los nuevos recolectores de café

Cabuya, Harold Cortés. Director de producción: ... Gerente general: Sandra Suárez Pérez; productora general: Angélica ..
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SEMANA RURAL P U B L I C A C I Ó N

M E N S UA L

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• EDICIÓN 20 • BOGOTÁ • DICIEMBRE DE 2018 • 16 PÁGINAS • ISSN 2590-8685

U N P ROY E C T O D E

Venezolanos, los nuevos recolectores de café Pág. 12

Foto: José Darío Puentes Ramos

OJO AL CAMPO

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REPORTAJE

Foto: Esteban Vega La-Rotta - Semana

El plan de la ONU para cambiarles la vida a los campesinos del mundo El 28 de septiembre, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU le dio el visto bueno al borrador de la que sería la Declaración de Derechos de los Campesinos y Trabajadores de Zonas Rurales. El documento está a una aprobación de la Asamblea General de hacerse realidad.

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l pasado viernes 28 de septiembre llegó el turno de los campesinos y trabajadores rurales del mundo de ser sujetos de derechos universales: El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dio por aprobado el borrador de la Declaración de Derechos de los Campesinos y Trabajadores de Zonas Rura-

“Según la declaración, los campesinos son garantes de la industria alimentaria". les, que será presentado ante la Asamblea General de la misma organización. De ser aprobado, dicho documento significaría una serie de exigencias para los estados miembros sobre los derechos de estas comunidades, implementar medidas para protegerlos y garantizar mejores condiciones de vida y trabajo. Esta declaración agrupa a campesinos, indígenas y comunidades que viven y trabajan en zonas rurales; incluso se aplica a los pequeños pescadores y personas que se dedican a labores

agrícolas, así no tengan tierras. Este documento también pretende afirmar derechos y deberes del Estado y de la población que protege, en temas que hasta el momento no habían sido priorizados en las constituciones de varios países.

dos de realizar cualquier tipo de trabajo que interfiera con su educación y su integridad física, espiritual, moral, mental o social, por lo que exige también a los estados crear mecanismos de protección infantil para la ruralidad.

MUJERES Y NIÑOS RURALES Este documento contiene derechos específicos para la protección de los derechos de las mujeres y niños que viven y trabajan en el campo. En esta medida, los derechos de la mujer rural incluyen: la participación en la formulación e implementación de todo plan o política relacionada con su bienestar y oficio; el acceso a la salud, tanto física como mental; el beneficiarse de toda clase de programas de seguridad social; el poder obtener subsidios, créditos y otras facilidades que le permitan desarrollar su actividad agrícola; acceder, igual que los hombres, al manejo de los recursos naturales; y a un empleo, remuneración y protección social decentes. Igualmente, la declaración insiste en el derecho a la educación (formal e informal) de estas mujeres, su libertad para asociarse y rechaza cualquier tipo de violencia contra ellas. En cuanto a los niños campesinos, estos estarían protegi-

EL MOTOR DE LA INDUSTRIA ALIMENTARIA Según la declaración, los campesinos son garantes de la in-

Fotos: Daniel Reina Romero - Semana

POR

Laurasofía Polanco

dustria alimentaria. Por eso se pide que los derechos y deberes relacionados con su actividad económica dignifiquen su forma de vida y contribuyan al desarrollo responsable de actividades agrícolas a nivel mundial. De aprobarse el mandato de la ONU, los estados tendrán que legislar sobre los derechos de los trabajadores de las zonas rurales, sus beneficios y crear mecanismos de protección para responder si esos derechos son

vulnerados. También está contemplado que cada estado no solo proteja, sino promueva la creación de asociaciones y organizaciones campesinas y rurales. En vista de que no todos los países tienen las condiciones económicas para aceptar y ejecutar fácilmente estos puntos, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU incluyó un mandato de implementación de la Carta de Derechos de los Campesinos y Trabajadores Rurales, especial-

Los derechos de las mujeres a la tenencia y explotación de la tierra están incluidos.

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COLOMBIA PODRÍA TENER UNA CONSTITUCIÓN MÁS CAMPESINA

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU viene discutiendo esta resolución desde 2008.

mente dirigido a países con altos niveles de pobreza en esas áreas. DERECHOS PARA UN CAMPO QUE ENVEJECE El borrador también exige la creación de un modelo económico y sostenible para diversificar la oferta de empleos y garantizar el acceso a la educación de calidad pertinente, donde los jóvenes del campo encuentren oportunidades sin necesidad de mudarse a las ciudades. Esta declaración haría oficial la necesidad de que el Estado forme a los trabajadores rurales y tecnifique sus formas de producción. El ideal es que cada campesino del mundo le saque el máximo beneficio a cada cosecha, jornada de pesca o negocio ganadero. Los gobiernos tendrán que poner la tecnología al servicio de sus trabajadores del campo. EL MEDIOAMBIENTE, EN LA ECUACIÓN Las medidas que deben tomar los Estados, si el borrador del Consejo de Derechos Humanos prospera, por regla general, no pueden perjudicar al medioambiente. Los trabajadores del campo tendrían derecho a participar en el diseño y la implementación de las políticas ambientales, teniendo en cuenta que su entorno natural es la materia prima a largo plazo e

incide de manera inmediata en la salud de sus familias. Pero también hay deberes. Los Estados tendrán que implementar medidas de protección para que el derecho de los campesinos a extraer recursos naturales no se traduzcan en un daño ambiental. La eventual resolución les da a los campesinos la posibilidad de rehusarse a utilizar químicos o sustancias toxicas para sus actividades agrícolas, lo que obligará a

El senador del Polo Democrático, Alberto Castilla, con apoyo de asociaciones campesinas y la bancada alternativa del Congreso, ya planteó  un proyecto de acto legislativo que modifica el Artículo 64 de la Constitución  para que el campesino, con su identidad cultural incluida, sea sujeto de derechos políticos  en lugar de ser visto a través de su actividad productiva. Según comentó a SEMANA RURAL, este mecanismo podría ser el primer paso para que el país adopte mejores políticas, en especial de participación para los campesinos,  como las planteadas por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.  

De ser aprobada por la ONU, los campesinos y trabajadores rurales del mundo tendrán mejores condiciones laborales y de vida.

“El primer derecho que deberá ser resuelto será el acceso de los campesinos al agua potable”. una regulación estatal para proteger la salud del campo a través del control de pesticidas, abonos, y otros productos inorgánicos destinados al mercado agrícola y ganadero.

regulación de semillas para actividad agrícola que existe en países como Colombia, donde las semillas son comercializadas por determinadas empresas con registro.

RESPETO POR LA TRADICIÓN El documento también promete fortalecer la autonomía campesina total para producción y comercialización de semillas: esto incluiría el derecho a guardar, usar, intercambiar y vender sus propias semillas con el apoyo estatal. Esto contradice la actual

EL ACCESO A LA DIGNIDAD En las zonas rurales se ha vuelto costumbre la ausencia de instituciones y de servicios básicos. Por esto, el borrador de la Declaración de los Derechos de los Campesinos y Trabajadores de Zonas Rurales es enfático en que, una vez aprobada, esta car-

ta obliga a los Estados miembros a proveer y solventar los vacíos que históricamente ha padecido el campo. El primer derecho que deberá ser resuelto es el acceso a agua potable (para uso individual y laboral), la vivienda digna, vías de acceso que faciliten el flujo económico y servicios de salud integral (física y mental). En otro punto, se recuerda el derecho al acceso igualitario a la justicia y el acceso a la información, dos problemas serios de los que hemos sido testigos en SEMANA RURAL.

Sobre el acceso a la justicia, la declaración dicta que se debe garantizar a los campesinos y trabajadores rurales un trato no discriminatorio e igualitario, así como una representación legal en caso de necesitarla. Sobre el acceso a la información, el documento dicta que debe ser libre y especialmente promovida por el Estado, de tal forma que los campesinos y trabajadores rurales puedan participar informados y así también expresen sus posturas sobre los temas que los tocan.

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Fotos: Israel Jiménez

MEMORIA

En Caquetá se realizó el ejercicio con víctimas de minas antipersona.

