Contepomi.: “Hoy por hoy, es mi último partido”

llegan a su último test en el Rugby Championship con una ... escucha y se lee que el seleccionado argentino esta vez va
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rugby | 9

| Jueves 3 de octubre de 2013

una mirada del rugby Jorge Búsico PARA LA NACION

Mejorar el juego, la clave para llevarse el triunfo

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El ex capitán saluda a la gente en Hamilton; será la función final para el jugador de Newman

Contepomi.: “Hoy por hoy, es mi último partido” El ex capitán de los Pumas anunció su retiro del seleccionado ● Será pasado mañana ante los Wallabies, en Rosario

E

s el último sobreviviente de una generación. El jugador récord de los Pumas, Felipe Contepomi, puso fecha a su última batalla con la selección nacional. Pasado mañana, ante los Wallabies, en el Gigante de Arroyito, en Rosario, será la función final para el back de Newman. “Hoy por hoy, es mi último partido. No soy futurólogo, pero hoy digo que es el último. Por el momento creo que no me pongo más la camiseta argentina”, dijo Contepomi en una entrevista radial. Debutó en los Pumas el 10 de octubre de 1998 ante Chile. Aquel día fue titular y convirtió un penal. Pero su primera participación frente a una potencia ocurrió un mes después; el rival fue Francia. A partir de ese momento, siempre estuvo con los Pumas. Hoy, con 36 años, a punto de transformarse en el jugador que más veces vistió la camiseta albiceleste –con el partido ante los Wallabies totalizará 87–, el máximo goleador de la historia con 631 puntos vive una semana especial. “Estoy muy feliz; tengo una alegría enorme por todo lo que me tocó vivir”, agregó el Mellizo, que después

de la salida de Agustín Pichot fue designado capitán del equipo argentino, cargo que mantuvo hasta 2012. Contepomi disputó cuatro Mundiales con los Pumas: Irlanda 1999, Australia 2003, Francia 2007 y Nueva Zelanda 2011. Fue uno de los prota-

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serán los test-matches que disputará Contepomi contando el partido ante Australia; quedará como el jugador argentino con más presencias. vuelve genia La vuelta del medio-scrum Will Genia será la única modificación que presentará Australia. Así formará: Folau; Ashley-Cooper, Kuridrani, Leali’ifano, Tomane; Cooper, Genia; Hooper, Mowen, Fardy; Horwill, Simmons; Alexander, Moore y Slipper.

gonistas de las páginas más brillantes de la historia del rugby, entre las que se destaca el tercer puesto que los Pumas consiguieron en el Mundial de Francia. Además de jugar en Newman, donde volverá cuando finalice el Rugby Championship, el apertura-centro tuvo una prolífica carrera como jugador profesional. Jugó en Bristol de Inglaterra, el Leinster de Irlanda –“su segunda casa”, como lo definió alguna vez–, Toulon (Francia) y Stade Français, equipo que también juega el top 14 galo. Su paso por el rugby profesional no le impidió completar sus estudios de medicina; es más, según dijo en el pasado, sin la exigencia deportiva se dedicará a su vocación: médico traumatólogo. Ahora llegó el tiempo para su última función con la camiseta argentina. Esa que lo vio crecer, desarrollarse y transformarse en uno de los jugadores más respetados. Son momentos de mucha emoción los que atraviesa Contepomi, que intenta mantenerse sereno y concentrarse en lo que viene: Australia. Los Wallabies, el último rival argentino en el segundo Rugby Championship, serán la oportunidad para que los argentinos finalmente cumplan con uno de los anhelos más esperados: ganar. Pero no sólo marcará el final de Contepomi el partido en Rosario. El entrenador Santiago Phelan también comenzará a despedirse del seleccionado nacional. A Tati, que finalizará su vínculo con la UAR a fin de año, le restan tres encuentros más: la gira europea que incluye los tests contra Inglaterra, Gales e Italia. Los Pumas se ven atravesados por momentos de mucha emoción y quieren despedirlos con todos los honores; ganar será la mejor manera.ß

e repite la historia del año pasado. Los Pumas llegan a su último test en el Rugby Championship con una sensación instalada: la de quebrar ante los Wallabies, en Rosario, la racha negativa de resultados que los persigue desde que arrancó este torneo (10 caídas y un empate). Otra vez se sospecha que la victoria es posible y ése es el clima que acompaña a la previa del partido de pasado mañana en el Gigante de Arroyito. Se escucha y se lee que el seleccionado argentino esta vez va a superar al australiano. ¿Son fundadas esas expectativas de triunfo? En parte, sí. Enfrente estará un equipo que viene con la identidad perdida y también golpeado por las derrotas (en junio con los Lions y en el RCh en sus 2 duelos con All Blacks y Springboks). Ésta es una versión desmejorada de los Wallabies. Y del otro lado, los Pumas han ido de menor a mayor en el torneo, por lo que es posible estimar que el equipo dará un nuevo salto en Rosario. Pero el análisis debe comprender otras aristas, tan indispensables como las señaladas antes. En lo que hace a la previa, los Wallabies saben lo que es llevarse partidos en donde el hilo de supervivencia es mínimo. Ya ocurrió el año pasado. Llegaban con la soga al cuello y ganaron. Tienen mucha historia en choques cruciales. Dos títulos del mundo, una final, dos semifinales. Siempre se reinventan, porque conocen el juego como pocos. Aunque vengan muy golpeados desde Sudáfrica, redoblarán los cañones para evitar el último lugar en la competencia 2013. Los Pumas, por su parte, tienen una historia contraria en esas previas que hay en cualquier partido de cualquier deporte. No han aprendido aún (salvo en la Copa del Mundo de 2007) a hacer pesar su favoritismo. Sigue siendo un equipo acostumbrado a rendir más cuando viene lastimado. Ahí es cuando los argentinos son temibles. ¿Podrá esta vez cambiarse esa tendencia? Es una pregunta que hay que meterla en el bolillero del análisis. Debe tomarse como termómetro, además, el último fin de semana. Hay coincidencia en la mayoría de que los Pumas jugaron un gran partido ante los All Blacks. Más aún: que fue un mano a mano al menos durante 50 minutos. Sin embargo, ése fue el único encuentro en el que los argentinos no marcaron tries. Y el único, excepto la goleada en Soweto, en el que el otro equipo consiguió el bonus ofensivo (cuatro o más tries). No es un dato menor. El seleccionado tuvo la pelota todo el primer tiempo, gracias a un scrum soberbio y a un line que por primera vez en mucho tiempo sirvió de fuente de ataque, pero jamás pudo situarse siquiera en situación de try. Más allá de la excelente defensa que tienen los All Blacks, los Pumas no generaron circuito de juego. La pelota nunca les llegó a los wines y no existió el factor sorpresa. Martín Landajo tardó un segundo más en el pase, no aprovechó su pique corto para sorprender, y Nicolás Sánchez, un león tackleando, de tanto tacklear se nubló a la hora de hacer jugar. En cambio, los Wallabies, totalmente dominados por los Springboks, en la única que tuvieron, apoyaron un try. Y los Boks no se llevaron bonus. No parece tan posible una victoria Puma ante los Wallabies si no se generan situaciones de ataque. Y como se decía –y no se dio– ante los All Blacks, si no se tiene error cero. Las posibilidades están, por supuesto, pero bajo la misma consigna que se viene pregonando: mejorar el juego.ß