Clases que acortan la brecha generacional

2 sept. 2012 - Galileo Galilei, en Belisario Roldán y avenida Sarmiento, y la entrada es libre y gratuita. Baker partici
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BUENOS AIRES | 31

| Domingo 2 De septiembre De 2012

Clases que acortan la brecha generacional

nuevas tecnologías. Las Postas Digitales del gobierno porteño acercan la computación a los adultos mayores; con clases

gratuitas en 16 sedes, los más grandes aprenden a perderle el miedo a la cibernética y a bucear en el ciberespacio Julieta Paci LA NACION

“Yo vengo porque no quiero quedarme fuera del sistema. Sin saber manejar la computadora uno siente que no existe”, dice convencido Rufino Rodríguez, de 59 años, que mientras estudiaba abogacía comenzó a percibir que algo le faltaba. Fue por eso que, sin dudarlo, decidió anotarse en el programa Postas Digitales, organizado por el Ministerio de Desarrollo Social de la ciudad, que busca familiarizar a las personas de la tercera edad con las nuevas tecnologías mediante cursos y talleres gratuitos de computación. “Estoy en cuarto año. Los profesores mandan todos los trabajos por mail y yo no sé descargar los archivos y mucho menos usar un pendrive”, explica Rodríguez, que asiste todos los jueves, de 10 a 11.30, a las clases que se dictan en el Centro Metropolitano de Diseño, en Barracas.

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Pero Rodríguez no parece ser el único. Según datos del último censo, casi el 70% de los mayores que viven en la ciudad, de entre 70 y 79 años, no utiliza las computadoras, y este número asciende a casi el 90% en los mayores de 80. “Las Postas surgieron a partir de que hay una brecha generacional muy grande entre abuelos y nietos. Lo que buscamos con ellas es generar un punto de contacto entre ambos sectores, que los adultos mayores se sientan incluidos en la sociedad y que aprendan a utilizar la computadora e Internet para realizar trámites y comunicarse con parientes y amigos”, explica el subsecretario de Tercera Edad, Claudio Romero. Hasta el momento se encuentran funcionando en la ciudad 16 Postas, pero según informaron desde el Ministerio de Desarrollo Social, para fin de año se espera que haya 50, distribuidas en distintos barrios porte-

ños, como La Boca, Palermo, Agronomía, Parque Patricios y Saavedra. “Usando la computadora me siento feliz y realizada. Este curso es una gran cosa para la gente de nuestra edad. Lo que quiero es aprender a mandar mails para comunicarme con mi hijo que vive en Río Gallegos”, dice Bernardina Cuevas, de 72 años, mientras escribe su nombre en un archivo y revisa las anotaciones que hizo sobre una fotocopia con el dibujo de un teclado. La ilusión de poder comunicarse con su nieto que vive en España fue lo que motivó a Olga Díaz, de 75, a tomar clases. “Mi hija me dijo: «Mamá, ponete las pilas», y acá estoy. Quiero aprender a mandarle mails, chatear, hablar con él y descargar las fotos que envía desde allá”, contó Díaz. Según Romero, actualmente asisten a las Postas alrededor de 750 alumnos, con una edad promedio de entre 70 y 80 años.

Una inyección de autoestima Más de 750 alumnos asisten a los cursos gratuitos. Poco conectados El último censo asegura que el 70% de los porteños de entre 70 y 79 años no usa computadoras. Más oferta Creadas por el Ministerio de Desarrollo Social, hoy funcionan 16 Postas; antes de fin de año serán medio centenar. Comunicarse La mayoría de los que asisten a las clases quieren comunicarse por mail o aprender a chatear con familiares que viven lejos.

Septiembre, a puro sol

Foto Maxi Amena

Además, asegura que el 90% llega sin saber nada sobre el tema y que las más interesadas en la alfabetización digital son las mujeres. Melina Tabares, una de las profesoras, explica que llegan muy entusiasmados y se sienten gratificados cuando sus nietos les escriben mails felicitándolos por sus logros. En cuanto a las dificultades que presentan, dice que lo que más les cuesta es aprender a dominar el mouse. “Al principio, es difícil manejar el mouse, el teclado, poder escribir con las dos manos, acordarse de los atajos, y es terrible lidiar con el inglés, que está siempre presente. Pero ahora que aprendí a navegar por la Red me busqué un cursito y voy a empezar a tomar clases”, cuenta orgulloso Mario Córdoba, de 54 años. Después de la segunda clase, Córdoba decidió comprarse una computadora para “soñar y perderse

por el ciberespacio”. Y aunque es sabido que los periodistas son quienes deben contar la historia y no ser parte de ella, esta vez me tomé el atrevimiento de ser protagonista por un rato. Luego de que algunas alumnas me preguntaran cómo hacían para abrir un signo de interrogación, ya que su profesora se encontraba muy atareada explicando otras cosas, decidí ayudar a aquellas mujeres curiosas y llenas de esperanza. Lejos de ser una experta en computación, les enseñé a borrar palabras, poner mayúsculas, hacer espacios y pasar a otro párrafo. Y mientras me miraban sorprendidas, pensando que era invencible, les confesé que sólo sé escribir con una sola mano. Me miraron en silencio y sonrieron, ninguna se atrevió a decir nada, pero pienso que quizás, algún día, sean ellas las que puedan enseñarme a teclear con las dos. Algo que todavía me debo.ß

