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20 Septiembre de 2016

@NuestraVozDOB

Eleciones: optar por el mal menor Mario J. Paredes

os encontramos inmersos en una contienda que N concluirá con la elección

del próximo presidente de los Estados Unidos. La elección se dará entre los dos candidatos representantes de los dos partidos mayoritarios y tradicionales del ámbito político de esta nación: el candidato por el partido republicano, Donald Trump, y la candidata por el partido demócrata, Hillary Clinton. El partido republicano o conservador, tradicionalmente aliado de los poderosos quienes han sustentado el sistema capitalista y promovido el éxito material y económico de esta gran nación, enfrenta hoy, con el candidato Trump dos graves problemas: por un lado, promueve la discriminación y, con ello, la intolerancia pero, además, se trata de un candidato que no pertenece al estamento tradicional político del partido republicano. El discurso de Trump recoge y explota los peores sentimientos de quienes, como él, olvidan su condición de inmigrantes para autoproclamarse aborígenes y dueños de una tierra que

no les pertenece, de quienes olvidan que esta nación fue siempre territorio de inmigrantes y que ha sido esta mezcla, precisamente, la que ha contribuido a convertir en poderosa esta nación ante el resto del mundo, con lo cual, dicho discurso, se convierte en populista, demagógico, dañino y peligroso para la estabilidad política y social de Estados Unidos y del mundo. El partido demócrata, del otro lado, tradicionalmente aliado de las causas de los más desfavorecidos, de las clases obreras, de los que tienen menos posibilidades de acceso a los beneficios sociales que brinda esta nación, ha abrazado —indiscriminada y últimamente— una serie de causas y leyes de corte postmodernista como el aborto o el matrimonio entre parejas del mismo sexo que menoscaban las tradiciones y valores humanos fundamentales y fundantes de esta nación como el derecho a la vida y la familia. Si bien son temas publicitariamente novedosos, protegen a unas minorías y satisfacen tendencias

El Papa ya tiene la camiseta de su equipo

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Darío López Capera l Deportivo Papa Francisco es el club de fútbol de cuarta división en Argentina. En la edición de febrero de 2016, les contamos que este club fue fundado el 12 de septiembre de 2013 en el barrio La Paz, de la localidad de San Francisco Solano, en el municipio de Quilmes. Como su nombre lo indica, el nombre se lo debe a Su Santidad el papa Francisco. Uno de los sueños que tenían los antiguos y nuevos directivos, por supuesto, era regalarle una camiseta al Santo Padre. Ese sueño se hizo realidad este año, gracias a Gustavo Vera, amigo y vocero del Papa en Argentina. “Él le comenta de nuestro proyecto y tenemos la

oportunidad de asistir a una audiencia general. Hubo un problema con los horarios de su vuelo y el mío. Entonces nos encontramos en el aeropuerto Leonardo da Vinci–Fiumicino de Roma, allí le entrego la carpeta y unas camisetas. En dos horas él cenaría con el Papa en El Vaticano”, relata Ricardo Montero, director técnico del equipo. El Papa recibió la camiseta y firmó una, algo que llena de emoción a Ricardo, “que el Papa tenga nuestra camiseta y se haya sacado una foto nos enorgullece, pero que sepa de nosotros, que conozca que hay jóvenes que llevan sus gestos y sus palabras a través del deporte y ser sus discípulos en cada rincón del

postmodernas según las cuales cada uno —buscando su placer y satisfacción personal— construye su propia vida a la carta, y distorsionan y ocultan la verdad en medio de mil medias verdades. Nos acercan peligrosamente al abismo de un relativismo moral donde ya no es posible discernir —para el bien del individuo y de la sociedad— lo fundamental de lo accesorio, lo esencial de lo accidental, lo permanente de lo transitorio y efímero. Dadas estas circunstancias políticas, someramente descritas, hoy es muy difícil decidir por quién votar, a qué persona y conglomerado político elegir para que rija los destinos de esta nación. Hoy, las grandes mayorías de votantes experimentan confusión, incertidumbre y desánimo a la hora de elegir entre las alternativas anteriormente descritas. Alternativas políticas —la de los demócratas y republicanos— con postulados extremos, igualmente populistas e igualmente peligrosos —como quedó dicho— para el futuro próximo de las familias, de la sociedad, de esta nación y del mundo. Por otra parte, y para empeorar el ambiente político electoral en el que nos encontramos inmersos, otras instancias e instituciones sociales que tendrían el rol y deber moral de orientar políticamente al pueblo

