Las excavaciones, en la mira de expertos

ANGELES CASTRO. Y PABLO TOMINO. LA NACION. Incluso antes del trágico derrumbe en el edificio de Bartolomé Mitre. 1232, h
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INFORMACION GENERAL

Lunes 14 de noviembre de 2011

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CONSTRUCCIONES s TRAS EL DERRUMBE EN LA CALLE MITRE

Las excavaciones, en la mira de expertos Para cocheras y amenities, hoy se cava a mayor profundidad que en el pasado; arquitectos e ingenieros piden cambiar los códigos ANGELES CASTRO Y PABLO TOMINO LA NACION Arquitectos, ingenieros, geólogos, especialistas en demolición y funcionarios coinciden: resulta necesario revisar distintos aspectos involucrados en el proceso de excavación en obras en construcción y asegurar mayor capacitación de profesionales y operarios, normas más exigentes e inspecciones más frecuentes para evitar tragedias como el reciente derrumbe de un edificio de 10 pisos en el centro y el desmoronamiento, hace un año, de un gimnasio en Villa Urquiza. Según consultas efectuadas por LA NACION entre especialistas de diferentes disciplinas, en las obras de la Capital, en la actualidad se realizan más excavaciones y más profundas, principalmente por la alta demanda de subsuelos para cocheras –un negocio en alza– y amenities. Pero ni la formación de las personas involucradas en los trabajos ni los requisitos legales existentes ni los pasos previstos antes y durante el desarrollo de la obra fueron adaptados a la nueva realidad. Mientras una excavación promedio para la instalación de cimientos, una práctica habitual históricamente, ronda los tres metros, cada subsuelo demanda un mínimo de 2,5 metros. La obra aledaña al inmueble que se desplomó en Bartolomé Mitre 1232 incluía tres subsuelos. “Derrumbes sin antecedentes en la ciudad nos obligan a rever cómo se hacen submuraciones y excavaciones. Debe haber un acuerdo entre la facultad, el gobierno porteño, las empresas constructoras y la Uocra para avanzar en cuatro direcciones: mayor capacitación a arquitectos e ingenieros en materia de excavaciones; más requisitos para quienes manejan las excavadoras, al nivel de los que hoy rigen para quienes manejan las grúas; crear un cuerpo de inspectores muy especializado, y actualizar la legislación”, propuso el presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, Enrique García Espil. Respecto del último punto, consideró que, por un lado, debe obligarse a la contratación de un kit de seguros, que cubran la responsabilidad civil, daños a terceros y riesgos laborales.

Asimismo, propuso, podría legislarse sobre los mecanismos de colocación de pilotes en terrenos de medianería e imponerse ciertos requisitos a las submuraciones que, de alguna manera, descansan en los cimientos del edificio lindero, que hoy ya existen para el caso de que una obra se apoye en la medianera de un inmueble vecino. El ingeniero Moisés Altman, dueño de Altman Construcciones, que levantó 58 edificios en la Capital, describió que los derrumbes pueden ser provocados por varias causas: “Un maquinista que cavó de más, o que trabaja urgido por llenar camiones y descalza de más, o el capataz que no entiende demasiado, o el hallazgo de un pozo negro tapado hace 100 años, o la presencia de una filtración en un caño de una casa lindera que desde hace 20 años afloja la tierra”. Como “nada de esto se puede prever antes de empezar la obra”, Altman no cree que la solución sea aumentar las inspecciones: “El inspector probablemente no estará cuando ocurra lo inesperado; tampoco, por lo general, tienen conocimientos para detectar el riesgo”. En ese sentido, sostuvo, la solución radica en un cambio normativo que exija al constructor la presencia de un profesional (arquitecto, ingeniero o maestro mayor de obras) con experiencia en excavaciones y en cómo actuar ante una emergencia. “Las sociedades profesionales pueden capacitarlos. El profesional debería observar el período de excavación debajo o al lado de una medianera; esa instancia crítica no dura más de un mes, y el sueldo de un mes de un profesional tampoco incide demasiado en la inversión millonaria total. El rol del inspector sería verificar que el profesional esté presente”, indicó.

