beatificación de guadalupe ortiz de landázuri

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BEATIFICACIÓN GUADALUPE

ORTIZ DE LANDÁZURI 1

“Padre, ya llevo muchos años haciendo cabeza, ¿no sería bueno empezar a hacer pies? Pero ya sabe que aquí, o donde me ponga, estaré contenta sirviendo a Dios en la Obra”.

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• REPORTAJE PERIODÍSTIC O •

EL PAPA DECLARA VENERABLE A GUADALUPE

ORTIZ DE LANDÁZURI, DEL OPUS DEI El papa Francisco autorizó hoy el decreto con el que se declara venerable a la científica española Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), miembro del Opus Dei. Agencia EFE 04/05/2017 - ( hace 1 año)

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iudad del Vaticano, 4 may (EFE).- El papa Francisco autorizó hoy el decreto con el que se declara venerable a la científica española Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), miembro del Opus Dei. La decisión del pontífice, que es el primer paso en los procesos de beatificación, se produjo como es habitual tras un encuentro con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato. Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en Madrid en 1916 y estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central de su ciudad natal y fue una de las cinco mujeres de su promoción. Su padre, que era militar, fue fusilado durante la Guerra Civil española. Acabó la carrera universitaria y fue profesora de Física y Química en el colegio de las Irlandesas y en el Liceo Francés de Madrid. A comienzos de 1944, a través de un amigo, conoció al fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá, y entró a formar parte de la Obra primero en Madrid y

luego en Bilbao sobre todo dedicándose a la formación de los jóvenes. De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó el trabajo apostólico del Opus Dei y en 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con san Josemaría. Después de dos años, por motivos de salud, se trasladó a España y retomó la enseñanza y la investigación científica. Como consecuencia de una enfermedad del corazón falleció en Pamplona a los 59 años. El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo. Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce “haber vivido las virtudes de manera heroica”. Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado (santo) es necesario un segundo milagro, obrado “por intercesión” después de ser proclamado beato.

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EL PAPA DECLARA VENERABLE A GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI, DEL OPUS DEI EFE 04/05/2017 - 06:06 COT

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l papa Francisco autorizó hoy el decreto con el que se declara venerable a la científica española Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), miembro del Opus Dei. La decisión del pontífice, que es el primer paso en los procesos de beatificación, se produjo como es habitual tras un encuentro con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato. Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en Madrid en 1916 y estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central de su ciudad natal y fue una de las cinco mujeres de su promoción.

Su padre, que era militar, fue fusilado durante la Guerra Civil española. Acabó la carrera universitaria y fue profesora de Física y Química en el colegio de las Irlandesas y en el Liceo Francés de Madrid. A comienzos de 1944, a través de un amigo, conoció al fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá, y entró a formar parte de la Obra primero en Madrid y luego en Bilbao sobre todo dedicándose a la formación de los jóvenes. De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó el trabajo apostólico del Opus Dei y en 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con san Josemaría. Después de dos años, por motivos de salud, se trasladó a España y retomó la

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enseñanza y la investigación científica. Como consecuencia de una enfermedad del corazón falleció en Pamplona a los 59 años. El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo. Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce “haber vivido las virtudes de manera heroica”. Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado (santo) es necesario un segundo milagro, obrado “por intercesión” después de ser proclamado beato.

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BEATIFICACIÓN DE GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI (LAICA COMPROMETIDA), EN MADRID, ESPAÑA, EL PRÓXIMO 18 DE MAYO 11/03/2019

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l Papa Francisco, atendiendo la petición del prelado del Opus Dei, Monseñor Fernando Ocáriz, ha establecido que Guadalupe Ortiz de Landázuri sea beatificada el próximo 18 de mayo de 2019 en Madrid, España. El cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos presidirá la ceremonia.

EL MILAGRO

BIOGRAFÍA

La curación instantánea de Antonio Jesús Sedano, de 76 años, de un tumor maligno de piel junto al ojo derecho por intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri ocurrió en el año 2002. Unos días antes de la cirugía programada, Antonio Jesús Sedano, acudió con su oración a la intercesión de Guadalupe ante nuestro Señor, pidiéndole que no fuera necesario someterse a esta intervención. Al día siguiente, el tumor había desaparecido por completo. Los médicos confirmaron su curación instantánea.

Nacida en Madrid el 12 de diciembre de 1916 y fallecida en Pamplona el 16 de julio de 1975, debido a una afección cardiaca. Doctora en Química, hija de Manuel Ortiz de Landázuri García (Teniente Coronel del Ejercito) y de Eulogia Fernández de Heredia y Gastañaga. Cuarta hija, con tres hermanos mayores, Manuel, Eduardo y Francisco de Asís, quien muere aun siendo ella muy pequeña. Estudió el bachillerato con los Maristas de Tetuán (Norte de África) en el Colegio Nuestra Señora del Pilar, y concluyó sus 5

estudios secundarios en el Instituto Miguel de Cervantes (Madrid), en junio de 1933. Inició sus estudios universitarios en Licenciatura en Química en la Universidad Central de Madrid (1933), una de 5 mujeres inscritas entre 70 alumnos. Al comienzo de la Guerra Civil Española tuvo que interrumpir sus estudios, su familia se vio gravemente afectada ya que en este espacio de tiempo su padre fue fusilado (8 de septiembre de 1936) en la Cárcel Modelo de Madrid. Después de este acontecimiento se traslada a Valladolid (1937) (en donde se encuentra su hermano Manuel) en compañía de su madre y su hermano Eduardo. Concluye sus estudios en el año 1940 y se integra como docente al Liceo Francés y al Colegio de la Bienaventurada Virgen María, en Madrid. Un día, en Misa, siente el llamado más fuerte del Señor. Solicita hablar con un sacerdote y le presentan a Josemaría Escrivá de Balaguer. En aquella época Escrivá impulsa la labor apostólica del Opus Dei (fundado en 1928), y él le explica “Dios nos es-

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pera, en medio de la calle, y podemos llegar a Él por medio del trabajo y la vida cotidiana”, es en este momento cuando Guadalupe encuentra su sitio y el 19 de marzo de 1944, pide la admisión en el Opus Dei. Impulsa la labor y ayuda a la gente a descubrir el amor de Dios en varios lugares, Madrid, Bilbao, Zaragoza… Josemaría Escrivá de Balaguer le invita a ir a México e iniciar el Opus Dei en este lugar (1951). Allí inicia un centro de estudiantes y un centro de formación profesional para mujeres campesinas. Primero en la capital y luego se extiende a Guadalajara, Culiacán, Monterrey, etc… Narra la historia que Guadalupe se siente ya mexicana, pero Dios le tiene un nuevo llamado y la invitan a trabajar en Roma, en el gobierno central del Opus Dei. Pasados unos meses debe regresar a Madrid, debido a su estado de salud. La operan el 1 de julio de 1975 en la Clínica de la Universidad de Navarra, el 16 de julio fallece por una insuficiencia respiratoria y el 23 de julio fallece su madre.

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GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI, LA PRIMERA SANTA DE LA PUERTA DE AL LADO DEL OPUS DEI 28/03/2019

■ Será beatificada el próximo 18 de mayo, en la Plaza de Toros de Vistalegre, en Madrid ■ Tras Escrivá de Balaguer y Álvaro del Portillo, es la primera laica de la Obra en subir a los altares

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l próximo 18 de mayo, la Plaza de Toros de Vistalegre, en Madrid, albergará una gran fiesta de la fe en torno a la figura de Guadalupe Ortiz de Landázuri, la primera laica del Opus Dei que subirá a los altares, en una ceremonia presidida por Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Ortiz de Landázuri sigue así el rastro del impulsor de la Obra, Josemaría Escrivá de Balaguer, canonizado en 2002, y de su sucesor al frente de la comunidad, Álvaro del Portillo, beatificado en 2014. Por eso mismo, como se ha puesto de manifiesto en la presentación a los medios de los actos previstos para la beatificación, en la mañana de este jueves 28 de marzo en la sede madrileña del Opus Dei, la “novedad” es que “no estamos ante un personaje reconocido y universal”, sino “ante una madrileña, de Malasaña, que interpela a muchos, fuera de España, precisamente por su condición de laica y de mujer corriente, lo que se ejemplifica en el hecho de que hay muy pocas imágenes de ella”.

