CLAIP: Latin American Council of Peace Research

In 1957, the URSS launched “Sputnik” as a first step in the conquest of space ...... país que sigue prevaleciendo y las
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CLAIP: Latin American Council of Peace Research

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ORGANIZATIONAL STRUCTURE OF CLAIP ESTRUCUTRA ORGANIZACIONAL DE CLAIP PROGRAMA DE TRABAJO DE CLAIP DE LA SECRETARIA GENERAL BREVE HISTORIA DEL CLAIP ANTECEDENTES DE IPRA Y CLAIP: INTERNATIONAL CONFERENCE ON PEACE STUDIES: NANJING, CHINA, MARCH, 2005 PEACE RESEARCH IN LATIN AMERICA: LATIN AMERICAN COUNCIL FOR PEACE RESEARCH (CLAIP) AS A REGIONAL EFFORT TO UNDERSTAND PEACE-BUILDING AND CONFLICT PREVENTION ÍNDICE E INTRODUCCIÓN DEL LIBRO, RESULTADO DEL SEMINARIO LATINOAMERICANO "RETOS DE LA SEGURIDAD, CULTURA DE PAZ Y DEMOCRACIA EN AMERICA LATINA” ÍNDICE E INTRODUCCIÓN DEL LIBRO,”RESOLUCIÓN NOVIOLENTA DE CONFLICTOS EN SOCIEDADES INDÍGENAS Y MINORÍAS” DICHOS DE MUJERES LATINOAMERICANAS SOBRE LA PAZ Y LA CONCILIACIÓN DE CONFLICTOS

Organizational Structure of CLAIP: Latin American Council of Peace Research During the Latin-American Seminar on: Challenges of Security, Culture of Peace and Democracy in Latin America, hold in Oaxtepec, Morelos from the 15th to the 18th of May, 2000, the participants voted for a new organizational structure in a consensual way. During the IPRA Meeting in Sowan, South Korea, Úrsula Oswald Spring was elected as General Secretary of CLAIP and during the IPRA Conference in Sopron, Hungary re-elected by all the participants from Latin America.

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Context of Latin America As a result of the multiples crisis going on in the subcontinent, with a decreasing budget for universities and research centers studying peace and education issues, the assembled members decided to coordinate better the efforts in this field. The first strategy was to reinforce the existing different subregional structures and reactivate also the national peace research council. In a democratic and consensual way, the organizational structure for the next two years is the following: Secretary General Úrsula Oswald Spring Honorific Presidents • • • • •

Johan Galtung, Norway Luis Alberto Padilla, Guatemala Peter Stania, Austria Rodolfo Stavenhagen, Mexico Nielsen de Paula Pires

Executives Secretaries • • • • •

Democratization and Human Rights: Roberto Cabrera / Leonel Padilla/ Fernando Marquez, Guatemala Education and Culture of Peace: Karina Batthyany, Uruguay /Azril Bacal, Peru, Sweden Human Security: Raul Benitez/ Pietro Ameglio, Mexico Sustainable Human Development: Fernando Lema, París -Uruguay/ Michiko Tanaka, Japón-Mexico Mediation in Conflicts: Sara Rosenbaum de Horowitz y Diana de la Rua, Argentina

International Representatives • Howard Richard • Azril Bacal Short and Middle Term Compromises: 1. Elaboration of CLAIP’s Statutes, in order to be approved by all members through internet (Luis Alberto y Leonel Padilla) 2. Acceptation of vote trough modern communications (Internet, fax, mail), in order to promote democratization and participation (consultation by internet) 3. Promotion and reorganization of national and subregional Peace Research Associations (everybody) 4. Organization of the four Study Groups (Executive Secretaries) 5. Re-structuration of local and national associations and development of a network, related to peace, democracy, security, human rights and development (everybody) 2

6. Relationship with IPRA and the Study Groups related to the research themes (Secretary General, Honorific and Executive Presidents) 7. Development of lists of addresses (Luis Alberto Padilla and Ursula Oswald) 8. Re-establish contact with founding members of CLAIP (everybody) 9. Promote a Latin American Congress on Peace and Democracy (Nielsen de Paula Pires) 10. Publication of the papers presented in the Oaxtepec meeting : (Mario Salina y Úrsula Oswald, eds. 2003) Culturas de Paz, Democracia y Seguridad en América Latina. CRIM-UNAM, Coltlax, CLAIP, Fundación Böll, México, D.F. 11. Publication of the Seminar hold in Yautepec (Ursula Oswald, ed., 2004). Resolución noviolenta de conflictos entre Sociedades Indígenas y Minorías (Nonviolent Conflict Resolution in Indigenous Societies and Minorities), Coltlax, CLAIP, Fundación IPRA y Böll, México, D.F. 12. Edition in English and Spanish of the procedure of IPRA in South Africa (Ursula Oswald, ed., 2000) Peace Studies from a Global Perspective: Human Needs in a Cooperative World, Mbooks, New Delhi, India; (ed. 2001). Estudios para la Paz desde una Perspectiva Global (Ed.), Miguel Angel Porrúa y CRIM-UNAM, México, D.F., 13. Promotion of IPRA General Conference in Tampere, Finland, Sopron, Hungary and Calgary, Canada (everybody). ESTRUCUTRA ORGANIZACIONAL DE CLAIP Durante el Seminario Latinoamericano: Retos de la Seguridad, Cultura de Paz y Democracia en América Latina, llevado a cabo del 15 al 18 de mayo del ano 2000 en Oaxtepec, Morelos en México, los asistentes votaron por unanimidad para una nueva estructura organizacional y eligieron por consenso a la directiva: 2000-2002. Con base al diagnostico, resultado del Seminario, los participantes decidieron reforzar la colaboración entre América del Sur y Mesoamérica, de modo tal que tanto las ideas científico- metodológicas como las acciones a favor de una cultura de paz y resolución de conflictos en contexto latinoamericano tuvieron mayor repercusión. Asimismo se acordó reforzar a la colaboración interinstitucional de universidades públicas y privadas en el subcontinente y sobretodo impulsar la participación de los jóvenes estudiantes e investigadores en dicha tarea. En aras de una globalización inevitable era necesario crear una masa crítica en América Latina, capaz de proponer alternativas menos violentas y conflictivas a la inserción en el mercado mundial. Los aspectos éticos eran de trascendental importancia. La memoria histórica se convierte en el guía de la vida cotidiana, donde los elementos culturales y de solidaridad social rigieron y siguen rigiendo las relaciones de interacción entre personas, pero también entre gobiernos y ciudadanos. Un nuevo concepto de seguridad humana fue propuesto. Incluye la superación de la pobreza, mediante inversiones privadas, apoyos gubernamentales, pero sobretodo a través de la generación de empleos en empresas autogestivas y la coordinación de las mismas en el subcontinente y el Tercer Mundo. El ejercicio de la democracia se esta cuidadanizando no solo en el terreno electoral, sino también en la vida cotidiana y los indígenas y las mujeres están jugando una

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creciente importancia en dicho proceso, acompañado por jóvenes. La educación para la paz no solo incide en la resolución pacifica de conflictos, sino también en la transformación de los mismos hacia un autentico desarrollo, con participación aun para los mas marginales. Finalmente, la gran biodiversidad de la región permite combinar los procesos de superación de la pobreza con el desarrollo sustentable y el manejo racional de los recursos naturales, de modo tal que los desastres naturales se reduzcan y se mejore la seguridad ambiental en todos los niveles de la población. A fin de coordinar mejor los esfuerzos y aprovechar óptimamente los recursos escasos dentro de las universidades y proyectos de investigación se reestructuro a CLAIP de la siguiente manera: Secretarios Ejecutivos • • • •

Democratizacion y Derechos Humanos: Roberto Cabrera/ Leonel Padilla/ Fernando Marquez, Guatemala Educacion y Cultura de Paz: Karina Batthyany, Uruguay/Azril Bacal , Perú- Suecia Seguridad Humana: Raul Benitez/ Pietro Ameglio Desarrollo Humano Sustentable:Margarita Giesecke, Perú (fallecida en 2004) / Fernando Lema, Uruguay-Francia/ Michiko Tanaka, Japón-México

Representantes Internacionales • • •

Howard Richard Azril Bacal Peter Stania

Tareas Inmediatas y Mediatas: • • • • • •

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Elaborar los estatutos de CLAIP y aprobarlos por Internet antes de la reunión de IPRA en Tampere (Luis Alberto y Leonel Padilla) Aprobar el voto por Internet para fomentar la participación de los ausentes en los eventos Reestructurar asociaciones locales y nacionales y establecer contactos con grupos afines (todos) Estructurar Grupos de Trabajo (4 Coordinadores) Investigar por país los grupos de estudiosos relacionados con los temas afines a CLAIP e IPRA Desarrollar y ampliar el Directorio de CLAIP con investigadores de paz e institucionales relacionados con CLAIP (Luis Alberto Padilla y Ursula Oswald) Restablecer contacto con miembros fundadores de CLAIP (todos) Publicación de las ponencias presentadas en el Congreso Latinoamericano de CLAIP en Oaxtepec: (Mario Salina y Úrsula Oswald, eds. 2003) Culturas de Paz, Democracia y Seguridad en América Latina. CRIM-UNAM, Coltlax, CLAIP, Fundación Böll, México, D.F. 4







Publicación del Seminario Latinoamericano, llevado a cabo en Yautepec, México (Ursula Oswald, ed., 2004). Resolución noviolenta de conflictos entre Sociedades Indígenas y Minorías, Coltlax, CLAIP, Fundación IPRA y Böll, México, D.F. Edición en ingles y español de ponencias seleccionados de la Conferencia Internacional de IPRA en Durban, África del Sur (Ursula Oswald, ed., 2000) Peace Studies from a Global Perspective: Human Needs in a Cooperative World, Mbooks, New Delhi, India; (ed. 2001). Estudios para la Paz desde una Perspectiva Global (Ed.), Miguel Angel Porrúa y CRIM-UNAM, México, D.F., Promotion of IPRA General Conference in Tampere, Finland, Sopron, Hungary and Calgary, Canada (todos).

Programa de Trabajo de CLAIP del Secretario General: Objetivo principal 1. Reorganizar la RED del CLAIP en América Latina y Caribe a partir de: - reactivación de las Asociaciones Nacionales de Investigación para la Paz ya existentes (Brasil, Perú, Chile, Argentina); - creación de asociaciones nacionales en los países que todavía no las tienen organizadas; - integración de investigadores e instituciones que todavía no están vinculados a la red del CLAIP y que por trabajo de investigación científica o praxis social promueven y contribuyen para la construcción de una situación de paz en la región latinoamericana; - participar con otras instituciones interesadas en la promoción de la paz e involucrarse regionalmente en las negociaciones de conflictos y resolución de conflictos armados. 2. Todo este trabajo nos llevará al desarrollo de una investigación coordinada por la Secretaria General del CLAIP sobre "El Estado Actual de la Investigación para la Paz (Peace Research) en América Latina" • • •

investigadores, instituciones, temas, acciones concretas en pro de la Paz o del desarrollo de la Teoría para la Paz). Este Proyecto de trabajo se inicia con vistas a captar financiamiento, provenientes de diferentes fuentes y agencias. Promoción de propuestas en conjunto por CEAM de la Universidad de Brasilia, CRIM-UNAM (para México y el Caribe), con IRIPAZ (para Centro América), con los Consejos Peruano (Padre Mac Gregor, Perú), con los Chilenos (Francisco Rojas), Argentina (Respuesta para la Paz), Uruguay, Paraguay (Grupo de Montevideo) y Brasil (CEAM en Brasilia en colaboración con la Asociación Brasilera de Investigación para la Paz (Theotonio dos Santos sobre esto).

3. Realizar reuniones de colaboración y de trabajo en mayo de 2002, 2004 y 2006 con los coordinadores de los Grupos de Trabajo del CLAIP (definidos en la reunión de Oaxtepec en mayo de 2000) y con los Secretarios Generales de las Asociaciones Nacionales existentes y actuantes en la época e investigadores o representantes de instituciones que trabajan con investigación y praxis para la construcción de la paz en sus respectivos países. Esta reunión 5

de mayo de 2002 será preparatoria para el Segundo Congreso del CLAIP, organizado por la Secretaria General de CLAIP en marzo de 2004 en Yautepec, México, cuando concluyó el primer mandato y se eligió los nuevos directivos del Consejo. Esperamos contar, en este momento, con un gran número de investigadores y promotores de la paz de América Latina y Caribe. Para lograr estos objetivos se necesitará apoyo diverso: • Buscaremos financiamiento, con la ayuda de todos los participantes para el Encuentro de 2004 y el Congreso de 2006. El proyecto de investigación podrá ayudar para financiar algunas visitas a algunos países de América Latina y Caribe.

Breve Historia del CLAIP Antecedentes El Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz (CLAIP) forma parte de la International Peace Research Association (IPRA) que se fundó durante el tiempo de la Guerra Fría, con el propósito de contribuir a la investigación interdisciplinaria sobre las condiciones de paz, las causas de la guerra y otras formas de violencia, así como los mecanismos para transformar los conflictos en procesos de desarrollo. IPRA es una organización internacional que se encuentra adscrita a la UNESCO y al International Social Sciences Council (ISSC: Consejo Internacional de Ciencias Sociales. IPRA ha establecido organismos regionales en todos los continentes: • EUPRA: European Peace Association • AFPRA African Peace Research Association • APPRA: Asia Pacifica Peace Research Association • COPRED: Consortium on Peace Research, Education and Development • CLAIP: Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz Cuenta con un Secretario General, Luc Reychler, ubicado en Bélgica; un Nomination Committee para las elecciones y 16 grupos de estudios: Study Groups. Cada dos años, durante su Conferencia General, en un Business Meeting se eligen democráticamente las autoridades que pueden ser reelectas por una sola vez. Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz (CLAIP) En verano de 1977, a raíz de la Conferencia de la International Peace Research Association en el Centro Vacacional de Oaxtepec, se fundó el Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz: CLAIP. Contó con la asistencia de cerca de 100 investigadores de toda América Latina que se encontraban ante coyunturas políticas adversos en sus países, casi todos viviendo en México. Durante los últimos 26 años, CLAIP ha contado con varios Secretarios Generales y aportaciones por parte de distinguidos investigadores de toda América Latina. En la actualidad, Úrsula Oswald de México fue electa Secretaria General en la Conferencia Internacional de IPRA en Sowon, Corea del Sur y sustituye al Nielsen del Paula Pires de Brasil. Anteriormente, Luis Alberto Padilla de IRIPAZ en Guatemala, se había encargado del CLAIP y 6

antes Antonio Cavalla de Chile, Jorge Serrano de México y el primer Secretario General fue Herbert de Souza de Brasil, recordado cariñosamente como “Betinho” . Como Presidentes Honoríficos: fueron electos Johann Galtung (Noruega); Alberto Padilla (Guatemala); Peter Stania (Austria) y Rodolfo Stavenhagen (México).

La Conferencia Internacional de IPRA en Callgary, Canadá El Secretario General de CLAIP es miembro ex-oficio del Consejo General de IPRA, cuya conferencia internacional se llevará a cabo en Callgary en Canadá julio de 2006 y están todos cordialmente invitados. La información se localiza en la pagina web de IPRA. Esperamos contar con una amplia participación, a fin de llevar un número importante de investigadores de CLAIP a IPRA y consolidar la noble tarea de promover la investigación para la paz en el siglo XXI. Por lo mismo le invitamos a difundir entre amigos y colegas de sus universidades y centros de investigación la siguiente convocatoria. Dado que los recursos para el congreso son sumamente limitados, suplicamos atentamente a todos los colegas, gestionar su propio boleto de avión y sus viáticos. El Comité Local enviaría invitaciones personalizadas a sus lugares de trabajo, a fin de que ustedes obtengan los recursos necesarios. Dado su trayectoria académica, el Comité absorbería el costo de la inscripción. En casos extremos existen algunas, aunque muy limitadas becas para avión y viáticos. En la espera de recibir una entusiasta respuesta a nuestra convocatoria, pero sobretodo de poder integrar también a jóvenes indígenas e investigadores para la paz en toda América Latina, les enviamos un fraterno y afectuoso saludo. Ursula Oswald, Secretaria General y miembro fundadora de CLAIP ([email protected]; [email protected]) Dra. Ursula Oswald Spring, Secretaria General del CLAIP, Tels.(0052) (55) 56 22 78 33 , (0052) (777) 3291833 Cto.2do. Col. Chamilpa 62210 Cuernavaca, Mor. A.P. 4-106 Fax.(0052) (777) 317 59 81 Casa: (0052) (777) 315 06 52, Priv. Río Bravo Núm.1, Col Vistahermosa, 62290 Cuernavaca, Mor. México • International Conference on Peace Studies: Nanjing, China, March, 2005 PEACE RESEARCH IN LATIN AMERICA: LATIN AMERICAN COUNCIL FOR PEACE RESEARCH (CLAIP) AS A REGIONAL EFFORT TO UNDERSTAND PEACE-BUILDING AND CONFLICT PREVENTION Ursula Oswald Spring CRIM / UNAM SECRETARY GENERAL CLAIP Introduction 7

The evolution of peace research in Latin America has been related to historical processes during the past five hundred years in the subcontinent, and the globe as a whole. The military and ideological conquest of Latin America on the hands of Spain, Portugal and the Catholic Church led to the imposition of the colonial order, economic underdevelopment and subordination. With it, a plethora of natural resources in the subcontinent were homogeneously looted -biodiversity, foodstuffs, tourism, oil, gold, silver, minerals, medicinal and therapeutic plants. With forced labour under the encomienda system, as well as with new illnesses (Diamond, 1997), the native population was decimated, obliging Spanish conquistadors to bring in African slaves to replace the indigenous workforce in mines and agricultural fields. With the advantage of superior military technology, the Spanish destroyed the great Mesoamerican cultures and kingdoms –Mexica in Tenochtitlan (Mexico City) and Maya in the Yucatan Peninsula (Cortés, 1985; Thomas, 1993; Colmex, 1973; Prescott, 1843), as well as in South America the Incas in Peru (Estete, 1918; Fuentes, 1933; Pizarro, 1978; Prescott, 1847). Ideological control was entrusted to catholic missionaries who transmuted religious beliefs as well as productive and cultural habits. The geopolitical hegemony with its resulting dependency, as well as the systematic negation of autochthonous cultures, laid the foundation for the human, material and natural exploitation of Latin America. The wave of independence movements in the nineteenth century de facto responded to Creole interests seeking absolute control free of foreign dictates, discarding any liberation and development of indigenous populations. Thus, independence struggles led to the establishment of Creole and later mestizo elites, which despotically controlled the totality of natural and cultural resources. Wars and conflicts within ruling elite groups in various countries, characterized fratricide struggles throughout the sub- continent, impeding any attempt for indigenous groups to challenge the emergence of encomenderos and hacendados (landlords), local strongmen, ecclesiastic landlords, corrupt bureaucrats, and authoritarian military or presidential regimes. Poverty increased and local communities were excluded from socio- political decisionmaking, rooting the current situation of extreme inequality inherent to all Latin American countries. Furthermore, the loss of half of Mexican territory to the USA inaugurated an increasing dominant influence by the superpower, which has directly and subtly shaped the entire subcontinent since the nineteenth century (Rojas, 2003). The twenty first century commenced with the Mexican Revolution, the first indigenous and peasant movement, defying landlords and incipient transnational capital in the hands of sugar cane industry owners. It was increasingly led by consolidating middle classes, generals and commercial farmers primordially from northern states. The Mexican Revolution (1910), followed by the October Revolution in Russia (1917), seeded a socialist utopia seeking to redistribute political power to workers and peasants. However, the alliance between the armed forces and the rising bourgeoisie, through military coups, imposed autocratic and repressive regimes throughout Latin America. The US intervened in this wave towards militarization.

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Worldwide, the memory of the Great Economic Depression in the thirties and the precarious economic situation of workers licensed the institutionalisation of totalitarian and fascist regimes in Spain and Italy, as well as the German National Socialist regime. Power in the hands of authoritarian leaders further destabilised Europe. The Nazi regime led by Hitler tried to overcome the humiliations ensuing from World War I. The alliance of these antidemocratic forces led to the invasion of Poland, occasioning the outbreak of the Second World War. England and France, allied with Poland, declared jointly war against Germany. Later, the Nazis defeated Denmark, Norway, Holland and France. Italy, German ally, dominated the Balkans. Japan, on the other side of the Pacific, invaded Indonesia, Malaya, Hong Kong, and the Philippines, bombing the American navy base Pearl Harbour in Hawaii. During the later stages of the war, Stalin took advantage of the extreme weather conditions at a tremendous human cost, gaining control over the Baltic refusing the German army. The alliance of the British, French and Americans on one front, and USSR on the flank, eventually defeated the Nazis in 1945. In the Summit of Malta, the geopolitical situation following the war was decided. Eastern Europe remained under Soviet control; Germany was split into a communist East and a capitalist West, it lost its colonies; Finland lost territory and paid war debts; Italy lost the Balkans; and Japan lost its annexed territories adopting a peaceful Constitution. Nonetheless, the war left deep scars, a war trauma, with more than twenty five million deaths and mass destruction. From the first World War, the USA had learned to promote just post-war agreements. It offered Western Europe twelve billion dollars for reconstruction through the Marshall Plan, appeasing the losers through a dignified peace. In order to consolidate world peace, fifty nations initiated the United Nations Organization (UN) and Security Council, in charge of preventing potential conflicts and with the diplomatic mandate to regulate international relations. The East and West divide also involved communist China, where Mao and his army expelled the Kuomintang 1949, declaring the triumph of the people over internal and external enemies after a twenty years struggle: “The Chinese people have stood up.” Later, Korea was divided between the URSS and the US. Revolutions in North Korea, Cuba, Vietnam and other countries of Africa and Asia followed. The two nuclear bombs that had destroyed Hiroshima and Nagasaki during the war, and ensuing nuclear fear, inaugurated an era characterised by arms of massive destruction and deterrence draining important resources from development, led by the two superpowers –the URSS and USA. Following World War II, Europe was exhausted and the United States of America became the only country able to confront the growing power of the Soviet Union. The Cold War divided the world into capitalist and communist blocks during 40 years, turning Latin America as well as Asia and Africa into representative war battlefields. Both blocks struggled to expand their influence in Asia, Latin America and Africa promoting alliances and economic support, as well as imposing embargoes and exacerbating conflicts. The USA, together with Europe, constituted the OTAN; in Latin American, they formed the Organization of

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American States (OAS); and with Asia, the Organization of the Treaty of Southeast, all contention barriers to stop the spread of communism. Under the pretext of communist “domino effect”, leading to world socialism, the US justified internal repression (Mc Carthy; external military coups, genocide, and ethnic repression). Latin America, the so- called backyard of the USA, was particularly affected. The Stalinist regime in the USSR was characterised by brutal internal repression, mass purges and forced deportations to Siberia, eliminating all real and potential adversaries. However, the fragile equilibrium of military and nuclear deterrence avoided mayor conflagrations between both superpowers and their key allies. In the South, representative wars were fought. The World Wars severely affected Third World countries. Power instabilities during both conflict times, the critical social conditions and preliminary local efforts for self-administration, consolidated independence movements based on non-violence or ahimsa in India. Led by Mahatma Gandhi, India obtained its independence from the British colonial yoke in 1947, although partition ensued and Muslims groups formed the states of Pakistan and Bangladesh. In 1948, the UN divided Palestine, and in the following war, Israel defeated the Arabic states. Europe stepped back from Lebanon and Syria in 1946. Latin America had a phase of limited autonomous development. In 1958, the Cuban Revolution was won “by the people” against Bautista’s dictatorship. During the fifties and sixties, independence waves swiped through different parts of Asia, Africa and the Caribbean. Independence was granted to formerly colonial states, although ethnic conflicts ripened, justified by clashes between “so-called” communists and liberals in 30 African countries. The following 40 years of world history were determined by Cold War activities and AmericanSoviet interests to control their allies in the South. The colonial era was over, but decolonisation paved the way for neo-colonialism, the expansion of the free market system and conflicts in the Middle East, which remain unresolved today. The twentieth century developed increasing medical and pharmaceutical knowledge in health: vaccines against polio, smallpox and measles, and the generalised use of antibiotics. Competition between both ideological blocks stimulated the science and technology, especially the domains of the military and aerospace. In 1957, the URSS launched “Sputnik” as a first step in the conquest of space. Industrial development, agriculture, services and transport became increasingly dependent on new technologies and hydrocarbons. The Middle East acquired an increasing geopolitical importance, due to its enormous reserves of quality oil and gas (see chart 1). This importance has made the region explosively vulnerable. Latin America is the second oil provider to United States (Venezuela, Mexico, Ecuador, and Colombia) and for this reason remains heavily under its influence. Chart 1 OIL RESERVES, PRODUCTION AND COMSUMPTION 2004 Million barrels 01/01/2002 Saudi Arabia 261.750 Iraq 112.500 UAE 97.800

Production Mio. barrels/day Saudi Arabia 8,528 USA 8,091 Russia 7,014

Consumption Mio. barrels/day USA 19,993 Japan 5,423 China 4,854

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Kuwait Iran Venezuela Russia Libya Mexico Nigeria UK USA Qatar Norway Algeria Brazil Oman Kazakhstan Angola Indonesia World

96.500 89.700 77.685 48.573 29.500 26.941 24.000 24.000 22.045 15.207 9.947 9.200 8.465 5.506 5.417 5.412 5.000 1,032,132

Iran Mexico Norway China Venezuela Canada UAE UK Iraq Nigeria Kuwait Brazil Algeria Libya Indonesia Oman Argentina World Annual

3,775 3,560 3,408 3,297 3,137 2,749 2,550 2,540 2,377 2,223 1,838 1,589 1,486 1,427 1,384 .964 .825 75,226 28.180

Germany Russia S. Korea Brazil Canada France India Mexico Italy UK Spain Saudi Arab. Iran Indonesia Netherlands Australia Taiwan World Annual

2,814 2,531 2,126 2,123 2,048 2,040 2,011 1,932 1,881 1,699 1,465 1,415 1,109 1,063 .881 .879 .846 75,988 28.460

Magazines www.scaruffi.com/politics/oil.htm, 2004

Technological improvements, investment and industrialization have not brought expected development to the mayor part of the word population. Facing tight political scenarios and a mounting poverty, guerrilla movements have emerged throughout the subcontinent. Peasant, urban- popular and middle class-led movements have allied in order to voice their inconformity. Military coups and authoritarian regimes brutally repress these social movements. In Mexico we find a more sophisticated system of selective repression: either leaders are corrupted or they are eliminated. Facing numerous extra- judicial disappearances, torture, crime and murders, the USA withdraws part of its military aid. Linked to European pressures, they demand respect for human rights in Latin America. Thus, authoritarian and dictatorial governments have been forced to undergo a process of democratic transition or ‘democratization wave’. During the eighties and nineties, all Latin American countries have returned to democratic political systems with elected governments (See chart 2). The electoral system empowers popular voters to have a say in their issues and lobby for their interests. Nevertheless, the debts of the Dirty War are yet to be compensated, as thousands of young citizens had been disappeared as became apparent following their mother’s peaceful demonstrations.

Chart 2: DEMOCRACY IN LA Which of the following statements do you agree with most? (expressed as percentiles) Democracy is preferable to Any other kind of government Change since Venezuela

1996 (%)

2002 (%)

2003 (%)

2004 (%)

1996 (%)

62

75

67

74

12

11

Honduras

42

57

55

46

4

Chile

54

50

51

57

3

Mexico

43

63

53

53

0

Uruguay

80

78

78

78

-2

Ecuador

52

49

46

46

-6

El Salvador

56

40

45

50

-6

Argentina

71

65

68

64

-7

Brasil

50

37

35

41

-9

Colombia

60

39

46

46

-9

Panama

75

55

51

64

-11

Costa Rica

80

77

77

67

-13

Guatemala

51

45

33

35

-16

Peru

63

57

52

45

-18

Bolivia

64

56

50

45

-19

Nicaragua

59

63

51

39

-20

Paraguay

59

45

40

39

-20

Dominican

Na

75

na

65

Na

Republic

Source: Latinobarómetro, 2004

The reiterative economic crises and debt burdens hinder government’s scope of actions in order to improve infrastructure and life conditions in their countries. The policies imposed by Structural Adjustment Plans (SAPs) promoted by the International Monetary Fund (IMF) and global capitals, define South American economic policies, giving priority to debt repayments and the privatization of basic services. These policies have worsened life conditions for the masses, whilst urban and recreational spaces, capital flows and insertion of regions and countries into the concert of globalization has been possible given the allegiance of native financial- productive elites with international ones. The result is an increasing urban chaos, with highly segmented spaces, highly developed areas neighboring slums, abandoned fields, and empty communities subsumed into transnational agribusiness migrant flows. Migration has become the sole alternative for peasants facing the loss of food sovereignty, soil erosion, water pollution and scarcity, and disloyal competition given the indiscriminate agricultural subsidies for basic foodstuffs in developed countries, Inequality between social groups hinders development (CEPAL, 2004) and IMF policies have stressed the poor- rich gap (see chart 3). Chart 3: DISTRIBUTION OF HOUSEHOLD INCOME IN LATIN AMERICA (%) Participation of total income Country Argentina Bolivia

Years 1990 2002 1989 2002

Poorest 40%

Following 30% of poor

14.9 13.4 12.1 9.5

23.6 19.3 22.0 21.3

20% before richest 10% 26.7 25.3 27.9 28.3

Richest 10% 34.8 42.1 38.2 41.0

Average Income 10.6 8.1 7.7 6.1

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Brazil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Honduras Mexico Nicaragua Panama Paraguay Peru Dominican Republic Uruguay Venezuela

1990 2001 1990 2000 1994 2002 1990 2002 1990 2002 1995 2001 1989 2002 1990 2002 1989 2002 1993 2001 1991 2002 1990 2001 1997 2001 2000 2002 1990 2002 1990 2002

9.5 10.2 13.2 13.8 10.0 11.9 16.7 14.5 17.1 15.4 15.4 13.4 11.8 14.2 10.1 11.3 15.8 15.7 10.4 12.2 13.3 14.2 18.6 12.9 13.4 13.4 11.4 12.0 20.1 21.6 16.7 14.3

18.6 17.5 20.8 20.8 21.3 22.2 27.4 25.6 25.4 24.3 20.9 22.2 19.7 21.7 19.7 21.7 22.5 23.8 22.8 21.5 23.9 25.0 25.7 23.5 24.6 24.6 22.2 22.6 24.6 25.4 25.7 24.9

28.0 25.6 25.4 25.1 26.9 26.8 30.2 29.7 27.0 26.0 26.9 28.7 26.8 26.8 27.0 27.6 25.1 27.3 28.4 25.7 28.6 28.2 26.9 26.4 28.7 28.5 27.6 27.0 24.1 25.6 28.9 29.5

43.9 46.8 40.7 40.3 41.8 39.1 25.6 30.2 30.5 34.3 32.9 33.3 40.6 36.8 43.1 39.4 36.6 33.2 38.4 40.7 34.2 32.7 28.9 37.3 33.3 33.5 38.8 38.3 31.2 27.3 28.7 31.3

9.3 11.0 9.4 13.6 8.4 7.2 9.5 11.7 5.5 6.7 6.2 6.7 6.0 6.8 4.3 4.3 8.6 8.2 5.2 5.9 9.5 11.9 7.7 6.2 8.1 6.2 7.2 7.2 9.3 9.4 8.9 7.1

Source: CEPAL, 2004

Peace Research in Latin America Peace research and movements in the subcontinent are tightly linked to local and global history of past and present conflicts. Neither liberation struggles (facing conquerors, elites, the military and transnational capital), nor democratization in urban areas increasingly incorporating rural regions, have made justice to indigenous peoples who remain political, social and culturally excluded. These groups represent the majority of the population in countries such as Guatemala, Ecuador, Bolivia and Peru. In other countries they are a significant minority. Nonetheless, their rights and resistance has been historically silenced by Creole and mestizo groups, and increasingly by transnational capital (For example, in Bolivia they fight for water rights and in Mexico and Ecuador for oil rights). Beneficiaries and holders of territories of copious resources, biodiversity and underground resources such as oil, gas, uranium, and water seed ethnocide not only in Colombia but also in Bolivia, Ecuador and Central America. Confronting new threats on the hands of transnational capital and paramilitaries, indigenous peoples have actively

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organized and allied with peasant, workers and diverse popular movements. They demand territorial sovereignty, absolute respect to their cultural traditions, use of the natural resources in their lands, food sovereignty and an end to all forms of repression. The collection of the above enunciated confrontations gives us an idea of the gestation and transformation of social movements that requires deeper explanations. The convergence of multiple ethnically- tinted ideological currents give Latin American social movements flexibility and ground them in a trajectory exceeding five hundred years. Besides, they relate closely to peace research (PR). All these movements have a triple origin in Latin America: a) they are linked to guerrilla movements and ideals (Castro, Che Guevara, Cabañas, FARC, Shining Path); b) they relate to Christian base groups, strengthened by liberation theology and active grassroots nonviolence in practice, who directly oppose government- led neoliberal policies (Saviñón, Cadena, Ameglio, Fonseca, 2004; Calva, Cordero, Polevnsky, Martínez, Lopezllera, 2003); c) they are supported by indigenous groups, and share some resistence and survival strategies developed by indigenous groups during the past five hundred years (Gaitan, Gil, Menchú, de la Rúa, Armendáriz, Rojas, García, Oswald, Ríos, 2004). Following this convergence, peasants, workers, urban sectors and indigenous groups, allied to decayed middle classes severely affected by two decades of lost development, have created a broad scope of alternatives. Theoretically, from the sixties onwards, Dependency Theory stemming from Latin America (Mauro Marini), was transformed in Europe into “structural imperialism” (Galtung, 1972 y Senghaas, 1974). Students were then severely repressed under the excuse of their communist alienation. Starting with the student massacre in Tlatelolco, Mexico (1968, 1972), military coups in Chile (1973), Argentina (1976) and Central America ensued. Documented by the press and denounced internationally, pressure towards democratization mounted hence. Poverty redoubled (see graph 1). Through voting, citizens attempt to change their neoliberal governments, so subsumed by the Washington Consensus. However, foreign debts, international agreements, IMF dictates and elite interests –seeking richness at any cost speedily though corruption- have hindered alternative attempts, and a mounting despair has been evident in marches, manifestations and national strikes, forcing the resignation of presidents in Ecuador, Argentina, Bolivia, Brazil and Peru.

