Duras condenas por el “robo del siglo”

nazadas por el imperio alemán. Encuentro tras el cautiverio. Eva y su madre también sobre- vivieron al cautiverio. Otto
1MB Größe 10 Downloads 104 Ansichten
28

INFORMACION GENERAL

I

Sábado 22 de mayo de 2010

EL ASALTO AL EX BANCO RIO s EL FINAL DEL JUICIO ORAL Y LA SENTENCIA

Duras condenas por el “robo del siglo” Impusieron penas de entre 9 y 15 años de cárcel a los acusados; consideraron agravante el daño psíquico sufrido por los damnificados GUSTAVO CARABAJAL LA NACION En un fallo unánime, un tribunal de San Isidro impuso penas de entre 9 y 15 años de prisión a cuatro acusados de haberse apoderado de 19.000.000 de dólares de las cajas de seguridad de la sucursal Acassuso del ex Banco Río. Si bien las condenas que impuso el Tribunal Oral N° 1, integrado por los jueces María Elena Márquez, Alberto Ortolani y Gonzalo Aquino, se aproximaron a las solicitadas por los fiscales Eduardo Vaiani y Gastón Garbus, los magistrados tomaron como agravante los daños físicos y psíquicos provocados en los propietarios de las cajas de seguridad saqueadas por los acusados. El denominado “robo del siglo” ocurrió el 13 de enero de 2006, a las 12.38, cuando cinco de los siete de integrantes de la banda irrumpieron en la entidad, situada en la Avenida del Libertador y Perú, y tomaron como rehenes a 23 empleados y clientes. Tras cinco horas, los delincuentes huyeron por un boquete que conducía al desagüe, pasaron debajo de los más de 200 policías que rodeaban el banco con el millonario botín que saquearon de 145 cajas de seguridad y del tesoro de la entidad. “A más de cuatro años del hecho, algunos rehenes no se recuperaron de lo padecido en aquella oportunidad. Martín Buyo y García Requeira se quebraron cuando vinieron a declarar. Otros debieron realizar terapia para atravesar la crisis, producto de su experiencia. “No puedo tampoco dejar de mencionar que la testigo Silvana Miriam Lacampagne relacionó de manera directa el fallecimiento de su padre como consecuencia del disgusto ocasionado por el saqueo a la caja de seguridad donde guardaba sus bienes”, sostuvo el juez Ortolani al analizar las conductas de los acusados. Rubén Alberto De la Torre fue condenado a 15 años de prisión, mientras que Fernando Araujo recibió una pena de 14 años de cárcel. Según consideró el tribunal, ambos fueron dos de los cinco sospe-

EN GENERAL VILLEGAS

Los condenados

Pidieron que se investigue a un abogado

➔ Rubén Alberto De la Torre: fue

condenado a 15 años de prisión. Según los jueces, quedó acreditado que fue quien entró en el banco vestido con un delantal como el que usan los médicos.

➔ Fernando Araujo: recibió una

pena de 14 años de cárcel. Fue otro de los cinco sospechosos que irrumpió en la entidad y tomó como rehenes a 23 clientes y empleados.

➔ José Julián Zalloecheverría: fue

condenado a 10 años de prisión. Según los magistrados, quedó acreditado que fue el chofer de la combi Volkswagen en la que esperó a sus cómplices estacionado sobre la alcantarilla situada en Tres Sargentos y Libertad.

➔ Sebastián García Bolster: en la

banda le decían “el marciano” o “el ingeniero”. Diseñó el boquete entre el desagüe pluvial y el subsuelo del banco para que la banda escapara. Fue condenado a 9 años de cárcel.

chosos que irrumpieron armados en el banco y simularon la toma de rehenes para ganar tiempo, mientras otro grupo rompía las cerraduras de las cajas de seguridad y terminaba el boquete. En tanto que los magistrados condenaron a 10 y 9 años de cárcel a José Julián Zalloecheverría y a Sebastián García Bolster, respectivamente. Con respecto al primero, los jueces consideraron que fue el chofer de la combi Volkswagen que esperó a sus cómplices, estacionado sobre la alcantarilla situada en la esquina de Libertad y Tres Sargentos. A partir de las dichos de los testigos que declararon durante los casi cuatro meses que duró el juicio oral, los jueces concluyeron que García Bolster, también conocido como “el ingeniero”, se encargó de planificar y construir el boquete que permitió

