Hasta 2009 no habrá juicio por Malvino

La investigación no está parada y todas y cada una de las ... hijos en el Hospital de Pilar. Apuntó sus ... oficiales ob
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Información general

Página 18/LA NACION

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Sábado 19 de enero de 2008

LA NACION en Ferrugem: a dos años del asesinato del joven argentino en Brasil

Hasta 2009 no habrá juicio por Malvino La nueva fiscal impulsa la causa y tomará declaración a seis argentinas que vieron cómo murió Ariel tras ser golpeado

“Aquí se reclama que se haga justicia”

Por Gustavo Carabajal Enviado especial GAROPABA.– La nueva fiscal del caso por la muerte de Ariel Malvino, Roberta Mesquita e Oliveira, quiere evitar que prescriba la causa contra los tres correntinos acusados de su presunta participación en el asesinato del joven estudiante porteño en la cercana playa de Ferrugem. Pero, en los tribunales de esta ciudad se anticipó que el juicio oral contra ellos no se realizará este año. Los tres procesados, Andrés Gallino, Horacio Pozo (h.) y Eduardo Braun Billinghurst, integrantes de familias tradicionales de Corrientes, siguen en libertad porque Eliane Alfredo Cardoso Luis, la anterior jueza de la causa, ahora reemplazada por Claudia Ribas Marinho, no requirió su detención. Según la reconstrucción del hecho realizada por el fiscal anterior, Fabio Fernández de Oliveira Lyrio, habría indicios de que el 19 de enero de 2006 Gallino habría discutido y empujado a Ariel, mientras que Pozo (h.) le habría pegado una trompada en la nuca a la víctima, que cayó noqueada y golpeó la cabeza contra el piso. Según la acusación del fiscal, basada en las declaraciones de por lo menos ocho testigos directos, Braun Billinghurst habría tomado una de las tres piedras ornamentales que estaban en la vereda de la posada Mauna Loa y la habría arrojado contra la cabeza a Ariel, que estaba tirado en el pavimento de cemento y piedras y tenía convulsiones, producto del puñetazo y por el impacto contra el piso. Tanto para el fiscal como para la jueza Cardoso Luis, Gallino y Pozo habrían sido los presuntos responsables de “lesión corporal seguida de muerte”, delito para el cual se prevén penas de entre 6 y 12 años de prisión. La imputación contra Braun Billinghurst es más grave: homicidio calificado que, según el Código Penal de Brasil, se castiga con entre 8 y 30 años. En las distintas declaraciones indagatorias que realizaron en el juzgado federal de Corrientes, los acusados sostuvieron que esa noche lo único que ocurrió fue un incidente callejero entre jóvenes que terminó en tragedia cuando la víctima se golpeó accidentalmente la cabeza contra el pavimento.

Caso demorado La nueva fiscal confirmó a LA NACION que fue designado el perito para traducir esas declaraciones y que el jury –como se llama en Brasil al juicio oral–, no se realizará antes del año próximo por las demoras con las traducciones de las declaraciones de los acusados y por cuestiones burocráticas.

El pedido de un posadero de Ferrugem

FOTOS DE RICARDO PRISTUPLUK (ENVIADO ESPECIAL) Y ARCHIVO

La fiscal Roberta Mesquita e Oliveira, con los nueve cuerpos del expediente Malvino en sus manos

Un testigo señala el lugar donde cayó muerto Ariel

Ariel Malvino

“El hecho de que los tres imputados no tengan residencia en Brasil demoró mucho el proceso. Será muy difícil que este año pueda ser convocado el jurado para el juicio. Todavía falta traducir las declaraciones interrogatorias. Luego debo tomarles declaración nuevamente a las seis jóvenes argentinas que fueron testigos del asesinato de Ariel. Para eso deberé enviar una carta rogatoria al Ministerio de Justicia de Brasil, desde allí el documento pasará a la Cancillería brasileña, que lo remitirá a la Cancillería argentina, y de allí a los tribunales federales locales correspondientes, hasta llegar a los

En los próximos meses, tras analizar las indagatorias, las testimoniales de las seis argentinas que presenciaron el hecho y lo que digan los testigos propuestos por las defensas de los imputados, la jueza Ribas Marinho deberá decidir si existen pruebas para convocar al jurado, integrado por siete vecinos de la zona. Para que se realice el juicio oral, los tres acusados deberán viajar a esta ciudad. Si no aceptan venir a Brasil, el juicio no se podrá concretar. Entonces, la jueza podría pedir las capturas internacionales y las extradiciones de los imputados. Pero, atento al pulso de la causa, para eso falta mucho aún.

domicilios de las testigos”, explicó la fiscal. Durante la charla con LA NACION en su despacho del primer piso del Forum de Justicia de esta ciudad, la fiscal afirmó que trabajará para evitar la prescripción de la causa. “Existen varias alternativas en el proceso penal que impiden que la acusación prescriba. La investigación no está parada y todas y cada una de las diligencias que se han realizado sirvieron para interrumpir los plazos de la prescripción. No obstante, me preocupan las trabas burocráticas que tenemos, con las demoras en las respuestas a las cartas rogatorias”, explicó.

