Departamento Nacional de Planeación Directora ...

Jorge Ospina Sardi. Economista, Universidad de California (Berkeley); Desarrollo Económico,. Universidad de Oxford. { di
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Departamento Nacional de Planeación Directora General Carolina Rentería. Subdirector General Andrés Escobar. Secretaria General Elizabeth Gómez. Coordinadora Grupo de Comunicaciones Luz Dary Madroñero. Coordinadora Libro 50 años Sandra Bonilla. Consejo Editorial Carolina Rentería, Andrés Escobar, Elizabeth Gómez, Miguel Urrutia, Carlos Caballero, Cristina Vélez, Luz Dary Madroñero. Producción Editorial Una Tinta Medios Edición General Cristina Lucía Valdés Lezaca. Edición Fernando Cárdenas Hernández. Concepto y Dirección de Arte Efraín Pérez Niño. Diseño y Diagramación Patricia Martínez Linares. Director de Investigación Diego Armando Mazorra Correa. Investigación Periodística Natalia Torres, Natalia Delgado. Dirección de Fotógrafía Julián Lineros. Producción de Fotografía Katherin Torres Torres. Ilustración Karen Sofía Barrera. Corrección de estilo Sandra Duque Cely, Carmen Elisa Villamizar.

Cincuenta años, Departamento Nacional de Planeación Primera edición: marzo 2009 © Miguel Urrutia, Carlos Caballero Argáez, Cristina Vélez Valencia, 2009 © Departamento Nacional de Planeación, 2009 © UnaTinta Medios Ltda, 2009 Av. Jiménez # 4-03 Of.706 www.unatintamedios.com ISBN xxxxxxxxxxxx Impreso en Panamericana formas e impresos S.A. Impreso en Colombia Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.

Perfil

Jorge Franco Holguín

Economista, Universidad de los Andes; Magíster en Administración de Negocios, Universidad de Harvard { Director dnp 1958 · 1960 }

El reto inicial Fue el primer director que tuvo la entidad. Ingresó el 11 de diciembre de 1958 y aportó sus conocimientos sobre política monetaria, comercio y desarrollo industrial para solucionar la crisis económica que se vivía en ese momento.

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{ Primer Capítulo }

Una vez aprobada por el Congreso la creación del Departamento de Planeación y Servicios Técnicos, Franco Holguín fue designado para llevar las riendas de la nueva institución.

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uego de que varias revueltas populares y acuerdos entre los principales partidos políticos culminaran en el derrocamiento del general Gustavo Rojas Pinilla el 10 de mayo de 1957, el país se encontraba en una grave situación económica un año más tarde, por los despilfarros del presupuesto que se ejecutaron durante la dictadura. Como una de sus metas de gobierno al ser elegido presidente por votación popular, Alberto Lleras Camargo quería impulsar una propuesta de su anterior administración y la coyuntura del país en ese momento hacía posible que su proyecto tuviera eco en el Congreso. Se trataba de la creación de un departamento administrativo que se llamaría de Planeación y Programas, cuya premisa esencial era no dejar a la improvisación las decisiones fundamentales de la administración pública. Esta enorme responsabilidad debía dejarla en manos de alguien confiable, no sólo por su formación técnica en la ciencia económica, sino por la coherencia con su ideario político. La persona que llamó para ocupar ese cargo fue Jorge Franco Holguín, un economista destacado por sus investigaciones en el Banco de la República, quien siempre estuvo al lado de Alberto Lleras en escenarios conjuntos de sus carreras. Fueron cofundadores de la Universidad de los Andes en noviembre de 1948. En ese mismo año, durante la XI Conferencia Panamericana en Bogotá, que dio origen a la oea, Lleras fue nombrado como el primer secretario ge-

neral de la organización, que situó su sede principal en Washington, y hasta esa ciudad se llevó a Franco como uno de sus principales colaboradores. Conocedor de su experiencia como investigador y analista económico, Lleras Camargo sabía que Franco era capaz de asumir el compromiso de dirigir esta nueva institución. Lo llamó a Washington para pedirle que conformara su gabinete, una vez fue aprobada por los legisladores la creación del Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos. Sus conocimientos sobre política monetaria, desarrollo de la industria, comercio internacional y regulación de importaciones eran indispensables para ayudarle al recién posesionado presidente a desarrollar las respuestas que requería la crisis económica que había dejado la dictadura. Los problemas no eran pocos: el déficit fiscal generado por los gastos incontrolados del gobierno de Rojas Pinilla, las deudas en dólares a causa de la sobreproducción de café y el descenso mundial de los precios, la pérdida de capacidad de pago de importaciones y el atraso industrial que impedía el desarrollo de infraestructura y generación de empleo. Por eso, para desempeñar la labor que le fue encomendada en el Departamento de Planeación, Jorge Franco Holguín tuvo que recordar, hasta el 5 de octubre de 1960, cuando dejó el cargo, las palabras del propio Lleras: “en la administración pública colombiana hay que torcerle el cuello a la imaginación”.* { Antecedentes del dpn}

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Perfil

Carlos Germán Gaviria Vélez

Economista, Universidad de los Andes; estudios de problemas de desarrollo económico - cepal { director dnp 1962 · 1963 }

Educación profesional:

la prioridad

A su llegada al entonces Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos el 20 de agosto de 1962, este economista risaraldense aplicó sus conocimientos sobre la importancia de la planeación en las políticas públicas.