misiÓn espacial

comuna 6

Una astronauta en el Planetario

Comenzó una obra en el SAME

El 10 de este mes el Planetario de Buenos Aires recibirá una vista especial: disertará Ellen S. Baker, ex astronauta de la NASA, acerca de su experiencia en el espacio. La charla se realizará desde las 11.30 en la Sala de Espectáculos del Planetario Galileo Galilei, en Belisario Roldán y avenida Sarmiento, y la entrada es libre y gratuita. Baker participó de tres misiones de la NASA: Atlantis STS-34 (18-23 de octubre de 1989); Columbia STS-50 (25 de junio al 9 de julio de 1992 y Atlantis STS-71 (27 de junio al 7 de julio de 1995). ß

Esta semana comenzaron las obras para ampliar la actual base del SAME, en Yerbal 745, en la comuna 6. Las nuevas instalaciones permitirán el funcionamiento de la base durante las 24 horas. La ampliación consiste en la construcción de dos dormitorios y una sala de médicos. La obra se realiza en forma conjunta entre el SAME, la comuna 6, la Asociación Caballito Puede y vecinos que realizaron donaciones de materiales de construcción. Las nuevas instalaciones serán inauguradas a fines de este mes. ß

reciclado de plÁstico

San Isidro lanza un mapa digital de contenedores

Septiembre empezó con todo. Plazas, parques y varios espacios públicos fueron colmados ayer por vecinos que se dispusieron a disfrutar del adelanto de la primavera. La buena noticia es que para hoy el pronóstico prevé una temperatura máxima de 25°. Sin embargo, en el Servicio Meteorológico Nacional

(SMN), adelantaron que el mes será un poco más lluvioso de lo habitual. “Esta primavera será moderadamente más cálida y más lluviosa que lo normal en la provincia de Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, el este de Chaco Formosa y todo el Litoral”, dijo José Luis Stella, climatólogo del SMN. ß

25°

Buen tiempo. Así lo indica el pronóstico del tiempo para la Capital, Para pasado mañana hay probabilidad de lluvias.

La Subsecretaría de Espacio Público de la Municipalidad de San Isidro lanzó un mapa digital con la ubicación de 40 contenedores en las localidades del distrito para que los vecinos depositen los envases plásticos. La iniciativa forma parte del programa “San Isidro Recicla”. El subsecretario de Espacio Público, Federico Bereziuk, expresó: “La idea del mapa es que los vecinos conozcan cuál es el punto más cercano que tienen para depositar sus envases de plástico para que sean reciclados”.

El mapa se puede visualizar en http:// sanisidro.gob.ar/mapa-de-los-contenedores-de-reciclado-en-san-isidro/. El programa de separación de residuos suma 40 contenedores. Se encuentran en las 19 plazas y 11 paseos costeros de partido y en los puntos céntricos de las avenidas Centenario y Santa Fe. Los envases plásticos van a una planta de tratamiento para su reciclado. Lo recaudado por la venta del material se destina a la cooperadora del Hospital Materno Infantil Dr. Carlos Gianantonio.ß

zombie era el mismo que alguna vez había divertido a los vecinos de la calle Salguero; lo que sí estaba claro era que tanto él como el enano vampiro y las palomas golpistas pertenecían al inquietante mundo de las leyendas urbanas. Para averiguar más sobre el asunto cité a los especialistas Víctor Coviello y Guillermo Barrantes, reconocidos cazafantasmas que dibujaron el inventario sobrenatural porteño en la serie de libros Buenos Aires es leyenda. Me encontré con Barrantes en la confitería Il Gatto de la avenida Corrientes; era uno de los tantos días del paro de subtes, y Coviello me llamó antes para avisar que

tardaría en llegar. Como la ansiedad impuso su ley, la entrevista comenzó apenas Barrantes se sentó a la mesa. ¿Detrás de los mitos hay una historia real? “Yo cambiaría la pregunta –dijo–. En lugar de buscar la realidad que incluye el mito, me preguntaría si la historia que cuenta el mito es atractiva. Uno piensa que la fuerza del mito urbano es que se basa en algo verdadero, y que va a permanecer si su base es real. Pero no, no es así. No importa que sea verdad; importa que resulte interesante.” –¿Y por qué hay tantas leyendas urbanas en Buenos Aires? –Yo creo que por dos cosas. Una, que cada barrio es como un país: tienen su propia idiosincrasia e identidad, y los mitos urbanos son parte de esa identidad. Cada barrio tiene seres sobrenaturales a la medida. En Palermo, zona elegante, está el fantasma de Borges; en Versalles, un lobisón. Por otro lado, el porteño es exagerado, siempre quiere tener la mejor historia. Sabe todo de todos; y lo que no sabe, lo inventa. A veces las leyendas parten de una noticia, y alrededor se tejen versiones. ¿Y qué hace el porteño? Escucha y se queda con la más interesante. No le importa la verdad, le importa ser el que tenga la mejor versión de esa historia cuando la vaya a contar. Las palabras de Barrantes me dejaron con más preguntas que respuestas. En el tercer volumen de su serie encontré un capítulo dedicado al “mimo zombie” de Almagro. Y en el prólogo, los autores cuentan el mayor desafío que enfrentaron: el mito urbano del “cazador-cazado” que los tiene como protagonistas. Un día, mientras investigaban otros asuntos, les llegó un e-mail. “Mis amigos dicen que sólo uno de ustedes dos existe –dice ese e-mail, citado en el libro–. O Barrantes o Coviello, el otro es un invento. Por eso no se los ve juntos. Barrantes / Coviello es una sola persona”. Hoy sé que ese e-mail es una prueba de los rumores que construyen las leyendas. Lo que no sé es cómo tomar que a aquella entrevista haya llegado sólo uno de los dos. ß

