La Resurrección del Señor - ObreroFiel

... y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejército
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La Resurrección del Señor Mateo 28; Marcos 16; Lucas 24; Juan 20 Predicación de Eliseo Hernández Echegoyén Usado con permiso Jesucristo Resucitó de entre los muertos; venció a la muerte; y Él vive. ¡Aleluya y gloria al Soberano Dios! ¡Sí, era imposible que la muerte sujetara en sus garras al Autor de la vida! 1) ¡¿Quién mejor que Pedro el apóstol, pudo haber testificado del hecho glorioso de la resurrección de Jesucristo, pues lo vio personalmente?! Más tarde escribe: Bendito sea el Dios y el Padre de nuestro Señor Jesucristo, el cual conforme a su grande misericordia, nos ha regenerado para una esperanza viva por medio de la resurrección de Cristo de entre los muertos (1ª P. 1:3, VM). 2) La muerte ha tenido y tiene un dominio universal, y sólo Jesucristo la ha podido vencer y conquistar; y dice la Santa Escritura: ¿Dónde está OH muerte tu aguijón, dónde OH sepulcro tu victoria? (1ª Co. 15:55). ¡Sí, era imposible que la muerte, aunque poderosa, sujetara al Autor de la vida! 3) El gran poder del Señor resucitado no tiene límite. Tiene poder para salvar al más vil pecador − librarlo del dominio del mundo, de Satanás, de la muerte y del infierno. ¡Jesucristo es el Señor! ¡Él vive! 4) Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella (Hch. 2:24). El ángel dijo a las mujeres que buscaban su cuerpo: No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos… (Mt. 28:5-7; Mr. 16:6; Lc. 24:5). A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís…Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo (Hch. 2:31-33, 36). 5) Los hechos han probado, de manera indubitable la realidad de la resurrección de Jesús. San Pablo dice: acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo…que fue declarado Hijo de Dios con potencia, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos (Ro. 1:4). 6) En una mañana primaveral, un domingo de abril del año 29 de nuestra era, se levantó el Señor Jesucristo de entre los muertos; todas las trabas del sepulcro fueron rotas; los poderes de las tinieblas derrotados. El canto de victoria del Salmo 24 se cantó y se ha oído a través de los siglos y se cantará en los cielos: Alzad OH puertas vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el poderoso en batalla. Alzad, OH puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, él es el Rey de la gloria (Sal. 24:7-10).

7) Jesús profetizó varias veces su propia muerte, y añadió que al tercer día resucitaría. Efectivamente murió, y con toda seguridad, resucitó. Su cadáver fue puesto en un sepulcro nuevo, en el cual no se había sepultado aún a nadie, donado por José de Arimatea. El sepulcro era una excavación hecha en la roca viva. (Tuve la oportunidad de ver uno que dicen que posiblemente es dónde fue sepultado Jesús.) Al tercer día, no obstante las precauciones de sus enemigos, el sepulcro estaba vacío. 8) Es más fácil y razonable creer en la resurrección que imaginar que sus amigos robaron su cuerpo. Porque: a) Eran pocos y tímidos. b) Era la Pascua y en toda la ciudad y alrededores había multitudes de gentes que habían venido de muchas partes, y esto, de día y de noche. c) Habrían que romper el sello del gobierno romano con que fue sellado el sepulcro…lo cual no aconteció. d) Toda una guardia no se queda dormida en campo raso con semejante responsabilidad −tendrían pena de muerte. e) La guardia sobornada dijo: “estando nosotros dormidos vinieron sus discípulos y se lo llevaron”. Si se durmieron, no podrían atestiguarlo. ¡Solemne mentira! f) Los discípulos creían que ya todo estaba perdido, y no creían que Cristo resucitaría. No eran crédulos, aún después que había resucitado, no creían. g) Aunque hubiesen podido robar el cuerpo, no tenían ningún motivo para hacerlo. Tenemos que usar la lógica, y sobre todo, creer lo que Dios dice en las Sagradas Escrituras. 9) Por varias de las razones expuestas, tampoco sus enemigos podían robar el cuerpo; y si lo hubieran robado, centenares de veces lo hubieran mostrado contradiciendo a los testimonios de centenares que predicaban el hecho glorioso de la resurrección; se apareció vivo a tantos. 10) Por nuestra parte como cristianos, sostenemos el testimonio de personas prominentes, cristianos fieles del siglo XXI, cuyas vidas han sido transformadas por el poder del Cristo resucitado, que en verdad la resurrección de Cristo es el hecho mejor comprobado de la historia. ¡Sí, Jesucristo vive! “Cristo vive en mí; Cristo vive en mí, ¡OH sublime salvación; que Cristo vive en mí!” 11) ¿Qué pasó? El sepulcro está vacío. No se robaron el cuerpo; Cristo se ha aparecido a muchos. ¿Qué ocurrió? ¡Jesús resucitó! ¡Gloria a Dios! ¿Vive Cristo en su corazón? ¿Lo tiene morando en su ser? ¿Lo ha recibido como su salvador? ¿Es usted salvo? ¿Tiene seguridad de poseer la vida eterna, la vida en Dios? Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación (Ro. 10:9, 10).