GRUPO 44

José Julián Zalloecheverría y Rubén Alberto De la Torre (con barba), acompañados por sus abogados llegar a los asaltantes desde el desagüe pluvial que pasa por debajo de la calle Perú hasta el subsuelo del banco. “No me lo esperaba”, dijo al retirarse, esposado, De la Torre quien, junto con Zalloecheverría, fueron los dos únicos condenados que quisieron escuchar la sentencia. García Bolster y Araujo no quisieron exponerse a los medios y prefirieron quedarse en los calabozos de la Delegación de Investigaciones de San Isidro, donde permanecen detenidos desde el 6 del mes pasado. Ese día, el tribunal dictó el veredicto condenatorio de los cuatro imputados y dispuso sus detenciones. Ayer, después de 15 días de revisar testimonios y pruebas incorporadas durante el debate, los jueces concluyeron que los cuatro acusados fueron responsables de “robo doblemente

calificado por ser cometido con arma apta para el disparo y en un sitio poblado y en banda, en concurso ideal con privación ilegal de la libertad calificada por violencia y amenazas”. Fue la primera vez tras más de cuatro años de investigación que tres jueces le dieron la razón a los fiscales y consideraron acreditado que la banda utilizó armas de verdad y no réplicas. Al fundar esa calificación, los jueces tuvieron en cuenta las declaraciones del policía Walter Serrano y del custodio Gustavo Prado, y el hecho de que, cuando le quitaron el arma al policía, los asaltantes tuvieron en su poder una pistola que, según su propietario, estaba en perfectas condiciones. Se trató de un detalle clave debido a que el expediente llegó al juicio

caratulado como “robo calificado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no fue acreditada”, cuya pena máxima es de 10 años, y no como “robo calificado por el uso de arma apta para el disparo”, que prevé una pena de 20 años de cárcel. “Uno de los testigos refirió que la suma que le sustrajeron era producto de la venta de un departamento; otro, que parte de lo que le habían robado era de su hijo. Cada uno de los titulares de las cajas de seguridad robadas nos hizo partícipes de sus pérdidas; en algunos casos, sueños rotos y, en otros, esperanzas perdidas de un retiro laboral decoroso”, concluyó el juez Ortolani en el fallo.

Especial multimedia: las condenas por el robo del siglo. especiales. lanacion. com.ar/multimedia/

Una historia singular

En la página 271 de las 333 carillas de la resolución en la que el Tribunal Oral N° 1 de San Isidro impuso las condenas a cuatro de los acusados por el “robo del siglo”, los jueces se refirieron al abogado José Luis Estévez: pidieron que se extrajeran los testimonios que lo mencionaron durante el juicio oral y que se lo investigara por su presunta vinculación con la banda que concretó el millonario asalto, hace más de cuatro años. “Estévez fue vinculado al presente proceso ya en la instrucción penal, aunque desafectado después por el juez de garantías, no obstante lo cual, habiendo surgido del desarrollo de este debate circunstancias que revelan una posible participación del nombrado, es que propondré que se profundice la investigación”, expresó el juez Ortolani. Según lo expuesto por los fiscales Eduardo Vaiani y Gastón Garbus, Estévez habría sido uno de los cinco imputados que irrumpieron en la sucursal del ex Banco Río y que en las filmaciones de las cámaras de seguridad aparecería vestido con una remera de piqué, de mangas cortas. A pesar de que durante la etapa de instrucción del sumario, el equipo de investigadores judiciales formado por el fiscal general de San Isidro, Julio Novo, solicitó su captura, el juez de garantías, Rafael Sal Lari, rechazó esa solicitud. El cuarto imputado que entró en el banco, vestido con traje gris, fue Mario Vittete Sellanes, quien será sometido a juicio este año, mientras que los otros fueron Rubén Alberto de la Torre y Fernando Araujo. En tanto, todavía no se identificó al quinto sospechoso.