Pedazos rotos: así reconstruyen su vida las víctimas de minas Una técnica ancestral de Japón llamada kintsugi, y que en Colombia recibe el nombre de ‘reparación de la vasija’, ha ayudado a sanar las heridas físicas y emocionales que las minas antipersona dejaron en sus víctimas. ¿En qué consiste y quiénes la promueven?

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TEXTO Y FOTOS:

Andrés Bermúdez

as manos de José Numael Sánchez recorren la superficie de un plato aguamarina, tocando las cicatrices visibles y en altorrelieve que denotan que hace poco se rompió en añicos y que alguien lo pegó. Fue él mismo quien, un par de semanas atrás, hizo la precisa cirugía que devolvió la loza de cerámica a su estado original, pero sin ocultar el pegante de color arcilloso que la sujeta. “Yo asimilo ese plato a mi vida. Cuando sufrí mi accidente con una mina, quedé desbaratado y pensando que no servía para nada. Pero le he puesto empeño: uno se reconstruye y vuelve a seguir”, cuenta José Numael,

que está en silla de ruedas porque el día anterior trabajó en su finca y el esfuerzo de andar por los caminos embarrados le dejó el muñón de la pierna izquierda adolorido. José Numael es una de las 56 víctimas de minas antipersona del Caquetá que han venido usando el  kintsugi, una ancestral técnica artesanal del Japón, para sanar las heridas físicas y emocionales que les dejaron los accidentes con estos artefactos, como la que él pisó hace seis años en una zona rural de Nariño. EL ARTE DE REPARAR Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XV Ashikaga Yoshimasa envió a China sus dos tazas de té favoritas, que

se habían roto, para que se las arreglaran. El líder militar del imperio japonés, sin embargo, quedó muy disgustado con el remiendo barato que vio al recibirlas y decidió llevárselas a uno de sus artesanos. Esta vez los cuencos regresaron con su antiguo esplendor, con unas finas líneas de pintura dorada marcando todos los puntos donde se habían arreglado. En ese momento nació el kintsugi, la popular práctica de restaurar objetos de cerámica rotos de una manera que acentúa la belleza de las costuras y, en últimas, el paso del tiempo. De hecho, su nombre significa ‘remiendo de oro’. A 14 mil kilómetros de Japón, víctimas de minas en Colombia están recurriendo a esa misma técnica –que ellos llaman más prosaicamente ‘la unida del platico’ o ‘la reparación de la vasija’– para sanar sus heridas emocionales y reconstruir sus vidas. Sentados en un círculo en un salón comunal de Florencia, una treintena de personas –entre civiles, mili-

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el El El

Fotos: Efraín Aldana

El kintsugi es una ancestral técnica de Japón que se utiliza para reparar lozas. De manera simbólica se está utilizando en algunos lugares de Colombia para sanar las heridas físicas y emocionales que dejaron los accidentes con minas antipersona.

a las víctimas del conflicto en Colombia. Alternándolo con actividades creativas como el collage y otras de expresión corporal como la respiración, están ayudando a uno de los grupos de víctimas más invisibilizados del país a sobrellevar mejor las cicatrices físicas y mentales del conflicto. LAS HERIDAS EMOCIONALES En las víctimas de minas se juntan varias tragedias, no solo la de perder una pierna o un brazo, como narra el informe del Centro de Memoria Histórica –llamado ‘La guerra escondida’– que precisamente lideraron Pinto y Prolongar. La inmensa mayoría de civiles que han tenido accidentes con minas viene del campo, donde se les hace muy difícil vivir con una prótesis y acceder a las citas médicas con especialistas que requieren. Es la razón por la que muchos de ellos, como José Numael o Álvaro, han tenido que cambiar sus fincas por la ciudad. Todo esto significa que requieren un apoyo sicosocial que –en un país con 8,7 millones de víctimas oficialmente registradas– para la mayoría ha sido inexistente o, en el mejor de los casos, esporádico. “La atención sicológica ha sido como un pescadito: nada por aquí, nada por allá”, dice Reinel Barbosa, que organizó la primera red de asociaciones de víctimas de minas en el país y las representó en la mesa de negociación en La Habana. Como él, hay 11.437 personas que han sufrido accidentes con minas antipersona, municiones sin explotar y otros artefactos, según el registro que lleva la Unidad de Víctimas a agosto de 2018. En realidad, ese

universo es mucho más amplio, ya que la Ley de Víctimas solo reconoce a las personas que sufrieron un accidente de minas y no a los familiares inmediatos que también deben lidiar con sus secuelas (a diferencia de lo que

"La pegada significa que uno va sanando las heridas del pasado y las va cerrando. El plato roto, la destrucción de una familia". sucede con otros hechos victimizantes como el homicidio, la desaparición forzada y el secuestro). Esa situación es aún más aguda para los niños. Ante estos vacíos en la atención, organizaciones de la sociedad civil como Prolongar vienen trabajando con las víctimas no solo en atender los problemas

de salud mental y emocional de las víctimas, sino en ayudarles a reconstruir su proyecto de vida. “Aunque usamos metodologías artísticas y lúdicas, no lo hacemos con un fin recreativo o de pasarlo bien, sino de tocar otra dimensión emocional”, añade Serna, quien plasmó muchas de esas reflexiones en una guía de metodología, que apareció como anexo al informe del Centro de Memoria Histórica. Al final, el kintsugi no solo les sirve a los sobrevivientes de minas para avanzar en ese proceso personal, sino también para reflexionar sobre las heridas de toda la sociedad y fomentar la reconciliación entre distintos grupos que no tenían contacto entre sí. De hecho, a lo largo de los talleres en Caquetá, los grupos de civiles, militares, policías y excombatientes pasaron de trabajar por separado a hacerlo de manera conjunta. La buena noticia es que, a medida que avanzan los esfuerzos de desminado humanitario, se vienen redu-

ciendo los números de nuevas víctimas de minas. 2016 fue el primer año en que Colombia tuvo menos de cien nuevas víctimas en todo el siglo XXI, bajando del segundo lugar mundial que ocupó por muchos años (detrás de Afganistán) al sexto, según el último  monitor de Minas de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona. “Este ejercicio encaja para todo lo que se ha vivido en el conflicto. Desde el desplazamiento hasta los accidentes con minas, todo hay que remediarlo y sanarlo”, dice José Numael, que salió desplazado del caserío de Peñas Coloradas, en el bajo río Caguán, en 2004. “El hecho de que yo esté así es el reflejo de que desafortunadamente se perdieron las piernas, pero no la cabeza. Me restauraron y aún sé que hay José para rato”. *Nota realizada en el marco de la beca de reportería del Centro Carter sobre la salud mental y emocional de las víctimas del conflicto.

La reparación de vasijas es solo un pretexto para sanar heridas en las víctimas del conflicto.

Foto: Paula Castañeda

tares, exguerrilleros y familiares– empiezan a contar lo que significó para ellos arreglar algo tan sencillo como un plato roto en siete pedazos. “Yo caí en la mina y me hizo una grietica en el pie, por lo que me metieron unos platinos y unos tornillos. Es lo mismo con los platos: es como si se los estuviéramos poniendo”, dice Álvaro García, un campesino de 56 años que salió desplazado de una vereda en La Unión Peneya, el corregimiento de Montañita fuertemente golpeado por la violencia. “Al repararlo, yo me acordaba que eso hicieron los médicos y enfermeros conmigo”, suelta Luis Hernando Ramírez, un campesino de 79 años que ha tenido problemas médicos en un brazo y en la pierna izquierda desde que, hace 14 años, una esquirla le hirió en la parte baja de la espalda y causó daños en los nervios. Tras salir de su finca en zona rural de Montañita, hoy vende helados en los dos parques centrales de Florencia. “La pegada significa que uno va sanando las heridas del pasado y las va cerrando. El plato roto representa cuando se destruyen un hogar y una familia. Uno trata de arreglarlo para que quede completo, aunque –claro– queda el vacío. Más cuando el vacío es de dos hijos, que es muy grande”, reflexiona Blanca Miriam Jiménez, quien salió desplazada de su vereda sobre el río Caquetá en 1999 y, ocho años después, debió afrontar la dura realidad de ver a dos de sus hijos sufrir accidentes con minas el mismo día. El kintsugi es una de varias metodologías innovadoras con las que la fundación bogotana Prolongar viene trabajando desde 2013 en brindar apoyo sicológico y emocional

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RADIOGRAFÍA

La sustitución de la coca avanza, pero a paso de tortuga El gobierno plantea retomar el glifosato debido al aumento de las hectáreas sembradas con esta planta. ¿Qué dice esto acerca del programa de sustitución? Así va el programa que se creó para reemplazar la coca por otros cultivos en Briceño (Antioquia) y Vista Hermosa (Meta).

