Josué 1:1-9 - ObreroFiel

Lo que Dios le dijo a Josué ("...levántate y pasa al Jordán...") fue una orden que implicaba moverse hacia adelante. Hoy
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Josué 1:1-9 Contribución de Momentos de Decisión www.mdedecision.com.ar Usado con permiso. ObreroFiel.com - Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

"Aconteció después". Josué es un libro de continuación. Dios está avanzando al llevar a cabo sus planes en el Universo. El movimiento divino significa que nosotros debemos movernos juntamente con él. Si no nos estamos moviendo hacia delante, entonces no estamos con él. Lo que Dios le dijo a Josué ("...levántate y pasa al Jordán...") fue una orden que implicaba moverse hacia adelante. Hoy nos encontramos ante una situación igual a la del pueblo de Dios. Veamos cómo quiere Dios que avancemos.

I.

Necesitamos avanzar a pesar de las circunstancias (v. 1a "...después de la muerte de Moisés...")

Las circunstancias humanas cambian constantemente. Israel había sufrido la pérdida dolorosa de su amado líder Moisés. Tanto Josué como todo el pueblo habían experimentado cierta estabilidad durante el liderazgo de Moisés, pero las circunstancias habían cambiado sensiblemente. Sin embargo, el pueblo de Dios no se podía quedar estático frente a la tierra prometida. Nosotros también estamos en circunstancias similares a las de Josué. Hemos atravesado por momentos que han puesto en evidencia nuestras emociones, pensamientos e intenciones de nuestro corazón. Es posible que todavía experimentemos ciertas inquietudes, un poco de dudas, de inseguridad, pero Dios igualmente desea que no detengamos nuestro caminar sino que avancemos, que continuemos, que pongamos la mira hacia adelante.

II.

Necesitamos avanzar apoyados en las promesas del Señor (v. 3 "...como lo había dicho...")

Josué necesitaba saber que el Dios que le estaba pidiendo que avanzara era el mismo Dios que había estado con sus antepasados; que no había cambiado, que continuaba manifestándose a su pueblo y que quería seguir con sus planes para su pueblo. Dios quería que Josué supiera que su poder y misericordia que había manifestado en Egipto estaría también con ellos. La tierra que iban a poseer era un don divino (v. 2 "… la tierra que yo les doy..."). Dios había pactado con su pueblo darles una tierra para que la habitaran definitivamente, de modo que no había nada que pudiera detener a Dios en el cumplimiento de sus promesas. Dios promete dos cosas importantísimas e indispensables a su pueblo: Primero, el Señor les ofrece su poder invencible para avanzar (v. 5 "… Nadie te podrá hacer frente..."). Aunque el Señor les había dado la tierra, ellos tendrían que desalojar a los enemigos que estaban en la tierra. Ellos tendrían que pelear, y por eso Dios les recuerda que podían contar con el mismo Dios poderoso que los había sacado de Egipto. Segundo: el Señor les ofrece su presencia fiel ("...estaré contigo... no te dejaré, ni te desampararé"). De igual manera, hoy debemos recordar que Dios será poderoso para ayudarnos a caminar en la nueva experiencia que se nos avecina. Necesitamos confiar en su poder para enfrentar críticas, murmuraciones y otras situaciones que pudieran desanimarnos o detenernos en nuestro esfuerzo de glorificar a Dios. Necesitamos confiar en un Dios que estará con nosotros cada día, cada hora y cada minuto. Será a través de la oración y el estudio de la Palabra como podremos experimentar la presencia y confiaremos en su poderosa mano.

III.

Necesitamos avanzar dando todo lo que está a nuestro alcance (vv. 6-7, 9 "Esfuérzate... sé valiente...")

La presencia de Dios y su mano poderosa no exentaban al pueblo de su responsabilidad. Dios ya había entregado a los enemigos de Israel en sus manos, pero los israelitas tenían que pelear, esforzándose y pensando bien cada una de las estrategias que usarían para aniquilar a sus adversarios. Muchos creen que como Dios pelea por nosotros, no hay nada que hacer. Están equivocados. Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican (Sal. 127:1). Debemos orar como si toda la obra dependiera únicamente de Dios, pero hay que trabajar como si toda la obra dependiera únicamente de nosotros. Es así como Dios quiere que avancemos. Nosotros también podemos estar ciertos de las promesas de Dios para nosotros, pero es necesario que cada uno de nosotros ocupe su lugar en la obra del Señor, haciendo lo que Dios espera de nosotros.

IV.

Necesitamos avanzar en obediencia constante a la palabra del Señor (v. 8 "No se aparte de tu boca este libro...)

Para avanzar con plena seguridad, era necesario que los israelitas siguieran atenta y constantemente la palabra de Dios. Así como en el desierto

Dios les iba indicando el momento y lugar hacia donde debían moverse, así Josué debía estar atento a la dirección de Dios. Nuestro reto es el mismo hoy. Ante la duda y las circunstancias que nos desaniman o nos hacen titubear, es necesario que estemos más cerca del Señor a través del estudio de su Palabra. La única forma de asegurar que estamos dando los pasos correctos, es cerciorarnos de seguir los pasos del Señor.

PALABRAS FINALES Avancemos a pesar de las circunstancias, porque Dios tiene control sobre ellas. Avancemos apoyados en las promesas del Señor, porque él es fiel para cumplirlas. Avancemos poniendo todo nuestro esfuerzo, porque él lo multiplicará si confiamos en él. Avancemos en obediencia constante a su Palabra, porque Dios honra la obediencia fiel de sus hijos.