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MODELOS EN LO ORDINARIO

MOMENTOS CULMINANTES

Así lo ha explicado Mónica Herrero, miembro del Comité Internacional que, desde la sede del Opus Dei en Roma, coordina todo lo relativo a la comunicación sobre la beatificacion. De hecho, ha reivindicado para esta laica “la condición de ‘santa de la puerta de la lado’ a la que tanto llama el papa Francisco, en consonancia con Juan Pablo II, quien definió a Escrivá de Balaguer, en su canonización, como un ‘santo de lo ordinario’”. El sacerdote José Carlos Martín de la Hoz, postulador diocesano de la causa, ha destacado “cómo esta mujer se santificó en su trabajo, como profesora de Química, viviéndolo como un espacio de encuentro con la intimidad de Jesús y contagiando luego de su entusiasmo a sus alumnas”. Una vocación que fue más allá y que, a nivel de fe, “vivió en el Opus Dei, donde, siguiendo siempre la llamada de Escrivá de Balaguer, le llevó a implantar la Obra en Bilbao y, posteriormente, en México, donde fue sin dudarlo, acompañada únicamente por otras dos mujeres”. “Y todo –ha recalcado Mónica Herrero– en un tiempo en el que una mujer no podía abrir una cuenta corriente”.

Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en Madrid el 12 de diciembre de 1916 y murió en Pamplona el 16 de julio de 1975, víctima de una dolencia cardiaca. Cuando solo tenía 11 años, toda la familia se trasladó hasta Tetuán, en Marruecos, donde su padre, militar, fue trasladado tras unos años en Segovia. Volvería a Madrid en 1932, entrando un año después en la Universidad Central para estudiar la licenciatura de Química… Todo ello en un contexto en el que la presencia de la mujer en la universidad era algo excepcional (compartió promoción con apenas otras cuatro chicas). En 1936, con el estallido de la Guerra Civil, todo se truncó para ellos. Su padre, Manuel Ortiz de Landázuri, fue encarcelado en la Modelo y condenado a muerte. Su hermano Eduardo consiguió un indulto para él, pero no pudo lograr lo mismo para los soldados que estaban a su mando. En un acto de gran generosidad, don Manuel renunció al salvoconducto y quiso morir junto a sus hombres. Guadalupe, junto a su madre y sus hermanos, pudo pasar con él la noche previa en su celda.

ENCUENTRO CON ESCRIVÁ DE BALAGUER Aunque, tal vez, el hecho central de su existencia llegaría en 1944, cuando conoció a Escrivá de Balaguer. Un encuentro que, como ella misma aseguraría, hizo que “se me cayeran las escamas de los ojos”. Desde entonces, ingresó en el Opus Dei y viviría, en distintas fases de su vida, en México, Italia y España, siempre conciliando su trabajo como química (donde llegaría a doctorarse, gracias a la colaboración con Piedad de la Cierva, con una tesis en la que demostró cómo se podía obtener energía a través de la cascarilla del arroz) con el trabajo solidario y formativo de jóvenes estudiantes, en distintas residencias del Opus Dei. 8

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Como ha defendido Martín de la Hoz, “aquí se encuentra buena parte de su mérito: allí donde estuvo, sacó lo mejor de todos los que la rodeaban y había mucho movimiento, poniéndose en marcha todo tipo de iniciativas en favor de los más desfavorecidos. Eso, y su alegría incontenible y buen humor, son las principales características cuando hablamos de un santo de la puerta de al lado. Es una persona que contagia y que confía en Dios y en los demás, consiguiendo que estos confíen igualmente en Dios”.

SU ALMA, EN SUS CARTAS En este sentido, “su epistolario con Escrivá de Balaguer, del que fue una de sus grandes colaboradoras y al que llegó a enviar hasta 350 cartas (la última, cuatro días antes de la muerte del fundador de la Obra), nos la muestran tal y como fue, pues en esas misivas abre su alma”. Lo principal de esas cartas, por cierto, conforman el libro ‘Letras a un santo’, elaborado para la ocasión por la Oficina de Comunicación del Opus Dei junto a ‘La libertad de amar’, una biografía escrita por Cristina Abad Cadenas y editada por Palabra. A través de la web creada para cubrir todo lo relativo a la beatificación, se ofrecen todo tipo de servicios para que, quienes quieran participar de esta fiesta, puedan hacerlo desde cualquier lugar del mundo. Así, hay un espacio para “peregrinos virtuales”, en el que cualquiera, desde su casa, puede vivir la experiencia de un asistente a la ceremonia, con detalles como sacarse el pasaporte o pasar la aduana.

CUENTOS, GYMKANAS, HOMENAJES Los más pequeños podrán realizar experimentos químicos en los que trabajó la próxima beata, leer un cuento sobre ella

y participar en una gymkana por las calles de Madrid en la que se recorran los lugares más emblemáticos de su vida, como la Residencia Universitaria Zurbarán, en la que Ortiz de Landázuri se consagró en cuerpo y alma a muchas jóvenes estudiantes. También se ha preparado una exposición sobre su vida que, además de Madrid, recorrerá varios países, empezando por América Latina. Y se le realizarán varios homenajes en la capital de España, como el que semanas atrás le dedicó el Colegio de Químicos, el que, en abril, se realizará en la Facultad de Química de la Universidad Complutense o el que hoy mismo, en la tarde de este 28 de marzo, tendrá lugar en la Dirección General de la Mujer.

UN ECO SOLIDARIO El esfuerzo por ofrecer al mundo el modelo que supone esta beata, a nivel de fe y en cuanto a mujer laica y pionera, se completará, por parte de la Fundación Harambee, con la puesta en marcha de 100 becas para mujeres investigadoras en África, sacando diez al año durante la próxima década y trabajándose en dos grandes ejes: las ciencias de salud y los proyectos sostenibles.

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UNA QUÍMICA DE ALTAR 24/03/2019 Por: Hernán Alejandro Olano García Vaticanólogo.

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ucha gente piensa que los laicos y las laicas carecen de vocación para la santidad oficial, es decir, para ser canonizados; sin embargo, en los tres últimos pontificados, el número de no religiosos que han llegado a los altares de la Iglesia católica ha crecido sustancialmente, ya que la ejemplaridad de la vida y muerte de las personas, puede ser la misma, o incluso superior para una ama de casa o para un hombre de oficina, frente a un sacerdote o a una monja dedicados únicamente a la oración. Los santos y santas, por aquello de la “fragilidad humana”, pueden ser cualquier persona, particularmente quienes buscan santificarse en sus labores ordinarias. El año anterior, el papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que aprueba el milagro atribuido a la intercesión de la ingeniera química Guadalupe Ortiz de Landázuri, madrileña, nacida el 12 de diciembre de 1916, miembro del Opus Dei, quien será proclamada beata el próximo 18 de mayo, aniversario de su primera comunión. Guadalupe quiso encontrar a Cristo en el trabajo profesional y la vida ordinaria. Guadalupe era “una mujer enamorada de Dios, llena de fe y de esperanza que, con su trabajo y optimismo, ayudó a los demás en sus necesidades espirituales y materiales. Era manifiesta la alegría que impregnaba todo su quehacer, también ante situaciones más difíciles”, como lo señaló

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el postulador de su causa (que para algunos toma el nombre de ), el sacerdote Antonio Rodríguez de Rivera. A los que su vocación les obligó a vivir y a la vez, “ser” santos en el “mundo”, les sobran méritos, pero requieren además ser tenidos como dignos de estar en los altares, deben, por su intercesión, haber generado un milagro, que ocurrió en el 2002 y consiste en la curación instantánea de un hombre de 76, Antonio Jesús Sedano Madrid, que tenía un tumor maligno de piel junto al ojo derecho. El beneficiado acudió con fe a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, pidiéndole que no fuera necesario someterse a una operación quirúrgica y, la mañana siguiente, el tumor había desaparecido por completo. El anuncio de la beatificación de una laica del Opus Dei, realizado por la Santa Sede, fue destacado por el Prelado, Monseñor Fernando Ocáriz, máximo jerarca de la Obra, como familiarmente se conoce, en el sentido que “La vida de Guadalupe nos lleva a comprobar cómo el darse enteramente al Señor, respondiendo con generosidad a lo que Dios va pidiendo en cada momento, hace ser muy felices aquí en la tierra y luego en el Cielo, donde se encuentra la felicidad que no se acaba”, afirmó. En ese sentido, Mons. Ocáriz pidió al Señor “que el ejemplo de Guadalupe nos anime a ser valientes para afrontar con entusiasmo y espíritu emprendedor las cosas grandes y pequeñas de cada día, para servir con amor y alegría a Dios y a los demás”.