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{ Segundo Capítulo }

Durante su gestión al frente del Departamento de Planeación y Servicios Técnicos, Gaviria Vélez priorizó la formación profesional y el impulso a la educación a través del Servicio Nacional de Aprendizaje, sena.

U

n equipo del Banco Mundial, encabezado por el economista canadiense Lauchlin Currie, llegó a Colombia en 1949 para realizar un diagnóstico sobre el estado del desarrollo en el país. Era una tarea que presentaba bastantes obstáculos: obtener datos en trabajo de campo era muy difícil, porque los actos de violencia que tenían lugar en el territorio nacional en esa época impedían la movilización para el estudio. Además, Currie se encontró con que “no había ninguna serie sobre el costo de vida, ni sobre medios de pago; ninguna cifra demográfica desde 1938, casi nada sobre producción y era casi imposible comprender las políticas fiscal y monetaria”. De modo que la misión internacional necesitaba rodearse de profesionales capaces de suministrar una información precisa para que el informe final pudiera dar recomendaciones de acuerdo con la realidad del contexto. Dentro de este grupo de profesionales estuvo presente el risaraldense Germán Gaviria Vélez, quien hizo parte de los comités que estudiaron las temáticas de planeación. Una idea que el profesor Currie maduró hasta llegar a la propuesta de crear una entidad que pudiera recopilar, analizar y proporcionar esa información que tanta falta le hacía a Colombia para poder diseñar sus políticas públicas y planes de desarrollo con una mayor responsabilidad y concordancia con las necesidades del país. Este aprendizaje primario de la manera de hacer planeación fue determinante para que Guillermo

León Valencia, al ser elegido Presidente de la República en 1962, llamara a Gaviria Vélez para ocupar la dirección del incipiente Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos, una obra de gobierno del saliente Alberto Lleras Camargo. Al asumir esta posición, Gaviria tendría la oportunidad de poner en práctica todas las enseñanzas que obtuvo al lado del profesor Currie y además le correspondía tratar de insertar sus ideas en la agenda gubernamental, porque Valencia había expuesto en su discurso de posesión que el país necesitaba más sensibilidad social y menos planes de desarrollo. La tarea se presentaba tan retadora para el recién designado, como en su momento fue analizar el país para su mentor. Su paso por la dirección del dnp fue breve, aunque durante esos cinco meses de gestión elaboró informes que recomendaban incluir prioridades en el plan de desarrollo del nuevo gobierno, como la formación profesional y el impulso a la educación a través de la labor del Servicio Nacional de Aprendizaje, sena. Bajo su orientación, también se buscó financiamiento externo para llevar a cabo los compromisos que se pusieron en marcha en la administración Lleras. La experiencia en el dnp le dio bases para impulsar en forma posterior el desarrollo como gobernador local, donde le dio origen al Instituto Financiero para el Desarrollo de Risaralda, Infider, una de sus obras más destacadas como servidor público. * { Las primeras dos décadas de planeación}

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Perfil

Diego Calle Restrepo

Economista, Universidad de Antioquia { director dnp 1963 · 1964 }

El reformista Este economista antioqueño llegó al entonces Consejo Nacional de Planeación el 16 de enero de 1963 y su principal logro fue promover la reforma de esa entidad.

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{ Segundo Capítulo }

El ex gobernador de Antioquia fue el impulsor de la reforma al Consejo Nacional de Planeación, que buscó darle mayor autonomía al director de ese organismo.

D

iego Calle Restrepo fue un auténtico representante de la cultura tradicional de Antioquia. Nació en julio de 1926 en Ciudad Bolívar, al suroeste del departamento, en un ambiente rodeado de bambucos, coplas, caballos, poesía y literatura, aficiones que cultivó en su niñez. Por eso se hallaba más a gusto cuando se sentaba sobre bultos de maíz para hablar con los campesinos y trovar con ellos en las tiendas de los pueblos, tocando su tiple al calor de un aguardiente, licor al que, mientras hacía estudios de postgrado en Estados Unidos a los 24 años, dedicó unas décimas poéticas muy famosas entre sus paisanos. El entorno hogareño y privado se reflejó en su personalidad sencilla y reservada. Darío Bautista, del diario El Espectador, lo describió como “alérgico a la popularidad, tibio en sus relaciones con la opinión pública y un poco prevenido contra la gente del periodismo”. Sin embargo, sus cualidades intelectuales, forjadas a través de la literatura y sus estudios de Economía en la Universidad de Antioquia, no pasarían inadvertidas. Por eso desde temprana edad, se destacó en altas posiciones gerenciales. En esos años, el presidente Alberto Lleras le pidió prepararse para asumir un cargo en la administración pública. Y llegó el momento: en 1962, Guillermo León Valencia lo desig-