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EVOLUTION OF POVERTY IN LA (MILLION OF PERSONS)

Extreme Poor

Poor Poor

Source :: CEPAL, CEPAL, 2004, 2004, b) Data for for 2002 and 2003 2003 are are projections

Globalization processes led by the US and multinational enterprises have not stopped at the gates of Latin America, but directly affected the subcontinent both in commercial relations and in terms of migration. The new motors of development are world finance webs, international trade and technological improvements. Power has shifted from states and bound territories to global networks. The state, accountable for social, economic and political stability in the past, is now delegating these responsibilities to the market, where optimising benefits is the core priority. Social security networks are becoming obsolete (Barsch, 2004) as economic disparities widen, increasing the socioeconomic gap between North and South overall, and within both hemispheres between rich and poor also. The dismantling of the welfare state has created new conflict situations internally (Martínez, 1999), frequently visible in massive manifestations against privatization processes (Cochabamba, Bolivia, see also Calva, 2002). In 1989, the euphoria of the demise of the Berlin wall and the vision of a settled world paradigm (The End of History, Fukuyama) quickly drowned in resurging old and new-armed confrontations. Instead of employing financial resources to alleviate poverty, new conflicts and international terrorism gave birth to a new arms race, today comprising arms of mass destruction (AMD) and a reorientation to small nuclear arms. Today, at least 12 countries have nuclear weapons and most of them dispose long- rage missile technology, but there is also an increasing threat of deploying nuclear materials for terrorist attacks and dirty bombs. The birth of CLAIP The conflictive scenario in South East Asia with the Korean and the Vietnam war; the Middle East; Africa; other countries of Asia in war, and dictatorial Latin America, led to a systematic reflection on peace, conflict resolution and nonviolence. 15

In 1959, the Peace Research Institute in Oslo (PRIO) was founded. Henceforth, many peace initiatives have emerged from Scandinavian countries. Their link to women’s emancipation movements as well as the International Declaration of Human Rights, prepared the soil for a serious reflection on peace internationally. In 1962, WILPF established a Consultative Commission on peace research. The IPR Newsletter appeared the following year, and a preliminary meeting was held in Switzerland. In 1964, the international Peace Research Association (IPRA) was established in London. In 1965, it organized its first international meeting in Gröningen, Holland. The fact that Elise and Kenneth Boulding took residence in the USA gave IPRA the chance to coordinate research in both hemispheres. They co-founded the Consortium on Peace Research, Education and Development (COPRED) in May 1970 and, soon after the Peace Studies Association (PSA) was created. Today, both have converged as the Peace and Justice Studies Association (PJSA), the North American affiliate of IPRA. At the same time, novel peace study institutes in Sweden (SIPRI), Denmark (COPRI), and Finland (TAPRI) consolidated peace research in North Europe, actively supported by the Polemic Institute in the Netherlands. The constitution of the European Peace Research Association (EUPRA) allowed IPRA to promote regional associations, although activities and theoretical thinking were still based in the North. In 1972, IPRA organized the first congress in India, a Third World country where much learning from active nonviolent movements took place. During the seventies, peace educators joined peace researchers in IPRA and in the eighties; peace movements generated the third pillar of the organization. In 1977, IPRA held its international congress in Mexico. This country had accepted refugees from almost all Latin American countries, expelled by repressive military dictatorships. With more than one hundred and eighty Latinos present, the Latin American Council of Peace Research (CLAIP in Spanish) was created. Its activities were linked to the ongoing democratisation wave (see chart 2) and international denunciations of torture, human right violations, massacres and disappearances of social and political leaders were internationally voiced. Slowly, during the eighties and nineties, these researchers returned to their democratic elected governments, bringing peace messages with them and new ideas on how to improve democracy and popular participation in fragile democratisation processes. The positive experience of CLAIP, given its links with universities in the subcontinent, social movements and democratization processes inside of the governments, induced the establishment of the Asia-Pacific Peace Research Association (APPRA) in 1980 in Yokohama, Japan. The highly conflictive situation in Africa induced the creation of an African Peace Research Association. In 1998, IPRA held the international congress in Durban, South Africa, in order to learn from the peaceful transition processes of the ‘rainbow nation’ led by Nelson Mandela. His leadership in Africa integrated multiple peace efforts and reconciliation processes between historically divided ethnic

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groups and struggling clans, involving African researchers, especially women, who are now promoting peace in their countries. Possible Links to Chinese Peace Research The Southern regional associations have enriched CLAIP and also IPRA with invaluable empirical peace and conflict resolution materials, opening the door for intercultural exchange and deepening theoretical reflections. Latin America with Dependency Theory, Asia with ahimsa and non-violence, the USA with Martin Luther King’s racial liberation linked to back feminism and Africa with the peaceful transition from the Apartheid regime to an elected multiracial democratic government are all encouraging peace kernels both in theory and practice that have been systematized in universities (Harvard, Colombia, Northwestern, Dartmund, Coventry), and transformed into peace education and non-violence practices throughout the South (Salvador, Nicaragua and Guatemala). The reconciliation processes between victimizers and victims created models of multidimensional integration and “Truth Commissions”, promoting a deep democratisation process with traditional grass-root practices such as Gacaca, a reconciliation instrument to overcome terror at village level in the Hutu-Tussi conflict. Latin America has questioned occidental models of law and justice, envisaging novel alternatives of integrating conflict prevention and nonviolent conflict resolution at the grassroots and indigenous levels, as the Roma typify. They have inculcated the values of their culture through education, myth, communitarian participation and social and family events. Contrary to the occidental punitive law establishment, which operates though the legal and police system, the emphasis in indigenous societies has been prevention. Nevertheless, when a transgression defies the social order, the community as a whole takes responsibility for the crime and takes the necessary measures to re-establish social harmony. The offence is conceived as a social disruption, a deviance that indicates a deeper root of imbalance, as the offender requires social support in order to be socially re- integrated. Punishments in this setting are complex, they must return an equilibrium to the social collective. This procedure aims to restore the social tissue of the society affected by a crime. Besides, there exist also several mechanisms of indigenous resistance, especially in regions where a war of low intensity is taking place, such as in Colombia and Chiapas, where indigenous populations face multiples enemies. Overall, these processes suggest new avenues for conflict resolution and peace education, as well as leading to alliances and solidarity to avoid physical, structural and cultural violence (Galtung). The balance of PR is positive, alongside the neo- imperialist war in Iraq, a vociferous opposition has emerged and also a sense of conscience of the consequences of the abuse of physical power, especially their local impact as civil populations is the prime victims that endure violence, primarily the most vulnerable groups: women, children and elders1. 1

In the past, only soldiers died in the battlefields during wars. During the First and Second World Wars, ten percent of victims were soldiers and ninety percent of casualties were civilians. During the war in Iraq, with the deployment of weapons of mass destruction, civilian casualties

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CALIP and IPRA have adapted to these changing conflict scenarios. Several study groups have revised their initial research subjects, incorporating new threats to peace and globalization processes, amongst others. For example, the Food Study Group became the Human Right to Food Group following ten years, and finally now it split into two commissions: one dedicated exclusively to the study of human rights with special emphasis on women and children; and the second group including environmental rights and the new threats of global warming, water scarcity and environmental pollution in war situations and environmental security in post- conflict regions. The interrelation of peace education with practical peace courses, including collaboration between peace researchers and peace activists have infused a new dynamism to the organization. Worth mentioning is increasing parity between regions, as well as gender sensitivity. Convinced of the importance of forging this equilibrium, CLAIP has tenaciously cared for promoting gender balance2 within the organisation as well as in several universities and research projects. Aware that gender is not solely related to women’s issues, all vulnerable and excluded profiles have been incorporated, trying to give them visibility, a voice and direct empowerment. This concept of gender includes indigenous groups, children, elders, religious groups, ethnic or sexual minorities, disabled people and men living in poverty without decision- making capacities. Theoretically gender security has to be linked to human and environmental security, promoting a security concept which brings to the fore different ways to deal with new and old threats security threats in a world that changes at an unprecedented pace, overcoming traditional Hobbesian and Maquiavellian concepts of military security. Human security is then understood according to the traditional UNDP definition: “Protection from the threat of disease, hunger, unemployment, crime, social conflict, political repression and environmental hazards” (UNDP: 23). It is based on experiences taken from the Canadian and Norwegian governments, Human Security as a new foreign policy and Weltanschauung, an alternative to arms races and military confrontation. Military ideologies are substituted by progressive attitudes such as respect for human rights, international human laws, refugee protection acts, promotion of humanitarian aid in case of natural catastrophes and wars, development based on gender and social equity, and cultural diversity with religious freedom. Environmental security and increasing threats are related to the cluster: population growth- urbanisation- anthropogenic pollution- contamination amount to ninety nine percent of victims whilst soldiers account for only 1 percent of total victims. This facts corroborates genocide and the amoral nature of current armed conflicts. 2 This priority was also taken by IPRA, promoting nonviolence. However, in the history of IPRA there has only been one female Secretary General, Elise Boulding, who also received the first UNESCO peace price in the year 2000. In the year 2001, the same price was given to Betty Reardon and the Peace and Education Commission. The international recognition of peace research and education within IPRA is reinforcing ongoing efforts, injecting new enthusiasm to further analyse the increasingly complex geopolitical situation in the world and its growing tensions in multiple narrow fields.

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following war and arms trade and facilities- with industrial and agricultural waste. These clusters have led to climatic changes, soil erosion, food scarcity and alteration of hydrological cycles. In a survival hexagon, Brauch revised the long-term structural input factors; the medium and short term political processes; and the short, medium and long-term outcomes, where state, economy and society have to take decisions in order to prevent, mitigate or handle disasters, crises or conflicts (Brauch, 2003: 35-143).

Complementarily, an integral security concept is proposed, namely “HUGE: Human, Gender and Environmental Security” (Oswald, 2001, 2003). It can be understand in the following scheme: HUGE: Human, Gender and Environmental Security as a Trans-radical Concept Degree of expansion Denomination (security of what?) No expansion Incremental Radical Ultra-radical Trans-radical

References object (security of whom? National Security The State (political, military) Societal Security Nations, societal groups Human Security Individuals, humankind Environmental Ecosystem, Security humankind Gender Security Gender relations, indigenous, minorities, children, elders

Value at risk (security of what?)

Sources of threat (security from whom and for what?) Sovereignty, territorial Other states, terrorism, integrity sub-state actors National unity, identity Nations, migrants, alien cultures Survival, quality of life State, globalisation, elites, terrorism Sustainability Nature, humankind Equity, identity, Patriarchy, solidarity, social totalitarian institurepresentations tions (governments, religions, elites, culture, intolerance

Source: Bjørn Møller, 2003:279; Úrsula Oswald, 2001, 2004 Developing Møller’s, approach, the following lines deepen a trans-radical approach that accounts for gender security guarantees. Relations including gender, indigenous and minority status are the reference model, and equity

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and identity (E. Serrano, 2004) are the values at risk. The source of threat comes first from a patriarchal order, characterised by totalitarian institutions, such as authoritarian governments, churches and elites. These tensions also reflect the global world order, where old conflicts (Palestinian-Israeli, Indian-Pakistani, Chinese-Taiwanese, North-South Korean, African ethnic confrontations) are linked to new threats: conflicts over natural resources –oil, gas, water- and the internal gap between rural and urban areas and social classes (see chart 1). This quite complex situation is reinforced by structural violence such as poverty, street children, women and child trafficking, marginalization, women’s discrimination, torture, extra- judicial executions, illegal judicial processes and human rights violations. The end of the Cold War world apparently changed geopolitics, Germany reunified, the Soviet Union disintegrated and several Eastern European countries have joined the European Union. There was great hope for a stable period of international peace. However, a rapid process of political and economic democratization (Perestroika and Glasnost), obsolete productive systems, extensive bureaucracies, corruption, centralization of government in the soviet capital, systematic repression of dissidents and independence wars in Afghanistan and Chechnya, submerged the URSS into a systemic crisis. The Soviet Union was divided into fifteen independent republics, although Russia still keeps the biggest arms arsenal –especially AMD- and controls natural resources. However, the reconstructions of its economy, linked to corruption in the process of privatisation of natural resources, have limited the future of the former superpower. The speed of its disintegration surprised political analysts and has extended to formerly communist allies (Korea, Cuba, and Angola). China has reoriented its economy to market forces and a kind of “social capitalism” with high industrial growth rates, low agricultural ones, and increased disparities between rural and urban areas. Similar processes are occurring in India and the Mercosur association, with the Andean Pact reinforcing the Brazilian economy. Predictors show that the BRIC countries: Brazil, Russia, India and China will soon become an economic power (The Economist, 2004). The question is what will happen with its geopolitical interests?

Peace Research in Latin America linked to global peace efforts Peace research, like peace movements, has been closely linked to local and global conflicts. The Korean and the Vietnam wars; Apartheid in South Africa; the Palestinian-Israeli conflict; military dictatorships in Latin America have all given impetus to this general background, the specific history of peace research in Latin America has become historical and conjuncture inputs. Worker movements, trade unionist, bourgeois and socialist peace movements in late 19th century, the Hague Conference in 1899 and the Red Cross constitution opened the eyes of the atrocity of war and injustice. Institutions and individuals such as the International Court of Justice in The Hague; L.F. Richardson’s work in the UK in the1930’s and 1940’s; Quincy Wright’s book: A Study of War (1926-1942); and the discussion in Ann Arbor

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in the mid 1950s together with the foundation of the Journal of Conflict Resolution in 1957 analysed the crimes of two World Wars and a longstanding Cold War. In 1959, Johan Galtung founded the International Peace Research Institute in Oslo (PRIO3) and in 1962, Women’ International League PF established a Consultative Commission on peace research. Stimulated by the parallel efforts in North America and in Europe, an International Peace Research Newsletter appeared in 1963, a preliminary meeting was held in Switzerland, and in December 1964, and the International Peace Research Association (IPRA) was established in London. IPRA organized its first international meeting from 2-5 July 1965 in Groningen, The Netherlands that was attended by 73 scholars from 23 countries. Two of IPRA’s founders, Elise and Kenneth Boulding, coming originally from Norway and the UK assisted IPRA in co-ordinating research efforts in Americas. The Bouldings together with other peace researchers founded there the Consortium on Peace Research, Education and Development (COPRED) in May 1970 and soon after the Peace Studies Association (PSA) was created by Walter Isard. Today, both have converged as the Peace and Justice Studies Association (PJSA), the North American affiliate of IPRA. In 1966, at the inspiration of Alva and Gunnar Myrdal, the Swedish Prime Minister Erlander established SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute) in commemoration of its 150th anniversary of permanent peace4. The constitution of the European Peace Research Association (EUPRA) allowed IPRA to deepen in peace studies through regional associations, although activities and theoretical thinking were still mostly based in the north. In 1972, IPRA organized its first congress in India, then known as a “Third World” country, where much learning from active nonviolent movements took place. During the 1970s, peace educators joined peace researchers in IPRA; and in the 1980s, representatives of peace movements became the third pillar of the organization. In 1977, IPRA held its international congress in Mexico, which had been sheltering refugees expelled by, or fleeing from, repressive military dictatorships from almost all Latin American countries. With more than 180 Latinos present, the Latin American Council of Peace Research (usually known as CLAIP, its acronym in Spanish) was created. Its activities were linked to the ongoing democratisation wave and the 3

J. Galtung launched the Journal of Peace Research in 1964, and since 1970 Bulletin of Peace Proposals followed that later became the Security Dialogue. 4

In the 1960s and 1970s, other peace research institutes were established, e.g. in the Netherlands by Bert Röling (Polemological Institute in Groningen) that was dissolved in 1990. In Denmark, in 1967 in Copenhagen a private Institute for Peace and Conflict Research was founded that disappeared in the early 1970s but in 1985 COPRI (Copenhagen Peace Research Institute) was set up by the Danish Parliament and in 2003 it merged with the Danish Institute for International Studies (DIIS): In Finland in 1970 TAPRI (Tampere Peace Research Institute) was set up with the support of the Finnish Parliament. In Germany 1969 a Working Group on Peace Research (AFK) was founded. In 1971 the Peace Research Institute in Frankfurt (PRIF, German acronym HSFK) was set up, and in the mid 1970s the Institute for Security and Peace Research Hamburg (ISFH) was established. In 1987, AFES-PRESS emerged as an international scientific society from an informal study group at Stuttgart University that had regularly met from 1981-1987 (Brauch/Bräunling/Hermle/Mallmann 1969; Brauch 1979; Jahn 1994).

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international denunciations of torture, human right violations, massacres, and disappearances of social and political leaders. Slowly, during the 1980s and 1990s, many of these researchers were able to return home to democratically governed countries, bringing peace research with them, and new ideas on how to improve popular participation in fragile democratisation processes. CLAIP showed the value of a broad range of links between universities, social movements, and democratization processes inside governments. Its positive experience was echoed in other regional associations, stimulating the establishment of the Asia-Pacific Peace Research Association (APPRA) in 1980 in Yokohama, Japan. The highly conflictive situation in Africa induced the creation of an African Peace Research Association. In 1998, IPRA hold the international congress in Durban, South Africa, in order to learn from the peaceful transition processes of the ‘rainbow nation’ led by Nelson Mandela (1997). His leadership in Africa integrated multiple peace efforts and reconciliation processes between historically divided ethnic groups and struggling clans, involving African researchers, especially women, who are now promoting peace in their countries. Links with these “southern” regional associations have enriched CLAIP and also IPRA with invaluable empirical peace and conflict resolution materials, opening the door for intercultural exchange and deepening theoretical reflections. Latin America with its contribution of dependency theory, Asia with ahimsa and nonviolence, the USA with Martin Luther King’s racial liberation linked to black feminism and Africa with the peaceful transition from the apartheid regime to an elected multiracial democratic government are all encouraging kernels of peace, both in theory and practice. Several universities are making them objects of systematic research (Harvard, Columbia, North-western, Coventry, Durban, Delhi, Buenos Aires), and they are transformed into peace education and nonviolence practices throughout the South (El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Chile and Argentina). The reconciliation processes between victimizers and victims created models of multi-dimensional integration and “Truth Commissions”, promoting a deep democratisation process with traditional grass-root practices such as Gacaca, a reconciliation instrument to overcome terror at village level in the Hutu-Tutsi conflict. Latin Americans situate themselves in some way between Western and non-Western modes of understanding. For example, they have been able to question occidental models of law and justice, envisaging novel alternatives of integrating conflict prevention and nonviolent conflict resolution at the grassroots and indigenous levels. They have inculcated the values of their culture through education, myth, communitarian participation, and social and family events. Contrary to the occidental punitive law establishment, which operates though the legal and police system, the emphasis in indigenous societies has been prevention. Nevertheless, when a transgression defies the social order, the community as a whole takes responsibility for the crime and takes the necessary measures to re-establish social harmony. The offence is conceived as a social disruption, a deviance that indicates a deeper root of imbalance, as the offender requires social support in order to be socially reintegrated. Punishments in this setting are complex; they must return equilibrium to the social collective. This procedure aims to restore the social tissue of the society affected by a crime.

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Besides, there exist also several mechanisms of indigenous resistance, especially in regions where low-intensity warfare is taking place, such as in Colombia and Chiapas, where indigenous populations face multiple enemies (Moctezuma 1998). Overall, these processes suggest new avenues for conflict resolution and peace education, as well as leading to alliances to mitigate physical, structural and cultural violence. Peace activists have especially highlighted the local impact as civil populations are the prime victims that endure violence; primarily the most vulnerable groups have been women, children and elders. CLAIP and IPRA have adapted to changing conflict scenarios. Several study groups have revised their initial research subjects, incorporating globalization processes as a threat to peace, amongst others. For example, the “Food Study Group” evolved into the “Human Right to Food Group”, and now it has developed into two commissions: one dedicated exclusively to the study of human rights with special emphasis on women and children; and the second group including environmental rights and the new threats of global warming, water scarcity and environmental pollution in war situations, and environmental security in post-conflict regions. These changes reflex the increasing complexity of a globalised world, and the widening, deepening and sectorialisation of the narrow military security into a conceptualisation able to deal with human, environmental, societal and gender security issues. CLAIP showed the value of a broad range of links between universities, social movements, and democratization processes inside governments. Its positive experience was echoed in other regional associations, stimulating the establishment of the Asia-Pacific Peace Research Association (APPRA) in 1980 in Yokohama, Japan. The highly conflictive situation in Africa induced the creation of an African Peace Research Association. In 1998, IPRA hold the international congress in Durban, South Africa, in order to learn from the peaceful transition processes of the ‘rainbow nation’ led by Nelson Mandela (1997). His leadership in Africa integrated multiple peace efforts and reconciliation processes between historically divided ethnic groups and struggling clans, involving African researchers, especially women, who are now promoting peace in their countries. Links with these “southern” regional associations have enriched CLAIP and also IPRA with invaluable empirical peace and conflict resolution materials, opening the door for intercultural exchange and deepening theoretical reflections. Latin America with its contribution of dependency theory, Asia with ahimsa and nonviolence, the USA with Martin Luther King’s racial liberation linked to black feminism and Africa with the peaceful transition from the apartheid regime to an elected multiracial democratic government are all encouraging kernels of peace, both in theory and practice. Several universities are making them objects of systematic research (Harvard, Columbia, North-western, Coventry, Durban, Delhi, Buenos Aires), and they are transformed into peace education and nonviolence practices throughout the South (El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Chile and Argentina). The reconciliation processes between victimizers and victims created models of multi-dimensional integration and “Truth Commissions”, promoting a deep democratisation process with traditional grass-root practices such as Gacaca, a reconciliation instrument to overcome terror at village level in the Hutu-Tutsi conflict.

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Latin Americans situate themselves in some way between Western and non-Western modes of understanding. For example, they have been able to question occidental models of law and justice, envisaging novel alternatives of integrating conflict prevention and nonviolent conflict resolution at the grassroots and indigenous levels. They have inculcated the values of their culture through education, myth, communitarian participation, and social and family events. Contrary to the occidental punitive law establishment, which operates though the legal and police system, the emphasis in indigenous societies has been prevention. Nevertheless, when a transgression defies the social order, the community as a whole takes responsibility for the crime and takes the necessary measures to re-establish social harmony. The offence is conceived as a social disruption, a deviance that indicates a deeper root of imbalance, as the offender requires social support in order to be socially reintegrated. Punishments in this setting are complex; they must return equilibrium to the social collective. This procedure aims to restore the social tissue of the society affected by a crime. Besides, there exist also several mechanisms of indigenous resistance, especially in regions where low-intensity warfare is taking place, such as in Colombia and Chiapas, where indigenous populations face multiple enemies (Moctezuma 1998). Overall, these processes suggest new avenues for conflict resolution and peace education, as well as leading to alliances to mitigate physical, structural and cultural violence. Peace activists have especially highlighted the local impact as civil populations are the prime victims that endure violence; primarily the most vulnerable groups have been women, children and elders. CLAIP and IPRA have adapted to changing conflict scenarios. Several study groups have revised their initial research subjects, incorporating globalization processes as a threat to peace, amongst others. For example, the “Food Study Group” evolved into the “Human Right to Food Group”, and now it has developed into two commissions: one dedicated exclusively to the study of human rights with special emphasis on women and children; and the second group including environmental rights and the new threats of global warming, water scarcity and environmental pollution in war situations, and environmental security in post-conflict regions. These changes reflex the increasing complexity of a globalised world, and the widening, deepening and sectorialisation of the narrow military security into a conceptualisation able to deal with human, environmental, societal and gender security issues.

3. Peace Research: IPRA and CLAIP The interaction of peace education with practical peace courses, including collaboration between peace researchers and peace activists have infused new dynamism to CLAIP, such as increasing parity between regions and gender sensitivity. Convinced of the importance of forging this equilibrium, CLAIP has made a strong commitment to promoting gender balance within the organization as well as in several universities and research projects. Theoretically, gender security can be linked to human and environmental security, promoting a security concept which brings to the more different ways to deal with new and old threats: security threats in a world that changes at an unprecedented pace, transcending traditional Hobbesian and Machiavellian concepts of military security. Human security has been defined by UNDP (1994-1998): “Protection from the threat of disease, hunger, unemployment, 24

crime, social conflict, political repression and environmental hazards” (UNDP 1994: 23). Confronted with new risks, science and technology did enormous progress. Military technology permeated civil one (microwave, Internet, nanotechnology, genetics). New knowledge brings new threats and society does not have enough time to get adapted to the new complexity. 3.1. Human Security and Risk Society Confronted with increasing risks coming up from new scientific and technological knowledge Beck developed his concept of “society of risks” (1998). Particularly affected were the advances of science coming from the military sector into the civil one, where during the last century enormous advances took place (Oswald, 2001) such as antibiotics, vaccines, aviation, missile technology, but also modern ones such as microwaves, Internet, nanotechnology, genetics. The knowledge created was so fast, that society did not get time to adapt its social structure and confronted with an increasing complexity and contradictory advices, new insecurities were created. Confronted with unknown threats and risks, some multilateral organizations (UNESCO, 2005) and ethical scientists have developed incipient tools to deal with this complex reality, normally only in hand of multinational enterprises and scientists working for their interests. In theoretical terms, it is commonly accepted that the evolution of the concept of human security is supported by four pillars: 1. Scientists and the governments from Norway and Canada have developed politically and theoretically the first pillar, named “freedom from fear”. Both government promoted agreements against personal land mines and supported their destruction and Canada5 launched a world wide campaign against personal landmines, their production and their use, affecting basic human rights, especially of their most frequent victims, innocent children paying. 2. Including the risks of post-modern society and the new inventions related to the system of control, Beck defined a “society of risks” (Beck, 1998, 2001). Starting point to increase the security of humans and societies was the second pillar, named “freedom from want”, promoted internationally by the Japanese government. Ogata and Amartya Sen in their proposal “Security now” related the evolution of the concept of human security to poverty alleviation, dignified life options, the right to minimal life conditions, physical security, fight against organized crime and respect for life in all its expression. Taking from feminism the concept of empowerment, they redefined the threats to human security

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The former Canadian foreign minister Axworthy has designated human security as a descriptor for a new foreign policy and worldview, as an alternative to arms races and military confrontation. By some authors, military ideologies have been substituted by progressive attitudes such as respect for human rights, international humanitarian laws, refugee protection acts, and promotion of humanitarian aid in case of natural hazards, disasters and wars, development based on gender and social equity, and cultural diversity with religious freedom.