Su padre era un militar nacionalista, ejecutado por los republicanos durante la Guerra Civil española. Guadalupe perdonó desde el primer momento a los responsables y, luego del conflicto bélico, acabó la carrera universitaria de Química en la Universidad Central de Madrid (hoy Universidad Complutense) y fue una de las cinco mujeres de su promoción. Después fue profesora de Física y Química en el Colegio de las Irlandesas y en el Liceo Francés de Madrid. De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó con jóvenes universitarias el trabajo apostólico y de formación cristiana del Opus Dei. Su prioridad era cumplir la voluntad de Dios y ayudar a cada persona con desinterés y cariño. Desde 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con San Josemaría en el gobierno del Opus Dei; a él lo había conocido en 1944 y ella dijo del santo: “Tuve la sensación clara de que Dios me hablaba a través de aquel sacerdote”. Por motivos de salud, se trasladó a España en 1958 y reemprendió la enseñanza y la investigación en ámbito científico. Concluyó su tesis doctoral en Química y fue pionera del Centro de Estudios e Investigación de Ciencias Domésticas (CEICID). En todas sus acciones se reflejaba su anhelo de amar a Dios con su trabajo. Como consecuencia de una enfermedad del corazón, falleció en Pamplona, con fama de santidad, el día la Virgen del Carmen en 1975. Tenía 59 años. El proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe comenzó el 18 de noviembre de 2001 en Madrid. 1 1

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GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI: UNA PROFESORA DE QUÍMICA EN LOS ALTARES 24/04/2019

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l Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que aprueba el milagro atribuido a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, española experta en química y miembro del Opus Dei que de esta manera será proclamada beata el próximo 18 de mayo, aniversario de su primera comunión. El anuncio, realizado por la Santa Sede, fue destacado por el Prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz. “La vida de Guadalupe nos lleva a comprobar cómo el darse enteramente al Señor, respondiendo con generosidad a lo que Dios va pidiendo en cada momento, hace ser muy felices aquí en la tierra y luego en el Cielo, donde se encuentra la felicidad que no se acaba”, afirmó. En ese sentido, Mons. Ocáriz pidió al Señor “que el ejemplo de Guadalupe nos anime a ser valientes para afrontar con entusiasmo y espíritu emprendedor las cosas grandes y pequeñas de cada día, para servir con amor y alegría a Dios y a los demás”.

EN SUS CLASES DE QUÍMICA. El milagro ocurrió en el 2002 y consiste en la curación instantánea de un hombre de 76 que tenía un tumor maligno de piel jun-

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to al ojo derecho. El beneficiado fue Antonio Jesús Sedano Madrid, quien una noche, pocos días antes de la intervención quirúrgica, acudió con fe a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, pidiéndole que no fuera necesario someterse a la operación. A la mañana siguiente, el tumor había desaparecido por completo. En sucesivas revisiones médicas, la curación fue confirmada. Según el sitio web del Opus Dei, el postulador de la causa, P. Antonio Rodríguez de Rivera, dijo en una entrevista que Guadalupe era “una mujer enamorada de Dios, llena de fe y de esperanza que, con su trabajo y optimismo, ayudó a los demás en sus necesidades espirituales y materiales. Era manifiesta la alegría que impregnaba todo su quehacer, también ante situaciones más difíciles”. La futura beata nació en Madrid en 1916, el día de la Virgen de Guadalupe. Estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central de su ciudad natal y fue una de las cinco mujeres de su promoción. Durante la Guerra Civil española confortó a su padre, que era militar, en las horas previas a su ejecución. Perdonó desde el primer momento a los responsables. Luego

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del conflicto bélico, acabó la carrera universitaria y fue profesora de Física y Química en el Colegio de las Irlandesas y en el Liceo Francés de Madrid. A comienzos de 1944 conoció al fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá, quien le enseñó que se puede encontrar a Cristo en el trabajo profesional y la vida ordinaria. “Tuve la sensación clara de que Dios me hablaba a través de aquel sacerdote”, expresó después Guadalupe. Durante sus primeros años como miembro del Opus Dei, Guadalupe trabajó principalmente en la formación cristiana de los jóvenes en Madrid y Bilbao. De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó el trabajo apostólico del Opus Dei. Quienes la conocieron destacaron que su prioridad era cumplir la voluntad de Dios y ayudar a cada persona. En 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con San Josemaría en el gobierno del Opus Dei. Después de dos años, por motivos de salud, se trasladó a España y reemprendió la enseñanza y la investigación en ámbito científico. Concluyó su tesis doctoral en Química y fue pionera del Centro de Estudios e Investigación de Ciencias Domésticas (CEICID). Al mismo tiempo, continuó ocupándose de tareas de formación cristiana en el Opus Dei. En todas sus acciones se refleja su anhelo de amar a Dios con su trabajo, su amistad y una honda alegría que transmitía paz y serenidad. Como consecuencia de una enfermedad del corazón, falleció en Pamplona, con fama de santidad, el día la Virgen del Carmen en 1975. Tenía 59 años. El proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe comenzó el 18 de noviembre de 2001 en Madrid.

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BEATIFICACIÓN DE GUADALUPE ORTIZ LANDÁZURI No. 430, abril 2019

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l 8 de junio de 2018, el papa Francisco dio autorización a la Congregación para a Causa de los Santos para publicar el decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri y se ha fijado como fecha para su beatificación el 18 de mayo de 2019, en Madrid. Guadalupe Ortiz de Landázuri nació el 12 de diciembre de 1916 en Madrid. Fue la menor de cuatro hermanos. Estudió Ciencias Químicas, carrera que finalizo –con el intervalo de la guerra civil- en 1940, con uno de los mejores expedientes de su curso. Quería dedicarse a la docencia universitaria y comenzó los estudios de doctorado.

El 19 de marzo, con 27 años, escribió una carta a san Josemaría, solicitando la admisión en el Opus Dei como numeraria. En 1950 fue a México para iniciar la labor apostólica del Opus Dei con mujeres. Muchas de las personas que la conocieron en ese país escribirán después sus recuerdos. En uno de ellos se lee: “me llamó la atención la forma de rezar; se metía en Dios y estaba muy recogida y siempre se la veía alegre, contenta y risueña; fui descubriendo, con su vida, lo que era una entrega a Dios; llamaba la atención el modo como vivía lo que decía, lo tenía encarnado el espíritu de la Obra…” Después de pasar un tiempo en Roma, colaborando con San Josemaría en el trabajo de gobierno del Opus Dei, Guadalupe volvió a España. Entre 1960 y 1974 dio clases en la Escuela de Maestría industrial, de la que fue catedrática y subdirectora.