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l giro que le quiere dar el gobierno de Iván Duque a la política antidrogas, que pasó de enfrentar el problema de los narcóticos como un asunto de salud pública y de falta de desarrollo rural a combatirlo con medidas de seguridad, preocupa a las regiones en donde se adelanta el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS). El ministro de Defensa, Guillermo Botero, ha mencionado en repetidas ocasiones que el gobierno tiene la intención de retomar la fumigación aérea con glifosato y de fortalecer la erradicación forzada, dos acciones empleadas en el pasado para acabar con los ilícitos, pero que no le pusieron fin al narcotráfico.

“Este tema —el de los cultivos ilícitos— ya es tratado como un asunto de seguridad nacional. Y se tomarán las medidas contra todo aquello que atente contra la seguridad nacional”, dijo Botero el pasado septiembre durante el lanzamiento de los resultados del ‘Informe de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos en 2017’, presentado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Según el documento, las hectáreas cultivadas con coca en Colombia crecieron en un 17 por ciento entre 2016 y 2017. Ese aumento, que se viene dando desde 2013 y no parece detenerse, es la principal razón por la que el gobierno para cambiar el enfoque de la política antidrogas en el país. Si hay un crecimiento de hectáreas cultivadas con coca y el gobierno plantea regresar al glifosato, ¿esto quiere decir que

la sustitución voluntaria, pactada en el acuerdo de paz con las Farc, no funciona? La respuesta es que va a media marcha. El PNIS, que empezó en el primer semestre de 2017, dedicó su primer año a establecer acuerdos

Hasta el 3 de octubre de este año, 97.084 familias cultivadoras estaban vinculadas al programa de sustitución. con las comunidades de familias cultivadoras, implementar asuntos técnicos del programa y entregar los primeros subsidios o pagos a los campesinos que erradicaron voluntariamente los ilícitos de sus fincas. Pero el PNIS no comenzó al mismo tiempo en los muni-

cipios o regiones con cultivos ilícitos y ha presentado dificultades para llegar a ciertas zonas, ya sea porque son territorios desconectados y sin vías de acceso o porque hay presencia de grupos armados que están en contra de la sustitución. Esto provocó retrasos en los pagos para algunos campesinos o familias cultivadoras y en la puesta en marcha de varios proyectos productivos que reemplacen la coca por agricultura, ganadería pasiva o turismo comunitario. Pese a los inconvenientes, los resultados del programa entregan números significativos: al 3 de octubre de este año hay 97.084 familias vinculadas al PNIS de acuerdo a UNODC, de las cuales el 61 por ciento recibieron al menos el primer pago de los subsidios por erradicar manual y voluntariamente

la coca; esto, según datos de la Fundación Ideas para la Paz, que viene analizando el avance de la sustitución. Ideas para la Paz también resalta que una de cada tres familias vinculadas al programa cuentan con asistencia técnica para avanzar en proyectos productivos y 4.270 fueron incluidas durante los dos primeros meses del gobierno Duque. Así mismo, la fundación señala que entre septiembre de 2017 y el mismo mes, pero de 2018, se erradicaron manualmente bajo el PNIS 24.891 hectáreas de coca. Es una cifra elevada teniendo en cuenta que en 2016 esta manera de acabar con los cultivos ilícitos tan solo alcanzó las 1.175 hectáreas.

Foto: Natalia Botero Duque - Semana

POR

José Puentes Ramos

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Fuente: Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos / Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)

BRICEÑO De acuerdo con la información entregada por la Alta Consejería para la Estabilización —antes conocida como del Posconflicto—, hasta el 8 de octubre de este año hay 2.717 familias cultivadoras de Briceño vinculadas al programa. De ese número, solo dos no firmaron los acuerdos colectivos de sustitución. Se reportaron en total 1.505 hectáreas de coca en el municipio y Naciones Unidas ya verificó la erradicación de 725. Jhon Jairo González, miembro de la Asociación para el Desarrollo Productivo, Económico, Social y Ecológico de Briceño (ASDESEBRI), la organización local que hace la asistencia técnica a la sustitución, comenta que acogerse al programa fue una decisión de todo el pueblo después de escuchar la propuesta de las Farc y el gobierno para solucionar el problema de los cultivos ilícitos, materializado en el punto cuatro de los acuerdos de paz. Que la decisión haya sido conjunta es una de las razones por las que el PNIS ha funcionado bien en esta región del norte de Antioquia. “Si nos traen opciones para cultivar y nos garantizan la

Los cultivadores temen que con el nuevo enfoque de la política antinarcóticos del gobierno regrese la erradicación forzada y la fumigación con glifosato.

Foto: León Darío Peláez -Semana

Basados en estos datos, en SEMANA RURAL quisimos averiguar cómo avanza la sustitución en Briceño (Antioquia), el municipio piloto de los programas del posconflicto creados por el gobierno anterior, y en Vista Hermosa, uno de los pueblos del Meta más afectados por los cultivos ilícitos. En ambos encontramos que los campesinos ven positiva una iniciativa como el PNIS, pero mientras en el primero viene funcionando con pocos inconvenientes, en el segundo hay problemas con los pagos de los subsidios y los proyectos productivos.

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comercialización, ¿para qué seguimos sembrando coca? El gobierno hizo unas erradicaciones aquí, pero se demoró un año. Nosotros (los campesinos), en cambio, arrancamos la coca en 15 días. Entonces, el problema de erradicación de los cultivos de uso ilícito no es el tiempo, porque lo podemos hacer más rápido que el glifosato o con la erradicación forzosa. La cuestión es qué ofrecen a cambio de sustituir”, asegura González. En ese sentido, en Briceño ya se adelantan dos proyectos de autosostenimiento y seguridad alimentaria. En el primero se benefician 811 familias, tiene una inversión de 1.002 millones de pesos y su avance es del 60 por ciento. En el segundo, en convenio con la Federación Nacional de Cafeteros, hay vinculadas 92 familias y cuenta con una inversión de 197 millones. En cuanto a la asistencia técnica integral para cada familia cultivadora (el primer paso de los proyectos productivos), 1.892 ya la reciben. “Claro que han existido inconvenientes. Por ejemplo, los grandes proyectos productivos

que se pactaron con la gente no se han hecho. Nosotros en Briceño decimos que el programa va lento, pero nos ha cumplido. Hay la disposición de la comunidad para apoyarlo y lo hemos defendido”, señala. VISTA HERMOSA José Ortiz Sarmiento es líder comunitario de Piñalito, un corregimiento de este pueblo del Meta. Trabajó con cultivos ilícitos porque, según cuenta, era el único negocio que prosperaba cuando llegó a la zona. Se acogió al PNIS y sustituyó las hectáreas de coca que sembró en su finca por la producción de yuca, maíz y plátano. También considera que el programa viene cumpliendo con los compromisos pactados, pero de manera lenta. “No han desarrollado los grandes proyectos productivos que dijeron. Solo están haciendo los primeros pagos de la sustitución, a veces con retrasos. Incluso quedaron en dar plata para una huerta casera, pero se suspendió”, dice, y agrega que desde julio no han regresado funcionarios del PNIS o

TON PROMEDIO DE HOJA DE COCA POR HECTÁREA

PRODUCCIÓN POTENCIAL DE HOJA DE COCA FRESCA ENTRE 2012 Y 2017*

2012 = 4,2 t/ha/año 2017 = 5,6 t/ha/año

2012 = 200.718 t 2017 = 958.378 t

*Toneladas (t) por hectárea (ha) anuales.

*Se calculó multiplicando el número de hectáreas de cada año por el promedio de hoja de coca por hectárea.