Hoy, las grandes mayorías de votantes experimentan confusión, incertidumbre y desánimo a la hora de elegir . norteamericano para la mejor elección política posible, se encuentran hoy —como nunca antes— desprestigiadas y, por ello, sin ninguna autoridad para guiarnos en esta coyuntura histórica, política, social, cultural y electoral. Esta elección política entonces no será entre dos propuestas muy buenas para la nación, o entre una propuesta buena y una mala, sino que nos encontramos condenados a elegir lo menos peor o, como se dice en filosofía, a elegir entre dos males el mal menor. Así las cosas, es muy difícil

Nos encontramos condenados a elegir entre dos males el mal menor.

entonces el panorama electoral que se nos propone y en el que necesariamente tenemos que elegir —panorama electoral que muestra el decaimiento moral y espiritual de nuestra sociedad. Nuestro progreso material y económico como sociedad no coindice con el progreso humano, moral y espiritual, devela la falta de líderes políticos moralmente bien formados que luchen por el bien común. por todo lo anteriormente dicho, este panorama electoral nos urge a todos a continuar bregando en la búsqueda por establecer y continuar consolidando esta sociedad y nación en los grandes valores de la humanidad, tales como la verdad para la libertad, la justicia para la paz y la solidaridad para la convivencia. Entonces, ¡que entre dos males se elija el menor! Mario Paredes Director Ejecutivo de Advocate Community Providers

Fotots: Club Deportivo Papa Francisco

“Ser sus discípulos en cada rincón del mundo es lo que nos anima a seguir llevando su nombre en lo más alto”. mundo es lo que nos anima a seguir llevando su nombre en lo más alto”, dice Ricardo. A pesar de no haber conocido al Papa en persona, Ricardo y el club confían en que en el próximo viaje de Gustavo Vera puedan tener una audiencia personal con Francisco. El hecho de que el Papa conozca sobre el equipo es una gran motivación para Ricardo y sus jugadores, que esperan conseguir el ascenso a la categoría C del fútbol argentino.

El papa Francisco recibió la camiseta del Deportivo Papa Francisco gracias a su amigo Gustavo Vera. El Santo Padre autografió una de las camisetas, un tesoro para los directivos, jugadores y entrenadores del equipo.

Jugadores de la selección Argentina como Javier Mascherano (derecha) y Ezequiel Lavezzi (izqierda) han mostrado su apoyo al equipo.

Octubre de 2016 5

La Madre Teresa en El Bronx

Darío López Capera

Darío López Capera

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l pasado 4 de septiembre el papa Francisco canonizó a la Madre Teresa de Calcuta, la fundadora de la congregación de las Misioneras de la Caridad. Por esta razón visitamos el convento de las Misioneras de la Caridad que está en El Bronx, para conocer uno de los lugares donde vivió la hoy santa Madre Teresa de Calcuta. Al llegar allí nos llevaron al altar donde está expuesto el Santísimo. Cerca se observa una foto de la Madre Teresa y un pequeño recipiente con papeles. Una de las hermanas nos dice que escribamos nuestras peticiones para pedir a la Madre Teresa su intercesión. Allí también hay un relicario con una muestra de la sangre de la Santa. Unos minutos después llega la hermana M. Lilia M.C., religiosa argentina que forma parte de la congregación desde hace más de 30 años. Nos lleva al comedor donde dan comida a desamparados. Nos cuenta que la Madre Teresa servía alimentos a los pobres de la zona durante los años en que vivió en este convento. Junto a una imagen de la Santísima Virgen María comenzamos el diálogo con esta religiosa de voz pausada. “Para nosotros es un evento

realmente que nos llena de mucha alegría: alguien que conocimos tan bien, que nos dio la bendición, que nos cortó el pelo, que en mi caso, me puso el crucifijo, es santa. Lo hemos sabido de alguna manera siempre, porque Madre es muy especial”. La hermana Lilia nunca habla en pasado de la Madre Teresa, una muestra más de que su presencia y sus enseñanzas trascendieron más allá de su presencia física. “Yo tuve la gracia que ella me cortó el pelo, con ella tuve mis primeros votos, me puso el crucifijo y después de mis votos finales, en 1994 en Washington D.C., además mi destino de misión fue Albania, su país de origen. Fue un tiempo duro. Madre venía muchas veces a visitarnos, entonces hemos compartido mucho con ella”, explica la hermana M. Lilia M.C. Desde su ingreso a la congregación en 1984, la hermana Lilia descubrió en la Madre Teresa a una mujer completamente enamorada de Jesús, “Madre siempre insistía en el silencio y esa frase tan conocida que el fruto del silencio es la fe, el fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio y el fruto del servicio es la paz”.

