Hasta la Corona del Inca

24 abr. 2011 - Barbados. Yo fui a la cueva de Harrison a ver las estalactitas y a pasear en un tren eléc- trico hasta un
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Turismo

Domingo 24 de abril de 2011

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Cordillera Riojana

Por Marcos A. Moreno

Hasta la Corona del Inca

Compañeros de ruta

Era poco más del mediodía. Ante nosotros aparecían como colosos dormidos, de altas chimeneas apagadas, Bonete Chico, Bonete Grande, Veladero y Piscis. Cercanos a los 7000 metros, cubiertos de nieves eternas que el sol hace brillar proyectándolos ante nuestros ojos como un engarce de diamantes, era la majestuosa Corona del Inca. Producto de un antiguo gran volcán que colapsó sobre sí o acaso el resultado del impacto de un meteorito –no existe confirmación ni registro–, en su interior anida, a más de 5600 metros, la laguna navegable más alta del mundo. Habíamos partido a las 3 desde Villa Unión (1140 m) en medio de una lluvia copiosa, para reunirnos en Vinchina (1450 m) con el resto del grupo y co-

Crucero por el Sur Busco compañeros de viaje de entre 60 y 75 años que les interese realizar un crucero al sur argentino, programado para enero o febrero de 2012. Escribir a nilda.elide@ hotmail.com Camino de Santiago Somos un grupo que del 5 al 23 de mayo recorreremos todo el Camino de Santiago, realizando a pie los últimos 100 km hasta Santiago de Compostela y luego, al cabo Finisterre. Escribinos a [email protected]

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menzar la travesía en 4x4 al interior de la Cordillera Riojana. La noche mantuvo oculto hasta nuestro regreso el transitar por la quebrada de la Troya, por donde un río Bermejo discurre, zigzagueante, entre formaciones rocosas que descubren asombrosas formas. A los 1854 m pasamos por Alto Jagüel, antiguo poblado a la vera de un pequeño río seco que ha socavado su cauce hasta dejar las casas en el alto. Continuamos por la quebrada del Peñón, que nos escondía la sorprendente belleza de sus montañas, donde los colores de los minerales parecen haberlas cubierto por finas capas de terciopelo azul, verde, amarillo, naranja, rojo y gris. Con marcha lenta a causa de la lluvia, vadeando lo que usualmente son lechos de ríos secos y esquivando el desprendimiento de piedras sobre el camino, en un amanecer muy ventoso y con temperaturas cercanas a -10ºC, llegamos a la Reserva Natural de Laguna Brava (4230 m), de color azul zafiro rodeada de sal, hábitat de flamencos rosados y vicuñas. Nos detuvimos para terminar de abrigarnos con todo lo que llevábamos y fotografiar ese paisaje andino puneño, tan bello y desolado como de implacable aridez. Continuamos, dejando atrás el último vestigio de la presencia humana en esas latitudes: uno de los 13 refugios para arrieros de paso a Chile que Sarmiento mandó a construir, entre 1864 y 1873, como iglúes de piedra con una entrada lateral caracolada.

A los 4500 m, con los primeros rayos de sol sobre un lecho de cenizas volcánicas mezcladas con agua congelada, que por suerte facilitaba la tracción de las 4x4, paramos para un desayuno de refuerzo con bebidas calientes, galletas y pasas de uva. La altura se empezaba a sentir y los primeros signos de apunamiento afectaban a algunos de nosotros. Al salir de las cenizas volcánicas las 4x4 comenzaron a transitar por un desfiladero con grandes piedras por donde se escurría agua de deshielo, poniendo a prueba la destreza y experiencia de los guías. El paisaje cambiaba permanentemente sorprendiéndonos con sus colores, formaciones y omnipresencia, hasta que casi sin darnos cuenta las 4x4 transitaban por la nieve rodeada de penitentes (5600 m). Era todo tan bello y continuamente deslumbrante que la Corona del Inca (5350 m) apareció ante nosotros como por arte de magia. Fue un noviazgo corto pero intenso, para tomarnos fotos, escuchar anécdotas de los guías y saborear este momento tan mágico. Pero sobre todo para encontrarnos con nosotros mismos y disfrutar por un breve lapso de la grandiosidad del paisaje y del inmaculado silencio que nos hace sentir, a los humanos, en su verdadera dimensión frente a la naturaleza. ¿Descubrimientos para compartir? ¿Un viaje memorable? Esperamos su foto (en 300 dpi) y relato (alrededor de 3000 caracteres con espacios)