*

miembros de Naciones Unidas a Vista Hermosa, ya sea para reunirse con las familias cultivadoras o para verificar las hectáreas erradicadas. En el municipio hay 2.200 familias que firmaron los acuerdos colectivos, de acuerdo a los datos de la Alta Consejería. Ellos reportaron 1.384 hectáreas cultivadas con coca. Hasta el momento, unas 1.555 han recibido por lo menos el primer pago de los subsidios y 20 están en proceso de validación para pagar. En cuanto a la validación de hectáreas sustituidas, la entidad asegura que hasta el 8 de octubre hay un registro de 1.006. Ortiz señala que en Vista Hermosa hubo campesinos que dudaron en vincularse al PNIS debido a los incumplimientos del gobierno en el pasado con otros programas que intentaron acabar con los cultivos ilícitos en la región. Una situación distinta a la que pasó en Briceño. “Nos dijeron que arrancáramos las matas de una vez y lo hicimos. Pero algunos se vieron presionados por el Ejército. Si la gente no las quitaba, los militares lo hacían. Había quienes no querían meterse al programa, pero al ver la presión del Ejército lo hicieron”, cuenta este líder comunitario. REGRESAR AL GLIFOSATO, ¿UNA MALA IDEA? Desde finales de los años setenta del siglo pasado y hasta que el Consejo Nacional de Estupefacientes decidió suspender su uso en 2015, en Colombia se erradicaban los cultivos de uso ilícito con fumigación aérea de químicos. Muchos campesinos vieron

cómo productos como el glifosato no solo acabadan con las matas de coca de sus fincas, sino también con las siembras lícitas que tenían. José Ortiz recuerda cuando las avionetas cargadas de glifosato pasaban por Vista Hermosa. “Era aterrador porque le cuento: acababan con todo. Incluso había gente que no tenía cultivos ilícitos y el glifosato caía cerca de sus casas. Eso pasaba por el hecho de vivir cerquita de la coca. ¿Ellos cómo podían reclamarle al gobierno?”, rememora. Para este líder comunitario de Piñalito sería un retroceso volver a usar químicos para acabar con la coca. Además, echaría a perder un programa como el PNIS, que por lo menos ofrece la oportunidad de trabajar en otras actividades. “Aquí en el corregimiento hay tierra que se dañó con la fumigación hace 10 años. Eso quedó como una grama. Y con el tiempo va quedando como una tierra desértica, inservible. Sería una tristeza que el Estado volviera a fumigar ahora que la gente empezó a cultivar comidita”. Por su parte, Jhon Jairo González asevera que con glifosato o la erradicación forzada no se soluciona el problema del narcotráfico en la Colombia rural, pues lo que requieren las familias dedicadas a la coca es desarrollo rural. “En Briceño nos oponemos al regreso del glifosato. Por eso le enviamos una carta al presidente Duque donde le proponemos sentarnos en una mesa para hablar del desarrollo integral y de la sustitución voluntaria. Apoyamos el PNIS porque los resultados son reales. Aquí los estamos sintiendo”.

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OPINIÓN EL PERSONAJE

De la coca, al cacao Neyder Culchac Gómez tiene 19 años, es el hijo menor de cuatro hermanos y oriundo de La Hormiga, Putumayo. Su infancia estuvo marcada por largas horas de recolección de hoja de coca hasta que su papá decidió no sembrar más esa mata y crear un vivero de cacao y pimienta. Hacia el 2012, y junto con otras 25 familias, constituyeron las asociaciones Asopa y Asapi para sustituir la coca. Neyder viajó a Europa a relatar la experiencia de su comunidad.

Foto: Archivo particular

Me gusta mucho el párrafo con el que cierran la entrevista: el cine debe narrar esa diversidad de voces que existen en nuestro país. Gracias Semana Rural por enfocarse en esos territorios silenciados.

LA FRASE

Celebramos tenerlos como aliados en este reto por las educaciones rurales de Colombia.

La paz sabe a chocolate

Por Juan José Rojas Ortiz

DIRECTOR DE LA FUNDACIÓN SABANA Y PAZ* / : @JUANJROJASORTIZ

S

i la paz tuviera un sabor, sería sin duda a chocolate. No es gratuito que de 123.225 familias en acuerdos colectivos para la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito, casi treinta mil hayan escogido el cacao. Por ello, la Fundación Sabana y Paz está liderando jornadas en distintos espacios para que los colombianos probemos a qué sabe la paz. El 22 de agosto, en el marco de la jornada ‘Enlazados por la Paz’, los estudiantes de la Universidad del Rosario participaron en una actividad de degustación que les permitió conocer a quienes se dedican a cosechar estos productos, pues la academia necesita involucrar a los jóvenes en la construcción

de país desde la experiencia y no solo desde el conocimiento. Así se pueden crear propuestas prácticas y reales para problemas sociales muy concretos. Por eso, es importante darle rostro a los desafíos de la Colombia rural ante quienes serán los profesionales del mañana. Qué bueno que evidencien las realidades de ese otro país que, en últimas, es el mismo de ellos. Para los participantes de la jornada fue importante escuchar a Verónica Pacheco, una joven de Necoclí, Antioquia, a quien el cacao le cambió la vida. Ella hace parte de los 2.600.000 jóvenes rurales de nuestro país y es ejemplo de cómo ellos sí están dispuestos a quedarse en el campo; pero necesitan el acompañamiento de los gobiernos.

En los territorios donde el Estado no se ha preocupado durante muchos años por hacer presencia, el presidente Duque tiene la convicción de que es nuestra responsabilidad cumplir con o sin acuerdos. EMILIO ARCHILA, consejero para la Estabilización (antes para el Posconflicto) en entrevista con SEMANA RURAL, el 18 de octubre.

Allí estuvo también Casa Luker con ‘El Sueño del Chocolate’, iniciativa que ha entendido que la sostenibilidad está fundamentada en pilares económicos, sociales y ecológicos, que van más allá de que un negocio sea sostenible por alcanzar el punto de equilibrio económico. Expertos en producción, mercadeo y desarrollo de marca de esa empresa y de IBM, que entregó servicios de su plataforma IBM Cloud por 380 millones de pesos, apoyaron la sana competencia entre seis equipos que presentaron sus propuestas para posicionar el cacao colombiano utilizando desarrollos tecnológicos. La iniciativa de los ganadores consiste en usar los residuos de la mazorca de cacao para producir artesanías, abonos y un aislante del mercurio en la extracción minera. Aunque solo hubo un ganador, estos jóvenes líderes de diferentes universidades serán a partir de este momento multiplicadores de las propiedades del cacao. Además, el evento fue una oportunidad para que ellos formaran un criterio propio sobre la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito y, de paso, quedaran enamorados de por vida del fino aroma del chocolate.

CORRECCIÓN Las cascadas de Telares de Cristal quedan ubicadas en Mesetas, así como la Corporación Turística para la Paz (Cortpaz). Corregimos la información publicada en la página 7 de nuestra pasada edición, en la que por error dijimos que ambas son de Vista Hermosa. No es así. Saludos a nuestra comunidad mesetense.

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BANDERA

Por una ciudadanía activa de los jóvenes rurales

SEMANA RURAL Es un producto de Proyectos Semana S.A. financiado con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), a través del programa de Alianzas para la Reconciliación operado en Colombia por ACDI/VOCA. Los contenidos son responsabilidad de Proyectos Semana S.A. y no necesariamente reflejan las opiniones de USAID o del Gobierno de Estados Unidos. 

Por Camila Andrea Ortiz Apolinar

J

VOLUNTARIA DE LA FUNDACIÓN PLANETA RURAL

óvenes de diferentes municipios de Colombia han enfrentado la deserción académica, el desplazamiento del campo a la ciudad y la falta de oportunidades laborales que los obliga a tomar un camino lejos de donde crecieron, a pesar de que sigan con el deseo de retornar a sus tierras. Aunque desde pequeños comienzan su día ayudando en las labores del hogar y del quehacer de la finca, viven en plenitud y llegan a la juventud disfrutando de su entorno; pero cuando son mayores encuentran grandes limitaciones. Empezando porque no hay forma de que desempeñen lo aprendido a lo largo de la vida y cuando se aventuran en las ciudades ya es muy difícil regresar. Casi que desplazarse del campo a la ciudad significa un adiós. Por eso es que entre todos debemos ser conscientes de que el campo colombiano necesita del renacer de su comunidad. Con esta inquietud, los estudiantes de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, con el apoyo de la Fundación Planeta Rural, promovió entre jóvenes de 14 a 28 años un espacio para que reflexio-

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nen sobre esto y sobre el potencial de sus plataformas juveniles. El encuentro tuvo lugar en Susa, Cundinamarca, donde se reunieron en la primera semana de septiembre para formular un proyecto que resuelva un asunto que les afecte, busquen los medios para presentarlo como política pública y le hagan seguimiento a su ejecución. Por eso es que la metodología incluyó que actores locales se sumaran al proceso, en este caso la Alcaldía de Susa y la Fundación Arad en Vida, que apoyaron la Escuela de Ciudadanía Activa con Jóvenes Rurales, como fue bautizado este espacio. Desde el programa ‘La Liga de la Justicia’, que fomenta el desarrollo humano de los jóvenes rurales para ayudarles en el logro de sus sueños y aspiraciones, también se apoyará esta iniciativa para potenciar el sentido de pertenencia, la identidad territorial y el arraigo de las presentes y futuras generaciones rurales. En el campo no existen límites, así que, trabajando de forma organizada, fomentando el emprendimiento y el liderazgo, podremos impulsar cada rincón de nuestro país a través de las manos laboriosas de quienes viven allí.

