Desarrollo Económico, 8/5/2006

Isaac Newton (1642-1727). Es necesario volver a la política economía política de los fisiócratas, Smith, Ricardo y Marx.
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5. Historia del pensamiento Si he visto más lejos fue porque estuve subido a hombros de gigantes Isaac Newton (1642-1727) Es necesario volver a la política economía política de los fisiócratas, Smith, Ricardo y Marx. Este natural y consistente flujo de ideas que debe ser rescatado, ha sido repentinamente interrumpido, enterrado, invadido, sumergido y arrastrado con la fuerza de una ola marina de economía marginal. Piero Sraffa (1898-1983)

5.1. Introducción En este capítulo se resumen las ideas acerca del desarrollo económico, de un grupo de autores que vivieron y escribieron entre mediados del siglo XVIII y principios del siglo XXI. Si bien este parece un objetivo altamente ambicioso, no lo es tanto si se siguen determinados ejes temáticos sin detenerse en la discusión de detalles del pensamiento de cada uno de los autores que se incluyen en esta revisión (lo que sería, por lo demás, una empresa imposible). Un objetivo más de este capítulo es el de mostrar que las ideas acerca del desarrollo económico son endógenas al propio proceso de desarrollo, esto significa que no pueden separarse y considerarse aisladamente de los acontecimientos económicos, políticos, sociales y culturales que viven las naciones y del mundo en general. No es aventurado plantear que hay un antes y un después del artículo de Rosenstein-Rodan (1943). El “antes” será fijado aquí, con fines expositivos, en el período que va desde la aparición del Tableau Économique de Quesney, en 1758, hasta la publicación del artículo de Rosenstein Rodan (1943). Se verá que para todo lo que puede clasificarse como “economía clásica”, los problemas que encuadramos con el rótulo de “problemas del desarrollo” son tratados con mucho detenimiento. Se sostendrá aquí que el silencio posterior de más de 80 años en temas relacionados al desarrollo económico, se debió a una muy especial evolución de hechos económicos, que desvió la atención de los investigadores a cuestiones relacionadas con el funcionamiento de los mercados y de la política económica de corto plazo. Las contribuciones de Marshall y Keynes son elementos emblemáticos del pensamiento económico de finales del siglo XIX y

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mediados del XX, y ninguno de ellos incluye la discusión de problemas relacionados con el desarrollo económico. Otra ha de ser la historia que comienza en la década de 1940. El artículo de Rosenstein-Rodan (1943) se parece a un lento despertar de los investigadores a una realidad mundial más que palmaria: hacia los años 40, los países del mundo podían ser clasificados claramente en dos grandes grupos según sus niveles de vida (expresado, por ejemplo, en el ingreso per cápita): los ricos y los pobres. ¿Por qué el análisis económico no se ha ocupado del crecimiento económico de los pobres? ¿Por qué éstos son pobres y los demás no? ¿Qué pueden hacer los gobiernos para cambiar el destino de este grupo de países? ¿Valdrá la pena hacerlo o el intento es completamente inútil? ¿Por qué será el gobierno el que deba hacerse cargo y no la iniciativa privada? Éstas y otras tantas más, parecen ser las preguntas que rondan en esta prolífica época de la economía del desarrollo; lo que se ha llamado aquí la “generación dorada” de economistas del desarrollo. Luego se desata la ola de contribuciones relacionadas con el tema: economistas del mundo desarrollado escribiendo sobre los países pobres, economistas de países pobres haciendo sus aportes, muchas veces desde una perspectiva contestataria de la sabiduría económica tradicional, etc., todo ello mezclado con un clima político internacional muy preocupado por estos temas y pensando el desarrollo no ya como un proceso, sino como un objetivo de política; fomentando aquellos estudios que ayuden a encontrar el camino de la modernización y el crecimiento económico. Ese es el camino que recorre este capítulo, que se ha organizado según el siguiente plan. En la próxima sección se exponen los hechos que caracterizaron el período en el cual se “escribe” la teoría del desarrollo, con un comienzo un tanto arbitrario que coincide con el nacimiento de la Economía Política como ciencia, hasta la actualidad. En la sección siguiente se presenta un resumen del pensamiento clásico acerca del desarrollo. Este período abarca desde el trabajo de Françoise Quesney (1694-1774), a Karl Marx (1818-1883). La sección 5.4 está destinada a lo que podría denominarse la “teoría clásica del desarrollo” y que incluye las ideas dadas a conocer entre la década de 1940 y hasta la de 1950. Luego, la sección 5.5

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se ocupa de los desarrollos de temáticas específicas que, originadas entre 1970 y 1980, habrán de signar el devenir de la Economía Política del Desarrollo en los años más recientes. La sección 5.6 arranca en 1990 con los informes mundiales de Naciones Unidas (Banco Mundial y Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) y concluye con los Objetivos del Desarrollo del Milenio del año 2000. El capítulo concluye con una reseña de los aportes realizados recientemente (a partir de 2005 aproximadamente) por la Economía Experimental del Desarrollo. Como los otros, este capítulo contiene recuadros para ilustrar parte de lo que se comenta en la parte central del texto y un Apéndice con la cronología de las obras que aparecieron a lo largo del período cubierto por esta revisión. 5.2. Hechos entre 1750 y 2011 1750-1820 Fijamos como fecha de inicio del análisis de la reflexión acerca del desarrollo económico el momento en que aparecieron las contribuciones de Françoise Quesney (1694-1774). El inicio es un tanto arbitrario, aunque algunos historiadores del pensamiento económico se refieren a los Fisiócratas como los fundadores de la ciencia económica1. Este período abarca también las contribuciones de Adam Smith (1723-1790), David Ricardo (1772-1823), Thomas Malthus (1776-1834), Juan Bautista Say (1767-1832) y John Stuart Mill (18061873). Esta es una etapa que podría denominarse de transición entre dos modos de producción: el feudal y el capitalista. Una economía que experimenta un cambio estructural con síntomas claros de aumentos de la productividad del trabajo que se originan en cambios técnicos operados en la industria manufacturera. También caracterizan al período fuertes disputas en el plano político, emergentes de las tensiones sociales y las luchas por el poder político. Tienen lugar en el período la Guerra de los Siete Años (1756-1763), las Guerras Napoleónicas (1792-1815), en 1776 se declara la Independencia de las Trece Colonias Americanas y en 1789, la Revolución Francesa.

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Por ejemplo Ferguson (1944).