FERRUGEM (De un enviado especial).– “Aquí se reclama que se haga justicia con Ariel Malvino.” Lo dice José Luis Nieto, un abogado brasileño, hijo de españoles, dueño de una posada situada a pocos metros de la esquina en la que fue asesinado el joven bonaerense. “Existen tres acusados del homicidio que deberán ser sometidos a juicio para determinar si fueron o no los responsables de asesinar a Ariel. Aunque, en principio, hay muchos testimonios que los comprometerían. En Ferrugem queremos que el juicio se realice lo antes posible y que se condene a lo culpables porque queremos que se haga justicia por Ariel”, manifestó Nieto, mientras señalaba el lugar en el que cayó la víctima, luego de ser golpeada por uno de los tres acusados. “Después de golpearlo en la nuca y mientras estaba tirado en el piso, otro de los correntinos que habrían sido señalados por los testigos le tiró una piedra en la cabeza. Creo que cuando le arrojaron la piedra Ariel estaba con vida, porque tenía convulsiones, según me contaron”, relató Nieto, al tiempo que con sus brazos simulaba el movimiento realizado por uno de los imputados para tomar la piedra y arrojarla contra la víctima indefensa. Si bien en la calle principal de este balneario no existe ninguna marca que indique el lugar en el que fue asesinado Malvino, comerciantes, vecinos y policías coinciden en que después del homicidio hubo cambios drásticos en el pueblo. “Los bailes terminan a las 5. A esa hora de la madrugada se cierra la disco y todos se van para afuera. Además, se reforzó la vigilancia policial para prevenir incidentes. Durante

las noches, diez policías recorren las dos cuadras en las que se juntan los jóvenes para evitar peleas”, explicó Gilberto Tolentino, tercer sargento de la delegación de la Policía Militar en este balneario de playas amplias y arena blanca. Nieto y Sadi Batistella coincidieron en que luego del asesinato de Ariel disminuyó la cantidad de turistas argentinos en Ferrugem. Según Nieto, con respecto a hace dos años, cayó un 50 por ciento la cantidad de reservas desde la Argentina. Aunque ambos reconocen que la disparidad cambiaria entre el peso argentino y el real brasileño también provocó que muchos jóvenes no elijan esta playa, situada a diez kilómetros de Garopaba. Durante la recorrida que hizo LA NACION por Ferrugem, Nieto como Batistella aceptaron hablar del caso Malvino, pero otros vecinos, como el propietario de la posada Mauna Loa, situada frente al lugar en el que fue asesinado Ariel, dijeron recordar el homicidio aunque se negaron a hablar de él e, incluso, dieron a este enviado datos errados para desviarlo de la escena del crimen. “En la actualidad muchos jóvenes argentinos que llegan a Ferrugem me preguntan dónde mataron a Ariel, quieren saber y no se olvidan. Yo les explico que acá tampoco nos olvidamos. Resulta imposible olvidar una tragedia como esa, especialmente si se tiene en cuenta que los acusados siguen libres. Además, quiero aclarar que acá nunca se protegió a nadie ni existió ninguna conspiración, y desde el homicidio de Ariel, en Ferrugem cambiaron muchas cosas. Antes había caos, ahora, domina el orden”, concluyó Nieto.

Preocupación ■ Juan Carlos García Dietze, abogado de los padres de Ariel Malvino, manifestó que tiene confianza en la justicia brasileña, aunque dijo estar preocupado sobre la posibilidad de que el paso el tiempo atente contra la realización del juicio oral. “Tengo una enorme confianza en la fiscal Roberta Mesquita e Oliveira. Tanto ella como su colega Fabio Fernández de Olieira Lyrio han actuado con eficacia. Pero la preocupación de la familia Malvino y mía radica en que cuestiones burocráticas ajenas a la justicia brasileña puedan dilatar los plazos, y cuando el tiempo pasa resultará difícil que se haga justicia”, señaló.

En Rosario

El crimen en el barrio El Remanso

El ex marido de Rosana y la familia cruzan acusaciones

Un delegado consular español fue amenazado

La clave son las relaciones de la víctima

Creen que es por un caso contra policías

Por Hernán Cappiello De la Redacción de LA NACION Los investigadores del crimen de Rosana Edith Galliano, de 29 años, ahondan en las relaciones sentimentales de la víctima para descubrir al asesino, mientras la familia de la mujer y su ex marido se acusan mutuamente de tener relación con el homicidio. Lejos de respirar la tranquilidad del barrio El Remanso de Exaltación de la Cruz, en el kilómetro 73 de la ruta 8, el destacamento policial de Parada Robles, a sólo tres kilómetros de aquél, estuvo en ebullición. Allí, el fiscal Marcelo Pernici instaló su búnker. Las pistas que sigue apuntan al ex esposo de la víctima, José Arce, de 59 años, dedicado a la venta de huevos y que anda en una camioneta gris de doble tracción, y a un jardinero que vive a 500 metros del chalet donde se produjo el crimen, y que mantuvo una relación sentimental con la víctima. A última hora, una tercera persona apareció en la lista: la última pareja de Rosana, un hombre identificado como Oscar, al que, sin embargo, los investigadores tienen prácticamente descartado como presunto autor del hecho, dijo anoche a LA NACION una fuente ligada al caso. Mientras, se espera que a fines de la semana próxima se conozca a quién o quiénes pertenecen los teléfonos desde los cuales se llamó a la víctima la noche del crimen, justo antes de que saliera de su chalet al jardín, para tener mejor señal, y recibiera los cuatro disparos que acabaron con su vida. De todos modos, Arce ayer admitió que fue él quien hizo esa última llamada.

