Estamos convencidos de que éste es el camino

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10 VOLEIBOL

Sábado 30 de junio de 2007

Entrevista

“Estamos convencidos de que éste es el camino”

El cordobés Scholtis pega en lo alto; el capitán es una eficaz arma en el ataque argentino // FIVB

A pesar de las derrotas que acumula la Argentina en la Liga Mundial, el capitán Gustavo Scholtis confía en la renovación que vive el seleccionado

Por Diego Quinteros De la Redacción de LA NACION

M

ientras escucha al Chaqueño Palavecino en su computadora, Gustavo Scholtis termina de acomodar las cosas en su bolso para emprender el viaje rumbo a Rosario, última escala de la Liga Mundial de voleibol. El seleccionado argentino de voleibol intentaba anoche, vanamente, en esa ciudad conseguir la primera victoria en el torneo (ver aparte), algo que tampoco consiguió el fin de semana último en su paso por Chengdu, China. Pero eso no significa que la Argentina tenga las manos vacías: “Siempre nos llevamos cosas positivas, siempre estamos tratando de acumular ese aprendizaje necesario en esta etapa”, explica el capitán, en una especie de balance anticipado de la competencia, que concluirá mañana. Aunque pasaron algunos días, el cordobés todavía se lamenta por algunas oportunidades desperdiciadas en China para alcanzar ese anhelado primer triunfo. En el primer partido en tierra asiática perdieron 3-0; al día siguiente mejoraron mucho, pero igual cayeron por 3-2. “Nos volvimos con un gusto amargo, porque estuvimos cerca y no lo aprovechamos. Pero mejoramos en muchos aspectos del voleibol.” –¿Qué le falta al equipo para ganar en los partidos en que juega bien? –Nos está faltando ser rigurosos desde la cabeza. Tenemos que creer más en nosotros mismos. Por ahí llegamos bien al final de un set y no sabemos definirlo, no sabemos continuar lo que hicimos bien hasta ahí. Quizá sea por la inexperiencia que tiene este equipo. El cordobés es voz autorizada en este joven equipo. Ausentes Marcos Milinko-

17

años tenía Gustavo Scholtis cuando debutó en el seleccionado. Ahora, con 24, es el capitán.

vic y Gastón Giani (que se entrenan en el Cenard, con la mira en los Panamericanos de Río de Janeiro), Scholtis, de 24 años, es un referente por su presente y su trayectoria, a pesar de estar entre los “jóvenes”. Y por eso siente el impulso de vindicar este proceso de profunda renovación del voleibol argentino. “Todos estamos convencidos de que éste es el camino, es el proyecto. Eso se nota en que el grupo se entrega en cada entrenamiento y en cada partido”, advierte Tanza, como lo llaman todos, que en la última temporada jugó en Iraklis, de Turquía. “Este equipo no se estanca, progresa partido a partido, y eso también se notó en los dos partidos que jugamos con los chinos. A lo mejor estamos en el mismo nivel que ellos, pero tienen un juego muy distinto a lo que estamos acostumbrados a jugar. Nos tomó un partido mejorar.”

–¿Qué sacan de positivo de esta Liga Mundial, con tantas derrotas? –Este equipo siempre sacas positivas. Se sacan cosas positivas de jugar con el N° 2 o el N° 3 del mundo de igual a igual, como lo hicimos nosotros en algunos partidos. Jugar contra los mejores nos enriquece. Hace una pausa e insiste en destacar la importancia del ciclo encabezado por Jon Uriarte. “Nosotros creemos en el laburo que estamos haciendo. Cada uno de los que estamos acá está convencido del proyecto. Todos pensamos que podemos estar al mejor nivel del mundo, pero tenemos que pasar esta etapa para eso. Sabemos que trabajamos para el futuro.” La charla llega a su fin. A Scholtis y el resto del equipo los espera Rosario, última escala de la Liga Mundial, un torneo en el que se apostó al futuro.

Ajustado revés con China

Hoy, el cierre ROSARIO (Especial).– La Argentina culmina hoy su actuación en la Liga Mundial en esta ciudad, en el microestadio de Newell’s, a las 18, ante China (transmite en directo ESPN+). Anoche, ante el mismo rival, cayó ajustadamente por 3-2 en el tie-break (25-21, 16-25, 23-25, 25-17 y 15-13). Para la rueda final, que se jugará desde el 11 del mes próximo en Katowice, Polonia, ya están todos los clasificados: el equipo local, Brasil (Grupo A), Estados Unidos (B), Rusia (C) y Bulgaria (D); resta conocer el invitado de la FIVB.

Tras varias frustraciones, tiene su revancha en la selección El vínculo entre Gustavo Scholtis y el seleccionado de voleibol tiene una historia de sinsabores. De la mano de Carlos Getzelevich, el cordobés debutó con la camiseta argentina en la Copa América 2000, ante Brasil. “Me acuerdo que ese día sólo entré para bloquear. Y obvio, no bloqueé. Creo que ni cerca estuve”, admite hoy con una sonrisa. En los meses siguientes, se fue ganando la confianza del entrenador. Primero, como receptor-punta, su posición de toda la vida. Pero después Getzelevich lo probó como opuesto, en reemplazo de Marcos Milinkovic cada vez que hacía falta. Y también cumplió bien esa tarea (aunque sólo lo hizo en el seleccionado, en aquella época). Hasta que, unos meses antes del Mundial de la Argentina 2002, se rompió los li-

gamentos del tobillo izquierdo. Scholtis no lo podía creer: la oportunidad de estar entre los 12 amenazaba con desvanecerse. De todos modos, el cuerpo técnico confiaba en su capacidad y le pidió que no se operase, para que hiciera una recuperación más corta; querían que llegase bien al Mundial. Pero, al final, el lugar de opuesto suplente le quedó a Santiago Darraidou. “No sé qué hubiera pasado si no me lesionaba. No puedo decir que habría estado en la lista, pero estoy seguro que al menos habría podido pelear mejor por ese lugar”, dice, ya sin dolor. Al año siguiente, volvió a ocupar un sitio importante en el seleccionado, y fue incluido en la lista para jugar la Liga Mundial. El entrenador en ese momento era Claudio Cuello. “Me

acuerdo que teníamos todo listo para viajar un martes para jugar con Francia. Yo iba a estar entre los 12. Pero un par de días antes se confirmó que la Federación Internacional suspendió a la Argentina de todas las competencias internacionales, y bueno, pasó lo que todos saben.” Está claro: Scholtis es uno de los mejores ejemplos de los jugadores que fueron perjudicados por aquel conflicto institucional. “Sí, la verdad es que es así”, reconoce. Luego le llegaron más oportunidades. Jugó durante la gestión de Fabián Armoa, pero fue Jon Uriarte quien le dio la confianza para mostrar sus mejores virtudes. Y ahora, además, es el capitán del equipo. La vida siempre da revancha, y Gustavo Scholtis la está tomando.