Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo.UNT Núcleo ...

Título: RECURSOS VEGETALES EN UN SITIO CAZADOR DE LA PUNA MERIDIONAL. ARGENTINA. Autor: Guillermo A. Arreguez. Estudiant
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Universidad: Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo.U.N.T. Núcleo disciplinario/Comité académico/Tema propuesto por la Universidad Nacional del Litoral: Ciencias Políticas y Sociales. Título: RECURSOS VEGETALES EN UN SITIO CAZADOR DE LA PUNA MERIDIONAL ARGENTINA. Autor: Guillermo A. Arreguez. Estudiante avanzado de la carrera de arqueología. e-mail: [email protected] Palabras claves: Arqueología, Arqueobotánica, Recolección. Arqueología, Arqueobotânica, Coleção.

Introducción

El siguiente informe tiene como objetivo la identificación taxonómica de los restos vegetales provenientes del sitio arqueológico Peñas de la Cruz 1.1, ubicado en el departamento de Antofagasta de la Sierra, provincia de Catamarca. Entre los restos arqueobotanicos recuperados se encuentra una gran cantidad de semillas que podrían haber formado parte de la dieta vegetal de estos grupos sociales prehispánicos, se analizan en este trabajo cinco ejemplares recuperados en estratigrafía. La información actual acerca del poblamiento inicial del extremo sur de Sudamérica, por parte de grupos humanos, es una temática con diversos problemas aún irresueltos (Martínez, J.G., 2003). En cuanto a las investigaciones desarrolladas en el NOA, hoy se puede afirmar que las primeras ocupaciones humanas se remontan a casi 11.000 años AP. Desde que los primeros grupos humanos comenzaron a explorar y habitar la región del NOA, el desarrollo ocupacional y tecnológico fue un proceso continuo a través del tiempo, y a la vez particular para los diferentes grupos que ocuparon los diversos ambientes naturales de esta región (op. Cit.). La economía de subsistencia de estos grupos humanos tempranos de la microregion de Antofagasta de la sierra ha sido definida esencialmente como cazadora, complementada con la recolección de vegetales silvestres, ya que como mencionan Martínez y Aschero (2001), las evidencias del sitio Quebrada Seca 3 (QS3) permiten confirmar que la caza de camélidos fue la actividad de subsistencia principal, desde las primeras ocupaciones holocénicas registradas hacia 9.790 ± 50 AP. De las primeras excavaciones realizadas en el sitio PCZ 1.1, fueron recuperados diversos tipos de elementos vegetales, tales como haces de gramíneas, flores, hojas, tallos, fragmentos de astiles e intermediarios de proyectiles, cordeles, nudos, pero en ningún caso se identificaron restos de vegetales alimenticios (Martínez, J. 2003). La información y detección en el registro arqueológico, de recursos vegetales silvestres aptos para el consumo humano, aun es escasa y fragmentaria para los grupos holocénicos tempranos. Parte de esta dificultad surge, quizá, de problemas metodológicos para poder identificar en campo o laboratorio la evidencia macrobotánica, ya que las buenas condiciones de conservación presentes en el área, debido a las condiciones climáticas, deberían proporcionar información al respecto. Parte de este informe se propone brindar información acerca de esta problemática y mostrar evidencia de macrorestos vegetales posiblemente aptos para el consumo humano para este periodo, mostrando la importancia que tuvieron las estrategias de recolección en la subsistencia y movilidad de estos grupos.

