La casa roja En la obra de Gabriela Bettini está siempre presente el ...

acumulado debajo, de un candelabro está la aureola de su arder, de un auto están las huellas del rodado hecho camino, de
27KB Größe 8 Downloads 83 Ansichten
La casa roja En la obra de Gabriela Bettini está siempre presente el rastro, lo que se sugiere pero no se ve, lo que aunque finjamos que ya no existe por siempre estará. De un mueble queda el polvo acumulado debajo, de un candelabro está la aureola de su arder, de un auto están las huellas del rodado hecho camino, de un ser humano… ¿qué? El dilema de la artista es representar a esa persona que no junta polvo pero en él se transforma, que no se prende fuego pero arde, que no deja huellas en un camino sino en sus semejantes. Las huellas llegan hasta donde los árboles las esconden, como los espíritus de muchas personas guardando un secreto. Lo minucioso, lo bello, lo sugerente, la duda, el simbolismo sutil de su trabajo nos deja entrever entre las copas, entre los troncos. Como Alfred Hitchcock, Gabriela instala un mito en el cerebro del espectador, lo materializa, y empieza a trabajar sobre él como si fuera de arcilla, pero la sorpresa es descubrir una ausencia más que un volumen, un algo que existe por ya no estar. Como la persona que cuando muere no deja de ser, porque de ella queda un vacío relleno de lo que persiste en los demás. Iván Buenader