Ignacio Almela.: “La figura es el equipo, yo sólo pateo”

tuvo una buena chance en el final: Alan Kessen tomó la marca lanza- .... Corbacho, Felipe Muslera b Pablo Collarini, Jua
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el torneo de la urba

| Domingo 19 De mayo De 2013

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| Domingo 19 De mayo De 2013

Un festejo esperado Después de una década, el CASI volvió a celebrar como local ante el SIC ● Sin brillar, fue más que su adversario, al que venció por 16-9 ● Con el triunfo, la Academia se clasificó para disputar el Top 14 santiago dapelo LA NACIoN

S

onríen los jugadores; festeja la gente en la mítica tribuna principal de la Catedral. La Academia es una fiesta. Suenan los bombos y los redoblantes; todos bailan, todos cantan. Son escenas de una tarde especial, de un encuentro esperado en exceso, imaginado hasta el hartazgo y muy promocionado; no se trata sólo del duelo del barrio, sino del superclásico bonaerense. Siempre se dice que estos duelos diferentes, tan especiales que no vale la estadística ni cómo llegan... son 80 minutos a todo o nada. Y en los 4800 segundos el que prevaleció fue el CASI, que con el triunfo de ayer ante el SIC por 16 a 9 cortó una racha adversa en el clásico que llevaba como una pesada carga: 10 años sin ganarlo en su cancha (la última vez había sido el 12 de julio de 2003, por 13-6). El CASI vive un presente inigualable: ganó los siete partidos que jugó, dos frente a rivales de gran jerarquía como San Luis y los zanjeros, y se clasificó al Top 14, objetivo que también logró Hindú. Esta vez no logró desplegar las virtudes que venía desarrollando, esas que invitan a la ilusión, aunque sí se pudieron ver algunos pasajes de juego dinámico. Pero la Academia tiene jugadores que no dejan de sorprender, como Ignacio Almela, la gran figura de la tarde (ver aparte). El joven apertura actúa como director de orquesta; cada vez que el CASI se descontrola, el N° 10 es quien se encarga de volver a poner orden y calma. La lluvia complotó contra el buen juego. En el primer tiempo, sólo dos magníficos drops de Almela –el primero, cuando iban sólo 30 segun-

punto de vista

Cambió todo, menos la pasión Jorge Búsico PARA LA NACIoN

dos– y un penal de Benjamín Madero movieron el tablero. Muy poco se vio en esos 40 minutos, donde el CASI logró imponerse en la batalla de los forwards e intentó mover la pelota, pero no lo logró. El visitante tuvo una buena chance en el final: Alan Kessen tomó la marca lanzado en ataque y se la pasó a Facundo

Fernández Madero, que tras avanzar unos metros se la colgó a Javier ortega Desio. El tercera línea arremetió contra dos rivales y le despejó el camino a Marcos Rosasco; cuando parecía que el wing anotaría el primer try del partido entró en escena Jerónimo Pandelo para evitar la conquista (con la ayuda del video-ref).

Tras el descanso, el San Isidro Club reaccionó, pero fue escasa la cosecha por el esfuerzo. Madero desperdició un penal y, a los siete minutos, Federico Tinari no llegó a la conquista gracias a la reacción de Mariano Zinani. Un minuto después, el apertura del SIC ajustó la puntería e igualó el marcador en

Cotella, autor del único try del clásico, celebra con Jerónimo Pandelo

H

ubo un tiempo, otro tiempo, que no registró otro campeón que no fuese el SIC o el CASI. De 1971 a 1985. Tiempos en que el clásico prácticamente definía el título. Que, por otra parte, era como el torneo del país, ya que no existía la URBA y los clubes de Buenos Aires eran casi la mismísima UAR. Tiempos en que los partidos eran seguidos por la gente de otros clubes o no asidua al rugby, ya que se jugaba un día distinto al resto de la fecha. Con los chicos trepados a los árboles, como señal distintiva de aquellos tiempos.

Tiempos también en que los Pumas más consagrados jugaban en CASI o en SIC. ¡Cómo olvidar los duelos en el centro de la cancha entre Alejandro Chiquito Travaglini y el Trompa Arturo Rodríguez Jurado! Tiempos de cargadas en los avisos clasificados y fúnebres de la nacion. Tiempos de leyenda. Como la que cuenta que nunca hubo tanta gente en el SIC como aquella final del 74 (última fecha; el que ganaba era campeón), lograda por el Atlético. Tan de cuento fue ese test que no hay registros fotográficos en la prensa. El sábado anterior, los fotógrafos

fotos: RodRigo néspolo

habían sido agredidos en el CASI y, como represalia, se negaron a cubrir ese partido. Claro que eran otros tiempos. Los tiempos de ahora son distintos. A fines de la década del 80 se rompió el patriarcado de los clubes de San Isidro. Primero fueron Alumni y Banco Nación. Más tarde, Hindú. SIC coqueteó bastante más con el festejo de los campeonatos; al CASI le costó y le cuesta una enormidad. Sólo hay registro de un título: aquella final histórica de 2005, ganada precisamente al SIC. Estos tiempos no tienen tantas

