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referencia a la unificación de sordos y oyentes en todas las actividades, ya sea en la adoración, la predicación, la ala
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¿Alguna vez usted se ha conmovido escuchando testimonios de misioneros que han viajado a lugares inhóspitos, a culturas diferentes para llevar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, a personas que nunca lo han escuchado? ¿Ha oído a estos y a otros misioneros desafiarlo a orar, a contribuir financieramente, o a estar usted mismo dispuesto a llevar el evangelio a esas personas, para que encuentren la salvación? Ciertamente aquí, en su propio país, provincia y ciudad; hay personas que están escondidas como en una jungla lejana, iguales de pecaminosos y sin Dios como cualquier aborigen aislado en el medio de la selva. Estas personas están encerradas detrás de una barrera de “silencio”. Una barrera llamada SORDERA. Jamás podrán escuchar las buenas nuevas de nuestro glorioso salvador, quien puede lavar sus pecados, si alguien no construye un puente entre el mundo del sordo y el evangelio de Jesucristo en su propio lenguaje de señas. “El ministerio a los sordos en los Estados Unidos tiene un poco mas de cien años de edad. Las iglesias para sordos fueron emergiendo poco a poco, pero hace treinta años el evangelio comenzó a expandirse con mayor fuerza dentro de la comunidad de los sordos. Aproximadamente hace unos veinte años el interés en los ministerios y misiones para los sordos pareció explotar.” Si en EEUU las misiones a los sordos tienen unos 100 años ¿cuanto cree usted que tienen en América Latina? ¿Y si preguntamos específicamente por Argentina? La respuesta es ALARMANTE. Hace unos 4 años que comenzamos a estudiar la lengua de señas argentina (LSA), y en todo ese tiempo hemos buscado iglesias con sana doctrina que tuvieran un ministerio a los sordos y encontramos muy pocas. Sí hallamos varias iglesias que han visto la necesidad pero, al igual que nosotros, no tenían muy claro cómo trabajar con la comunidad sorda. En Argentina hay misioneros, evangelistas y predicadores para los oyentes. También hay iglesias, programas de radio, publicaciones y páginas Web, todas para que la gente pueda oír el mensaje de Dios. Aún así, no están al alcance de los sordos, quiénes no pueden escuchar la radio ni entender los servicios cristianos. Muchos no pueden leer ni entender aún, los folletos que utilizamos para evangelizar.

La salvación es tan sencilla: Aceptando al Señor Jesucristo, pidiéndole perdón por nuestros pecados, pero, Romanos 10:13-15 dice: “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo. ¿Cómo, pues invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian las buenas nuevas!”. Haciendo una aplicación al mundo de los sordos se podría pensar, también, en cuán hermosas son las “manos” de los que anuncian la paz. Los sordos no “escucharán” el evangelio para creer hasta que usted y yo no se lo llevemos a ellos como sus predicadores y se lo presentemos con nuestras manos. Mateo 9:37-38 dice, “A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos, rogad pues al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. En Argentina existen aproximadamente 3.000.000 de personas con discapacidad auditiva. ¡Sí, Señor, la mies es mucha! Se imagina usted una población casi tan grande como nuestro vecino país de Uruguay ¿Cuántas iglesias y misioneros están trabajando allí? ¿Y cuántas iglesias y misioneros preparados para evangelizar a los sordos argentinos hay aquí con casi el mismo número de habitantes? Nuevamente nos ALARMA la respuesta. Por tal motivo es que junto a mi familia hemos viajado a Lima, Perú, donde existe un ministerio con más de 30 años de experiencia en la evangelización de las personas con discapacidad auditiva, la Iglesia Bautista Efata (www.efata.org) con el fin de capacitarnos para que al regreso a Argentina se comience la obra tan anhelada.

A continuación se desarrollaran algunos métodos posibles para trabajar con sordos e hipoacúsicos. Predicación con intérprete en lengua de señas: Esta propuesta de trabajo es la más simple de todas. Para ello es necesario un intérprete preparado en la lengua de señas de su región o país, y con un amplio vocabulario de señas bíblicas. Este sistema de trabajo tiene la ventaja de una respuesta “inmediata” (en caso de disponer de un intérprete) ante la necesidad que podría presentarse en la iglesia, cuando contamos con la presencia de uno o más sordos. No hay que esperar hasta tener en la congregación alguna persona con discapacidad auditiva para tener un intérprete. Es necesario orar y animar a los miembros de la iglesia a prepararse ya que la población de sordos es grande en el mundo. Si se observa con atención, en el área de influencia de cualquier iglesia, seguramente existen personas con estas características. Es preciso orar por esta necesidad y dedicar tiempo al estudio de la lengua de señas y de la cultura de la comunidad sorda. Es muy importante que los sordos sepan que la iglesia se preocupa y se “ocupa” por ellos y que quieren compartir el evangelio de Jesucristo por la salvación de sus almas.