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Además de lo que se ha llamado la Revolución Industrial, se producen en este período avances sustantivos en las ciencias naturales y exactas, como así también en la tecnología. Aparecen las escuelas de ingeniería y se obtiene por primera vez acero fundido. Lavoisier presenta los rudimentos de la Química moderna, y se impone la mecánica newtoniana y la teoría de la gravitación universal. Hay un desarrollo profundo del cálculo infinitesimal y Euler abre nuevas ramas de las matemáticas, como la topología y el cálculo complejo. Comienza también el estudio sistemático de los fenómenos eléctricos y del comportamiento de los sólidos. Se realizan las primeras investigaciones sobre meteorología y se realizan las expediciones naturalistas por todo el mundo. Un avance que tiene mucho que ver con la evolución de la población mundial (y por ende del nivel de vida) es el desarrollo de la primera vacuna moderna, dirigida contra la viruela (Edward Jenner). 1820-1870 Se desarrolla en este período la primera fase expansiva del desarrollo capitalista y quedan al descubierto algunos problemas relacionados con la distribución del ingreso y con las trabas institucionales y políticas. Un hecho saliente del período es la Revolución de 1848, que fue

la tercera oleada del más amplio ciclo

revolucionario de la primera mitad del siglo XIX, que se había iniciado con las revoluciones de 1820 y de 1830. Cobran importancia en este hecho político las primeras muestras organizadas del movimiento obrero. Si bien el proceso se inició en Francia, se difundió en rápidamente por toda Europa central (Alemania, Austria, Hungría) y por Italia. Fue determinante el nivel de desarrollo que habían adquirido las comunicaciones (telégrafo, ferrocarril), en el contexto de la Revolución industrial. Aunque todas ellas fracasaron y fueron reprimidas2, su trascendencia histórica fue decisiva: quedó clara la imposibilidad de mantener sin cambios el Antiguo Régimen, como hasta entonces habían intentado las fuerzas contrarrevolucionarias de la Restauración. Las reformas que se originaron una vez solucionados los 2

Al respecto pueden verse los análisis realizados por Marx en varios libros, como por ejemplo Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 (Marx, 1850), y el Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (Marx, 1852).

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conflictos permitieron el avance del capitalismo que tuvo lugar en la etapa siguiente. 1870-1913 Período de fuerte expansión del sistema capitalista. Es el período que sigue a la unificación de Alemania e Italia y a la Guerra de Secesión. Hasta 1913 no hubo conflictos trascendentes y la economía occidental creció a una tasa cercana al 2,7% anual, con países con un alto rendimiento, como los Estados Unidos y otros con un rendimiento por debajo de la media, como Italia y Francia. En este período la población de los países industrializados creció a un ritmo muy veloz, cercano (y en algunos casos superior) al 10 por mil. El aumento de la productividad provocado por la Revolución Industrial hizo posible una mejora en la alimentación de la población, a la vez que los descubrimientos médicos generaron importantes avances en la salud de la población, independientemente de las condiciones de vida. Por lo pronto, la fecundidad seguía siendo elevada, por lo que la transición demográfica se encontraba en pleno progreso. Se verificaron en el período intensos flujos migratorios desde Europa hacia los países de América y un gran avance en el tendido de redes de ferrocarril. Se siguieron construyendo vías ferroviarias desde los lugares en los que se había originado la gran expansión (Europa Occidental y noreste de los EEUU.) hacia lugares más lejanos, creándose así las grandes redes transcontinentales de América del Norte (hacia 1870) y Eurasia (Transiberiano y Orient Express hacia 1900). En este período se verificó también un importante desarrollo de nuevas formas de energía, como el gas y el petróleo. Así surgieron nuevas industrias y se consolidó la era de las nuevas invenciones que revolucionaron y caracterizaron este periodo: el motor de combustión interna, la luz eléctrica, el desarrollo del aeroplano y el automóvil, la refrigeración mecánica, la invención del teléfono y de la radio, entre tantas otras. Una consecuencia del desarrollo del transporte marítimo y terrestre fue la disminución del costo del traslado de mercancías, lo que permitió la integración de los mercados hasta entonces muy desconectados. Estos hechos impulsaron el 5

comercio

internacional,

la

integración

de

los

mercados

nacionales

e

internacionales, la unión de zonas productoras y consumidoras de todo tipo de recursos y las migraciones generalizadas de personas. 1913-1950 Es este el período signado por las dos guerras mundiales, lo que trajo aparejado una desaceleración del crecimiento que había tenido lugar en el período precedente. Rosenstein-Rodan (1943). 1950-1973 En el período de post-guerra y hasta la crisis del petróleo los países hoy industrializados experimentaron fuertes tasas de crecimiento de la producción, superiores al 4% por año. Este crecimiento no se ha verificado en muchos países de Asia, África y América Latina. La población de los países no desarrollados crece a crece a tasas inéditas.

1973-1998 Crisis del petróleo y retracción económica mundial. La década perdida de 1980.

1998-2008

2008-2011 Crisis económica internacional y retracción económica generalizada en los países más desarrollados. 5.3. El pensamiento clásico El pensamiento clásico en general contiene la descripción y análisis de una economía que genera un excedente, acumula capital y crece económicamente.

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Este sistema se diferencia de su predecesor (el modo de producción feudal, o MFP) en algunos aspectos básicos desde la perspectiva del desarrollo económico: El acelerado aumento de la productividad del trabajo, la evolución del empleo y de las remuneraciones, el tamaño y el crecimiento de la población, la distribución de la riqueza social, la acumulación de capital físico y el rol de los estados en la promoción y el impulso a dicho proceso. Se trata, en suma, de la descripción y el análisis de una economía que transita desde un estado estacionario a otro, de una economía que transita de un estado cuyo ingreso per cápita es bajo y con crecimiento constante, hacia otro estado cuyo ingreso per cápita es elevado y con crecimiento constante. Es decir que la especulación sobre el proceso de desarrollo, entendiendo por tal la relación entre el crecimiento de la población, la acumulación de capital, la distribución del ingreso vista como una puja distributiva, y los problemas del desarrollo asincrónico, se origina en un ambiente económico, social y político muy particular. Hacia mediados del siglo XVIII comenzaron a producirse en Gran Bretaña primero y en toda Europa después, un conjunto muy importante de transformaciones tecnológicas y económicas que revolucionaron el modo de producir mercancías, podría decirse desde el neolítico. Asimismo, en la segunda mitad de ese mismo siglo se produjeron en Francia (y luego en varios países de Europa) conflictos políticos que enfrentaron a partidarios y opositores del sistema conocido como el “Antiguo Régimen”, y que culminaron en 1789 con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional. Lo que se conoció como Revolución Industrial en lo económico y tecnológico, y como Revolución Francesa en lo político y social, fueron el marco en el que pueden encuadrarse las discusiones de los primeros economistas que especularon sobre el proceso de desarrollo. El pensamiento clásico entonces, abarca aquellas investigaciones que se ocupan principalmente de explicar la evolución del modo capitalista de producción (MCP), sus virtudes y contradicciones, de analizar los resortes que potencian el crecimiento (principalmente crecimiento de la población, entrada de nuevas tierras al cultivo y cambio técnico), y los factores institucionales (principalmente fiscales y legales) y físicos (la ley de los rendimientos marginales decrecientes y la puja 7