Madre Teresa: La “rockstar” que nunca fue José Antonio Varela Vidal

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lla era una mujer curtida, yo un joven aún con acné; ella rozaba con la santidad, yo ni la pretendía; ella tenía la fama y yo ninguna. Quise acercarme a la ya proclamada santa Teresa de Calcuta durante su cuarta visita al Perú en 1989. Para un estudiante de periodismo, como lo era yo, obtener una foto suya o, en el mejor de los casos, unas declaraciones, hubiera sido tocar el cielo. No pensé en lo que debía, pues no busqué su mirada ya de santa, ni escuché su sabiduría, ni menos quise tocar su vestido. Quería, eso sí, tener primicias de la “rockstar” madre Teresa.

Al ingresar a un auditorio, lleno de extremo a extremo, no me crucé con ella para contemplarla sino para tomarle fotos a diestra y siniestra, incomodándola con la luz del flash que nunca buscaba. Era yo el que daba un espectáculo de “camina para atrás” impresionante, para al final solo obtener fotos que salieron movidas por tanta aglomeración de gente que sí veía en ella a la santa que se me escapaba ante los ojos. No contento con eso, me gasté todo el dinero para los buses de una semana en tomar un taxi, a fin de adelantarme

El altar donde oran las hermanas. A la derecha hay una imagen de santa Teresa de Calcuta.

Madre Teresa servía alimentos a los pobres de la zona durante los años en que vivió en este convento. Las Misioneras de la Caridad estuvieron presentes en la Eucaristía celebrada por monseñor Raymond Chappetto, obispo auxiliar de Brooklyn, el día de su canonización. El lunes 5 de septiembre, ofrecieron una misa en la parroquia de Santa Rita en El Bronx, donde se celebró por primera vez la fiesta de la santa Madre Teresa de Calcuta. “Como decía Madre”, explica la hermana M. Lilia M.C., “la alegría es un manto que muchas veces esconde una vida de sacrificio, una vida de una unión profunda con el Señor. Este regocijo tan profundo brota de que de alguna

manera uno ya lo sabía desde antes, entonces es como una confirmación. Madre camina con tantos de nosotros… Ella nos dijo: «Cuando Madre no esté con ustedes, yo voy a estar en nuestra oscuridad y estaré para ayudarlos»”. “Era muy mamá, en el sentido que era una persona de autoridad, la fundadora de la congregación, pero nunca puso una distancia, tenía una cercanía muy bonita. Cuando ella tenía un diálogo parecía que no existía nada más, que tú eras todo lo que existía para ella. Siempre podía ver quién era el más necesitado. Tenía un gran sentido del humor”, concluye la hermana Lilia.

hasta la casa fundada por las religiosas, sus hijas, donde ella llegaría luego. Sabía que era en Tacora, un barrio peligroso en Lima realmente prohibido de transitar a pie por su inseguridad. Allí no había que estar a solas más de tres minutos para no ser asaltado, por lo que al llegar una delegación de visitantes, mi temor me hizo escabullirme entre ellos para ingresar a la casa de acogida. “¡No fotos!” me advirtió una religiosa con un español de acento extranjero, lo que no sopesé en su verdadero valor. Yo había llegado por “la foto”. Ahora sí quería tener imágenes propias de la madre Teresa sonriendo, rezando, cargando niños, como las que ilustraban las publicaciones del mundo entero. En pocos minutos y despistado entre salas sin nada, cuartos con enfermos que nunca había visto y una sobriedad por donde voltearas, observé para saber dónde “descansaba” la famosa religiosa.

La encontré donde debí empezar la búsqueda: en una pequeña capilla, sentada según su estilo y desconectada del mundo, diría yo, hasta que el clic victorioso de mi cámara se disponía a interrumpirla… Fue entonces que una mano tosca de obrero, aunque femenina, frenó mi intento y me sacó prácticamente de esa tierra santa. “Le dije que nada de fotos”, me imperó la religiosa portera que exudaba ira santa de sus ojos. Volteé a ver a madre Teresa por si decía “déjenlo”, pero ella parecía pedir que la dejen a solas con Dios, inmutable y ya no sé en cuál morada. Yo más bien en medio minuto estaba en la calle, expulsado del brazo por la religiosa, que como ángel querubín me dejó sin paraíso. Fue entonces que sin fotos ni declaraciones, estaba otra vez en medio de una avenida extensa y peligrosa que me obligaba a transitarla a paso ligero para escapar en un bus. Así conocí los lugares extremos donde la madre Teresa fundaba sus casas,

La hermana Lilia nos muestra algunos de los objetos personales utilizados de la Madre Teresa.