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(UNDP 1994; 1998) and the ways to deal with them. Fuentes and Rojas (2005) applied them to Latin America, including the overcome of social problems such as unemployment, hunger, illnesses, losses of houses due to local violence or organized crime, but also due to disasters and other environmental threats. In political terms both authors insisted in the creation of good governance where fight against repression (State violence), loss of reinforcement of the state of laws, organized crime and public violence are important risks factors for civil society. However, cultural violence through discrimination, inequality, inequity, prohibition of religious expression, freedom to speech and movements, and cultural expression of diverse behaviours has to be taken into account. (UNDP, 1994, 1998; Fuentes and Rojas, 2005). Together with a cultural homogenization (Arizpe, 2004) by communicative globalisation and imposed food patterns promoted by multinational enterprises (Oswald, 2006) should be abolished by international and national educational, cultural and health services, where secured food disposal and a promotion of local and regional food cultures are guaranteed. All these phenomena together represent the new security threats, able to destroy cultural diversity and local communities’ networks, bases of a millenarian solidarity giving the chance to live together in peace. 3. During the evaluation of the MDG, Kofi Annan (2005) asked in his Report for “freedom for a dignified life” for all human beings. Respect for human rights, empowerments of poor people, especial highly vulnerable such as women, reinforcement of laws and improvement of socioeconomic conditions for the poorest, are able to offer dignified live conditions to all human beings in the world. 4. Confronted with in increasing number and severity of disasters, affecting differentially and producing severe damage to the highly vulnerable, Board and Brauch developed a fourth pillar of citizen protection named “freedom from hazard impacts” (Bogardi and Brauch 2005; Brauch 2005, 2005a). The increasing threats to environmental security are related to a cluster of at least six key factors of a survival hexagon representing the three elements of nature or supply factors: soil and water (degradation and scarcity), air (pollution, climate change, ozone layer depletion), as well as three demand factors such as population growth, urban (urbanisation, anthropogenic pollution and contamination) and rural factors (agriculture, food production, minerals, fibres and industrial inputs). These anthropogenic as well as natural variability factors have contributed to climate change, soil erosion, food scarcity and alteration of hydrological cycles, creating in different parts of the planet a “survival dilemma”, Brauch (2005a and b) where state, economy and society have to take decisions in order to prevent, mitigate or handle disasters, crises or conflicts. The human security paradigm and development was criticized by the feministic approach, giving priority to the individual and missing the communitarian and social networks. Confronted with social and human insecurity, the first threat is always the loss of livelihood and life quality (Shiva, 2005). Threaten by climatic change, economic and financial globalization (Calva, 2006), cultural homogenization (Arizpe 2006) the concentration of well in hand of a reduced

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group (world elite) goes hand in hand with a process of depauperation of majorities. United here to explore new possibilities of peace research as we are today, in a complex world scenario where China will be one of the main players, I hope that the modest reflections from Latin American and IPRA’s experiences can help Chinese researchers to situate their country in the present geopolitical game and to promote a less violent world through research, education and daily nonviolent practices. Conflicts are motors of change and development, but when reoriented to personal ambitions and geopolitical interests mismanaged conflict and change dynamics (Gluckman, 1965), they can destroy the entire world. Physical and structural violence is inherent in the highly competitive freemarket system and its present laws of globalization. The Socialist utopia was destroyed by a repressive and bureaucratic communist regime in the URSS. Which utopia is left to develop ethic principles, communitarian responsibility and environmentally sustainable development, in order to induce a “postmodern consensus democracy”, with equity, real citizen representation and life quality? The history of wars, domination and destruction brought poverty and death; will the emerging civilization guarantee diverse, just, equitable and sustainable coexistence with care of vulnerability? This is the challenge for peace researchers, educators and actors, and CLAIP has to renovate its effort to find concrete answers to these new challenges. We are left with doubts and some useful experiences handled to our Chinese colleagues, eager to see them guide their societies in a route of peace and nonviolent conflict resolution processes. Cultures of peace, diverse, open to change and integrative, could channel potential tensions in a positive way, creating an ambience where all of us can live in a world of sustainable peace in harmony with natural and cultural diversity. The challenge is colossal and only uniting forces we can initiate this noble task and collaborate with China and its people to forge this attainable utopia. Bibliographic References Ameglio, Pedro (2004). “Defensa noviolenta de una ciudad contra las megatiendas Costco- Comercial Mexicana”, in: Oswald, Resolución noviolenta de conflictos en sociedades indígenas y minorías, Coltlax, IPRAF, CLAIP, Böll, México, D.F.: 405- 465 Armendáriz García, Lorenzo (2004). “El proceso organizativo del pueblo rom en América: un camino para ser visible”, in: Oswald, Resolución noviolenta de conflictos en sociedades indígenas y minorías, Coltlax, IPRAF, CLAIP, Böll, México, D.F.: 159-172 Bennhold-Thomsen, Veronika and Maria Mies (1999). The subsistence Perspective: Beyond the Globalized Economy, Zen Books, London

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LIBRO DEL SEMINARIO LATINOAMERICANO SOBRE "RETOS DE LA SEGURIDAD, CULTURA DE PAZ Y DEMOCRACIA EN AMERICA LATINA" ORAGNIZADO POR EL CONSEJO LATINOAMERICANO DE INVESTIGACION PARA LA PAZ (CLAIP) / IPRA Y EL CENTRO REGIONAL DE INVESTIGACIONES MULTIDISCIPLINARIAS/CRIM UNAM

CULTURA DE PAZ, SEGURIDAD Y DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA Mario Salinas y Úrsula Oswald (eds.) CRIM/UNAM, DGAPA, El Colegio de Tlaxcala, Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz (CLAIP) 31

Tabla de Contenido INTRODUCCIÓN Mario Salinas

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PARTE I: SEGURIDAD HUMANA, DERECHOS Y DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA 1. Multilateralismo en América Latina. Carmen Moreno Toscano............... ............................................43 2. Gobernabilidad, paz y seguridad en América Latina. Raúl Benítez M. ................................................................................ 52 3. Seguridad humana y ambiental en América Latina: Un paradigma alternativo al terror de las armas. Úrsula Oswald...................................................................................... 66 4. Género, democracia y ciudadanía. Karina Batthyány.................................................................................. 96 6. El relámpago en la piedra. Luis T. Díaz Müller.............................................................................. 101 Parte II : MILITARISMO Y TRANSFORMACIÓN DE CONFLICTOS 1. Repensando la seguridad en América Latina: nuevas demandas conceptuales. Francisco Rojas Aravena...................... ..........................................110 2. Transición y seguridad: agenda 2000-2020. Georgina Sánchez ..............................................................................125 3. ¿Qué pasa con la gobernabilidad en la región andina? Iván Mauricio Gaitán...........................................................................144 4. Fuerza internacional de paz . Pietro Ameglio.....................................................................................157 5. La memoria en la construcción de la paz. Roberto Cabrera................ .................................................................163 6. Construcción de la paz y desarrollo y desarrollo en Guatemala. Leonel Padilla......................................................................................169 7. Conflictos Internos, derechos humanos y construcción de la paz Rodolfo Stavenhagen.........................................................................180 8. Conflicto en Chiapas. Emilio Rabasa y Alán Arias................................................................188 9. El Deterioro del proceso de paz en Chiapas. Gilberto López y Rivas........................................ ...............................197 10. El papel de la cohesión social en la prevención de violencia. Arturo Cervantes.......... ......................................................................206 11. Reforma agraria truncada como generador de conflicto: El caso mexicano Patricia Rincón Gallardo.....................................................................232

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PARTE III: EDUCACIÓN Y CULTURA DE PAZ EN AMÉRICA LATINA 1. Ciencia, humanismo y violencia. Santiago Genovés.......... ....................................................................242 2. Hacia el equilibrio en la generación de conocimiento: Una alternativa para el desarrollo de cultura de una cultura de paz Fernando Lema............................... ...................................................249 3. Estrategias generales para generar cambios en sistemas humanos. Mario Salinas Sosa.... .........................................................................273 4. Comunicación intercultural e identidades nacionales. Francisco Márquez..............................................................................283 5. Educación y derechos humanos. Rosa María Álvarez de Lara................................................................289 6. Construyendo una cultura de paz para el siguiente milenio: aportes de la educación para la paz y de la educación Popular. Azril Bacal............................................. ..............................................297 7. Cultura de paz y la "camuflada guerra civil del desempleo". Clodomir Santos de Morais ..................... .............................. ..........323 EPÍLOGO Úrsula Oswald.....................................................................................328

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INTRODUCCIÓN Mario Salinas∗ Hay una vieja fábula acerca de una langosta que decidió preguntar a la lechuza - venerable consultora del reino animal - un problema personal. Este se refería al sufrimiento que el la langosta padecía cada invierno debido al frío. Después de varios inviernos inclementes, en los cuales todos los remedios conocidos por las langostas no funcionaron, presentó su caso a la venerable y sabia lechuza. Esta, después de escuchar pacientemente sus padecimientos, dice la fábula, prescribió una simple solución: " conviértete en grillo e inverna”. La langosta pegó un salto de alegría y agradeció con profusión a la lechuza por el consejo brindado. Posteriormente, sin embargo, al descubrir que ése importante descubrimiento no podía llevarse a la práctica, regresó con la lechuza para preguntarle como podría realizar la metamorfosis.; a lo que la lechuza contestó cortésmente. " ¡ Mira, yo te proporcioné la solución, a ti te toca trabajar en los detalles" ! La moraleja de la fábula proporciona una de las piezas angulares de este libro: Cómo podrá el hombre de conocimiento utilizar sus saberes arduamente conquistados, para beneficio de los demás, e inversamente cómo podrá la gente que no sabe, es decir los profanos, proporcionar información e introspecciones que ayuden, al experto a construir teorías y a realizar su importante y urgente rol asistencial. Colocando el problema en una perspectiva diferente puede afirmarse que el principal fundamento del libro consiste el la planeación y aplicación cabal de conocimiento válido y apropiado en sistemas humanos con la finalidad de mejorar su funcionamiento y generar acciones y cambios inteligentes En términos sintéticos, el conjunto de contribuciones presentadas en el presente volumen tienen una cualidad común: desarrollar una mayor comprensión respecto a la necesidad de un cambio respecto a los conceptos de paz y seguridad en Latinoamérica. Plantean asimismo, la necesidad de desarrollar métodos y procesos sociales relacionados con su uso, sus potencialidades, sus consecuencias tanto éticas como prácticas, así como con sus limitaciones. Sin lugar a dudas las respuestas a los retos de la seguridad y la construcción y fortalecimiento de la cultura de paz y la democracia son cuestiones que se inscriben en los procesos del libre mercado y la globalización. Estos dos macroprocesos han impactado a personas, grupos, organizaciones, instituciones, sociedades, países, regiones, en fin, al mundo en general. Son elementos de carácter concreto que muestran los impactos recibidos de esta nueva manera de organizar, la economía, la política, las sociedades y el medio ambiente mundiales.



Investigador del CRIM/UNAM

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Junto a éstos cambios que presentes en el universo de los objetos, de las cosas, también el universo de las ideas se ha transformado radicalmente. La relevancia otorgada a la vigilancia y extensión social de los derechos humanos, se ha vuelto una prioridad para el estado, que trata de democratizar todas las esferas de la vida social, en donde la familia, la mujer y los grupos indígenas son claro ejemplo. La paz intrafamiliar y la paz mundial son conceptos evidentemente complementarios y suponen la construcción de la cultura de paz en la familia, en la escuela, en el lugar de trabajo, y en la solución pacífica de los conflictos. La vida entre las naciones y pueblos se ha visto también sometida a diferentes retos, producto del nuevo orden económico internacional. Entre los retos principales se encuentran: cómo cubrir el déficit de conocimiento en el ámbito de los estudios estratégicos y de seguridad, el rezago respecto a la velocidad de los acuerdos, la modernización y metodología del multilateralismo en los foros internacionales, el desarrollo de estrategias eficaces para luchar contra los procesos de incivilidad, contra la falta de unidad respecto a cómo dar respuesta consensada a problemáticas respecto a los derechos humanos, al tráfico de drogas, armas, personas y órganos, a la conservación del medio ambiente natural, a las migraciones y al logro de un desarrollo con equidad. El mismo ser que inventó la guerra puede inventar la paz. Dicha proposición hace alusión directa a la importancia que la cultura tiene el proceso de dar respuesta a los problemas de seguridad y paz. La generación de nuevo conocimiento para contender con tales retos implica desde luego un método, y el empleo de técnicas que serán estériles sin el empleo de la imaginación y el diálogo entre proposición y posibilidad como afirma Carmen Moreno Toscano La globalización y la liberalización de los mercados tienen sin duda elementos positivos y negativos. ¿Cómo hay que enfrentar a los segundos para evitar que se destruyan las naciones?, ¿qué pasa con la democracia como forma estatal nueva? Los países débiles carecen de instrumentos para logra crear estados alternativos capaces de solucionar los problemas en torno a la seguridad y paz interna. La carencia de una ética de comportamiento institucional de los funcionarios, ha dado pie a que se presenten anomalías jurídicas, como la creación de las comisiones de los Derechos Humanos que, aunque necesarias, son una aberración jurídica. Sucede lo mismo con el medio ambiente, las elecciones, la corrupción y los programas sociales etc. Los esfuerzos tienen que darse también en otros ámbitos. La reactivación de la red de investigadores sobre la Paz en toda América Latina es urgente. Respecto a la reformulación del estado en los países de América Latina es importante señalar una debilidad característica producto de la guerra fría y de la forma en cómo los estados se constituyeron con sus mecanismos autoritarios de fuerza. México aunque no sufrió dictadura militar, si tenía un sistema político autoritario con una gran deformación del aparato de estado.

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Era un estado que utilizó a las élites económicas para su control y los brazos represivos del mismo para el soporte institucional. Hoy los estados encuentran grandes dificultades para adaptarse a las nuevas condiciones de la posguerra fría de frente al fortalecimiento de las identidades intranacionales y otras identidades tales como las de género, particularmente las étnicas, las que al no tener un desenvolvimiento positivo en los causes de construcción del nuevo estado, evidentemente colocarán a la nación en peligro de fracturación. En este sentido, América Latina presenta desarrollos contradictorios en los aparatos estatales, si bien es posible afirmar que los procesos democratizadores han avanzado. Poco a poco se han ido sustituyendo los elementos autoritarios y dictatoriales del pasado. Pero la implantación de la paz requiere un proceso diferencial para cada región y país latinoamericano. Los países de la Región Andina presentan elementos regresivos notorios en cuanto a sus procesos democratizadores: militarización, la emergencia del crimen organizado y la inseguridad ciudadana y amenaza de guerra por conflictos fronterizos, entre otros. México se encuentra en una fase intermedia entre un sistema político muy atrasado y esbozos de un sistema político nuevo y democrático. No se sabe cuál perdurará y cual será el desenlace final de este proceso. Pero existe una estructura institucional y un desarrollo político positivos, aunque con peligros de regresión. La paz cambió, de ser un problema de estado, a ser un problema de los ciudadanos debido a lo endeble de las estructuras económicas sociales y políticas de los países. La seguridad se convirtió en un problema sobre cómo hay que trasladar el esquema de la seguridad estatal al de seguridad individual del ciudadano, así como de sus componentes específicos en cada uno de los países. De esta manera, Raúl Benítez sostendrá que los problemas sobre el género, las etnias, la seguridad, las migraciones, las organizaciones no gubernamentales etcétera, se insertan en la fenomenología de la gobernabilidad del país y la seguridad de cada país. La batalla contra la violencia estructural, tiene múltiples frentes, como se deduce de las diferentes problemáticas abordadas. Ante el genocidio, crímenes contra la humanidad, limpiezas étnicas, violaciones masivas de los derechos humanos que trascienden el marco de las jurisdicciones nacionales situaciones que atañen a la comunidad internacional - muchos estados han sido incapaces de cumplir sus responsabilidades en la punición de los culpables. De ahí la necesidad para crear una Corte Penal Internacional de carácter permanente e independiente, asimilada al sistema de la Naciones Unidas, con competencia para juzgar crímenes graves, de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto.

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Naturalmente dicho esfuerzo tiene antecedentes en la Conferencia para la Paz en la Haya en 1889, en la creación de la Asociación de Derecho Internacional en 1926, donde se produjo en primer borrador del primer estatuto para la creación de un tribunal internacional, en la Corte Penal establecida por la Liga de las Naciones en 1935, en el marco de un proyecto contra el terrorismo, y también en la Convención Contra el Genocidio de 1948. Son también antecedentes, los Tribunales de Nuremberg y Tokio, establecidos al término de la Segunda Guerra Mundial, con un defecto: ser la manifestación de la ley del vencedor sobre el vencido. Lo mismo ocurre con los tribunales ad hoc creados por el Consejo de Seguridad de la ONU. Todos carecen de condiciones de legitimidad, representatividad y amplio consenso, atributos necesarios para el adecuado desempeño de un tribunal de ésta naturaleza. Si la globalización puede convertirse en un pretexto para que los estados más fuertes subordinen a aquéllos que tienen menos poder, es necesario el establecimiento de un procedimiento no anárquico, sujeto a normas convenidas por los estados para enjuiciar a quienes cometan crímenes contra la humanidad. Complementariamente a la resolución 52/160 del 15 de diciembre de 1997, se realizó la Conferencia de Roma para concluir negociaciones sobre El estatuto del Tribunal Penal Internacional, logro del derecho internacional. fue aprobado por 120 votos a favor, 7 votos en contra y 27 abstenciones. En opinión de Nielsen de Paula Pires, vicepresidente de Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz (CLAIP), a pesar de las dificultades, la puesta en marcha de una Corte Penal Internacional, significa un esfuerzo de adaptación y de ajuste económico y cultural de las naciones al contexto Global del Derecho Internacional. También hay un ajuste al derecho internacional global que representa un esfuerzo para restablecer el imperio del derecho globalizando y la justicia y evitar el caos. Un aspecto importante respecto a este tipo de esfuerzos internacionales, es la cuestión de la soberanía. ¿Hasta dónde éste tipo de iniciativas interferirán en el debilitamiento de las diferentes soberanías nacionales? Nunca se había dado en el planeta una situación tan frágil respecto a la seguridad y la paz. Un simple error electrónico puede desatar un proceso de destrucción mundial sin precedentes al que habría que unir los fenómenos naturales causados por el ser humano. A pesar de tan negro panorama, hay elementos positivos que pueden obtenerse de la experiencia pasada a fin de proyectar un futuro menos conflictivo y violento donde la dignidad de personas y países. sea una realidad El equilibrio basado en el armamentismo, está lejos de lograr la tan anhelada paz, por la cual todos nosotros estamos trabajando. Las guerras representativas frecuentes en los países en vías de desarrollo y la globalización, han generado problemas que afectan el bienestar social de las mayorías.

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Un nuevo concepto de paz, implica la solución de 4 problemas fundamentales en los que se finca el nuevo concepto de seguridad: 1. La superación de la pobreza, 2. La implantación de mecanismos no violentos de prevención y solución de conflictos que eviten las escaladas de violencia y 3. La integración de la mujer y los niños a los procesos de desarrollo. Para el logro de lo anterior, es necesario conjuntar inteligencias y capital humano con el que cuentan los países de la región. El 75% de la población de planeta es pobre. ¿Qué es lo que necesitan?: Alimentos sanos, suficientes, permanentes, aire limpio, agua pura, seguridad individual y colectiva y prevenir y solucionar de manera no violenta los conflictos. El problema más importante es el de la pobreza ya que una quinta parte del mundo dispone del 95% de todos los recursos en el planeta, es decir: ahorros, inversiones y disponibilidad de recursos naturales. Un embudo de injusticia que hay que revertir. La pobreza además es perversa, porque condena a millones de seres humanos a ser ciudadanos de segunda categoría debido a la falta de una nutrición adecuada. Lo que América Latina está vendiendo en los mercados globalizados entre otras cosas - mano de obra barata - es resultado de un modelo que empieza a gestarse desde el vientre materno. De ahí la importancia de todo esfuerzo de integración de la mujer a los procesos de desarrollo. Otro punto fundamental en el contexto de la globalización, es el que se refiere al monopolio y monopsonio de los medios masivos de comunicación que imponen modelos que convienen al consumismo. El calentamiento global debido al uso excesivo de hidrocarburos, es una forma de violencia ambiental que pone en jaque a la sustentabilidad. Adicionalmente, la pérdida del manejo potencial de los recursos petroleros por México y otros países, ha dado lugar a la gestación de un problema de dimensiones enormes referentes a quien ejercerá el derecho sobre dichos recursos en la cuenca del Caribe, que paralelamente, se inscribe en el problema en torno a la extensión del mar territorial. Desastres naturales nunca antes experimentados, son el resultado y los costos en vidas humanas y recursos materiales son enormes: inundaciones, ciclones, tormentas de hielo etc. Por otra parte, el consumo de agua se ha duplicado en los últimos veinte años, la pesca y la destrucción forestal se ha cuadruplicado. Úrsula Oswald concluye que la seguridad humana, de género y ambiental, señalan la necesidad un nuevo paradigma y utopía para el subcontinente anclado en la familia, el grupo, la comunidad, la autosuficiencia alimentaria y la reestructuración de los mercados regionales, parte fundamental de la soberanía y la seguridad.

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Tres conceptos fundamentales: género, democracia y ciudadanía adquieren relevancia como cuestiones vinculadas a la calidad de vida, su poder e identidad. Plantear si existe un tipo de ciudadanía diferente para varones y mujeres, se relaciona con los procesos de desarrollo y consolidación democrática. El concepto de ciudadanía encuentra sus raíces en la sociología y en las ciencias políticas y abarca tres niveles de análisis: el hogar (como estructura familiar y las relaciones de carácter íntimo), la comunidad y la nación. Estado y ciudadanía son conceptos íntimamente relacionados normativa, legal y materialmente. El debate se centra en torno a dos tradiciones: la liberal, basada en la autonomía del ciudadano y la socialista fundamentada en la igualdad social. La concreción o materialidad del ejercicio de la ciudadanía, depende de la igualdad de oportunidades y derechos para las mujeres y los hombres. La ciudadanía femenina se convierte por ese hecho, en una de las formas y para ampliar el horizonte de la democracia y la construcción de una cultura de paz. La igualdad entre los géneros es un problema de carácter socio-político y debe asumirse por el Estado. Para Karina Batthyány el desafío consiste en la ampliación y ejercicio pleno de la ciudadanía femenina, la articulación e interlocución del movimiento con otros actores sociales, y una mayor interacción discursiva de las mujeres en el espacio público. Las transiciones a la democracia en América Latina son una negación a la ideología de los Derechos Humanos. El autoritarismo excluyente, propio de la globalización de los mercados ha abierto aun más la brecha de la desigualdad, y evidencian que los derechos humanos no pueden ser patrimonio de las derechas, en momentos del despertar de la sociedad civil y los movimientos sociales. La discusión sobre los efectos nocivos de la globalización en Davos, hicieron clara la dinámica del modelo global hegemónico en el que el capital financiero asumió el papel central de dicha reestructuración mundial, caracterizada por las nuevas tecnologías y la apropiación del conocimiento por parte de los grandes centros industrializados. La globalización cultural, económica, y científico-tecnológica son los signos más evidentes del proceso. La globalización jurídica ha evidenciado la aparición de las siguientes áreas de frontera: El Derecho Internacional de los Derechos Humanos, y el Derecho de la Integración, donde el caso Pinochet y El Tribunal Penal Internacional, son parteaguas en la evolución de los Derechos Humanos. El Derecho a la paz y al conocimiento científico y tecnológico, surgen como elementos nuevos en la estructuración del "orden jurídico mundial" que hoy muestra desequilibrios y desigualdades. En el contexto de la globalización, coexisten guerras de baja intensidad de larga duración y el orden internacional aparece como el eslabón perdido que el sistema de seguridad y la estabilidad del orden mundial requieren a inicios del siglo XXI.

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Otro aspecto desalentador, es el proceso de desintegración del sistema Estado - Nación que plantea cómo crear proyectos nacionales ante la falta de identidad. Un problema central es la transformación de los Derechos Humanos como signo legitimador del sistema político. Las débiles democracias latinoamericanas no han logrado consolidarse, especialmente en materia de Democracia y Derechos Humanos, a pesar de su internacionalización y transnacionalización. Por otra parte, el derecho al desarrollo y a la salud, aparecen como tipos ideales de derechos humanos que contribuyen a salvar al género humano del proceso de globalización excluyente. Este último trae aparejado una pérdida de la identidad nacional, personal y social. En este contexto, la ciencia y tecnología juegan un papel ambivalente contra el auténtico desarrollo democrático. Luis Díaz Müller sostendrá que la crisis de seguridad y de las instituciones permea toda la estructura social de los países, que buscan, a través de la mundialización de la justicia, la construcción de un nuevo orden mundial. La Carta de las Naciones Unidas corrobora esta lógica de paz, con tres propósitos centrales: 1) seguridad y paz internacional; 2) cooperación para el desarrollo y 3) Derechos Humanos. Respecto a los retos de la seguridad internacional en el continente americano, Canadá ha tendido a acercarse más a la revisión de su concepción de seguridad, concretamente en lo referente al tráfico ilegal de armas convencionales y minas. Una gran cantidad de iniciativas se han originado en América Latina, donde México ha jugado un papel relevante en todos los protocolos (Proceso de Ottawa) sobre armas biológicas y químicas. En la última conferencia de Paz en la Haya, fue reconocida la presencia de México y Brasil en la firma de los protocolos. En lo referente a la línea de no proliferación, hay dos aspectos: la no producción y la creación de mecanismos de verificación sobre precursores de armas nucleares, químicas, biológicas, explosivos y otros instrumentos e instalaciones que pueden ser utilizados con fines bélicos. Los retos para la región son: la implantación de mecanismos regionales para que no se fabriquen y desarrollen armas. A partir del conflicto entre India y Pakistán, América Latina han presionado para que no proliferen las armas nucleares en países que aún no las poseen. Otro reto fundamental es cómo cooperar en la región con mecanismos de verificación que no sean costosos. Otros retos son el comercio de químicos y vacunas. Existe una lista oficial de sustancias químicas que no se pueden comerciar entre países que no son miembros de la convención. Hay que tener en cuenta que los químicos son necesarios para la industria nacional.

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Hay iniciativas que buscan ejercer una mayor presión de América Latina en materia de desarme. El gran reto es cómo convertir el material destructivo en material para el desarrollo, en material para usos pacíficos. La fuga de cerebros de la región, por otra parte, representa otra importante debilidad para América Latina en materia de seguridad. El empleo de la tecnología militar para usos pacíficos requiere capital humano que pueda dar uso pacífico al material y la reconversión de los tratados requiere contactos técnicos. En relación a los nuevos temas sobre desarme, existen tres rubros; el de las armas convencionales, el de las armas de destrucción masiva y el de las armas inhumanas. Respecto de las primeras se requiere transparencia y control. Respecto de las masivas: la prohibición y conversión para usos pacíficos, respecto a las armas inhumanas: es necesario recalcar que la región latinoamericana, se encuentra libre de minas. Los recientes acuerdos entre el Ecuador y Perú son ejemplo de lo que se ha logrado en la materia. México ha contribuido a la conversión y demostrado voluntad. Otros temas nuevos y retos para la región, son los relativos a la investigación biotecnológica y la experimentación con organismos vivos. Toda investigación genética debe estar prohibida si tiene usos militares. Se está negociando en Ginebra un grupo ad hoc de la comisión de los estados, sobre la situación de las armas biológicas, no sólo del genoma humano, sino de temas clásicos que establece cualquier manual de guerra; tales como el desplazamiento de cadáveres. La modificación genética de plantas, borra las diferencias entre guerra comercial y biológica. ¿Cual es la responsabilidad en el uso? ¿Quien va a controlar que la investigación estratégica no tenga usos militares? Respecto a la prohibición para el uso de cohetes o misiles, apenas se ven desarrollos. El Grupo de Río se ha manifestado al respecto. ¿Hacia dónde va el sistema de seguridad internacional en términos de misiles, ya que éstos pueden ser enviados con armas de destrucción masiva? Otro tema pendiente es el problema de los usos informáticos en materia militar. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha resuelto que los usos informáticos pueden tener uso militar. No se tienen claras las consecuencias de estos usos, por ejemplo, muchos de los ensayos realizados con computadoras, son ensayos de simulación con aplicaciones militares, pero al no haber explosión, permiten su aprobación. Un riesgo importante para la seguridad está representado por los errores humanos informáticos como ha sucedido en el sistema financiero internacional. ¿Qué puede significar lo anterior en el campo informático para el sistema de seguridad internacional? Hay riesgos que es necesario enfrentar. Es indispensable trabajar más en la línea de solución pacífica de los conflictos, y la reflexión debe dirigirse a la prevención de los mismos, al desarme, sobre todo en el marco de la ONU, donde se vincula desarme y prevención dentro de

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cierto tipo de operaciones para el mantenimiento de la cultura de paz. No es posible justificar acciones militares apelando a razones humanitarias. El Grupo de Río se ha pronunciado al respecto en materia de desarme a partir del conflicto en Kosovo. Desarme y prevención se vinculan. Los conflictos que se intentan solucionar mediante el Consejo de Seguridad, tienen carácter preventivo y suponen acciones militares sobre las que es necesario reflexionar. México ha demostrado preocupación por éste tipo de justificaciones en el campo del desarme, si bien no está claro si es para armar o para desarmar. La solución pacífica de conflictos también es una estrategia preventiva. Es importante generar estrategias para que las nuevas generaciones conozcan lo que se está haciendo al respecto; que hace la UNICEF (Organización de las Naciones Unidas para la Infancia). Nuestros hijos ven en la T.V. cómo el Secretario de las Naciones Unidas habla de la intervención de las fuerzas de la ONU en Sierra Leona. Hay que promover lo que hacen los organismos multilaterales en los espacios satelitales y públicos, para que las personas sepan por ejemplo, lo que realmente implica el uso y consecuencias del empleo de minas. Guadalupe González Chávez sostendrá que es indispensable revisar logros y regresarlos a la opinión pública, realizar simulaciones para las nuevas generaciones como las efectuadas por Naciones Unidas con niños de preescolar, primaria y secundaria, así como considerar el avance en materia de tratados y cultura de paz respecto del desarme, a manera de defensa del patrimonio cultural de la humanidad. Es necesario dar a conocer qué son los desechos radioactivos, cómo se van a guardan y almacenan. La cultura de paz en América Latina, no sólo tiene una relación espacial con el Atlántico sino con el Pacífico, por lo que es necesario reconocer nuestro patrimonio de relaciones. El ejercicio de repensar el problema de la seguridad en América Latina, supone siete supuestos fundamentales: • • •





El fin de la guerra fría tuvo consecuencias positivas para América particularmente en lo referente a la seguridad internacional donde ha predominado la cooperación. En este último renglón, se abrió una agenda con los Estados Unidos, que dio a los países de América Latina, la oportunidad de salir de un marco conceptual geopolítico autoreferente. La paz democrática en la América demostró ser una fuerza capaz de limitar y reducir los conflictos a través de acuerdos políticos y comerciales, dando lugar al surgimiento de un nuevo derecho internacional referido a la democracia. Esta nueva institucionalidad producto de las Juntas Cumbres de las Américas, define los principios orientadores y organizativos entre los cuales, la paz, la democracia, el respeto a los derechos humanos, son ejes articuladores. No se percibe la conformación de un nuevo régimen de seguridad hemisférica ni razones de urgencia que lo motiven.

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La occidentalidad de la región implica asumir compromisos sustantivos con el sistema político democrático y la estabilidad internacional. El concepto de seguridad debe restringirse al uso de la fuerza a fin de no ampliarlo inútilmente.