distributiva) que obstaculizan su avance y que ponen freno a su normal desenvolvimiento. Claramente, el MCP comienza (si es que puede fijarse el comienzo de un fenómeno como este) con los cambios económicos, políticos y tecnológicos que modifican la manera de concebir la organización económica. Su inmediato predecesor, el MFP, se caracterizaba por ser un “estado estacionario” de bajo nivel, en el cual la tierra aparecía como el único factor productivo y en el cual sus propietarios (los “señores” que la heredaban de Dios) consumían todo el excedente generado por ella. A. Sectores económicos y clases sociales: La circulación del excedente Para explicar la circulación de bienes y dinero en el sistema económico El Tableau Économique de François Quesnay (1758) planteó un modelo en que interactúan tres sectores económicos, los que podría decirse definen las clases sociales: a) el sector agrícola o productivo, que produce alimentos y materias primas y que, a la vez (y esto es muy importante) genera un producto neto, un exceso de producción por sobre sus necesidades de reproducción; b) el sector manufacturero y comercial (clase estéril) que transforman materia prima e intercambian bienes en el mercado; c) el sector propietario cuya función es arrendar las tierras al sector agrícola. Lo interesante del “cuadro económico” de Quesney es la interdependencia que se establece entre los sectores. Podría decirse que la circulación de bienes en el sistema se inicia en una “causa primera”, la propiedad del suelo, sostenida ideológicamente por la religión y sus representantes: el alto clero. Los propietarios de la tierra, la alta nobleza, heredaban sus propiedades por designio divino. Era el mismo dios el que encomendaba a sus representantes ejercer la titularidad de los derechos sobre la tierra. Este sector de propietarios arrendaba las tierras de su propiedad a los agricultores, quienes debían pagar una renta por su uso. Esta es la manera de apropiación del excedente generado por el sector agrícola compuesto por productores agropecuarios y campesinos (estos dos actores no son diferenciados en clases por Quesney). El uso del excedente por parte de los propietarios es el consumo suntuario y el mantenimiento de guardianes y de una corte compuesta por sacerdotes, sirvientes, médicos e intelectuales orgánicos.

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El sector agrícola produce bienes que son usados pata el consumo intermedio, como materias primas, y para el consumo final, como alimentos. Los primeros son demandados por el sector manufacturero (compuesto principalmente por artesanos), los que, a su vez, venden sus productos a los comerciantes. Los segundos, los alimentos, son demandados por la población total. Estos entrecruzamientos e interdependencia entre sectores económicos constituyen los antecedentes de la tabla de insumo-producto que formalizara Leontief (1954) muchos años después. Para Quesney el capital está constituido ya sea por la materia prima, alimentos para los animales instrumentos de producción, la tierra (que incluye también los trabajos de mejoras); o por los “adelantos”, esto es como sumas de dinero destinadas a poner en marcha el proceso productivo (un concepto que será usado por otros pensadores clásicos al clasificar al capital en fijo y circulante). El producto neto o excedente puede ser así considerando un “adelanto predial”, o por arrendamiento. Tal como lo plantean Robinson y Eatwell (1982): “Al comienzo de cada año los campesinos poseen unas existencias que constituyen el sobrante de la cosecha del año anterior.” Son estas existencias las que son usadas por los productores (como bienes de consumo final y materias primas) para generar la producción del año en curso. Con la nueva cosecha sustituyen las existencias consumidas en el proceso de producción (depreciación) y pagan el arrendamiento por el uso del suelo. “El único excedente procede de la tierra.” (Robinson y Eatwell, 1982: 21). B. La producción El crecimiento económico y el progreso social en la economía clásica están dados por la potencialidad del sistema capitalista para acumular capital y aumentar la productividad de los factores productivos. Las diferencias entre autores aparecen sobre la manera en que el modo capitalista de producción (MCP) acumula y de los factores de los que dependen los aumentos de la productividad. Por ejemplo en Smith, la productividad del trabajo y la de los recursos naturales (la tierra) son una función del stock de capital (herramientas y maquinarias que se acumularon como consecuencia de ampliaciones del tamaño del mercado y a los acicates del deseo

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de ganancia por parte de los empresarios) con el que se combinan. También juegan un rol fundamental en este autor las instituciones, que están representadas por las regulaciones al comercio; y la división del trabajo, la que depende, en última instancia del tamaño del mercado. En la economía clásica en general se considera que el factor “tierra” es fijo y se constituye en un límite al crecimiento económico de largo plazo. En Marx, el aumento de la productividad del trabajo es una fuente alternativa de generación de valor excedente o plusvalor; lo que Marx llama plusvalía relativa. Al igual que en los otros autores, la productividad del trabajo en Marx, depende de manera directa de la parte constitutiva constante del capital (o capital físico) con el que se combina la fuerza de trabajo. Pero en Marx el proceso de producción es, a la vez, un proceso de reproducción de las relaciones sociales de producción. El MCP al producir mercancías, produce también capital, lo que al aumentar la capacidad productiva permite extraer un plusvalor. Para analizar la ley general de acumulación capitalista Marx comienza suponiendo una función de producción con coeficientes fijos, lo que este autor llama una composición orgánica del capital que permanece fija ante cambios en la escala de acumulación. En estas condiciones es claro que la demanda de trabajo crecerá en proporción al capital y tanto más rápidamente cuanto más velozmente crezca dicho capital. En este caso, el crecimiento de la economía va acompañado por un aumento en el empleo. Lo interesante del planteo de Marx es la doble causalidad que plantea en la relación entre la productividad del trabajo y la relación capital/trabajo. Con una mayor cantidad de capital, la misma masa de fuerza de trabajo produce más materias primas y más materias auxiliares al proceso de trabajo. Esta es una consecuencia de la productividad creciente del trabajo. Pero por otra parte, la maquinaria, los elementos auxiliares de trabajo, etc., aparecen como una condición del aumento de la productividad del trabajo. Pero independientemente de que la productividad del trabajo se considere como una consecuencia o como una condición del aumento de la productividad, lo cierto es que un volumen creciente de medios de producción en relación con la fuerza de trabajo incorporada en ellos, expresa la productividad creciente del trabajo. Por su parte, el aumento de la productividad del trabajo se manifiesta en la reducción de la 10

masa de trabajo con respecto a la masa de medios de producción movidos por ella. La acumulación de capital que sostiene el proceso de aumento del producto y de la productividad, “se lleva a cabo en medio de un aumento ininterrumpido de su parte constitutiva constante a expensas de su parte constitutiva variable”; en medio de un aumento de la relación capital/trabajo, o composición orgánica del capital. C. La población y el mercado de trabajo En los tres economistas clásicos la principal hipótesis acerca del mercado de trabajo es la dependencia de la oferta laboral de la diferencia entre el salario de mercado y la tasa natural de salario. Las opiniones difieren en el siguiente sentido: para Smith, el aumento de la oferta de trabajo es proporcional a esa diferencia, el impacto se hace sentir en cuestiones biológicas relacionadas con el nacimiento y la muerte, y el salario natural está dado y es fijo. La demanda de trabajo crece a medida que la economía acumula capital. Esta absorción creciente de fuerza laboral provoca escasez de mano de obra con el consecuente aumento del salario. Un salario más elevado mejora las condiciones de vida de la clase trabajadora, aumenta la fecundidad y la mortalidad se reduce (por la mejor alimentación, principalmente). Esto genera un aumento de la población, lo que, a la postre, se convierte en una reducción del salario (por presión de la oferta), caída de la fecundidad y aumento de la mortalidad. Hay algunas variantes en Ricardo, para quien los rendimientos decrecientes en la agricultura provocan que el nivel del salario dependa de la productividad de la tierra. La utilización de tierras de peor calidad aumenta el costo de producción de los alimentos y con ello de los salarios de los trabajadores. La ley de población es tomada de Malthus y sigue los elementos básicos expresados en el esquema de Smith. En Marx, cada modo de producción tiene su propia ley de población. En el MCP el comportamiento de corto plazo de la oferta laboral está estrechamente ligado al ciclo de la economía. En este autor la demanda de trabajo está determinada no por el volumen de capital global sino por su parte constitutiva variable, con aquella fracción específica del capital destinada a contratar fuerza de

