Letter protesting increasing threats to human rights in

31 jul. 1998 - de la violencia --de los cuales 36 eran mujeres y niños-- en Acteal, municipio de Chenalho. Otro ejemplo
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Letter protesting increasing threats to human rights in Chiapas, Mexico July 31, 1998 Sr. Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León Presidente de Mexico Pinos, Puerta Central #1er. Piso Col. San Miguel, Chapultepec 11850 Mexico D.F MEXICO Sr. Presidente, Me permito escribir a Ud. en mi calidad de presidente de la Asociación Norteamericana de Antropología (American Anthropological Association - AAA), una organización profesional que cuenta con casi once mil miembros. El propósito de la Asociación es estimular la investigación, promover entre el público el conocimiento de la antropología, y fomentar el uso de la información antropológica para la solución de los problemas humanos. El deterioro de la situación de los derechos humanos en Chiapas es un asunto que me preocupa profundamente en lo personal, así como a la Asociación, especialmente a aquellos miembros de la misma que han llevado a cabo sus investigaciones en el sur de México desde hace muchas décadas. Es evidente que la violencia se ha hecho más presente en la región. Se esperaba que a raíz de los Acuerdos de San Andrés, firmados el 16 de febrero de 1996, iban a cambiar las relaciones entre el estado mexicano y sus ciudadanos indígenas, al legislarse sobre derechos y cultura indígenas, cosa que aún no ocurre. Sin embargo, están ocurriendo con preocupante regularidad y parecen ir en aumento las violaciones de los derechos humanos de los pueblos indígenas, particularmente aquellos que se presumen ser simpatizantes del movimiento zapatista. Un ejemplo dramático de esta tendencia es la matanza brutal en diciembre pasado de 45 desplazados de la violencia --de los cuales 36 eran mujeres y niños-- en Acteal, municipio de Chenalho. Otro ejemplo es el operativo muy reciente montado para desmantelar el municipio autónomo de El Bosque, en el cual murieron 8 civiles y dos policías. En el primero de los casos mencionados, como en tantos otros en Chiapas, los asesinatos y otros abusos fueron presuntamente cometidos por grupos paramilitares que actúan con aparente impunidad. La expulsión de observadores extranjeros (por ejemplo, la de un grupo de italianos en mayo pasado), que representan a organizaciones internacionales de derechos humanos así como a la prensa nacional e internacional, contribuye también al estado de terror en el que se encuentran muchos pueblos indígenas en Chiapas. Esto nos preocupa sobremanera. La presencia de los observadores y el libre flujo de información a través de la prensa constituyen tal vez la vía más importante para reducir la frecuencia y el nivel de la violencia en Chiapas, cualquiera que sea su origen. Instamos a Ud., señor Presidente, en la forma más contundente y en nombre de la larga tradición de apertura y democracia que hace honor a México y a su pueblo, a utilizar el poder y el prestigio de su alto cargo para poner fin a la violación de los derechos humanos en Chiapas. Le pedimos específicamente dar instrucciones a las fuerzas armadas y las policías de México como también a los funcionarios estatales y locales, para que respeten la libertad de movimiento de los observadores externos y los periodistas, y no

pongan trabas a la libre diseminación de sus observaciones. Además demandamos que su gobierno traduzca ante la justicia cuanto antes a los culpables de perpetrar violaciones de los derechos humanos. Finalmente, le pedimos que obre de manera constructiva en favor de una solución pacífica y política al conflicto en Chiapas en el marco de los principios de los Acuerdos de San Andrés, y que tome medidas efectivas para desarmar a los diversos grupos paramilitares que operan en la región, reducir la presencia de las fuerzas armadas en las comunidades indígenas, y poner fin a las violaciones de derechos humanos de la población. Respetuosamente, Jane H. Hill Presidente cc: Jesus Silva Herzog, Mexican Ambassador to the US James R. Jones, US Ambassador to Mexico John H. F. Shattuck, Assistant Secretary, US State Department

-------------------------------------------------------------------------------July 31, 1998 Dr. Ernesto Zedillo, Presidente de Mexico Pinos, Puerta Central #1er. Piso Col. San Miguel, Chapultepec 11850 Mexico D.F MEXICO Mr. President, I write as president of the American Anthropological Association, a professional organization of nearly 11,000 members. The purpose of the Association is to encourage research, promote the public understanding of anthropology, and foster the use of anthropological information in addressing human problems. The worsening human rights situation in Chiapas is a matter of grave concern to me personally, to the Association, and especially to those members of the Association who have carried out their research in southern Mexico for many decades. It is clear that violence in the area is becoming more common. The San Andres Accords of 16 February, 1996, were expected to change the relations between the Mexican state and its indigenous citizens with new legislation on rights and indigenous cultures, something which has not occurred. Yet, grave human rights violations against indigenous peoples, especially those presumed to be supporters of the Zapatista movement, occur regularly and appear to be increasing.

One example is the massacre last December at Acteal, Chenalho, in which 45 refugees from the violence -- 36 of whom were women and children -- were brutally murdered. Another is the very recent operation to dismantle the autonomous municipality of El Bosque, in which eight villagers and two police officials died. In the first of these cases, as in many others in Chiapas, the killings and other abuses were allegedly perpetrated by paramilitary groups that act with apparent impunity. The expulsion of foreign observers (for example the expulsion of Italian observers in May of this year), who represent international human rights organizations as well as the national and international press, further contributes to the state of terror in which indigenous peoples throughout Chiapas exist. This greatly concerns us. The presence of observers and flow of information from the press is perhaps the most important way to lower the frequency and level of violence in Chiapas from whatever source. We urge you in the strongest possible terms to use the power and prestige of the presidency, in the long tradition of openness and democracy that is a credit and honor to Mexico and its people, to stop the violation of human rights in Chiapas. Specifically, we ask you to instruct the police, the armed forces of Mexico, and local and state officials, to allow freedom of movement to external observers and journalists, and to impose no restraint on the free dissemination of their observations. In addition, we ask that your government expeditiously bring to justice those found guilty of perpetrating human rights violations. And finally, we ask you to work constructively for a peaceful and political solution within the principles of the San Andres Accords, taking effective measures to disarm the various paramilitary groups that operate in the area, to reduce the presence of armed forces in Indian communities, and to stop further human rights abuses against the population. With respect for your high office, Yours truly, Jane H. Hill President cc: Jesus Silva Herzog, Mexican Ambassador to the US James R. Jones, US Ambassador to Mexico John H. F. Shattuck, Assistant Secretary, US State Department