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GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI: UNA PROFESORA DE QUÍMICA EN LOS ALTARES 24/04/2019

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l Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que aprueba el milagro atribuido a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, española experta en química y miembro del Opus Dei quién de esta manera será proclamada beata el próximo 18 de mayo, aniversario de su primera comunión. El anuncio, realizado por la Santa Sede, fue destacado por el Prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz. “La vida de Guadalupe nos lleva a comprobar cómo el darse enteramente al Señor, res-

pondiendo con generosidad a lo que Dios va pidiendo en cada momento, hace ser muy felices aquí en la tierra y luego en el Cielo, donde se encuentra la felicidad que no se acaba”, afirmó. En ese sentido, Mons. Ocáriz pidió al Señor “que el ejemplo de Guadalupe nos anime a ser valientes para afrontar con entusiasmo y espíritu emprendedor las cosas grandes y pequeñas de cada día, para servir con amor y alegría a Dios y a los demás”. El milagro ocurrió en el 2002 y consis-

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te en la curación instantánea de un hombre de 76 años que tenía un tumor maligno de piel junto al ojo derecho. El beneficiado fue Antonio Jesús Sedano Madrid, quien una noche, pocos días antes de la intervención quirúrgica, acudió con fe a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, pidiéndole que no fuera necesario someterse a la operación. A la mañana siguiente, el tumor había desaparecido por completo. En sucesivas revisiones médicas, la curación fue confirmada. Según el sitio web del Opus Dei, el postulador de la causa, P. Antonio Rodríguez de Rivera, dijo en una entrevista que Guadalupe era “una mujer enamorada de Dios, llena de fe y de esperanza que, con su trabajo y optimismo, ayudó a los demás en sus necesidades espirituales y materiales.” Era manifiesta la alegría que impregnaba todo su quehacer, también ante situaciones más difíciles. La futura beata nació en Madrid en 1916, el día de la Virgen de Guadalupe. Estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central de su ciudad natal y fue una de las cinco mujeres de su promoción. Durante la Guerra Civil española confortó a su padre, que era militar, en las horas previas a su ejecución. Perdonó desde el primer momento a los responsables. Luego del conflicto bélico, acabó la carrera universitaria y fue profesora de Física y Química en el Colegio de las Irlandesas y en el Liceo Francés de Madrid. A comienzos de 1944 conoció al funda-

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dor del Opus Dei, San Josemaría Escrivá, quien le enseñó que se puede encontrar a Cristo en el trabajo profesional y la vida ordinaria. “Tuve la sensación clara de que Dios me hablaba a través de aquel sacerdote”, expresó después Guadalupe. Durante sus primeros años como miembro del Opus Dei, Guadalupe trabajó principalmente en la formación cristiana de los jóvenes en Madrid y Bilbao. De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó el trabajo apostólico del Opus Dei. Quienes la conocieron destacaron que su prioridad era cumplir la voluntad de Dios y ayudar a cada persona. En 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con San Josemaría en el gobierno del Opus Dei. Después de dos años, por motivos de salud, se trasladó a España y reemprendió la enseñanza y la investigación en ámbito científico. Concluyó su tesis doctoral en Química y fue pionera del Centro de Estudios e Investigación de Ciencias Domésticas (CEICID). Al mismo tiempo, continuó ocupándose de tareas de formación cristiana en el Opus Dei. En todas sus acciones se refleja su anhelo de amar a Dios con su trabajo, su amistad y una honda alegría que transmitía paz y serenidad. Como consecuencia de una enfermedad del corazón, falleció en Pamplona, con fama de santidad, el día la Virgen del Carmen en 1975. Tenía 59 años. El proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe comenzó el 18 de noviembre de 2001 en Madrid.

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GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI, LA PRIMERA SANTA DE LA PUERTA DE AL LADO DEL OPUS DEI 28/03/2019 Fuente: Guillermo Romero Salamanca Colaboración escrita por Javier Hernando Aguillón, de la Universidad de La Sabana (Chía, Cundinamarca).

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l Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que aprueba el milagro atribuido a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, española experta en química y miembro del Opus Dei, quien de esta manera será proclamada beata el próximo 18 de mayo, aniversario de su primera comunión. El anuncio, realizado por la Santa Sede, fue destacado por el Prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz. “La vida de Guadalupe nos lleva a comprobar cómo el darse enteramente al Señor, respondiendo con generosidad a lo que Dios va pidiendo en cada momento, hace ser muy felices aquí en la tierra y luego en el Cielo, donde se encuentra la felicidad que no se acaba”, afirmó. En ese sentido, Mons. Ocáriz pidió al Señor “que el ejemplo de Guadalupe nos anime a ser valientes para afrontar con entusiasmo y espíritu emprendedor las cosas grandes y pequeñas de cada día, para servir con amor y alegría a Dios y a los demás”. El milagro ocurrió en el 2002, y consiste en la curación instantánea de un hombre de 76 años que tenía un tumor maligno de

piel junto al ojo derecho. El beneficiado fue Antonio Jesús Sedano Madrid, quien una noche, pocos días antes de la intervención quirúrgica, acudió con fe a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, pidiéndole que no fuera necesario someterse a la operación. A la mañana siguiente, el tumor había desaparecido por completo. En sucesivas revisiones médicas, la curación fue confirmada. Según el sitio web del Opus Dei, el postulador de la causa, P. Antonio Rodríguez de Rivera, dijo en una entrevista que Guadalupe era “una mujer enamorada de Dios, llena de fe y de esperanza que, con su trabajo y optimismo, ayudó a los demás en sus necesidades espirituales y materiales. Era manifiesta la alegría que impregnaba todo su quehacer, también ante las situaciones más difíciles”. La futura beata nació en Madrid en 1916, el día de la Virgen de Guadalupe. Estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central de su ciudad natal y fue una de las cinco mujeres de su promoción. 1 7

Durante la Guerra Civil española confortó a su padre, que era militar, en las horas previas a su ejecución. Perdonó desde el primer momento a los responsables. Luego del conflicto bélico, acabó la carrera universitaria y fue profesora de Física y Química en el Colegio de las Irlandesas y en el Liceo Francés de Madrid. A comienzos de 1944 conoció al fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá, quien le enseñó que se puede encontrar a Cristo en el trabajo profesional y la vida ordinaria. “Tuve la sensación clara de que Dios me hablaba a través de aquel sacerdote”, expresó después Guadalupe. Durante sus primeros años como miembro del Opus Dei, Guadalupe trabajó principalmente en la formación cristiana de los jóvenes en Madrid y Bilbao. De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó el trabajo apostólico del Opus Dei. Quienes la conocieron destacaron que su prioridad era cumplir la voluntad de Dios y

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ayudar a cada persona. En 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con San Josemaría en el gobierno del Opus Dei. Después de dos años, por motivos de salud, se trasladó a España y reemprendió la enseñanza y la investigación en el ámbito científico. Concluyó su tesis doctoral en Química y fue pionera del Centro de Estudios e Investigación de Ciencias Domésticas (CEICID). Al mismo tiempo, continuó ocupándose de tareas de formación cristiana en el Opus Dei. En todas sus acciones se refleja su anhelo de amar a Dios con su trabajo, su amistad y una honda alegría que transmitía paz y serenidad. Como consecuencia de una enfermedad del corazón, falleció en Pamplona, con fama de santidad, el día la Virgen del Carmen en 1975. Tenía 59 años. El proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe comenzó el 18 de noviembre de 2001 en Madrid.