nó director del Departamento Nacional de Planeación, llamado en ese entonces Consejo Nacional de Planeación. Fue el impulsor de la reforma a esta institución. Calle se encontró con un panorama adverso: “cuando ingresé no se podía hacer planeación porque la estructura de la entidad era dual, estaba manejada por el Director y por el Consejo y cada cual ‘tiraba’ para su lado. Hasta que al fin el Congreso concedió facultades al Presidente para transformar la dependencia, se suprimió el Consejo y la oficina comenzó a marchar”. Esta sería su principal obra en la entidad. Al poco tiempo fue nombrado ministro de Hacienda, posición en la que su experiencia previa le dio fortaleza al enfrentar la crisis fiscal de 1964: “Desde el Departamento vi que la situación fiscal era muy grave por el déficit crónico y creciente, sobre todo si queríamos hacer frente a los programas de desarrollo”. En esta cartera promovió la inversión en industria y la reducción del gasto público. Ocupó varios cargos que le permitieron aportar en la industrialización del país y destacarse como figura pública: el bid, Banco Mundial, embajador en Washington y gobernador de Antioquia. Asumió la gerencia de las Empresas Públicas de Medellín durante nueve años, hasta el día de su muerte, el 20 de octubre de 1985. * { Las primeras dos décadas de planeación}

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Perfil

Néstor Madrid Malo

Abogado, Universidad Nacional de Colombia { director dnp 1964 · 1965 }

Letras y leyes El ex magistrado, gobernador y diplomático oriundo de Carmen de Bolívar contribuyó a fortalecer el dnp a través del trámite de un proyecto de ley en 1964.

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{ Segundo Capítulo }

Madrid Malo concebía la planeación “como una tarea continua y sucesiva, como una labor sin término, en la cual es preciso estar haciendo revisiones, ajustes y evaluaciones permanentes”.

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u verdadera profesión era la literatura, pero en su vida siempre se entrometió la política. Prefería evocar una escena en la era del Imperio Romano y transportarse a los paisajes del continente europeo a través de las líneas de un poema, aunque no podía evitar que entre cada palabra se asomaran las huellas de la violencia partidista de Colombia y los deseos por cambiar esa realidad que observó en su juventud. Néstor Madrid Malo creció y vivió en la época del ambiente literario de la Costa Atlántica en la década del 50, con personajes que se convirtieron en grandes novelistas, mientras que él se destacaba como poeta y compilador de autores de lírica colombiana. Su natal Carmen de Bolívar pertenecía al territorio mágico relatado en los libros de esa generación creadora de historias. Fue su amor a la literatura, desde poesía, novela y dramaturgia hasta historia y economía, lo que distinguió a Madrid Malo, más que ser un funcionario público de amplia trayectoria. Nunca la política fue totalmente indiferente para él. Por el contrario, sus conocimientos en historia de Colombia y el aprendizaje de las leyes en la Universidad Nacional de Bogotá, donde obtuvo el título de abogado, le dieron el material para escribir y analizar con autoridad los problemas del país, las estrategias más convenientes para afrontarlos y aportar sus criterios sobre la mejor forma de dirigir

y organizar el Estado. Lo hacía desde columnas de opinión y ensayos que publicaba en revistas y periódicos, pero también desde cargos oficiales como magistrado, gobernador, diplomático ante organismos internacionales y como director del Departamento Nacional de Planeación en 1964. En ese momento la estructura de la entidad estaba siendo rediseñada y Madrid Malo tuvo la oportunidad de mirar cómo se desarrollaban los cambios en la práctica, en el transcurrir de las discusiones y las propuestas de los ministerios para elaborar los planes de gobierno en el escenario del Consejo Nacional de Planeación. Se encontró con una indefinición en las funciones que les correspondían a sus miembros, desorden y falta de seguimiento a la ejecución de los planes y programas. Por lo tanto, una de las principales obras durante su año de gestión consistió en un proyecto de ley que tramitó ante el Congreso, que contribuyó a fortalecer la institución desde adentro y darle el alcance y los poderes necesarios a las decisiones del Estado. Para Madrid Malo, la planeación debía ser concebida “como una tarea continua y sucesiva, como una labor sin término, en la cual es preciso estar haciendo revisiones, ajustes y evaluaciones permanentes”. Esto no aplicaría sólo para Colombia, sino también para su propia experiencia de vida, que se sembraba sin descanso con la semilla de las letras. * { Las primeras dos décadas de planeación}

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Perfil

Eduardo Suárez Glasser Economista { director dnp 1965 · 1966 }

Confianza,

la estrategia

Fortalecimiento del crédito y estabilización de la economía fueron los pilares de la estrategia de este economista cuando dirigió los destinos del dnp, en 1965.

