Construyamos un país para todos

26 may. 2010 - de soberanía por las islas Malvinas, en nuestros 200 años”, exclamó ante los siete presidentes que partic
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BICENTENARIO

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Miércoles 26 de mayo de 2010

1810 - 2010

“Construyamos un país para todos” Lo afirmó la Presidenta, al recibir a los mandatarios extranjeros e inaugurar la Galería de Patriotas Latinoamericanos; reivindicó el proyecto político iniciado en 2003, equiparó su propio papel al de los próceres de mayo de 1810 y criticó el país del Centenario MARIANO OBARRIO LA NACION En un discurso de 15 minutos por cadena nacional desde la Casa Rosada, la presidenta Cristina Kirchner revisó la historia, equiparó su papel con el de los próceres de Mayo y criticó al país del primer Centenario. Cerró, así, los festejos del Bicentenario con un intento de capitalizar “la fiesta popular con el pueblo en las calles” y los “millones que han salido a festejar” para sumar adhesiones, además de “convocar a todos en estos 200 años a construir un país y una Nación para todos”. Por el contexto del acto, y por los próceres que evocó, emblemas del campo popular y de la izquierda, y por las entrelíneas de sus palabras, algunos interpretaban que ese “país para todos” debería ser conducido por el proyecto político del kirchnerismo. Lo dejó en claro en un párrafo autorreferencial. “Hoy nuestro proyecto político cumple siete años”, celebró festiva, al recordar que su esposo, Néstor Kirchner, asumió el 25 de mayo de 2003. “Yo quiero convocar en estos 200 años a todos los argentinos a construir un país en el cual todos podamos sentirnos parte de él, un proyecto estratégico que nos guíe como fue el que tuvieron los patriotas ese 25 de Mayo de 1810”, dijo, en un paralelismo con su proyecto refundador. Quizás este discurso fue la más clara señal de la intención del Gobierno de capitalizar los festejos patrios. En Balcarce 50 confiaron a LA NACION que existe un intento de sacar rédito de la Operación Bicentenario –por el éxito de convocatoria en las calles– para sumar adhesiones de sectores medios con miras a las elecciones presidenciales de 2011, en las que el propio Kirchner quiere ser candidato. La Presidenta apeló, además, a una malvinización de la fecha patria. “Hoy volvemos a hacer ese reclamo con firmeza y convicción por la discusión de soberanía por las islas Malvinas, en nuestros 200 años”, exclamó ante los siete presidentes que participaron: Hugo Chávez (Venezuela), José Mujica (Uruguay), Sebastián Piñera (Chile), Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil), Rafael Correa (Ecuador), Fernando Lugo (Paraguay) y Evo Morales (Bolivia), entre cancilleres y embajadores extranjeros.

La sombra del Centenario Fue lapidaria con los festejos del primer Centenario, de 1910. “Pese a quien le pese, nuestros pueblos están mucho mejor que hace 100 años”, revisó la Presidenta. “El primer Centenario había sido llevado a cabo en un país en el que se había declarado el estado de sitio”, dijo. Esa crítica a los gobiernos conservadores le cayó a José Figueroa Alcorta, que gobernó hasta octubre de 1910. Autonomista y miembro de lo que el anarquismo y el socialismo llamaban la oligarquía conservadora, dictó el estado de sitio aquel 14 de mayo tras una oleada de huelgas del sindicalismo anarquista. No todo estaba peor en 1910, según indicadores objetivos. La Argentina era la novena economía mundial por su producción agrícola-ganadera, sólo superada por Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, España, Bélgica y Canadá. Pero Cristina Kirchner no tuvo contemplaciones. “Era un país en el que los inmigrantes de la vieja Europa trajeron las ideas del viejo mundo, las nuevas ideas, anarquistas, socialistas”, deslizó. “Y por que-

Los presidentes Sebastián Piñera, Rafael Correa, Cristina Kirchner, Fernando Lugo, Evo Morales, Lula y José Mujica PRESIDENCIA DE LA NACION

