Grave crisis médica Clemente Orellana Sáenz, MD En ... - PoliFiccion

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Grave crisis médica Clemente Orellana Sáenz, MD

En mis 44 años de vivir en el mundo médico desde que inicié mis estudios de Medicina en 1970 hasta mi graduación de médico en 1977, nunca he sido testigo de lo que en el año 2014 estamos atravesando los médicos del Ecuador, debido al nuevo Código Orgánico Integral Penal (COIP) después del veto presidencial, el mismo que no modificó el texto del artículo 146 referido a homicidio culposo por mala práctica profesional “Será sancionado con pena privativa de libertad de tres a cinco años si la muerte se produce por acciones peligrosas, innecesarias o ilegítimas” Estas tres palabras: peligrosas, innecesarias o ilegitimas son en esencia el disenso entre el ejecutivo y gremios de médicos al convertirse en subjetivas y poder ser interpretadas por jueces, fiscales y potenciales pacientes y familiares de los supuestos afectados en contra del médico y/o miembros del equipo de salud que intervinieron en el acto médico. Todos los médicos estamos de acuerdo en que los probables actos de mala práctica médica no queden en la impunidad, pero no se puede poner una “espada de Damocles” encima de la cabeza del médico que pueda terminar con toda una vida dedicado a salvar vidas en un juicio con juzgadores que desconocen el dificilísimo y complejo mundo de la medicina y el quehacer diario de la misma. Se ha producido una ola de renuncias especialmente de los médicos que trabajan en las unidades operativas del Ministerio de Salud Pública (MSP) y con toda probabilidad de aquellos colegas que pertenecen al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).Existe una carencia de médicos especialistas que afecta severamente al sistema nacional de salud pública, lo cual se agravará con ribetes de pesadilla y tragedia si se efectiviza la renuncia de los que quedan después de la salida masiva en meses pasados de los mejores médicos que por la edad, experiencia y conocimientos eran los pilares de la educación médica continuada de los estudiantes y médicos jóvenes dentro del marco filosófico de enseñanzaaprendizaje en dos vías en una intima integración de las nuevas generaciones con los que ahora pasamos los sesenta años, como así sucede en todo el mundo.

Que el gobierno tiene 700 médicos de países amigos listos a reemplazar a los médicos nacionales es una utopía que no pasa de ello, son profesionales que desconocen el medio, la cultura, la idiosincrasia, la forme de ser del paciente ecuatoriano. Nosotros los médicos ecuatorianos estamos ligados a los pacientes desde que éramos jóvenes casi niños cuando a los 18 años iniciamos los estudios de la profesión más noble, sacrificada, solidaria, para a través de los años envejecernos con ellos, blanquear nuestras cabezas de sabiduría, reflexión, ternura, nobleza y entrega, en un acto de vocación profunda, porque al final de la jornada no tenemos dinero, tampoco seguro y estamos expuestos a una vejez de pobreza, con el corazón cargado del “mucha gracias, que Dios se lo pague” de los cientos de miles de pacientes que algún día les arrancamos de las manos de la muerte y que gracias a nosotros están vivos y pueden disfrutar del derecho más preciado “tener más años dignos de vivirse” o bien morir porque nuestra existencia finita así lo determina, no existe la inmortalidad y todos tenemos que irnos de éste mundo. C_Orellanahotmail.com