El desafío intelectual, institucional y operativo es cómo ligar y establecer un enlace conceptual que vaya de la seguridad humana hacia la seguridad internacional pasando por la seguridad estatal. El repensar los nuevos contenidos de la seguridad, exige ubicar el tema del uso de la fuerza como la dimensión que ordena, selecciona y organiza los contenidos. Lo fundamental por lo tanto, es lo referido a la guerra y la paz. Otras dimensiones que afectan la vida pueden y deben ser enfocadas desde la cooperación, la capacitación, la transferencia de recursos y otros arreglos institucionales. La prevención del uso de la fuerza es un objetivo que debe formularse atendiendo a las nuevas condiciones internacionales. De modo que la defensa de una nación contra enfermedades contagiosas es un problema completamente diferente que la defensa contra el ataque con un misil teledirigido. El nuevo concepto de seguridad debe abarcar las dimensiones tradicionales referidas a la soberanía estatal y dar más peso al eje soberano territorial y en las capacidades militares, con nuevas dimensiones referidas a los fenómenos y procesos que determinan la nueva agenda. Estos se caracterizan por ubicarse en una dimensión no militar y requieren de la cooperación como instrumento central de resolución. La disuasión no se percibe como respuesta adecuada. En este sentido el concepto de "umbral crítico" permite mostrar en qué momento un riesgo se transforma en una amenaza. Una visión comprensiva sobre el concepto de seguridad, implica poner en evidencia las cadenas conceptuales asociadas, el lugar en que cada marco conceptual tiene asociados otros conceptos que lo refuerzan y establecen parámetros interpretativos más coherentes que reafirmen lógicas más generales que las que posee el concepto matriz. Las crisis internacionales son un área de estudios asociada al concepto de seguridad. Se trata de un área deficitaria entre quienes toman decisiones en América Latina, incluidas las fuerzas armadas. La visión al futuro percibe más crisis internacionales con el uso de la fuerza, que una guerra total entre coaliciones o entes soberanos. En la percepción de la seguridad hemisférica y regional influyen cinco factores principales de manera sustantiva a los que se pueden agregar otros: el fin de la guerra fría, la globalización y los procesos democráticos, los cambios en la soberanía, las tradiciones de desarme tradicionales y las debilidades institucionales en cuestiones de seguridad. Respecto a la guerra fría, los países Latinoamericanos se caracterizan por el hecho de regirse por un sistema hegemónico unipolar desinstitucionalizado. Los países latinoamericanos y Canadá durante todo el periodo de la guerra fría y en la mayoría en el periodo previo a ésta, estuvieron inmersos en un marco unipolar regido por los Estados Unidos. En el periodo de la posguerra fría, las

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posibilidades y oportunidades de asociación se incrementaron, se facilitó el diálogo y las posibilidades de concertación. En relación al proceso de globalización, el cuadro presenta un proceso segmentado que afecta las transacciones de carácter financiero internacionales y con efectos sobre la expansión del comercio y las comunicaciones globales. Aunado a lo anterior se han universalizado valores fundamentales tales como los derechos humanos, el mercado y la democracia. La paz democrática es el concepto articulador. Por otra parte la integración comercial ha cambiado las formas de producción y los niveles de interdependencia. La desestabilización de un sistema nacional, tiene repercusiones inmediatas en regiones alejadas como producto de la unificación financiera del planeta. La unificación de comportamientos, valores, consumos y pautas culturales causadas por el proceso de globalización, han generado inestabilidad y desconfianza y han afectado la percepción de las sociedades civiles y las elites respecto al grado de vulnerabilidad, el nivel de exposición al sistema internacional, los efectos en la identidad nacional la soberanía, así como otros elementos que conforman la base de la percepción de una amenaza. El reconocimiento de que los fenómenos económicos, políticos, sociales y culturales son domésticos y nacionales, es decir intermésticos, reafirma la necesidad de ubicar patrones de referencia capaces de regular simultáneamente comportamientos en ambas áreas. El control de flujos de información, los problemas ecológicos, los procesos económicos y las redes criminales, generan vulnerabilidades específicas que los estados modernos tienen dificultad de controlar tales como la marginación económica. El tribunal penal internacional en ámbito de los derechos humanos, un acuerdo internacional sobre inversiones en el ámbito de las finanzas y un tribunal ecológico internacional en el ámbito ambiental, hacen clara la necesidad de repensar el concepto de soberanía y cómo puede reforzársela para fortalecer la cooperación internacional Los acuerdos internacionales en materia de desarme son esenciales para reducir el peligro de confrontación o bien mitigar sus efectos. En este sentido los mecanismos de prevención y transparencia han permitido un proceso institucional subregional inicial en materia de seguridad. La falta de instrumentos adecuados y modernos de prevención de conflictos representa un importante vacío institucional en el ámbito de la seguridad, si bien hay que reconocer avances como en el caso del Tratado de Seguridad Democrática Centroamericana, y la Comisión de Seguridad Hemisférica de la Organización de Estados Americanos (OEA) La ausencia de institucionalidad se evidencia cuando surgen conflictos que requieren actuar en forma inmediata para hacer más efectivas las acciones mediante un eficaz monitoreo. Todo parece indicar la necesidad de llevar a

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cabo un profundo trabajo de consenso político previo, para abordar de manera eficaz este problema. Es indispensable contar con voluntad política y capacidad de convocatoria para acceder a la institucionalización de un régimen multilateral de seguridad. La conflictividad intraestatal, generó una ola de violencia inusitada con efectos que tardarán años en reparase. Lo anterior significa que deberá alcanzarse un balance adecuado entre el uso de sistemas de prevención de alerta temprana y mecanismos de diplomacia coercitiva (sanciones e incentivos), a fin de limitar los efectos del conflicto interno o externo, tema central del multilateralismo de inicio del siglo XXI. Francisco Rojas Aravena planteará finalmente, la necesidad de avanzar en el diálogo para la resolución de las diferencias, en la detección temprana de conflictos, en el diseño de mecanismos de prevención articulados en un régimen internacional, así como en la promoción de la cooperación que permita reconocer las diferencias de los actores y proteger todo el sistema con la generación de garantías a quienes formen parte de lo regímenes internacionales antes referidos. Durante los últimos cuarenta años la agenda de seguridad en México, se desplazó del paradigma autoritario de economía cerrada, a una especie de perestroika sin glasnost. La referencia al caso soviético no es casual: los retos de la seguridad en México presentan características similares a las ocurridas en la Ex - Unión Soviética: incremento de la corrupción, aceleración de dinámicas políticas divergentes, aparición de nuevos actores políticos y nuevos temas de la agenda como el de la democracia. Los análisis sobre la seguridad se han limitado hasta ahora, al análisis normativo e institucional, más que a las nuevas prácticas y dinámicas sociales y tecnológicas; ha sido más un enfoque reactivo que preventivo. Ha optado por una actitud de denuncia, en vez de asumir una lógica propositiva y un análisis en marcos cerrados de discusión sobre lo sucedido y optar por políticas de reconstrucción abiertas a la participación de la sociedad civil. El perfil de México ha cambiado como producto de diversas transiciones, sin embargo, los paradigmas de seguridad siguen refiriéndose a una sociedad cada vez menos real. Resalta el hecho de la inadecuación ente la imagen del país que sigue prevaleciendo y las nuevas realidades que aparecen. Los retos sociales que tendrá que enfrentar México en los próximos veinte años, son mezcla de problemas no resueltos en el pasado y otros nuevos que no han recibido aun la atención que merecen. La viabilidad social de México dependerá de la capacidad de generar nuevos recursos económicos y financieros capaces de atender estos problemas en particular. Es necesario considerar que México se encuentra entre el siglo XX y el XXI, y que ya es muy tarde para abordar los problemas cronológicamente. La diversidad de los ritmos de crecimiento y dinámicas sociales, ejerce presión en contra de la cohesión social tradicional fundada en una sociedad homogénea, nacional, joven, autoritaria, tradicional y generalmente pobre. Las presiones

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demográficas y sociales, tanto tradicionales como modernas, requieren de una mayor participación ciudadana, producto de una sociedad cada vez más educada, pero también de la capacidad de los gobiernos para abrir estos nuevos espacios de participación de la sociedad en general, para crear recursos financieros suplementarios destinados al desarrollo social. De no hacerlo así, la balanza entre los grupos sociales y las dinámicas modernizadoras, sumada a una mayoría poco preparada para enfrentar el futuro, conducirán al paulatino y seguro atraso social abriendo irremediablemente la brecha de la desigualdad al interior de una sociedad. En materia de energéticos, México deberá invertir y desarrollar en los próximos años y de manera importante en la producción de energía eléctrica y de gas, como fuentes de energía, base del desarrollo futuro. Además, poner en marcha una reforma fiscal que disminuya la carga actual de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en los ingresos federales. Las reservas de petróleo, aún en un escenario optimista, son insuficientes como fuente de financiamiento del desarrollo nacional y ciertamente verán su fin en menos de 50 años. La disponibilidad de agua y en particular de agua limpia, se convirtió en un factor estratégico y compromete la viabilidad futura del país. Más allá de que amplias regiones compuestas por varios estados ven en el corto plazo límites concretos a su desarrollo y a la creación de nuevos asentamientos humanos que requieren de agua potable, la urbanización no quiere decir disponibilidad de agua. Las poblaciones más desprotegidas están y estarán crecientemente sujetas a problemas de escasez y calidad de agua. Al contaminarla, las poblaciones rurales también sufrirán las consecuencias. El agua se convirtió ya, y de manera creciente en los 20 años a seguir, en un factor generador de pobreza, exclusión y salud pública. Es así como el petróleo y el agua son dos ejemplos de las inadecuaciones entre la imagen de México y su realidad. El paradigma de seguridad en México para los próximos 20 años, se ubica en la transición del sistema político y su articulación con la transformación de facto de la sociedad. Más aun, es pertinente hacer referencia a varias transiciones, diferentes, no necesariamente convergentes. El resultado de la articulación de estas transiciones presentará el mapa de seguridad del país. Georgina Sánchez sostendrá que los nuevos temas de la agenda para el periodo 2000-2020 serán los referentes al cambio de la estructura demográfica, la pobreza social, la política de las elites, las nuevas exclusiones y la profundizaciones de las tradicionales, la fragmentación social, la atomización y confrontación de los sistemas valorativos, el retraso social de las clases medias, la inexistencia de normas y prácticas adecuadas a las nuevas tecnologías y la falta de capital humano para enfrentar la evolución política, económica y social del país. En esta transformación, la transición política, no garantiza el arribo a una democracia consolidada; a su vez, la democracia no es garante del desarrollo ni tampoco de la solución a los conflictos de seguridad. La seguridad nacional y la internacional señalan tres áreas de alto riesgo: las drogas, la corrupción y el rezago social.

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Iván Mauricio Gaitán sostiene que a nivel Latinoamericano, parte de los problemas internos tienen que ver con los aspectos de la gobernabilidad. La región Andina por ejemplo, presenta claros indicios de un proceso de desinstitucionalización y ataques a los procesos democráticos. El problema de la gobernabilidad presenta en la región Andina cuatro aspectos centrales: 1. El surgimiento de líderes con ideales democráticos con claras tendencias a asumir un comportamiento autoritario. 2. El declive de los partidos políticos. 3. La deslegitimación de los Congresos de la República en los países de la región Andina y 4. La adopción de modelos de corte neoliberal que afectan las democracias. Es una crisis de representación y de las instituciones y no tanto de la política. El problema sobre cómo desarrollar una cultura de paz sin tener aun cubiertas las necesidades básicas, es fuente de todos los problemas de violencia más importantes a nivel mundial y sobre todo en América Latina. Gobernabilidad y seguridad son conceptos que van de la mano. Los retos de la seguridad en México presentan características similares a las ocurridas en la ex Unión Soviética: incremento de la corrupción, aceleración de dinámicas políticas divergentes, el surgimiento de nuevos actores políticos, y la aparición de nuevos temas de la agenda política, como el de la democracia. Iván Mauricio Gaitán sostiene la tesis de que la combinación de la globalización, la apertura económica y la falta de transición del régimen político, han conducido a una mayor y más profunda transformación social que se presenta bajo la forma de sociedad a dos velocidades Otra iniciativa importante producto de la experiencia acumulada por las recientes guerras en distintas partes del mundo, así como de las propuestas del movimiento internacional no violento, es la formación de una Fuerza Internacional de Paz como alternativa a la paz armada. Es una propuesta inicial, abierta y a construirse. Es un proyecto en el que todos los interesados en lograr una verdadera paz, deben contribuir y responder a preguntas claves, desde una perspectiva crítica y constructiva. La propuesta se inserta igualmente al interior de una temporalidad favorable a la reflexión y a la acción de la no-violencia activa, cuyos antecedentes se remontan a Mahatma Gandhi y a Martin Luther King. Respecto a la relación entre humanismo y paz armada, la humanidad es todavía un proyecto que lleva un par de millones de años en construcción pero que está aun lejos de ser algo real. De ahí la necesidad de reflexionar en torno a la creación de una Fuerza Internacional de Paz. La seguridad en México sufre el efecto de la militarización de la vida civil y ha generado gastos importantes en guardias, armamento y capacitación y reclutamiento permanente. Todo al abrigo de las leyes, naturalmente. Se instala progresivamente un proceso de “inseguridad”, que genera que la población desee la seguridad por encima de cualquier otra cosa.

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Se comprende así la estrategia de los regímenes consistente en sembrar la sensación de inseguridad hasta el grado en que la gente sienta horror en salir a la calle. En medio de esta falta de reflexión se genera la paradoja más cruel: pedir seguridad al mismo tiempo que se siembra la inseguridad. La paz armada, resultado de este proceso, da por resultado la ausencia de violencia. Se constituye en el privilegio de los que en la sociedad pueden comprarla. El verdadero problema radica en la construcción de la seguridad más que de la inseguridad, construida desde los ámbitos de poder y sus complicidades. En México, si consideramos que la guerra es la continuación de la política por otros medios, y tomamos en cuenta lo que sucede en Oaxaca, Guerrero y Chiapas, es relativamente fácil deducir cual es la intención: dominar, controlar neutralizar, aterrorizar, reubicar, aniquilar a la población. Militarización excesiva en nombre de la preservación de la seguridad. La paz armada mantiene un orden interno preestablecido con cierta legalidad muy cuestionable. Es equivalente a la pax romana, la porfiriana, la británica, la americana, la neoliberal, que instala una cultura desde la construcción del enemigo, personificándolo, en la creencia de que vigilándolo castigándolo y eliminándolo, se elimina la causa de la rebeldía. Es indispensable recuperar la capacidad de pensar e imaginar algo mejor, recuperar la memoria colectiva, movilizarse y arriesgar, recuperar la alteridad del otro sobre nuestra identidad, humanizar al que tenemos enfrente, eliminar el prejuicio, la etiquetación y el maniqueísmo que causan la desconfianza; una de las causas principales de que hoy no haya paz. Es necesario construir puentes de confianza, modificar la actitud frente a la autoridad, la obediencia y el castigo. Educar a las personas a desobedecer toda orden inhumana e injusta y finalmente establecer la relación entre medios y fines. Es en el terreno de la interposición de los cuerpos en medio de un conflicto bélico en sus etapas más violentas y en acciones masivas o restringidas, donde se sitúa la propuesta de la Fuerza Internacional de Paz, así como en el empleo de armas morales. Lo anterior tiene un carácter tanto preventivo como reductor de tensiones, lo que implica el empleo de la reserva moral internacional a través de los Premios Nóbel de la Paz. Pietro Ameglio terminará el hilo de su argumentación afirmando que de lo que se trata es construir un tipo de conocimiento que requiere investigación y desarrollo, formación de registros, creación de bancos de datos, y recuperación de la experiencia. La díada reflexión – acción permitirá ir contestando la pregunta clave que la propuesta plantea: ¿cómo podrá el trabajo de la Fuerza Internacional de Paz enfrentar las raíces de la violencia y no solamente sus síntomas?

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En relación al conflicto guatemalteco, Roberto Cabrera se centró en tres aspectos: El primero fueron los antecedentes del proyecto REMIH (Recuperación de la Memoria Histórica), luego una síntesis del proyecto y el tercero se refirió a la devolución. El proceso de Guatemala, como muchos de los procesos tutelados por las Naciones Unidas, tuvo un efecto posterior representado por una comisión para el esclarecimiento histórico con antecedentes en otros países: "Brasil Nunca Mais", "El informe Sábato" de Argentina, la "Comisión de la Verdad" en Salvador y " La Comisión de la Verdad" en Sudáfrica. Cada estructura de la sociedad había sido desgarrada por un conflicto. También estaba la tendencia para decir lo que realmente había sucedido, en ocasiones nacida de una necesidad interna y en otras, por sugerencias de la comunidad internacional. La primer víctima de un conflicto es la verdad y es entonces cuando llega el momento de desmantelar el escenario, para que cada quien pudiese comprender la nebulosa en la que se había vivido. Guatemala vivió durante 36 años un conflicto armado interno de baja intensidad. Dentro del contexto de las negociaciones de paz, se planteó uno de los acuerdos sustantivos: la formación de una Comisión para el Esclarecimiento Histórico. En aquel momento, ni siquiera entonces, se planteó que fuese una Comisión de la Verdad. No se quiso optar por ello, porque el nombre del acuerdo era mucho más grande que su mandato. Este sostenía que era la formación de una Comisión para el Esclarecimiento Histórico sobre los hechos que causaron tanto sufrimiento al pueblo de Guatemala. El mandato decía que tenía que venir una comisión formada por tres personas, alguien propuesto por Naciones Unidas, otro propuesto por grupos populares y otro por el sector académico con un lapso de seis meses para investigar treinta y seis años de violencia. Uno de sus hallazgos sería vinculante, y no podría deducir responsabilidades individuales, únicamente institucionales. Para de la gente que involucrada en el proceso lo anterior era una afrenta, una invitación a que todo quedase impune, tanto para la guerrilla como para el gobierno. Lo más lo importante del proyecto REMIH es haber interpretado que las partes tendrían la voluntad política para hablar del esclarecimiento, lo cual fue aprovechado por la Iglesia Católica, algunos laicos, y un par de obispos, quienes decidieron hacer un proyecto que hiciera posible la Comisión para el Esclarecimiento Histórico. Guatemala había sido por mucho tiempo un país silenciado, inmerso en un clima de desconfianza, con 22 grupos lingüísticos, con una población en su mayor parte rural. Plantear a una comisión la formación de otra, y que además que tendría que formarse con las características de la de Guatemala, equivalía pasar cuatro meses tratando de instalarse, un mes haciendo entrevistas y un mes para entregar su informe. La comisión entraría en funcionamiento seis meses después de la firma del acuerdo de paz firme y duradero y el proyecto, se inició oficialmente el 24 de abril de 1995, un año antes de la firma de la paz, con la finalidad de contar con

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un poco más de tiempo. La iniciativa pretendía decirle a la Comisión de Esclarecimiento, cuál era el mínimo de verdad que se esperaba debía tener el informe. Representaba también la posibilidad de abrir espacios todavía muy frágiles para que la sociedad guatemalteca pudiese venir y expresar su experiencia. El proyecto tuvo cuatro fases: la primera, consistió en su preparación, la segunda fase, consistió en la recopilación de los testimonios, la tercera fase se dedicó a la codificación, al análisis y a la presentación del reporte. Finalmente la cuarta fase que tendría un largo proceso que sería la devolución. Esa es también una de las diferencias cualitativas entre informe REMIH y el de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico. El mandato decía que esta comisión tendría que recoger toda la información, presentarla, plantear sugerencias, pero ahí inmediatamente se disolvía. No se sabe si fue por falta de conocimiento, lo que no es creíble, que se dejó la posibilidad de que el seguimiento surgiera únicamente del gobierno, de su buena voluntad, lo cual, nunca se vio. El REMIH planteaba que su devolución, su investigación no podía caer atrapada en las tapaderas del informe, sino que tendría que regresar a la sociedad. Respecto a la pregunta: ¿quienes iban a ser los encargados de llevar a cabo la investigación? En Guatemala no se tiene ni por mucho, la cantidad de profesionales que se hubieran necesitado para llevar a cabo dicha tarea. Se habla de una extensión de 56 mil kilómetros cuadrados en donde se presenta la mayor concentración de la violencia, habitado por 19 pueblos, principalmente mayas, comunal y muy desconfiados, con mucho temor y silencio. Así, se planteó hacer una investigación que fuera orientada en éstos términos: por ejemplo ¿Qué hizo usted para afrontar su dolor? y finalmente ¿que piensa que debe hacerse para que eso no vuelva a ocurrir? Eso proporcionó un mar de respuestas. Durante la recopilación de testimonios la gente empezó a demandar cosas muy concretas: "¿qué va a hacer usted con ésta información?; estamos rotos por dentro, estamos rotos entre nosotros, estamos rotos con nuestros muertos". En fin, ¿es posible la justicia?, lo que se fue presentando hizo surgir nuevos desafíos incluso para la gente inmersa dentro de éste proceso. Posteriormente vino la codificación de la información. Se hizo un primer screening, un primer tamizaje en las diferentes diócesis y ahí se tradujeron los testimonios que tenían más información, planteándose dos cosas: al principio que se iban a documentar casos, se querían cifras, cuántos, quienes, pero después se vio que dentro de los testimonios, había una gran cantidad de información que ofrecía las posibilidades de encontrar los patrones de violencia, los gradientes de violencia, la interpretación que la gente dio al conflicto, los diferentes efectos psicosociales del mismo . Actualmente se cuenta con dos bases de datos: una cuantitativa y la otra cualitativa. La primera manejada en función de un tesaurus que tiene

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aproximadamente 200 temas. Estos permiten la codificación e identificar qué testimonio habla sobre qué cosa lo que facilitó hacer enlaces con temas como el de la niñez, desapariciones, masacres y referirse directamente a los testimonios que hablaban de éstos tres temas, facilitando el análisis de la información. Durante del proceso de codificación, se planteó que no era válido únicamente describir el conflicto, el impacto y a los actores dentro del contexto, sino que eran necesario proveer de una rejilla histórica a éste proceso. Eso hizo que se contratase aproximadamente a treinta profesionales expertos en diferentes especialidades: investigación psicológica, otros investigaron el sector militar, el sector económico, el estudiantil, el religioso y las cooperativas, que fueron proporcionando la imagen, el enrejillado en el cual se dio el conflicto. Ello le dio una sustentación al porqué de las cosas. La tercera fase terminó con la presentación del informe, que es el informe “Guatemala Nunca Más”. El original consta de 1600 páginas en cuatro tomos, en cada un de los cuales se presenta una parte del conflicto. El primero titulado “El impacto de la violencia”, describe cómo la militarización influyó en la vida cotidiana a nivel individual, familiar y comunitario. El efecto de la violencia en poblaciones específicas, en mujeres, niños, y también la forma cómo las personas se explicaban el conflicto. En el primer tomo incluyen también las propuestas de las personas sobre lo que hay que hacer en Guatemala para que esto no suceda nuevamente. En el segundo tomo titulado “Mecanismo del Horror”, se planteó cómo las estructuras de poder planean la violencia como un acto espontáneo No. Existe toda una planificación de la violencia, con una intencionalidad, que cuenta con escenarios actores principales y secundarios. La cuestión es cómo todo un estado puede organizarse a si mismo para reprimir a su propio pueblo en función de la inteligencia de la violencia, y sus mecanismos de control social. En éste segundo tomo se documentaron 224 masacres, 98% hechas por el ejército y organizaciones paramilitares que en algún momento fueron más de un millón de personas. Culminó esta fase, con la presentación del informe. Dos días es asesinado Monseñor Gerardi, promotor del proyecto, y el que abrió los espacios políticos dentro de la Iglesia y el que también con su vida, es ejemplo de lo que sucedió en Guatemala. Sufrió la persecución, el exilio, la ejecución extrajudicial y después la exhumación. Como si se obedeciese a una ley, los actores de la investigación fueron los campesinos, las víctimas sobrevivientes y los profesionales. Estos tres elementos plantearon recuperar la memoria, la cual lleva implícita la dignidad y la redignificación, también la intención y elaboración del hecho traumático individual y comunitario. Tiene la necesidad de trascender. La memoria es dinámica, y en ése sentido, necesita que las personas y las nuevas generaciones la conozcan sin distorsiones.

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Se requirió un veredicto, una valoración sobre la verdad que iba liberar a muchas personas que durante el conflicto fueron criminalizadas. La cuestión era cómo ir descubrir la cara oculta de los hechos. Todo el que moría violentamente era guerrillero o criminal y merecía haber muerto. Y se habla de que la mayor cantidad de víctimas del conflicto, fueron mujeres y niños. La memoria necesita dar un sentido a la experiencia de la gente. Todavía hay muchas personas en Guatemala que pensaban que el conflicto era un castigo divino, por no haber pedido permiso a la tierra para sembrar, y que entonces había venido la muerte. Todo lo organizado en sus comunidades para hacer un comité de mejoras, era un crimen. Todo el tejido social se desmontó con fines de control, y eso fue lo peor del conflicto, y generó un conflicto complejo y difícil para quienes desean que el país se desarrolle. La historia, como se sabe la escriben los vencedores. El proyecto planteaba la posibilidad de una historia escrita por las víctimas y los sobrevivientes. Hasta el momento se han tirado 13 mil ejemplares y se ha traducido al inglés, al italiano, al alemán, al francés, al maya y al japonés, estableciendo que la denuncia tiene que llegar a todo el mundo. El informe popularizado va más allá y es el último punto al que se hará referencia. Se trata de la devolución. Este documento está dirigido al grueso de la población, pero no está pensado como un libro para decir: léase esto. Aunque cuenta con ilustraciones, es tremendamente duro. Y es ahí donde puede servir para hablar sobre la educación popular. El grado enorme de confusión creado por el conflicto en Guatemala, no permite iniciar un proceso de reconstrucción basado en la nada o basado en la amnesia. Así, la difusión de la historia tiene que ir a la par de un proceso de reflexión y de una reflexión colectiva. Ha sido un trabajo integral que ofrece muchas oportunidades para la construcción de la paz. En la misma línea discursiva sobre Guatemala, Leonel Padilla afirma que la historia reciente de este país y de la región centroamericana, han revelado logros notables en las políticas de pacificación, cuya comprensión implica el conocimiento histórico sobre las causas del movimiento armado, los logros de las negociaciones y las tareas y acciones para el presente. La guerra es una institución que se acerca a su obsolescencia, a pesar de las grandes cantidades que se dedican a la fabricación de armamento. El Acuerdo Para Una Paz Firme y Duradera que se articula con otro semejante en Centro América, puede no despertar hoy las expectativas como aconteció hace algunos años, pero si se hace una comparación con lo ocurrido durante la guerra interna de baja intensidad, no cabe duda alguna lo mucho que se ha ganado, aunque se trate de algo de difícil aprehensión. En la posguerra centroamericana cientos de miles han retornado a la dureza de una vida cotidiana sin mayores expectativas de progreso, no por causa de la paz sino por la persistente y continua condición de subdesarrollo y atraso. Las

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clases empresariales guatemaltecas han dejado de lado la parte más importante de su tarea histórica, crear las fuentes de abastecimiento energético, el desarrollo de la industria y la creación y ampliación de un mercado interno. Desafortunadamente para emprender el camino hacia del desarrollo, no se pueden saltar etapas. Las tareas inconclusas así permanecerán, aunque se viva en una época de globalización económica. Las naciones que durante el siglo XX no lograron umbrales elementales de inversión en estructuras de recepción a las oportunidades, de incorporación a los mercados mundiales, no pueden prescindir de retomar las inconclusas faenas del pasado en educación, salud, incorporación de tecnología a la producción, e investigación científica. La legitimidad de la política radica en el provecho y bienestar ciudadano que puedan ofrecer las políticas macroeconómicas, lo que, significa que acabar con la guerra es sólo una primera etapa en el proyecto histórico para sentar las bases institucionales y materiales de una prosperidad compartida en la paz. El conflicto en Centroamérica se insertó en el contexto de la guerra fría. Fue un alzamiento contra la pobreza y la opresión. Tuvo también un carácter internacional, ya que una superpotencia externa sobredeterminó y distorsionó siempre, las demandas elementales y legítimas de las sociedades. Varias características distinguen a éstos movimientos revolucionarios: La distribución de la riqueza como la bandera de los actores revolucionarios, la memoria histórica de las intervenciones norteamericanas en la región y la carencia de legitimidad de regímenes conducidos por usurpadores. La guerra en Centroamérica tuvo características diferenciales en cada país: Institución militar al poder como en el caso de Guatemala y el Salvador, dictadura unipersonal como en Nicaragua. En Guatemala gobernó la institución militar, y actuó como aparato político y controló realmente la soberanía. En Nicaragua la revolución Sandinista fue producto de la negativa del Presidente Jimmy Carter, para brindar apoyo en lo diplomático, militar y económico a la dictadura. En Guatemala la política exterior de Carter con un acentuado respeto a los Derechos Humanos, fue tachada de comunista. El empeño de Carter sería abandonado debido al cambio de la política exterior norteamericana de Ronald Reagan. Otras importantes diferencias son: el involucramiento de los indígenas en Guatemala, de ahí el carácter étnico del conflicto, en Nicaragua se trató de un alzamiento Nacional. Caso semejante fue el caso salvadoreño, si bien la ayuda del departamento de Estado de los Estados Unidos incidió en la lucha contrainsurgente que hizo que el conflicto durara menos, tuviera mayor intensidad con una negociación de paz más expedita. En Guatemala el conflicto era el más antiguo y no tuvo la misma presencia ni magnitud de operaciones, si bien el terrorismo de estado fue intenso contra la Universidad de San Carlos, los partidos políticos y las organizaciones sindicales.

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El surgimiento del Grupo de Contadora en 9 de enero de 1983, neutralizó de alguna manera la intromisión de las potencias logrando mantener la solución del conflicto centroamericano fuera de la lógica de la confrontación Este-Oeste. La Cumbre Presidencial de Esquipulas, fue resultado de la anterior iniciativa pionera en agosto de 1987. Ahí se implementarían acciones oficiales de apoyo más vigorosas en apoyo de la paz, en las que la recuperación de la capacidad de autodeterminación fue uno de los principales logros de toda esta diplomacia. Parte de los rezagos en el caso de Guatemala, apuntan a una relación entre distintas manifestaciones de la violencia: directa, simbólica y estructural. Fenómenos, que se encuentran relacionados a otros fenómenos tales como la política de disuasión, el terrorismo e instituciones productoras de malestar en la población. El análisis estadístico se encuentra en posibilidad de efectuar correlaciones para apreciar los estragos causados por éstos tipos de violencia. Así mismo pueden emplearse indicadores de calidad de vida. Las variables sobre tasas de defunción originadas por la violencia estructural analizarse en el contexto de una población no estática, sino en crecimiento, variable independiente cuyos efectos no son atribuibles, por ello, a otras estructuras sociales. La construcción de la paz en Centroamérica implicó el desmontaje de los componentes de violencia estructural en diferentes instituciones, a fin de orientar la acción ciudadana y a la sociedad política para concertar una agenda mínima para la paz. Los puntos más importantes de los acuerdos en materia de desarrollo y construcción para la paz son: el compromiso del gobierno para alcanzar cierta tasa de crecimiento anual del producto interno bruto, la cuestión tributaria para que los grupos poderosos cumplan a cabalidad con sus obligaciones fiscales, la reducción del número de efectivos en las fuerzas armadas., el control ciudadano sobre las mismas, establecer un tratamiento diferente a con los pueblos indígenas y sus culturas, el esclarecimiento de lo ocurrido durante los años de insurgencia, y la integración del derecho consuetudinario indígena al ordenamiento jurídico nacional. Estas propuestas fueron sometidas a un referéndum el 16 de mayo de 1999. Los resultados: un abstencionismo enorme y un no a la reforma. Lo anterior puso de manifiesto un error de convocatoria y la falta de formación para las obligaciones ciudadanas en un país de iletrados. Sin embargo, respecto a la identidad de los pueblos indígenas se derivaron dos importantes propuestas: La creación de un doble sistema nacional de derecho y la reforma educativa. Los conflictos en Guatemala continuarán indefinidamente. A lo que debe prestarse atención es a darles una conducción y una resolución constructiva a medida que la batalla por el desarrollo continue en sectores sociales más amplios. El Tratado Centroamericano de Seguridad Democrática es otro importante logro de las resoluciones centroamericanas y reemplazó viejos pactos militares represivos en la época de la confrontación ideológica y la amenaza nuclear.