rer parecernos a Europa habíamos traído como protagonista central de los festejos a un miembro de la Casa Real de España”, lamentó. En la planta baja de Balcarce 50, Cristina Kirchner dejó inaugurada la Galería de Patriotas Latinoamericanos del Bicentenario, una colección de pinturas y gigantografías de próceres o simples caudillos mayormente íconos del arco popular, progresista o de la izquierda, que algunos podrían considerar sesgada: Juan Perón, Salvador Allende, Ernesto “Che” Guevara, Eva Perón, Juan Manuel de Rosas, Tupac Amaru, Pedro Murillo, José Martí, Farabundo Martí, Augusto Sandino y Omar Torrijos. También colgaron retratos de José de San Martín, Simón Bolívar, Manuel Belgrano, Francisco de Miranda, Antonio Sucre, Hipólito Yrigoyen, Getulio Vargas, Bernardo O’Higgins, Benito Juárez, Francisco Solano López, Pancho Villa, José Artigas, entre otros. Del acto, sólo participaron invitados kirchneristas: ministros, gobernadores, representantes de organismos de derechos humanos, periodistas y legisladores. De la oposición sólo estaban los vicepresidentes de Diputados, Ricardo Alfonsín, y del Senado, Juan Carlos Marino, además del jefe del bloque de Pro, Federico Pinedo. “Sabemos que el camino para nosotros es el mismo que tomaron San Martín, Bolívar, O’Higgins, Artigas y José Martí, y que antes lo habían llevado adelante os pueblos originarios, con mucha valentía”, se equiparó la jefa del Estado. “Tenemos el mismo objetivo: que sus pueblos tengan más libertad, más igualdad”, comparó la Presidenta.

Los gastos para el Bicentenario Para los festejos del Bicentenario, el Gobierno programó para este año partidas por $ 163 millones en el presupuesto, de los cuales hasta hace unos diez días había gastado $ 32,7 millones, un 20% de lo previsto, según datos aportados por el Ministerio de Educación. A comienzos de este mes, a través del decreto 259/10, la presidenta Cristina Kirchner modificó el régimen de contrataciones y compras del Estado para facilitar los gastos para la organización de las distintas celebraciones. Según pudo saber LA NACION, el Gobierno envió $ 900.000 a cada provincia para montar los stands en el Paseo del Bicentenario, sobre la avenida 9 de Julio, lo que representó un gasto total de $ 21,6 millones.

El mensaje presidencial DEMOCRACIA FUERTE “Pudimos cumplir estos 200 años con la democracia más profunda de que se tenga memoria. [...] Tenemos hoy la fortaleza de ser un país que respeta el derecho internacional, porque se ha violado demasiadas veces en nuestro país la Constitución, la libertad y la democracia”

ERRORES Y ACIERTOS “Seguramente nos equivocamos, cometemos errores y aciertos, pero todos saben, aun aquellos que no están de acuerdo, que jamás tomaríamos una medida en contra de la Nación y el pueblo”

UN PAIS MEJOR “Pese a quien le pese, estamos mucho mejor que hace 100 años. Hace 100 años no existían los derechos sociales; estaba prohibida y era casi un delito la actividad sindical, y no podíamos elegir libre y democráticamente a nuestros gobernantes”

RECLAMO POR MALVINAS “Como sujetos de derecho internacional tenemos que respetar las normas a las cuales todos, grandes y chicos, tenemos que estar sujetos como única forma de vivir en un mundo civilizado”

SENDA DE GIGANTES “Sabemos que el camino para nosotros es el mismo camino de San Martín, Bolívar, O’Higgins, Artigas, José Martí, que antes lo habían llevado a cabo los pueblos originarios con valentía”

AGRADECIMIENTO “Hace 27 años que tenemos una democracia continua. Todos los argentinos pueden expresarse libremente, y yo quiero agradecerles el patriotismo, la alegría con que han festejado y están festejando este Bicentenario”

Siete presidentes de América latina se sumaron a la fiesta Néstor Kirchner actuó como el anfitrión en su papel de líder de la Unasur LUCAS COLONNA LA NACION Los recibió Cristina Kirchner. Pero fue Néstor Kirchner su verdadero anfitrión. Los siete presidentes de la región que viajaron para los fastos del Bicentenario y los ex mandatarios de Honduras, Manuel Zelaya, y de Panamá, Martín Torrijos, tuvieron ayer, en el día de los actos patrios, un diálogo privilegiado con el ex presidente, diputado nacional, presidente del PJ y, ahora, secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Fue justamente por este último cargo que Kirchner desempeñó un papel protagónico en el trato con los líderes regionales: según supo LA NACION de altas fuentes oficiales, el ex presidente comenzó a preparar el terreno para su primera incursión formal al frente de la Unasur, el 2 de junio, en República Dominicana. Para ello, Kirchner mantuvo encuentros y extensas conversaciones con los líderes que viajaron especialmente para los festejos: Hugo Chávez (Venezuela), José Mujica (Uruguay), Sebastián Piñera (Chile), Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil), Rafael Correa (Ecuador), Fernando Lugo (Paraguay) y Evo Morales (Bolivia). Estaban invitados Alan García (Perú) y Alvaro Uribe (Colombia), pero desistieron de participar por problemas de agenda, al igual que la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Los presidentes de la región y los dignatarios extranjeros comenzaron a llegar a la Casa Rosada a partir de las 17.30. Los esperaba un cronograma de actividades de cinco pasos: un recorrido por algunas imágenes de la historia en la Galería de los Patriotas Latinoamerica-

Hugo Chávez FEDERICO GUASTAVINO

nos; el discurso de la jefa del Estado, una caminata surcando la Plaza de Mayo, el desfile central y una cena de gala en la Casa Rosada.

