Fecha: 20/03/17 ¿De qué hablamos cuándo hablamos de ...

20 mar. 2017 - Cuando interactuamos online y mantenemos conversaciones ... las que nos comunicamos es definirnos y gesti
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Instituto Superior del Colegio de Gestores de la Provincia de Buenos Aires La Plata – DIPREGEP Nº 7598 MATERIA: EDI III

Fecha: 20/03/17

¿De qué hablamos cuándo hablamos de comunicación?

La comunicación se entiende normalmente como una herramienta para que los procesos sean más armoniosos y ello da como resultado una tendencia a mostrar conclusiones y transmitir eficiencia. En la práctica esto se traduce en comunicados de prensa, entrevistas en la radio… lo que en el foro llamamos la cara “facebook” de los procesos. Desde esa perspectiva, cuando la comunicación deja de ser armoniosa o cuando hay periodos de incomunicación, decimos que la comunicación se ha roto o que no hay comunicación. Parece que se nos escapa que la comunicación también es opaca y supone conflicto, simplemente porque entablar un diálogo para avanzar en la resolución de un problema, abre la puerta a otras visiones del mundo, a menudo contrapuestas. En el caso de la comunicación normalmente se da por hecho, pero basta indagar un poco para darnos cuenta que no significa lo mismo para todos, incluso cuando la acotamos a un ámbito concreto. En su obra Dialogue and Development, Gustavsen (1992) Afirma que el lenguaje es una herramienta que influye en nuestra práctica, que el desarrollo del lenguaje y el desarrollo de nuevas prácticas están unidos y que en esa relación mutuamente dependiente, el diálogo funciona como mediador. Si queremos fortalecer el papel de la comunicación como facilitadora de procesos de desarrollo quizás lo primero que tenemos que hacer es iniciar un diálogo que nos permita construir significados compartidos en torno a qué es comunicación. Cambiar la forma en que comunicamos para mejorar nuestro impacto, pasa por saber de qué hablamos cuando hablamos de comunicación. Todos hablamos y todos escuchamos y eso es clave, que exista reciprocidad. Pero no solo comunicamos cuando hablamos o escuchamos, también existe la comunicación no verbal (los gestos, el modo de decirlo, etc.) Sentimientos o emociones propias de familias: resentimiento, culpa, vergüenza, orgullo, ira, enojo… Y la clave para la recuperación es empezar por aquello que se destruyó en primer lugar: la comunicación. La comunicación se debe conseguir día a día porque sino luego no podremos echar mano de ella cuando haya realmente un problema.

Hablamos para crear lazos sociales, para afianzar relaciones con nuestros amigos o conocidos. Cuando interactuamos online y mantenemos conversaciones estamos demostrando a la otra persona que la consideramos lo suficientemente interesante como para hablar con ella, actualizamos nuestro estado en Facebook para informar y crear conexión con aquellos que lo lean, la mayor parte del tiempo lo importante es la conversación que nace de una publicación que la publicación en sí. “Más que el acto de compartir contenido, las campañas de marketing necesitan promover conversaciones”. – Hablamos para ayudar a otros, para dar voz a otros, para demostrar que nos preocupan situaciones que incluso puedan no afectarnos directamente. Es una acción totalmente altruista que se demuestra en diversos estudios de psicología social en los que usuarios de redes sociales comparten informaciones que piensan que pueden ayudar a otras personas aunque puedan afectar negativamente a la propia imagen. De la misma manera, debemos idear campañas de marketing que promuevan la solidaridad entre las personas. Hablamos para gestionar la forma en que nos perciben, o sea nuestra reputación. La gran parte de las informaciones que se comparten en las redes son informaciones referentes a nuestra vida personal y a la de las personas que conocemos (95%) siempre desde una perspectiva positiva, ya que al hablar bien de una persona y de sus actuaciones su reputación se torna positiva. Nuestra identidad y nuestra imagen se redefinen constantemente ya que con cada publicación mostramos un rasgo de nuestro carácter y de nuestra personalidad diferente. Es por esto que uno de las razones principales por las que nos comunicamos es definirnos y gestionar nuestra reputación online.

Hábitos negativos cuando hablamos: -No generalizar: tú siempre, tú nunca… -Criticara la persona, en vez de su conducta -Gritar o alzar la voz -Acusar, culpar, insultar, avergonzar, ridiculizar, etc. -Adivinar, presuponer, rastrear el pasado -Usar el sarcasmo o la ironía -Salirse del tema de conversación -Abusar de los ‘deberías’ Hábitos negativos cuando escuchamos: -Pensar en otras cosas mientras nos hablan

-Prestar atención a dos cosas a la vez -Mostrar impaciencia -Interrumpir -No dejar acabar de hablar -Juzgar los mensajes -No mirar a la otra persona Sobre el uso del lenguaje en nuestro mundo contemporáneo: “Millones de palabras nos rodean, absolutamente vacías de significado (…) Como resultado, las formas expresivas sufrieron una enorme inflación. El porcentaje de clichés y muletillas compartidas, en las que nadie cree, se multiplica. En la civilización del teléfono, hablamos más y decimos menos. También es probable que en la civilización de la radio, la televisión y el cine, oigamos más y escuchemos menos”.

¿Hará falta algo más para decir que nos sobran modos de comunicarnos y nos está faltando el contenido profundo de lo que comunicamos?