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Laura Andrea Dussán Hernández Seminario taller sobre periodismo cultural, literario y cinematográfico Reseña de la película “Ilona llega con la lluvia”

Ilona llega con la lluvia (1996, película) Sergio Cabrera, nacido el 20 de abril de 1950 en Medellín, es un director, guionista y productor, ganador de premios en el Festival de Huelva, Festival de Sundance y muchos más, reconocido por liderar la realización de telenovelas colombianas como La Pola y el Dr. Mata, fue el encargado de dirigir la adaptación de la novela escrita por Álvaro Mutis, Ilona llega con la lluvia, estrenada en 1996, protagonizada por Margarita Rosa de Francisco, Imanol Arias y Humberto Dorado, fue selección oficial en Venecia y recibió el Gran Premio del público en el Festival de Biarritz. Como en cualquier adaptación audiovisual de cualquier novela escrita, siempre hay aspectos que cambian de la obra original, detalles que pueden mejorar o empeorar el producto y que de igual manera, agradan o enfurecen al espectador. En este caso, hay varios fragmentos que son incluidos en la película que a Mutis se le pasó añadir y que son esenciales para el mejor entendimiento de ella; lo que no quiere decir que el producto audiovisual sea superior al escrito o viceversa, esa decisión la dejaré en sus manos. Ilona llega con la lluvia es una novela que centra su atención en la nueva aventura de Maqroll el Gaviero (Humberto Dorado), quien ha aparecido en diferentes obras de Mutis convirtiéndolo en un personaje icónico de la literatura iberoamericana. En ésta ocasión desembarca del Hansa Stern en Panamá donde vive diferentes dificultades que lo llevan a finalmente reencontrarse con una vieja amiga, Ilona (Margarita Rosa de Francisco), con quien ha formado un pacto silencioso de amistad y libertad durante sus largos años de lealtad, viendo en el estado en que se encontraba el Gaviero, ella lo ayuda a salir de su miseria con un negocio que se le ocurre repentinamente y que decide armar de la nada con algo de dinero que tenía ahorrado. De ahí nace Villa Rosa, un burdel donde las prostitutas pretenden ser azafatas, con clientes que no se salen del estereotipo normal, destacándose sobretodo por su discreción. En el libro, se habla de tres amigos inseparables: Ilona, Maqroll y Abdul Bashur (Imanol Arias), este último de quien Álvaro Mutis no da mayor detalle o referencia, pero por el contrario en la película, Cabrera decide profundizar en su historia, siendo Abdul el encargado de comprar, con el dinero producido por el prostíbulo que Ilona y Maqroll manejaban, el barco digno de su reencuentro. La historia de Bashur es clave en el relato, tema del que me hubiera gustado leer más en la obra, pero ver menos en la película. El director entiende que debe hacer conocer a este tercer protagonista, pero llega a un punto en el que sobrepasa los límites y exagera su

aparición en la cinta. Sin embargo ayuda a complementar ciertos cabos sueltos que deja Mutis y que son necesarios para comprender la complicada relación entre estos tres personajes. Después de un tiempo en el que el negocio funciona perfectamente, y ya han tomado la decisión de dejar Panamá en el momento en que Abdul llegue por ellos con su nueva adquisición, aparece un cuarto personaje que desordena los pensamientos de Ilona. Larissa, interpretada por Pastora Vega, llega como una trabajadora del burdel con un pasado que la persigue y que logra atar sentimentalmente a Ilona hasta el punto de dudar si dejar Panamá por ella. En el libro la angustia que Ilona demuestra al enterarse del pasado de esta misteriosa mujer es casi incontrolable, drena cualquier rastro de tranquilidad en ella e incluso preocupa enormemente al Gaviero, rasgo importante pero casi invisible en la película, la química entre Margarita Rosa de Francisco y Humberto Dorado no es la ideal, incluso incómoda en ciertos momentos, pero cuando se trata de escenas fundamentales como los viajes al pasado de Larissa, donde la pena y lastima en los ojos de Ilona debe ser crucial, son simples e incluso forzadas, decepcionantes si debo ser totalmente sincera, por lo tanto, en la última escena de Ilona, a punto de llegar al momento más importante de la historia, lo que seguramente Mutis pretendió (y logró) hacer sentir al lector, no fue proyectado para el espectador. Totalmente contrario a la escena donde Maqroll espera a que el Lady Of Trieste (Barco en el que llega Abdul, comprado por ellos) desembarque para contar la noticia a su amigo. Dorado logra transmitir la desesperanza con solo una mirada, sin necesidad de exageración ni lágrimas. Finalmente Ilona los deja, esta vez de manera definitiva, siendo esto representado con la última escena en la estación de tren donde se encuentran los tres, abrazados, demostrándose nada más que el amor mutuo. Esta última siendo una de las pocas escenas rescatables en la hora y cincuenta y ocho minutos que dura la película.