LA HORA 28.cdr

a seguir la cuerda; porque nos vamos a parar de la mesa y dejarlos solos; porque ya no vamos a celebrar sus chistes; por
2MB Größe 5 Downloads 97 Ansichten
NO SOY MONEDITA DE ORO Texto: Salmos 40:8. Introducción: Si sientes un aprecio muy particular por todas las personas. Y quisieras nunca tener problemas con nadie. Y que todo lo que hicieras agradara a todo el mundo. Quisieras llevártela bien con todos. Ser amado, apreciado y querido por todos. Quieres caerle bien a todo el mundo. ¿Será posible tanta belleza?. El problema es que nuestra vida no puede estar regida por la aceptación o no aceptación de los demás. Ya no sería nuestra vida, sino la vida de otros, la que quisiéramos vivir. Lamentablemente por esta situación, algunos queriendo agradar a sus “amigos” han caído en situaciones muy deplorables como: la droga, el alcoholismo, la prostitución, la infidelidad, etc. Consideraciones para agradar a Dios: 1. Partiendo del punto de vista, que es mejor agradar a Dios primero. EL SEÑOR JESUCRISTO, los quiso a todos, los amo a todos, murió por todos, pero el fue claro: “YO he venido a hacer la voluntad de mi PADRE”. En otras palabras: “YO he venido a agradar a mi PADRE”. Fue mucho más allá, al decir: “Que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. 2. No se quería agradar a si mismo, sino agradar a su PADRE. Pero el agradar a su PADRE era el bien para todos. ¿Sabes, que el que agrademos a DIOS, resulta en bendición para todos? El asunto es que al hacerlo, probablemente, ya no le vamos a caer bien a todo el mundo. Ya no vamos a ser monedita de oro. Le paso a JESUS. Los que alguna vez lo vituperaron, luego gritaron: ¡crucifíquenlo! (Mateo 27:20- 23) 3. Hay gente que no va a estar contenta con nosotros. Porque ya no les vamos a seguir la cuerda; porque nos vamos a parar de la mesa y dejarlos solos; porque ya no vamos a celebrar sus chistes; porque vamos a alejarnos de algunas personas; porque, como buenos amigos, los vamos a confrontar con la realidad. Ya no vamos a ser amados ni queridos por algunos. (2 Corintios 10:3-5) 4. Aunque otros quizás lo entiendan y asuman una posición de vida correcta. La Biblia dice: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de JEHOVA esta su delicia, y en su ley medita de día y de noche”. Salmos 1:1-2. Luego la Biblia describe el resultado extraordinario, apara aquellos que primero se agradan en DIOS. Conclusión: ¿A quién has querido agradar el día de hoy? A ti mismo (a)? A tus amigos? A tus superiores? A tu esposo (a)? A tus hijos? A tus padres? A quién? Quizás al mundo entero. Porque quieres ser monedita de oro. Empecemos por agradar a DIOS. El cual es fuente de toda gracia y de toda bendición. Al agradarlo a EL, entonces los que nos rodean también serán beneficiados. QUE ESTE SEA EL MEJOR DIA DE TU VIDA. DIOS te bendiga.

La Hora del Grupo Bíblico Agosto 15 de 2017 - N° 28 Año 17

Presentarnos ante Dios

Pensamiento de la semana

Oración de apertura / 3 minutos

Proverbios 23:26

Adoración y Alabanza

Exposición de la Palabra 20 minutos

Lo que Dios hizo por mí

Agradecer al Señor Proverbios 3:9

Lo que todos deben saber

Recuerda que estamos en Discipulado 1.

Esta semana Lección 6.

Culto Misionero Jueves 31 agosto

Asignación de privilegios

Próximos Bautismos

10 de septiembre

Refrigerio e informe

5 minutos

(Comparte esta lectura al momento del refrigerio) Una inquietud frecuente de los creyentes es saber si hay una diferencia entre evangelismo y misiones. Veamos: la MISIÓN de la Iglesia, por lo tanto, la de cada creyente, es cumplir con la Gran Comisión. Se hace frente a todas las personas que no mantienen una relación viva con el Señor, no importa dónde se encuentren. Puede ser a la vuelta de la esquina o al otro lado del mundo. A ellos se evangeliza. Pero, se llama MISIONES sólo a la evangelización en naciones y pueblos donde no existen todavía iglesias significativas. Los territorios donde haya menos de 2% de evangélicos, son los que esperan a la llegada de misioneros. Oremos y… ¡hagamos misiones!