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trabajo o a pagar una intensidad variable de su uso. Esa cantidad de capital variable crece con la acumulación de capital pero lo hace en una proporción constantemente decreciente. En este caso es muy interesante notar que el crecimiento de la población trabajadora es siempre más elevado que el crecimiento de la fracción del capital destinado a ocuparla, con lo cual la acumulación produce constantemente una población relativamente (en cuanto a los medios de producción) excedentaria; esto es, excesiva para las necesidades medias de valorización del capital. La sobrepoblación, producto necesario de la acumulación, se constituye en una palanca de dicha acumulación; constituye, al decir de Marx, el ejército industrial de reserva a disposición del capital. D. La acumulación de capital (la inversión) Para Smith la inversión depende de la tasa de rentabilidad de los proyectos, puesto que ellas reflejan la ganancia esperada por los inversionistas. Pero la inversión proviene del ahorro y el ahorro depende fuertemente del ingreso, por ello la ligazón también de la inversión con el ingreso. La rentabilidad de los proyectos de inversión dependen del volumen de capital existente en la economía, del marco regulatorio y de su evolución en el tiempo. Para Ricardo, la inversión depende estrictamente del patrón distributivo, el que configura el valor del excedente y, por tanto, la disponibilidad de fondos para el ahorro y la acumulación (producto menos la parte necesaria de ese producto para mantener el nivel de subsistencia de la mano de obra). Entonces, para este autor, son dos los factores que pueden provocar que la acumulación se detenga: una tasa de beneficio muy baja (igual o menor a la mínima necesaria para encarar una actividad productiva) u un excedente cero. Para Marx, la acumulación de capital depende también de la distribución de los ingresos. Pero aparece aquí el tema de la explotación. En su esquema, la acumulación de capital es perfectamente compatible con un aumento de los salarios reales de mercado, dado que el mayor stock de capital hace aumentar la productividad del trabajo y con ello la plusvalía relativa. El capitalista de Marx no es el que elige un consumo ostentoso sino una acumulación cada vez mayor. Esto

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es lo que, a la postre, conduce a una caída en la tasa de ganancia por aumento en la composición orgánica del capital. El análisis de la acumulación en Marx se realiza a partir de los denominados esquemas de reproducción, que parten de un modelo simple, similar al del Tableu de Quesney, o reproducción simple (RS), a otro más complejo, la reproducción ampliada (RA). La palabra “reproducción” se usa para explicar los mecanismos que hacen posible la continuidad sistémica, su réplica período a período, año a año. En este sentido, es claro que un sistema económico podrá mantener su escala de riqueza si es capaz de reemplazar los medios de trabajo (maquinarias, instrumentos), las materias primas y los materiales auxiliares usados en la producción, separándolos de la masa de productos usados para el consumo. Para entender la forma en la opera la RS imagínese un empresario que adelanta capital por $1000 (y) y obtiene un excedente (o plusvalor, p) de $200 al finalizar el proceso productivo, luego de haber repuesto la maquinaria y otras herramientas gastadas en el proceso productivo (capital constante, c), y haber pagado los salarios correspondientes (capital variable, v). Para mantener la escala productiva el empresario deberá repetir esta operación al año siguiente: introducir $1000 al circuito productivo. Una simple operación permitirá saber en cuanto tiempo se agota el capital inicial. Con el ejemplo dado, si el empresario gasta completamente el excedente (p), año por año, al cabo un quinquenio habrá agotado el capital inicial adelantado (p/y). La RS permite apreciar que el proceso de producción es también, y al mismo tiempo, un proceso de consumo de la fuerza de trabajo: el producto que genera el trabajador es, por un lado, adquirido por el trabajador mismo para reproducir su fuerza de trabajo y, por otro, apropiado por el empresario para reponer medios de producción gastados en el proceso productivo. El trabajador produce riqueza objetiva como capital y el empresario produce riqueza subjetiva, fuerza de trabajo separada de sus medios de objetivación; produce al trabajador como trabajador asalariado. Esta reproducción es la condición básica y fundante de la producción en el MCP.

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La acumulación de capital es la reconversión del plusvalor en capital. Supóngase que el empresario adelanta los $1.000, que su parte constitutiva variable es de $200 y que la tasa de plusvalía es del 100%, por lo que, a lo largo de un período (un año), el empresario obtiene un plusvalor de $200. Si este plusproducto es convertido en capital, o sea aplicado a la producción del período siguiente sumando $1.200, el plusvalor asume la forma de pluscapital. Supóngase que con ese pluscapital, el empresario adquiere proporciones similares de parte constitutiva constante y variable y que genera un plusvalor de $400; y así. Lo que estará haciendo el empresario en estas condiciones es ampliando la capacidad productiva. La magnitud de la acumulación dependerá de cómo se divida el plusvalor entre el “fondo de acumulación” y el de consumo del empresario, por sobre sus necesidades de subsistencia. Lo que plantea el modelo de RA es que el MCP se reproduce y se agranda aun considerando que no todo el plusproducto creado se transforme en capital. A diferencia de Smith y Malthus, Marx plantea la posibilidad de crecimiento con una tasa de acumulación menor a la máxima posible. Aparte de la proporción del plusvalor que es aplicada a la formación de capital nuevo (la que presupone la posibilidad de un consumo ostentoso por parte de los empresarios3), a la acumulación o inversión neta, el volumen de la acumulación está determinado en el modelo de la RA por el grado de explotación de la fuerza de trabajo, por el desarrollo de las fuerzas productiva y por la magnitud del capital adelantado. La elasticidad de la oferta de trabajo (o su “capacidad de tensión”) es una fuente de alimentación del fondo de acumulación, en la medida en que el empresario tenga margen para aumentar la plusvalía absoluta y/o relativa, o de incorporar fuerza de trabajo adicional. Por su parte, el aumento de la productividad originado por el desarrollo de las fuerzas productivas, va a la par del abaratamiento del trabajador, generando una tasa de plusvalor creciente, lo que es válido aun bajo crecimiento del salario real. E. La distribución del ingreso

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Los “costos de representación del capital” al decir de Marx.