Director: Alejandro Santos Rubino Editora general: Bibiana Mercado Editor nacional: Gerardo Quintero Editor digital: Andrés G. Borges Editores regionales: Yénifer Aristizábal, Carolina Arteta y José Darío Puentes Fotógrafo/videógrafo: César García Coordinadora de redes sociales: Melissa Rodríguez Diseñador: João Gabriel Barroso  Correctora de estilo: Silvia Constanza Oviedo Periodista digital: Laurasofía Polanco Colaboraron en esta edición: Alejandra Machado, Amalia Sánchez, Áymer Andrés Álvarez, Carmela Cuéllar, Esteban Cabuya, Harold Cortés. Director de producción: Orlando González Director de distribución: Édgar González

Proyecto Semana Rural

Gerente general del proyecto: Diana Isabel Eugenia Ramírez Coordinadora cooperación territorial: Liliana del Pilar Ramírez  Periodista apoyo territorial: Marcela Madrid Directora de Arranca!: Paola Forero Periodista Arranca!: Ángela Palacios Coordinadora en gestión de alianzas: Juliana Palacio Coordinador administrativo y financiero: Carlos Fernando Gutiérrez  Analista financiera: Johana Pacheco Coordinadora logística: Pilar Garzón Analista admnistrativo: Diego Tello

LA CIFRA de las solicitudes de inscripción en el Registro de Tierras que buscan la restitución han sido negadas, según un informe divulgado por la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ).

LA FOTO

Foto: Cortesía Vladimir Rodríguez-CNMH

Proyectos Semana S. A. 

EN MEMORIA DE…

Campesinos de Charras-Guaviare e indígenas Nukak Makú conmemoraron 16 años del desplazamiento forzado de septiembre de 2002. Este homenaje fue organizado por la Junta de Acción Comunal, el Comité de Impulso del Proceso de Reparación Colectiva de Charras y la Fundación Hasta Encontrarlos, con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia. Durante la conmemoración se realizó un ritual de memoria a las víctimas y a la resistencia en el territorio.

Gerente general: Sandra Suárez Pérez; productora general: Angélica Sánchez; director creativo: Hernán Sansone; gerente de mercadeo: Liliana Sotomonte; gerente administrativa: Carol Ramírez; gerente de circulación: Natalia Peinado; directora de archivo periodístico: Fernanda Pizarro; ; gerente de Finanzas y Planeación: Miguel Cepeda Ramos; directora de contabilidad: Consuelo Quintero; directora de tesorería: Marisol Sarmiento; directora de servicios generales: Martha Viasus; director jurídico: Jorge Serna Botero; directora de marcas: Catalina Monsalve Preprensa: Proyectos Semana; lugar de impresión Bogotá D.C., Oficinas Carrera 11 N.° 77 A - 49 Bogotá D. C. Conmutador: (1)6468400 Extensión: 1438 y 1439 Celular: 3203064209

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A SU SERVICIO

Dos días por nuestros derechos Los próximos 10 y 11 de diciembre, en Cartagena, la Defensoría del Pueblo realizará una gran jornada para exaltar la labor de los líderes y defensores de derechos humanos.

“L

a defensa de los derechos humanos implica una labor diaria y, en un país que busca la paz, debe ser prioridad de la sociedad y sus dirigentes. Por eso, en la Defensoría del Pueblo insistimos en arropar a los líderes, lideresas y defensores de los derechos humanos que han sacrificado su fuerza, su empeño, su sabiduría y hasta sus vidas por los colombianos más necesitados”, dijo el Defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret Mosquera, al anunciar el encuentro ‘Dos días por los Derechos Humanos’, que se realizará los próximos 10 y 11 de diciembre en Cartagena. Además de exaltar la encomiable labor de los líderes y defensores de DD.HH., en esa doble jornada se conmemorarán los 70 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos; los 40 años de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; los 25 años de la Defensoría del Pue-

blo y los 20 años de la Declaración de Defensoras y Defensores de Derechos Humanos. “En diciembre se cumplen 70 años de una premisa: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Un mandato que en la Defenso-

“En diciembre se cumplen 70 años de una premisa: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. ría del Pueblo hemos asumido con empeño y responsabilidad, llegando a territorios alejados como las poblaciones asentadas en riberas de ríos en Chocó y Amazonas; a los municipios del ‘Andén del Pacífico’ o a las rancherías de La Gua-

La cooperación internacional ha sido muy importante para la misión principal de la Defensoría del Pueblo: proteger los derechos fundamentales de todos los colombianos, especialmente las víctimas del conflicto.

jira, sin olvidar a quienes viven en barrios periféricos de las capitales en todo el país”, afirmó Negret Mosquera. Y es que las víctimas del conflicto armado o de cualquier violación a sus derechos fundamentales son el objetivo principal de la Defensoría del Pueblo, la cual es la “institución del Estado colombiano responsable de impulsar la efectividad de los derechos humanos de los habitantes del territorio nacional y de los colombianos en el exterior”, como se establece en la misión de la entidad. En ese trabajo realizado por funcionarios de 38 defensorías regionales, cuatro direcciones nacionales y 12 defensorías delegadas, ha sido muy importante la cooperación internacional. Por estos motivos, en una primera jornada, el 10 de diciembre conmemoraremos junto a ellos el trabajo de líderes, lideresas y defensores de derechos humanos,

en compañía de altos dignatarios del Estado, cuerpo diplomático, víctimas del conflicto armado y algunas personalidades internacionales. Este día serán los líderes y lideresas los protagonistas. De otro lado, la Defensoría del Pueblo se ha consolidado no solo por la confianza de la sociedad civil, sino por el respeto debido a los informes, recomendaciones y observaciones frente a la violación o amenaza de los derechos humanos e inobservancia del Derecho Internacional Humanitario – DIH–, que son referencia para órganos internacionales. Un ejemplo de esto es la realización de la audiencia ‘Ampliando el Horizonte de Justicia para las Víctimas: Primera Audiencia Defensorial sobre el estado de cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos –CIDH’–, que se realizará durante la segunda jornada del encuentro en Cartagena. Unido al análisis de los conflictos que han marcado la historia del país, los ‘Dos días por los Derechos Humanos’ serán también una plataforma importante para formular estrategias de la entidad para la protección, defensa, promoción, divulgación y ejercicio de los derechos humanos, ante los retos que nacen por el acuerdo de paz, el surgimiento de otros grupos ilegales y el aumento de problemas sociales como la falta de servicios de salud o de educación, entre otros.

ESPACIO PARA EL DIÁLOGO

DURANTE EL ENCUENtro ‘Dos días por los Derechos Humanos’, la Defensoría del Pueblo realizará el Conversatorio ‘La CIDH y el cumplimiento de sus órdenes: diálogo entre jueces y representantes de víctimas, que será un espacio de intercambio de ideas y propuestas entre sus interlocutores. LA DEFENSORÍA DEL PUEblo realizará la Primera Audiencia Defensorial sobre el cumplimiento de las órdenes emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en contra del Estado Colombiano, la cual se desarrollará sobre tres ejes fundamentales: pago de indemnizaciones, reparaciones en materia de salud y educación y acceso a la justicia. ESTAS PROBLEMÁTICAS recogen lo expresado por los representantes de las víctimas en cuanto a las órdenes más incumplidas en los respectivos casos que litigaron ante el sistema interamericano.