“Era sabido que en la casa no había buena señal de celular”, dijo el fiscal Pernici. Hubo otras llamadas que se espera identificar. Además, en la casa de encontró un pulóver que pueda pertenecer al ex marido de la víctima.

Arce, sin pelos en la lengua Ayer, Arce, un hombre áspero, calvo, salió al cruce de las sospechas que se tejieron en su contra. Ratificó que a las 21.50 del miércoles, cuando se produjo el crimen, estaba con sus hijos en el Hospital de Pilar. Apuntó sus sospechas directo al grupo familiar. “Ellos me implantaron (sic) un pulóver”, dijo a la prensa. Tampoco se privó de ventilar la vida sexual de su ex esposa ni de hablar del divorcio controvertido que llevaban adelante. En ese proceso, Rosana reclamaba bienes por 700.000 dólares, dijo el abogado de Arce, Ramiro Rúa. En ese proceso, una medida judicial impedía al ex marido acercarse a menos de 300 metros de la occisa, aunque sí podía ver a sus hijos, de 3 y 6 años. “Los cuernos míos son más grandes que un árbol”, se quejó Arce, y apuntó a un eventual amante despechado como autor del crimen. “Siempre he amado a mi mujer. La relación concluyó cuando yo me enteré de que mi señora me era infiel con el jardinero... el «yankee»”, dijo Arce, antes de agregar: “No conozco a nadie que se muera por cornudo”. El jardinero también había trabajado para él y lo conocía bien; dijo Arce que pasaba más tiempo en su casa que en la propia. Según Arce, la boleta de teléfono reveló que había 1200 llamadas entre el jardinero y Rosana.

GUSTAVO SEIGUER

La casa de Rosana Galliano, frente a la cual fue asesinada en la noche del miércoles

Fue su abogado, Rúa, quien apuntó a la familia de Rosana: “Tenemos serias y fundadas sospechas de la familia y del jardinero porque ¿cómo puede ser que la hermana, que estaba al lado de ella, no tenga ni una mancha de sangre? ¿Ve que le disparan, cae gravemente herida y no se acerca?” El concubino de la hermana de Rosana, deslizó, es policía federal, custodio de un juez federal. “Los familiares viven en forma muy carenciada e inculpar a Arce los puede beneficiar en dos aspectos: se quedarían con la fortuna de Arce y, además, con los hijos”, deslizó el abogado, que no descarta que pueda ser éste un crimen por encargo. En el sepelio de Rosana, en Hurlingham, todo ayer era dolor e indignación contra Arce. El padre de la víctima, José Galliano, dijo que él hacía ostentación de sus armas, a pesar de que no tiene registrada una pistola como la usada en el crimen. “Fue ese hombre [por Arce] el que la mandó matar”, lanzó, llorando, una pariente.

Rosana, la noche de su boda

José Arce, ayer, en TV

ROSARIO (DyN).– El canciller del Consulado de España en Rosario, Gerardo Hernández Llanes, denunció ante la Justicia haber recibido amenazas de muerte en forma telefónica, tras lo cual la policía provincial dispuso una custodia permanente en su vivienda y en la sede diplomática. Fuentes judiciales dijeron a DyN que la denuncia fue radicada ante la jueza de instrucción penal Raquel Cosgaya y manifestaron que en el llamado anónimo el canciller fue calificado de “buchón” y le advirtieron que podía terminar “tirado en una zanja”. En tanto, el Ministerio de Seguridad provincial y el jefe de la policía rosarina, comisario Ricardo Ruiz, tomaron inmediata intervención y ordenaron a las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) una custodia permanente en la casa y en el lugar de trabajo de Hernández Llanes, que cumple funciones administrativas como canciller desde hace más de 30 años y no es diplomático, según explicaron voceros del Consulado General de España. Las fuentes estimaron que las amenazas podrían estar vinculadas a la asistencia que el canciller prestó el sábado último a dos turistas, uno de ellos de nacionalidad española, que habían denunciado a ocho policías de la Patrulla de Caminos por extorsión, privación ilegítima de la libertad y robo. Los turistas dijeron haber sido interceptados por los policías en el peaje de General Lagos, de la autopista que une Rosario y Buenos Aires, y que los suboficiales obligaron al español a retirar dinero de un cajero automático. Pasado mañana, los acusados –que se negaron a declarar y están libres– participarán de una rueda de reconocimiento.