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E. El estado estacionario El estado estacionario (Mill, 1848) puede entenderse como una situación particular del sistema económico en el que sus variables relevantes no cambian en el tiempo; por ejemplo, el ingreso per cápita (considerado como la “temperatura corporal” de la economía) no crece ni disminuye. El crecimiento y el desarrollo deben entenderse en este sentido como tránsitos entre dos estados estacionarios. Como tal esta situación no se observa en la realidad económica de los países. El estado estacionario es el punto hacia el cual convergen los sistemas económicos impulsados por el crecimiento de la población. El Estado Estacionario en el MCP es una situación en la que la acumulación cesa. En este modo de producción la acumulación cesa cuando las ganancias (el principal motor del sistema) desaparecen. Las causas de la caída de la tasa de ganancia que los autores consideran relevantes varían de unos a otros. Como ya se dijo en la economía clásica, el ritmo del progreso de la economía lo da la inversión neta o acumulación de capital. En Ricardo la magnitud de esta inversión (la escala de acumulación) depende de la parte del excedente que es captada por el propietario del capital, y, por ende, de la distribución funcional del ingreso; mientras que en Marx, depende principalmente de la cantidad de capital adelantado, de la proporción de plusvalor que el empresario destina a formar nuevo capital, de la tasa de explotación y del grado de desarrollo de las fuerzas productivas (productividad). La participación de los asalariados en el PBN dependerá del volumen de empleo, dado que el salario está dado al nivel de subsistencia, el que no es fijo, como se vio oportunamente. La demanda de mano de obra depende de la inversión. En Marx, a medida que la economía se expande, la distribución del ingreso entre los trabajadores y capitalistas se hace más desigual, el desempleo tecnológico aumenta, la tasa de ganancias disminuye, se concentra el capital, se producen cada vez menos bienes de consumo, las fluctuaciones se hacen cada vez más severas y el sistema termina por derrumbarse. 5.3. El pensamiento clásico del desarrollo

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Podría decirse que el primer aporte a la teoría moderna del desarrollo es el artículo de Rosenstein-Rodan (1943) en el que se plantean problemas específicos de los países del Este y del Sudeste de Europa, pero que pueden ser extrapolados a otras economías no desarrolladas. Aunque el primer pelotón de escritos sobre teoría del desarrollo data de fines de los años 40 y mediados-fines de los 50, muy probablemente sean éstos los primeros resultados de polémicas teóricas e investigaciones iniciadas hacia mediados de la década de 1940 4. El rasgo distintivo de estas publicaciones pioneras, es que abordan el problema del crecimiento, pero lo contextualizan en las regiones pobres o menos desarrolladas de Asia, África y América Latina. Los autores más representativos de este grupo son, en orden alfabético: Arthur Lewis, Gunnar Myrdal, Ragnar Nurkse, Raúl Prebisch, Paul Rosenstein-Rodan y Hans Singer. Salvo algunas excepciones una característica común de todos ellos es su relación laboral con las Naciones Unidas. Este es un fenómeno a tener en cuenta, ya que si bien de sus contribuciones se desprenden principios teóricos importantes, el objetivo primordial de las mismas era más bien reflexionar en torno a las políticas más adecuadas que pudieran recomendarse a los países de esas regiones poco desarrolladas. Todos estos autores, en algún punto de sus trabajos, coinciden en que el objetivo de las políticas nacionales debía ser el desarrollo económico (crecimiento del producto y transformación de la estructura económica), y que el medio para alcanzarlo, la planificación y la industrialización. Se desprende de la lectura de los documentos originales que la definición (o concepto) de desarrollo que tienen en mente es la del proceso por el cual una economía se transforma de una tasa de crecimiento pequeña o negativa a una tasa de crecimiento autosostenida y significativa de largo plazo (Adelman, 1973). Algunos autores agregan a esta definición los cambios en la estructura económica (de un predominio del sector agrícola al sector industrial y luego al de servicios), los cambios en la estructura urbana (predominio del sector urbano) y los cambios en la estructura social. A. Industrialización

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Tal es el caso del artículo de Rostow (1956) que es un desprendimiento de un trabajo mayor del año 1952 citado por el propio autor en una nota al pié.

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La transformación económica se puede lograr promoviendo el uso productivo del excedente económico (acumulación). La acumulación de capital físico requiere, por su parte, de una corriente de ahorro lo suficientemente importante: “Los países hoy desarrollados han experimentado en el pasado una rápida aceleración en el curso de la cual su tasa de inversión neta pasó del 5% o menos al 12% o más…La cuestión capital en la teoría del crecimiento económico es comprender el proceso por el cual una comunidad pasa de ahorrar el 5% al 12%” (Lewis, 1952). Como puede apreciarse en un trabajo posterior de Lewis, el crecimiento es posible porque en las etapas iniciales de la industrialización las economías cuentan con un importante excedente de fuerza laboral, proveniente de un sector rural con productividad negativa o nula (Lewis, 1954). Algunos autores mencionan este tema, el de la elasticidad de la oferta laboral como uno de los principales aportes de la primera generación de economistas del desarrollo5. No obstante se plantea la necesidad de una transformación cualitativa de la fuerza de trabajo mediante la educación y la capacitación (Rosenstein-Rodan, 1943), la cual, debido a las externalidades que este proceso genera, debe ser hecha por el Estado. Son la falta de industrialización y la agricultura de subsistencia como actividad económica predominante, los principales obstáculos que enfrentan las economías con elevado nivel de desempleo y subempleo para superar la situación de pobreza y atraso relativo. En este contexto resulta utópico pensar que el gran empuje que necesitan estas economías provenga de la iniciativa privada. Además, la abundante fuerza laboral no cuenta con la calificación necesaria que necesita la industria, a la vez que la demanda de los productos que podría llegar a generar esa industria no resultaría suficiente para sostener ciclos productivos posteriores. En consecuencia, no puede esperarse que la inversión privada fluya hacia esos países, simplemente porque no hay proyecto de inversión que resulte rentable bajo esas condiciones. B. Eslabonamientos Dada la imposibilidad del proceso de industrialización tradicional (como se dio en Europa Occidental desde fines del siglo XVIII) y dado el enorme costo que 5

Nótese que este aspecto había sido señalado por Rosenstein-Rodan (1943) en su caracterización de los países del Este y del Sud-Este de Europa.

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demandaría un proceso de emigración masiva de la población excedente (desempleada y subempleada) hacia los países industrializados (“traslado de la población allí donde está el capital”, o emigración, en lugar de “traslado del capital allí donde está la población”, o industrialización, en palabras de Rosenstein-Rodan), lo lógico parece pensar un esquema de industrialización novedoso y diferente. Podría crearse un gran Trust Industrial de Europa Oriental (TIEO) con el objeto de generar los encadenamientos y las economías externas necesarias para el crecimiento sostenido. En este sentido lo que Rosenstein-Rodan denomina “industrias complementarias” operan en su esquema de crecimiento como motores de la industrialización. La intervención del Estado es una necesidad debido a que la inversión privada no será lucrativa debido a que no se computan entre sus beneficios la rentabilidad social de un proyecto de la magnitud que implica el TIEO. Como se verá, aparecen ya en la obra de 10 páginas de Rosenstein Rodan (1943): a) el germen de la idea de “crecimiento equilibrado” que habrá de desarrollar muy profundamente Nurksee (1953) una década más adelante; b) los encadenamientos como una condición necesaria para la sostenibilidad del proceso de crecimiento económico; c) el rol que juega el Estado como un agente económico clave en este proceso; d) la idea de las economías externas que pueden asociarse al proceso de crecimiento; e) el rol de las economías de escala y el tamaño óptimo de las firmas; y f) los requerimientos de las inversiones en capacitación6. Demasiadas y muy profundas ideas para un artículo de tan sólo 10 páginas de extensión. Como se dijo ya, la industrialización es muy importante, pero hay que prestar atención a la interdependencia entre los distintos sectores de la economía. El nivel del producto en el sector industrial, depende de los demás sectores, de las industrias complementarias (Rosenstein-Rodan, 1943). Por eso es necesaria la planificación del desarrollo (Chenery, 1955). Casi todos los trabajos de esta época se preocupan por dar consejos acerca de cómo lograr la industrialización. Formación de capital, industrialización planificada, gran salto, crecimiento 6

Dice Rosenstein-Rodan (1943), adelantándose a toda la literatura de capital humano que habría de desarrollarse a partir de los años 60: “The first task of industrialization is to provide for training and ‘skilling’ of labour which is to transform Eastern European peasants into full-time or part-time industrial workers” (página 204).