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Foto: Miguel Galezzo

Foto: José Puentes Ramos

ASÍ NOS VIERON

Las apuestas de Caquetá y Meta para el turismo Promover el turismo científico, formalizar a los operadores y ofertar atractivos culturales, son algunas de las consignas que se oyeron en los foros regionales que organizó SEMANA RURAL sobre este tema.

L

a diversidad de paisajes, recursos naturales y tradiciones hacen de los departamentos de Meta y Caquetá dos destinos para viajeros con múltiples intereses. Para dialogar sobre el turismo como una oportunidad innovadora de negocio en estas zonas, SEMANA RURAL organizó dos foros con actores locales y nacionales que lograron identificar algunas de las acciones para impulsar esta actividad económica. LAS APUESTAS DEL TURISMO EN CAQUETÁ ACTIVAR LA PROMOCIÓN TURÍSTICA: Que no le digan ‘loco’ al turista interesado en viajar a Caquetá. Para Luis Miguel Murcia, administrador de la reserva natural La Avispa, en zona rural de Florencia, este es el primer paso en el proceso de posicionar al departamento como un destino ideal entre los planes de viajeros nacionales y extranjeros. Murcia reconoce que hoy pocos turistas piensan en Caquetá para hacer turismo de aventura. Por eso cree que es hora de aprovechar la riqueza natural del departamento —representada en cascadas, senderos y quebradas— para “apuntarle al turista

que esté buscando una actividad diferente a sol y playa”. ALIANZAS PARA PROMOVER LA INVESTIGACIÓN: La biodiversidad del departamento, conocido como ‘La puerta de oro de la Amazonía’, es una oportunidad para que científicos exploren la zona con el fin de investigar sus especies. En la reserva natural El Danubio, a pocos minutos de Florencia, ya han logrado inventariar 1400 especies de plantas y 98 aves, gracias a una alianza con el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas —Sinchi—. ESTUDIAR LAS TRADICIONES Y CONOCIMIENTOS ANCESTRALES: “Nuestro atractivo no son solo los ríos y los paisajes, también es muy valioso el conocimiento de nuestras comunidades ancestrales”, asegura Jenny López, asesora de la Secretaría de Emprendimiento y Turismo de Florencia. Iván Salazar coincide con esta idea; por eso se ha dedicado a estudiar la cosmovisión de la comunidad indígena Murui Muinane, con la idea de incorporarla a la narrativa de su ruta turística: “No solo tenemos el reto del bilingüismo, sino también de que nuestras etnias nos enseñen

sus lenguas y que nos cuenten desde su cosmovisión cómo se creó el departamento de Caquetá”. Su plan a largo plazo es usar todo ese conocimiento para crear un museo étnico en la reserva. LAS APUESTAS DEL TURISMO EN EL META LA FORMALIZACIÓN DE LAS EMPRESAS DEL SECTOR: El turismo aparece en el plan departamental de desarrollo 2016-2019 como el primer sector económico que el Meta quiere impulsar. En sus 29 municipios ya existen emprendimientos turísticos, como es el caso de las piscinas de Lejanía o el ecoparque Gramalote, a pocos kilómetros de Villavicencio. Pero si se quiere fortalecer el sector, es necesaria la formalización de empresas que ofertan servicios sin los permisos al día. Jaime Echeverri, director del Parque Ecológico Gramalote, señala que esta tarea no solo se trata de otorgar los permisos requeridos por las autoridades, sino también de hacer controles

contra los operadores piratas. "Debe existir un trabajo de las alcaldías y la Policía de Turismo contra el turismo ilegal, que daña iniciativas como la nuestra". TURISMO VERDE, SOSTENIBLE Y CULTURAL: Caño Cristales, en el Parque Nacional Natural Sierra de La Macarena, es hoy el foco del turismo en la región. Fue un atractivo casi prohibido para los viajeros durante décadas debido al conflicto armado. Pero en la actualidad las comunidades de los municipios de influencia de este ecosistema (La Macarena y Vista Hermosa, principalmente) se vienen organizando para ofrecer servicios turísticos. "Caño Cristales es un ejemplo de turismo comunitario y de conservación. Fueron las comunidades quienes decidieron promocionar este destino. Nosotros solo los asesoramos en los temas ambientales. A eso le apuntamos", comenta Carolina González, subdirectora de Negocios Verdes, de Parques Nacionales Naturales.

Para Leonardo Baquero, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Villavicencio, el turismo en el Meta no solo debe centrarse en los atractivos naturales. "Hay que segmentar al tipo de turista que viene al Meta. Algunos llegan por Caño Cristales y el parque; otros, por la cultura llanera. Tenemos mucho que mostrar”. INVERSIONES EN LA INFRAESTRUCTURA VIAL: Un dolor de cabeza para el sector turístico del Meta (y para los metenses) es la Vía al Llano y sus constantes cierres. Es la principal ruta de acceso al departamento. Cuando se detiene su operación, la opción es viajar en avión, pero los costos son elevados. "La conectividad aérea es vital para el Meta. Es increíble que salga más barato ir de Villavicencio a Cartagena que de Bogotá a Villavicencio. No es mala idea construir un aeropuerto internacional en el departamento", señala Rafael Galarza, representante del SENA-Seccional Meta.

¿QUÉ SIGNIFICA VIAJAR A UN DESTINO ARRANCA!? Viajar a un destino Arranca! es descubrir una realidad diferente en lugares magníficos que se reinventan con el turismo comunitario y alternativo. Son municipios que históricamente han sufrido el conflicto armado, la falta de infraestructura y acceso o el abandono del Estado, pero que por su riqueza natural y cultural, le apuestan a un turismo único. Por eso, al visitar estos destinos, el turista Arranca! contribuye a generar mayores niveles de bienestar para sus habitantes. Hay otra Colombia allá afuera, ¡DESCÚBRELA! Encuentre crónicas de viajes de este y otros destinos en nuestra aplicación. Descárgala en App Store y Google Play. Más información en www.arranca.co

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OJO AL CAMPO Ángel Martínez llegó a Rioblanco hace dos meses sin haber realizado nunca labores de campo. La recolección de café le permite sobrevivir.

Fotos: José Darío Puentes

La nueva mano de obra del café Las deficientes condiciones laborales en el campo colombiano han llevado a una escasez de recolectores de café; pero en el sur del Tolima, migrantes venezolanos están llenando estos vacíos. Por cada kilo de café recolectado pagan entre 400 y 500 pesos. POR PROYECTO MIGRACIÓN VENEZUELA

E

s la primera vez que Ángel de Jesús Martínez Arévalo trabaja en labores del campo. Tiene 27 años y proviene de Puerto Cabello, una ciudad del caribe venezolano. Allí estudió un técnico en Informática y tenía dos empleos: era el encargado de un montallantas y reparaba computadores. Pero por la mala situación económica en su país, desde hace dos meses recoge café en una finca de Rioblanco, en el sur del Tolima. “En comparación a lo que ganaba en Venezuela, aquí pagan mejor y me alcanza para lo básico”. Su compañero Jhonn Jaderikc Sirit Gómez también salió hace dos meses de Puerto Cabello hacia Rioblanco en busca de una mejor opción laboral. Tiene 26 años y trabajaba en

cualquier oficio que le saliera: vigilante, aseador, carpintero, conductor… Hoy se dedica a recoger café de lunes a viernes, de seis de la mañana a cinco de la tarde. “Con los trabajitos que tenía, al mes juntaba 15 millones de bolívares. Con eso compras comida para un día. Te esfuerzas 30 días para poder comer solo uno”. La migración de venezolanos no solo se siente en ciudades como Bogotá. En el campo, y puntualmente en la zona cafetera del sur del Tolima, han llegado para trabajar en las fincas. De acuerdo a Olivo Rodríguez, uno de los delegados del Comité de Cafeteros del Tolima, no hay una estadística de cuántos son, pero desde marzo de 2017 empezaron a laborar en la recolección de café. Esta fecha coincide con la época de cosecha del grano en el departamento, que empieza en abril y va hasta junio.