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{ Segundo Capítulo }

Suárez Glasser asumió la dirección del dnp en un momento de transición entre gobiernos, en el que su prioridad fue recuperar la economía y despejar el panorama fiscal para el cuatrienio siguiente.

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a situación de orden público que se agravó durante el período presidencial de Guillermo León Valencia provocó que las finanzas nacionales quedaran en un estado de inestabilidad. El plan de desarrollo del presidente conservador necesitaba de una evaluación constante para que no se fuera a ver afectado por el déficit fiscal. Así mismo, las herramientas que había creado su antecesor, Alberto Lleras, para manejar la planeación estatal, necesitaban de una mayor solidez, porque las reformas de los directores que habían pasado por el Departamento Nacional de Planeación no habían terminado de darle unas competencias definidas a la entidad. En el último año del gobierno de Valencia asumió la dirección del dnp el economista barranquillero Eduardo Suárez Glasser, quien se posesionó el 24 de septiembre de 1965. Fue éste un período de transición entre gobiernos, en el que era necesario consolidar las metas de política social que indicaba el plan de desarrollo, aunque lo fundamental era recuperar la economía y despejar el panorama fiscal para el cuatrienio siguiente. El énfasis de su breve gestión fue el fortalecimiento del crédito para ampliar los medios de pago y el plan de estabilización, estrategia que permitió al presidente electo, Carlos Lleras Restrepo, dirigir su programa

de gobierno con mayor confianza hacia la integración con América Latina y la cooperación entre los países del continente para impulsar la producción agropecuaria, la educación y la tecnología. Valencia se expresó muy tranquilo al finalizar su mandato, gracias a los planes de estabilización que desarrolló la entidad: “Tenemos una situación económica pobre, como corresponde a nuestra pobreza; pero relativamente saneada, pues dentro de nuestra organización financiera y fiscal es completamente imposible un saneamiento absoluto por las posibilidades permanentes de que se afecte el Presupuesto Nacional, por mil razones, ajenas muchas veces a la voluntad del gobierno”. Suárez Glasser también declaró en julio de 1966, que no había escasez de dinero en el país y que los medios de pago crecían progresivamente. Al posesionarse Carlos Lleras como presidente, el economista costeño dejó el cargo de director el 22 de agosto de 1966, y fue sucedido por un ex director de la entidad, Edgar Gutiérrez Castro. Posteriormente, Suárez Glasser se dedicó a asesorar diversas publicaciones, como experto en temas monetarios y de banca. Aunque después asumió otros cargos públicos, su labor más reconocida entre los economistas fue desde la academia en Colombia y en universidades internacionales. * { Las primeras dos décadas de planeación}

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Perfil

Jorge Ruiz Lara

Economista, Universidad de los Andes; Ph.D. en economía, Universidad de Illinois { director dnp 1970 }

Promotor

del empleo

A su llegada al dnp, en septiembre de 1970, puso en marcha el Plan Cuatrienal de Empleo, que fue piloto en la reducción del desempleo.

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{ Segundo Capítulo }

Superar el problema del desempleo en Colombia, que había crecido en la década de los sesenta, era el principal reto que debía enfrentar el ex decano de la Universidad de los Andes, cuando se posesionó como director del dnp.

S

u sueño de infancia era convertirse en profesor y se graduó en la Escuela Normal de Tunja, título que le permitiría incorporarse al magisterio. Al darse cuenta de que los salarios para los maestros eran muy bajos, renunció a sus ilusiones de enseñar y se fue con un pariente para los Llanos Orientales a realizar trabajos de topografía para ganarse sus primeros pesos. Años después, en 1970, Jorge Ruiz Lara sería el funcionario encargado de elaborar el plan nacional de empleo para mejorar los salarios de los trabajadores del país. Ruiz consideraba que “el aspecto más importante del desarrollo económico será el poder ofrecer ocupación remunerativa a las personas que tengan capacidad de trabajo y quieran empleo”. Superar el problema de la desocupación en Colombia, que había crecido en la década de los sesenta, era el principal reto que debía enfrentar cuando se posesionó como director del Departamento Nacional de Planeación. Su trayectoria en Planeación se inició en una división de investigaciones económicas en 1963, donde tuvo la oportunidad de desarrollar sus conocimientos aprendidos en la Universidad de los Andes y la Universidad de Illinois, en Estados Unidos. El presidente Carlos Lleras Restrepo reconoció las cualidades profesionales del asesor de la Junta Mo-