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• REPORTAJE PERIODÍSTIC O • • R E P O RTAJ E P E R IO D Í S T IC O •

GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI: UNA PROFESORA DE QUÍMICA EN LOS ALTARES 25/04/2019 Por Guillermo Romero Salamanca

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l Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que aprueba el milagro atribuido a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, española experta en química y miembro del Opus Dei que de esta manera será proclamada beata el próximo 18 de mayo, aniversario de su primera comunión. El anuncio, realizado por la Santa Sede, fue destacado por el Prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz. “La vida de Guadalupe nos lleva a comprobar cómo el darse enteramente al Señor, respondiendo con generosidad a lo que Dios va pidiendo en cada momento, hace ser muy felices aquí en la tierra y luego en el Cielo, donde se encuentra la felicidad que no se acaba”, afirmó. En ese sentido, Mons. Ocáriz pidió al Señor “que el ejemplo de Guadalupe nos anime a ser valientes para afrontar con entusiasmo y espíritu emprendedor las cosas grandes y pequeñas de cada día, para servir con amor y alegría a Dios y a los demás”. El milagro ocurrió en el 2002 y consiste en la curación instantánea de un hombre de 76 años que tenía un tumor maligno de piel junto al ojo derecho. 1 9

El beneficiado fue Antonio Jesús Sedano Madrid, quien una noche, pocos días antes de la intervención quirúrgica, acudió con fe a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, pidiéndole que no fuera necesario someterse a la operación. A la mañana siguiente, el tumor había desaparecido por completo. En sucesivas revisiones médicas, la curación fue confirmada. Según el sitio web del Opus Dei, el postulador de la causa, P. Antonio Rodríguez de Rivera, dijo en una entrevista que Guadalupe era “una mujer enamorada de Dios, llena de fe y de esperanza que, con su trabajo y optimismo, ayudó a los demás en sus necesidades espirituales y materiales. Era manifiesta la alegría que impregnaba todo su quehacer, también ante situaciones más difíciles”. La futura beata nació en Madrid en 1916, el día de la Virgen de Guadalupe. Estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central de su ciudad natal y fue una de las cinco mujeres de su promoción. Durante la Guerra Civil española confortó a su padre, que era militar, en las horas previas a su ejecución. Perdonó desde el primer momento a los responsables. Luego del conflicto bélico, acabó la carrera universitaria y fue profesora de Física y Química en el Colegio de las Irlandesas y en el Liceo Francés de Madrid. A comienzos de 1944 conoció al fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá, quien le enseñó que se puede encontrar

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a Cristo en el trabajo profesional y la vida ordinaria. “Tuve la sensación clara de que Dios me hablaba a través de aquel sacerdote”, expresó después Guadalupe. Durante sus primeros años como miembro del Opus Dei, Guadalupe trabajó principalmente en la formación cristiana de jóvenes en Madrid y Bilbao. De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó el trabajo apostólico del Opus Dei. Quienes la conocieron destacaron que su prioridad era cumplir la voluntad de Dios y ayudar a cada persona. En 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con San Josemaría en el gobierno del Opus Dei. Después de dos años, por motivos de salud, se trasladó a España y reemprendió la enseñanza y la investigación en ámbito científico. Concluyó su tesis doctoral en Química y fue pionera del Centro de Estudios e Investigación de Ciencias Domésticas (CEICID). Al mismo tiempo, continuó ocupándose de tareas de formación cristiana en el Opus Dei. En todas sus acciones se refleja su anhelo de amar a Dios con su trabajo, su amistad y una honda alegría que transmitía paz y serenidad. Como consecuencia de una enfermedad del corazón, falleció en Pamplona, con fama de santidad, el día la Virgen del Carmen en 1975. Tenía 59 años. El proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe comenzó el 18 de noviembre de 2001 en Madrid.

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LA ESPAÑOLA GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI SERÁ BEATIFICADA EL 18 DE MAYO Cultura 27/04/2017 Laura Neira Marciales

El papa francisco autorizó el reconocimiento del milagro atribuido a la química.

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uadalupe Ortíz de Landázuri nació en Madrid en 1916 y murió en 1975 en Pamplona. Se desempeñó como profesora de química y fue de las primeras mujeres en seguir a san Josemaría Escrivá de Balaguer en su deseo de difundir la llamada universal a la santidad a través del Opus Dei. Según un anuncio de la Santa Sede, Ortíz será proclamada beata el 18 de mayo en el aniversario de su primera comunión. Monseñor Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, resaltó que “la vida de Guadalupe nos lleva a comprobar cómo el darse enteramente al Señor, respondiendo con generosidad a lo que Dios va pidiendo en cada momento da felicidad no solo en la tierra, sino en el cielo”. El Papa Francisco fue el encargado de autorizar la promulgación del decreto que aprobó el milagro que se le atribuye a la intercesión de Guadalupe Ortíz de Landázuri, que data del 2002, cuando curó instantáneamente a un hombre de 76 años que tenía un tumor maligno de piel junto al ojo derecho. Antonio Jesús Sedano fue el beneficiado del milagro y aseguró que “Guadalupe

era una mujer enamorada de Dios, llena de fe y de esperanza que, con su trabajo y optimismo, ayudó a los demás en sus necesidades espirituales y materiales”. Cabe resaltar que Ortíz de Landázuri estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central de Madrid y fue una de las cinco mujeres de su promoción; se unió al Opus Dei en 1944 al conocer a Escrivá.

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A G E N C IA D E

NOTICIAS

PROFESORA DE QUÍMICA Y BEATA 12/05/2019

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or Guillermo Romero Salamanca

l Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que aprueba el milagro atribuido a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, española experta en química y miembro del Opus Dei, quien de esta manera, será proclamada beata el 18 de mayo, aniversario de su primera comunión. Nació en Madrid en 1916, el día de la Virgen de Guadalupe. Estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central de su ciudad natal y fue una de las cinco mujeres de su promoción. El milagro ocurrió en el 2002 y consiste en la curación instantánea de un hombre de 76 años que tenía un tumor maligno de piel junto al ojo derecho.

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‘GUADALUPE: UN CAMINO AL CIELO EN LA VIDA COTIDIANA’ 14/05/2019 11:37 a.m. Por: Fernando Ocáriz. Prelado del Opus Dei

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a sierva de Dios Guadalupe Ortiz de Landázuri será beatificada el próximo 18 de mayo en Madrid. Este acontecimiento es motivo de alegría y de esperanza, porque manifiesta, una vez más, que Dios llama a todos a vivir una vida plena junto a Él, a la santidad, y que es posible alcanzarla en las vicisitudes de la vida cotidiana. La futura beata amaba la vida que Dios había escogido para ella; la hizo suya y fue feliz. Siendo joven, sufrió la muerte de su padre, que afrontó con serenidad y firmeza. A pesar de las dificultades, decidió continuar con sus estudios de Química y seguir una profesión que era poco frecuente en las mujeres de su tiempo; luego se dedicó a la enseñanza, donde puso en juego todas sus cualidades. Cuando conoció a san Josemaría Escrivá y descubrió que Dios la llamaba a vivir su vida cristiana según el espíritu del Opus Dei, no dudó en entregarse generosamente para seguir la invitación a alcanzar la santidad en la vida cotidiana. Guadalupe permaneció abierta a lo que Dios le iba pidiendo en cada momento:

dejar por un tiempo su profesión para retomarla más tarde, viajar a México para empezar la labor apostólica del Opus Dei en el continente americano, regresar a España y continuar con la enseñanza, comenzar a una edad avanzada la tesis doctoral. El ejemplo de Guadalupe puede ser una luz, un impulso para afrontar como camino de santidad la vida corriente, con sus proyectos, ilusiones, desafíos, planes más o menos previstos, pero en la que hay también cambios, dificultades y problemas inesperados. Destaca en ella la actitud de amar lo que Dios nos da, de querer lo que Él quiera, de confiar y esperar en Él, y vivir plenamente el presente, como es, poniendo en manos de Dios el futuro. Guadalupe fue una persona alegre, valiente, decidida, emprendedora, acogedora. La certeza que tenía de la cercanía de Dios, de Su amor por ella, la llenaba de sencillez y serenidad y le hacía no tener miedo de sus errores y de sus defectos, e ir siempre para adelante buscando querer en todo a Dios y a los demás. Muchas

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veces podemos estar tentados a dejar de aspirar a cosas grandes, a renunciar a nuestros sueños, porque palpamos nuestras limitaciones y errores. Guadalupe nos enseña que es posible soñar y llegar lejos si, a pesar de las dificultades, confiamos en Dios, en su amor por nosotros. Esta química madrileña hizo compatible una vida profesional intensa con el trato con Dios y con el servicio a los demás. Sus numerosas cartas nos hacen ver cómo intentaba poner a Dios en primer lugar y, aunque no siempre lo lograba tal como quería, recomenzaba cada vez con nuevo empeño. En algunos momentos del día, procuraba tener ratos de encuentro personal con Dios, de oración, de donde sacaba la fuerza para encontrarle luego en cada circunstancia. Todos, a pesar de las múltiples tareas y compromisos que llenan nuestro día, podemos, si queremos, encontrarnos con Dios, que nos espera pacientemente en cada momento y especialmente en la Eucaristía. No deja de parecer un especial detalle del Señor que el 18 de mayo, día de su beatificación, sea la fecha en que Guadalupe recibió la Primera Comunión. Esta coincidencia nos recuerda la estrecha unión que existe entre Eucaristía y santidad personal. La futura beata es también un modelo de cómo descubrir a Dios en nuestro trabajo, en nuestra labor bien hecha. Era consciente de que podía hacer presente a Dios en su actividad profesional, y en ella y a través de ella, darle a conocer a los demás.