OPERATIVO POLICIAL

Repudió Scioli el abuso de una menor

Detuvieron a una joven acusada de entregadora

Agregó que hay que “proteger” a los chicos

Estaba con un piloto de TC que fue robado

El gobernador bonaerense Daniel Scioli repudió ayer el abuso sexual al que se sometió a una menor en el partido de General Villegas, hecho por el cual tres hombres conocidos del pueblo fueron imputados. “Tengo una posición de repudio, de rechazo a esta situación de abuso sexual y de perversión que no honra de ninguna manera la historia grande de General Villegas”, dijo el gobernador después de inaugurar el nuevo edificio de la Biblioteca Sarmiento. Scioli aclaró que su gobierno “está absolutamente comprometido en esta lucha contra este flagelo” [por los abusos sexuales] y destacó que “el registro de violadores y otras iniciativas están orientados a cuidar a nuestros niños y adolescentes”. El mandatario provincial consideró que “la amplísima mayoría” de General Villegas es “un pueblo sano, culto y con buena fe” que “seguramente coincide” con su posición. Para el gobernador bonaerense, “el Estado no puede quedarse comentando los problemas”. Y agregó: “Nosotros no estamos acá para comentar cuestiones que seguramente todos coincidimos con respecto a este rechazo, sino para generar políticas activas para prevenir y el rigor y castigo a los responsables cuando ocurren estos hechos morbosos”. Los imputados del abuso sexual contra una menor de edad son Mariano “Papa frita” Piñero, de 29 años; José María “El potro” Narpe, de 28 años, y Mario Magallanes, de 24 años. El miércoles pasado, Luis Correa, abogado de la familia de la menor abusada, presentó en los tribunales una denuncia por amenazas que habrían sufrido los padres de la niña de 15 años. Ese mismo día, el abogado defensor de los tres imputados, Jorge Dispurro, pidió la revocatoria de la negativa de la eximición de prisión a la Cámara de Apelación Penal de Trenque Lauquen.

LA PLATA.– Ayer a la madrugada fue detenida, acusada de entregadora, la joven de 15 años que la semana pasada acompañaba al piloto de TC Pista Sebastián Abella, cuando el vehículo que éste manejaba fue interceptado, en la ciudad bonaerense de Campana por delincuentes que los mantuvieron cautivos hasta que los liberaron en Villa Lugano, en la ciudad de Buenos Aires. Así lo confirmó a LA NACION el jefe de la DDI de Zárate-Campana, comisario mayor Rubén Lobos. “Al entrecruzar los llamados y mensajes de texto entre personas vinculadas al hecho nos resultó novedoso detectar que, minutos antes del ilícito, desde el celular de la supuesta víctima [la joven] había una comunicación directa e intensa con los que después serían los secuestradores”, explicó el oficial superior. Abella no sale de su asombro. “Habíamos pegado buena onda con la chica, aunque no éramos novios como se dijo. Todavía no puedo creer que con esa edad participara en una banda de delincuentes y se disfrazara de secuestrada. Cuando nos liberaron lloraba como un marrano”, dijo el piloto en diálogo con LA NACION. El hecho se produjo hace una semana, a la medianoche, cuando Abella se movilizaba a bordo de su Renault Kangoo color gris acompañado de la menor. Al dirigirse a un local de comidas rápidas de Campana fue interceptado por cuatro delincuentes que se movilizaban en dos autos. Alrededor de las 6, luego de sustraerle al piloto 6000 pesos de su local de motos, las víctimas fueron abandonadas en el barrio porteño de Villa Lugano. Durante la semana el piloto se comunicó cuatro veces con la familia de la adolescente para darle su contención. “Nunca sospeché nada”, contó Abella. Junto con la mujer fueron detenidos tres hombres, dos de ellos con antecedentes. Lobos confirmó que aún hay dos personas prófugas.