Por este motivo, el método del intérprete en lengua de señas aunque sea el más simple constituye un avance o un buen comienzo para aquellas iglesias que el Señor les ha enviado sordos e hipoacúsicos y/o ven la necesidad de trabajar con ellos. Intérprete en lengua de señas, más reunión específica para sordos: Esta forma de trabajo consiste en sumar a la propuesta anteriormente desarrollada, una reunión donde se comparta la Palabra de Dios en lengua de señas para el grupo de sordos de forma especial. Adaptando los conceptos que encontramos en la Biblia a una exposición clara para el sordo. Cuando decimos “clara” no necesariamente significa bajar el nivel de la enseñanza, sino apoyar la misma con imágenes, pizarras, dramatizaciones, ilustraciones, ejemplos y por supuesto en lengua de señas, favoreciendo de este modo la participación del sordo por medio de preguntas, técnicas dinámicas y comunicación recíproca, indagando así el nivel de comprensión de la audiencia. Así alcanzamos con la ayuda del Espíritu Santo un crecimiento en el conocimiento del Señor. El beneficio de este método radica en que el sordo encuentre además del culto general, un ámbito especialmente preparado para su edificación espiritual. Por consiguiente este espacio deberá contar con obreros preparados para este ministerio con una base bíblica importante y recursos avanzados en lengua de señas. Si bien este método presenta un avance con respecto al anterior, es necesario reconocer que también demanda un compromiso profundo o podría decirse que estamos hablando de un llamado especifico. Una observación pertinente para aquellos que recurran a esta forma de trabajo es que: en la medida que el grupo de sordos crezca según los designios del Señor, el pastor debería aprender a comunicarse con ellos. Según la experiencia de algunos ministerios que han trabajado de esta forma, resulta difícil pastorear a las ovejas si no hablan el mismo idioma. Ministerio o departamento a los sordos. Aquí ya nos encontramos ante un método más específico que los expresados anteriormente. Para la organización de un departamento, existe suficiente material bibliográfico de consulta en las bibliotecas de seminarios e iglesias. Además de experiencias concretas de conformación de departamentos en otras áreas ministeriales como jóvenes, escuela dominical, música, etc. No es el objetivo de este artículo explicar las implicancias de los departamentos como forma de organización de la iglesia. Lo importante es destacar que en el caso de una iglesia guiada por el Espíritu Santo a conformar un departamento o ministerio a los sordos es fundamental invertir tiempo en la preparación de los líderes que tomarán la responsabilidad de pastorear a sordos. Quizás parezca una redundancia y algo que podría darse por entendido, pero hay que ser cuidadoso en no privilegiar la formación en lengua de señas antes que la formación espiritual, bíblica y de carácter cristiano. Es posible que con la llegada de sordos a la iglesia también asistan familiares y amigos, lo cual constituye una gran bendición. Con esto es posible pensar que algunos de ellos podría en un futuro ser un líder para el grupo de sordos, ya que conocen las señas con detalle, pero aquí es donde debemos considerar seriamente la madurez espiritual de dichas personas. Eventualmente pueden aprender rápido, pero la madurez; la da el Señor. Una buena observación es pensar en una implementación paulatina de los métodos mencionados hasta llegar a la conformación de un departamento a los sordos. También es posible comenzar directamente por este método, es el caso de los misioneros o pastores llamados por Dios a los sordos, que comienzan a trabajar paralelamente con una iglesia de oyentes.

Como todo departamento, es solo una forma de organización de la iglesia. No significa que es una iglesia aparte o independiente, sino un ministerio más. Por consiguiente es necesaria la participación en las actividades donde la iglesia se reúne toda. Allí se dispondrá de un intérprete tanto en lengua de señas como interpretes de voz, según como se organizaren las actividades conjuntas. Iglesia integrada: Este método es él mas completo de todos. Como trata de expresar el concepto “integración” que hace referencia a la unificación de sordos y oyentes en todas las actividades, ya sea en la adoración, la predicación, la alabanza, la enseñanza, etc. Usualmente en estas iglesias se alternan predicadores sordos y oyentes, y/o predicadores oyentes que a la vez pueden utilizar la lengua de señas. La organización de la iglesia no presenta características especiales. Lo interesante de esta forma de trabajo es que todos en la iglesia se preocupan por integrarse, los oyentes aprendiendo a comunicarse con señas y los sordos participando a la par de los oyentes en todo el servicio al Señor. Las iglesias con estas características organizan cursos de lengua de señas para oyentes que necesitan aprender o mejorar su comunicación. Entrenan intérpretes tanto en señas, como en voz. Producen material específico para la integración de los miembros, conformándose a las necesidades espirituales en general. Simultáneamente se implementan discipulados orientados a ayudar en las necesidades individuales de sordos y oyentes. Estimados hermanos en Cristo es mi deseo al escribir este artículo: animar, a todos aquellos que lo lean, a hacer algo por la salvación de los sordos. Momento de Decisión

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