Zonas añosas Por su parte, la arquitecta Cristina Beatriz Fernández, secretaria del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), puso la lupa sobre la antigüedad de las construcciones linderas a obras en construcción. “Hay zonas de la ciudad que son muy viejas y las formas constructivas no se adaptan. En estas zonas donde conviven edificios viejos con los nuevos, se deben que tomar más recaudos. Las zonas más añosas son más sensibles a este tipo de accidentes.” Y adhirió

Sugieren que los geólogos examinen suelos de obra Dicen que son los que más saben del tema

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El edificio de Bartolomé Mitre 1232, que se derrumbó hace diez días; aún hoy sacan escombros a que la capacitación de los profesionales constituye un punto clave. “El CPAU da cursos a los profesionales para actualizar sus conocimientos. Las estructuras se van modernizando”, remarcó. Respecto de los cambios en las técnicas de construcción, el director de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), Javier Ibáñez, también consideró que el Código de

Edificación porteño está “desactualizado”, porque no contempla el uso de nueva tecnología. Así, las tareas se desarrollan a espaldas del código. Miguel Ippólito, presidente de la Cámara de Demoledores y Excavadores de la República Argentina, consideró que desmoronamientos como el de Mitre 1232 se dan principalmente por impericia o desconocimiento del terreno. “En ocasiones puede suce-

Jornada sobre el patrimonio arquitectónico Mañana, de 15.30 a 19, en la sala de representantes en la Manzana de las Luces, Perú 272, la Defensoría del Pueblo de la ciudad realizará una jornada sobre “La defensa del patrimonio arquitectónico y cultural de Buenos Aires y su relación con el desarrollo urbano”. Disertarán especialistas como los arquitectos Enrique García Espil, presidente de la Sociedad Central de Arquitectos; Andrés Borthagaray, director ejecutivo del Consejo del Plan Estratégico (COPE), y Bárbara Rosen, directora de la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña, entre otros funcionarios y legisladores porteños.

der que una pérdida en las cloacas del mismo edificio haya socavado el suelo. Y, al excavar, la máquina va un poco más allá de lo debido y el submural se desploma. Muchas veces las empresas constructoras no respetan las normas ni contratan a personal especializado”, denunció. Finalmente, coincidió con García Espil en que “debería haber más controles sobre la gente que opera las maquinarias”. El arquitecto Andrés Rozuadonsquey apuntó a una negligencia de las constructoras por sobreaprovechar los terrenos, lo que provoca accidentes. “Muy a menudo se quiere sacar más rédito a un terreno de lo permitido. Por ejemplo, se planifica la construcción de subsuelos en lugares que no están preparados. Y si no se lleva adelante con precisión, todos los edificios linderos están en riesgo”, dijo Rozuadonsquey.

Incluso antes del trágico derrumbe en el edificio de Bartolomé Mitre 1232, hace diez días, en el barrio de San Nicolás, el Consejo Superior Profesional de Geología (CSPG) también había advertido sobre los riesgos existentes en las obras de construcción. El presidente del CSPG, Luis Gallino, recordó a la agencia de noticias Télam que acudió a la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura para solicitar una reforma del Código de Edificación que obligue a que un geólogo realice un peritaje de los suelos sobre los que se realizarán obras, algo que, de hecho, hoy no ocurre. La normativa en vigor contempla la concreción de “un reconocimiento del terreno”, pero –según aclaró el vicepresidente de la entidad, Claudio Párica– “no indica quién debe hacerlo, entonces puede que lo haga un arquitecto o el mismo ingeniero de la obra, quienes no tienen los conocimientos necesarios para indicar cuáles son las características y particularidades del suelo. El profesional idóneo es el geólogo”. El peritaje servirá para diagnosticar la calidad de ese suelo. “Así se logrará determinarlo mediante un estudio geotérmico y geomorfológico y de suelos, incluida una descripción precisa de su composición y propiedades”, dijo Luis Gallino. El titular del CSPG agregó: “Esto nos dirá si el terreno donde se construirá tiene resistencia o no, y si hay presencia de agua, lo que es muy importante, porque el agua moviliza los sedimentos y debilita los asentamientos”.