Humor negro y descarnado

de Radowitzky documental. Un film que indaga sobre la historia del anarquismo en el país de la que escapó para luego ser
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espectáculos | 9

| Sábado 11 de mayo de 2013

La historia de Radowitzky

documental. Un film que indaga sobre

la historia del anarquismo en el país

teAtro

Humor negro y descarnado el cisne. ★★★★ ra :

muy buena. auto -

Felicitas Kamien. elenco: Alexis

Cesan, Carolina Milli, Victoria Ciprio-

A principios del siglo XX, una oleada inmigratoria llegó a Buenos Aires. Italianos, españoles, rusos y hombres y mujeres pertenecientes a los más diversos países que tratarían de buscar en estas tierras la salvación de una nación en pleno desarrollo. Atrás quedaba la pobreza, por delante, un porvenir incierto. Entre ellos estaba Simón Radowitzky, un joven ruso idealista quien comenzó a trabajar con ahínco para olvidar su pasado. Pero el clima político en la Argentina no fue benigno con esos obreros que comenzaron a reclamar una vida digna y un respiro de sus duras labores que les insumían largas y fatigantes horas. Simón se unió a sus compañeros anarquistas, quienes lo convirtieron en una figura preponderante de ese movimiento y le encomendaron la difícil tarea de matar al entonces jefe de policía Ramón L. Falcón. El episodio tuvo lugar el 1º. de mayo de 1909, cuando Radowitzky hizo explotar una bomba en el carruaje que conducía por la Recoleta a Falcón, quien murió poco después. Los directores Rolando Goldman y Julián Troksberg tomaron a esta figura para realizar Simón, hijo del pueblo, un documental que, de la mano de Osvaldo Bayer, recapitula la vida de ese hombre que, tras el atentado, vivió las más azarosas aventuras al ser detenido y confinado en la cárcel de Ushuaia,

ta, Mariana Cavilli, Marta Haller. escenografía: Florencia Polimeni, Este-

ban Brenman.

v e st ua r io :

Julieta

Harca, Eliana Kuriss Dick. diseño sonoro :

Javier Bustos.

i lu m i nac ión :

Eduardo Pérez Winter, Adrián Grimozzi. voces: Abuela Eva, Andrés Schaffer, Federico Lorosso, Anita Grimberg.

producción ejecutiva :

Mónica

Benavídez. asistente de dirección: Rodrigo Ochonga.

dirección :

Felicitas

Kamien. sala: El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960. funciones: sába-

Una escena del film

dos, a las 22. duración: 70 minutos.

de la que escapó para luego ser nuevamente apresado y castigado con un exilio en Montevideo. La historia se desarrolla a través de investigaciones y recuerdos de parientes lejanos de Radowitzky quienes, con la ayuda de amarillentas hojas de diarios y de noticieros de la época, siguen los pasos de ese hombre del que hoy se conocen pocas y diseminadas etapas de su existencia. El film, que se exhibe de jueves a domingos, a las 17, en el cine Cosmos (Corrientes 2048), logra así descorrer, con gran calidad técnica e indudable esfuerzo investigativo, los velos de un capítulo de nuestra historia en la que quedan reflejadas las penurias y los ideales de alguien que intentó lograr imponer su fortaleza en un momento de transición en nuestro país.ß

arios son los virtuosos, de las más diversas manifestaciones del arte, que han tomado el mito del canto final del cisne como metáfora de significado. Antón Chéjov, por citar un ejemplo, se nutrió de la experiencia animal para desarrollar una obra breve que da cuenta de los últimos pasos de un actor en la escena y en la vida, convirtiendo su relato en uno de los más icónicos a la hora de abordar este mito como disparador de ficción. El cisne emite, en sus últimos instantes, un sonido único como anticipo del fin y despedida, mientras la pareja asiste a esta acción para luego partir en soledad y sin volver a unirse a otro animal por el resto de su vida. La autora y directora Felicitas Kamien comenzó a plasmar su pieza sin conocer el detalle del mito, al que luego accedió, y le interesó, para nutrir a su material. La obra, si bien recae en el excesivamente transitado tema de las relaciones familiares “disfuncionales”,

Adolfo C. Martínez

V

Alexis Cesan encarna al padre agónico permite una lectura aguda sobre los vínculos atravesados por el dolor, o no, de la muerte. Y, fundamentalmente, sobre qué produce en el entorno chico, el familiar, la inminente partida de un integrante: desde los reproches hasta el duelo sincero. En El Cisne, Kamien bucea en las ligaduras patológicas de una madre tilinga, sus tres hijas y un padre agó-

nico. La pieza hace foco en las decisiones urgentes sobre una eutanasia impulsada por la mujer, separada de su marido hace tiempo, quien induce la desconexión de las máquinas que mantienen con vida al padre de sus hijas, mientras se desvela en la organización de un velorio con ribetes de sociabilidad extrema. Pero, sobre todo, se centra en qué significa

esa pérdida para cada uno de los integrantes del grupo familiar. El humor negro atraviesa el relato descarnadamente. La inteligencia del texto, la atinada dirección y la muy buena labor de los actores en la escena logran en el espectador una dualidad que va de la sonrisa inquieta a cierto espanto y conmoción. El elenco homogéneo, sin fisuras, resulta convincente interpretando a personajes creíbles, lejos de todo artificio, con solvente naturalidad y realismo. De todos modos, la complejidad y compromiso físico del personaje del padre hubiesen requerido de la intervención de algún coreógrafo que guíe la composición corporal. Sus movimientos, por momentos, dispersan la atención y corren al espectador de la tensión lograda. El dispositivo escenográfico se ajusta a las necesidades del planteo del material, permitiendo observar en simultáneo los diversos ambientes de una casa en planos superpuestos y con detalles del realismo tangible que reclama la obra. Si bien aborda una cuestión reiterada, el trabajo de Felicitas Kamien es profundo. Como autora y directora trabajó desde una carnadura inteligente y esperpéntica, salpicada con un humor inquietante. Eso hace la diferencia.ß Pablo Mascareño