12) Al Cristo Vivo Sirvo (Celebremos Su Gloria, #224) Al Cristo vivo sirvo y él en el mundo está; Aunque otros lo negaren, yo sé que él vive ya. Su mano tierna veo, su voz consuelo da, Y cuando yo le llamo, muy cerca está.

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Coro: Él vive, Él vive, Hoy vive el Salvador; Conmigo está y me guardará mi amante Redentor. Él vive, Él vive, me imparte salvación; Sé que él viviendo está porque vive en mi corazón. En todo el mundo entero contemplo yo su amor, Y al sentirme triste, consuélame el Señor; Seguro estoy que Cristo mi vida guiando está, Y que otra vez al mundo regresará. Regocijad, cristianos, hoy himnos entonad; Eternas aleluyas a Cristo el Rey cantad. Ayuda y esperanza es del mundo pecador; No hay otro tan amante como el Señor.

13) Hemos sido salvados para servir; sirvamos al Señor con fe, amor y consagración, y él se encargará de quitar todo obstáculo, por imposible que parezca; o nos dará gracia para sobreponernos a ellos (Lc. 12:22; Fil. 4:6, 7). 14) Un conocimiento más íntimo y más profundo de la Biblia nos dará más luz acerca de las divinas providencias, y además, nos daría fortaleza para soportar las pruebas, y para cumplir nuestros deberes en el servicio. Nos hará más eficaces en toda buena obra (2ª P. 1:19, 21). 15) Desde el día de resurrección de Cristo hasta hoy, los cristianos han acostumbrado y acostumbramos reunirnos para celebrar los cultos públicos el primer día de la semana (domingo), el día de su gloriosa resurrección. Por la misma razón estamos hoy reunidos en este templo para tributar culto de adoración y alabanza al trino y santo Dios. ¡El Señor Jesucristo resucitó y vive, Aleluya! 16) Lectura: Cristo Resucitado (Celebremos Su Gloria, #225) En la misma hora se levantaron y se volvieron a Jerusalén. Hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos, quienes decían: −¡Verdaderamente el Señor ha resucitado y ha aparecido a Simón! Mientras hablaban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: −Paz a vosotros…. Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad y ved, pues un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras, y les dijo: −Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día. Entonces él los llevó fuera hasta Betania, y alzando sus manos les bendijo. Aconteció que al bendecirlos, se fue de ellos, y era llevado arriba al cielo. Lucas 24:33-34, 36, 39, 45-46, 50-51 (RVA) 17) Alguien burlonamente le preguntó a un file cristiano: ¿Cómo sabe usted que Cristo resucitó? − Porque esta mañana he estado hablándole, respondió tranquilamente. (Lo mismo le dije a un amargado comandante Arriguín, estando yo preso por predicar el evangelio al aire libre.)

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18) La experiencia de millones de millares de fieles cristianos a través de los siglos, de sus vidas transformadas por el Cristo resucitado, es una gran prueba segura de que Cristo resucitó. Jesús es el Cristo de los siglos, del tiempo y de la eternidad (He. 13:8). 19) El mundo cambia, los pueblos experimentan transformaciones, las costumbres se mudan, las modas van, vienen y pasan, desaparecen; Jesucristo muy al contrario, es el mismo ayer, hoy y por los siglos. El Cordero que fue inmolado en el calvario es el triunfante Rey de reyes y Señor de señores. ¡A él sea la honra, la gloria, la alabanza y la adoración en el tiempo y la eternidad! ¡Amén! ¡Jesús resucitó! ¡Aleluya!

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