En verano, la lectura también es light

lee todo el año no busca cosas más relajadas. Lo que ocurre es que se ... de Wilbur Smith o Sidney Sheldon, que agotaban
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CULTURA

Domingo 10 de enero de 2010

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SIN ESTRES s CRECE LA VENTA DE EJEMPLARES CON RESPECTO A 2009

En verano, la lectura también es light Las librerías reciben compradores no habituales, que este año eligen novelas policiales, de misterio y románticas y literatura infantil SUSANA REINOSO

Libros postergados, elegidos y casuales

LA NACION Librerías con público no parece una postal habitual de verano en Buenos Aires. Sin embargo, este año los libreros muestran una sonrisa satisfecha y la caja factura sin pausa. Buen dato si se considera que un libro no baja de $ 50 promedio ($ 40 una edición de bolsillo). Una recorrida de LA NACION por varias librerías porteñas arroja como resultado que en enero crece el número de compradores no habituales, se venden más ejemplares que en igual período de otros años y hay un giro en el comportamiento del lector. El director comercial de Grupo Ilhsa (cadena Yenny, librería El Ateneo), Jorge González, dice que “hay un mito, alimentado por el lanzamiento de novedades editoriales en verano, y es que el perfil del lector en librerías cambia. Pero no es así. El lector que lee todo el año no busca cosas más relajadas. Lo que ocurre es que se incorporan lectores que no compran libros el resto del año”. En efecto, en un hecho infrecuente, este verano varias editoriales han sacado novedades al mercado. Y en febrero habrá continuidad, según los editores consultados. Para la legendaria Librería Norte, del fallecido Héctor Yánover, ubicada en avenida Las Heras y Larrea, el cambio es perceptible. El vendedor Luis dice a LA NACION: “En esta época se nota bastante el cambio de comportamiento. Para empezar, durante el año, los lectores leen cosas más pesadas. Y en enero pasan, por ejemplo, del ensayo a la narrativa liviana. Están también los que no leen en el año y buscan lectura relajada en vacaciones”. Curiosamente, los vendedores y lectores consultados –salvo dos excepciones– no quisieron dar sus apellidos. Un interesante dato aportado por Noemí, en Librerías Santa Fe, entre Larrea y Azcuénaga, es que “los argentinos ya no se toman un mes de vacaciones como antes. Entonces, vienen a las librerías e invierten en libros. Esto se nota mucho en enero y febrero. Hoy, un día de semana, mirá cómo está el local. El comportamiento del lector cambia absolutamente en esta época”. Y agrega que los géneros que registran la mayor demanda son la novela policial, la histórica y la romántica. A este ranking corresponde agregarle la literatura infantil, que, como dicen en Librería Norte, “se mueve mucho en enero y febrero. En general, los padres eligen llevarles a sus hijos, inactivos en casa, libros de entretenimiento”. Con un perfil distinto del de las grandes librerías como Cúspide o El Ateneo, en Arcadia –ubicada en Marcelo T. de Alvear entre Montevideo y Paraná– y Guadalquivir –en Callao y Marcelo T. de Alvear– el movimiento de público es sostenido un día de semana de enero. Matías, a cargo del local, no sólo atiende público, sino que también se ocupa

En Pinamar, las preferencias se reparten entre best sellers, narrativa y “algo para no pensar” SILVINA PREMAT ENVIADA ESPECIAL

MAR DEL PLATA MAURO V. RIZZI

Un clásico y una novedad: Las mil y una noches y el best seller Stieg Larsson

PUNTA DEL ESTE

PINAMAR SOLEDAD AZNAREZ / ENVIADO ESPECIAL

Interés por El símbolo perdido, de Dan Brown de la demanda telefónica, que por lo visto es caudalosa en hora pico. “Creo que en verano recibimos un lector que quiere cosas más light. El que elige un ensayo denso durante el año busca literatura de entretenimiento en verano”, dice.

