Llegó a Internet un libro virtual de “tinta electrónica”

director general del Registro Civil porteño. Expedientes. En la Academia Argentina de. Letras comentaron que los pedidos
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INFORMACION GENERAL

I

Martes 10 de febrero de 2009

TENDENCIA Y SE REGISTRA EN TODO EL PAIS

Y PUNTA DEL ESTE

Cada vez hay más niños con nombres extravagantes

Un febrero con poco turismo en el Uruguay Esperan una mejora para el carnaval

Hijos de famosos, personajes de telenovelas y voces extranjeras brindan inspiración Hussein es argentino, al igual que Kapixa y Nayat. También lo son Gigliolia y Sardius. Es muy probable que estos bebes, nacidos en Buenos Aires en 2008, repitan en unos años: “¿Te lo deletreo?”. Esta situación la vivirán también otros niños de otras provincias que han sido denominados por sus padres con nombres extravagantes o desconocidos. Desde que se flexibilizó hace varios años la ley del nombre (la 18.248), cada vez son más los padres que eligen denominaciones estrafalarias, otras derivadas de lenguas aborígenes –especialmente mapuches y quechuas–, nombres de origen árabe y palabras castellanizadas. En los registros civiles se viven situaciones insólitas. “Hace dos años un hombre quería ponerle a su hijo Maradona. Como nació mujer le puso Mara Dona. Lo tuvimos que aceptar”, contó a LA NACION Susana Costa, directora técnica del Registro de las Personas de la provincia de Buenos Aires. Este ejemplo es tan sólo el principio de una larga lista de nombres estrafalarios. Hay argentinos que se llaman Auxilio, Oyendo, Drogón, Jazz y Psyque. El año pasado han sido aceptados en el Registro Civil porteño otras denominaciones menos bizarras, pero que no dejan de ser extrañas como: Mairena, Mao, Garo e Ishai. En total, 12 nuevos nombres se han incorporado a la lista. Los padres pueden dejar volar la imaginación, pero la ley de nombres establece ciertos límites. No se pueden usar nombres que sean ridículos, contrarios a nuestras costumbres, que expresen o signi-

fiquen tendencias políticas, o que susciten equívocos respecto del sexo de la persona. Tampoco se pueden inscribir los nombres extranjeros, salvo los castellanizados por el uso o cuando se trata de los nombres de los padres del inscripto. “Cuando un nombre es fonéticamente raro y no indica sexo, les pedimos a los padres que traigan una certificación de la Academia Argentina de Letras o de la embajada del país de origen para verificar que existe”, explicó Alejandro Lanús, director general del Registro Civil porteño.

Expedientes En la Academia Argentina de Letras comentaron que los pedidos para averiguar los antecedentes de los nombres aumentan año tras año. “En 2008 tuvimos casi 700 expedientes de todo el país e ingresaron más que en 2007”, sostuvo Emilia Ghelfi, investigadora del departamento de investigaciones lingüísticas y filológicas. El nombre masculino más consultado en la academia, en 2008, fue Diogo, y el femenino, Uma, “que está aceptado en la ciudad de Buenos Aires, pero que no está incluido en las listas de otros registros del país”, explicó Ghelfi. Además, según la especialista, hay mucha demanda de nombres indígenas, especialmente mapuches (se pidió por Aucán), y de origen árabe o judío. “La gente quiere llamar a sus hijos como algunos personajes desconocidos de la Biblia. El año pasado consultaron por Coré.” Sin embargo, la originalidad no se detiene allí. “Otros padres nos cuentan que soñaron con un

De Kapixa a Ishai Durante 2008 los padres eligieron para sus hijos nombres estrafalarios como Hussein, Kapixa, Nayat, Gigliolia, Sardius, Diogo. Sólo el Registro Civil porteño incorporó, por pedido de los padres, 12 nuevos nombres al listado. Algunos fueron: Mairena, Mao, Garo e Ishai. En la Academia Argentina de Letras aumenta año tras año la averiguación de antecedentes de nombres; casi 700 expedientes de todo el país fueron analizados en 2008. Personajes famosos, bíblicos, de ficción y de videojuegos son tomados como inspiración.