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El Dr. Padilla concluirá su contribución estableciendo que el proceso de paz en Guatemala puede evaluarse conforme a tres extremos del triángulo de Galtung: A) incompatibilidad básica sobre los valores o voluntad de apropiación de recursos escasos, B) actitudes, formas de pensar, creencias, doctrinas e ideologías, C) comportamientos, y acciones concretas. Algo nuevo en la historia son los cambios sufridos por el sistema internacional. Los principales conflictos ya no se presentan entre estados sino al interior de los estados. Los conflictos étnicos en muchas regiones del mundo, la lucha por los derechos humanos y la construcción de la paz, se encuentran al orden del día. Rodolfo Stavenhagen sostendrá que el sistema internacional, incapaz para actuar con eficacia, ha hecho clara la necesidad de un cambio para la solución a conflictos recientes, como el de Sierra Leona. Lo étnico parece identificar el tipo de conflictos surgidos en Chechenia, Filipinas, Indonesia, Kachemira, Kosovo, Sri Lanka, Turquía, Kurdistán y Chiapas. El problema posee las siguientes características y requiere un cambio de paradigma: 1. Los antagonistas se clasifican entre ellos con criterios lingüísticos, religiosos y nacionales, factores identitarios que son aparentemente más importantes. 2. Los conflictos se consideran raciales por ejemplo: la violencia local y la cacería de migrantes mexicanos, son violencias en los que interviene el racismo. 3. La raza no existe pero el racismo sí. ¿Porqué éstos factores étnicos tienen tanta capacidad de movilización? Estos conflictos no son entre etnias diferentes sino entre las etnias y el estado, donde éste último juega el rol de actor participante en la calificación étnica del conflicto. Existen diferentes enfoques para el análisis de las identidades étnicas: el genético, el culturalista, el estructuralista, el instrumentalista que, dicho al margen, puso de moda el “rational choice” actitud en la que las personas asumen una identidad étnica en función de un interés o conveniencia política, y finalmente el post-modernismo que considera lo étnico como algo artificial, de modo que todo se ha vuelto discursivo.. La mayor parte de los conflictos étnicos mundiales se relacionan con la forma en que se construye el estado nacional. El problema está en éste último: patrimonio de un grupo en el poder etnocrático y homogeneizante. Vista así, la cultura es un instrumento hegemónico que niega y destruye otras identidades subnacionales o étnicas que no coinciden con el modelo del estado nacional y que suscita tanta preocupación actualmente debido a tres razones: el costo social de la globalización, la reducción de los controles del estado en el contexto del neoliberalismo y el fin de la Guerra Fría. Los movimientos étnicos buscan el respeto a los derechos humanos, individuales y colectivos, el respeto al pluralismo, el reconocimiento identitario,

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la lucha por la autonomía que implica el reordenamiento territorial que el estado no admite, sea en la forma de autonomía regional, o secesión. Ante estas presiones los gobiernos han respondido con el genocidio, la segregación, el apartheid, la marginación, la asimilación o la integración, finalmente con el etnocidio cultural a través de la negación de las diferencias, o bien con el reconocimiento de la diversidad. Esto representa uno de los grandes desafíos del siglo XXI. La construcción de varios conjuntos humanos, la democracia participativa, el desarrollo sostenible así como la construcción de la paz provista de un pluralismo participativo. México como se dijo anteriormente, tiene conflictos internos de carácter étnico sostendría Alan Arias, al hacer referencia al caso concreto del estado de Chiapas, problema íntimamente relacionado con lo argumentado por Rodolfo Stavenhagen. El rompimiento del Diálogo de San Andrés Larráinzar ha entrado en un impasse debido a cuatro razones: 1. Las autonomías se han convertido en obstáculo para el modelo neoliberal de estado en lo referente a los recursos naturales, 2. la incapacidad del estado para respetar los acuerdos con un grupo armado, 3. el rompimiento de las autonomías indígenas con todos los mecanismos clientelares y 4. Un acuerdo como el de San Andrés Larráinzar, propiciaría el autogobierno, la autogestión, que serían un fuerte golpe al partido de estado. Un fenómeno paralelo que agravó el conflicto fue la paramilitarización: táctica de contrainsurgencia, la guerra irregular y psicológica. Un cambio implicaría crear condiciones de diálogo, previa desmilitarización de la zona, el desmantelamiento de los grupos paramilitares, otorgamiento de la libertad a los presos zapatistas y solución al problema de los desplazados. El gobierno mexicano reconoce grandes rezagos de todo tipo en dicho estado, si bien tiene una posición respecto del conflicto chiapaneco: sujeción a los márgenes legales y al estado de derecho e intención para llegar a un acuerdo negociado y no violento. Aspecto importante para lograr un equilibrio en las posiciones y permitir la toma de una posición propia. Las condiciones en las que surge el conflicto en 1994 objeto de preocupación y análisis político son fundamentales: El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) irrumpió como un movimiento revolucionario. El problema para el gobierno era cómo hacerlo compatible con un movimiento por la democracia. Es un movimiento surgido entre rezagos sociales de todo tipo en los altos de Chiapas y en la Selva Lacandona muy difíciles de equiparar con condiciones de justicia, esta formado por una izquierda radical y una estrategia que, en 10 años realizó una penetración en las comunidades indígenas. Ocupó una posición política en la estructura de las comunidades ejidales y la red de catequistas del estado de Chiapas. Para 1994, ya existía

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un grupo armado con bases de apoyo campesino y aspiraciones de un mejor nivel de vida y establecer un nuevo orden político. Posteriormente el EZLN ha ido rearticulando su discurso y adaptándose a las consecuencias de su aspiración política. Con una perspectiva diferente respecto al conflicto en Chiapas, Gilberto López y Rivas, sostuvo que gobierno y zapatistas ciertamente abrieron el diálogo y a la negociación, podría decirse bastante exitosa, con participación de expertos, dirigentes indígenas, miembros de Organizaciones No Gubernamentales, intelectuales, políticos. Algo sin precedentes en la historia de México, con la única recomendación de no seguir consignas. Los acuerdos se firmaron el 16 de febrero de 1996. A partir de ahí, el deterioro del diálogo se inicia y finalmente se "suspende", ambiguo eufemismo, y ya que en realidad se trató de un proceso de ruptura del diálogo y de la negociación. El marco jurídico, que también fue algo inédito en los procesos de negociación en términos de la intervención del Congreso en pleno a través de la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA). El gobierno mantuvo el diálogo y la negociación hasta el límite de su voluntad negociadora. Hay diferentes hipótesis de por qué el gobierno no quiere cumplir con los acuerdos de San Andrés, de tal manera que la segunda mesa de negociaciones sobre democracia y justicia nunca fructificó en ningún acuerdo. Una interpretación muy concisa de por qué no se cumplen los acuerdos es que en autonomías indígenas representan un obstáculo para el modelo neoliberal Un gobierno como el mexicano, establecido en el marco de un sistema de partido de estado, (el más antiguo del mundo), no era fácil que acatase un acuerdo surgido de negociar con un grupo armado, totalmente irreverente, crítico, sin ningún tipo de mediación para expresar exactamente lo que ellos piensan que es correcto. Otro hecho fundamental que explica la suspensión del diálogo, consiste en que las autonomías indígenas rompen con todos los sistemas corporativos y clientelares que el PRI empleó durante décadas, con fines de fraude electoral y manejo del voto verde indígena campesino. Hacer ley el acuerdo generaría una especie de efecto cascada en otros núcleos indígenas que igualmente quisieran entrar en el espacio de los autogobiernos, de la autogestión A partir del deterioro del diálogo, la política que siguió el gobierno desgastó todas las instancias de mediación y de coadyuvancia, como la CONAI (Comisión Nacional de Intermediación) cuya desaparición no solamente se dio por las pésimas relaciones con el gobierno federal, sino también por dificultades entre la CONAI y EZLN. La COSEVER (Comisión de Seguimiento y Verificación), tampoco funcionó. Sin cumplimiento de los acuerdos no había nada que verificar. La COCOPA

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actualmente, se encuentra prácticamente en estado de inanición, no solamente por razón de una legislatura que terminaba, sino también por la salida de figuras prominentes que habían estado jugando un papel muy positivo como Pablo Salazar Mendiguchea, candidato a gobernador de Chiapas, y otras gentes que tenían una calidad política y moral más reconocida. sensibles; al grado de que la COCOPA se constituyó en una especie de escuela ideológica y política para los recambios políticos en la Cámara de Diputados y Senadores de tal forma que por ejemplo pues Mendiguchea se pasó a la oposición y otros Senadores panistas. La COCOPA no fue atacada durante dos años y medio debido a que el PRD (Partido de la Revolución Democrática) mantuvo una presencia muy notable en ella realizando, un trabajo mucho más coordinado con los medios de comunicación y con una credibilidad mayor que la que tenían los propios legisladores priístas. Así lo manejaban públicamente y al interior a fin de desprestigiar su papel dentro de la propia comisión como si fuera una especie de correa de transmisión de los zapatistas. Naturalmente muchas veces se coincidía plenamente con las posiciones zapatistas, no se fue nunca objetivo en el sentido neutral del término, y se tenían las posiciones muy claras respecto a la defensa de los derechos indígenas en contra de los procesos de militarización y los procesos de exclusión etc. El gobierno buscó y logró, la expulsión de los extranjeros más identificados con el zapatismo y la obstaculización para la observación internacional en México, y aumentó la lista de requisitos para poder ser observador. en Chiapas. Finalmente está la mediatización de la diócesis de San Cristóbal, ya no como CONAI sino como diócesis, quitando del camino al obispo Vera para lograr un obispo que tuviera características acordes con el plan de gobernación para neutralizar a todos los actores en el diálogo. Resumiendo, la idea del gobierno consistía en el desgaste de todos los interlocutores, los observadores y todos aquéllos que tenían un papel protagónico en el diálogo y en la negociación. Respecto al factor militar desde 1994, recién terminados los combates, se reestructuraron totalmente las fuerzas armadas mexicanas, y que hubo mantenido el mito de ser un ejército popular de extracción revolucionaria. El ejército hoy se prepara para la represión interna capacitándose en diversos países, particularmente en Estados Unidos, en la doctrina de la contrainsurgencia, y en el combate al narcotráfico por el otro. De 994 a la fecha, las fuerzas armadas han crecido sustancialmente. De ser un ejército relativamente pequeño, en estos años creció en 40 mil hombres. Parece que el conflicto no es sólo en lo que toca al conflicto en Chiapas. Se sabe muy bien que hay otros grupos armados. En el caso específico de la zona de conflicto se observa lo que se llama saturación del espacio de guerra, que consiste en no dejar un solo espacio sin llenarlo de militares. Se presentó una alta densidad de tropas en un espacio muy pequeño y el desarrollo de toda una capacidad contrainsurgente.

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Los milicianos y un último grupo que llaman los insurgentes, están situados en la selva en lo más profundo de la selva por silos, o posiciones de montaña. Estos han desaparecido debido a que: o se han tenido que ir clandestinos a las bases de apoyo, o se han tenido que ir con los insurgentes. Los milicianos son aquellos campesinos pertenecientes a una población eminentemente campesina que toma las armas en caso necesario o que andaban armados por la zona de conflicto, pero que no necesariamente constituían el núcleo duro del ejercito Zapatista más fogueado y preparado. Otra característica de lo militar es el total control aéreo, terrestre, de comunicaciones y de inteligencia realizado por funcionarios de Gobernación, del CISEN (Centro de Investigaciones sobre Seguridad Nacional) y por civiles. En el caso Mexicano el paramilitarismo todavía no logra esa presencia y formalidad jurídica y de nómina, como en Colombia, pero evidentemente que al revisar los manuales de contrainsurgencia de la propia Secretaria de la Defensa Nacional, se observa cómo el fenómeno paramilitar esta inscrito en la guerra, irregular y psicológica en donde con toda claridad se especifican, los núcleos del manual de contrainsurgencia ". Existen numerosos documentos que prueban la acción de estos grupos paramilitares diferentes a las guardias blancas - que también las hay en Chiapas - que podían ser sobre todo los "chichulines" con los cuales se tuvo la oportunidad de hablar alrededor de una media hora mientras no descubrían quienes éramos. Los guardias blanca protegen a los terratenientes, de los caciques rurales. Los paramilitares en cambio son un grupo sujeto a una educación especial castrense y parte de la neocolonización de la selva y de los lugares de contrainsurgencia, trastocando toda la cultura indígena. El paramilitar también sirve como una cobertura muy cómoda para el gobierno y para la militarización. Es un expediente muy fácil al que se recurre. No hay más que observar los conflictos intracomunitarios. Están peleándose entre si las mismas comunidades; "Paz y Justicia" contra "Hormiga Nocturna". Por lo tanto, qué mejor que los grupos peleen, el Estado apelando a la neutralidad podría argumentar la justificación para intervenir militarizando la zona. Cuando se suscitó la matanza de Acteal semanas después, no solamente no se resolvió el crimen en toda su dimensión, sino que es uno de los momentos más importantes del proceso de militarización. El paramilitar golpea ahí donde el ejército no puede golpear y haciéndolo de manera precisa. Éste es el diagnóstico de lo observado. En cuanto a las perspectivas de lo que ocurre en Chiapas y en otras etno-regiones, ello se relacionado con lo que pueda ocurrir a nivel nacional. No se trata de un problema de naturaleza regional o focal; es la expresión de un profundo problema nacional no resuelto que no sólo tiene que ver con los indígenas sino con la llamada transición a la democracia.

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No se sabe cuando empieza la transición y mucho menos si va a ser democrática. Muchos piensan que puede ser una transición regresiva y no necesariamente democrática. No se sabe hacia dónde se dirige el conflicto, pero evidentemente se asocia al proceso general de cambio que se tiene que dar en éste país. El cambio completo en México ofrece la posibilidad de tener una verdadera solución que tendría que pasar por todo lo que Rodolfo Stavenhagen mencionó respecto a la solución del gran conflicto existente entre Estado y Pueblos Indios, la Reforma profunda del Estado Mexicano y de la sociedad mexicana en general, a fin de desterrar el racismo que parece no existir para algunos en el caso mexicano pero que se da todos los días y en muchos de los espacios sociales y políticos, y finalmente una transición real a la democracia . Por su parte el Dr. Arturo Cervantes analiza los aspectos epidemiológicos del homicidio en México y cuales deberían ser las estrategias para su prevención. Señaló que el problema de la inseguridad empieza en el hogar. Las mujeres por otra parte, requieren servicios que las ayuden a huir de sus parejas alcohólicas. Respecto a las estrategias de prevención, se refirió concretamente a la zona metropolitana de la ciudad de México utilizando datos de la Secretaría de Salud. En ella, ocurren 10 homicidios diariamente. En la República Mexicana, es decir a nivel nacional, los homicidios están dentro de las 10 causas más frecuentes de muerte. Por otra parte el 12 % del Producto Interno Bruto, se gasta en recursos para la seguridad con resultados poco eficientes. Existe por otra parte, una variación geográfica del homicidio y la inseguridad pública. Una regionalización de los 2500 municipios de la República Mexicana, muestra que la regionalización del fenómeno no es pareja. De lo anterior se desprende la necesidad para enfocarse en las zonas de alto riesgo y efectuar actividades específicas de prevención. Los municipios con mayores tasas de homicidios están en las sierras y comunidades y en áreas donde existe el narcotráfico o el alcoholismo, respectivamente. De los 2428 municipio, 32 tienen tasas por arriba de 150 homicidios por cada 100,000 habitantes, dichos deben ser considerados focos rojos por la problemática poseen. El trabajo preventivo requiere ir a trabajar a las escuelas y con las familias y no únicamente recurrir a la construcción de más cárceles. Se requiere un desarrollo social que incluya actividades deportivas, programas de rehabilitación para las víctimas del alcoholismo y las drogas y un más eficiente control de la venta y distribución de armas. Un creencia generalizada errónea, sostiene que en las zonas metropolitanas más pobres es donde se dan más casos de homicidio. En realidad en el

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fenómeno intervienen ambientes y tiempos específicos; los homicidios generalmente ocurren por la noche, en los fines de semana, el 34% de ellos, se dan entre personas que han consumido drogas o alcohol Se han realizado ejercicios de prevención con resultados positivos como en el caso de Polonia, donde se prohibió la venta de alcohol a altas horas de la noche y durante los fines de semana. En realidad pueden implantarse muchas estrategias de carácter preventivo. En la zona norte de México, las tasas de homicidio por municipio son más altas que en otros. En Chihuahua, particularmente en ciertos municipios, es mucho mayor el problema, igualmente en Guerrero y Chiapas, donde podrían enfocarse estrategias de atención específicas. Existen otros ejemplos referentes a la epidemiología del homicidio. El Distrito Federal es un ejemplo típico de variación geográfica. De dieciséis delegaciones sólo cuatro tienen tasas entre 14 y 22 homicidios por cada cien mil habitantes. Es clara entonces la variación geográfica. También es posible distinguirlos por en los presentan fenómenos diferentes. El modelo de componentes principales permite establecer áreas en donde casi la mitad de las víctimas de homicidio, se encontraban ebrias y principalmente en la noche. En la Magdalena Contreras, el problema de intoxicación no es tan alto como los problemas de convivencia. En Cuajimalpa el problema es de seguridad. La existencia de bandas, discotecas y otro tipo de giros negros permiten focalizar la atención. Se requieren diferentes tipos de acción e intervención. En el Distrito Federal en 9000 hexágonos en los que se divide el territorio y en un lapso de 5 años, 8 de ellos conjuntaban de 20 a 400 homicidios. Eran ocho las áreas conflictivas. También se puede focalizar la atención en ciertas áreas y considerar la existencia de bares, cantinas, si existen escuelas, campos deportivos, cómo ocupan las personas su tiempo libre, si se vende alcohol en las tiendas, como vive la gente, si existe prostitución etc. Es indispensable reconocer que las normas legales no son suficientes y satisfacer las necesidades básicas de la población en materia de nutrición, esparcimiento, trabajo digno y atención para el hogar. Sólo así, se crearán las condiciones para evitar que las personas se conviertan en delincuentes y contribuyan a que disminuya el problema de la inseguridad. Es fundamental desarrollar estrategias de prevención en las escuelas, en grupos de madres, lo que sin duda, tendría implicaciones importantes. Hay por otra parte, diferentes tipos de inseguridad que generan secuestros, violencia doméstica, robos, violaciones, asociada frecuentemente al consumo de drogas o al alcohol. Hasta que no se corrijan estos elementos estructurales, los problemas continuarán.

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Finalmente es indispensable hacer referencia al marco conceptual. Si se desean evitar los problemas de inseguridad habrá que efectuar dos acciones: Evitar los factores de riesgo y generar salud. La Salutogénesis, en este sentido sostiene que existen fuerzas negativas y fuerzas que no generan salud. Este enfoque plantea la necesidad de controlar y tratar de incorporar la dinámica sistémica de la prevención. Su creador, el Dr. Aarón Antonovsky basa su disciplina en la presencia de recursos de resistencia generalizada, recursos cognitivos, físico-químicos, emocionales, valorativos, actitudes macrosociales, características familiares o de grupos de individuos efectivos que permitan evadir una amplia variedad de factores generadores de tensión a fin de prevenir la inseguridad y la violencia. ¿Cuáles son los recursos más efectivos para combatir la inseguridad?. Entre éstos se encuentran los de la salud pública. Prevenir y contrarrestar todo lo que nos lleva a la violencia y a la inseguridad y a su vez, el fortalecimiento de los factores protectores dirigidos a diferentes sectores. El trabajo directo con la gente, con los individuos, los grupos y las comunidades; es necesario proporcionarles recursos, así como abatir la pobreza y la generación de ambientes criminógenos. El combate hay que presentarlo en diferentes espacios y con diferentes instrumentos y estrategias entre los cuales está el desarrollo cultural aunado a factores de protección tales como leyes adecuadas y una expedita y eficaz administración de la justicia. El desarrollo sustentable no sólo requiere del castigo y la rehabilitación; es necesario anticiparse a las necesidades de las personas desde su infancia. Igualmente es indispensable la coordinación de estrategias entre legisladores y procuradores de justicia, directores de escuelas, de los medios de comunicación así como de otras importantes organizaciones de la sociedad. Se requiere de la concertación. Los problemas se tendrán que resolver en conjunción con las diferentes estructuras del país. La forma en que se distribuye la riqueza, demuestra cómo sólo se ha beneficiado a los deciles superiores de la población. Algunas encuestas nacionales muestran que de todo el dinero del país, el 10% de la población concentra el 40% de la riqueza, y sólo el 10% más pobre, concentra menos del 2% de la riqueza. Se trata de un abuso que daña a personas y grupos sociales, que materialmente se encuentran atorados en una red que los excluye, sin oportunidades para el desarrollo, sin poder evitar la violencia y la inseguridad. Tampoco se trata de realizar una campaña más, sino de hacer un esfuerzo común de movilización social que tome plena conciencia de las decisiones que hay que tomar con de voluntad política y mediante un esfuerzo conjunto en el que participen todos los sectores y organizaciones de la sociedad. El modelo de seguridad en México para los próximos 20 años se ubica en el contexto de la transición del sistema político y su articulación con la transformación de facto, de la sociedad. De hecho serían varias transiciones que harán posible conocer la estructura del sistema de seguridad del país: el cambio en la estructura demográfica, la pobreza social y la política de las elites, las nuevas exclusiones y la profundización de la tradicionales, la fragmentación

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social, la confrontación de sistemas valorativos, el abatimiento social de las clases medias, la inexistencia de normas y prácticas adecuadas a las nuevas tecnologías y la falta de capital humano para enfrentar la evolución política, económica y social del país. Otra fuente importante de riesgo para la seguridad interna fuente de violencia y freno para una cultura de paz en México, es el problema de la tenencia de la tierra sostendrá Patricia Rincón Gallardo. Los problemas se arrastran a lo largo de las diferentes etapas históricas nacionales. Se trata de una historia de despojos sistemáticos primero legalizados por la Corona Española y posteriormente por los diferentes gobiernos lo que facilitó el proceso de acumulación de tierras con diversa vocación, y el consecuente empobrecimiento de los grupos sociales a quienes, por razones históricas, se les debía considerar dueños y herederos legítimos del suelo mexicano. Chiapas y Morelos son un claro ejemplo, pero en todo el país existe el problema. Aunque por decreto la Reforma Agraria se terminó en 1992, lo que significa que ya no hay más tierras que repartir, los problemas referentes a la regularización del uso del suelo generaran conflictos en un futuro inmediato. La modificación del artículo 27 constitucional, que permite al ejidatario vender sus tierras, se inscribe en el contexto de la globalización y la apertura comercial. Algunas consecuencias serán: el cambio de vocación del uso del suelo, la reducción de las posibilidades de una autosuficiencia alimentaria, migraciones internas del campo a la ciudad y externas hacia los Estados Unidos. Urge que se revise del artículo 27 constitucional para evitar tener cada vez menos tierras cultivables, cada vez menos agua y generar dependencia alimentaria. Un país que depende de otros para conseguir los alimentos, es un país que no puede tener soberanía. Es una situación inducida debido a que las empresas transnacionales de gran capacidad financiera y el surgimiento de los productos transgénicos, requieren clientes de los que México, representa una posibilidad inmejorable. Los países latinoamericanos necesitan discutir estos problemas, ya que poseen problemas similares. La globalización tiene aspectos positivos, pero no sabemos, como latinoamericanos, qué se debe, puede o no se debe aceptar. Lo anterior implica el fortalecimiento de nuestros lazos comunicacionales. Santiago Genovés, al analizar la relación entre Ciencia Humanismo y Violencia, plantea que todos los adelantos en el campo de la ciencia comienzan con una aventura especulativa, una preocupación imaginativa de lo que pudiera ser cierto., algo que va más allá de aquello para lo que poseemos autoridad lógica para creer. El pensamiento científico es en todos sus niveles, la interacción entre dos tiempos del pensamiento, un dialogo entre lo posible y lo actual, entre proposición y posibilidad, entre conjetura y criticismo. El esfuerzo por comprender y evitar cosificarlo todo, deber ser el marco para efectuar la

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aventura epistémica entre lo cualitativo y lo cuantitativo, el diálogo entre imaginación y crítica, la puesta en marcha de la transdisciplina como vía para la puesta en marcha del acercamiento cultural, social y espiritual del género humano, mediante el apoyo de la ciencia, la tecnología, el arte y la tradición. En la ciencia resulta que hay una enorme pequeñez muchas veces como su aspiración de querer cubrirlo todo de razón y lógica, olvidándose por completo de la emoción y el sentimiento expresados por ejemplo en la poesía y en la filosofía. La Revolución Agrícola coincidió paradójicamente con el surgimiento de la violencia institucionalizada. El desarrollo de la ciencia moderna con Descartes y posteriormente del evolucionismo darwiniano sirvió, debido a interpretaciones erróneas, para justificar el colonialismo europeo y toda la cauda de violencia derivada. Respecto a la violencia, la Declaración de Sevilla durante la vigésima quinta sesión en París el 16 de noviembre de 1989, sentó las bases para la construcción de la paz y es el punto de culminación de un largo proceso de ensayo y error a lo largo de la historia de la humanidad. Busca cerrar la brecha entre tecnología y humanismo. Cinco fueron sus conclusiones: 1. Es científicamente incorrecto decir que: hemos heredado la tendencia a hacer la guerra de nuestro pasado animal, 2. que la guerra o cualquier otra conducta violenta se encuentra genéticamente programada en nuestra naturaleza, 3. En el curso de la evolución humana ha habido un proceso de selección mayor para el comportamiento violento, que para otros tipos de comportamiento, 4. Que los humanos tienen un cerebro violento y 5. Que la guerra está causada por un instinto o cualquier otra motivación particular. Si hubiera una frase para resumir la relación entre violencia y conocimiento sería la que se refiere a la vigilancia epistemológica que debemos tener frente a los usos perversos del conocimiento, lo que implica una nueva filosofía de ver al mundo y al género humano concluyó Santiago Genovés. El equilibrio en la generación de conocimiento es una alternativa para el desarrollo de una cultura de paz afirma Fernando Lema. Los antecedentes inmediatos de la globalización se encuentran en los sucesos que antecedieron y siguieron a las dos grandes conflagraciones mundiales. Surgió una nueva manera de pensar la sociedad y el mundo que fue interrumpido con violencia por la Primera Guerra Mundial, posteriormente con el horror del fascismo, del nazismo, de la segregación y de la eugenesia, justificadas muchas veces con bases en la misma modernidad científica. Ahí están las bases que dejarán su impronta al siglo XX el cual surge maravilloso frustrándose rápidamente. Las derivaciones tecnológicas, económicas, productivas no se frustraron, y se beneficiaron por las guerras y la sucesiva cantidad de conflictos En los últimos años aparece algo que agrava la desigualdad, y se incremente en éste nuevo marco de hipótesis y realidades de la globalización. La

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desigualdad económica es mucho mayor que la que existía en los años cincuenta o sesenta. En cuarenta años se multiplicaron prácticamente por tres, las desigualdades entre los pobres y los ricos. Surgen en el momento preciso en que hay que incorporar el conocimiento para generar educación y recursos materiales que posibiliten la circulación de la inteligencia y de las personas. Una importante herramienta de acceso al conocimiento, el Internet, se encuentra en manos del 20% de los países más ricos que poseen el 94% de Internet. Esto expresa una desigualdad profunda entre Norte y Sur y, entre ricos los pobres en algunos países latinoamericanos. Los indicadores de la desigualdad: distribución de la riqueza y la forma en que se distribuye el conocimiento a través de indicadores tales como el número de investigadores por habitante, muestra la gigantesca diferencia que existe entre países ricos y pobres. Entre las causas más importantes que explican la desigualdad respecto al acceso de conocimiento, esta el drenaje permanente de conocimiento que se hace a través de la captación de recursos humanos y materiales de los países del Tercer Mundo. Uno de los temas centrales de ése déficit es el problema de las migraciones de personal especializado que muy pocos países han logrado detener, y que tienen un costo elevado: aproximadamente 30 mil millones de dólares que equivale a 10 años de inversión en ciencia y tecnología de toda la región latinoamericana La única posibilidad para conservar para nuestros países este capital humano, es mediante la elaboración de un diagnóstico y la definición de políticas claras e integradas en áreas estratégicas tales como la informática, las telecomunicaciones y las biotecnologías. La pérdida de la biodiversidad calculada en 50 especies diarias es otro grave problema. La razón es que la nueva política de protección de la propiedad intelectual, impulsada a través de las reuniones del GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles) y la destrucción de la UMDI (University Medical Discoveries INC.) como organismo internacional de la Organización Internacional de Comercio, genera mecanismos coercitivos que hacen que las patentes no sean más sobre los productos sino sobre la propiedad intelectual. Se trata de un avasallamiento absoluto de la soberanía de los países. Otra trampa son las bajas inversiones en el sistema académico, en el sistema de investigación y la falta de protección del sistema regional o nacional de investigación. La articulación del sistema nacional de innovación permitiría a los países latinoamericanos países ser más competitivos en el mundo globalizado e integrar el sistema académico, el sistema tecnológico, el sistema industrial. En el fondo la pregunta fundamental que compete a todos tiene es qué tipo de educación queremos para el desarrollo de nuestros países, qué modelos de universidades.