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El amor de Dios y su afán profesional la impulsaban a implicarse generosamente en las necesidades sociales de su tiempo; no le eran indiferentes los sufrimientos de los demás y esto la animó a llevar adelante iniciativas de desarrollo social tanto en su país como en México, desplegando sus conocimientos y talentos. Guadalupe era una apasionada de la Química, pero el trabajo no era para ella sólo un lugar de realización profesional, sino principalmente un espacio para tratar a Dios y darse a los demás, de servir. Muchas personas que la conocieron recuerdan su alegría, su risa contagiosa, que hacía la vida agradable a los demás. Este carácter alegre y abierto tendría algo de temperamental, heredado, pero era también fruto del esfuerzo y del sacrificio escondido. Sufrió por muchos años una enfermedad cardíaca, que la hacían sentirse cansada y hasta agotada, pero eligió abrazar esa dificultad y sonreír a los demás, quitándose importancia. Pensando en Guadalupe, me viene a la memoria también una afirmación de san Josemaría: “Darse al servicio de los demás, es de tal eficacia, que el Señor lo premia con una humildad llena de alegría”. En este mes de mayo, especialmente dedicado a la Santísima Virgen, podemos pedir a Ella que la figura de Guadalupe nos inspire y nos impulse a aceptar siempre las invitaciones de Dios para nuestra vida, para ser como ella felices, “beatos”, como la declarará dentro de pocos días la Iglesia.

UNA PROFESORA A LOS ALTARES 15/05/2019 Por: Juan Camilo Díaz Bohórquez

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ay quienes piensan que las personas corrientes no pueden ser santas, o mejor que no pueden plantearse como lucha ser santas; sin embargo, en los tres últimos pontificados, el número de no religiosos que han llegado a los altares de la Iglesia católica ha crecido sustancialmente, ya que la ejemplaridad de la vida y muerte de las personas, puede ser la misma, o incluso superior para una ama de casa, una profesora como en este caso o para un hombre de oficina, frente a un sacerdote o a una monja dedicados únicamente a la oración. La Iglesia quiere proponer a la sociedad modelos de vida, de nuestra época, que en este tiempo y sin vivir una vida religiosa, también debe luchar por alcanzar la santidad, en la plenitud de la vida común. Los santos y santas, por aquello de la “fragilidad humana”, pueden ser cualquier persona, particularmente quienes buscan santificarse en sus labores ordinarias. El año anterior, el papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que aprueba el milagro atribuido a la intercesión de la ingeniera química Guadalupe Ortiz de Landázuri, madrileña, nacida

el 12 de diciembre de 1916, miembro del Opus Dei, quien será proclamada beata el próximo 18 de mayo, aniversario de su primera comunión. Guadalupe quiso encontrar a Cristo en el trabajo profesional y la vida ordinaria. Guadalupe era “una mujer enamorada de Dios, llena de fe y de esperanza que, con su trabajo y optimismo, ayudó a los demás en sus necesidades espirituales y materiales. Era manifiesta la alegría que impregnaba todo su quehacer, también ante situaciones más difíciles”, como lo señaló el postulador de su causa (que para algunos toma el nombre de ), el sacerdote Antonio Rodríguez de Rivera. A los que su vocación les obligó a vivir y a la vez, “ser” santos en el “mundo”, les sobran méritos, pero requieren además ser tenidos como dignos de estar en los altares, deben, por su intercesión, haber generado un milagro, que ocurrió en el 2002 y consiste en la curación instantánea de un hombre de 76, Antonio Jesús Sedano Madrid, que tenía un tumor maligno de piel junto al ojo derecho. El beneficiado acudió con fe a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, 25

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pidiéndole que no fuera necesario someterse a una operación quirúrgica y, la mañana siguiente, el tumor había desaparecido por completo. El anuncio de la beatificación de una laica del Opus Dei, realizado por la Santa Sede, fue destacado por el Prelado, Monseñor Fernando Ocáriz, máximo jerarca de la Obra, como familiarmente se conoce, en el sentido que “La vida de Guadalupe nos lleva a comprobar cómo el darse enteramente al Señor, respondiendo con generosidad a lo que Dios va pidiendo en cada momento, hace ser muy felices aquí en la tierra y luego en el Cielo, donde se encuentra la felicidad que no se acaba”, afirmó. En ese sentido, Mons. Ocáriz pidió al Señor “que el ejemplo de Guadalupe nos anime a ser valientes para afrontar con entusiasmo y espíritu emprendedor las cosas grandes y pequeñas de cada día, para servir con amor y alegría a Dios y a los demás”. Su padre era un militar nacionalista, ejecutado por los republicanos durante la Guerra Civil española. Guadalupe perdonó desde el primer momento a los responsables y, luego del conflicto bélico, acabó la carrera universitaria de Química en la Universidad Central de Madrid (hoy Universidad Complutense) y fue una de las cinco mujeres de su promoción. Después fue profesora de Física y Química en el Colegio de las Irlandesas y en el Liceo Francés de Madrid. De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó con jóvenes universitarias el

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trabajo apostólico y de formación cristiana del Opus Dei. Su prioridad era cumplir la voluntad de Dios y ayudar a cada persona con desinterés y cariño. Desde 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con San Josemaría en el gobierno del Opus Dei; a él lo había conocido en 1944 y ella dijo del santo: “Tuve la sensación clara de que Dios me hablaba a través de aquel sacerdote”. Por motivos de salud, se trasladó a España en 1958 y reemprendió la enseñanza y la investigación en ámbito científico. Concluyó su tesis doctoral en Química y fue pionera del Centro de Estudios e Investigación de Ciencias Domésticas (CEICID). En todas sus acciones se reflejaba su anhelo de amar a Dios con su trabajo, su amistad y una honda alegría que transmitía de paz y serenidad. Como consecuencia de una enfermedad del corazón, falleció en Pamplona, con fama de santidad, el día la Virgen del Carmen en 1975. Tenía 59 años. El proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe comenzó el 18 de noviembre de 2001 en Madrid.

P O RTA L W E B

PROFESORA DE QUÍMICA BEATIFICADA EN MADRID 6/05/2019 Fuente: Don Tamalio

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uadalupe nació en Malasaña, un barrio de Madrid en 1916, estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central, siendo una de las cinco mujeres de una clase de 70 estudiantes. Luego dio clases de Física y Química en varias instituciones de Madrid, como el Colegio de las Irlandesas, el Liceo Francés o el Instituto Ramiro de Maeztu. Hoy la primera laica del Opus Dei, es beatificada en España. Guadalupe Ortiz Landázuri, fue una Doctora en Química, investigadora y docente, fue proclamada beata en una ceremonia en la mañana de este 18 de mayo, en Madrid en el Palacio de Vistalegre y presidida por el cardenal Giovanni Ángelo Becciu, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, concelebrada por el arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro, junto a otros cardenales, obispos y sacerdotes. Pese a ser una apasionada de la ciencia, su mayor afán era su fe. Esa pasión por anunciar el evangelio, ayudó a la gente a tener horizontes, a tener ilusiones, valores, apertura de mente y de corazón.