Y TECNOLOGIA

Llegó a Internet un libro virtual de “tinta electrónica” Amazon, la mayor librería en línea del mundo, presentó ayer Kindle RICARDO SAMETBAND LA NACION Amazon, la mayor librería en línea del mundo, presentó ayer la segunda versión de su libro electrónico, Kindle. Se trata de un dispositivo que simula en una pantalla las páginas de un libro y usa una tecnología denominada tinta electrónica. Es distinta de las pantallas de computadora convencionales; sólo muestra letras en negro y dibujos en tonos de grises, y depende de la luz ambiente para iluminarse, pero a los ojos se asemeja al papel, es perfectamente visible con luz diurna y consume poquísima energía. El dispositivo, que tiene 20 cm de alto, 13,4 cm de ancho, 9 milímetros de grosor y una pantalla de 6 pulgadas, puede almacenar hasta 1500 libros, tanto en el formato propietario del equipo, como en archivos de Microsoft Word, PDF, HTML, texto puro y varios tipos de fotografías. También permite cargar archivos de sonido para usar el Kindle como un audiolibro, o leer los textos almacenados en su memoria. Además, es capaz de acceder a Internet para descargar contenido de blogs. Su precio en los Estados Unidos será de 359 dólares cuando salga a la venta dentro de 15 días. El Kindle no es el único libro electrónico. Sony, por ejemplo, tiene su línea de equipos Reader, también con una pantalla de 6 pulgadas y una tecnología similar; el modelo más avanzado, el PRS-700, tiene una pantalla sensible al tacto y permite anotaciones en el margen virtual de los textos. Su precio en los Estados Unidos es de 399,99 dólares. El iRex iLiad ofrece una pantalla sensible al tacto de 8 pulgadas; en ambos casos, se trata de tinta electrónica, y los tres dispositivos usan un desarrollo de la compañía E Ink junto a Philips, que usa unas microesferas blancas y negras entre dos láminas plásticas, y las carga eléctricamente para mostrar unas u otras, y formar las letras en la pantalla. La ventaja que tiene este sistema es que, una vez que toman una posición, las microesferas no necesitan una alimentación permanente de energía (al revés que en una pantalla convencional) para mostrar la imagen. Esto permite maximizar enormemente la duración de la batería

    

 

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El dispositivo, que tiene 20 cm de alto y una pantalla de 6 pulgadas, puede almacenar hasta 1500 libros recargable, que en el caso del Kindle llegaría a las dos semanas de uso convencional. Sony vende libros en su sitio http://ebookstore.sony.com, que se descargan a la PC y luego se transfieren al dispositivo. Aquí es donde el Kindle se diferencia del resto; ya desde su primera versión, que llegó al mercado en noviembre de 2007, permite adquirir libros del local de Amazon desde el dispositivo mismo, gracias a un chip para redes 3G que se incluye en el equipo. Es decir, no depende de una computadora para gestionar su biblioteca móvil; incluso es posible enviar documentos por correo electrónico al equipo.

Ríos de tinta Ríos de tinta real y virtual corren cuando se compara el libro electrónico con el de papel, y la experiencia de lectura que ofrece cada uno. En el caso de los que necesitan de una batería para funcionar, su uso, sobre