netaria y lo designó como titular del Departamento durante los últimos meses de su mandato. La principal tarea del nuevo director era poner en marcha el ambicioso Plan Cuatrienal de Empleo. Con este objetivo, el dnp trabajó en conjunto con la oit para ejecutar en Colombia un proyecto piloto de reducción del desempleo, a partir del aumento progresivo de la tasa de crecimiento del ingreso nacional. Ruiz Lara estaba convencido de que estos dos factores se complementaban para lograr fomentar el ahorro entre los trabajadores. Dentro del Plan también se contempló fortalecer la industria, la vivienda y la agricultura, puesto que estos sectores generarían una gran cantidad de empleos. Esa estrategia redundaría en una distribución equitativa del ingreso, una disminución de los niveles de pobreza y un mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos. Su gestión en el dnp fue muy breve y culminó al dejar a consideración del Congreso el proyecto. Se retiró del Departamento el 12 de diciembre de 1970 y las metas de generación de empleo en Colombia le correspondían ahora al presidente Misael Pastrana. Pero Jorge Ruiz Lara fue el promotor más importante de esta promesa de Lleras Restrepo, quien continuó siendo su principal mentor en los años que siguieron de su destacada carrera en la economía nacional. * { Las primeras dos décadas de planeación}

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Perfil

Jorge Ospina Sardi Economista, Universidad de California (Berkeley); Desarrollo Económico, Universidad de Oxford { director dnp 1983 · 1986 }

Educación y

empleo para la equidad

El ex ministro de Desarrollo Económico impulsó ante el Congreso, en calidad de director del dnp, las estrategias del programa de desarrollo Cambio con Equidad, enfocadas hacia la inversión social.

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{ Tercer Capítulo }

El plan de la administración Betancur fomentó la modernización del Servicio Nacional de Empleo, a través de un plan para superar las deficiencias en información laboral. Dentro de este plan se contempló el fortalecimiento de las cooperativas.

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a revista Coyuntura Económica de Fedesarrollo fue una de las publicaciones precursoras del análisis económico en Colombia. Servía de referencia a los dirigentes políticos y a los empresarios del sector privado para orientar sus decisiones y el debate en torno a estos temas. Aunque la revista ya existía, quien le dio el impulso necesario para convertirse en una publicación con tanta influencia fue el entonces director de Investigaciones Económicas de este centro de pensamiento, Jorge Ospina Sardi, un economista caleño graduado en Inglaterra, que durante el gobierno de Belisario Betancur fue designado como director del dnp. Antes de asumir la jefatura del Departamento, Ospina Sardi había sido asesor técnico de la Junta de Planeación del Ecuador, cargo desde el cual tuvo un contacto muy cercano con los temas del manejo de presupuesto, inversión y Planes de Desarrollo. Sin embargo, su desempeño más destacado fue en las investigaciones de Fedesarrollo, con las que pudo profundizar estos temas y adquirir la experiencia que le permitió llegar al dnp como subdirector. En 1983, un año después de posesionarse como presidente de la República, Belisario Betancur reestructuró su gabinete ministerial y le asignó la cartera de Obras Públicas al primer jefe de Planeación de su gobierno, Hernán Beltz Peralta. Ospina Sardi fue ratificado en el cargo y su nombramiento generó una respuesta muy positiva de los dirigentes privados, que conocían su trayectoria en los es-

tudios económicos y financieros y le dieron voto de confianza a la decisión del presidente Betancur. El plan de desarrollo del cuatrienio 82-86 se denominaba Cambio con Equidad y Ospina Sardi impulsó en el Congreso las principales estrategias del gobierno, que estaban enfocadas hacia la inversión social, como por ejemplo la Campaña de Instrucción Nacional camina, que promovió la alfabetización utilizando la televisión como medio de acercamiento a las comunidades. También fomentó la modernización del Servicio Nacional de Empleo, Senalde, a través de un plan para superar las deficiencias en información laboral y con un especial énfasis en las pequeñas empresas. Dentro de este plan se contempló igualmente un fortalecimiento de las cooperativas. Para los años 1985 y 1986, dejó establecidas las bases para un programa de endeudamiento externo, como parte integrada al plan macroeconómico denominado Autodisciplina para el Desarrollo, que garantizaría la entrada de recursos de entidades multilaterales como el birf y el Banco Interamericano de Desarrollo. Al final de su gestión en el Departamento de Planeación, regresó a la actividad periodística cuando varios años después fue cofundador de la Revista Dinero y luego creó la revista La Nota Económica, que se dedicaba al análisis de las finanzas y la economía del país y del mundo y que sentó las bases de lo que luego serían estas publicaciones con enfoque periodístico, combinado con la seriedad del análisis económico. * { Planeación y gasto social}

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Crónica

El semillero del

dnp

Trabajar en el Departamento Nacional de Planeación ha sido la entrada al mundo laboral para un conjunto de jóvenes universitarios, así como el primer encuentro con ese inmenso engranaje que se llama Estado colombiano. De esa experiencia pueden dar fe hoy destacados profesionales, que luego han asumido grandes responsabilidades en los destinos del país.