Pareja. Otto y Fritzi el día en que contrajeron matrimonio, en Amsterdam

En familia. En la ciudad suiza de Bazel, retrato familiar donde se ve a Otto Frank, Fritzi Geiringers, Eva de Schloss y sus tres pequeños hijos Caroline, Jacky y Silvia.

Celebración. Otto (86) y Eva (46) festejan el cumpleaños de ambos

Llega al país Eva Schloss, la mujer que compartió su vida con Ana Frank Su madre se casó con el padre de Ana; la conmovedora historia de dos familias tras el Holocausto Cuando Hitler invadió Austria, Eva Geiringers tenía nueve años y su familia decidió mudarse de país. Tras un paso por Bélgica, terminaron en Amsterdam, Holanda, en la casa de al lado de la de Ana Frank. Allí Eva y Ana se hicieron amigas, compartieron juegos y sueños, hasta que la persecución desatada contra los judíos cambió todo el panorama y obligó a las familias de ambas niñas a vivir escondidas. Fue entonces cuando Ana comenzó a escribir su famoso diario. Años después, el padre de Ana y la madre de Eva, que habían enviudado en Auschwitz, se casaron y Eva se convirtió en la hermanastra post mortem de Ana. El 10 del mes próximo, Eva Geiringers de Schloss visitará la Argentina para participar de una jornada organizada por las autoridades de La Casa de Ana Frank en el país que, por estos días, festeja su primer aniversario, desde que fue inaugurada el 2 de junio de 2009, y el 50° aniversario de la Anne Frank House de Holanda. El encuentro tendrá lugar en Superí 2646, Saavedra, a las 19. A partir de 1942, cuando se intensificó la persecución contra los judíos, los Frank y los Geiringers subsistieron en la clandestinidad

Ana Frank. En sus años de infancia, Eva y Ana (foto) fueron amigas hasta que debieron exiliarse y ocultarse para no ser atrapadas por el régimen nazi. En su escondite fue cuando Ana escribió las conocidas memorias.

Eva, en la actualidad ARCHIVO

por dos años, hasta que fueron descubiertos por el régimen nazi y trasladados al campo de concentración de Westerbork y, más tarde, a Auschwitz–Birkenau. Ana murió allí de tifus, apenas un mes antes de que el ejército ruso liberara Auschwitz. Otto, su padre, fue el único sobreviviente de la familia Frank. Cuando el hombre regresó a Amsterdam, descubrió el diario que había escrito su hija durante aquellos años

en los que tuvieron que vivir escondidos para preservar sus vidas amenazadas por el imperio alemán.

Encuentro tras el cautiverio Eva y su madre también sobrevivieron al cautiverio. Otto se encontró con ellas con la esperanza de recibir buenas noticias de su esposa e hijas. Su vida pareció desplomarse cuando se enteró de lo que le había sucedido a su familia.

Sólo las palabras del diario de la pequeña Ana parecieron sostenerlo, además de su amistad con Eva y su madre. Tanto, que pocos años más tarde, Otto y Fritzy, la madre de Eva, se casaron. En 1951, Eva se mudó a Londres para trabajar como fotógrafa y allí se casó con Zvi Schloss, cuya familia también había sido refugiada en Alemania. Tuvieron tres hijas, que Otto cuidó y quiso como a sus propias nietas. Fritzy y Otto estuvieron casados durante 27 años. Dedicaron su vida a dar difusión al diario de Ana Frank, que fue traducido a más de 70 idiomas. Hasta sus últimos días, la pareja contestaba personalmente cada carta que recibía de personas de diferentes lugares del mundo que habían leído el libro. Para Eva, como para muchos sobrevivientes del Holocausto, fue muy difícil hablar de lo vivido durante ese período. Pero, en 1986, cuando una muestra itinerante llegó a Londres, decidió sumarse a esta causa, convirtiéndose en una activa luchadora para que se conozca la historia del Holocausto y que, a través de sus testimonios, se transmita un mensaje de tolerancia, respeto y humanitarismo.