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equilibrado: términos que colmaron la agenda de los investigadores y funcionarios de Naciones Unidas durante la década de 1950. C. Trampa de pobreza o equilibrio de bajo nivel Entre este grupo de ideas, aparece por primera vez desarrollada la idea de “trampa del subdesarrollo” o “trampa de pobreza” que será refinada posteriormente: “Un país es pobre porque es pobre” comienza un trabajo de Ragnar Nurkse (1952): La dimensión del mercado, su tamaño, el principal factor del que depende la acumulación en algunos de los economistas clásicos, queda determinada por la productividad. La capacidad de comprar significa capacidad de producir. Pero, la productividad depende del capital físico que maneja cada trabajador, y dicha cantidad se inhibida a la vez por la dimensión del mercado. ¿Por qué es muy difícil la creación de capital en los países más pobres? Primero porque la inversión internacional es una inversión “inducida”, en el sentido de que la rentabilidad de los proyectos de inversión privados depende de la demanda tangible, la que es escasa o nula en estos países debido a los bajos ingresos de su población. Segundo, y por el lado de la oferta de capitales, puede verse que el ahorro en estos países es bajo y sin perspectivas de aumentos durante el proceso de crecimiento. “Las grandes y crecientes brechas entre los niveles de ingreso de distintos países y la conciencia de las mismas, pueden tender a impulsar hacia arriba la propensión general al consumo de las naciones más pobres, a reducir su capacidad de ahorro, e, incidentalmente, a extenuar su balanza de pagos.” (Nurkse, 1952). Este razonamiento proviene de la hipótesis de Duesenberry (ver Recuadro 5.1) que plantea la interdependencia de la función consumo. Esta hipótesis denominada “efecto demostración” será retomada por Prebisch (1980) para explicar las razones del consumo conspicuo del excedente por parte de las clases dominantes en los países de la periferia capitalista. La integración horizontal y vertical de empresas y sectores económicos es considerada condición del proceso de crecimiento económico. Esta integración se dio de forma espontánea en el proceso de industrialización europeo del siglo XIX, pero, como se vio, en los países pobres es necesario inducirla a través de una planificación que tenga en cuenta estos encadenamientos productivos. La

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importancia dada a las relaciones intersectoriales generó entre los economistas del desarrollo la idea de las ventajas y la conveniencia de promover un proceso de crecimiento equilibrado, idea que habrá de ser criticada tiempo después por otros economistas. D. Centro y Periferia La CEPAL propone mirar el mundo como dividido en dos clases o grupos de países: Los que componen el Centro (C) y los que componen la Periferia (P). Esta clasificación y división proviene de la manera en que se genera y propaga el progreso técnico en una economía mundial de tipo capitalista. En C se genera el progreso técnico de acuerdo a la necesidad de acumulación de capital, teniendo en cuenta el costo de los factores productivos —entre los que se incluye el beneficio— y las posibilidades técnicas de sustitución de factores. Este progreso técnico se incorpora a la estructura económica y se propaga a P introduciéndose en determinados sectores de la estructura productiva, en particular en los que permiten producir insumos requeridos por C a más bajo costo y funcional al proceso de acumulación de capital físico de C. En P aparece y se desarrolla una estructura productiva especializada y heterogénea. Especializada en la producción de bienes primarios destinados a la exportación hacia C y heterogénea en términos de productividad, dado que coexisten actividades de productividad elevada, similar a la observada en C con otras, de productividad baja, comparadas con idénticas actividades pero desarrolladas en C. A diferencia de los países incluidos en P, en C la estructura productiva es diversificada y homogénea en términos de productividad e ingresos. Nótese que se configura en esta idea una economía dualista, similar a la planteada en los trabajos de autores tales como Lewis (1952). Acá aparece otro rasgo distintivo de este marco conceptual: La CEPAL distingue dos fases o estilos de desarrollo. En primer lugar el denominado estilo de desarrollo hacia afuera y, por otra parte, la industrialización sustitutiva. Ambos estilos de desarrollo tienen en común un sistema capitalista que los contiene. Esta diferenciación surge de la observación de la evolución de la estructura económica de P, la que adquiere un matiz diferente después de las guerras mundiales y de la

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gran crisis de 1929. A su vez, el proceso de industrialización sustitutiva es visto por la CEPAL como una necesidad de la estructura productiva ante la configuración del proceso de acumulación a escala global, como así también una estrategia de desarrollo para superar los problemas que trae aparejado el desarrollo del capitalismo periférico. Adquiere importancia también en este sentido el concepto de centro cíclico principal (CCP), entendiéndose por tal aquel del que dependen fundamentalmente, los movimientos cíclicos de P. De acuerdo con este esquema, el progreso tecnológico generado en C de acuerdo a su propia necesidad de acumulación de capital físico ejercerá impacto sobre la demanda de trabajo en P. Concretamente, cuando el progreso técnico es implantado en P, expulsa población campesina que se vuelca masivamente a los centros urbanos en busca de remuneraciones más elevadas, presionando los salarios a la baja. Tiene que ver en este proceso la estructura de la propiedad y tenencia del suelo en P, donde coexisten minifundio, latifundio y formas precarias de tenencia como el arriendo, que limitan la oferta de bienes agrícolas. La concentración de tierras provoca problemas para su explotación debido a la gran inversión en capital físico requerida para explotarla y, por otra parte, la poca capacidad del minifundio para acceder a créditos que permitan capitalizarse, contribuyen a que las inversiones no permitan retener fuerza laboral y aumentar la productividad del sector. El desarrollo periférico conduce a una disparidad cada vez más acentuada de ingresos medios entre los países incluidos en C y los incluidos en P. Mirados desde la óptica de los ingresos laborales, el ingreso relativo de un trabajador en P puede ser definido como:

donde LP y LC representan las productividades físicas del trabajo en P y en C, respectivamente, y pP y pC el precio de los bienes producidos en P y en C respectivamente. Hay también un problema de disparidad de precios relativos: la demanda casi infinitamente elástica de productos provenientes del sector primario, combinada

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con un precio fijado en condiciones de monopolio en los grandes centros industriales, genera un intercambio de bienes muy desigual. La manera de salir de todos estos problemas es proteger con instrumentos de política económica (aranceles) a la “industria naciente”. Un fuerte proteccionismo se impuso en toda América Latina. Para la elaboración de la hipótesis del big-push Rostow se basa en una serie de trabajos empíricos entre los que se destaca el de Kuznets (1955). Hacia la misma época aparecen una serie de artículos interesados en la medición del progreso técnico, inspirados quizá por el modelo de Solow (1956). Abramowitz (1956) había calculado que una gran parte del aumento de la producción por habitante en los EEUU desde 1870 no podía adjudicarse ni al capital físico, ni al aumento de la población (oferta de trabajo). E. Intercambio desigual