cIUdAd OcUltA | madrugada en un bar de almagro Los barrios porteños esconden mitos que circulan y se agigantan en la boca de quienes los relatan, como el del colectivo satánico o los fantasmas de Borges

Las leyendas urbanas invaden Buenos Aires Texto Leonardo Tarifeño | Ilustración Sebastián Dufour

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la noche, tarde, en el bar La Orquídea, se escuchan cosas raras. Y no porque el mozo ronque o alguien suba el volumen de Crónica TV. Se oyen historias extrañas porque hablan de un colectivo satánico que surca Parque Chas, de sirenas que cantan en las profundidades de La Boca y de las medidas de precaución más aconsejables en caso de toparse con los fantasmas de Borges o de Evita. La única especie sobreviviente del desaparecido mercado de flores de la calle Acuña de Figueroa, pleno barrio de Almagro, está en el nombre del bar. Sobre la avenida Corrientes, en la esquina opuesta al recuerdo del mercado que hoy es parte de una inmensa iglesia evangélica, se ubica este hogar al paso de noctámbulos e intelectuales (Martín Kohan, Américo Cristófalo, Leonardo Moledo), café notable por derecho propio y refugio durante 24 horas de todo tipo de prófugo. Los cuatro cincuentones de la mesa de al lado parecen señores muy normales, pero parecer normal a las 3 de la mañana es lo menos normal del mundo. Como la áspera conversación que los reúne. “Dicen que el enano vampiro está en Flores y nunca pasó por Almagro; de acá es Xavier, el mimo zombie”, dice uno. “¡Qué va a

estar en Flores! El enano vampiro salió de la cancha de San Lorenzo, pero luego lo vieron por acá, en Guardia Vieja”, corrige otro, que por culpa de los nervios se afloja el nudo de la corbata. “¿No te confundirás con los albinos telépatas?”, tercia el más viejo del grupo. “No, los albinos son rusos, ¡el enano vampiro es húngaro! –grita el nervioso, convencidísimo, y ya con la corbata en la mano–. ¿Por qué me vienen con que éstos son de Flores o Caballito? ¡Son de Almagro, viejo!” ¿Enanos vampiros en Almagro? ¿Albinos comunistas que leen los pensamientos? ¿Mimos zombies que esperan a la vuelta de la esquina? Un rato antes, los cuatro amigos discutían sobre el caso de las palomas asesinas de Congreso. Según contó el más viejo, poco antes de la caída del gobierno de De la Rúa apareció un hombre muerto a picotazos en la plaza de los dos Congresos. La autopsia determinó que la razón de los picotazos en sus brazos y piernas habría sido el maíz desparramado junto a su cuerpo sin vida, “pero cualquiera sabe que el hombre es capaz de manipular a las palomas –se escuchó en La Orquídea–. La paloma mensajera es un ejemplo. En tiempos de crisis, esos experimentos se ponen en práctica. En un libro leí que lo del tipo muerto

en la plaza fue una prueba. El verdadero objetivo era De la Rúa”. La conversación pasó rápidamente del golpe de Estado de las palomas a la más reciente aparición del fantasma de Evita (dos meses atrás, en lo que queda del Palacio Unzué), las dudas acerca del doble de Borges que escribe en bares de Palermo y, tras unos comentarios sobre el galeón del siglo XVIII encontrado en Puerto Madero, alguien recordó, entre risas, al colectivo satánico de Parque Chas y a la sirena de La Boca. Luego otro mencionó al enano vampiro y ahí el hombre nervioso se sacó la corbata. A medida que el volumen de la char-

la aumentaba peligrosamente, por defensa propia o algo parecido me aislé en mis propios pensamientos. Y ahí recordé que sí, que una vez en Almagro me había encontrado con un mimo llamado Xavier. Habrá sido hace al menos 15 años. Me habían invitado a un cumpleaños en Salguero y Corrientes, y cuando salí lo vi en la esquina. Corría a los colectivos, imitaba a los paseantes, jugaba con los niños; era muy alto y desgarbado, y saltaba con una energía divertida y contagiosa. ¿Se habría convertido en zombie antes o después que me dio su teléfono? ¿Y de verdad sería él? No parecía fácil saber si el Xavier