Comentarios, observaciones y aportes de lectores escritos en www.lanacion.com.ar/turismo o enviados a [email protected]

Barbados Yo fui a la cueva de Harrison a ver las estalactitas y a pasear en un tren eléctrico hasta una cascada espectacular de agua dulce. Después hice shopping en el puerto, muy british y victoriano, que está detenido en el tiempo. Hay buenas playas, aunque he visto mejores. Y buen tiempo, pero en el Caribe no es sorpresa. trivia_it_return

Quizá mi opinión es un tanto relativa, pero estuve en un crucero que estuvo un día completo en Barbados. Sinceramente, no es una isla que se destaque respecto de otras. Las playas bonitas son muy pocas y no llegan a hacerle media sombra a las de Islas Vírgenes, Punta Cana ni Cancún. Por otra parte no tiene paisajes de montaña, lo que a veces compen-

sa cuando no hay playas preciosas. Encima es todo carísimo y el idioma puede ser para varios algo limitante también. En definitiva, pagar unos 3000 dólares por una semana con todo incluido, cuando en otros destinos como Punta Cana se consigue a 1800, me parece simplemente tirar la plata. claudiofernandez

Como cada domingo, desayuné con el suplemento Turismo y leí con especial interés la nota sobre Barbados, ya que además de ser una apasionada del Caribe, fue justamente la isla que visité para mis vacaciones en enero último. Si bien la nota resultó muy amena y completa, desearía hacer algunos comentarios. Sin duda la isla es bellísima y presenta rasgos únicos que la distinguen. Comparto la recomendación del Accra Resort, que fue el que elegí para mi estadía. En cuanto a “Caribe Mejor conectado”, quizás su experiencia con Gol fue positiva; lamentablemente, la nuestra fue terrible. Un viaje que suponía 10 horas, tardó en mi caso tres días: tuvimos que dormir una noche en San Pablo, la siguiente en Brasilia y terminar volando vía Miami. Como teníamos dos semanas de vacaciones, la ecuación resultó: 3 de pe-

sadilla y 11 y medio de paraíso, pero la promesa de “una semana completa de sábado a sábado” que publica la nota puede transformarse en apenas dos días de descanso para reponerse de un peregrinaje absurdo en caso de que el pasajero tenga la “mala suerte” de perder la conexión, si es que el primer tramo se demora, existiendo sólo un vuelo semanal desde San Pablo. No quiero imaginar siquiera si el pasajero en cuestión no cuenta con visa para EEUU. Además, Brasil exige que los pasajeros de todo vuelo en conexión hagan migraciones y aduana en el primer punto del país, o sea San Pablo. La compañía me había informado lo contrario. Esto reduce sustancialmente el tiempo disponible para alcanzar la conexión.

¡NO SE P I E R DA N !

Marina Dumeau

Por Martha Petruccelli

Bilbao gratis, aunque sin querer En la hermosa Bilbao recorrimos el casco viejo y compramos en la casa Gorostiaga dos txapelas (boinas típicas). Seguimos paseando algunas horas más y volvimos en el tranvía (cómodo, limpio y prolijo) hasta Abando, para ir a Las Arenas, donde nos hospedamos. Al llegar a San Mamés notamos con disgusto que habíamos perdido el bolso. Tomamos resignados el metro para llegar a destino y allí encontré, en una folleto de información turística, el número de la empresa de tranvías. Llamé con el celular preguntando por nuestra bolsa de compras, y me respondieron con toda gentileza que allá estaban las txapelas. Así que fuimos a buscarla. Otra vez metro, tranvía, casco viejo... Y con una sonrisa, la empleada nos entregó la preciada compra. El día que partíamos de Bilbao co-

mentamos con unos primos la seguridad y honradez de la empresa tranviaria. Y agregamos sorprendidos que todo ese recorrido lo habíamos hecho. “¿Cómo, gratis?”, nos preguntaron más sorprendidos. “¡Hay que

pagar!” Nosotros no sabíamos y por ignorantes viajamos sin pagar toda nuestra estada. Ya no cabían disculpas ni posibilidad de cancelar la deuda. Avergonzados volvimos a Madrid.