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el mundo

| Domingo 26 De enero De 2014

un año clave para brasil | preparativos y quejas Con una inflación en alza, el costo de vida en la ciudad se disparó tanto que los cariocas comienzan a organizarse para boicotear a los empresarios y comerciantes y tratar de frenar el descontrol de precios; temen que tenga un fuerte impacto sobre el turismo

Guerra al Mundial. Río se rebela contra los abusos y la economía de la Copa Texto Alberto Armendáriz (Corresponsal en Brasil)|

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o sólo en la Argentina el índice oficial de la inflación tiene poca relación con lo que realmente se paga en las calles. En Brasil, y sobre todo en Río de Janeiro, a medida que se acerca el Mundial de fútbol, de junio próximo, cada vez se ven más precios “surrealistas” que han puesto a la gente en pie de guerra para combatir estos abusos a través de boicots organizados por las redes sociales. Considerado parámetro tradicional de la economía de Río de Janeiro, el coco en las playas cariocas, que hasta principios de diciembre se conseguía a 4 reales (1,6 dólares) ahora ya se vende a 6 reales en los quioscos de Copacabana, Ipanema y Leblon. Para comprar una botellita de agua, que hasta hace unos meses costaba 3 reales en la rambla, ahora hay que desembolsar 5 reales, mientras que en los supermercados se puede comprar por 1,7 reales. Las caipirinhas, en tanto, saltaron de entre 7 y 10 reales a entre 15 y 20 reales, mientras que la inflación oficial se supone que cerró el año pasado a 5,91 por ciento. “No se trata sólo de una cuestión de inflación o del natural aumento de los precios en el verano, ahora ya estamos frente a una descarada especulación por parte de muchos comerciantes”, señaló a la nacion la curadora de arte Daniela Name, de

40 años, creadora junto con sus amigos Flavio Soares y Andrea Cals de la página de Facebook Rio $urreal-Não Pague, que recoge denuncias de precios abusivos en la Cidade Maravilhosa, y en apenas una semana ha sumado más de 126.000 seguidores. Ayudó que a dos colaboradores de la página, la periodista Patricia Kalil, de 35, y el diseñador de páginas web Toinho Castro, se les haya ocurrido ilustrar el sitio con fotos de billetes de reales en los que la imagen de la república fue cambiada por la cara de Salvador Dalí, uno de los artistas más destacados del movimiento surrealista. Los “$urreales” se volvieron virales en Internet y ahora hasta hay cariocas que dibujan los característicos bigotes de Dalí sobre el rostro de la república en las monedas brasileñas. “La imagen sirvió para que la gente tome conciencia de cómo muchos productos y servicios están fuera de la realidad que vivimos en Brasil. Esto es insostenible en el largo plazo”, afirmó Kalil, quien contó que ha sido contactada estos días por un grupo que quiere organizar un bloco de carnaval –comparsa callejera– con el nombre de “Rio $urreal”. La iniciativa comunitaria carioca se basa en una experiencia que surgió el año pasado en San Pablo, con la página de Internet Boicota

SP, creada por el publicista Danilo Corci y que llamaba a los paulistanos a boicotear aquellos establecimientos que cobraban más de lo normal. Hoy ya hay sitios web similares en Brasilia (Brasilia Surreal), Curitiba (Curitiba Honesta), Belo Horizonte (BH Surreal) y Recife (Boicota Recife), mientras que están en proceso de lanzarse páginas en Salvador y Porto Alegre; todas ellas, ciudades

“No se trata sólo de inflación; estamos ante una descarada especulación” que serán sede del Mundial, entre el 12 de junio y el 13 de julio. “En un primer momento es un desahogo en las redes sociales, pero la tendencia es que el efecto llegue al bolsillo de los empresarios”, apuntó Corci, de Boicota SP. Por ser un lugar turístico por excelencia, que recibirá varios partidos mundialistas, entre ellos la final, y, además, en 2016 los Juegos Olímpicos, en Río de Janeiro es donde se están dando los mayores abusos, como reportan los seguidores de “Rio $urreal-Não Pague” y de la página