seis. Pese a las escasas emociones, en las tribunas las 6000 personas no pararon de alentar a sus jugadores. El CASI no se amilanó ante los embates de su rival. Bancó la parada y con la buena utilización del pie de Almela puso nuevamente el juego en campo del SIC. Así fue que se gestó la mejor jugada el partido. El reloj marcaba 12 minutos cuando Pablo Collarini descolgó de las alturas un line en las 22 yardas de los zanjeros; se la sirvió a Andrés Nicholson, que abrió rápido para Almela; éste hizo lo mismo para Nicolás Pandelo, que en lugar de seguir hacia la punta se la colgó al wing Nicolás Cotella, que entró como una tromba por el centro de la cancha, rompió una marca y se zambulló en el in-goal. La Catedral rugió. Un penal de Madero le puso suspenso al asunto. Pero nuevamente la puntería del N° 10 académico llevó un poco de tranquilidad a los locales. Se apagaba el clásico con la furiosa, obstinada y estéril arremetida del SIC. El CASI, con aplomo y una buena defensa, neutralizó cada intento. Últimos minutos del duelo; confiada, la gente empezó a celebrar lo que sería un triunfo muy esperado, ya que no vencía en el clásico desde 2009 (21-19, en la cancha del SIC). “¡Es un espectáculo! Nos costó mucho, pero estamos muy contentos; era una prueba de fuego”, dijo el octavo Francisco Corbacho, que salió con un profundo tajo en la nariz. “Lo ganamos por actitud; nunca dejamos de intentar jugar con la pelota”, resumió el wing Franco Fasano. El CASI fue un incuestionable vencedor. Sin brillar, supo administrar mejor sus fuerzas y rematar con una mezcla de convicción y olfato al rival de siempre para desatar un festejo especial.ß

figuras. Aparecieron la televisión y la publicidad. El Plar. Ahora, aunque con un folklore más sano que el fútbol, están las barras de cada uno. Las buenas pilchas trocaron por caras y cuerpos pintados. Y un clásico, siguen las mujeres más lindas, pero ahora con un rol más activo. Ellas también gritan y cantan. Todo ha cambiado, menos el tiempo de la pasión. El que marca que estos partidos son lo mejor que hay en el rugby para los que los juegan. Los que crecieron escuchando tantas historias de otros tiempos. Como lo será la del clásico de ayer dentro de otro tiempo.ß

El apertura del CASI marcó la diferencia en el clásico, con su certera pegada

Ignacio Almela.: “La figura es el equipo, yo sólo pateo” destacado. El apertura del CASI, en su

primer clásico, volvió a brillar; anotó 11 puntos

Andrés Vázquez PArA LA nACIon

Allí están los pibes, abrazados como siempre. La misma camiseta, el mismo sentimiento. Ya pasó el SIC, fue 16 a 9 para la victoria ajustada, para mirar desde arriba este campeonato que despunta. Para ilusionarse como se ilusionan los jóvenes: con fuerza, con pasión, con ganas de llegar a la gloria. Fue fiebre de sábado a la tarde en la Catedral, con unos 5000 feligreses sufriendo y disfrutando de este ensayo de laboratorio: los pibes del CASI –la mayoría– apenas mezclado con la experiencia de Campero y Fasano. Mucha gente joven y, entre ellos, Ignacio Almela. A sus promisorios 22 años, el apertura del CASI, en su primer clásico y después de no poder entrenarse con normalidad por un estado gripal, volvió a confirmar su calidad. Con su cabeza maradoniana, su exquisita pierna izquierda y su corazón indomable, marca el camino de un CASI arrollador. “La figura es el equipo, yo sólo me dedico a patear”, dijo, con timidez, apenas terminó la versión 118a del superclásico bonaerense. Este morocho, de ojos claros, estudiante universitario, hijo de Alejandro y Viviana, a los 17 años casi rompe su idilio con la ovalada y se inclina por el fútbol, cuando un tío intentó persuadirlo para que se probara en Vélez. Pero la negativa de su padre hizo que el Ignacio se enfocara con más seriedad en la práctica de la ovalada. En 2012 debutó en la primera de su club, el sueño de to-

dos los jóvenes, y desde entonces no largó más la titularidad. “Desde que comenzó el año estamos esperando este partido. Jugar y ganar el clásico es algo inexplicable y emocionante. Ahora hay que seguir trabajando y no perder nuestro objetivo”, dijo Almela, autor material de esta aventura, artillero máximo del clásico con 11 tantos y dueño de un futuro enorme. El CASI es un equipo que no se le parece a nadie. Es muy difícil no tener un ADn único cuando muchos de los genes los aporta esa rara avis de experiencia y juventud que tiene a Ignacio Almela como el gran abanderado. ß

CASI

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Francisco Sansot b Franco Fasano, Nicolás Pandelo, Jerónimo Pandelo, Nicolás Cotella b ignacio almela F, Andrés Nicholson b Mariano Zinani, Francisco Corbacho, Felipe Muslera b Pablo Collarini, Juan Ignacio Campero c b Martín Sabatté, Mathias Pérez Guimil, Martín Brousson. EntrEnadorEs: Enrique Pichot y Sebastián Báncora. InGrEsaron: Cristian Potarsky, Fernando Gregorini Juan Ymaz. try: Cotella (1). GoL: Almela (1). pEnaL: Almela (1). drops: Almela (2).

SIC Federico Serra b Federico Tinari, Facundo Fernández Madero, Joaquín Domínguez, Marcos Rosasco b Benjamín Madero, Lucas Alcacer b Rufino Paniza, Cristián Etchart c, Alan Kessen b Javier Ortega Desio a, Santiago Artese b Tomás Gilardón, Fernando Lauría, Francisco Piccinini. EntrEnadorEs: Rolando Martin, Andrés Pérez Cobo y Tomás García Iturralde . InGrEsó: Alejo Corral. pEnaLEs: Madero (3). Árbitro: Federico Anselmi cancha: CASI

Un mapa, la ironía de la tarde Las cargadas en el clásico estuvieron a la orden del día. Pero se destacaron los hinchas del SIC, que repartieron un folleto indicándoles a los del CASI cómo se llega a Gonnet, epicentro de las últimas finales de la URBA. “¿No conocés Gonnet? No te preocupes, nosotros te damos una mano”, rezaba el papelito que mostraba una pequeña guía para llegar a destino.

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