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or estos días algunos de los profesionales que hicieron sus primeros pinos laborales en el Departamento Nacional de Planeación, y que llegaron a poner en práctica lo aprendido en las aulas de universidades colombianas y foráneas, pueden estar elaborando políticas de Estado o asesorando a grandes corporaciones en otras latitudes. En realidad, son más de 50 líderes que toman decisiones y contribuyen al crecimiento del país desde sus cargos y que tienen el común denominador de haber iniciado sus carreras profesionales como técnicos del Departamento Nacional de Planeación. De ahí que saben cómo funciona el Estado y pueden hacer recomendaciones sobre lo más conveniente para que las instituciones cumplan sus labores como les corresponde. 180

{ Cuarto Capítulo }

Ellos lo aprendieron hace varios años, en su juventud. Para un recién graduado, éste era el trabajo ideal para comenzar su carrera profesional. El dnp representaba una gran oportunidad para poner en práctica todas las lecciones de la universidad. “Desde el inicio de mis estudios de Economía en la Universidad del Rosario me propuse trabajar en el dnp, fue el ideal de institución para iniciar mi ejercicio profesional. Al regresar de realizar mi maestría en Economía Agrícola en la Universidad de Cornell (Estados Unidos), tuve la dicha de ingresar a trabajar allí”, cuenta María del Rosario Guerra, quien hoy se desempeña como ministra de Comunicaciones de la administración Uribe. El mismo origen profesional tiene Juan Pablo Zárate, quien se desempeñaba como viceministro

{ El futuro de la planeación en Colombia}

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El dnp ha sido el punto de partida laboral para muchos jóvenes recién engresados de las universidades colombianas.

técnico de Hacienda y fue nombrado coodirector del Banco de la República. Él también sitúa como punto de partida de su vida laboral al dnp, como técnico en la división de Análisis Fiscal de la Unidad de Política Macroeconómica: “El Departamento Nacional de Planeación fue mi primer trabajo en la vida. El ambiente que se vivía allá en aquella época combinaba una inquietud académica muy fuerte con la solución de problemas concretos. Esto para un recién salido de la universidad es muy interesante”.

De la misma manera, David Melo, director de Cinematografía del Ministerio de Cultura, que se vinculó como ingeniero entre 1990 y 1993 a la Unidad de Infraestructura del dnp, y quien a lo largo de la misma década regresó en varias oportunidades como consultor, reconoce que la mejor experiencia que le dejó su paso por este Departamento fue el “haber aprendido a valorar la posibilidad de aportar al desarrollo social del país desde una entidad pública y a hacerlo fundamentado en criterios técnicos”.

Este entorno intelectual y de investigación fomentó de manera temprana la vocación académica de quienes pasaron por sus oficinas. Lo recalca el rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, el ingeniero José Fernando Isaza. “Yo entré a trabajar al dnp recién egresado. En ese momento dictaba clases de tiempo completo en la Universidad Nacional. Fue una experiencia muy enriquecedora, porque se encontraba uno con la posibilidad de incursionar en todas las áreas de la economía y la política y, yo diría, que con el altísimo grado de la irresponsabilidad de la juventud”.

Antes de convertirse en embajadora de Colombia en Venezuela, María Luisa Chiappe, aprendió sus primeros conceptos sobre comercio exterior cuando un profesor de la Universidad de los Andes, donde ella acababa de recibir su título de economista, le consiguió un trabajo como técnica de la División de Integración en la Unidad de Estudios Industriales del dnp. “En esa época y probablemente también ahora, la máxima aspiración de cualquier estudiante de Economía era ingresar al Departamento Nacional de Planeación y, afortunadamente, yo lo pude cumplir y trabajé con mucho agrado. Mi primer jefe directo fue Javier Fernández Riva, de quien aprendí muchísimo y todavía hoy en día aplico todas sus enseñanzas en mi trabajo”.

Así como el Departamento Nacional de Planeación ha sido punto de partida laboral para muchos jóvenes recién egresados de las universidades colombianas, también ha significado la iniciación de muchos profesionales en el sector público, quienes hoy continúan sirviendo en ese sector desde diferentes entidades. Este es el caso de Evamaría Uribe, superintendente de Servicios Públicos. Ella menciona que el dnp “fue el punto de inicio de mi carrera profesional con el gobierno nacional y sentó las bases profesionales, conceptuales y técnicas de lo que hago en mi cargo actual”. 182

{ Cuarto Capítulo }

No sólo María Luisa Chiappe reconoce la importancia de su jefe en el proceso de aprendizaje alcanzado en el Departamento Nacional de Planeación. “El celo por la perfección y el trabajo bien hecho de jefes como Juan Carlos Echeverry y Mauricio Cárdenas y de un muy buen equipo de compañeros”, es uno de los mejores recuerdos que tiene Juan Ricardo Ortega, secretario de Hacienda del Distrito, sobre su paso por el dnp.