5.4. Capital humano Las economía avanzadas crecen, pero no a raíz de la acumulación de capital ni del crecimiento de la población trabajadores. Hay otros factores que impactan en el crecimiento y que poco tiene que ver con el capital físico, como lo pensaron Harrod y sus seguidores. Hechos: los países crecen pero no se sabe muy bien por qué. El residual de Solow (1957): cerca del 90% del crecimiento del producto por trabajador en los EEUU entre 1909 y 1949 era debido a su factor residual. Se entiende entonces por cambio técnico las mejoras en la educación de la población. La hipótesis en sí: la educación y la salud pueden ser consideradas como inversiones, dado que aumentan la productividad del trabajo y, con ello, las ganancias de los trabajadores. En este sentido, el capital incorporado en el trabajador se diferencia del físico en que aquél no puede ser separado de la persona que lo acumula y que lo tiene. Se parece al capital físico porque puede ser

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acumulado, aunque esa acumulación genera costos y proporciona beneficios a su propietario. Desde el punto de vista de la economía como un todo puede decirse que el CH cumple el rol de eficiencia, mientras que a nivel de los individuos y de los hogares, cumple con el rol de la equidad, permitiendo la movilidad social. 5.5. Capacidad humana Acá todo lo que se vio en el capítulo anterior. La gente aparece de nuevo en el centro de la escena, pero no ya como “capital” sino como un fin en sí mismo. El Capital Humano no es visto en un sentido satánico. Más bien se cree que tiene un aspecto instrumental. Sirve por cuanto desata un incremento muy importante en la productividad. Eso es lo que ven los modelos de crecimiento (nótese bien eso!!!)

A. Género

B. Pobreza

C. Instituciones

D. Cambio climático Cincuenta años desde la segunda postguerra parece no haber sido suficiente para eliminar la pobreza extrema, el hambre y la desigualdad no sólo de ingresos sino de oportunidades también. Es que el crecimiento no es el único determinante del bienestar de las personas, “ni siquiera el más importante de todos”, al decir de Sen (2000).

Los Objetivos de desarrollo del Milenio

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La Declaración del Milenio fue aprobada por 189 países y firmada por 147 jefes de estado y de gobierno en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas celebrada en septiembre de 2000.

Los Objetivos de desarrollo del Milenio (ODM), son ocho objetivos que se intentarán alcanzar para 2015 y se basan directamente en las actividades y metas incluidas en la Declaración del Milenio.

Los ODM se componen de 8 Objetivos y 18 metas cuantificables que se supervisan mediante 48 indicadores.

1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre 2. Lograr la enseñanza primaria universal 3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer 4. Reducir la mortalidad infantil 5. Mejorar la salud materna 6. Combatir el HIV/SIDA, el Paludismo y otras enfermedades 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. 8. Fomentar la asociación global para el desarrollo.

5.6. Los resultados: La economía experimental

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Apéndice: Cronología del pensamiento sobre el Desarrollo Económico Año 1758 1776 1789 1817 1804 1848

Autor/es François Quesney Adam Smith Thomas Malthus David Ricardo Jean Baptiste Say John Stuart Mill

1867 1943

Karl Marx Rosenstein-Rodan

1949

Raúl Prebisch

1952 1953 1954 1957 1959 1960 1961 1969

Hans Singer Ragnar Nurkse Arthur Lewis Gunnar Myrdal Theodore Schultz Gary Becker Theodore Schultz Osvaldo Sunkel

1969 1969

André Gunder Frank Arghiri Emmanuel

1970 1973 1978 1979 1981 1984 1990 1990 2000 2009

Samir Amin Paul Baran Christian Palloix Cardoso y Faletto Raúl Prebisch Amartya Sen PNUD WB UN Banerjee y Duflo

Títulos publicados Tableau Économique La Riqueza de las Naciones Ensayo sobre el principio de la población Principios de Economía Política Tratado de Economía Política Principios de economía política; con algunas de sus aplicaciones a la filosofía social El Capital Problems of Industrialization of Eastern and South-Eastern Europe. El desarrollo económico de América Latina y algunos de sus principales problemas The Mechanics of Economic Development Problems of Capital Formation in Underdeveloped Countries El desarrollo económico con oferta ilimitada de trabajo Economic Theory and Under-Development Regions Investmen in Man: An Economist’s View Human Capital Capital Formation for Education Transnational capitalism and national Development in Latin American Capitalism and Underdevelopment in Latin America L’échange inégal: Essais sur les antagonismes dans les rapports économiques internationaux. L’accumulation à l’échelle mondiale. The Political Economy of Growth La Internacionalización del Capital Dependency and Development in Latin America Capitalismo periférico. Crisis y transformación. Resources, Values and Capabilities Informe sobre el Desarrollo Humano Informe sobre el Desarrollo Mundial Metas del milenio The Experimental Approach to Development Economics

Fuente: Elaboración propia.

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Recuadro 5.1

La misteriosa desaparición de James Duesenberry Robert H. Frank7 Al menos que Ud. sea un economista profesional a punto de jubilarse, el nombre de James S. Duesenberry le será probablemente desconocido. Esto no es sorprendente, porque él escribió principalmente para el público académico mientras fue profesor de economía de Harvard entre 1946 y 1989. Lo que sí causa verdadera sorpresa es que la mayoría de los economistas académicos menores de 50 años, nunca han oído tampoco hablar de este autor. Esto es sorprendente, ya que su teoría de la función consumo supera claramente a las teorías alternativas que circularon en la década de 1950. Su desaparición de los libros de economía moderna es una intrigante historia digna para ser analizada por la sociología del conocimiento. Pero el hecho tiene también importantes implicaciones prácticas. A menos que entendamos lo que impulsa el consumo, que representa dos tercios de la actividad económica total, no podemos predecir cómo las personas responden a los cambios de políticas como las reducciones de impuestos, o la privatización del Seguro Social. Cualquier teoría del consumo exitoso debe explicar tres patrones básicos: los ricos ahorran más que los pobres; las tasas de ahorro siguen siendo más o menos constantes mientras los ingresos crecen; y el consumo nacional es más estable que el ingreso nacional en períodos cortos. Los dos primeros hechos son, al menos en apariencia, contradictorios: si los ricos ahorran más que los pobres, entonces las tasas de ahorro deberían aumentar con el tiempo a medida que todo el mundo se vuelve más rico. Sin embargo, esto no sucede. La explicación de Duesenberry es que la pobreza es relativa. Los pobres ahorran menos a medida que su ingreso crece debido a que el mayor consumo de los demás enciende aspiraciones que ellos encuentran difíciles de cumplir. Esta dificultad persiste por mucho que crezca el ingreso nacional, y por lo tanto, las tasas de ahorro no aumentan con el crecimiento económico. Para explicar la rigidez de corto plazo del consumo, Duesenberry argumentó que el consumo de las familias responde no sólo al nivel de vida de los demás, sino también a su propia experiencia pasada. Es por ese motivo que los niveles de consumo se reducen menos que el ingreso durante las recesiones. Estas hipótesis causaron inquietud en muchos economistas y salieron a argumentar que las mismas pertenecían más al campo de la sociología, o de la psicología, que al de la economía. Se propusieron entonces varias explicaciones “económicas” alternativas. Milton Friedman, por ejemplo, propuso como alternativa a la función consumo keynesiana, la hipótesis del ingreso permanente. Friedman argumenta que el gasto corriente de la familia no depende de su ingreso actual, sino más bien de su media de largo plazo, o “ingreso permanente”. Dado que la teoría económica predice que la gente prefiere senderos constantes o planos de consumo, Friedman argumentó que se ahorra más cuando se perciben ganancias inesperadas, y que se reducen los ahorros para cubrir pérdidas inesperadas, por lo que el consumo debería, de hecho, ser más estable que los ingresos en períodos cortos. Friedman sostuvo también que la tasa de ahorro de la familia es independiente de sus ingresos corrientes, lo que lo llevó a predecir la estabilidad a largo plazo de las tasas de ahorro. Friedman sostuvo que la altas tasas de ahorro de los ricos es un simple artefacto estadístico. Muchas personas con altos ingresos en un año ahorran más simplemente porque tuvieron probablemente ingresos extraordinarios. El ingreso permanente es más bajo que la medida del ingreso de ese año. Así que si se ahorra las ganancias inesperadas, ahorrará una mayor proporción 7