El consumo de recursos vegetales de recolección debió ser una práctica muy desarrollada por estos grupos debido a su gran rango de movilidad; la aparente asimetría entre los recursos arqueofaunísticos y arqueobotanicos para estos momentos debería ser analizada tomando en cuenta distintos factores y variables. Más allá de la predominante dieta cazadora, es difícil pensar en una dieta exclusivamente en carnes con aportes mínimos de vegetales, mas si tomamos en cuenta la importancia que tuvo la recolección desde los primeros pobladores del NOA hasta los grupos sociales agropastoriles tardíos, es decir, que además de la importancia de la introducción de los vegetales en las estrategias de subsistencia de los grupos prehispánicos, se genero también, desde momentos tempranos, la paulatina modificación y selección de ciertos recursos vegetales que termino con la domesticación de las plantas. CARACTERISTICAS GENERALES DEL ÁREA DE ESTUDIO

La Puna es un extenso territorio conformado por planicies, mesetas y valles sedimentarios separados por numerosas cadenas montañosas, con cotas altitudinales superiores a los 3.000 msnm (Martinez J., 2005). Geológicamente, debemos decir que el área de estudio se ubica en la Puna austral (sensu Alonso et al. 1984) y su paisaje se caracteriza por la presencia de planicies suavemente onduladas, interrumpidas abruptamente por cordones montañosos (en sentido meridional) y conos volcánicos generados por eventos geológicos relativamente recientes en escala de tiempo geológica (García Salemi 1986; González 1992), aunque muy anteriores a la llegada de los primeros grupos humanos al área (Martínez J., 2005). Antofagasta de la Sierra es actualmente una pequeña localidad de aproximadamente 1500 habitantes, y es la cabecera del Departamento homónimo, en el sector NO de la Provincia de Catamarca, Argentina. La misma se ubica a 3.365 msnm en la Puna meridional argentina. La microrregión de Antofagasta de la Sierra (sensu Aschero et al. 2001) se caracteriza además por tener una cuenca endorreica dominada por un clima árido andino puneño, con escasas e irregulares precipitaciones estivales (diciembre a marzo; menos de 100 mm/año) (op. Cit.). En este sentido se ha propuesto una división de la Puna en tres categorías ambientales (Troll 1958; Santoro y Núñez 1987): Puna Húmeda, Puna Seca y Puna Salada. Mientras la Puna Húmeda, con ríos permanentes y vegetación abundante, se ubica en el sector septentrional, la Puna Seca y la Salada conforman la Puna Meridional. Antofagasta de la Sierra se ubica dentro de este último sector, denominado también Puna de Atacama (Martínez J., 2003).

En cuanto al escenario paleoambiental de los Andes Centro-Sur para los últimos 12.000 años, diversos estudios permitieron delinear un esquema general que si bien cuenta con algunas digresiones cronológicas según las áreas de investigación, está conformado por una secuencia de tres momentos claramente diferenciados (Markgraf 1985; Fernández et al. 1991; Núñez y Grosjean 1994; Grosjean et al. 1997; Geyh et al. 1999; Núñez et al. 1999; Schäbitz et al. 2001; Lupo y Echenique 2001; Núñez et al. 2002 y Olivera et al. 2002, entre otros). El primero se inicia con condiciones climáticas frías y húmedas del Pleistoceno Tardío-Holoceno Temprano, las cuales habrían empezado a cambiar hacia un clima de mucha menor humedad hacia 8.700-8.300 años AP. Estas condiciones áridas habrían dominado macroregionalmente hasta una línea de tiempo cercana a 4.000-3.000 años AP, iniciándose posteriormente un período con un grado de humedad superior al del momento árido, pero sustancialmente menor al de la transición Pleistoceno/Holoceno (martinez J., 2005).