Aunque muchos de los trabajadores venezolanos que llegaron no tienen experiencia en labores del campo, y mucho menos en trabajar en una finca cafetera como Ángel y Jhonn, son una solución a la escasa mano de obra

Con lo que alcanzan a ganar, los recolectores deben asumir sus gastos básicos y mandar dinero a Venezuela para sus familias. que hoy tiene el sector. Esa falta de personal se debe a dos aspectos: no existe un relevo generacional en los trabajadores del campo, un problema que afecta en general a la ruralidad colombiana, y la cre-

ciente migración de recolectores establecidos en zonas tradicionalmente cafeteras hacia nuevas regiones productoras. “Las zonas centrales cafeteras se surtían de recolectores durante época de cosecha, que provenían del sur del país. De Nariño, del sur del Huila o del Caquetá. Hoy en esas zonas aumentó la producción y las zonas cafeteras tradicionales se vienen quedando cada vez con menos cantidad de mano de obra”, asegura Roberto Vélez Vallejo, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros. El vacío dejado por los recolectores nacionales lo llenan de a poco los migrantes venezolanos, que llegan a trabajar en las mismas deficientes condiciones del campesinado colombiano. SIN SEGURIDAD SOCIAL Luis Eduardo Sánchez recoge café con Ángel y Jhonn. Tiene 22 años y, a diferencia de sus compa-

ñeros, ha trabajado en el campo. En Santa María, un pueblo del estado Falcón, cosechaba maíz y frijol. Ahora en Rioblanco le pagan entre 400 y 500 pesos por cada kilo de café recolectado. A diario logra entre 30 y 40 kilos, mientras que los trabajadores tradicionales alcanzan los 200. El dinero que gana lo divide en tres partes: para los gastos de su hijo de tres años, para ayudar a sus padres (que cuidan de su hijo) y para un pequeño ahorro que usará cuando regrese a Venezuela. El precio por kilo que le pagan a Luis es el promedio de ganancia que tienen los recolectores, sean colombianos o venezolanos. Además, en algunas fincas cafeteras les costean la alimentación y el hospedaje. Pero no reciben los beneficios de la seguridad social, como son la afiliación al sistema de salud, la pensión y las cesantías. Esto se

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En el campo, los migrantes hallaron una oportunidad para trabajar.

Antes de llegar a Rioblanco, Luis Eduardo Sánchez cosechaba maíz y fríjol en el estado Falcón.

Los venezolanos que recogen café reciben entre 400 y 500 pesos por cada kilo que recolectan, pero no tienen seguridad social.

debe a la amplia informalidad laboral que existe en el campo. Según el Ministerio de Trabajo, de los 4.910.396 de trabajadores rurales, el 52,47 por ciento es empleado por cuenta propia (2.576.458) y el 11,66 por ciento es peón o jornalero (572.524), lo que significa que el 64,13 por ciento tienen que hacerse cargo de los parafiscales y sacar de sus bajos sueldos para pagarlos. El informe sobre protección social de la Misión para la Transformación del Campo de enero de 2015 señala que mientras en el 43,13 por ciento de los hogares de las cabeceras de los municipios cuentan con protección contributiva (es decir, al menos un miembro cotiza en el sistema de seguridad social), en las zonas rurales dispersas la cifra baja a nueve por ciento. Otra razón por la que al trabajador rural no se le paga seguridad social es porque el empleo en la ruralidad se desempeña de manera temporal. Por ejemplo, los patronos de fincas cafeteras necesitan más recolectores durante los meses de cosecha que en otras épo-

cas del año, cuando los oficios son menos pesados. Es el caso de Luis, quien hace tres meses, antes de ser contratado en la finca donde actualmente labora, llegó a Rioblanco y empezó a trabajar de recolector por unas semanas, hasta que el dueño de los cultivos le dio empleo. LOS PENDIENTES Formalizar al trabajador rural es una tarea pendiente si se quiere mejorar la productividad del campo y generar relevo generacional. Y ante la llegada de nueva mano de obra, como los migrantes venezolanos, se necesitan buenas condiciones en la ruralidad para integrarlos al mercado laboral. Desde el Ministerio de Agricultura se busca incluir este punto en la reforma rural integral que presentará el gobierno del presidente Iván Duque y en el Plan Nacional de Desarrollo 2018–2022. “La reforma rural integral tiene tres pilares: legalidad, emprendimiento y equidad. La formalización es importante en el pilar de emprendimiento. Y para esto es clave que el trabajador

rural esté en el encadenamiento productivo. Ahí estamos diseñando los instrumentos necesarios para que el habitante del campo esté vinculado a cadenas productivas. Por ejemplo, la agricultura por contrato, que consiste en que lo producido esté atado a los procesos de comercialización”, comenta Javier Pérez Burgos, viceministro de Desarrollo Rural. Por parte del Ministerio del Trabajo se vienen impulsando los Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) para el sector rural. Se trata de un esquema flexible de ahorro para asegurar un ingreso para la vejez, un sistema parecido a la pensión. “Este esquema lo administra Colpensiones y actualmente lo estamos promocionando. Ha funcionado muy bien con los cafeteros, en donde además hay participación de terceros para los aportes a las cuentas individuales de los caficultores”, indica una fuente de la entidad. En el Congreso cursa el proyecto de Ley 123 de 2017, con el que se busca dignificar al trabajador rural y crear un piso

mínimo en protección social mediante contratos de trabajo o cualquier otra modalidad de vinculación. De aprobarse, se les garantizarían derechos laborales, como el acceso a atención en riesgos profesionales o las cesantías. Para Ángela María Penagos, directora del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, la migración de venezolanos al campo evidenciaría las falencias en las condiciones laborales del trabajador rural colombiano, por lo que se requiere abordar este tema desde una mirada más integral y que no solo responda a la coyuntura. De lo contrario no se resolverá la deuda histórica que se tiene con quienes trabajan en el campo. “La preocupación con la migración es que esta deuda se incremente y no se haga nada por generar las condiciones para una mayor formalización laboral”. *Esta publicación hace parte del Proyecto Migración Venezuela, una iniciativa de Semana Rural con el apoyo de Semana y Usaid. Espere su lanzamiento en noviembre.

250 RECOLECTORES VENEZOLANOS

había en Santuario, un municipio de Risaralda, según un censo de 2017 hecho por el Comité de Cafeteros del departamento.

ENTRE

200 Y 300 VENEZOLANOS

trabajan en fincas cafeteras del sur del Tolima, aunque el Comité de Cafeteros del departamento no tiene un cálculo exacto.

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La voz más bella de Buenaventura

Foto: Bernardo Peña - El País

TALENTOS

Desde Alemania, Betty Garcés, la cantante lírica colombiana más reconocida internacionalmente, habló con SEMANA RURAL. Recordó el Pacífico y evocó a sus maestros y mecenas que la ayudaron a llegar al sitial en que se encuentra. Una historia de talento, esfuerzo y sencillez. POR GERARDO QUINTERO TELLO

E

stá muy joven, solo 34 años, pero ya es una voz consagrada en el ‘bel canto’. En cada actuación, los grandes de la música clásica como Puchini, Verdi, Wagner, Beethoven y Mozart se convierten en sus cómplices. Betty Garcés Bedoya, la cantante lírica colombiana más reconocida internacionalmente, confiesa que en su Buenaventura del alma nunca conoció una ópera, pero eso sí, escuchaba y bailaba currulaos, abozaos y salsa; sí, salsa, la música que encendía a su padre, el profe José Garcés. Allá, en el barrio El Trapiche, la que hoy es considerada una de las sopranos más importantes de América Latina fue dando sus primeros pasos musicales. Con un talento fuera de lo común, dueña de una potente voz redonda y un timbre lleno de calidez, Betty ha recorrido los principales

escenarios culturales de los cinco continentes. SEMANA RURAL la contactó en Alemania, el país que se ha convertido en su segunda patria. Gracias a las enseñanzas de los maestros teutones, Betty ha llevado su canto a un nivel superior, alcanzando registros aplaudidos en teatros de Madrid, Milán, Nueva York y Berlín. Sin embargo, siempre su corazón vuelve como las olas a los suyos. Colombia es su país y Buenaventura su alma. “Cada vez que se me vienen a la mente los recuerdos más remotos de mi vida en el barrio El Trapiche, inmediatamente se me llena el corazón de luz, alegría y colorido. Los recuerdos de mi amado vecindario siempre lleno de alegría, frescura y amabilidad de la gente fluyen y me llenan de mucha nostalgia”, dice con esa sencillez tan propia de los habitantes del Pacífico. Dueña de una particular sensibilidad, Betty dejó que sus

remembranzas corrieran traviesas como esa brisa que tanto añora de su tierra natal. El agradecimiento a sus primeros maestros, su llegada a Cali y el viaje que le cambió la vida hacia el Viejo Continente completaron un cuadro de evocaciones que en medio de tantas correrías hacía mucho tiempo no expresaba. Pero también su voz se quebró, como pocas veces suele suceder en público, para hablar de su

un día, con la tristeza a cuestas por su partida, se encerró en el ‘cuarto de san Alejo’ a dejar salir su dolor. En medio de su pena, el llanto se apoderó de ella y de pronto desde su interior comenzaron a fluir unas melodías sin palabras, unos gemidos que se entrelazaban con su pequeña voz. A partir de ese instante, nunca más dejaría de cantar. Así es Betty Garcés, la voz más bella de Buenaventura.

