo. El relato se organiza según un hoja de ruta, como lectura de un mapa: propone una manera común de observar y categorizar el espacio, construyendo un "territorio”. Como viajero, el almirante produce una información basada en la experiencia de "lo visto y lo vivido", al mismo tiempo que en lo leído y escuchado. Como señala Noé Jitrik (Los dos ejes de la cruz ), la historia de la escritura latinoamericana es concebida como una red que se va tejiendo en virtud de reglas que todavía funcionan y se inicia en el Diario del Primer Viaje. La inadecuación entre modelos de interpretación y realidad torna esforzada la representación y la designaciónhace un gran esfuerzo por representar, por designar. El referente, nos dice Jitrik, es arrollador; sus ojos lo perciben y tal vez su mente pero lo que su ojos y su mente le encargan a sus ojos es reducirlo, limitarlo, detenerlo por medio de la escritura. Lo central es esta lucha entre el referente y la escritura: “en toda Castilla no ay tierra que se pueda comparar a ella en hermosura y bondad”;”unas vegas las más hrmosas del mundo y cuasi semejables a las tierras de Castilla”;”Y dertifico a Vuestras Altezas que debaxo del sol no me parece que las pueda aver mejores en fertilidad, en temperancia de frío y calor, en abundancia de aguas buenas y secas”;”que plugo a Nuestro Señor de le mostrar siempre una cosa mejor que otra,y siempre en lo que hasta allí avía descubierto iva de bien en mejor” Un permanente choque entre ver, creer, sentir y pensar en la que la mirada transforma en cosa a la realidad al reducirla a palabra, para controlar los cuerpos y las lenguas de los otros; es allí donde se produce una cultura. La escritura colombina opera por tres vías: la enumeración disolvente, la generalización y la designación novedosa, y son dos sus núcleos: la descripción y el impulso metafórico. Sus recursos son la metáfora y a la metonimia. (Noé Jitrik)

Jueves, 13 de Diziembre Estavan todos los árboles verdes y llenos de fruta,y las yervas todas floridas y muy altas;los caminos muy anchos y buenos;los aires eran como en Abril en Castilla; cantava el ruiseñor y otros paxaritos como en el dicho mes en España que dizen era la mayor dulçura del mundo” En cuanto a los habitantes Colón los describe por asimilación o por falta. Responden al mito del buen salvaje, su valoración es ambivalente. El 11 –12 de octubre nos dice”Yo”, dize él,”porque nos tuviesen mucha amistad,porque cognosçí que era gente que mejor se libraría y se convertiría a la santa fe con amor y no con fuerça”. En la jornada del 13 de octubre relata con elocuencia :”Luego que amaneció vinieron a la playa muchos de estos hombres, todos mançebos, como dicho tengo,y toodso de buena estatura, gente muy fermosa;los cabellos no crespos,salvo corredíos y gruesos como sedas de vavallo...·Le llama la atención la desnudez y la hermosura. No los entiende”no sé la lengua y la gente de estas tierrasno me entiende”.Los desautoriza: ”y así tornó a decir como otras veces dije, dice él, que Caniba no es otra cosa sino la gente del Gran Can, que debe ser aquí muy vecino; y tendrán navíos y vendrán a cautivarlos,y como no vuelven creen que se los han comido.Cada día entendemos más a estos indios y ellos a nosotros,pustos que muchas veces hayan entendido uno por otro “ Colón está poseído por una fiebre de apropiación de esas tierras a las que no llega a conocer y ni siquiera a dar un nombre. Al mismo tiempo, busca oro todo el tiempo, ve oro por todas partes. La palabra constante del texto es maravilla, así queda definido el continente americano como botín y como utopía. El Diario es al mismo tiempo el monumento que inicia la escritura en estas tierras y el documento desde el que podemos leer la “aparición” del Nuevo Mundo ante los ojos europeos así como el comienzo de su sujeción material y simbólica. Bibliografía Rodolfo Borello, “Los diarios de Colón Hispanoamericanos, nº 512, 1995.

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Cuadernos

Bartolomé de las Casas, Historia de las Indias, Madrid: BA.E., 1957. Hernando Colón, Historia del Almirante (Crónicas de América) Vol ¡, Madrid, 1984 Miguel Guerin, ”El relato de viaje americano y la redefinición de la ecumene europea”, Dispositio, Vol XVII, Nro.42, pp1-19, Univesity of Michigan. Noé Jitrik, Los dos ejes de la cruz, México: Universidad de Puebla, 1982. Walter Mignolo, “Cartas, crónicas y relaciones del descubrimiento y la conquista de América” en Iñigo Madrigal (coord.), Historia de la literatura hispanoamericana, Madrid: Cátedra, 1982, 1º tomo. Edmundo O’Gorman, La invención de América, México: Fondo de Cultura Económica, 1991. Beatriz Pastor, El discurso narrativo de la conquista, La Habana: Casa de las Américas, 1983. Tzvetan Todorov, La conquista de América. La cuestión del otro, México: Siglo XXI, 1987. Consuelo Varela /Juan Gil, Cristobal Colón,Textos y Documentos completos.Nuevas cartas. Madrid:Alianza, 1992.