Robert Frank es economista de la Universidad de Cornell. El artículo que aquí se reproduce apareció en The New York Times, el 9 de junio de 2005.

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de sus ingresos. Lo contrario es válido para los individuos o familias que han experimentado bajos ingresos en un año dado. A pesar de ser una historia coherente, sus premisas fundamentales se contradicen con los datos. Como numerosos estudios lo han demostrado, las tasas de ahorro aumentan fuertemente ante aumentos del ingreso permanente. Los defensores de Friedman respondieron a esto último argumentando que los consumidores ricos desean legar dinero a sus hijos. Pero la pregunta es entonces: ¿por qué los pobres carecen de este motivo? Otro problema es que la gente consume ingresos extraordinarios casi al mismo ritmo que ingreso permanente. Ante esto, Friedman respondió que los consumidores parecen generar horizontes cortos de planificación. Pero si es así, entonces el consumo no depende realmente principalmente del ingreso permanente. Lo más extraño de todo es que la teoría de Friedman supone que el contexto no tiene absolutamente ningún efecto sobre los juicios acerca de la calidad de vida. Según su teoría un experto en inversiones sigue estando igual de satisfechos con su bimotor Cessna, incluso después de descubrir que su nuevo vecino se traslada ahora en un jet Gulfstream intercontinental. A la luz de la abundante evidencia de que el contexto importa, parece justo decir que el la teoría de Duesenberry se basa en un modelo de la naturaleza humana más realista que el de Friedman. También ha tenido más éxito en el seguimiento de los gastos reales. Y, sin embargo, como señaló, ya no es ni siquiera mencionado en los libros de texto. ¿Qué está pasando? El psicólogo Tom Gilovich ha sugerido que alguien que quiere aceptar una hipótesis tiende a preguntar: “¿Puedo creer en ella?” Por el contrario, alguien que quiere rechazar una hipótesis tiende a preguntar: “¿Tengo que creer en ella?” Tomando esto como base, pareciera que la mayoría de los economistas es que nunca quisieron creer en la hipótesis de Duesenberry, quizá porque sugiere que la posibilidad de carreras de gastos innecesarios. Pero cualquiera que sea la razón original de la desaparición de Duesenberry, el estado de ánimo de la profesión parece estar cambiando. El hecho que el Premio Nobel de Economía de 2002 se haya otorgado a un psicólogo, Daniel Kahneman, en 2002, muestra que los economistas están siendo más receptivos ideas provenientes de otras ciencias sociales. El Profesor Duesenberry, ahora con 86 años, está vivo y bien en Cambridge 8, Massachusetts. Su teoría está madura para una segunda mirada.

8

James Duesenberry murió el 5 de octubre de 2009, 4 años después de publicado el artículo de Frank (N de T).

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Recuadro 5.2

Las Naciones Unidas y el desarrollo

Los informes anuales entre 1990 y 2012 A. El Banco Mundial 1990: Pobreza 1991: El desafío del desarrollo. 1992: El desarrollo y el ambiente 1993: Inversión en salud. 1994: Infraestructura para el desarrollo 1995: Trabajadores en un mundo globalizado. 1996: Desde el plan al mercado. 1997: El estado en un mundo cambiante. 1998/1999: Conocimientos para el desarrollo. 1999/2000: Entrando en el siglo 21: El cambiante paisaje del desarrollo 2000/2001: Pobreza 2002: Instituciones para el mercado. 2003: Desarrollo sustentable. 2004: Hacer que los servicios básicos funcionen para la gente pobre. 2005: Un mejor clima para la inversión en beneficio de todos. 2006: Equidad y desarrollo 2007: Desarrollo y la próxima generación 2008: Agricultura y desarrollo 2009: Una nueva geografía económica 2010: Desarrollo y cambio climático 2011: Conflicto, seguridad y desarrollo 2012: Género

B. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) 1990: Concepto y medida del desarrollo humano 1991: Financiando el Desarrollo humano. 1992: Dimensiones Globales del Desarrollo Humano 1993: la participación de la gente 1994: Nuevas dimensiones en seguridad. 1995: Género y desarrollo humano 1996: Crecimiento económico y desarrollo humano 1997: Desarrollo Humano para erradicar la pobreza.

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1998: Consumo para el desarrollo humano 1999: Globalización con rostro humano. 2000: Derechos humanos y desarrollo humano 2001: Haciendo nuevas tecnologías para el desarrollo humano 2002: Profundización demográfica en un mundo fragmentado. 2003: Los Objetivos del Milenio: Un compacto entre las naciones para terminar con la pobreza humana. 2004: Libertad cultural en un mundo diverso. 2005: Cooperación internacional en una encrucijada: Ayuda, comercio y seguridad en un mundo desigual. 2007/08: La lucha contra el cambio climático: Solidaridad frente a un mundo dividido 2009: Superando barreras: Movilidad y desarrollo humanos 2010: La verdadera riqueza de las naciones: Caminos al desarrollo humano. 2011: Sostenibilidad y Equidad: Un mejor futuro para todos Fuente: Construcción propia en base a los informes anuales correspondientes.

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PBI por habitante (US de 1990)

6000 5000 4000 3000 2000 1000

1998

1973

1950

1913

1870

1820

0

Fechas

Fuente: Maddison, J. (2002): La economía mundial. Una perspectiva milenaria. OCDE-Ediciones Mundi-Prensa, Madrid.

12000

Población (en millones)

10000 8000 6000 4000 2000

Época

Fuente: Vallin, J. (1995): La población mundial. Alianza Universidad, Madrid.

30

2100

2025

1990

1950

1850

1750

1600

1400

1200

800

400

0

-400

-4000

-500000

0