DESCRIPCION DEL SITIO Una serie de tareas de prospección posibilitaron la detección del sitio Peñas de la Cruz 1.1 en al año 1998. Este sitio se ubica sobre la margen norte del Río Ilanco, en su curso medio a 3.665 msnm, dentro de los llamados sectores intermedios (sensu Olivera 1992) ubicados entre zonas de vegas y pastizales de altura (por encima de los 3.900 msnm hacia el Este) y el fondo de cuenca (ca.3.300 msnm hacia el Oeste) Este sitio constituye un locus con evidencias sobre la presencia de ocupaciones humanas en un sector hasta ahora poco explorado de la microrregión (Martinez J., 2005). Este alero se encuentra ubicado en el sector intermedio del talud del cañadón del Río Ilanco, de 40 m de profundidad y 300 m de ancho. Se trata de un alero rocoso ubicado en la parte inferior de un complejo conjunto de oquedades y grietas, conformado por dos tipos de roca (op. Cit.). A su vez este alero se divide en dos sectores, PCz 1.1, donde se realizo un sondeo en el año 1998 y una posterior ampliación con una excavación de 1m2, y PCz 1.2 donde se realizó un sondeo en el año 1999 y una posterior excavación en el año 2008 recuperándose importante evidencia arqueológica. Estos espacios fueron aprovechados al menos desde ca.7.900 años AP, momento en que se registran las primeras ocupaciones de este sitio. Como se mencionó, estas peñas cuentan con múltiples espacios aptos como áreas de protección; el área excavada se ubica en un alero que tiene el mayor reparo y aptitud para su ocupación (martinez J., 2005).

ANTECEDENTES Las primeras evidencias de ocupación humana en esta área nos remontan a ca.9.800 años AP, el cual es el registro más temprano para la Puna meridional argentina. Esta datación proviene del sitio Quebrada Seca 3 (QS3; 4.100 msnm), a partir del cual puede afirmarse que la caza de camélidos fue la actividad de subsistencia principal, desde las primeras ocupaciones holocénicas datadas en 9.790 ± 50 años AP (Aschero y Martínez 2001). Entre estos avances podemos contar las implicancias que surgen a partir de la detección de nuevos sitios que se correlacionan temporalmente con QS3, el cual era hasta hace poco el único sitio con anclaje en el Holoceno Temprano. En este momento, se agrega el sitio Peñas de la Trampas 1.1 (PT1.1; 3.582 msnm) detectado durante una campaña en 1999, cuyas evidencias arqueológicas se asocian a una datación de 8.440 ± 40 años AP, y para el Holoceno Medio inicial se agrega el sitio Peñas de la Cruz 1 (PCz1) cuyas ocupaciones fueron datadas entre 7.910 ± 100 (UGA-10192, gramíneas) y 7.270 ± 40 años AP (Martínez J., 2005). MATERIALES Y METODOS

La cuantificación de los restos dispersos de manera aleatoria en los niveles arqueológicos es bastante problemática, máxime cuando el objetivo es determinar la importancia relativa de las especies. En efecto, la cuestión que se plantea para la comparación estadística de las muestras arqueobotánicas es de suma importancia y, por tanto, se hace necesario caracterizar los restos de la forma más precisa posible para introducir las regularidades propias de cada taxón en su contexto arqueológico (Buxó, R., 1998). Como se dijo anteriormente, muchas veces la dificultad de identificar macrorestos vegetales (comestibles o no) se genera a partir de un problema metodológico mas que de la evidencia arqueológica en sí misma. En el campo se presenta el problema del minúsculo tamaño de algunos macrorestos vegetales, sumado a las características naturales con la que se cuenta en aleros y cuevas (sedimentos muy finos, poca iluminación, etc.), generan varias veces el “barrido” accidental de estos restos. El material arqueológico recuperado en los primeros sondeos realizados en el año 1998 en Pcz 1.1, permitió la “afortunada” recuperación de estas diminutas semillas que habían pasado por zaranda. A partir de allí, en las posteriores campañas realizadas (2008), se decidió embolsar todo el sedimento proveniente de excavación en zaranda, y en algunos casos zarandear el material parcialmente. Las excavaciones dentro del sector 1 de PCZ 1 dieron como resultado la detección de una secuencia estratigráfica compuesta por cuatro capas de origen antrópico (y subcapas, o extracciones): Capas 0a, 0b, 0c; 1; 2 (1ª) a 2 (5ª) y 3(1ª) y (2ª), conformando un paquete estratigráfico de 50 cm de potencia total (Martínez J., 2005). Es importante mencionar que la

capa 2 con sus 5 extracciones, es la más importante debido a la cantidad y variedad de restos arqueológicos recuperados. La evidencia macrobotànica analizada en este trabajo procede de la capa 2 (3º extracción). Para este trabajo se tomaron tres especímenes recuperados en dicha capa, y dos ejemplares actuales para comparación.

