April 6, 2014 The Diocesan Chronicle Volume 5

6 abr. 2014 - this effort. Counting myself, we are ten members. We meet quarterly to keep abreast of developments in the
76KB Größe 0 Downloads 27 Ansichten
April 6, 2014

The Diocesan Chronicle

Protection of Children

The tragic experience of clergy sexual abuse has taught the Church in the United States a very painful lesson: if we do not take care to protect our children, they will suffer dearly from our negligence. So in the last decade the Catholic Church has sought to heighten awareness of this danger in our midst and has implemented policies to deter it. A decade's experience has taught us that child protection programs really do work. Their effectiveness has been repeatedly validated by studies that show a notable statistical decline of sexual abuse in the Catholic Church. Elsewhere in this issue of The Chronicle you will find updated information from Barry Metzentine about our Child Protection Program in the Diocese of Baker. An encouraging sign that we're making progress is the notable increase in phone calls from parishes with questions about how to make the program work as it's supposed to. This is encouraging because it signals a growing rise in awareness, our best defense against abuse. For we have learned that sexual predators are masters of deception and dissemblance: they carefully groom their victims; they keep their intentions well-disguised from parents, teachers, and parishworkers; they exploit whatever social assets they have to circumvent precautions and gain access to the

Volume 5, Number 7

vulnerable. But to those who would prey upon the innocence of the young, the prospect of public exposure is a real deterrent. Widespread parish vigilance creates an environment unfriendly to abusers, and precisely such vigilance is what our Child Protection Program is designed to promote. On the diocesan level the Review Board plays a vitally important role in this effort. Counting myself, we are ten members. We meet quarterly to keep abreast of developments in the program's implementation and to review any incidents of reported child abuse on the part of anyone who works for or volunteers for the Diocese of Baker or any of our parishes. Review boards were established to guard against the covering up of abuse and abusers by bishops or other Church authorities. I have found our Board well suited to this task. They bring a variety of competencies to the table and much valuable life experience. I am most grateful to them for so generously putting their insight to the service of the Diocese in the protection of our children.

Protección de los niños

La trágica experiencia de los abusos sexuales del clero le ha enseñado a la Iglesia en los Estados Unidos una lección muy dolorosa: si no nos ocupamos de proteger a nuestros niños, ellos sufrirán mucho por nuestra negligencia. Por eso en la última década la Iglesia Católica ha tratado de aumentar la conciencia de este peligro entre nosotros y ha implementado pólizas para evitarlo. La experiencia de una década nos ha enseñado que los programas de protección de la infancia realmente funcionan. Su eficacia se ha verificado en repetidas ocasiones por los estudios que muestran un descenso notable de los abusos sexuales en la Iglesia Católica. En otra parte de esta edición de la Crónica, encontrará información actualizada de Barry Metzentine sobre nuestro Programa de Protección de la Infancia en la Diócesis de Baker. Una prueba alentadora de que estamos progresando es el aumento de llamadas telefónicas de las parroquias para preguntar qué hacer para que el programa funcione como debe. Esto es alentador, porque muestra mayor preocupación y atención lo cual es nuestra mejor defensa contra el abuso. Porque hemos aprendido que los depredadores sexuales son maestros del engaño y disimulo: ellos preparan

con cuidado a sus víctimas, ellos mantienen sus intenciones bien disfrazadas de los padres, maestros y trabajadores parroquiales, ellos explotan todos lo atributos sociales que tienen y tener acceso al vulnerable. Pero para aquellos que se aprovechan de la inocencia de los chicos, la posibilidad de ser expuestos al público es un elemento real que los detiene. La vigilancia parroquia generalizada crea un ambiente hostil para los abusadores, y precisamente esta vigilancia es lo que nuestro Programa de Protección a la Infancia tiene por objeto proveer. A nivel diocesano la comisión de Revisión desempeña un papel de vital importancia en este esfuerzo. Somos diez miembros incluyéndome yo mismo. Nos reunimos trimestralmente para mantenernos al tanto de los avances en la implementación del programa y para revisar los posibles casos de abuso infantil por parte de cualquier persona que trabaje o sea voluntario de la Diócesis de Baker, o de cualquiera de nuestras parroquias. Obispos y otras autoridades de la Iglesia han establecido comités de revisión para que no haya encubrimiento de abusos y abusadores. He encontrado nuestra comisión bien adaptada a esta tarea. Ellos traen una variedad de talentos y muy valiosa experiencia de vida a la comisión. Estoy muy agradecido con ellos por poner tan generosamente su capacidad al servicio de la Diócesis en la protección de nuestros niños.