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Otro peligro más de dimensiones epistemológicas consiste en que el latinoamericano modelo de construcción del conocimiento surgió como un reflejo de los modelos europeos, en un estado de fragilidad que tuvo como centro de producción, la tierra, careciendo de inversión industrial y bases competitivas desde un punto de vista científico tecnológico. Las mujeres, marginadas del pensamiento científico durante mucho tiempo, permite que su aporte al desarrollo de los aspectos científico tecnológicos sea un elemento que es central respecto al problema del acceso al conocimiento. Se requiere revalorizar la utopía, sacarla de su marginación, actualizarla, reivindicarla en tanto modelo que mira hacia el futuro. Es motor del desarrollo, de la invención y la innovación, estímulo para ir más adelante. De los múltiples futuros que pueda generar la impresión posmoderna de la ciencia, quizás algunos puedan inscribirse en el marco de una utopía solidaria, donde el conocimiento deje de ser un generador de desigualdad e injusticia, y se convierta en orientador de un crecimiento armónico y equilibrado que asegure la coexistencia social y la preservación del medio ambiente. Ahí se encuentra la clave para el desarrollo firme de una cultura de paz finaliza Fernando Lema. A partir de los numerosos conceptos, categorías, ideas, argumentos, proyectos, metodologías y reflexiones vertidos hasta el momento, se hace necesario un alto, para hacer un esfuerzo de articulación epistemológico. Existe desde luego un denominador común en todas las ponencias. No podría ser de otro modo. Los temas de la seguridad, la construcción de una cultura de paz y la democracia, permiten esa articulación. Pero de manera más específica, subyace una articulación epistemológica que permite sistematizar el instrumental científico, las tecnologías sociales, así como otros materiales de carácter expresivo, orientados al logro de cambios en torno a la seguridad, la cultura de paz y la democracia en América Latina, sostuvo Mario Salinas. La teoría articuladora es la Teoría General de Sistemas considerada como una herramienta de carácter lógico, para observar, diagnosticar e intervenir en la red compleja de interdependencias que hay que considerar en cualquier situación que aspire a generar un cambio de carácter deliberado. Al emplear el concepto de sistema, habrá que estar alerta para no caer en el error de reificación, atribuyendo al concepto ser causa activa de determinado efecto, complejo o no, o bien considerarlo como agente de resistencia al cambio. Las estrategias generales para generar cambios en sistemas humanos pueden ser ordenadas para su estudio y aplicación en tres diferentes familias: 1.Estrategias Empírico Racionales, 2. Estrategias Normativo-Reeducativas y 3. Estrategias de Poder Coercitivo. El primer grupo maneja el supuesto básico de que los hombre son racionales y que seguirán sus propios intereses una vez que éstos les sean revelados, en términos de lo deseable, le efectivo, o conveniente para la persona grupo

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organización o sociedad que será afectado por el cambio. Algunas de las más importantes estrategias de este tipo son: a) La investigación básica y aplicada así como la difusión del conocimiento mediante los procesos educativos generales; b) La formación, selección y reemplazo de cuadros; c) El análisis de sistemas de asesores, consultores, especialistas, expertos; d) La investigación aplicada y la creación de sistemas para difundir de manera coordinada los resultados de la investigación; e) La creación de nuevas utopías como referente de aspiración al que debe dirigirse el cambio deseado; f) La reorganización y clarificación del lenguaje mediante el empleo de las ciencias del lenguaje: la semiótica, la semántica, la pragmática y la sociótica. Las Estrategias Normativo-Reeducativas incluyen dos tipos básicos: 1. El mejoramiento de las capacidades de un sistema para la solución de problemas y 2. El desarrollo de las potencialidades individuales. Estas estrategias se construyen en base a supuestos acerca de la motivación humana, sin negar la inteligencia y racionalidad de los sujetos, donde los patrones de acción y práctica, se basan en normas socioculturales y compromisos de los individuos con dichas normas socio-culturales. Estas se apoyan en las actitudes y en los sistemas de valores de los individuos. Los cambios en las orientaciones normativas, implican cambios en las actitudes, los valores, las habilidades y las relaciones significativas; no sólo cambios en conocimientos, e información y parámetros racionales de acción y práctica. Dentro del primer grupo están las siguientes subestrategias: 1. Recolección de datos acerca del funcionamiento del sistema y retroalimentación de la información interpretada y sistematizada mediante el empleo de rutas críticas a fin de corregir disfunciones manifiestas o latentes, 2. Capacitación y entrenamiento de agentes de cambio y de unidades de trabajo organizacional, 3. Desarrollo de la capacidad de retroalimentación, que incluye investigación y desarrollo) de papeles y funciones dentro de la organización o unidad de cambio. Capacitación de personas para llevar a cabo dichos roles y establecer la relación estratégica de éstos con quienes toman las decisiones en la organización. Dentro del segundo grupo se tienen las siguientes estrategias: a. Formación de comités de personal o integración de cuadros, b. El entrenamiento de grupos para facilitar la confrontación creativa personal, el crecimiento y el desarrollo de los miembros de la organización en una atmósfera abierta, de confianza y aceptable, c. El empleo de la psicoterapia como medio para la reeducación personal con especial énfasis en los factores referentes a la salud mental en contextos políticos, educativos, religiosos, comunitarios, industriales, burocráticos etc. El tercer grupo de Estrategias denominadas de Poder Coercitivo, se basan en la aplicación de alguna forma de poder político. Estas pueden asumir tres formas: a. Estrategias de No Violencia, b. Empleo de las instituciones políticas. c. La recomposición y manipulación de las elites de poder. Estos son algunos de los patrones significativos que es posible encontrar dentro de la amplia gama de principios, teorías y modelos y que el agente de

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cambio podrá confrontar en situaciones concretas que requieran su intervención responsable en un contexto de decisión y acción. La relación entre pacifismo y militarismo analizada anteriormente es también preocupación en otras regiones y países del planeta. Japón no es la excepción. La voz de alarma esta dada a fin de que no se deteriore el espacio de paz ganado con la pérdida de tantas vidas humanas. Michiko Tanaka hizo referencia explícita a una tendencia no dominante todavía que se refiere al neonacionalismo militarista, que aspira a recobrar el prestigio internacional como potencia militar y política del Japón. El pacifismo particularista basado en la especificidad eco-histórica representa una alternativa para arraigar la tradición pacifista del Japón que por lo menos tiene 50 años de existir. Sostiene como argumento principal que el colonialismo no es autógeno de Japón y que ante el desafío de occidente en el siglo XIX, es que los japoneses asumen este esquema que no es propio. Se trata de un intento de arraigar el pacifismo japonés en una trayectoria histórica civil nacional. El pacifismo ha sido un emblema en éste país y una carta de presentación a partir de la derrota sufrida durante la Segunda Guerra Mundial. Se trató de un pacifismo impuesto por las fuerzas de ocupación norteamericana y consagrada en la constitución. La renuncia explícita a la guerra expresada en el texto constitucional implica no reconocer al derecho de beligerancia del estado. Se trata de una rotunda renuncia al armamento en cuyo origen se encuentra la construcción de un eje Estados Unidos – Japón, base fundamental de la diplomacia japonesa. Este marco jurídico tuvo vigencia durante poco tiempo dado el poco éxito de la guerra fría. Estados Unidos obliga a Japón a rearmarse. Se crea un cuerpo de seguridad policíaca que después se independiza como fuerza para el mantenimiento del orden, y posteriormente se convierte en un ejército de autodefensa. Todo efectuado sin modificar la constitución y con un gran presupuesto. Sin embargo, Japón se considera todavía un país pacifista. a pesar de no haber construido una vía de legitimación constitucional para formar sus fuerzas armadas y de haber participado como fuerza de paz durante el conflicto del Golfo Pérsico. La defensa de los intereses económicos de país, han servido para fortalecer el militarismo y también la obligación moral de cumplir con su parte en el sistema de seguridad internacional. El Tratado Nipón-Norteamericano de Seguridad Mutua es un ejemplo. No es normal, por lo tanto que el Japón tenga que convertirse en una potencia militar ordinaria. El surgimiento de la "Asociación por una Nueva Historia" que emplea el comic (historieta de dibujos) para la difusión de sus argumentos entre los estudiantes universitarios, busca la reivindicación del pasado japonés y no depender de la buena voluntad de los Estados Unidos ni de ningún otro país.

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Respecto al resurgimiento del militarismo ha habido propuestas específicas como la del pacifismo activo que contempla contribuir con una fuerza policíaca internacional armada, que requerirá del control ciudadano para saber con certeza hacia dónde se dirige este esfuerzo. Por lo pronto, el envío de fuerzas de autodefensa como parte de las de la ONU es una franca violación de la constitución e incluso de la ley de las fuerzas armadas. Otra contribución japonesa es como ayudar a la reducción de las causas de los conflictos y las guerras a través de las ayudas oficiales para el desarrollo, es decir, contribución, cooperación internacional humanitaria económica o apoyo en capacitación, muchas veces criticada como una especie de disfraz para el financiamiento de empresas japonesas situadas en diferentes países. Un mecanismo más tendiente al fortalecimiento de la conciencia de paz es la participación japonesa en diversas Organizaciones no Gubernamentales de Paz finalizó Michiko Tanaka. De vuelta al espacio latinoamericano Francisco Márquez piensa que la reflexión sobre las cuestiones teóricas previas al comienzo del diálogo intercultural, con la intención de pasar del modelo de pensamiento monocultural a otro intercultural, es el planteamiento base del análisis entre la comunicación intercultural y las identidades nacionales. El pensamiento autóctono guatemalteco y la herencia pluriétnica son puntos de encuentro para el ejercicio en la perspectiva intercultural, las perspectivas de una auténtica comunicación en el contexto de las diversas identidades nacionales. Los grupos étnicos han desarrollado formas específicas de cultura, formas propias de concebir el mundo, la naturaleza y los valores. Las nuevas condiciones han permitido el establecimiento de un diálogo nacional y el surgimiento de los indígenas como nuevos actores políticos, sin que esto esté libre de conflictos. Los acuerdos de paz, el neoliberalismo, los derechos humanos como corriente universal, el respeto al medio ambiente natural y la transición a la democracia, ofrece el marco para la comunicación intercultural. El resurgimiento de los nacionalismos y el movimiento hacia la comunidad global, permite plantear la pregunta que plantea si será posible el construir un espacio de diálogo que sintetice dicha polaridad en los ámbitos de la política la tecnología la ciencia y en general de la cultura. Reivindicar los particularicemos culturales abriéndose a las perspectivas planetarias. La emergencia del indígena ha patentizado los problemas de la identidad, el problema de la autonomía de las comunidades aborígenes, la noción de una sociedad multiétnica, la oficialización de las diversas lenguas y el derecho consuetudinario.

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El diálogo intercultural deberá conducir a la construcción de un nuevo modelo de sociedad que integre los esfuerzos de los diferentes grupos y segmentos de la nación hacia un desarrollo sostenible en el marco de una cultura de paz y democracia. El diálogo intercultural habla de la conversación intra y interpersonal. Representa un desafío a la comunicación entre culturas que manejan diferentes tipos de racionalidad, donde el "Otro" se constituye en objeto de interés e investigación. El diálogo intercultural es también un desafío hermenéutica que obliga a replantear nuestra teorías sobre la comprensión, y supone el desmontaje teórico de nuestras unilateralidades y establece un proceso de comunicación abierta que cancela las posiciones dogmáticas. En este sentido, las políticas gubernamentales en Latinoamérica han estado orientadas por la idea de uniformidad cultural generando la resistencia cultural de pueblos indígenas, que luchan por hacer sentir su presencia en el concierto de una humanidad libre y solidaria. Las condiciones para el diálogo cultural deben buscar los puntos de convergencia sin dominio de alguna u otra tradición cultural. Deben abrirse a las experiencias de las diversas culturas, renunciar a la absolutización de la cultura, mediante intercambios, contrastes, evitar el unilateralismo de paradigmas interpretativos, descentrar la reflexión cultural de todo centro dominante, abrir espacios compartidos que posibiliten la comprensión de la identidad de una cultura y buscar la universalidad cultural. Parece más claro ahora, afirmar que los valores democráticos de un pueblo solamente se pueden dar a través de una educación que privilegie la cultura del respeto a los Derechos humanos y se geste en la mente de quienes tienen históricamente la misión de salvaguardarlos como al resto de los miembros de la sociedad. Lo anterior ha pasado a formar parte de la normatividad constitucional dada la importancia y relevancia que posee. Rosa María Alvarez expuso que las metas en torno al mejoramiento económico y social, se enmarcan en el nacionalismo que busca la defensa de nuestra independencia económica y la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura. Por ello en la Convención sobre los Derechos de la Niñez, México se comprometió a hacer efectivos los derechos reconocidos y garantías reconocidos por ella: el derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento, el deber de padres, abuelos o tutores, para o preservar esos derechos y la obligación del estado de proveer lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio de sus derechos. Como culminación, la Ley Reglamentaria del artículo cuarto establece que se reglamente el derecho a la educación, para recibir una formación en el respeto, la dignidad y la igualdad de las personas, en la paz y la tolerancia y sobre todo, en la equidad, como el reconocimiento de la diversidad del otro para propiciar condiciones de mayor justicia e igualdad de oportunidades, tomando en cuenta la especificidad de cada persona. Esta ley también prevé mecanismos de participación democrática de los alumnos y alumnas como preparación

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ciudadana. Se prohibe la imposición de medidas disciplinarias contrarias a la dignidad, salud e integridad de las personas, el derecho a la salud, al descanso y al juego, al esparcimiento y a la libre participación en la cultura y las artes. El pasado primero de febrero del 2000, entró en vigor la Ley de los Derechos de las Niñas y Niños en el D.F., primera entidad federativa que establece una norma de éste tipo. Cabe señalar por otra parte , que los niños y niñas mexicanas enfrentan realidades que distan mucho de ser las ideales que éste marco prevé. La globalización de la economía, los movimientos migratorios derivados de la pobreza, la modificación de los patrones de autoridad en el hogar y otros factores, han transformado la dinámica y las relaciones de la familia donde se desarrollan niños y niñas. Este cambio de estructuras genera violencia que recae principalmente en mujeres y menores de edad que sufren de maltrato, abuso, violencia física o psicológica, negligencia, pobreza y desnutrición. Otros efectos negativos son el aumento de la población infantil que trabaja, con la consecuente deserción escolar, producto también de los problemas familiares. Es indispensable la creación de condiciones materiales que favorezcan el ambiente de estudio y sobre todo de una organización familiar con clima de afecto, apoyo, disciplina y responsabilidad. El programa sobre Asuntos de la Mujer el Niño y la Familia de la Comisión de Derechos Humanos, fue creado a tres años del nacimiento de ésta última. La necesidad de tutelar los derechos de las mujeres hizo necesaria la creación del programa para atender, desde una perspectiva de género, las quejas que las mujeres presentaran con motivo de la violación a sus derechos y en razón de su condición femenina. El respeto a los derechos humanos debe ser una forma de vida que las personas aprendan desde su más tierna infancia. Por otra parte existe una creciente conciencia de que las estrategias de prevención (Educación y Capacitación en Derechos Humanos) deben ser cada vez más utilizadas, tanto en atención como en recursos. Uno de los grandes desafíos de las sociedades latinoamericanas. La Declaración de Sevilla sobre la violencia a la que ya se ha hecho referencia, mencionó Azril Bacal es duda la síntesis contemporánea del conocimiento de todas las ciencias pertinentes, para entender qué tipo de seres somos frente al problema de la violencia. Los conocimientos parecen no ser garantía de inmunidad a ciertos elementos de la cultura popular. Aquello que se define como real, es real en sus consecuencias. Si creemos que la violencia humana es algo inexorable, un hecho natural o de origen divino, estamos condenados a reproducirlo, a defendernos agresivamente y violentamente ante cualquier ataque externo. De ahí la importancia de las definiciones conceptuales que forman parte de nuestro lenguaje como sucede con el concepto de raza. En el proceso de construcción de una cultura de paz es necesaria la apertura hacia diferentes grupos religiosos que trabajan por la misma causa. Kenneth

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Boulding en su libro “La Imagen" (ver Kenneth Boulding ."The image: Knowledge in life and society". Ann Arbor: University of Michigan Press, 1956. 176. p) y en relación al tema de la paz, nos habla de la definición de la realidad para determinar la conducta, de la imagen, que es más que una simple definición. Dicha imagen cubre nuestra presencia aquí, en este locus, hasta nuestra historia milenaria, fundamentalmente importante para poder cambiar y transformar. ¿Cómo abrir la nueva página de la historia y sustituir la cultura bélica, la del conflicto, la cultura neoliberal del consumismo, por una vida, de cultura y de Paz? El diálogo por la paz es el antídoto al fundamentalismo de cualquier tipo. Cuando los conflictos violentos se impregnan de sacralización las consecuencias son funestas. El trabajo de paz realizado con militares busca la modificación de sus posturas violentistas, y el trabajo con grupos indígenas representa un potencial invaluable para el trabajo por la paz en donde se destaca la generosidad de éstos últimos, a pesar de tantas injusticias cometidas contra ellos. El trabajo con los dueños del capital financiero parece ser uno de los retos más difíciles para el trabajo por la paz., a diferencia del trabajo con los movimientos populares con base obrera y campesina. La democratización de la globalidad debe incluir a las Naciones Unidas, e igualmente a nuestras relaciones y espacios. En el ámbito de la educación e investigación para la paz Nielsen de Paula y Pires expuso que, la Universidad de Brasilia ha efectuado importantes esfuerzos en este sentido, y abrió un campo nuevo en las ciencias sociales. Desde 1987 se desarrolla un programa que está publicado El Correo del INBECC, Instituto Brasileño de Educación Ciencia y Cultura de la Comisión Nacional de la UNESCO, y que en el segundo semestre de 1989 presentó la organización de la disciplina. La Universidad de Brasil fue la primera que colocó en el currículum otorgando créditos, una disciplina sobre estudios para la paz, que actualmente se administra en el Centro de Estudios Avanzados Multidisciplinarios. Se trata además de una disciplina que se imparte en todas la carreras de la Universidad. La principal preocupación se dirige a los conceptos mínimos de lo que significa la paz, saber que implica relaciones, y que éstas son conflictivas, que la idea no es aniquilar el conflicto, ya que es parte de la naturaleza humana, pero se agrega una definición positiva de paz en el sentido de utopía. La paz es una situación deseada por todos y tiene que construirse. La propuesta académica también incluye la necesidad de satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos, trabajo educación y salud así como las necesidades no materiales, como el derecho de ser aceptado por los grupos, no ser discriminado y el derecho a la integración.

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La idea consistió en crear un área y dividirla en otras disciplinas propias de los estudios de paz. Este año ya se cuenta con nuevas disciplinas: Ciudadanía Mundial, y Gobierno Global, Derechos Humanos, Paz y Comprensión Internacional, Desarme y Armamento, Teoría de las Relaciones Internacionales y Cultura Latinoamericana. Los alumnos están orientados para efectuar una reflexión sobre su quehacer profesional volcados todos hacia el problema de la paz. De los múltiples enfoques vertidos sobre la construcción de la paz, entendiendo a ésta como la seguridad que tenga el ciudadano en su trabajo, hay uno que sostiene que la manera concreta de lograrlo es a través de la estabilidad en el trabajo y del derecho que tenga para conseguirlo argumentó Clodomir Santos de Morais. Los problemas que la paz enfrenta están relacionados con el desempleo. Para muchos eso pasa desapercibido. El hecho de que mueran numerosas personas que migran tratando de conseguir trabajo no significa para ellos mucho. La paz está montada sobre el derecho que el hombre tiene al trabajo. Si tienen derecho a éste, tendrá derecho a la alimentación, a la educación, a la salud, al descanso etc. Si no se garantiza esto, se está hablando de la paz en abstracto. La frontera norte de México, la frontera colombiano-venezolana, la península de la Florida en Estados Unidos, la frontera del Brasil con Paraguay, las migraciones de africanos y balcánicos a los países de Comunidad Europea, los kurdos, iraníes, irquíes, jordanos, libaneses, palestinos, todos pertenecientes a países exsocialistas, luchan por la obtención de empleo. Lo mismo sucede con los migrantes yugoslavos en busca de trabajo en Francia y Alemania. Indonesia expulsó de una sola vez 4 millones de individuos hacia India, Bangladesh y Malasia, causando la muerte de muchísimas personas. Zimbabwe y África del Sur son países que tienen problemas con sus vecinos y buscan trabajo en ellos. Con Uganda, el Congo, Somalia y Etiopía sucede lo mismo. La globalización y el neoliberalismo no son más que manifestaciones inexorables del movimiento de la materia en su forma superior de organización, que es la sociedad humana. La globalización empezó hace ya mucho tiempo como resultado de la expansión de la economía mercantil, fenómeno inexorable de una economía que está montada sobre la propiedad privada y la división social del trabajo. La globalización existe a partir del momento en que aparecen los monopolios y entra en crisis el sistema capitalista con la manifestación de su nuevo carácter imperialista. Es inútil combatirla haciendo catarsis, protestando. Es indispensable reconocer la crisis del progreso técnico que se manifiesta en la expulsión de la gente quitándole el trabajo y en el empleo que se hace de la noción sobre el fin de la historia. Es una crisis laboral y ecológica.

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La solución se encuentra en la organización de las masas que tienen la capacidad de lograr sus transformaciones. El Movimiento de los Trabajadores sin Tierra en Brasil es el proyecto más brillante que el Instituto de Apoyo Técnico a los Países del Tercer Mundo (IATTERMUND) ha tenido hasta ahora. La idea fue organizar a los campesinos en forma de gran empresa, capaz de competir con la empresa capitalista y con las transnacionales. Son muchas empresas, sólo en Honduras hay más de 1200 empresas. En ellas se mantiene la conciencia organizativa de las masas, porque sin ellas no hay solución. La organización de los desempleados para que formen sus propias empresas y la ocupación de los espacios económicos que la empresa capitalista, hambrienta de tecnología va dejando, es fundamental. Esos espacios tienen que ser llenados por los desempleados. La forma en que IATTERMUND (Instituto de Apoyo Técnico al Tercer Mundo) lucha por la paz, es a través de la organización de las masas en forma de empresa que tiene muy clara la relación costo-beneficio. No es la búsqueda de la organización por la organización misma, es un proyecto que busca enfrentar las leyes de una economía vigente; la economía mercantil sea capitalista o socialista. Leyes que si equiparan y que exigen eficiencia. Para terminar con esta parte introductoria al presente libro se hará referencia a otro significado que puede obtenerse de la fábula expuesta al principio de esta sección. Recordarán los lectores que la langosta suplica a la lechuza la ayude con su problema. Esta, escucha el problema y prescribe el remedio. Ahí termina la relación. La lechuza no discutió la forma de realizar dicha prescripción, ni sus posibles efectos. Tampoco pareció comprender la dependencia de su asesorada, tampoco reconoció la transferencia en la relación. La lechuza simplemente ofreció una solución racional. El otro significado que ahora surge de la fábula se relaciona con la naturaleza de la relación entre el hombre de conocimiento, el experto, y a quienes ayuda (personas, grupos, organizaciones, comunidades, culturas, familias o países). Nuestra convicción, que coincide con la mayor parte de las contribuciones que siguen a continuación, es que el grado al cual el conocimiento puede utilizarse con efectividad depende de la naturaleza de la relación entre los promotores del cambio y las unidades sociales a quienes va dirigido, especialmente el dirigido a producir cambios sociales. En otras palabras no debe verse en la ciencia una panacea para la solución de todos lo problemas. Esta ingenua perspectiva tecnocrática soslaya la importancia de la relación existencial entre el hombre de conocimiento y el sistema humano al que apoya. Se está ahora en mejor posición para expresar de manera sucinta la naturaleza del presente libro. Tal vez el énfasis principal esté sobre el proceso de cambio y cómo deberá planearse, implantarse, evaluarse, mantenerse y las resistencias que genera. El proceso conduce dada su enorme amplitud, a otros campos de conocimiento tales como, la paz y la seguridad que articulan en el caso presente, otras tantas áreas de conocimiento tales como la economía, la política, el derecho las relaciones internacionales, el gobierno, los estudios de género, la violencia social, las cuestiones agrarias y medio ambientales, el papel de las fuerzas armadas, los derechos humanos, el trabajo, la ciencia y el humanismo, la cultura, la educación, por mencionar las más importantes.

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Lo anterior, mostró las líneas principales y volumen.

la importancia del presente

LIBRO DEL SEMINARIO LATINOAMERICANO SOBRE "RESOLUCIÓN NOVIOLENTA DE CONFLICTOS EN SOCIEDADES INDÍGENAS Y MINORÍAS", ORGANIZADO POR EL CONSEJO LATINOAMERICANO DE INVESTIGACION PARA LA PAZ (CLAIP) / IPRA, FUNDACIÓN IPRA Y EL CENTRO REGIONAL DE INVESTIGACIONES MULTIDISCIPLINARIAS/CRIM UNAM, EL COLEGIO DE TLAXCALA Y LA FUNDACIÓN BÖLL

RESOLUCIÓN NOVIOLENTA DE CONFLICTOS ENTRE MINORÍAS Y GRUPOS ÉTNICOS ÚRSULA OSWALD SPRING (ED.)

CRIM-UNAM, UAEM, COLTLAX, CLAIP, FUNDACIÓN IPRA, FUNDACIÓN BÖLL

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ÌNDICE Úrsula Oswald Spring ALGUNOS COMENTARIOS INTRODUCTORIOS Parte I: Reflexiones y prácticas de la conciliación noviolenta de conflictos Rigoberta Menchú CULTURAS INDÌGENAS, COSMOVISIÓN Y FUTURO Rodolfo Stavenhagen CONCILIACIÓN DE CONFLICTOS Y DERECHOS HUMANOS EN COMUNIDADES INDÍGENAS Iván Gaitán RESISTENCIA CIVIL INDIGENA EN ZONAS DE CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA Judith Martínez Cuevas LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y LA RECONQUISTA A TRAVÉS DE LA CULTURA Diana de la Rúa PUEBLOS ORIGINARIOS Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS Camil Girard ACERCAMIENTO HISTÓRICO A LOS PUEBLOS AUTÓCTONOS EN CANADÁ: TERRITORIO Y AUTONOMÍA GUBERNAMENTAL DE LOS INNÚS MONTAÑESES DEL NORDESTE DE QUEBEC DESDE 1603 A NUESTROS DÍAS Luís Correa ESTADO DE DERECHO, DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS INDÍGENAS Lorenzo Armendáriz EL PROCESO ORGANIZATIVO DEL PUEBLO ROM DE AMÉRICA: UN CAMINO PARA SER VISIBLES

Claudia Rojas KRISS ROMANÍ: SISTEMA JURÍDICO TRANSNACIONAL Y DESTERRITORIALIZADO DEL PUEBLO ROM Howard Richard y Joanna Schwager OTRO MUNDO ES POSIBLE: INTRODUCCIÓN A UNA METODOLOGÍA DE LA ESPERANZA Y PROPUESTA DE UN CAMBIO DE PARADIGMA Parte II: Conflictos agrarios, minorías y género en la resolución de los conflictos 76

Oscar Rojas PACIFICACION Y READECUACION PRODUCTITVA COMUNERA EN LA ZONA ALTA DE AYUCUCHO, PERÚ Fernando Vela GOBERNABILIDAD PARTICIPATIVA PARA LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS Úrsula Oswald VIOLENCIA, GÉNERO, CONFLICTOS AGRARIOS Y SU CONCILIACIÓN EN MÉXICO Plutarco Emilo García CONFLICTOS AGRARIOS Y PUEBLOS INDIOS DE LA CONTRARREFORMA AGRARIA A LOS LLAMADOS FOCOS ROJOS Laura Collín CONFLICTOS EN COMUNIDADES INDÍGENAS Y NECESIDAD DE INVESTIGACIÓN Eréndira Serrano Oswald GÉNERO, MIGRACIÓN Y PAZ: INCURSIONES A UNA PROBLEMÁTICA DESDE UNA PERSPECTIVA MULTIDIMENSIONAL E INCLUYENTE M. Lucero Jiménez Guzmán LA NEGOCIACIÓN EN LOS ESPACIOS ÍNTIMOS, RELACIONES DE PAREJA DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO. LA SEXUALIDAD M. Angel Calvo, Mario Salinas Sosa y Enrique Lucero Enríquez SOLUCIÓN NOVIOLENTA DE CONFLICTOS DE MINORÍAS EN EL ESPACIO CARCELARIO Parte III: Experiencias concretas de resolver conflictos socioeconómicos y culturales Vielka Pitti Obando ALTERNATIVAS DE APLICACIÓN DEL CONVENIO 169 DE LA OIT. EN COSTA RICA Alejandro Chao REDES COMUNITARIAS INDÍGENAS Y CAMPESINAS DE AUTOSUFICIENCIA Y SEGURIDAD SOCIAL. UNA POSIBILIDAD DE SOLUCIÓN NO VIOLENTA EN LOS CONFLICTOS EN LAS SOCIEDADES INDÍGENAS Y CAMPESINAS DE AMÉRICA LATINA Eliezbel Fonseca

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EL EMPLEO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN COMO ALTERNATIVA PARA LA EDUCACIÓN EN LAS ZONAS RURALES EN CUBA Adalberto Savignón DOS PROCESOS QUE CONFLUYEN EN UNO: DESARROLLO REGIONAL Y SOLUCIÓN DE CONFLICTOS Félix Cadena Barquín ECONOMÍA DE SOLIDARIDAD Y DESARROLLO MICRO REGIONAL ENDÓGENO: UNA ESTRATEGIA EMANCIPADORA, PARA SUPERAR CONFLICTOS ESTRUCTURALES Andrés Thomas Conteris ÉXITOS Y DESAFÍOS DE LA NOVIOLENCIA ACTIVA, CREATIVA Y MILITANTE EN LUCHAS DE COMUNIDADES INDÍGENAS Y MOVIMIENTOS POPULARES EN LAS AMÉRICAS Pietro Armeglio LA DEFENSA NIVIOLENTA DE UNA CIUDAD CONTRA LAS MEGATIENDAS COSTCO-COMERCIAL MEXICANA Néstor Ruis LOS JUEGOS DE COOPERACIÓN COMO ALTERNATIVA PARA INTEGRAR MENORES EN GRUPOS DE RIESGO Y/O SITUACIÓN DE DESVENTAJA SOCIAL A LA ESCUELA Y VIDA COMUNITARIA Miriam Muller RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS MULTIÉTNICOS Y MULTICULTURALES EN ÁMBITOS URBANOS Carlos Bouquet y María Cristina Florez ¿ES POSIBLE EDUCAR PARA LA PAZ, ...? LAS DOS CULTURAS Betina Stipelman DE LA MEDIACIÓN A LA TERAPIA Maribel Ríos Everardo EL TEMAZCAL. UNA TERAPEÚTICA ALTERNATIVA EN LAS RELACIONES SOCIALES

ALGUNOS APUNTES CONCLUSIVOS Úrsula Oswald Spring

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PREFACIO Y CONSTITUCION DE YAUTEPEC COMO CIUDAD DE LA PAZ Agustín Alonso Mendoza∗ Cuando a nuestro municipio de Yautepec -uno de los 33 del estado de Morelos, una entidad de nuestro país y que pertenece a nuestra América Latina- se le invitó a participar en la organización del Simposio sobre la Resolución Noviolenta de Conflictos en Sociedades Indígenas de América Latina, se hizo un compromiso internacional para caminar a favor de la paz. Escoger el municipio de Yautepec para llevar a cabo este encuentro trascendental, es un gran honor, a la vez que un compromiso profundo que compromete a todos sus ciudadanos. Damos gracias a todos ustedes en lo personal, así como a las instituciones que representan; forman parte de este evento y están presentes. Es indudable que su esfuerzo dejará una huella importante en uno de los anhelos fundamentales de la humanidad: la paz. Gracias por haber escogido esta patria chica, pequeño rincón de nuestro continente latinoamericano. Agradecemos además que Yautepec vuelva a ser sede y testigo de la consolidación y organización de los investigadores y educadores para la paz en América Latina. En 1977, en Oaxtepec, también municipio de Yautepec, se celebró el Congreso Internacional de Investigación para la Paz (IPRA) -con la concurrencia de la UNESCO y nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)- y se inició esta tarea noble y este reto humanizador. Eran tiempos difíciles en América Latina, sacudida por golpes militares, represiones, etnocidios y genocidios. Cientos de investigadores, preocupados por la paz, se habían refugiado en México para escapar de las dictaduras militares sanguinarias en sus países de origen y decidieron unir sus esfuerzos para garantizar a todo el subcontinente nuevas condiciones pacíficas de convivencia humana. En este contexto difícil se originó el nacimiento del Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz (CLAIP). Ahora, 27 años más tarde e iniciado un nuevo milenio, este organismo internacional regresa a nuestras tierras, aunque esta vez a la cabecera municipal. Son ahora tiempos diferentes, los problemas no se han hecho más pequeños, pero los retos se han globalizado. Hoy, el mundo entero se ve amenazado en las raíces mismas de la especie humana y de su obra civilizatoria no sólo por el terrorismo y las guerras preventivas (supuestamente para combatirlo), que apenas disfrazan intereses geopolíticos neocoloniales, sino dentro de un contexto de creciente violencia económica, social, ambiental y cultural, resultado de una globalización excluyente, que pone en jaque al mundo entero y cuestiona su proyecto humanizador. En otras distancias, producto de las nuevas tecnologías en comunicación donde estas distancias se acortan y, a la vez, se alargan por la falta de interlocución, en circunstancias siempre nuevas, diferentes y cada vez más ∗

Presidente Constitucional del Municipio de Yautepec, Morelos, 2003-2006

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complejas, nuestro municipio se convierte en promotor, organizador y actor de este nuevo esfuerzo a favor de la paz. Se trata de un esfuerzo genuinamente latinoamericano, compartido con buena fe y esperanza, que nombra a esta su casa, al municipio de Yautepec, Morelos, Ciudad de la Paz. Una paz que debería ser patrimonio de la humanidad, como regla y norma y no como excepción, mucho menos como concesión. A esta paz deberíamos abrirle las puertas de par en par, sin condición alguna, uniendo todas nuestras fuerzas. Las llaves de la paz las podemos y las debemos portar todos para sumarnos solidariamente frente a aquellos que se nieguen o se opongan a este derecho básico, consagrado a niños, mujeres, hombres y ancianos del mundo entero. Hagamos para ellos desde cualquier trinchera, el mejor de nuestros esfuerzos a favor de la paz; esfuerzos que se traslucen en la forma cómo nos expresamos, pero sobre todo cómo nos comportamos en nuestros respectivos núcleos familiares. Desde ahí estos esfuerzos se extienden y abarcan a las empresas, a los gobiernos de todos los niveles y se convierten en el núcleo más importante de paz en cualquier sociedad de cualquier lugar y de cualquier cultura. A nombre del Cabildo Municipal que me honra representar, a nombre de los yautepequenses nacidos y avecindados, sean ustedes cordialmente bienvenidos a la Ciudad de la Paz. Después de haber verificado el quórum legal, permítanme declarar como recinto oficial el auditorio “Teocalli” de la Calle La Habana, número siete del Barrio de Ixtlahuacan, Municipio de Yautepec, para llevar a cabo una Sesión Extraordinaria Pública y Solemne de Cabildo: “Señores y señoras representantes de Austria, Inglaterra, Suiza, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Brasil, Chile, Perú, Colombia, Nicaragua, Cuba, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala, Argentina, Uruguay y México, asistentes al Simposio Internacional sobre Resolución Noviolenta de Conflictos en Sociedades Indígenas de América Latina. Para el pueblo de Yautepec y el estado de Morelos es un gran honor que nuestro territorio haya sido escogido por los organizadores de este trascendental simposio, para llegar a alternativas pacíficas de resolución de conflictos en nuestra América Latina. La presencia de todos ustedes confirma el significado que la paz tiene para ustedes, América Latina y el mundo. Constituye una demostración palpable de que en este nuevo milenio, es posible aliviar las heridas, establecer la concordia y cooperar con las causas comunes de los pueblos indígenas de toda América. Hoy es un día de celebración para Yautepec; nos alegra que el dialogo, la razón y la justicia prevalezcan en las comunidades indígenas que son entrañables para todos nosotros. La presencia de ustedes significa voluntad para crear nuevos estadios en el proceso de la construcción de la paz, al abrir oportunidades, abandonar incertidumbre y desterrar la violencia.

