El estilo de Letizia, una declaración de intenciones

20 jun. 2014 - libélula–, además de sendos vestidos brocados con polleras de vuelo en tonos verde agua y rosa. La reina
4MB Größe 8 Downloads 64 Ansichten
8

|

el mundo

| Viernes 20 de junio de 2014

la transición real | las mujeres de la corona

El estilo de Letizia, una declaración de intenciones

Leonor, la heredera más joven de Europa

Con su vestido, la ahora reina buscó estar a tono con el mensaje de austeridad y sobriedad de los festejos Carmen Mañana EL PAíS

MADRID.– Si hubiese existido una apuesta sobre qué diseñador vestiría a la reina Letizia en la ceremonia de coronación de ayer, nadie se habría hecho rico. La hasta ayer princesa no sorprendió, pero convenció. Eligió al que es ya su modista de cabecera, el español Felipe Varela, y apostó –como su suegra, la reina Sofía, y su cuñada Elena– por un traje corto y en tonos claros. En su caso, fue un simple abrigo crema con un cuello de cristales que cubría un vestido recto del mismo color. Por la limpieza de líneas y paleta, su conjunto recordaba al ya célebre traje pantalón de Armani que llevaba cuando se dio a conocer su compromiso matrimonial con el entonces príncipe Felipe, hace más de 10 años. La elección de Letizia por este conjunto encierra una verdadera declaración de intenciones. Aunque gran parte de la crítica española suele describir su estilo como correcto, en el mejor de los casos, Letizia se mantiene fiel como reina a la hoja de ruta que trazó como princesa. Esa estrategia no es otra que la de la reina Sofía: confiar en un diseñador y simplificar así la compleja labor de vestirse para muchos y diversos actos. Si la escogida de Sofía es Margarita Nuez, el de Letizia es Felipe Varela. De él también vistió durante el acto de sanción de la ley orgánica que hizo efectiva la abdicación de don Juan Carlos, anteayer. Entonces lució un vestido en blanco y negro que ya había utilizado en el almuerzo previo al Premio Cervantes, en abril pasado. La nueva imagen La simplicidad de los trajes elegidos por la familia real –sólo rota, obviamente, por los uniformes militares del rey Felipe VI y Carlos– res-

pondía al carácter matutino del acto, pero también lanzaba un mensaje de sobriedad, sencillez, de normalidad acorde con la imagen que la nueva pareja reinante quiere proyectar en una España golpeada por una crisis inclemente. Sin más joyas que una medalla azul en el pecho y unos pequeños aros, el pelo lacio y un maquillaje natural, el estilo de Letizia está más cerca del de la directora del FMI, Christine Lagarde, en su jura como ministra de Economía francesa que del de la argentina Máxima Zorre-

Felicitaciones desde todo el mundo ^b^b^ La comunidad internacional felicitó hoy a Felipe VI por su proclamación como rey de España y le expresó sus deseos de estrecha colaboración, al tiempo que rindió homenaje a la labor desempeñada por su padre, el rey Juan Carlos, en sus 39 años como jefe del Estado. ^b^b^ El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, felicitó a Felipe VI y le manifestó su deseo de “trabajar estrechamente” para “continuar fortaleciendo” el vínculo entre los dos países. ^b^b^ Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, subrayó que la proclamación “llega en un momento de importantes retos para España y para la Unión Europea”.

guieta en su coronación como reina de Holanda, el año pasado. No es ningún secreto que Letizia privilegia el pragmatismo por encima de la sofisticación en su armario. Pero esto no parece un impedimento para que diarios internacionales como The Daily Telegraph la reivindiquen como ícono de estilo y una de las mujeres más elegantes entre las casas reales europeas. Pero las auténticas estrellas del acto fueron las infantas Leonor y Sofía, que lucían su peinado habitual –una trenza sobre un recogido de medio lado y una diadema con una libélula–, además de sendos vestidos brocados con polleras de vuelo en tonos verde agua y rosa. La reina Sofía eligió un vestido amarillo de líneas rectas rematado por un impresionante collar de perlas. El punto sofisticado y las lágrimas de emoción las puso, como ya es tradición en la familia real española, su hija Elena, que llevaba un traje de pollera recta y chaqueta. El saco dejaba entrever una blusa plisada en tonos empolvados. Cambio de colores La paleta de color elegida no sólo por la familia real sino también por los invitados funcionó con una suerte de metáfora del cambio que España sufrió desde la coronación de Juan Carlos I hasta la de Felipe VI. Hace 39 años: gris y oscura, plúmbea. Hoy, dejando a un lado los jaqués de los hombres, se vieron verdes lima –en la política conservadora Esperanza Aguirre–, naranjas –en la presidenta de la región de Andalucía, la socialista Susana Díaz– e incluso plateados. Del duelo de ex presidentes –Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero– salió derrotado este último. La combinación de traje negro y camisa blanca tiene muchos riesgos, sobre todo si el tejido brilla. Fue un empate en ceño fruncido.ß

La primera en la línea de sucesión al trono tiene tan sólo ocho años

El vestido de Letizia fue diseñado por Felipe Varela

afp

Leonor y Sofía llevaban vestidos iguales

efe

MADRID.– Princesas, palacios, coronas y reyes. Lo que para muchas chicas alrededor del mundo son elementos de un cuento de hadas, para Leonor, la nueva heredera al trono español con tan sólo ocho años, esas palabras tienen un valor mucho más tangente y relevante: son parte de su vida y, como tal, una cuestión de Estado. Tras la abdicación de su abuelo, Juan Carlos I, y la proclamación de su padre como nuevo monarca, dejó de ser “infanta” para convertirse en la princesa de Asturias, a la que sus amigos tendrán ahora que llamar “alteza” y que tal vez reine en España un día. La imagen era inédita: a las puertas del Parlamento español, donde su padre fue proclamado rey de España, la princesa Leonor saludaba ayer a representantes de las instituciones españolas que se inclinaban ante ella con una reverencia. A su lado, su madre, la reina Letizia, le presentaba a cada uno de ellos. El gesto, del que fue protagonista la pequeña que llevaba un espléndido vestido rosa, y cuyo alcance probablemente no haya comprendido, encierra un simbolismo político palpable: Leonor se convirtió en la heredera más joven a un trono europeo. En el futuro, la pequeña de cabellos rubios y cara angelical recibirá instrucción militar, ya que en caso de que llegue a reinar se convertirá, como su padre, en la jefa del Ejército. Durante el discurso del rey, la princesa Leonor permanecía sentada con los pies cruzados pese al intento de su madre de que los separase. Quizá esta imagen, la de la princesa a la que todavía no le llegan los pies al suelo desde la silla, sea la que mejor reflejara que, pese a todo, es sólo una chica de ocho años.ß Agencias AFP y EFE