Páginas relajadas Matías agrega que “el comportamiento del lector cambia, porque la gente quiere poner la cabeza en otra cosa”. Interviene Marcelo, un cliente de Guadalquivir, de 53 años, que dice ser empleado: “Lo que no queremos en verano son lecturas que puedan estresarnos”. Para Lucrecia Romera y Estela Harreche, dos amigas que aceptan dar sus nombres completos y trabajan en el área de la investigación y la docencia, los libros que eligen en su caso están distanciados de los que están obligadas a leer todo el año. “Esta es la única época en que podemos leer algo fuera de programa. Y elegimos las novelas”, confiesan ambas colegas. En Cúspide, de avenida Santa Fe y Callao, los vendedores afirman

que la tendencia de ventas de títulos obedece más a “una estrategia de las editoriales que a la existencia de un lector típico de verano”. Y comparten que este año hay más lectores en librerías, así como que se vendió mucho para las fiestas navideñas. El dueño de Arcadia, Pablo Pazos, habla desde la experiencia: “Antes las cadenas eran librerías. Eso influía en la oferta disponible. Pero hoy se mueven al ritmo de las novedades editoriales. Lo que ocurre en verano es que la gente compra otros libros, porque ya no hay best sellers de verano, como los de Wilbur Smith o Sidney Sheldon, que agotaban 2000 ejemplares en enero. Hoy existe un consumidor típico de playa”. Una pareja de colombianos, agobiados por el calor, se refugia en El Ateneo Grand Splendid, un día de semana a las 17. No parecen decididos a comprar. Pero al cabo de tres cuartos de hora salen con cuatro títulos bajo el brazo. Acaban de confirmar la tendencia expuesta.

LA REVOLUCION DE MAYO, BAJO OTRA PERSPECTIVA

Breve

La historia suma su voz al Bicentenario

FERIA INTERNACIONAL

Un grupo de académicos promueve el debate sobre 1810 “sin prioridades político-partidarias” Tan lejos del programa oficial de festejos por el Bicentenario como de las investigaciones que circulan sólo en la academia, un grupo de historiadores quiere hacer oír su voz y abrir debates sobre los 200 años de la Argentina. Para eso, acaban de habilitar una página web en la que se pueden leer algunos trabajos; están organizando encuentros en distintas provincias, y están abiertos a “asociar” a los historiadores que quieran formar parte del grupo. Entre los más de 100 historiadores de todo el país que trabajan en la iniciativa –a título personal, sin pertenencia institucional común– están Luis Alberto Romero, Hilda Sabato, Noemí Goldman, Elías Palti, Adrián Gorelik, Susana Bandieri y Raúl Fradkin. “La idea es poner en circulación algunas ideas sobre las que en la historiografía se viene trabajando en las últimas décadas y que van a contrapelo de las versiones más tradicionales de la Revolución de 1810 y del siglo XIX”, comentó a LA NACION Hilda Sabato. En la declaración de principios de la iniciativa se agrega otro objetivo: trascender el ámbito académico. “Buscamos ofrecer puntos de vista que no estén directamente influidos por prioridades político-partidarias o por los relatos esquemáticos de ciertos medios de comunicación, pero que, a la vez, se proyecten más allá de los ámbitos estrictamente

académicos y profesionales”, dice. En www.historiadoresyelbicentenario.org se pueden leer textos de algunos miembros del grupo sobre los ejes elegidos para el debate: revolución, nación, Estado, República, guerra y sociedad, y memoria histórica. “No se trata de un blog común”, dijo Sabato, por lo que los textos son abiertos para la lectura, pero para hacer comentarios hay que suscribirse y, para eso, se debe acreditar un trabajo académico en esta área de la historia. Según contó Sabato, la idea comenzó a gestarse en 2006 y, desde entonces, se fue dando forma a algunas ideas que contradicen muchas nociones de sentido común. “Por ejemplo, la idea de que el 25 de Mayo «nació la Patria», o que la nación estaba esperando liberarse del yugo español. Resaltamos la idea de soberanía popular como temática central de esos años”, dijo Sabato. Pero, sobre todo, buscan señalar el “carácter transformador del ciclo revolucionario iniciado a principios del siglo XIX”, que generó cambios en la economía, la cultura y los sistemas de ideas. Fuera del mundo virtual, en varias provincias se están preparando encuentros, además de un video con entrevistas con algunos historiadores para hacerlo circular en ámbitos públicos. “No queremos que el discurso académico quede entre las paredes de la universidad”, dijo Sabato.