La agenda de la Unasur Néstor Kirchner permaneció con los mandatarios todo el tiempo. Su intención fue vincularse con los líderes regionales desde su nuevo rol en la Unasur. Y dos asuntos en particular le interesan de cara a su viaje de la semana próxima: lograr una posición unificada en torno a la situación de Zelaya en Honduras y que los países de la región cumplan con los aportes financieros comprometidos para el fondo de reconstrucción de Haití. De hecho, el encuentro del que participará Kirchner es precisamente una cumbre mundial sobre Haití, organizada por el presidente

dominicano, Leonel Fernández. El hondureño Manuel Zelaya fue el primero en ingresar a la Casa Rosada. Chávez llegó apenas minutos después, y lo sorprendió una ovación del público que esperaba del otro lado de la reja. José Mujica entró luego, y se estrechó en un breve abrazo con la jefa del Estado. Ambos volverán a encontrarse en Uruguay la semana próxima. Evo Morales y Fernando Lugo ingresaron instantes más tarde, seguidos por otro ovacionado Lula da Silva. Kirchner, mientras tanto, esperó en el despacho del ministro del Interior, Florencio Randazzo, y le dedicó unos minutos a una charla en privado con Correa para afinar los detalles del viaje a Dominicana. Una vez dentro de la sede de Gobierno, los presidentes extranjeros iniciaron el recorrido protocolar. Atravesaron la Galería de los Patriotas Latinoamericanos, un espacio de la planta baja de la Casa Rosada especialmente acondicionado para la ocasión con 38 fotografías y pinturas de quienes, a criterio de la propia Presidenta, fueron los principales protagonistas de la historia de la región. Luego de presenciar el discurso de Cristina Kirchner, los mandatarios salieron a la calle para la caminata hasta el Cabildo, a través de la Plaza de Mayo. Kirchner recorrió el camino vallado abrazado a Lula da Silva, mientras la Presidenta le agradecía a Piñera que se hubiera puesto una corbata celeste con una camisa blanca, en homenaje a la bandera argentina. Luego, siguieron el recorrido hasta el palco central y presenciaron el desfile de cierre, antes de retornar a la Casa Rosada para la cena de gala.

La celebración de 1910 también fue masiva Figueroa Alcorta encabezó los actos del Centenario con un encendido discurso contra España; la Plaza estuvo colmada El 25 de Mayo de 1910, el entonces presidente José Figueroa Alcorta encabezó los festejos del Centenario con un encendido discurso que, con tono épico, celebraba la independencia nacional y americana como “un drama intenso y glorioso”, el “hecho más grande entre los que ha producido uno de los más grandes siglos de la historia”. “Era tanta la concurrencia que apenas se podía transitar”, relata la crónica de LA NACION del día. La gente, “multitudes oceánicas desfilando por calles y plazas”, había llegado desde temprano en tranvías, coches

y trenes urbanos para ver el desfile militar, espectáculo central de la jornada. Los actos comenzaron a las 10. El palco oficial, desde donde habló el presidente, se montó frente a la Casa de Gobierno. El discurso de Figueroa Alcorta fue un apasionado repaso de la historia argentina, desde los tiempos de la conquista. Abundó en elogios para los próceres de Mayo, “la encarnación viviente de la patria”, y fue muy duro con la “dominación colonial establecida” por España durante lo que llamó “la noche tres veces secular que sucedió a

los resplandores de la conquista”, noche que –afirmó– gravitó sobre el continente como un “manto esterilizante destinado a impedir la germinación de las ideas de progreso moral o político”. El mandatario no escatimó críticas pese a que en el palco oficial, parada a su lado, estaba la infanta Isabel, que había viajado para participar de los festejos del Centenario. Incluso, juntos colocaron la piedra fundamental del monumento a la revolución en el centro de la Plaza de Mayo, donde hoy se levanta la Pirámide.

En su extenso discurso, el presidente destacó que la Revolución de Mayo no hubiera tenido la “animosidad enconada de la guerra” y habló del ambiente semicaótico de la “democracia embrionaria”. En ese escenario hizo referencia al caudillismo como “causa y efecto de la anarquía política” y de “la crisis moral más intensa que un país haya sufrido en el proceso de su evolución”. Figueroa Alcorta terminó con una exhortación: un llamado a las generaciones sucesivas para que perpetuaran en los siglos “la altiva tradición de Mayo”.

LA NACION del 27 de mayo de 1910