“Não pago preço absurdo”, ideada por la periodista Luciana Medeiros y la arquitecta Heloisa Alve. Allí se registran fotos con menús del bar Belmonte con un bife con papas fritas por 93 reales, casi lo que cuesta un rodizio libre de carne en el tradicional restaurante de espeto corrido Porcão; se advierte que el postre de banana con helado en el restaurante Aprazível, en el barrio de Santa Teresa, cuesta 31 reales, y que mientras el café del aeropuerto Tom Jobim cobra la gaseosa a 6 reales, se puede conseguir por la mitad en una de las máquinas expendedoras. “La gente tiene que rehusarse a pagar estos precios exorbitantes. Los comerciantes no tienen vergüenza; están aprovechándose de los turistas y volviéndonos la vida carísima a los cariocas también”, se quejó Medeiros, que desde su página apoyó ayer otra iniciativa para boicotear el alto precio del alquiler de sombrillas y sillas en las playas, al exhortar a la gente a que las lleve desde sus casas. Las mafias Mientras cortaba un coco a un turista estadounidense, Russo, el empleado del quiosco Miltão, en el popular Posto 9 de Ipanema, explicaba que ellos también son víctimas de la “mafia del coco”, que se los cobra 4 reales por unidad cuando obtienen

cada fruta por menos de 2 reales. “Todo está costando más caro para todos y los precios seguirán subiendo”, sentenció, resignado. Sin entender mucho la conversación del quiosquero con este diario, pero con cara de felicidad por poder aplacar su sed en medio del calor de 42º, Todd Steinhart, de 31 años, de Chicago, se limitó a señalar que estas vacaciones en Río le estaban costando más caras que en Miami o en alguna isla del Caribe. “Me encantaría volver para el Mundial, pero supongo que entonces los precios estarán aun más caros. Es absurdo porque los servicios aquí son muy malos”, destacó. Pese a todo, los expertos no creen que estos disparatados precios afecten mucho la tasa de inflación de este año en Brasil, que se estima estará entorno a 6%, muy cerca del techo de la meta establecida por el gobierno de Dilma Rousseff, en 6,5 por ciento. “Los índices de inflación se confeccionan en productos que están ligados a estratos de renta más bajos, que no son los que normalmente acceden a estos productos y servicios. El impacto de estos abusos en la inflación será pequeño. Donde sí puede haber un efecto mayor es en los pasajes aéreos y paquetes turísticos”, advirtió el economista Rafael Costa Lima, profesor de la Universi-

dad de San Pablo y coordinador del índice de precios al consumidor de la Fundación Instituto de Investigaciones Económicas (FIPE, por sus siglas en portugués). Es justamente por ese temor que en los últimos dos meses el gobierno acordó con las aerolíneas brasileñas (TAM, Gol, Azul, Trip y Avianca) un aumento de la oferta de pasajes durante el Mundial, con 1973 nuevos vuelos aprobados, que permitan mantener la mayoría de los trechos en un precio máximo de 999 reales. Y actualmente está en tratativas con las asociaciones hoteleras para fijar también precios máximos, con base en lo que se cobra durante la temporada alta. “Empresarios y comerciantes tienen que encarar con seriedad su negocio, fidelizar los clientes, pensar en el largo plazo y cautivar a los turistas. Los que vengan por primera vez a Brasil tienen que querer volver. No se puede pretender engañarlos con precios abusivos, que perjudican la imagen del país”, apuntó Cidinha Campos, secretaria de Protección y Defensa al Consumidor de Río de Janeiro, quien aplaudió las iniciativas comunitarias cariocas para denunciar altos precios, aunque se lamentó de que apenas tiene 15 agentes para fiscalizar lo que se cobra en toda la Cidade Maravilhosa.ß

Regresan las marchas contra el gobierno de Dilma Los manifestantes, que protestaron en 36 ciudades, cuestionan los gastos públicos RÍO DE JANEIRO (De nuestro corresponsal).– Con una participación muchísimo menor a la de las masivas manifestaciones que sacudieron al país en junio del año pasado, y con actos de violencia aislados, miles de brasileños salieron a las calles para protestar por los enormes gastos públicos para el Mundial de fútbol. La convocatoria “No habrá Copa”, realizada a por el grupo Anonymous Brasil a través de las redes sociales, y que puso en estado de alerta al gobierno de Dilma Rousseff, se extendió por 36 ciudades, entre ellas San Pablo, Río de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte, Porto Alegre, Curitiba, Salvador, Fortaleza, Recife, Natal, Manaos y Cuiabá, las 12 sedes en las que se disputarán los partidos de la Copa a partir del 12 de junio. “¡Fuera FIFA!”, “Dilma, mira y escucha, en la Copa habrá lucha”, cantaban los manifestantes, que en la marcha más grande de todas, en San Pablo, apenas superaban las 2000 personas. Los carteles y lemas que se escuchaban coincidían en criticar la celebración del Mundial mientras Brasil sufre graves problemas en servicios públicos como salud, educación y transporte. Ante la posibilidad de que las protestas acabasen en desórdenes, en todos los actos había una fuerte presencia policial, con fuerzas de choque incluidas, preparadas para reprimir con gases lacrimógenos y balas de goma. Hasta el cierre de esta edición, la respuesta policial sólo fue necesaria en San Pablo, donde un auto fue quemado y dos agencias

