LOS EVENTOS ACTUALES Y EL DESARROLLO DE UNA VISIÓN POR EL MUNDO Por Dr. Abel Morales Profesor del Seminario Teológico Centroamericano y Presidente de FAM Internacional Nos está tocando vivir una de las épocas más especiales en la historia de la humanidad: la época de las comunicaciones globales. Eventos que ocurren en cualquier parte del mundo pueden ser conocidos y vistos a través de la televisión. Se pueden leer las noticias en los periódicos, oírlas por radio y últimamente conocer muchos más detalles a través del Internet y el correo electrónico. El mundo se ha empequeñecido de tal manera que está al alcance de un botón. ¿Cuál podría ser la importancia de conocer los eventos actuales alrededor del mundo, respecto de la visión por las misiones? ¿En qué afectan estos eventos nuestros pensamientos respecto de la Gran Comisión? Cualquier visión para las misiones debe ser construida sobre el hecho de que Dios mismo nos llama a una particular visión del mundo (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8; Juan 3:16). Debemos recordar que la base esencial para ver el mundo está en las Sagradas Escrituras. La mente de Dios es revelada en las palabras de la Escritura. En la Palabra se nos llama a pensar en las naciones. Se puede pensar y concluir, entonces, que para tener una segunda visión del mundo es necesario examinarlo a través de los eventos que están ocurriendo. ¿Cómo desarrollamos nuestra visión del mundo a través de los eventos actuales? En primer lugar debemos estar atentos para ver qué es lo que está ocurriendo en el mundo. Eso significa que nosotros debemos estar interesados en qué está pasando en el Medio Oriente, en los países Balcánicos, desastres naturales que ocurren en África, en América Latina, etc. Alimentando nuestra visión a través de información de los eventos actuales significa que debemos de tener y desarrollar una perspectiva cristiana sobre las noticias. Esto añade la perspectiva de Dios, a lo que la Prensa secular reporta, sin interpretar los valores espirituales y estratégicos que para las Misiones tienen estos eventos. Pero alimentar nuestra visión del mundo no significa que debemos ver sólo las noticias de la televisión o el periódico, también significa que debemos tener nuestros ojos abiertos a las posibilidades y necesidades cerca de nosotros. Cuando Cristo dijo a sus discípulos “la mies es mucha” (Mateo 9:37), Él les estaba diciendo que abrieran sus ojos. Ellos podían ver gente pero Él quería también que ellos vieran el potencial espiritual y sus necesidades. Durante la catástrofe ocasionada por el huracán Mitch en Centro América, las noticias circularon el mundo inmediatamente, la respuesta fue que muchas comunidades y agencias de ayuda cristianas trataron de ayudar, no sólo materialmente sino espiritualmente. Un evento catastrófico desarrolló ayuda espiritual y material, ¿cómo responder a esa visión mundial? Como ya dijimos anteriormente en nuestro tiempo, es muy fácil estar muy informado y al ver todas las grandes necesidades en el mundo, espirituales y materiales, la primera respuesta podría ser de frustración al pensar que es tan poco lo que se puede hacer. Sin embargo, tenemos que hacer decisiones sabias en respuesta al conocimiento que tenemos del mundo y así desarrollar una visión universal. Tres alternativas son obligatorias si queremos desarrollar nuestra visión: Primero. Debemos responder en oración. La oración debe ser nuestra primera respuesta a lo que sabemos del mundo porque principalmente no podemos tener mayor respuesta a esas necesidades. Nuestra respuesta en oración debe ser activa a través de una intercesión constante por un área geográfica particular o por un pueblo. Nuestra oración podría ser corta en decir: “Señor ten misericordia de ellos” o quizás orar por el testimonio de los cristianos fieles en ese país o región. Segundo. Debemos ser sensibles a los eventos mundiales. Los cristianos nos podemos acostumbrar tanto a oír de las malas noticias fuera y dentro de nuestro ambiente que podemos absorberlas no

sintiendo dolor o compasión por esos que están sufriendo. Al menos debemos responder, como se dijo antes, con oración y ver si es posible dentro de nuestras limitaciones dar alguna ayuda. Tercero. Debemos buscar alguna respuesta real o tangible. Aprendiendo de todos los eventos mundiales puede abrumarnos y aun deprimirnos. Por ejemplo, cuando vemos las grandes necesidades espirituales de países cerrados a las misiones, creemos que no se puede hacer nada. Sin embargo, podemos pensar en cómo ayudar a agencias, iglesias u organizaciones que tratan de enviar ayuda o envían misioneros a esos países. Probablemente no podremos cambiar inmediatamente las circunstancias de limitaciones espirituales o materiales, pero sí podemos hacer una diferencia a través de nuestras oraciones y esfuerzos espirituales y materiales. Una agencia de ayuda hace esta pregunta: ¿Cómo puede usted ayudar a mil millones de gente hambrienta? Otra agencia misionera preguntaba también: ¿Cómo podemos alcanzar a los millones no alcanzados? Y la respuesta era: ¡UNO A LA VEZ! Finalmente podemos concluir diciendo que podemos aumentar nuestra visión por el mundo al estar aprendiendo y viendo lo que está pasando en él y podemos poner nuestra visión en práctica al actuar en respuesta de lo que hemos aprendido. Dios ve nuestras respuestas al mundo, no importando cuán pequeñas ellas puedan ser. Al fin y al cabo él nos ordenó ver el mundo con ojos de compasión. Además, de lo poco él puede hacer mucho. Por eso es que publicamos este artículo para que respondamos a la información con una de las armas más poderosa que el cristiano tiene: LA ORACIÓN. Para encontrar más artículos escritos para FAM, busque en la página web www.famiter.org Usado con permiso. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.