Material actual examinado Amaranthus quitensis. “ataco o yuyo colorado” ARGENTINA. Catamarca. Dpto. Ambato, La Puerta, 2008. - Las tareas de laboratorio se dividieron en tres etapas:

1- identificación y separación de la muestra: se procedió a separar y diferenciar los restos vegetales del resto del material arqueológico (lítico, óseo, vellones, plumas, etc.), los mismos fueron etiquetados y embolsados en forma separada. La selección de los restos vegetales se realizó manualmente y a ojo desnudo. 2- preparación de la muestra: para la preparación de la muestra se siguieron los siguientes pasos: en ciertos casos se logro la transparencia del material vegetal por medio de la diafanización. Primero se puso la muestra en hidróxido de potasio al 10% para limpiar el contenido celular; luego se lavo la muestra con agua destilada y se dejo dormir un tiempo; posteriormente se eligió el colorante y se procedió a la tinción de la muestra; finalmente se realizó el montaje de la muestra con agua glicerina y esmalte (sellar) para su observación en microscopio. 3- identificación taxonómica de la muestra por medio de microscopio y lupa binocular: - Las observaciones se realizaron con microscopio óptico (ZEISS AXIOLAB) a diferentes aumentos y lupa binocular (OLYMPUS), los mismos permitieron el análisis anatómico de las semillas en estudio. - Para la descripción de los ejemplares se tomaron tanto caracteres

cualitativos

como cuantitativos (longitud, latitud, color, forma). - Para la identificación taxonómica también se utilizó material de referencia

y

bibliografía específica (Burkart, 1952; D´Ambrogio de Argüeso, 1986). RESULTADOS De acuerdo a la metodología utilizada se pudo determinar la presencia de dos familias (Fabaceae y Amaranthaceae/Chenopodaceae), 1 subfamilia (Papilionoideas), 1 género (amaranthus).

Material arqueológico 1. Fabaceae Se trata de un solo ejemplar proveniente de la capa 2 (3° extracción), las medidas son de 2,0-2,0 mm, de color marrón claro con manchas moradas a negruzcas. La forma de la misma, característica para muchas especies y géneros de esta familia, es ovoide o elíptica, un poco achatada. Al tratarse de un solo ejemplar y de no contar con material actual de comparación no pudo establecerse con exactitud el género y especie. De acuerdo a características morfológicas externas: superficie muy lisa y relativamente gruesa, embrión pequeño y endospermo separado en dos partes (Bruno M.), hilo casi siempre lateral, mayor, rafe breve, chalaza a un costado del hilo, albumen frecuentemente ausente y semillas más o menos longitudinales (Burkart, 1952), podría incluirse por el momento dentro de la subfamilia de las Papilionoideas. Dicha semilla es muy parecida a las semillas de trébol, comparaciones con material actual de referencia podría ayudar a definir en el futuro, genero y especie.

2. Amaranthaceae Muchas veces se presenta la dificultad de identificar genero y especie para esta familia, ya que como menciona Bruno M. (2008), las familias Amaranthaceae y Chenopodaceae presentan muchas similitudes morfológicas, (todos los miembros de ambas familias producen aquenios: frutos secos indehiscentes, los dos géneros presentan un embrión que rodea al perisperma), por lo que su identificación resulta difícil a primera vista. Según Bruno, los taxa pueden distinguirse cuando se conserva la cubierta de las semillas ya que para cada especie y género presenta características distintivas. La similitud de las semillas arqueológicas