Cada uno de ellos terminaba su carrera y se desprendía del ambiente del salón de clases para insertarse en otro centro de estudios, esta vez con mayor complejidad y exigencias. Las unidades del dnp eran pequeñas aulas donde sus pupilos, ahora con un carné que los acreditaba como técnicos, debían aprender a leer documentos oficiales, revisar cifras, interpretar datos, hacer estimaciones y proporcionar análisis sobre fenómenos como el desarrollo urbano y rural, el fomento de la industria nacional, la utilización de los recursos naturales o el comercio exterior. Estas investigaciones enriquecieron mucho los conocimientos adquiridos en los años de estudiante de la Universidad Nacional para el recién egresado José Fernando Isaza: “En ese entonces Planeación era un observatorio espectacular del acontecer nacional. La formación más interesante era analizar un tema en un tiempo corto y dar una idea, ojalá original, sobre ese tópico. Eso obligaba a revisar la literatura relativa al tema, hablar con la gente, incursionar en las entidades públicas y privadas, así como en las universidades, en un momento en que la información era muy limitada”, comenta Isaza. Estas funciones exigían de los jóvenes técnicos una alta responsabilidad y una inmersión completa en la realidad del país. El valor del dnp como escuela también es reconocido por la superintendente de Servicios Públicos, Evamaría Uribe, quien se desempeñó como directora Ejecutiva de la Junta Nacional de Tarifas del dnp entre 1990 y 1993, hasta cuando dicha instancia fue suprimida como resultado de las reformas constitucionales de 1991. “Para mí fue la mejor experiencia iniciar con una institución con tan alto nivel técnico y que está

en sintonía con todos los problemas claves de la economía y el desarrollo del país. Es la “pomada de la tecnocracia”; pero se debe mantener sintonía con las determinaciones políticas del país, para no fallar”. El acompañamiento a la Misión de Estudios Agropecuarios que lideraban los profesores Albert Berry y Jesús Antonio Bejarano a finales de los años ochenta, también le exigía a la entonces asesora María del Rosario Guerra “comprender la importancia de no aplicar ‘recetas’ ni teorías ni casos, sin entender antes la realidad regional y comprender las fuerzas de poder en el proceso de construcción de políticas públicas”, dice la actual ministra de Comunicaciones. Algunas áreas como la oficina de Análisis Fiscal, donde el joven economista Juan Pablo Zárate daba sus primeros pasos como profesional, no requerían de ese trabajo externo al que podían estar dedicados otros técnicos. “Era una unidad alejada del mundo, porque no estaba tan inmersa en la política del día a día”, recuerda el viceministro. Pero las investigaciones que se adelantaban en cada división y unidad, así se realizaran solamente desde un escritorio, les dio la oportunidad a estos líderes de ampliar sus conocimientos sobre la organización y los asuntos del Estado en sus inicios como funcionarios públicos. En ese sentido, la experiencia de David Melo en el dnp ha adquirido singular relevancia para el cargo que en la actualidad ejerce al frente de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura. “En este momento, cuando defiendo el valor de la cultura como una de esas dimensiones fundamentales para el desarrollo económico y social de Colombia, recuerdo la cantidad de veces { El futuro de la planeación en Colombia}

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que me dijeron que al equipo del dnp le hacía falta tener más experiencias específicas de trabajo de campo”. Después de tantos años interactuando con artistas y creadores, gestores culturales y los públicos de las diferentes regiones, comenta Melo, “es que valoro cada vez más el aporte desde el pensamiento estratégico que permite la visión integral del dnp”. Estos recién graduados, como le ocurrió en su momento al ex presidente César Gaviria, a José Darío Uribe, gerente del Banco de la República o a Juan Pablo Córdoba, presidente de la Bolsa de Valores, se encontraron por primera vez con los problemas de fondo de Colombia, ya no observados desde un pupitre y explicados en un tablero. Ahora debían usar su creatividad para analizar las situaciones económicas y sociales del país y vencer la timidez del principiante a la hora de aportar soluciones que convencieran a los gobiernos de incluir sus propuestas en las agendas públicas. Participar en el Consejo Nacional de Política Económica y Social, conpes, fue una de esas experiencias que María Luisa Chiappe considera fundamentales dentro de su etapa de formación: “Para un profesional principiante era todo un honor poder dialogar directamente con el Presidente de la República y los ministros del área económica. Creo que esa oportunidad me ayudó posteriormente en mi carrera, sin duda alguna”. El equipo de la Unidad de Estudios Industriales, al cual ella pertenecía, presentó varios documentos al conpes. A su cargo, estaban los informes sobre las industrias del vidrio y del caucho. Cuando esta economista hacía sus primeras exposiciones frente a los representantes del gobierno 184