Dedicó gran parte de su vida a fundar el Opus Dei en México, con una intensa labor evangelizadora y de promoción social, especialmente dedicada a la mujer. En este país iberoamericano, Guadalupe impulsó centros de formación cultural y profesional de las mujeres rurales. Puso en marcha una granja-escuela, un centro de enseñanza primaria y secundaria, un taller de confección, un colegio de alfabetización y una escuela hotelera para mejorar la vida de las mujeres.

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ESTA MUJER LAICA, PROFESORA DE QUÍMICA, SERÁ BEATIFICADA Cultura 18/05/2019 Por: Ronald Castañeda

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n 1944, cuando conoció a San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, la española Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975) tuvo la sensación de estar comunicándose con Dios y sintió que ella también tenía vocación de servicio. Fue una destacada estudiante y profesora de química, física y matemáticas, y su vida estuvo dispuesta a ayudar al otro, como la recuerdan sus seguidores. La Iglesia la beatificará este 18 de mayo y será primera laica del Opus Dei que subirá a los altares, luego de ser proclamada “sierva de Dios” y “venerable”, un proceso que comenzó hace 18 años. La ceremonia será presidida por el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y se celebrará en el recinto de Vistalegre, en Madrid, a partir de las 11:00 de la mañana, hora España. La beatificación sería el penúltimo paso para llegar a la canonización y alcanzar la categoría de santa.

QUIÉN FUE Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en Madrid en 1916, el día de las fiestas de la Virgen de Guadalupe. Fue una destacada estudiante de Ciencias Químicas en la Universidad Central. A los 28 años conoció el Opus Dei y a partir de entonces comenzó a trabajar en la fe apostólica, especialmente en la enseñanza con mujeres. “Cuando conoció a Josemaría ya tenía inquietud por la fe, espiritualidad, vocación, sencillez y liderazgo, todo lo que la

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identificaría”, comenta Aurora Pachano, comunicadora social integrante del Opus Dei en Colombia. En 1950 se trasladó a México y durante seis años hizo trabajo apostólico. Desde 1956 se estableció en Roma, para colaborar con San Josemaría en el Opus Dei. Por motivos de salud, se trasladó a España en 1958 para continuar con sus labores de enseñanza e investigación científica. Comenta Aurora, que durante esta época nunca dejó a un lado su fe en Dios. Murió en 1975, días después de una operación del corazón. Dejó un séquito de seguidores que le dieron fama de santidad y de milagrosa, incluso en Medellín, donde hay varios centros de formación de la prelatura del Opus Dei y devotos de Guadalupe.“Iba tres veces por semana a su casa para que me asesorara”, comenta Beatriz Helena Uribe, paisa que recibió clases y hoy asistirá a la misa.

BEATA, NO SANTA El proceso de beatificación comenzó en 2001. El año pasado el Papa Francisco anunció el decreto de beatificación. “Como se aprobó un milagro puede convertirse en beata, lo que permite que haya culto en el público”, explica Hernán Olano, doctor en Derecho Canónico. El milagro avalado por la Iglesia fue la curación instantánea de Antonio Jesús Sedano, de 76 años, de un tumor maligno de piel junto al ojo derecho, en 2002. A partir de mañana, un segundo milagro atribuido a la beata será suficiente para seguir el proceso de ser santa.

CONTEXTO DE LA NOTICIA OPINIÓN FIELES Y SEGUIDORES DE GUADALUPE

BLANCA HELENA MARTÍNEZ Magíster en Educación “Tuvo una vida plena, valiente, decidida, alegre, con una gran capacidad de escucha, resistencia y amistad. Su vida demuestra que la santidad está compuesta de pequeños momentos de encuentro con Dios”.

SANDRA IDROVO Profesora de la U. de La Sabana “Tengo una estampa en el escritorio de mi oficina en la universidad. Todas las mañanas llego y la miro, y le digo Guadalupe: ‘Me tienes qué ayudar a sacar el día de hoy y a hacer posible todos mis proyectos’. Le tengo fe”.

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UNIVERSIDAD DE L A SABANA

GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI: UNA PROFESORA DE QUÍMICA EN LOS ALTARES 18/05/2019 Noticias Campus Nuestro sello

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l sábado 18 de mayo se llevará a cabo la ceremonia de beatificación de Guadalupe Ortiz De Landázuri en Madrid, su ciudad natal. El domingo 19 de mayo se ofrecerá la Misa de Acción de Gracias. El representante del Santo Padre que presidirá la ceremonia será el Cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. En Colombia, el acto podrá seguirse a través del canal Cristovisión y en streaming a través de www.opusdei.org/live, antes de las 11:00 a. m. (hora de Madrid, España). Además, será posible obtener más detalles del evento en www.guadalupeortiz- delandazuri.org. Ambos días, poco tiempo después de la conclusión, se ofrecerá en la web del Opus Dei un resumen de 20 minutos de las ceremonias para quien desee ver o recordar los momentos más importantes. En nuestro campus los invitamos a visitar la exposición sobre la vida y obra de Guadalupe Ortiz De Landázuri que se encuentra en el primer piso del edificio Ad Portas.

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R E V I S TA

VIDA DE LA PRIMERA LAICA DEL OPUS DEI QUE SERÁ BEATA 18/05/2019

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oy 18 de mayo en Madrid (España), se beatificará a Guadalupe Ortiz de Landázuri, la primera fiel laica del Opus Dei que subirá a los altares. El Cardenal Angelo Becciu, presidirá la ceremonia de beatificación. Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en España el 12 de diciembre de 1916 y murió el 16 de julio de 1975, fue una de las primeras científicas de la universidad española y también será el primer fiel laico del Opus Dei que será beatificado. Fue doctora en Ciencias Químicas, catedrática de maestría Industrial, investigadora en el ámbito de la química aplicada, -tanto en la búsqueda de materiales refractarios aislantes, para disminuir el consumo de energía, como en el sector de los textiles. El 8 de junio de 2018, el Santo Padre aprobó el milagro realizado por intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, previo a su beatificación. El milagro ocurrió en el 2002 y fue la curación instantánea de Antonio Jesús Sedano, de 76 años, de un tumor maligno de piel junto al ojo derecho. Una noche, pocos días antes de la intervención quirúrgica, Sedano acudió con fe a la intercesión de Guadalupe Ortiz de Landázuri, pidiéndole que

no fuera necesario someterse a la operación. A la mañana siguiente, el tumor había desaparecido por completo. En sucesivas revisiones médicas, la curación fue confirmada. El Prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz, aseguró en una carta dirigida a los fieles de la prelatura que “la noticia nos llena de agradecimiento a Dios y al Santo Padre” y les invitó a unirse a su “petición a Guadalupe por las intenciones del Papa”. “Guadalupe supo encontrar a Dios en el desempeño cotidiano de su labor científica y docente, en las distintas tareas de formación y gobierno que san Josemaría le encomendó, y en la enfermedad, llevada con gran espíritu cristiano”, precisó Mons Ocáriz. 31

D IA R I O D E S A N TA M A RTA

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GUADALUPE ORTÍZ DE LANDÁZURI, LA QUÍMICA BEATIFICADA POR LA IGLESIA 18/05/2019

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l papa Francisco firmó en junio de 2017 el decreto con el que la académica es elevada a beata partir de este sábado. Desde este sábado la iglesia católica cuenta con una nueva beata: la química madrileña Guadalupe Ortíz de Landázuri (1916-1975), una de las mujeres pioneras dentro del Opus Dei y destacada académica e investigadora. El papa Francisco autorizó en mayo de 2017 el decreto con el que se declaró venerable a esta científica, primer paso en los procesos de beatificación, y un mes después firmó el decreto con el que se le beatifica desde hoy. Guadalupe Ortíz es la primera laica del Opus Dei que sube a los altares.