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todo con libros de texto, presentaciones, monografías y demás, tiene una gran ventaja: permite realizar búsquedas de palabras clave en el texto mismo, por lo que, sumado a la posibilidad de llevar varios títulos en un dispositivo que pesa menos de 300 gramos, lo hace muy popular entre los estudiantes. Lamentablemente, la oferta de libros en español en las librerías de Sony y Amazon es reducida; los interesados deberán recurrir a otras fuentes, como la española El Aleph (www.elaleph.com), Mobipocket o a las fuentes de libros de dominio público, como la Biblioteca Virtual Cervantes (www. cervantesvirtual.com), el Proyecto Gutenberg (www.gutenberg.org/ browse/languages/es) o Librosdot (www.librosdot.com). En www.adobe.com/es/epaper/ ebooks/ebookmall/ hay una lista con más locales de todo el mundo que se suman al crecimiento del libro electrónico como opción de lectura: en 2008, la editorial Random House tuvo un crecimiento de ventas de libros electrónicos del 400% en Estados Unidos. Sony lleva vendidos más de 300.000 equipos desde 2007, y en Japón ya son comunes las novelas que se publican sólo para celulares, que venden más de un millón de copias, y que recién entonces pasan de la pantalla al papel.

nombre inventado y nos piden que lo busquemos. En ese caso, vemos si se lo puede vincular con un nombre ya existente”, contó la investigadora. La fuente de inspiración de los argentinos es amplia. Abundan los nombres de hijos famosos (como Suri, la hija de Tom Cruise), nombres de cantantes (el más pedido en la academia, en 2008, fue Rihanna), de personajes de telenovelas extranjeras (Diogo es el hermano mellizo del protagonista de El Clon), de héroes de videojuegos y de futbolistas.

Experiencias Guiomar y Servanda tienen 46 años y son amigas desde los siete. Portar nombres raros fue una experiencia diferente para cada una. “De chica, era tímida y me daba vergüenza decir mi nombre. En cambio a Guiomar nunca le importó. La llamaban «Omar, Omar» y ella se mataba de risa”, contó Servanda De Hagen.

Hay otras personas a las que realmente les pesa el nombre que han recibido. Ese es el caso de Herodes Eneas Peloso, un rosarino de 36 años que hace dos años envió una carta al diario La Capital para contar su experiencia. En ella relataba que sus hermanos también tenían denominaciones extrañas; uno se llama Nicodemo Melquíades y la otra, Ligia Salomé. Herodes dijo a LA NACION que de chico su nombre le trajo problemas. “Mis compañeros de escuela me molestaban continuamente y cuando me confirmé el cura me preguntó mi nombre tres veces, porque no me creía”, confesó. “Me permito dar una recomendación a todos los padres que desean colocar un nombre raro a sus hijos: que lo piensen bien antes, ya que serán sus hijos los que tendrán que lidiar con esos nombres por el resto de sus vidas”, concluyó Herodes en la carta que publicó.

Paula Markous

PUNTA DEL ESTE.– Era la medianoche de sábado y los automóviles recorrían Gorlero sin encontrar lugar para estacionar. Los restaurantes de la zona del puerto, llenos. Es que el fin de semana hubo mucha gente en Punta del Este, según pudo comprobar L A N ACION en una recorrida. Pero los operadores privados aseguran que la vista puede engañar porque marca una concentración de público que contrasta con los pocos veraneantes estables. Las inmobiliarias siguen dando un panorama negativo por un febrero de baja de operaciones. En cuanto a los hoteles, también se registra una baja respecto a enero y muchos tienen menos actividad que el año anterior. El presidente del Centro de Hoteles de Punta del Este, Fernando Massa, dijo que los primeros registros indican una ocupación hotelera que supera el 70%, pero estima que el resultado será superior, porque se espera mucho turismo para el carnaval. Massa, que dirige el hotel La Capilla y un restaurante de la zona del puerto, confirmó que hay expectativas para la segunda quincena del mes. En tanto, el gobierno mantiene conformidad con el resultado de la temporada, que hasta los últimos días de diciembre se creía que podía fracasar por impacto de la crisis financiera y la inquietud en la Argentina ante el umbral de una recesión. El ministro Héctor Lescano dijo que su cartera maneja datos de ocupación que indican un nivel similar al del año pasado.