{ Cuarto Capítulo }

de López Michelsen, en la Colombia de la década de 1970, estaba dándose el auge petrolero y las divisiones del dnp ya preparaban las investigaciones sobre la forma más apropiada de invertir esos recursos energéticos. “El país estaba viviendo unos momentos dificilísimos por cuenta del aumento en los precios del petróleo y la disminución de la producción, entonces se trabajó mucho con el Ministerio de Minas en diseñar una política que permitiera reversar la tendencia declinatoria de petróleos”, explica José Fernando Isaza sobre los trabajos de energía que elaboró en esa época. Los años noventa también fueron un período importante para Colombia en materia petrolífera, por los hallazgos del subsuelo de Casanare, en la región de los Llanos Orientales. “En ese momento se descubrieron los yacimientos petroleros de Cusiana y Cupiagua, entonces hubo una discusión y se presentaron trabajos muy importantes en la Unidad, sobre cómo debería ser el manejo macroeconómico de los yacimientos y los recursos. De allí salió toda la política de estabilización del Fondo Petrolero, que se implementó luego en el legislativo”, rememora Juan Pablo Zárate, para quien haber estado en el centro de esos debates y contribuir en la elaboración de políticas públicas, le brindó la posibilidad de demostrar su capacidad de tomar decisiones de carácter gubernamental. Muchos de los temas que estudiaron las unidades del dnp no se habían trabajado antes en las entidades del Estado o ni siquiera habían hecho parte de los planes de gobiernos anteriores, así que sus informes y análisis fueron pioneros en la introducción de problemas específicos en las políticas gubernamentales. Durante el gobierno de Virgilio

El contacto con los temas fiscales y macroeconómicos les abrió las puertas a muchos técnicos de Planeación hacia entidades como el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda.

Barco, la Unidad de Estudios Agrarios, a la que estaba vinculada María del Rosario Guerra, empezó a coordinar los temas de seguridad alimentaria y política agroindustrial. La ministra reconoce que “hasta ese momento estos temas poco se habían promovido, y me honra saber que varios de los instrumentos y estrategias definidas en materia sectorial aún mantienen su vigencia”. Sin duda, la reforma constitucional de 1991 representó un punto de inflexión para el país y para el dnp como tal. Evamaría Uribe fue testigo presencial de las transformaciones que se dieron en el país a partir de las políticas diseñadas desde el dnp en dicha época. “Como funcionaria del Departamento, participé muy activamente en una de las más trascendentales reformas posteriores a la Constitución de 1991, lideradas por el Departamento Nacional de Planeación y bajo la jefatura, en ese entonces, de Armando Montenegro: la reforma en el sector de los servicios públicos de infraestructura, esto es, electricidad, gas combustible, agua potable y saneamiento, y telecomunicaciones básicas”. De acuerdo con la superintendente de Servicios Públicos, “esa reforma redireccionó totalmente un sector controlado previamente en un 100% por el Estado y abrió un espacio fundamental a la competencia empresarial con el Estado y a la inversión del sector privado en estos servicios”. Justamente, diferentes instituciones reguladoras y de control como las Comisiones de Regulación y la Superintendencia de Servicios Públicos, de la cual Evamaría Uribe es hoy cabeza, son resultado de las decisiones que, se tomaron en el dnp, al principio de los años noventa.

Ahora que son líderes en sus respectivas áreas de trabajo, son conscientes de que la experiencia en el dnp les dejó conocimientos valiosos sin los cuales no habrían llegado a donde están hoy. Para ayudar a consolidar las relaciones comerciales entre Colombia y Venezuela cuando estuvo al frente de la Cámara Colombo-Venezolana, María Luisa Chiappe señala como una de las fortalezas que le legó la institución fue el poder tener una permanente interlocución con el sector privado. Mientras que para el rector José Fernando Isaza, el aprendizaje sobre temas energéticos resultó indispensable cuando debió formalizar los contratos de Cerromatoso y el Cerrejón, siendo director del Instituto de Fomento Industrial, ifi, y de Ecopetrol, posteriormente. La formación del dnp se siente más en el trabajo con el gobierno nacional. El contacto con los temas fiscales y macroeconómicos les abrió las puertas a muchos de estos técnicos hacia entidades como el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda, aunque los conocimientos serían insuficientes sin la visión de largo plazo y la capacidad de coordinación interinstitucional que el Departamento les aportó para asumir cargos en el Ejecutivo, como le ocurrió a María Cecilia Vélez, actual ministra de Educación. Sus propuestas de entonces podrían haber sido algo insuficientes o contener algún grado de ingenuidad o insolencia para los ministros y dirigentes de la época, tan avezados en las plazas de la política y acostumbrados a tomar decisiones. Hoy ocupan esos mismos lugares y le agradecen su comprensión de la realidad nacional a la experiencia vivida en ese gran centro de estudios que fue el dnp, donde los temas del país se leían en sus verdaderas dimensiones. * { El futuro de la planeación en Colombia}

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