En el pasillo que lleva al altar hay una foto de los ahora santos Madre Teresa de Calcuta y Juan Pablo II.

allí emergían enfrente mío los rostros y calles de “los pobres entre los pobres”. Sin embargo, estos hechos fueron el punto de inflexión en mi vida para empezar un largo recorrido — hasta hoy—, de admiración y seguimiento a aquella mujer que yo quise ver entonces como una “rockstar”, pero que ella quiso mostrarse ante mí como una santa desinteresada por la fama de este mundo.

José Antonio Varela Vidal Periodista. Ha trabajado para Zenit y Aleteia. Escribe para El Cooperador Paulino, de España,  Misión sin Fronteras, del Perú, y El Observador de la Actualidad, de México. Dirige la revista Testimonio, de Lima.

EN LA DIÓCESIS

www.nuestra-voz.org

COMUNIDAD RELIGIOSA

Noviembre de 2016

NUESTRA VOZ

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Foto: Darío López-Capera

Un hijo de Brooklyn al servicio de su Diócesis Darío López-Capera

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ON UNA VOZ QUE CONTAGIA su serenidad, el padre Darrell da Costa nos invita a su oficina en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima. Allí es más notoria su sonrisa, que parece ser el rasgo que lo identifica. Sus padres nacieron en Jamaica, la encantadora isla del Caribe. En los años cincuenta emigraron a Nueva York. En Brooklyn, el 8 de agosto de 1963, nació el padre Darrell. Estudió en la Escuela Primaria San Francisco de Asís. En Manhattan estudió la escuela secundaria y entró a estudiar inglés en St. Joseph’s College en Brooklyn. Creció en un hogar católico junto a su hermana mayor. Su padre iba a misa a diario, él lo acompañaba algunas veces y ésa pudo ser una de las razones por las que a la simple pregunta de “¿Qué quieres ser cuando grande?”, que le hicieron en su escuela, el joven Darrell respondió: “Sacerdote”. “Antes de entrar al seminario, yo estaba involucrado con el grupo de oración y tocaba la guitarra. Tenía un grupo donde tocaba, para mí era un tiempo donde me divertía y me relajaba. Éramos cinco los integrantes del grupo y tocábamos música carismática. Estuve con ellos por cinco años”, cuenta el padre Da Costa. Fue profesor en la Escuela Primaria Santa Rita, trabajó en la biblioteca y en la oficina de la Arquidiócesis de Nueva York. Ingresó al Seminario de la Inmaculada Concepción en Huntington en 1991. Fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1997 por monseñor Thomas Daily, entonces obispo de Brooklyn. “Mis padres y mi

“En las parroquias donde he estado he practicado bastante mi español”.

hermana estaban muy felices, fue una gran bendición, oraron por mi sacerdocio y ese día fue muy especial, fue un regalo de Dios para todos”, comenta el padre Da Costa. “Mi primera parroquia fue San Salvador en Brooklyn, luego fui a Santa Teresa en Woodside, después a San Pablo Apóstol en Corona, a donde me enviaron como párroco. En noviembre de 2015 llegué a Nuestra Señora de Fátima”, explica el padre Darrell. Su primera misa fue en la parroquia donde creció. “Fue en San Mateo, en Crown Heights. Me acuerdo que la comunidad estaba feliz porque uno de los suyos se estaba ordenando sacerdote. Fue un día donde sentimos la mano de Dios en nuestras vidas, es un día de luz”, dice el párroco de Nuestra Señora de Fátima.

“Una persona me dijo que quería una foto conmigo porque me parecía al presidente Obama”. El padre Darrell da Costa habla un muy bien español. “En la escuela secundaria tuve clases de español, también en la universidad y en el seminario teníamos una clase semanal en los últimos dos años y en las parroquias donde he estado he practicado bastante mi español”. Para el padre Da Costa, lo mejor de ser sacerdote es poder celebrar la Eucaristía. “La misa es algo más que extraordinario, es trascendental. Es un momento de espiritualidad con su comunidad y también la Eucaristía es un privilegio, es una oportunidad, un tiempo en Dios usa al sacerdote como instrumento de gracia”. Es imposible no preguntarle por su parecido con el presidente del país, Barack

El padre Darrell da Costa nació en Brooklyn el 8 de agosto de 1963. Foto: The Tablet

Obama, “yo estuve en los viajes de San Pablo y fuimos a Turquía y una persona me dijo que quería una foto conmigo porque me parecía al presidente Obama”, responde el padre en medio de risas. El padre Da Costa le gusta mucho caminar y disfrutar de la naturaleza, también meditar y ver los juegos de baloncesto de la NBA.

El padre Darrell da Costa fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1997 por el entonces obispo de Brooklyn, monseñor Thomas Daily.

“La misa es algo más que extraordinario, es trascendental”.