con el material actual permite ubicarlas tentativamente al género

Amaranthus. Se trata de dos ejemplares. Las medidas de ambos ejemplares son de 1.5x1.5 (mm), ambas semillas son de color negro, lisa y brillante, de forma ligeramente achatada y biconvexa. En ambos ejemplares se observan tres partes bien definidas: episperma o cubierta seminal, embrión y perisperma. Una cuarta parte es el endosperma, poco definido en la foto, pero que junto al perisperma constituyen las sustancias de reservas de la semilla. En el episperma se pueden diferenciar tres capas, una capa externa de células alargadas y paredes rectas; la segunda es delgada y lisa y no pueden diferenciarse formas celulares; la tercera es de color opaco y células en forma globular. El embrión, está formado por dos cotiledones y la radícula, y envuelve al perisperma en forma de herradura. El perisperma es de color blanquecino, presenta células grandes, poligonales con paredes rectas y delgadas, y ocupa el mayor porcentaje de superficie de la semilla (60 % aprox.)

Material actual 1. Amaranthaceae (amaranthus quitensis) Se trata de dos ejemplares. Las medidas son de 2.0x2.0 (mm), una semillas es de color negro y la otra colorada oscura, lisas y brillantes, ligeramente achatadas. La configuración de los márgenes es biconvexa. Al igual que las semillas arqueológicas presenta las cuatro partes descriptas anteriormente: episperma, embrión y perisperma bien definidos, y el endosperma apenas diferenciado. Cabe destacar que tanto en los ejemplares actuales y arqueológicos, en los embriones los cotiledones no envuelven completamente al perisperma.

Discusión y conclusiones Los resultados preliminares permitieron la identificación al menos, de dos familias, Amaranthacea y Fabaceae, una subfamilia (Paipilionoideas), un genero (Amaranthus sp.). La presencia de estas semillas para momentos tempranos en el NOA es única, y abre una serie de interrogantes acerca de su presencia en contextos de cazadores-recolectores. Si bien no se puede confirmar que estos recursos vegetales hayan formado parte de las estrategias de subsistencia de estos grupos humanos, su presencia permite indagar más profundo acerca de la importancia de las prácticas de recolección como complemento de la predominante dieta cazadora. Por último, es importante mencionar las cuestiones metodológicas que se presentan, tanto en campo y laboratorio, a la hora de trabajar con ejemplares tan diminutos, ya que su identificación en ambos campos puede resultar de gran importancia para los enfoques teóricos elaborados.

BIBLIOGRAFIA Burkart, A., 1952. Las Leguminosas argentinas silvestres y cultivadas. ACME Agency, Buenos Aires. Segunda edición. Buxó, R., 1998. Arqueología de las plantas. Editorial Grijalbo. D´Ambrogio de Argüeso A., 1986. Manual de técnicas en histología vegetal. Cátedra de Botánica Agrícola, Facultad de Agronomía, U.B.A. Editorial Hemisferio Sur S.A Martinez J. G., 2003. Ocupaciones Humanas Tempranas y Tecnología de Caza en la Microregion de Antofagasta de la Sierra (10000-7000 AP). Tesis para optar por el grado de Doctor en Arqueología. Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo. U.N.T.Martínez, J. G. 2005. Tecnología de Cazadores en la Puna Meridional Argentina: El Caso de Peñas de la Cruz 1. En Mundo de Antes 4:25-49. Instituto de Arqueología y Museo. UNT.

Fig.1- Sitio Peñas de la Cruz.

Fig.2- Peñas de la Cruz 1.1.

4 3 1 2

Fig.3- Semillas arqueológicas recuperadas.

Fig.4.Semilla arqueológica (Amaranthus sp.), 1perisperma,

2-embrion

(cotiledones

y

radícula), 3- cubierta seminal, 4-funículo.

Fig.5. Perisperma y parte del endosperma.

Fig.6. Células poligonales del perisperma.

Fig.8. Semillas actuales (Amaranthus quitensis).

Fig.7. Semilla arqueológica. Vista de las capas de la cubierta Seminal.