Emmanuel Macron, el inspirador del giro ideológico del gobierno ...

14 sept. 2014 - Una marca de estilo de la arquitecta egipcia. ... las elecciones en 2012 afirmando que “detestaba a los
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enfoques

| Domingo 14 De septiembre De 2014

MI Mundo dIgItaL

Christian Delgado von Eitzen

Este experto español en telecomunicaciones –con amplia trayectoria en el desarrollo de sistemas web, redes sociales y plataformas en Internet– se ha convertido en un referente en lo suyo mediante varios artículos de divulgación publicados en diferentes medios, así como en su propio blog (www.christiandve. com). Presente en Twitter desde 2009, considera que Internet le cambió la vida. A continuación, sus favoritos y recomendaciones.

BLogs

otros recursos dIgItaLes

www.geeksroom.com “El blog sobre tecnología de Héctor Russo, un argentino que vive en los Estados Unidos”.

www.twitter.com “Para mí es una plataforma de comunicación de enorme valor para estar informado de muchos temas y contactar con personas de diferentes campos.”

www.xatakamovil.com “Y otros blogs sobre tecnología de la misma organización: www.genbeta.com y www.applesfera.com.” www.gigaom.com “Es un blog de tecnología y tendencias estadounidense (en inglés) que muchas veces aporta noticias que no figuran en otros medios.”

rankIng de twItteros 1 @fundeu “Comparten indicaciones sobre dudas frecuentes relacionadas con el idioma.” 2 @antonello “La cuenta de Antonio Ortiz, una persona muy en contacto con la tecnología.”

www.feedly.com “Se trata de un servicio que utilizo para suscribirme por RSS a las fuentes de información que me interesan.”

3 @fmlopez48 “Allí, Fátima Martínez López comparte información sobre comunicación empresarial y redes sociales.”

www.zite.com “Es una aplicación que me descubre artículos que cree que me pueden gustar.”

el perfil

Emmanuel Macron, el inspirador del giro ideológico del gobierno francés

de estar en contacto con la energía de lo cotidiano. En cuanto a mi paso por la banca, nunca imaginé pasar 10 o 15 años en una empresa. El dinero está al servicio de mi independencia”. En todo caso, el flamante ministro parece no hacer nada como los demás. Por ejemplo, cuando dice que va a reunirse con sus nietos el fin de semana. Macron se refiere en reali-

dad a los nietos de su mujer, Brigitte Trogneux, 20 años mayor que él y con tres hijos adultos, a quien conoció en el colegio secundario cuando era su profesora de literatura. Atractivo –más bien “ridiculously good looking” (ridículamente buen mozo), según tituló el Huffington Post–, Emmanuel Macron es, además, un encanto de persona. “En toda circunstancia y con todo el mundo. Sin distinción de clases y con una naturalidad desarmante”, reconoce una ex colaboradora. “Es más fuerte que él, vive en modo seducción”, confirma la diputada socialista Karine Berger. “Su gran fuerza es saber inmediatamente qué espera de él su interlocutor”, agrega. Sin arrogancia y sin pedantería, “pero al servicio de una ambición sin límites”, afirma un amigo. “Emmanuel es además un gran seductor de gente mayor. Menos por táctica que por predisposición psicológica”, explica un ex compañero del prestigioso liceo parisiense Henri IV. “En aquella época tenía una madurez increíble. Era amigo de todos los profesores. Un día me confió que los jóvenes lo aburrían”, relata. La razón reside probablemente en que, hijo de una pareja de médicos de la gran burguesía del norte de Francia, de pequeño fue criado por una adorada abuela que incentivó todas sus inquietudes intelectuales. Esa rara virtud fue tal vez la que lo ayudó en su meteórica carrera. El futurólogo Jacques Attali, Jean-Pierre Jouyet –actual secretario general de la presidencia–, Dominique StraussKahn e incluso François Hollande, subyugados por su inteligencia, fueron cada uno padrinos de su meteórica carrera. Porque tampoco en política Macron pierde el tiempo en rehacer el mundo con gente de su edad. Afiliado al Partido Socialista desde los 24 años, saltó una generación y rápidamente se puso al servicio de los pesos pesados del partido. La primera vez que se cruzó con Hollande fue en 2006, en la casa de Jouyet, amigo de ambos. Desde entonces, nunca se dejaron de ver. “Después de cinco años de sarkozysmo, estaba convencido de que era el hombre que necesitaba Francia”, afirma. La verdad es que ambos hombres se parecen: simpáticos, conciliadores y de una remarcable plasticidad ideológica. Macron es de izquierda. Pero de una izquierda liberal, defensor de la necesidad de reestablecer las maltrechas finanzas públicas y respetar el libre juego del mercado. Ésa es la razón por la cual se lo llamó “el hemisferio derecho de Hollande”, en contraposición con Aquilino Morel, otro de sus ex asesores que operaba como “hemisferio izquierdo” hasta que se descubrió que hacía venir