Raquel San Martín

El arte argentino se exhibe en Miami MIAMI (EFE).– Con la Argentina como país invitado de honor, termina hoy la Feria Internacional de Arte de Miami (MIA), con obras de unos 600 artistas en 73 galerías de Europa, Asia y América latina. Un total de 18 galerías argentinas exhibieron obras de artistas como Raúl Lozza, Enio Iommi, Luis Felipe Noé, León Ferrari y Andrés Waissman.

Culto católico Santoral. Fiesta del Bautismo del Señor. La Iglesia celebra hoy la fiesta del Bautismo de Jesús, con el que empieza su vida pública. Liturgia. Hoy se leen una carta de San Juan (1 Juan 4,19 - 5,4) y el Evangelio de San Lucas (4,14-22a).

Fe de erratas Ayer, en la sección “Gritos y susurros” de adnCULTURA, se consignó por error que Eladia Blázquez estuvo en la presentación del disco Vientos del sur, de Elena Roger. Hoy, en la edición de LNR, en la sección “Odiosas comparaciones”, se publica por error que el período de gestación del ser humano es de 12 meses. Debió decir 9 meses. En la nota de tapa del suplemento Enfoques de hoy, donde dice soloazar.com debió decir www.zonadeazar.com.

FERNANDO MASSOBRIO / ENVIADO ESPECIAL

Irvin Yalom, frente al mar

PINAMAR.– Más concentrados y relajados que los jugadores del burako, el juego de mesa más popular en estas playas, se ve por aquí a los lectores de libros. Para la lectura sobre la arena no parece haber una hora del día, una edad o un género literario más conveniente que otro. En una recorrida de una decena de balnearios pinamarenses, LA NACION encontró una gran diversidad en los textos de los veraneantes. Los que trajeron el libro que durante meses no pudieron leer tienen entre sus manos libros de ficción, de historia, de política, de filosofía. Los seducidos por las problemáticas de la coyuntura leen El dueño, de Luis Majul. Los menos precavidos van a la histórica librería Böhm de esta ciudad y piden a Paula, la librera de siempre –trabaja allí desde hace 22 años– “algo para no pensar”. Ella les recomienda novelas, como Los cometas en el cielo o Mil soles espléndidos, ambas de Khalel Husseini. “Logran alejar al lector de los problemas de todos los días, lo meten en otro mundo”, contó Paula. De los que llegaron sabiendo qué querían compraron libros de todo tipo. Los más vendidos en lo que va de enero son el libro de Majul; El símbolo perdido, de Dan Brown; La

isla bajo el mar, de Isabel Allende, y La segunda vida de las flores, de Jorge Fernández Díaz. En la playa, los lectores están, como dijo la librera, “en otro mundo”. “Vinimos acá para poder leer lo más tranquilas posible”, explicó Julia, de 16 años, con El día que Nietzsche lloró, de Irvin Yalom, en la mano. Su madre, Jacqueline Andersson, también leía –un libro de física cuántica– recostada dentro de una de esas pequeñas carpas ideales para la protección del viento en un lugar aislado del balneario Divisadero, de Cariló. Por otra parte, en CR, Marina Zubillaga estaba totalmente abstraída en la lectura de un libro de Cecelia Ahern. Al lado, su madre, Andrea, confesó: “A mí me gusta mucho leer, pero en la playa no puedo, me distraigo y hago sociales todo el tiempo”. En el bolso que trajo a Pinamar para su corta visita de dos días, el secretario general de la Universidad de Buenos Aires y presidente de la UCR capital, Carlos Más Vélez, trajo El factor humano, de John Carlin, y A quien corresponda, de Martín Caparrós. En El pájaro, un señor de unos 50 años bostezaba con El príncipe, de Maquiavelo. Otros leían La gesta del marrano, de Marcos Aguinis, y La pregunta de sus ojos, de Eduardo Sacheri.