LA MUJER Y LA SANTIDAD Para el padre Mario González García, sacerdote de la Diócesis de Santa Marta y miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei, la nueva beata Guadalupe Ortiz de Landázuri es un testimonio de la vigencia de las enseñanzas del Concilio Vaticano II acerca de la llamada universal a la santidad y del preponderante 32

papel de la mujer en la vida de la sociedad. “Precisamente en este tiempo cuando se habla un rol de lo femenino desarraigado y que violenta la identidad de la mujer, la beata Guadalupe viene a ser un estímulo para todas las mujeres, su testimonio, sin duda viene a iluminar con alegría y luz -la luz de la fe- el papel y la vida de la mujer en la familia y la sociedad”, agregó el presbítero.

SU VIDA Guadalupe Ortiz de Landázuri es la primera persona laica del Opus Dei en ser beatificada y fue una de las colaboradoras más cercanas del fundador de la Obra, Josemaría Escrivá de Balaguer. Nacida en Madrid el 12 de diciembre de 1916, Ortiz de Landázuri estudió Químicas y fue una de las pocas mujeres en cursar estudios en aquella época (1933). En Madrid se dedicó a la docencia y a la investigación, realizó su doctorado y desarrolló una gran actividad profesional y evangelizadora. En otras etapas de su vida vivió en México y Roma.

D IA R I O D E S A N TA M A RTA

LUZ DEL MUNDO 19/05/2019 00:05 a.m. Por: Padre Mario Rafael González García

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ue beatificada Guadalupe Ortíz de Landázuri, una mujer que con su vida contagiaba paz y alegría a quienes la rodeaban. Compartimos con ustedes apartes de la homilía preparada por el Cardenal Giovanni Angelo Becciu para la ceremonia de beatificación de Guadalupe Ortíz de Landázuri. “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, tendrá la luz de la vida” (Jn 8, 12). Esta página del evangelio nos recuerda que Cristo dice que también nosotros somos luz en el mundo, porque la hemos recibido de Él, que ha venido al mundo no solamente para “ser la luz”, sino para “dar la luz”, para comunicarla a las mentes y los corazones de cuantos creen en Él. Jesús quiere de nosotros precisamente esto, cuando dice “vosotros sois la luz del mundo”. De hecho añade: “No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa” (Mt 5, 14-15). Tenemos pues una tarea. Tenemos una responsabilidad por el don recibido: la responsabilidad sobre la luz que nos ha sido transmitida. No podemos solamente

apropiarnos de ella y guardarla únicamente para nosotros, sino que estamos llamados a comunicarla a los demás, a donarla; debemos hacerla brillar “ante los hombres” (v. 16). De esta verdad era consciente la beata Guadalupe. Ella es para nosotros un modelo de cómo mostrar esta luz que es Cristo y cómo transmitirla a los hermanos. Nos encontramos, en efecto, ante una mujer cuya vida ha sido iluminada solo por la fidelidad al Evangelio. Poliédrica y perspicaz, ha sido luz para aquellos que ha encontrado a lo largo de su existencia, mostrando un coraje y una alegría de vivir que procedían de su abandono en Dios, a cuya voluntad se conformaba día tras día, y cuyo descubrimiento la hizo testigo valiente y anunciadora de la Palabra de Dios. La fuente de su fecunda vida cristiana fue su íntima y constante unión con Cristo. Su diálogo con Dios, ya desde jovencita, era continuo y se realizaba singularmente mediante una intensa vida sacramental y prolongados tiempos de recogimiento: la Santa Misa y la confesión eran los pilares de su vida espiritual. El rezo del rosario, recitado con gran devoción, era el signo evidente de su pro33

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fundo vínculo con la Madre de Dios, a cuya intercesión solía confiarse. Guadalupe ha recorrido un camino de oración completo y maduro, que la llevó a experimentar en modo profundo y místico la presencia del Señor y su amor misericordioso. En efecto, es de la contemplación del misterio pascual de donde brotó la luz de la verdad que guió sus pasos. La misma luz la convirtió en una “lámpara” puesta “en el candelero y que alumbra a todos los de la casa” (v. 15). La cruz no tardó en aparecer en su vida. En el terrible período de la guerra civil aceptó con heroica fortaleza, fruto de una fe, esperanza y caridad también heroicas, el trágico fusilamiento de su padre, los peligros del conflicto armado, el alejamiento de Madrid, la pobreza y la interrupción de los estudios. En medio de tanto desierto espiritual y material tuvo lugar el encuentro que daría un giro total a su existencia. Tocada por la “gracia”, que experimentó durante una misa dominical, sintió el deseo de encontrar a alguien que le ayudase a hallar respuestas más profundas a sus exigencias espirituales y así, mediante un amigo, entró en contacto con el fundador del Opus Dei. El encuentro supuso un paso decisivo hacia una vida de total entrega a Dios. Incorporada a la Obra, se mostró disponible, con ánimo entusiasta y generoso, a comunicar a todos y en todas partes la alegría del descubrimiento de la “perla preciosa”, la de el evangelio, y comenzó a desarrollar un intenso apostolado en distintos lugares, estrechando con facilidad y por todas partes lazos de amistad con jóvenes, que eran edificadas con su fe, su piedad, su ca34

ridad y su alegría sana y contagiosa. Había ya comprendido que la unión con Dios no podía limitarse al momento de la oración en una capilla, sino que toda la jornada se presentaba como una ocasión para intensificar su trato con el Señor. Una característica espiritual suya era de hecho la de transformar en oración todo lo que hacía. Al respecto, le gustaba repetir que era necesario caminar con “los pies en la tierra pero mirando siempre al cielo, para ver luego más claro lo que pasa junto a nosotros” (Informatio, Sec. II, Biographia documentada, p. 46). La beata Guadalupe ha sabido ser, en cada circunstancia, un don para los demás, cuidando especialmente la formación de las estudiantes y dedicándose a la investigación científica para promover el progreso de la humanidad. Además, su corazón estuvo siempre abierto a las necesidades del prójimo, traduciéndose esto en una actitud de acogida y comprensión. En toda circunstancia demostró ser una mujer fuerte. Su fortaleza era particularmente evidente en las dificultades, en la realización de nuevas obras apostólicas, en la evangelización de frontera y, sobre todo, en saber aceptar pacientemente los sufrimientos físicos, que le condicionaban seriamente la vida diaria. Todo lo supo aceptar sin reservas y sin lamentarse, transformando la enfermedad en preciosa ofrenda al Altísimo y en una ocasión de profunda unión con el Crucificado. La nueva beata nos comunica a nosotros, los cristianos de hoy, que es posible armonizar la oración y la acción, la contemplación y el trabajo.

Se han repartido en diferentes ciudades miles de estampas para la devoción privada de la nueva Beata.

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En 14 ciudades del país, en parroquias, centros culturales, centros comerciales, colegios, universidades, se publicaron 250 piezas gráficas que anunciaban la Beatificación de Guadalupe.

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UNA EXPOSICIÓN

SOBRE GUADALUPE

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urante el mes de mayo y junio, en varias ciudades de Colombia: Bogotá, Chía, Medellín, Cali, Manizales... se mostraron 10 exposiciones sobre la vida de Guadalupe. Se trató de doce paneles donde se abordan los principales hitos de su biografía, la huella que dejó en México, su

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pasión por la Química y el milagro que ha llevado a su beatificación. La muestra se compone de un kit básico de doce paneles de 1x2 metros, ubicados en cuatro expositores triangulares, donde se recorren los hitos más relevantes de la vida de Guadalupe mediante una selección de textos, imágenes e ilustraciones.

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Oficina de Información de la Prelatura del Opus Dei en Colombia Carrera 18 No. 88-17 • Oficina 205, Bogotá • Teléfonos 691 4083 - 691 4075 E-mail: [email protected] - www.opusdei.org.co

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