La Filarmónica, en manos jóvenes

20 abr. 2011 - un viejo villancico provenzal. Hubo ajuste rítmico y cuidado puesto en los planos sonoros y las transicio
2MB Größe 5 Downloads 105 Ansichten
ESPECTACULOS

Miércoles 20 de abril de 2011

BAMBALINAS POR PABLO GORLERO

CLASICA

!!

LA TV A ESCENA

Superhéroes criollos

El día en que El Trece presentó Los únicos a la prensa, con un despliegue de acción, tiros y persecuciones entre los protagonistas y un grupo de dobles de riesgo, una periodista exclamó: “Es la presentación de la versión teatral antes que la televisiva”. Algo así se auguraba. Ayer, en su programa Ciudad Gótika, por La Red, Jorge Rial adelantó que Los únicos será una de las principales propuestas teatrales para las vacaciones de invierno. Por lo que pudo averiguar LA NACION, estarían confirmados Griselda Siciliani, Nicolás Cabré, Mariano Martínez, Nicolás Vázquez y Pepe Monje.

I

3

((((( MUY BUENO

EN EL COLON

La Filarmónica, en manos jóvenes

Gran trabajo del director Carlos Bertazza en el concierto de apertura de la temporada ORQUESTA FILARMONICA DE BUENOS AIRES: CONCIERTO DE APERTURA DEL CICLO 2011 DIRECCION: CARLOS BERTAZZA L PROGRAMA: PRELUDIO Y CARILLON DE LA SUITE Nº 1, Y FARANDOLE DE LA SUITE Nº 2 , DE LA ARLESIANA, DE GEORGES BIZET. OBERTURA DE ORFEO EN LOS INFIERNOS, DE JACQUES OFFENBACH, Y SINFONIA EN RE MENOR, DE CESAR FRANCK L SALA: TEATRO COLON L L

Los únicos, al teatro

Un atractivo terceto

Hace unos días, Julia Zenko, María Valenzuela y Martha González comenzaron a ensayar una multipremiada obra de origen francés que ya se representó en las principales ciudades europeas. El título es Decile a mi hija que me fui de viaje, y su autora es Denise Chalem. La dirección le corresponde a Jorge Azurmendi y planean debutar en el teatro Niní Marshall, de Tigre, el 10 de junio. Con producción de Javier Faroni, luego comenzarán una gira que las hará desembarcar en Buenos Aires apenas

haya alguna sala grande disponible. La trama gira en torno al encuentro entre dos mujeres presas (Valenzuela y González), que provienen de dos estratos sociales diferentes. Dentro de esa celda, entablan una amistad que comienza fría y distante, con total desconocimiento de una sobre la otra, hasta que comienzan a compartir su pasado y los motivos por los cuales están ahí encerradas. Junto a ellas, muchas celadoras que circulan con diferentes tintes y personalidades, todas ellas encarnadas por Zenko. Azurmendi, a su vez, le incorporó cuatro boleros.

Julia Zenko, María Valenzuela y Martha González

No deja de ser una circunstancia propicia que una joven figura, cuya formación y méritos personales no ofrecen dudas sobre su capacidad para encarar la conducción de un organismo sinfónico del nivel de la Filarmónica de Buenos Aires asuma esa misión, llevando al terreno de los hechos su sentido de responsabilidad junto a una firme vocación por abordar repertorios como el ofrecido en este concierto. Ha de considerarse esta presentación, por ello, como un nuevo paso positivo –antes que excepcional– en la carrera de Carlos Bertazza, porque deja lugar a suponer etapas posteriores de progreso y maduración indudables por su talento. El programa ofrecido en esta oportunidad refleja en parte ese desafío por el cual se pueden advertir en Bertazza suficientes condiciones que fructificarán, sin duda, no sólo en cuanto a su futuro se refiere sino a su porvenir inmediato. A menudo, el colorido y la expresión clara y franca, y aun los ritmos estereotipados que Bizet compuso para La arlesiana, sobre el melodrama de Alfonse Daudet, ha fortalecido la opinión de que se

trata de música “ligera”. Pero este prejuicio queda invalidado cuando conductores con una fibra juvenil, como la que Bertazza ostenta, logra obtener rápidos reflejos en músicos del profesionalismo de la Filarmónica. El preludio, no obstante, tuvo una sonoridad inicial ríspida en el enérgico tema inicial de las cuerdas (Marcha de los Reyes), melodía de un viejo villancico provenzal. Hubo ajuste rítmico y cuidado puesto en los planos sonoros y las transiciones dinámicas en las indicaciones del joven director, que redundaron en un eficaz rendimiento de la orquesta y en el carácter adecuado a este movimiento. El Carillon, con su “ostinato” de campanas, el blando sonido de las trompas y las nítidas notas del arpa, se vio coronado por una expansiva intervención de las cuerdas. La Farándula (Farandole) de la segunda suite de Bizet fue vertida a través de una lectura prolija, con gran claridad expositiva, y la reexposición de la Marcha de los Reyes que abre la primera suite, fue dada con gran ajuste rítmico y brillo marcial. La danza final con

MARCELO GOMEZ

OBRA FRANCESA

Carlos Bertazza, al frente de la Filarmónica gran vitalidad en su desenfrenado movimiento (obra de Offenbach con arreglo del vienés Carl Binder) alcanzó a tener una sonoridad concomitante con su carácter grandilocuente, sus cuidados contrastes dinámicos y solos instrumentales dignos de encomio, como el ofrecido por el clarinetista Mariano Rey, y el del oboe que siguió, ambos con bello sonido. También tuvo lucido desempeño del concertino de la orquesta, Pablo Saraví, en excelentes fragmentos que fueron por el exuberante Cancan de los infiernos, una de las páginas más célebres de la par-

titura y de toda la música ligera. Más allá de todo, la sesión inicial de la Filarmónica reservaría una muestra más cabal de su rendimiento interpretativo con la Sinfonía en Re menor, de César Franck, que sirvió asimismo para ponderar las valiosas aptitudes de Carlos Bertazza, permitiendo entrever con certeza sus posibilidades presentes y futuras al infundir unidad de sentido a obras de la magnitud y trascendencia de esta pieza del compositor y organista francés de origen belga.

Héctor Coda