Retrasos en la construcción de aeropuertos ^b^b^ Wellington Moreira Franco, ministro de Aviación Civil, se quejó por los atrasos de las empresas a cargo de las mejoras de los aeropuertos y admitió que, por lo menos, una terminal no estará como se había previsto cuando empiece el Mundial. ^b^b^ Hacia diciembre, en Fortaleza, las obras (valuadas en 135 millones de dólares) habían avanzado apenas un 25%. Mientras que en Cuiabá resta completar un 52% del aeropuerto.

bancarias atacadas por un grupo de los temidos Black Blocs, anarquistas vestidos completamente de negro, con los rostros cubiertos, y que el año pasado protagonizaron destrozos y fuertes choques con la policía. En la zona de la emblemática Avenida Paulista, en San Pablo, donde se concentraron los manifestantes, muchos comerciantes decidieron cerrar sus tiendas por temor a que hubiese mayores enfrentamientos y actos de vandalismo. “Ya tuvimos problemas en otras manifestaciones. Vamos a cerrar las puertas hasta que pase el tumulto”, señaló a la prensa la vendedora Carolina Ferreira, mientras desde lo alto, un par de helicópteros policiales monitoreaba la situación. En Río, la marcha comenzó frente al elegante hotel Copacabana Palace, protegido por vallas metálicas y un gran operativo de seguridad policial. Los manifestantes no alcanzaban las 500 personas y eran liderados por un hombre vestido de Batman, personaje que aquí ya se ha vuelto característico en este tipo de “reclamos justicieros”. Del otro lado de la Avenida Atlántica, los bañistas miraban con cierta curiosidad la congregación. “Es importante que la gente deje de ser pasiva para salir a quejarse por las cosas que no funcionan. Celebrar el Mundial no debería ser una prioridad del gobierno”, dijo a la nacion la estudiante Thalía de Oliveira, 15, quien llevaba un cartel con la leyenda “¿Una Copa para quién?” A su lado, el ingeniero eléctrico Eduardo Silva Afonso, 31, agitaba una bandera brasileña con una mancha negra. “Brasil es un país rico cuya riqueza no es distribuida al pueblo, que sufre malos servicios básicos de salud y educación. No deberíamos estar celebrando un Mundial sino trabajando para volver más eficientes los servicios públicos”, subrayó. Al ser consultado sobre si la violencia de las protestas del año pasado podrían haber alejado a mucha gente del movimiento, el Black Bloc Bernardo Cunha, 16, apuntó que los enfrentamientos siempre empezaron por la represión policial y que ellos sólo se defendieron. “Creo que esta vez vino poca gente porque se trata del primer acto, todavía falta tiempo para el Mundial y están disfrutando del verano, hace mucho calor y no tienen ganas de estar en las calles. Pero una revolución sin guerra ni sangre no existe.”ß

En San Pablo, unas 2000 personas participaron de la marcha, que estaba vigilada por una mayor cantidad de policías

En Río, un llamado a los turistas a que eviten el Mundial

La violencia llegó al fin de la marcha, en San Pablo

Los precios, sin freno Indignados, los habitantes de Río de Janeiro publican los aumentos de varios productos y servicios en las páginas de Facebook Rio $urreal – Não Pague y Não pago preço absurdo

El vaso de açaí

Un coco en la playa

Estacionamiento en Lapa

Buffet en un restaurante

6,90 R$

4R$

13 R$

40 R$

9 R$

6R$

30 R$

51,9 R$

En noviembre

En diciembre

En agosto

En diciembre

En octubre

En diciembre

En noviembre

En diciembre

fotos de afp