nes y saco cruzado. Y que, como se dijo en esta columna alguna vez, once años después de la asunción de Néstor Kirchner aquel 25 de mayo, percibe que Argentina está mejor en algunos aspectos, pero largamente peor de lo que podría estar en otros. Ese progre, hoy, sabe que la crisis no es sólo económica sino de expectativas. Tuvo que achicarlas. Aplicarle un downsizing a la ilusión. Esa reestructuración, que no es de deuda sino de expectativas, acaba de llegarle a la educación. Al igual que se hizo con todas las mediciones e indicadores, alterándolos para no mostrar la verdadera brecha (la económica y la educativa), ahora en las escuelas bonaerenses ya no habrá “boletín”. La nueva “libreta de trayectoria”, es un downsizing a la esperanza puesta en la educación. Como gran parte de los chicos de la primaria no aprende tan bien ni tan

rápido, se decidió eliminar el 1, 2 y el 3 de las calificaciones y los alumnos con materias previas podrán seguir cursando. Metáfora de esta década: como no fue posible subir el piso, se baja el techo. Una marca de estilo de la arquitecta egipcia. Mientras presentaba “Ahora 12”, un plan de compras en cuotas sin interés, Kicillof dijo que “por campañas de desánimo la gente restringió la compra de bienes durables” y

El joven ministro de Economía, ex banquero y prodigio intelectual, es la última carta de Hollande para recuperar confianza en su gestión Luisa Corradini

CORRESPONSAL EN FRANCIA

“m

PARÍS

ozart de las finanzas” para unos, “hemisferio derecho de François Hollande” para otros. Emmanuel Macron, el flamante ministro de Economía francés, es una suerte de genial extraterrestre que, a los 36 años, ya vivió varias vidas. Un fulgurante ascenso que deja pasmados a amigos y enemigos. Una noche de 2008, durante una cena típica del “tout Paris”, dos invitados que recién se conocían hablaban de política. “En 2012, será el turno de François Hollande. Apuesto por él”, dice el más joven al otro, que lo toma por loco. En la Bolsa, eso se llama “comprar a la baja”, una operación anodina cuando se sabe que ese hollandista precoz era entonces director en el banco Rothschild. Cuatro años más tarde, el 15 de mayo de 2012, Emmanuel Macron se transformó, a los 34 años, en el secretario general adjunto de la presidencia francesa. Militante socialista desde la adolescencia, social liberal en sus convicciones, el ex banquero es hoy el símbolo del sensible giro hacia la derecha de un presidente que ganó las elecciones en 2012 afirmando que “detestaba a los ricos”. Después, tomando ejemplo del ex canciller socialdemócrata alemán Gerhart Schroeder, decidió depositar su confianza en los empresarios para sacar a Francia del marasmo económico en que está sumergida. El inspirador

de ese giro ideológico se llama Emmanuel Macron. Macron nunca dejó a nadie indiferente. Primero por su edad: “Emmanuel cursaba la escuela primaria cuando el actual canciller francés, Laurent Fabius, era primer ministro”, señala una de sus amigas. Pero sobre todo por su trayectoria: una hipérbole de la excelencia. De la academia a la banca En sexto grado conocía a la perfección las raíces latinas y griegas de la lengua francesa. A los 25, después de una tesis sobre el interés general, un máster sobre Maquiavelo y un doctorado sobre Hegel, fue asistente del filósofo Paul Ricoeur. Cinco años después, flamante egresado de la prestigiosa Escuela de Administración Nacional (ENA) y tras un fugaz tránsito por la Inspección de Finanzas, fue empleado por Rothschild como banquero de negocios. En 2012, la institución le entregó los comandos de uno de los negocios más importantes del año: la compra de una filial de los laboratorios Pfizer por parte de Nestlé. Un gigantesco deal de 12.000 millones de euros que ejecutó como un virtuoso, y que lo hizo millonario de la noche a la mañana. Pocos días después, Macron aceptó dividir por diez su opulento salario anual de un millón de euros para entrar al palacio del Elíseo y aconsejar a François Hollande en cuestiones económicas. “Es un extraterrestre”, reconoce con una mezcla de admiración y despecho un banquero parisiense que trabajó con él. Filósofo, banquero, consejero presidencial, ministro de Economía…

todo a los 36 años. Casi demasiado perfecto para ser verdad. “Me encantaría preguntarle cómo se pasa de ser asistente de Paul Ricoeur a banquero en Rothschild”, ironiza un consejero del Palacio del Elíseo. Respuesta del interesado: “Adoré la filosofía, fue una de las épocas más felices de mi vida. Pero rápidamente sentí la necesidad de actuar,

quién es b Nombre y apellido Emmanuel Macron b Edad 36 años b Credenciales Doctorado en Filosofía, se formó en la prestigiosa ENA y trabajó como banquero de negocios en Rothschild. Se afilió al Partido Socialista a los 24 años y trabajó junto a sus figuras más importantes. b Puesto sensible De izquierda liberal, fue asesor de Hollande en temas económicos y desde hace algunas semanas es ministro de Economía.