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La energía constructiva y pacífica de los pueblos representa la riqueza más grande con que cuentan las naciones. Significa además que la paz se convierte en justicia, en libertad y en democracia. Gracias, por venir a Yautepec. Por su alto mandato, el pueblo de Yautepec, en mi representación como Presidente Municipal, los declaro en esta Sesión Extraordinaria y Solemne de Cabildo, Huéspedes Distinguidos, Viajeros y Portadores de la Paz en el Mundo. Asimismo les entregamos las llaves de la desde ahora Ciudad de la Paz “Yautepec” a todos los participantes y asistentes al Simposio Internacional sobre Resolución Noviolenta de Conflictos en Sociedades Indígenas en América Latina. ¡Con el orgullo de ser…Yautepec!” Yautepec, Morelos, 29 de Marzo de 2004

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ALGUNOS COMENTARIOS INTRODUCTORIOS Úrsula Oswald S.∗ Frente a una inseguridad cada vez mayor en la convivencia humana y en otros ámbitos de la vida, lo que incluye las perspectivas futuras, es conveniente reflexionar de manera multidisciplinaria acerca de alternativas menos violentas. La vida de los pueblos, etnias, naciones y civilizaciones se ha visto sometido a procesos de globalización que rebasan el ámbito económico y se entrometen en los procesos culturales. Aunque han tenido repercusiones mundiales (Calva, 2003), han incidido mayormente entre las sociedades en los países en desarrollo y entre grupos indígenas y campesinos (García, 2004). Por lo mismo han agravado el rezago histórico existente y están afectando la supervivencia misma de estas comunidades (Oswald, 1991). Los datos mundiales y regionales publicados en relación con de la precariedad de las condiciones de vida de los grupos étnicos (PNUD: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, BM: Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional: FMI, Comisión Económica y Política de América Latina: CEPAL), informan de sólo una parte de la situación dramática a la cual están expuestos estos grupos sociales. No hacen distinción de las diferencias dentro de una familia, donde los niños (Comisión de Naciones unidas para la Infancia: UNICEF, en inglés) y las mujeres (Programa de Naciones Unidas para las Mujeres: UNFPA, en inglés) llevan la mayor desventaja, ni tampoco entre regiones y grupos sociales (PNUD, CEPAL). Los datos tampoco mencionan la violencia existente, donde precisamente las personas más pobres se ven expuestas con mayor frecuencia a actos de vejación. Un informe del Banco Mundial (1998) encontró una correlación positiva entre crisis en América Latina y aumento del crimen y de la inseguridad pública: el desempleo, la migración, las actividades informales e ilegales obligan a las unidades familiares a correr riesgos que no existen en los países desarrollados, donde por lo menos un seguro de desempleo y de vejez mitiga la pobreza extrema. Todos estos problemas han sido documentados, aunque los datos estadísticos no muestran las angustias diarias de las madres que no pueden ofrecer un alimento sano a sus hijos que lloran de hambre; ni tampoco a los jóvenes en zonas de conflictos que tienen que huir de las autoridades, los paramilitares y los guerrilleros para no ser asesinados o reclutados como soldados, frecuentemente como combatientes niños. Las Naciones Unidas establecieron en el año 2000 el programa Milenio, donde se proponen metas para superar los rezagos más importante en el año 2015. Sin embargo, los 50 mil millones, una treceava parte del gasto militar anual de 2004, no ha podido ser recaudado y la situación se sigue agravando. A pesar de que existen consensos de que los gastos militares generan violencia (Richard, 2004; Pérez Esquivel, 2004), destrucción (Irak, Afganistán), hambre (Sahel, Cuerno de África, Bangladesh) e inseguridad, la visión hegemónica de la superpotencia pretende combatir el terrorismo mediante Profesora-investigadora del CRIM de la UNAM y de El Colegio de Tlaxcala, Secretaria General del CLAIP ∗

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guerras preventivas y destrucción de naciones pertenecientes supuestamente al “eje del mal”. Este sistema autoritario y hegemónico crea además procesos de incivilidad, discriminación, genocidio (Irak, Afganistán) y abuso contra los derechos humanos entre amplias poblaciones en el mundo (Guantánamo). Tampoco han traído seguridad a la población civil (CIA, 2000:50), por el contrario, naciones ajenas a los grandes intereses se vieron forzadas moralmente a apoyar la llamada lucha antiterrorista y ahora se encuentran más vulnerables (Italia, España, Australia, El Salvador, Honduras). A su tiempo, los especialistas calculan que un ataque por armas de destrucción masiva es menos probable que actos con armas más sencillas, explosivos y objetos civiles (CIA, 2000:58). Esta situación no es propia del momento histórico presente. Las estrategias diseñadas después de la II Guerra Mundial y reflejadas en la Carta de los Derechos Universales del Hombre -elaborado por las Naciones Unidas y signado por más de 190 países soberanos- no han podido contrarrestar los abusos, reducir la pobreza, ni tampoco las conflagraciones bélicas. Medio siglo más tarde, el hecho de que sólo en el año 2003 se hayan dado 31 conflictos armados en 30 países, de los cuales 27 datan de más de una década y cuyo 80% son conflictos internos, muestran límites a la política mundial de disuasión, encauzamiento constructivo y prevención de conflictos. La ilusión de una seguridad, basada en el poderío militar, armas de destrucción masivas y guerras preventivas, no sólo involucró injustamente a un pueblo en una conflagración militar, donde la población civil aportó la mayoría de los muertos y heridos, sino que los enfrentamientos posteriores a la declaración oficial del fin de la guerra y a haber apresado a Saddam Hussein, muestran que no es mediante la guerra donde se pueden resolver los problemas del terrorismo. Los aumentos en los actos terroristas en todo el mundo, pero en particular en Irak, son una muestra fehaciente de que la violencia engendra mayor violencia y resentimientos; que sólo mediante la conciliación noviolenta se pueden erradicar las raíces de los conflictos armados. Al contrario, las guerras preventivas y las intervenciones armadas en países del sur aumentan los resentimientos, además de agudizar las relaciones de injusticia, porque trastornan la vida cotidiana de millones de seres humanos, totalmente ajenos a los intereses geopolíticos de una y otra parte involucrados en los enfrentamientos. Además, el fin de la guerra fría y de la división entre Este-Oeste mostró además con mayor crueldad las diferencias entre Norte-Sur, y en el Sur entre clases sociales, grupos étnicos y regiones urbanas desarrolladas y rurales retrasadas. América Latina se ha convertido en el campeón de la desigualdad social, fenómeno que ha gestado diversos conflictos étnicos en la región. Pero es también la raíz de los movimientos migratorios internos y externos de campesinos que buscan mejores condiciones de vida en las ciudades y el extranjero, aun a costa de arriesgar su vida en un cruce ilegal. Por último, la diversidad ambiental de la región está cada vez más amenazada por los procesos de modernización, emisiones de tóxicos, urbanizaciones caóticas, migrantes asentados en terrenos de altos riesgos, territorios con

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vocación agrícola transformados en junglas de asfalto suburbanas y complejos industriales y tala inmoderada de bosques y selvas, que evitan la purificación del aire y la generación de agua. El conjunto de los procesos mencionados generó en toda América Latina una creciente inseguridad humana y ambiental, agravada por el incremento en el crimen organizado, vinculado al tráfico de drogas, asaltos, robos, secuestros y otras actividades ilegales, en manos de bandas transnacionales pertenecientes al crimen organizado. Ante este panorama aterrador, las expectativas de vida para millones de jóvenes se ven truncado por el aumento del desempleo, la pérdida de la seguridad social, la violencia en el trabajo y en las calles. En los países desarrollados la soledad y las perspectivas huecas de una sociedad de consumo han incidido en el aumento de personas depresivas, ancianos abandonados en asilos, y suicidios. La globalización, lejos de ofrecer un mundo más justo, participativo y agradable, se está convirtiendo en un espejismo de la violencia intrafamiliar, en las calles, en el trabajo, en la economía y en la vida diaria de la mayoría de las personas del mundo. Ha resultado poco eficiente para resolver las penurias del conjunto de la sociedad humana y tampoco ha permitido a las élites de disfrutar sus bienes acumulados, dado que la inseguridad, los secuestros y la violencia han permeado todo el tejido social. Surge entonces una preocupación general: buscar vías alternativas que revierten estos procesos de deterioro global. Por una parte, se ha desarrollado un nuevo concepto de seguridad que suplanta el modelo basado en el equilibrio frágil de las armas de destrucción masiva y el terror del más fuerte. Incluye una seguridad humana (UNDP, 1994; FAO, 1996) donde se garantiza el acceso seguro y permanente a la alimentación, al trabajo y a la toma de decisiones democráticas. Este concepto se ve complementado por una seguridad de género (Shiva, 1993; Mies, 1998; von Werlhof, 1983; Stavenhagen, 2003), donde las mujeres, grupos étnicos y minorías diversas obtendrán los mismos salarios por trabajos iguales y el derecho de participar en igualdad de circunstancias en la vida pública, privada y familiar. El tercer elemento se refiere a la seguridad ambiental (Brauch et al., 2003; Homer-Dixon, 1999; Brundtland Comission, 1987) que abarca desde medidas preventivas hasta procesos de mitigamiento y de recuperación del entorno natural. Existe un amplio consenso entre diversos especialistas, independiente de su posición ideológica o política, que no sólo en el ámbito natural, sino también en el social, las medidas preventivas son económicamente más baratas, pero sobre todo impiden el sufrimiento humano, la muerte precoz de personas y la destrucción del patrimonio natural. Desarrollar una cultura de prevención de riesgos (Beck 1998; 2001; Beck y Beck-Gernsheim, 1998; Giddens, 1991) ambientales (PNUMA, 1994; Brauch, 2003), sociales (PNUD, Saviñón), culturales (UNESCO, 1999; Arizpe, 1993) y políticos (Giddens, op. cit., Habermas, 1998) caracterizará a la sociedad posmoderna. Las amenazas ambientales se deberían combatir en diferentes escalas, de acuerdo con los alcances y sus orígenes. Ante el calentamiento global y el cambio climático, el hoyo de ozono y otros fenómenos globales, se han desarrollado convenios y protocolos que deberían obligar a todas las naciones a emprender esfuerzos para reducir sus emisiones y mitigar los daños

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causados. En la escala nacional y regional se requiere de reglamentos y normas que garanticen aire puro, agua limpia y alimentos sanos para toda la población. Finalmente, en el ámbito local es necesario confinar la basura, crear una nueva cultura ambiental y de manejo integral de la vida, con el fin de mejorar la calidad de todos los habitantes, prevenir posibles accidentes, crímenes y desastres naturales, mediante culturas de paz (Salinas y Oswald, 2003) y de prevención de riesgos, de acuerdo con los niveles de peligros y los ámbitos de competencia. No obstante, estas nuevas culturas preventivas, conscientes de los riesgos múltiples (Beck, 1998; Giddens, 1991), se dificultan dado el dramático deterioro de la situación socioeconómica en el Tercer Mundo, en América Latina, en México y entre los grupos indígenas y campesinos, donde particularmente los jóvenes y ancianos se convierten en víctimas de un modelo de globalización excluyente (Calva, Lopezllera y Cordero, 2003). Los altos subsidios de los países de la OECD (Organización Económica y de Desarrollo, 301 mil millones de dólares en 2002) impiden a América Latina competir en igualdad de circunstancia con los países industrializados. Los convenios bilaterales y los tratados de libre comercio se convierten en falacia para la mayoría de la población, al beneficiar sobre todo a las empresas transnacionales y a los empresarios relacionados con estos conjuntos financieros, productivos y comerciales mundiales. Particularmente dañinos a la población vulnerable en el campo son los subsidios de los Estados Unidos en el sector agrícola, la llamada “farm bill”. Impiden competir en condiciones de equidad: el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es un ejemplo para entender las relaciones desiguales entre Norte-Sur. Las repercusiones complejas en el sector agrario mexicano ha aliado a productores de todo el país en un movimiento llamado “el campo no aguanta más”, donde se exponen las condiciones desiguales e injustas de la competencia internacional, a la vez que se discuten estrategias para reforzar la soberanía alimentaria de México, crear empleos en el medio rural y propiciar un desarrollo sustentable, más allá de las llamadas ventajas comparativas que aplican sólo en el corto plazo y donde los costos sociales, políticos y ambientales son considerados como externalidades (Pérez, 2002). El conjunto de estos procesos ha repercutido hondamente en la calidad de vida de los habitantes en América Latina. El subcontinente ha quedado rezagado en términos socioeconómicos y la CEPAL (2003) habla ya de dos décadas perdidas. Particularmente empobrecidos están los grupos indígenas en zonas urbanas y rurales; pero tampoco se ha podido reducir la diferencia entre clases sociales, donde la riqueza se sigue concentrando en un grupo cada vez más pequeño, pero crecientemente más rico. Por último, a pesar del voto femenino, la misoginia y discriminación de género en América Latina siguen presentes e impiden a los países de la región renovar sus ideas políticas, sociales y culturales, al excluir la creatividad femenina en la vida pública.

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Al ordenar este horizonte contemporáneo de viejos y nuevos problemas, surgen nuevos fenómenos de articulación, poco tratados en los textos de la economía política de nuestro subcontinente, ni tampoco referidos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se trata de la consolidación de los movimientos sociales que parecen tener como fuente de movilización tres corrientes político-sociales: las comunidades eclesiales de base vinculadas a la teología de la liberación; los movimientos indígenas, portadores de una cosmovisión que integra la comunidad humana con la naturaleza; y los procesos revolucionarios surgidos a partir del guevarismo, donde se promovía el cambio hacia una sociedad socialista mediante la transformación revolucionaria de la sociedad. A partir de los años noventa, se dio un proceso particularmente rico como resultado del mestizaje de las tres corrientes mencionadas. Constituye en la actualidad las bases ideológicas de los movimientos sociales e indígenas del subcontinente. Mediante movilizaciones masivas y la reivindicación de lo indígena y lo pobre, han obligado a los presidentes de Ecuador, Argentina, Paraguay, Perú, Brasil y Bolivia a dimitir. Al presentar una crítica más articulada frente al neoliberalismo, han incidido también en el combate a la corrupción en nuestros países. También, han frenado los procesos de privatización en el subcontinente, donde las ganancias rápidas, a veces relacionadas con corruptelas por parte de empresas transnacionales, han cuestionado el modelo entero de desarrollo promovido por el “Consenso de Washington”. Estas movilizaciones son también el resultado de las estructuras poco sólidas de nuestras instituciones políticas y socioeconómicas, acotadas por las imposiciones del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial. Se vieron agravadas por fraudes en privatizaciones y rescates bancarios, falta de transparencia en el ejercicio presupuestal de los tres niveles de gobierno y prácticas políticas improvisadas. El conjunto de estos factores ha orillado a los sectores populares e indígenas a organizarse más allá de los partidos políticos, los sindicatos y las organizaciones promovidas en el ámbito cupular. Estos movimientos se han alejado cada vez más de visiones estadocéntricos, y la creatividad en su lucha ha permitido introducir cambios profundos en el modo de ejercer el poder, el acceso a los recursos naturales (particularmente la tierra y el agua) y la visión sobre la soberanía de los países, de sus regiones y de sus culturas ancestrales. El caso más exitoso es sin duda alguna el Movimiento sin Tierra (MST, 2004) en Brasil, que agrupa a más de un millón de campesinos depauperados, quienes han recuperado tierras ociosas en manos de terratenientes. Se han organizado en cooperativas rurales y hoy día cuentan con la capacidad de abastecer el país más grande del subcontinente con cinco productos agrícolas de alta calidad. Asimismo, han creado escuelas primarias, secundarias, normales, tecnológicas y una universidad campesina, donde están formando miembros y profesionales en la metodología de educación participativa, promovida por Paulo Freire. Al evitar que sus agremiados salgan fuera del país para sus estudios superiores, han formado profesionales capaces de entender la compleja realidad en la cual están inmersos, sin perder la sensibilidad de encontrar soluciones sui generis a la desesperante realidad en que viven, y mejorar sus condiciones de vida y su quehacer político.

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No sólo en Brasil, sino en todo el subcontinente latinoamericano se están gestando nuevos movimientos y pensamientos para enfrentar la globalización excluyente. No es casualidad que el Foro Social Mundial se ha ya iniciado en América Latina y en Porto Alegre, como sede de los primeros tres años, la que ha participado activamente en la consolidación de alternativas, al promover el presupuesto participativo entre su población. Es una de las pocas ciudades en el subcontinente donde se ha mejorado la calidad de vida, y donde el caótico proceso de urbanización ha encontrado cauces de orden. En las últimas dos décadas también se han generado procesos interesantes de resolución de conflictos, y un alto número de países en el área ha cambiado los regímenes militares por gobiernos más democráticos. A pesar de este avance sociopolítico, la región sigue sumida en severas dificultades socioeconómicas y el crimen organizado, relacionado con el narcotráfico y el consumo de drogas, está afectando incluso la seguridad en los hogares. Ante los factores complejos expuestos, el presente volumen intenta estudiar de manera comparativa las experiencias empíricas indígenas, populares y de otras minorías, que ayudan a fomentar los procesos de resolución de controversias y los mecanismos que encaucen los conflictos hacia una solución noviolenta. Surge a raíz de un simposium, organizado entre el 29 y 31 de marzo de 2004 en Yautepec, Morelos, donde participaron grupos étnicos de todo el continente americano, minorías como el pueblo rom, mejor conocido como gitano, minorías religiosas y también mujeres. En un espacio abierto y de diálogo respetuoso se lograron ciertas coincidencias e inicios de conclusiones que se expresarán al final del libro. La publicación quedará siempre en deuda con los participantes, cuya rica discusión y la convivencia pacífica en un entorno natural no puede ser compilada en un libro. A pesar de estas limitaciones, se espera que el presente volumen apoye las reflexiones sobre el encauzamiento de los conflictos, de modo que ninguna minoría se vea afectada y que el conjunto de la sociedad pueda aprender de las experiencias de los otros.

ORGANIZACIÓN DEL LIBRO El volumen se divide en tres secciones. La primera está dedicada a la reflexión más teórica del acercamiento a las prácticas de solución de conflictos entre las comunidades indígenas, la gestación de paz, su cosmovisión y el impacto del desarrollo regional en los procesos de convivencia diaria. La segunda parte analiza experiencias concretas que permitieron en lo económico, lo social y lo legal a resolver conflictos dentro de un marco del estado de derecho y los derechos humanos. No cabe duda de que gran parte de la conflictividad de nuestras naciones está relacionado con el modelo de desarrollo impulsado desde el “Consenso de Washington”, donde los intereses de ciertas élites nacionales, aliadas con las multinacionales, han creado severa pobreza, destrucción ambiental y discriminación entre grupos étnicos y de género. Esta

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problemática se hace directamente patente en el medio rural, donde las condiciones de vida y de reproducción se han transformado sustancialmente a partir del avance de la globalización y los tratados de libre comercio, y donde los sectores sociales más vulnerables se están enfrentando a condiciones tan severas que se ve amenazan su misma supervivencia. Finalmente, la tercera parte del libro analiza algunas experiencias concretas que permitieron en lo económico, lo social y lo legal resolver conflictos dentro de un marco del estado de derecho y con respecto a los derechos humanos. Estas respuestas prácticas se han desarrollado a lo largo de los años, caracterizadas por dictaduras militares, represiones, terrorismo de Estado y guerras de baja intensidad. Ideológicamente fueron enmarcadas por la guerra fría y la confrontación entre capitalismo y comunismo. La represión aguda resultante dejó en el subcontinente etnocidios y represión selectiva, como métodos para acallar a los pueblos indígenas, sus líderes y los intelectuales solidarios. Las víctimas de esta violencia física y estructural han recibido o desarrollado terapias, capaces de superar los traumas sufridos. Algunas de estas experiencias datan desde los tiempos prehispánicos, otras han evolucionado con las prácticas de los psicoterapeutas y comunicólogos modernos y algunas más son resultado de métodos directos de conciliación de conflictos. Por último, algunas reflexiones conclusivas sistematizan las ricas discusiones entre los participantes y resaltan las ideas más sobresalientes que se presentaron a lo largo del simposio. La primer parte se inicia con las reflexiones de Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz. Resalta la visión del mundo indígena enraizada en su cosmovisión. Como embajadora mundial de la paz muestra que los pueblos indígenas no han sido los protagonistas de la violencia, por el contrario, en sus comunidades ha siempre prevalecido la prevención de los conflictos y los delitos, gracias a la educación comunitaria, encargada a los abuelos y los padres de los niños indígenas. En cambio la jurisprudencia occidental sólo persigue los delitos cometidos, cuando el daño ya es causado y no hace hincapié en la prevención global. Denuncia que las políticas de Estado frente a los pueblos indígenas han sido en el mejor de los casos ajenas a sus demandas, aunque en el pasado se había dado mucha agresión que frecuentemente terminaba en etnocidio. A pesar de esta historia conflictiva, la embajadora de la paz está firmemente convencida de que los nuevos tiempos de la globalización han creado condiciones mundiales de mayor colaboración y respeto. Hace énfasis en la cosmovisión indígena que parte de los tiempos sagrados, donde se construyen los símbolos del tiempo que dan identidad a los pueblos indígenas. Gracias a su manera de ver el mundo se genera una sabiduría en la práctica, afianzada por la espiritualidad. Ello permite superar las energías negativas y participa con otros pueblos en un mundo que potencializa la conjunción de las energías positivas. Afirma que los pueblos indígenas no son pobres, como se indica en las estadísticas nacionales e internacionales, dado que cuentan con su familia, sus tierras, su comunidad, su entorno y su naturaleza, así como su riqueza cultural, de donde surgen los códigos de conducta colectiva y los compromisos de vivir en armonía con los demás, la

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naturaleza y consigo mismo. Termina diciendo que se está gestando un nuevo modelo de educación entre las comunidades indígenas de Mesoamérica, donde se invita a todos los otros pueblos a participar y compartir su riqueza cultural y su cosmovisión, con pleno respeto a la pluralidad y diversidad. Siguen las reflexiones de Rodolfo Stavenhagen en su calidad de Relator para las Naciones Unidas de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas. Postula que la prevención de los conflictos es imposible, dado que el conflicto es el motor de las actividades humanas. Como resultado de su experiencia en misiones oficiales en múltiples países de América insiste que no es posible recomendar recetas para resolver sus conflictos a los gobiernos y grupos étnicos, y que cada país y sector social tendría que explorar sus vías propias para encontrar una convivencia más armónica. Particularmente negativas pueden ser las recomendaciones de los “comerciantes” de la conciliación, quienes mediante mecanismos de mercadotecnia tratan de vender sus metodologías, frecuentemente ajenas a los problemas planteados. Compara en su intervención los diversos procesos de paz que se han llevado a cabo en Centroamérica, México, Canadá y, particularmente, en Colombia. La violencia manifiesta en este último país, está obligando a los pueblos indígenas a involucrarse directamente en el conflicto armado, aunque éste sea ajeno a sus intereses y donde sólo pueden perder su vida, sus recursos naturales y su paz. No obstante, las condiciones de los enfrentamientos entre militares, paramilitares, narcotraficantes y guerrilleros en sus territorios, los hace víctimas de atrocidades, masacres, desapariciones, asesinatos, torturas, mutilaciones, etnocidios y hasta canibalismo. Compara además, el camino de la vía legal que por ejemplo exploraron los mapuches chilenos y los grupos indígenas en Canadá. Concluye que el sistema dominante de impartición de justicia determina el éxito de la lucha legal en los tribunales, donde los países con una legislación napoleónica llevan desventajas frente a aquellos con un sistema anglosajón. Termina su capítulo abriendo el espectro de los múltiples mecanismos que utilizan los grupos étnicos para abordar y enfrentar las situaciones de inestabilidad y de confrontación. Iván Mauricio Gaitán analiza las condiciones actuales de las zonas de conflicto en Colombia, y revisa las perspectivas que se presentan entre las poblaciones indígenas, a pesar de encontrarse acosados por la violencia. Han sido particularmente violados sus derechos humanos y ante la degradación de la lucha armada y frente al ejército, los paramilitares, la guerrilla, el narcotráfico y los delincuentes comunes, han organizado una resistencia civil, donde reiteran su sentido de pertenencia, su cohesión social como grupo étnico y su arraigo territorial. Exigieron al gobierno colombiano el libre ejercicio de su autonomía y el control y la administración de sus territorios, sus recursos naturales y sus asuntos comunitarios. Basado en el arraigo territorial han organizado una guardia indígena, donde 1,200 hombres y mujeres vigilan mediante las entradas y salidas a su territorio. Han desafiado los retenes de los FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) al utilizar sus canoas sobre el río Jurado. Han impulsado la jurisdicción indígena tradicional y gracias al uso de su lengua han consolidado

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la integración de sus comunidades y han impedido malentendidos y manipulación externa. Paralelamente a los diálogos directos con los grupos armados, han recibido ayuda humanitaria por parte de los organismos multilaterales internacionales, grupos solidarios y otros indígenas en mejores condiciones de vida. Ello ha fortalecido el proceso de resistencia y mediante marchas y manifestaciones han ido denunciando la ingobernabilidad, a la vez que han obligado al Estado a frenar la impunidad, a combatir a los grupos armados y a garantizar sus derechos humanos y comunitarios. Asimismo ha presionado al Estado a impedir los megaproyectos de impacto negativo sobre sus territorios y recursos naturales y privilegiar los pequeños proyectos regionales y locales que estimulan el empleo, la soberanía alimentaria y la consolidación productiva, gracias al freno de la contrarreforma agraria. Judith Martínez Cuevas, representante de los pueblos indígenas de Argentina, ve el indio envuelto en un mundo que lo acecha, lo absuelve o lo acusa, y determina su suerte sin que él lo sepa. Nunca puede el indígena ser él mismo, porque tiene que acceder a los ojos que lo miden y a los jueces que lo salvan o condenan. Pero si quiere de una vez fijar aquel mundo que lo juzga y lo envuelve entre sus mallas, si quiere escapar al proceso que lo acosa y encararse a sus jueces, debe pagar un precio alto: “renunciar a sí mismo, dejar de ser indio para asumir el papel de un miembro en aquel mismo mundo que lo acecha... convertirse al occidental y mestizo”. Resalta que la crisis presente en su país ha generalizado la pobreza, la exclusión y la marginación que antes era privilegio de los grupos étnicos, empujado hacia el desierto natural y social. Propone en este momento histórico de su país una reconquista del respeto por la vida misma, por toda forma vital, por los distintos modos de vida de cada pueblo, de cada comunidad y de cada nación. Muestra que el modo de resistencia pacífica entre los indígenas argentinos ha sido la más efectiva a lo largo de los siglos, ya que a pesar de todos los atropellos cometidos y que continúan, aún están sobreviviendo y se están abriendo al mundo para hacerles llegar el mensaje que durante tanto tiempo el mundo se negó a oír. Frente a esta negación surge el pachacuti, el nuevo tiempo, un tiempo en el que el mundo se replantea las bondades del sistema de vida impuesto, cuando los valores familiares y sociales se ven quebrados. La sociedad en general comienza a volver su mirada hacia los pueblos étnicos, buscando aquello que perdió y que los indígenas han conservado, porque su oro y su riqueza se nutren de su cultura, su cosmovisión y su filosofía de vida, basados en la armonía con la naturaleza y el respeto por todas las formas de vida. Termina diciendo “porque no somos señores de la naturaleza, sino una pequeña parte de ella, somos ‘tierra que camina’, y a su seno volveremos el día final como todo lo que de ella surge”. Resalta que la lucha indígena en Argentina se plantea desde la educación, desde los centros culturales y desde las bibliotecas, donde se transmiten los mensajes plurales y donde se facilitan los conocimientos mutuos entre indígenas y no indígenas, dado que todos forman parte del todo. Con el fin de lograr esta nueva etapa que describe Rigoberto Menchú, Judith Martínez Cuevas propone reforzar el trabajo en conjunto, para dejar a las generaciones futuras el legado de un mundo mejor.