me llena el corazón de luz, alegría y colorido. Los recuerdos de mi amado vecindario siempre lleno de alegría, frescura y de la amabilidad de la gente fluyen y me llenan de mucha nostalgia. Yo estudiaba los primeros años de mi vida en un colegio que se llama Gabriela Mistral. Luego cuando iba a cursar segundo grado me cambiaron de colegio a uno que se llamaba San Antonio de Padua.

“Más allá del entorno en el que hemos nacido, en este mismo instante hay un potencial inmenso puesto por Dios dentro de nosotros con la capacidad de transformarlo y de cambiar nuestras vidas. Sí se puede, créanlo”. padre fallecido, el profesor de matemáticas salsero; de su abuela materna, Eufemia Bedoya, la misma que fue su confidente y le tarareaba canciones, haciendo un esfuerzo inmenso porque era sorda. Esa querida matrona que se le fue muy temprano, a los nueve años, y por la que

Maestra, ¿cómo fueron esos primeros años en su puerto natal, más exactamente en El Trapiche, su barrio? Cada vez que se me vienen a la mente los recuerdos más remotos de mi vida en el barrio El Trapiche, inmediatamente se

Allí recuerdo muy bien a la maestra Elena, en el primero, y a la maestra Irene, en el segundo. Yo era una muy buena estudiante, en el colegio tenía momentos en los que era muy callada y había otros instantes en los que me unía al bullicio de los muchachos. Buenaventura

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siempre estaba llena de música por todos lados: en una casa salsa, en la otra currulaos, en una más fuerte que en la otra. En mi casa, casi siempre hacia el final de la semana, se reunía mi papá con sus amigos a escuchar salsa a todo volumen. Él amaba la salsa y tenía una gran colección de long plays.

Y es allí donde sufre su primera gran pérdida… Yo tenía nueve años y cuando ella murió otra vez me encontré sola. Así que en medio del dolor y la tristeza y de no poder expresar tantas cosas, recuerdo que yo me encontraba en mi lugar favorito de la casa que era el ‘cuarto de san Alejo’ donde mi mamá guardaba sus pintu-

ras y mi papá guardaba sus libros; allí yo tenía mis juguetes. Un día en medio de la tristeza simplemente comencé a llorar y de mi interior empezaron a fluir melodías sin palabras, en medio de gemidos y lágrimas

“En el Pacífico hay mucho talento, más de lo que imaginamos. Solo está allí esperando ser descubierto”.

Fotos: César García - Semana Rural

estas melodías empezaron a salir desde lo profundo de mi corazón, expresando tantas cosas que no podía decir con palabras. Ese fue mi primer encuentro con el canto. Cómo es que en Cali comienza a entender que tenía una voz hermosa. Ya viviendo en Cali recuerdo que un día mi hermana Adriana, quien estaba tomando clases de teatro en el Instituto de Bellas Artes, llegó a la casa y me dijo que estaban haciendo exámenes de admisión para estudiar música en el Conservatorio, que por qué no me presentaba a ver si finalmente

podía aprender a tocar la guitarra. Le hice caso, me inscribí y comencé a prepararme con una profesora ya que no tenía conocimientos acerca de las escalas y la teoría. Esa profesora me dijo que para ampliar las posibilidades de ganar un cupo para la carrera de música sería bueno inscribirme para más instrumentos, así que decidí inscribirme también para el examen de admisión de canto y la idea era cantar y acompañarme con la guitarra. Canté ‘Hijo de la luna’, de Mecano, y unas semanas después salieron los resultados y me dieron el cupo para canto y no para guitarra que era lo que quería estudiar.

Foto: Bernardo Peña - El País

¿Cómo se produce su primer acercamiento con la música? Por personas cercanas a usted, supe que tuvo mucho que ver su abuela ya fallecida... Realmente mi primer acercamiento a la música se lo debo a mi entorno, pero sobre todo por un lado a mi papá y a su amor por la salsa y en cierto modo a las reuniones con sus amigos en la casa para escucharla, todo esto despertó en mí un interés inconsciente por la música. Yo era bastante tímida, así que me sentaba en mi rinconcito sola, muy tranquila pero siempre observando. Mi abuela materna, quien vivía en el primer piso de la casa, era la única persona con quien podía relacionarme en esa etapa difícil de mi vida. Ella era sorda, pero a pesar de eso había una conexión entre las dos. No necesitábamos muchas palabras para saber lo mucho que nos amábamos, ella me cantaba canciones y me cargaba en sus brazos y nos sentábamos juntas a ver pasar lo carros. Ella se convirtió en mi único referente de amor y aprobación.

Betty Garcés es la cantante lírica más destacada de Colombia. Su vida en Buenaventura marcó su desarrollo.

Fotos: Cristóbal de la Cuadra

Su padre era profesor y su madre pintora, era una familia muy cultivada... Exactamente. Mi papá se llamaba José Garcés y mi mamá Isabel Bedoya. Mi papá era matemático y experto en operaciones. Él era educador en varias instituciones en Buenaventura. Un hombre muy trabajador. Siempre tuvo una pasión por enseñar. Mi madre pintaba y hacía muchas artesanías. Siempre ha sido una mujer muy creativa llena de un gusto especial por la estética y por los detalles.

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Apenas comenzaba a dar sus primeros pasos en Cali, pero rápidamente vuela hacia Alemania Cuando me encontraba a la mitad de mis estudios en el Conservatorio de Cali llegó el maestro Francisco Vergara. Él es un cantante lírico caleño que trabajó por más de 30 años en la obra de Colonia en Alemania y llegaba a hacerse cargo del taller de Ópera del Conservatorio. La profesora Ivonne organizó una pequeña audición para que él nos escuchara y nos conociera y cada uno de los estudiantes cantó una canción o un aria de ópera. Recuerdo que canté un aria de Cleopatra, de la ópera Giulio Cesare, y al finalizar la audición la maestra me dijo que necesitaba hablar conmigo. Me contó que al Maestro Francisco le había gustado mi voz, que consideraba que tenía talento y un buen material para pensar en la posibilidad de irme a preparar en el exterior y quizá realizar una carrera. ¿Qué es lo que más extraña de su tierra? Extraño infinitamente las tardes lluviosas, el aguacero cálido. Esa brisa cálida, las tardes en Buenaventura, los atardeceres son muy nostálgicos. Hablan de tantas cosas, cuentan historias. También extraño mucho el calor de la gente. Ver entrevista completa en www.semanarural.com

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SEMANA RURAL

PORQUE UN NUEVO PAÍS NECESITA NUEVOS PROTAGONISTAS

LA CARNE DEL FUTURO

¿Producir carne sin sacrificar animales? El científico holandés Mark Post quiere cambiar para siempre la alimentación humana con el proyecto Clean Meat, que combina la ciencia y la tecnología para producir carne únicamente extrayendo células de la piel de vacas, pollos, cerdos o pescados. Esta tecnología, que podría eliminar la hambruna, es tan ambiciosa como costosa, pues fabricar solo una libra de esta carne hoy cuesta más de 30 millones de pesos.

Foto: Cortesía Mosa Meats

El científico habló con SEMANA RURAL sobre los avances del proyecto y las oportunidades de Colombia en este negocio. Lean la entrevista completa en WWW.SEMANARURAL.COM