su lustrabotas al Palacio del Elíseo para ocuparse de sus 35 pares de zapatos. “Cuando Hollande retomó la propuesta de Morel de hacer pagar a los superricos 75% de impuesto sobre sus ingresos, Macron casi tuvo un infarto: «¡Es Cuba sin el sol!»”, declaró. Poco tiempo después, Morel dejaba sus funciones. En marzo de este año fue Macron quien decidió partir. Obligado por su derrumbe en los sondeos de opinión, Hollande se resignó en ese momento a cambiar de primer ministro y nombró a Manuel Valls, otro liberal de la izquierda. Al tanto de la ambición de su asesor de ser nombrado al frente del Ministerio de Economía, el presidente consideró, sin embargo, que no haber ejercido nunca un puesto electivo podía ser un “déficit” para ese “gobierno de combate”. “Ya llegará tu hora”, lo tranquilizó Hollande. Cinco meses después, el jefe de Estado lo llamó para confiarle la cartera más sensible de su gobierno y poner entre sus manos la llave de su futuro político. Y como nada es ordinario en la vida de este joven prodigio, hay un secreto que pocos conocen: si bien Macron es un pianista clásico, emérito y premiado, también domina los principios del tango. Esa inesperada capacidad quedó al descubierto en el filme El poder, de Patrick Rotman, que relata el primer año del quinquenio presidencial. Dirigiéndose al jefe de Estado y aludiendo a la canciller alemana, Macron afirma: “Angela Merkel quiere bailar el tango con vos y piensa que es ella quien debe avanzar la pierna derecha. Nosotros pensamos lo mismo”. Los próximos meses dirán si tuvo razón. ß

reaLIsMo trágIco (en dos MInutos)

La orfandad del progre Diego Sehinkman PARA LA NACION

e

n alguno de los días previos al 20 de enero de 2009, cuando asumió por primera vez la presidencia de los Estados Unidos, Barack Obama recorría Manhattan en helicóptero. Fue entonces cuando, justo arriba del actual Ground Zero –donde entonces se levantaban las Torres Gemelas–, pudo haber tenido la siguiente epifanía: “Yo no voy a heredar un agujero. Voy a heredar dos”. Y entonces miró, melancólico, un poco más allá, al edificio de Lehman Brothers. Pero ¿cuál de los dos agujeros debía ser su prioridad? El 9 de octubre del mismo año, mientras estudiaba su discurso de agradecimiento al Nobel de la Paz, dicen que a Obama se le volvió a aparecer una frase:

“Quizás deberíamos replantearnos algo. Colgamos a Saddam, y las armas de destrucción masiva eran las hipotecas”. A casi cinco años de la irrupción de su figura, que despertaba esperanzas de un mundo más justo, el presidente estadounidense anunció ahora su plan de ataques aéreos y entrenamiento a los rebeldes sirios para “destruir” a Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. Fue entonces cuando el cineasta Michael Moore le puso voz al desencanto del “americano medio de centroizquierda” (si se me permite la licencia de extrapolar esta categoría). Moore dijo: “Serás recordado sólo como el primer presidente negro. Cuando la historia de esta época sea escrita, así es como te recordarán. No es un mal logro, pero eso es todo. Conociéndote, Obama, sé que preferirías ser recordado por otras

cosas que podrías haber hecho. Y en ese sentido, es una decepción”. Michael Moore es el progre desencantado del gobierno al que, contra su escepticismo natural, le había apostado el jirón final de su esperanza en la política. Damas y caballeros, con ustedes, el progre desilusionado. ¿A alguien le suena esta categoría? No estamos forzando una comparación ni trazando un paralelismo demagógico. Sólo decimos que tanto en Estados Unidos como aquí, hay –como diría Laclau– un significante que quedó vacío. En este caso el del progresismo. Y no parece existir en la oferta electoral quien lo pueda ocupar del todo. En Argentina, gran parte de la progresía quedó huérfana. Esa que en 2003 creyó que el país empezaba a cambiar con un señor que venía del Sur en mocasi-

que “esa mala onda, sumado a que desaparecieron las cuotas, retrajo el consumo de electrodomésticos”. Cristina completó la invitación al consumo: “Es para que compremos trabajo de otros argentinos”. Debieron haber sido más claros: “Haga patria, cambie la heladera”. La revolución encogió en el Kohi-noor. ß Twitter @diegosehinkman