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Diana de la Rua Eugenio explica que los indígenas en Argentina son negados y en el mejor de los casos se acepta que están muy diseminados y retirados en zonas inhóspitas; ello impide un diálogo franco en el ámbito nacional. Muestra que la ignorancia y la indiferencia impiden un compromiso genuino con los originarios de estas tierras, tanto los que viven en las comunidades como aquellos en zonas rurales y urbanas; o quienes se mantienen dentro de la misma comunidad en uniones intercomunitarias o de mestizaje con el blanco, situación muy habitual en las ciudades. Otro tema concerniente a las poblaciones indígenas se refiere a las necesidades y los derechos de vida y subsistencia; las territoriales y de producción; las culturales y educativas; las de protección legal y social tanto de personas, como de comunidades. Están sujetos al derecho público con autodeterminación sobre su propia existencia dentro de la nación, pero esta práctica dista en general de cumplirse, dado que todavía no cuentan con la participación activa y protagónica de los mismos indígenas, ni sus organizaciones representativas. No existen en la actualidad entes nacionales capaces de abordar y resolver, con arreglo a los avances jurídicos y políticos internacionales, sus problemas y aspiraciones. Su capítulo se enfoca en el marco de colaboración con el Gran Parlamento Indígena Nacional de Argentina. Destaca la protección y defensa del conocimiento tradicional, con medidas que aseguren que terceros no logren obtener derechos de propiedad intelectual sobre los conocimientos tradicionales preexistentes y promoción de una propiedad intelectual comunitaria, lograda a través de generaciones de miembros de la comunidad, así como en cuanto a su preservación, uso equitativo, beneficios que se obtengan, en particular en comida, agricultura, medioambiente (especialmente en la conservación de la diversidad biológica), medicinas tradicionales y aspectos de intercambio de desarrollo económico. Desde Canadá, Lise Gill, perteneciente al Consejo de los Inuit de Nitassinan, muestra la lucha legal emprendida en las instancias judiciales del gobierno local de Quebec y la Suprema Corte en Canadá, donde este grupo étnico reivindica el derecho sobre los territorios hoy ocupados por la ciudad de Quebec. Como etnia dedicada a la recolección, caza y pesca, su territorio fue amplio antes de la llegada de los europeos, y los diferentes convenios firmados a lo largo de la colonización, particularmente con los ingleses y los franceses, muestran una lucha intensa por los derechos al territorio, la organización social, la aplicación de sus leyes y costumbres, en general la recuperación de la cultura indígena en el Norte del continente americano. Los procesos de reconocimiento a los pueblos indígenas y en particular, los inuit, han abierto la posibilidad de regresar a estas poblaciones originales derechos y bienes, expropiados de manera violenta, a la vez que han abierto nuevos canales legales de conciliar de manera noviolenta los conflictos ancestrales. Camil Girard desglosa como historiador los conflictos existentes por el derecho al territorio en Canadá por parte de los inuit. La región de Quebec, altamente industrializada y densamente poblada, pertenece desde tiempos antiguos a este grupo étnico, quienes fueron perseguidos, extinguidos y obligados a abandonar parte de sus territorios. Han iniciado una lucha legal ante la 91

Suprema Corte de Canadá para el reconocimiento de sus derechos ancestrales sobre sus territorios, sus recursos naturales, sus derechos, su autonomía de gobernarse y de vivir de acuerdo con sus costumbres y su cosmovisión. Proponen un “entendimiento”, donde se respeten las primeras naciones inuit de Betsiamites, de Essipit y de Mashteuiatsh mak Nutashkuan. Los estudios históricos de Camil Girard y los mapas desarrollados a partir de un sistema de información geográfica (SIG) dieron sostén científico a las demandas, al mostrar primero las alianzas tejidas por la corona francesa en 1603 y, a raíz de la conquista por la Gran Bretaña en 1760 hasta 1840, a través de los Tratados de Tadoussac, el establecimiento de las reservas indígenas en Canadá. Es sólo a partir de 1975, cuando se firma la concreción de la Bahía de James, que el pueblo inuit empieza a reclamar legalmente sus derechos sobre sus territorios y su cultura, a la vez que exige su autonomía de gobernarse. En Chile, Luís Correa Bluas resalta la visión ancestral y la participación de los pueblos indígenas en la construcción de la sociedad chilena. Describe la resolución de la cuestión indígena por medios noviolentos, donde se privilegia la vía legal. A pesar que durante el siglo XIX los políticos más progresistas optaban por la asimilación de los indígenas al “progreso” de la sociedad dominante, los sectores más conservadores, ligados al sector agrario, eran reacios a promover socialmente a los indígenas, mediante reformas a sus derechos humanos. Ante esta situación histórica, los indígenas chilenos simplemente no existían políticamente y sólo se hablaba de pobres. No se apreciaba la situación de violencia, acompañada frecuentemente por el despojo de tierras en manos de indígenas y por la apropiación de sus recursos naturales (tierra, agua, bosques y aire). Ante una articulación nacional de los grupos indígenas, apoyados por la lucha internacional y las alianzas con sus vecinos de Argentina -donde existen algunos grupos étnicos que fueron divididos por fronteras nacionales y posteriormente establecidos- la reivindicación se centra hoy día en la defensa de su cultura y la superación de la pobreza. En el primer tema aparece el aspecto político, donde se requiere hacer aparecer un actor que hasta ahora era invisible. La sociedad chilena ha enfrentado la cuestión indígena mediante el Acuerdo de Nueva Imperial en 1989, allí se establecen contactos y se fortalecen alianzas con la sociedad civil, una vez obtenido el triunfo del “no” en el plebiscito por la continuación de la dictadura militar que gobernó Chile desde 1973. No obstante, el artículo 5 de la Constitución chilena reconoce como límite al ejercicio de la soberanía, los derechos humanos reconocidos por la propia Constitución, así como los tratados internacionales ratificados por Chile. Por ello en el Congreso ha habido oposición para ratificar el artículo 169 de la OIT, argumentando que los derechos indígenas no pueden suplantar los derechos humanos como “derechos duros” en el sistema chileno. Estos antecedentes apoyaron el reconocimiento de los indígenas y su particular vulnerabilidad en la sociedad. Lorenzo Armendáriz García analiza cómo el pueblo rom (también conocido como gitanos) ha sido sujeto de discriminación a lo largo de su historia. Para sobrevivir, desarrolló, al igual que otros pueblos indígenas, la invisibilidad entre

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otras estrategias. Al hacerlo quedó al margen de las prerrogativas ciudadanas en cualquier país donde se establecía. En la década de los setenta, la Guerra Fría se convirtió en caldo de cultivo de los racismos más acendrados en Europa. El pueblo rom vivió entonces una situación extrema (como tantas otras minorías) y en vez de dejar de existir, decidió emprender un proceso contrario a su estrategia histórica y hacerse visible. Entonces, como cualquier pueblo minoritario utilizó los instrumentos del derecho internacional para reivindicar su derecho a la identidad y en tal sentido, su autodeterminación. En 1971 se formó en Londres la Unión Romaní Internacional (IRU, por sus siglas en inglés) y en Quito, Ecuador, en marzo de 2001 se consolidó en América, la SKOKRA: Federación de las Organizaciones no Gubernamentales de los Rom de las Américas. Finalmente, a raíz de las organizaciones rom en toda América se presenta un proceso organizativo, motivado por la visibilización, lo que les permite mayor participación específicamente de este grupo étnico en Chile, Argentina, Colombia y México. Claudia Rojas precisa en su capítulo los derechos étnicos y culturales del pueblo rom en las Américas, e impulsa la defensa de sus derechos humanos. Su lucha por el respeto, el reconocimiento y la validación de su cultura y su modo de vida es considerada como elemento básico de su identidad como pueblo. Representa un elemento indispensable para la preservación y reproducción de su cultura. La Kriss Romani o Romaniy es el conjunto de normas tradicionales e instituciones que regulan la aplicación de su derecho interno y que funciona única y exclusivamente en el terreno de las relaciones entre los romá. Históricamente, los primeros romá llegaron con Cristóbal Colón y por eso se esparcieron en el territorio latinoamericano desde la Conquista misma. No por eso tuvieron mayores derechos o privilegios, sino como cualquier otra minoría étnica decidieron invisibilizarse; sólo ante un acoso creciente y conforme avanzaban los derechos humanos en el ámbito internacional, se hicieron más visibles, se organizaron continentalmente y se dieron una estructura organizativa en toda América Latina. En su segunda parte, la autora analiza el sistema jurídico que rige las relaciones internas entre los romá y los mecanismos que existen para conciliar los conflictos en su interior, lo que les ha permitido mayor consolidación interna para enfrentar colectivamente la discriminación externa de la cual han sido objeto. El capítulo de Howard Richards y Joanna Swanger critica el enfoque paradigmático existente. Los autores establecen un silogismo donde no hay paz sin justicia; no hay justicia sin el fin de la pobreza; y no hay fin de la pobreza sin un cambio del paradigma dominante expresado en la visión de un mercado libre globalizado. La crítica al paradigma vigente, el de la sociedad comercial, da pistas para superarlo y da también criterios para evaluar el trabajo educativo en el cual se puede construir un mundo más libre y más unido. Se aboga por el establecimiento de estructuras culturales que estimulen otros medios para satisfacer las necesidades, junto a la fuerza motriz que maximiza las ganancias.

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En un análisis histórico, el trabajo profundiza además en el sistema jurídico y cultural existente, donde los derechos humanos desarrollados por las Naciones Unidas vienen precedidos por la defensa de la propiedad privada, desde los códigos griegos y romanos. Los desarrollos posteriores precisan y adaptan dichos fundamentos históricos y generan la estructura socioeconómica y cultural de la sociedad occidental actual, donde el individualismo predomina en el ejercicio de la justicia y la paz; y donde los derechos comunitarios se ven sometido a los derechos individuales. Aunque el imperativo categórico de Kant limita la libertad del ser humano y establece su responsabilidad con el resto de la sociedad, esta responsabilidad está atada a la legislación vigente y a los paradigmas dominantes. No existen reflexiones sistemáticas sobre los derechos de los pueblos -que por primera vez se plasmaron en el artículo 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en el marco multilateral- más bien las comunidades indígenas son quienes los han planteado y, al igual que los autores, insisten que sin cambio paradigmático no hay superación de la pobreza. En la Parte II, Oscar Rojas Flores plantea que la región de Ayacucho, en el mundo andino de Perú, representa una historia cargada de luchas mediadas por inserciones culturales forzadas, donde se subordinaba el imaginario cultural propio al funcional impuesto. En la historia más reciente, ubica la lucha por la tierra como elemento clave para entender la identidad de las comunidades como pueblos y naciones indígenas. La defensa está orientada hacia la ocupación de las tierras ancestrales en forma comunitaria, donde la producción agrícola se convierte en elemento de cultura general y donde la comunicación se lleva a cabo en el idioma indígena. Aun con los movimientos del Sendero Luminoso y las ideas de la izquierda se mantuvieron estos ejes tradicionales de lucha, y los pueblos incas sólo aprovecharon los términos en vogue para expresar con mayor claridad sus derechos ancestrales, su pertenencia cultural y su identidad explícita. Esta se opone a la ideología occidental que tiene como componente inexorable la intervención violenta y, frecuentemente, el despojo y otros mecanismos de control sobre la tierra. En este contexto cultural cualquier programa gubernamental tiene que retomar los elementos básicos de la cultura inca para lograr cierto éxito. Las consultas efectuadas en diversos estudios muestran que los proyectos que no han sido asimilados por las comunidades mediante un proceso real de socialización, no han tenido éxito. Fernando Vela López muestra que la constitución de un marco legal general, aspiración de muchos de los estados modernos unitarios, intenta homogeneizar los criterios mediante los cuales se toman las decisiones. Éste se aplica a muy diferentes comunidades locales y en un país como México, que se ha constituido mediante la superposición de una concepción civilizatoria importada, sobre otra indígena preexistente durante los tiempos del Anáhuac, ignora básicamente la opinión de las comunidades, objeto de estas decisiones. Ello ocasiona una falta de legitimidad entre las comunidades locales, sobre las cuales se tratan de ejecutar estas decisiones. El resultado se presenta en una fuente de innumerables conflictos, los cuales en muchas ocasiones conllevan actos de violencia por las fracciones

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involucradas en el conflicto, las que ante la oposición aparentemente irreconciliables de las posturas que fundamentan sus acciones, lleva a una espiral de eventos que a veces se salen de control, ocasionando situaciones casi irresolubles y de gran desgaste para las instituciones y las comunidades. Ante este panorama conflictivo es necesario reflexionar sobre las relaciones entre el marco legal existente y las concepciones y mecanismos que lo legitiman. Úrsula Oswald vincula los problemas agrarios, sociales y de violencia estructural en México con una lógica de política de desarrollo que impulsa la paz, mediante un desarrollo justo y equitativo. Los factores recreadores de crisis y discriminación están destruyendo el tejido social del país, al aumentar la desigualdad entre regiones, grupos sociales, género y etnias, pero sobre todo, al privar a los grupos indígenas de sus derechos a la tierra, a la soberanía alimentaria y a su cultura. En el ámbito rural - indígena el cambio del artículo 27 constitucional ha provocado nuevos conflictos agrarios y la Ley Indígena, ajena a los Acuerdos de San Andrés, no ha permitido conciliar el conflicto con el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) en Chiapas. La Dirección de Información Agraria contabiliza un total de 343,021 conflictos. La procuración de justicia agraria está atendiendo un número creciente de casos: entre 1995 y 2000 aumentó la asesoría jurídica de 31,051 a 78,845, no obstante, los asuntos concluidos en el mismo periodo bajaron de 32,264 a 30,653, mientras que la representación legal de sujetos agrarios en juicios aumentó de 7,886 a 34,283 (Secretaría de Reforma Agraria: SRA, 2003). Los rezagos alarmantes en la impartición de justicia agraria, se adjudican a procesos lentos, favoritismo, cacicazgos locales, intimidación a jueces, comisariados ejidales y autoridades comunales que se benefician con sus cargos y obstaculizan la aplicación de la ley. Amenazas, despojos, otros actos de intimidación y una estructura burocrática retrasan la acción de la justicia agraria. En el ámbito regional, estos conflictos se agudizan en los estados más pobres (Oaxaca, Chiapas, Guerrero), donde se concentra la población indígena y campesina. Ahí se expresa con toda crudeza la injusticia y el cacicazgo, cuando las autoridades de la Procuraduría Agraria, las ejidales o comunales locales atentan contra los auténticos usufructuarios de los derechos agrarios, frecuentemente campesinos analfabetos. Ecoturismo, biopiratería disfrazada de bioprospección, cambios en el uso de suelo agropecuario y forestal hacia urbano o fraccionamientos de fines de semana, son algunos otros mecanismos para afectar el patrimonio físico y natural de las comunidades autóctonas. Plutarco Emilio García analiza el movimiento campesino-indígena en México y resalta las tensiones creadas a partir de la firma del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la agudización del modelo neoliberal en el campo. El monto cada vez mayor de granos importados, la pérdida de la soberanía alimentaria y la falta de una política de fomento, acompañada por subsidios indiscriminados en los Estados Unidos han creado nuevos conflictos en el agro mexicano que han agravado los ancestrales. Ante esta coyuntura desfavorable, el movimiento campesino del país se ha agrupado en un frente amplio, llamado “El campo no aguanta más”, donde se ha logrado superar los 95

sectarismos y los intereses políticos particulares. Frente a productores rurales e indígenas unidos, el gobierno tuvo que sentarse a negociar, no obstante las presiones de los Estados Unidos, sus intereses transnacionales y aquellos de la burguesía agroindustrial mexicana, que evitan a cualquier costo una revisión del TLCAN. Las experiencias de noviolencia, de solidaridad con el sector popular de las ciudades, los sindicatos y los académicos han puesto en dificultades al gobierno en el poder, donde la distracción de escándalos políticos y videos acusadores no han podido desviar de la agenda nacional el tema indígena y agrario del país. Laura Collin sostiene que muchos de los conflictos protagonizados por los indígenas pueden ser conceptualizados como añejos o de larga cuenta, de acuerdo con Braudel. Su entendimiento requiere de un proceso de investigación, pues los mismos protagonistas han olvidado o escondido tras motivos aparentes, las causas reales de los enfrentamientos. Se argumenta con fundamento en información de campo entre los purépechas, de Santa Fe de la Laguna, que la teoría y la práctica de la resolución pacífica de conflictos reconoce la necesidad de identificar los motivos ocultos de los conflictos, para que una vez explicitados, puedan iniciarse negociaciones que concilien intereses y soluciones a largo plazo, donde participan los protagonistas del conflicto. S. Eréndira Serrano Oswald explora la interrelación entre el fenómeno de la paz y la migración, visto desde un enfoque crítico y dialógico de género. Afirma que la dinámica de la llamada era de la modernidad tardía trae consigo una serie de fenómenos socioculturales, los cuales alteran constantemente las bases y procesos de definición identitaria. Concepciones como la adscripción comunitaria y la nacionalidad se ven turbadas por los cambiantes referentes territoriales y espaciales, en el nivel material y simbólico. Así, las prácticas, las representaciones periféricas y las expresiones culturales más diversas necesitan ser revisadas desde la cotidianeidad. Sin embargo, el ethos modernizador del capitalismo hegemónico y su tiempo avasallador convierte a los indígenas y a otros grupos diferenciales en migrantes en masse, aunque no necesariamente asuela a profundidad sus referentes identitarios. La migración es analizada como un fenómeno complejo donde intervienen relaciones de poder, representaciones y redes, que más allá de los enfoques individualistas de movilidad social, neoclásicos y de equilibrio, o de los enfoques sociodeterministas como el enfoque histórico estructural, debe ser rigurosamente elucidada en los ámbitos sociales micro, meso y macro. Los procesos migratorios con perspectiva de género son escasos en los estudios de paz, aunque los desplazamientos identitarios y los conflictos que surgen a raíz de la migración son eje para engendrar el ejercicio de una ciudadanía localmente articulada y globalmente matizada que, más allá de buscar arraigarse en una práctica excluyente de “tolerancia”, contiene un potencial democratizador. La perspectiva dialógica que a partir de coexistir en la diversidad, supera la visión de la libertad negativa y promueve el paradigma de la convivencia, más allá de la tolerancia liberal. Se trata de un ejercicio de paz holística.

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M. Lucero Jiménez Guzmán expone cómo se conforman las relaciones entre los géneros, cómo por su naturaleza a priori representan relaciones conflictivas, pero que en su transformación, en los diferentes niveles en que estas relaciones se dan, no sólo es factible sino deseable que se introduzca la negociación. En la dinámica de las transformaciones de las relaciones entre los géneros, la negociación es la clave para que se puedan realizar cambios positivos que incidan de manera adecuada en el desarrollo humano, tanto de hombres como de mujeres, rompiendo la perspectiva de adversarios. Por otra parte, transformaciones de estas relaciones entre los géneros y las negociaciones permiten entender las luchas que se presentan en el mundo globalizado y neoliberal, donde los enemigos son muy poderosos, pero cuya trama de conflictividad es similar a la vida diaria entre géneros. Con el fin de incidir en una democratización auténtica del mundo, es crucial entender los procesos de respeto del otro y los mecanismos de negociación noviolenta de los conflictos. Mario Salinas Sosa, Miguel Ángel Calvo y Enrique Lucero Enríquez parten de que la solución noviolenta de los conflictos supone, de entrada, tomar una posición ética frente a los sujetos pertenecientes a alguna minoría y que viven algún tipo de conflicto. Esta visión del mundo o ideología sostiene que la vida humana es el valor más importante de cualquier ser humano y que, consecuente con este principio, deberán hacerse todos los esfuerzos para dar una solución a los problemas que generan violencia o emplean medios violentos. Frente a la crisis moral y de credibilidad que actualmente se vive en México respecto a las instituciones políticas y muy especialmente a las dedicadas a impartir y administrar justicia, se sostiene como un principio fundamental de todo Estado-nación democrático ofrecer igual acceso a la representación política de todos los ciudadanos con independencia de género, de pertenencia a alguna etnia o religión. La investigación empírica revela, sin embargo, que a pesar del principio de igualdad de oportunidades políticas, ciertos grupos están claramente subrepresentados en los cuerpos legislativos. Las mujeres, los homosexuales y las minorías étnicas se encuentran de manera típica entre los grupos que no logran acceso al sistema político. Por otra parte, el espacio carcelario vendrá a agravar aún más dicha situación. Los internos de un reclusorio son minoría. Poseen derechos a pesar de tener restringida su libertad. Algunos son de origen indígena y conviven junto a otras minorías que padecen los vacíos legales, el peso de las costumbres morales, las nuevas infecciones, el surgimiento de nuevas minorías religiosas, la discapacidad o la simple identificación de género. ¿Qué hacer ante una responsabilidad cargada de tan amplia problemática, en tanto ciudadanos e investigadores, a fin de respetar y hacer respetar los derechos humanos y los de las minorías? Mediante casos específicos se exponen prácticas noviolentas de resolución de conflictos en ámbitos carcelarios. En la Parte III, Alejandro Chao propone la vinculación entre universidades, grupos sociales, indígenas y sectores campesinos, dentro de un modelo de análisis-acción. Exige que las universidades dejen su torre de marfil y se conviertan en gestores comprometidos con un desarrollo alternativo de su país,

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donde los servicios sociales y las investigaciones relacionadas con la acción y la transformación se articulen en eje de la universidad pública como gestora de un modelo de desarrollo alternativo. Eliesbel Díaz Fonseca vincula la educación con el trabajo en el medio rural, dentro de un contexto afroamericano e indígena. Hace ver que los mayores conflictos surgen cuando las personas carecen de una base económica y por lo tanto, pierden la dignidad y la motivación, además de que el alcohol y las drogas pueden ser fáciles procesos de escape de situaciones difíciles. Los centros de educación rural requieren en primer lugar infraestructura física y posteriormente personal capacitado en el medio, con el fin de servir de facilitador de las actividades productivo-educativas. A fin de no quedar aislado y convertirse en experimento piloto válido se establecieron redes de interacción y de intercambio científico-tecnológico y de apoyo logístico con nuevas tecnologías de comunicación. Este modelo de educación permitiría en Cuba a superar los rezagos e integrar las zonas rurales e indígenas al proyecto del país, donde los grupos marginales contarán con dignidad y calidad de vida. Adalberto Savignón explora diversos modelos de resolución noviolenta de conflictos en África del Sur, Israel-Palestina y Centroamérica, además de analizar diversos conflictos existentes entre el gobierno mexicano y las comunidades indígenas y campesinas de nuestro país. Propone mecanismos alternativos frente a la política económica hegemónica y excluyente, a fin de actuar simultáneamente en el macro, meso y micronivel. Las prácticas de la economía alternativa permiten crear sistemas de abasto, basadas en la autosuficiencia y la integración regional de mercado, así como la creación de dineros alternativos, libres de devaluación e inflación. Asimismo, conservan los recursos naturales de las comunidades los que han tenido el cuidado histórico de los mismos, y no las empresas transnacionales, interesadas solamente en ganancias rápidas. Diversos modelos se han probado en China, África y América Latina y han permitido a las poblaciones del medio rural a recuperar su dignidad y, a los urbanos, a encontrar alternativas con calidad de vida dentro de la economía informal o subterránea. En su capítulo, Félix Cadena analiza la economía de solidaridad y el desarrollo microrregional endógeno como estrategia emancipadora para superar conflictos estructurales. Ve que en la actual fase del proceso de globalización, se han agudizado los conflictos de carácter histórico y estructural que han mantenido en diversas formas de exclusión y subordinación a las sociedades indígenas de América Latina, en general y de México, en particular. Ofrece como alternativa los ejemplos que varios grupos organizados han desplegado como estrategias de resistencia. Les han permitido sobrevivir durante varios siglos y, de acuerdo con el autor, la pieza fundamental de estas estrategias es la cooperación y solidaridad también entre sociedades indígenas. Destaca cuatro elementos claves: en primer lugar, que la organización económica sea base de sujetos colectivos, los cuales deben desarrollar capacidades no sólo de un eficaz emprendimiento, sino de manejo de organización. En segundo lugar, que la organización debe tener un carácter 98

integral, relacionando la cadena productiva con el consumo, mediante una red de pequeñas unidades articuladas. En tercer instancia, que las pequeñas unidades constituyan centrales de servicio, las cuales atienden en común las necesidades y tienen la capacidad de promover investigación y organización a niveles superiores y finalmente, que exista una vinculación constante con la dimensión territorial, de manera que se actúe sobre espacios microrregionales, en los cuales pueda ponerse en práctica formas múltiples de cooperación, incluso las de contar con una moneda propia para realizar transacciones e intercambios con mayor autonomía. Andrés Thomas Conteris apunta, en su intervención, la importancia de las prácticas noviolentas en los procesos de resistencia de los pueblos indígenas y en sus logros. Inicia con los ejemplos de las comunidades en Honduras, y después amplia la visión hacia la lucha de noviolencia activa en diferentes partes del mundo, todas ellas orientadas a denunciar las condiciones injustas del modelo socioeconómico y militar actual. Describe la resistencia contra la guerra de Irak y contra la marina estadounidense en Vieques, Puerto Rico. Se organizó una lucha de diversos pueblos de América Latina contra la instalación de la Academia Internacional por el Cumplimiento a la Ley, donde se entrenaban militares, dictadores y represores. En cuanto a alternativas, el Foro Social Mundial abre la esperanza de que otro mundo más justo sea posible. La transformación del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas en municipios autónomos, basados en su cultura indígena y autorganización local, permite otra perspectiva de futuro a los pueblos más depauperados de México. Pietro Armeglio analiza una lucha ciudadana por su territorialidad, cultura y medio ambiente, desde las categorías de la noviolencia activa y la resolución de conflictos. Considera que la lucha por la defensa del ex-Casino de la Selva frente a las transnacionales Costco-Comercial Mexicana, aliadas al poder político del estado y del municipio, se inserta plenamente dentro de una confrontación mundial sobre diferentes modelos de desarrollo y vida. Presenta una serie de originalidades interesantes desde la caracterización de la resistencia civil. Denuncia la corrupción de las autoridades y muestra cómo la ciudadanía se empieza paulatinamente a concientizar frente a los atropellos de una modernidad sin calidad de vida, donde los espacios culturales y públicos se están privatizando y donde los recursos naturales, sociales y culturales se destruyen ante la voracidad del capital transnacional. La educación es, sin duda alguna, la clave de nuevas culturas de paz y la transformación noviolenta de los conflictos, desde la infancia. Néstor Ruis Martínez analiza en el contexto cubano el proceso de educación para la paz y de convivencia, mediante métodos científicos de colaboración. El trabajo presenta una propuesta de juegos, basados en la cooperación, para alcanzar una mejor integración en los grupos escolares de los niños que se desenvuelven en espacios familiares marcados por agudas problemáticas sociales, y que generan en muchas ocasiones, situaciones de desventaja social. A través de un tipo de juego dirigido por el docente -por constituir la actividad lúdica una práctica importante e inherente a las edades infantiles- se da respuesta práctica y pedagógica a la atención de alumnos, a través de una estrategia de intervención que propicia su evolución e integración social en

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cualquiera de los marcos sociales donde se desenvuelvan. Se muestran los resultados iniciales obtenidos, como consecuencia de su puesta en práctica, lo que finalmente favorece su instrumentación. La muestra de este estudio inicial abarcó a un grupo de escolares de un centro de educación primaria y básica en Cuba, enmarcado en el llamado grupo de riesgo y con situación de desventaja social, así como a un colectivo de docentes. Como resultado, se ofrece una propuesta metodológica que utiliza el juego, basado en la cooperación como eficaz herramienta pedagógica que permitirá alcanzar una mejor integración de los niños a la actividad escolar y la vida social. Sin dudas, este trabajo se enmarca dentro de los procesos noviolentos de resolución de controversias y prevención de conflictos. En las conclusiones, Úrsula Oswald retoma las discusiones acerca de la cosmovisión de los pueblos indígenas, su capacidad de resistencia a lo largo de los últimos 500 años y a pesar de toda una política violenta de intentos de aniquilamiento, su potencial de ofrecer al resto del mundo modelos integrales de vivir en comunidad, respetar la naturaleza y convivir de manera noviolenta con sus propios grupos sociales y aún con sus agresores, lo que abre amplias perspectivas de reflexión a políticos, científicos y conciliadores. A lo largo del libro se pudo mostrar que el modelo económico impuesto por el “Consenso de Washington” y reforzado por tratados de libre comercio, que consolidan una globalización de la economía excluyente, no sólo ha destruido los procesos tradicionales de la economía de subsistencia en América Latina, sino que se está afectando la cultura y la sociedad en su conjunto. No cabe duda que en este contexto adverso para el subcontinente, es útil voltear los ojos hacia los grupos originarios y otras minorías étnicas que han podido superar múltiples adversidades a raíz de la Conquista y su permanente proceso de acoso. Sus estrategias de invisibilidad se están hoy día transformando y estos pueblos negados se están convirtiendo en protagonista de la historia posmoderna no sólo en el subcontinente, sino en todo el mundo. Economía solidaria, educación en culturas de paz, mecanismos comunitarios de resolución noviolenta de conflictos, leyes tradicionales indígenas, rom y otras minorías, permiten relativizar la imposición del modelo civilizatorio occidental, donde residen las raíces de la violencia. Permiten abrir un debate para explorar alternativas menos agresivas con la sociedad y la naturaleza. Retomar la cosmovisión indígena, su respeto por la naturaleza, donde la vida comunitaria se complementa con juegos y cuentos, donde se promueve no sólo en lo abstracto, sino en la vida cotidiana condiciones de vida digna, entendimiento y canalización de conflictos hacia una reconstrucción social, donde la creatividad puede transformar situación de alta peligrosidad en calidad de vida y convivencia pacífica.

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DICHOS DE MUJERES LATINOAMERICANAS SOBRE LA PAZ Y LA CONCILIACIÓN DE CONFLICTOS Rigoberto Menchú, Guatemala Si no somos capaces de revisar con humildad nuestros errores, tendremos seguramente la capacidad de diseñar un futuro con mayor perspectiva. En la medida en que los pueblos originarios han ido entendiendo que una cultura no se puede forzar a morir, ni puede retroceder, que no se trata de la voluntad de una persona, sino que es la voluntad del tiempo de una civilización, es cuando queda claro por que nuestros pueblos han perdurado, a pesar de muchas controversias, dificultades, trampas y mala fe. “If we develop the ability to revise our mistakes with humility, we will surely forge the capacity to design a future with wider perspectives. As far as the original people of this continent have understood that a culture cannot be forced into extinction or backwardness, that it is not the will of a person but of a civilization at a given time, is when we all realize that our people have survived albeit a myriad controversies, difficulties, deceit and bad will”. Sor Juana Inés de la Cruz, Mexico “The measure of love is to love without measure” Rosario Castellanos- Mexico “We have to laugh. Because laughter, we already know, is the first evidence of freedom.” Carmen Moreno Toscano, México La negociación representó un parteaguas en la acción de las organizaciones no gubernamentales que actúan en la ONU y equivale a un cambio muy importante que no ha sifgnificado aún la modernización de las metodologías de trabajo en foros institucionales. “The negotiation represented a breakthrough in the action of NGOs involved in the UN, it represents a very important change that has not yet been translated into the modernization of work methodologies in institutional fora”. Úrsula Oswald Spring, México “The past century, encompassed a myriad of events at a very fast tempo, and was characterized by some of the most impressive advances in all fields of human activity. It is imperative now to implement them to peace and security of all human beings. “ “The elimination of military expenditure would facilitate the transfer of soldiers towards civil protection and civil service, when faced with environmental catastrophes, reforestation, alphabetization, and prevention of social and environmental malaises.”

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El siglo pasado, pleno de acontecimientos que se sucedieron a ritmo acelerado, contó con los más asombrosos avances en diversos campos de la vida humana y que requieren aplicarlos a la seguridad y la paz de todos los seres humanos. La eliminación de gastos militares facilitaría la transferencia de soldados hacia protección civil y servicio civil en momentos de desastre, reforestación, alfabetización y prevención de problemas sociales y ambientales Karina Batthyany, Uruguay “The development of the feminist movement acquires social and symbolic strength in direct relation to all democratic social struggles.” “We can not expect a culture of human rights to flourish making abstractions of the problems that afflict our society. Thus, one of the most important challenges faced by Latin America is the transformation of structures, mentalities and customs that threaten citizen’s dignity and equality”. Rosa María Álvarez, México No se puede plantear el florecimiento de una cultura de respeto a los derechos humanos haciendo abstracción de los grandes y graves problemas que aquejan a nuestra sociedad, de ahí uno de los desafíos en Latinoamérica sea la transformación de estructuras, mentalidades y costumbres que atentan contara la dignidad e igualdad de las personas. Marcela Lagarde y de los Ríos, México "We have been taught to fear freedom: to dread decision- making, to avoid solitude. Fear of solitude is a grave impediment to the consecution of autonomy” Graciela Hierro, México “Patriarchy is a power structure institutionalised in the family, reinforced through civil society and legitimated by the State”. Gabriela Mistral, Chile “Love beauty: it is the shadow of God on the universe”. Frida Kahlo, Mexico “I paint my own reality. The only thing I know is that I paint because I need to, and I paint whatever passes through my head without any other consideration.”

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“Women suffer a triple exploitation. Because we are indigenous, and we only know how to speak in Tzeltal we are looked down on. Because we are women, we are told that we cannot speak, that we are fools, which we cannot think. Because we are poor, because we have no food or dignified life, no education, no healthcare, so many children die in their mother’s hands of preventable diseases. Given this triple exploitation it is necessary that all women, indigenous or not, raise our voices and unite our hands in order to be heard, to be taken into account. To guarantee our rights until we have a dignified space as women and Indians”. Commander Esther, EZLN, Mexico

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