MEJÍA, BENNARD Y NOSOTROS ANTE LA CRUZ DE CRISTO Timoteo Anderson Usado con permiso
El borracho del pueblo cayó gritando en pánico, pues se sentía perseguido por el diablo, condenado eternamente y sin esperanza. Después, Raúl Mejía González describió su espeluznante experiencia como “la hiel del dolor” que se cambió en calma y esperanza, fruto de la conversión. Él escribió en su canto de testimonio: “A mis pies el infierno se abrió, y clamé con el alma a Jesús; y al instante la escena cambió en la hermosa visión de la cruz”. ¿Hermosa visión? Nos conmueve a lágrimas la pasión y muerte del salvador, la soledad del abandono y el rechazo, su padecimiento sin culpa, el máximo sufrimiento durante horas. Pero al meditar en los propósitos divinos y los resultados sublimes, sí, es una hermosa visión, aunque ese término pareciera contradictorio. Al pie de la cruz clamamos junto con Raúl Mejía y todo hijo de Dios: ¡maravilloso es el amor de Dios; perfecto el perdón recibido por la sangre derramada del salvador; gloriosa la paz al gozar de vida eterna! Es el hermoso mensaje de la cruz de Jesús. Esa hermosura que se encuentra en el cruel “emblema de afrenta y dolor” también fue captada por Jorge (George) Bennard, un evangelista de renombre, cuando pasaba por un tiempo de duro dolor. La prueba lo impulsó a pasar horas en oración y en la Palabra de Dios. Al considerar la profundidad de Juan 3:16, reconoció en la cruz la verdad central del evangelio, y quedó impactado por el sacrificio de Jesucristo en nuestro lugar. Vertió sus pensamientos en una poesía titulada en español: “En el monte Calvario” (trad. S.D. Athans). “Esa cruz”, decía Jorge, “significa mucho más que un adorno o símbolo”. Con el corazón afligido por circunstancias adversas, Bennard se refugió en Cristo, comprendiendo las palabras de Filipenses 3:10: “A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte”. En medio de la tribulación, una melodía de adoración vino a su mente para acompañar las palabras de su poesía. Es la misma melodía que seis años después el poeta guatemalteco, Raúl Mejía, usó para acompañar su testimonio en “La hermosa visión de la cruz”. Nos unimos con nuestros hermanos en Cristo, Raúl y Jorge, cantando para rendir honor a nuestro salvador resucitado y victorioso, recordando su muerte por nosotros en la cruz.
“En el monte Calvario”
“La hermosa visión de la cruz”
1. En el monte Calvario se vio una cruz, Emblema de afrenta y dolor. Y yo aprecio esa cruz, do murió mi Jesús Por salvar al más vil pecador.
1. Largos años vagué por el valle del mal, Sin consuelo, sin fe, sin amor; Y la sombra fatal de la senda que hollé Puso en mi alma la hiel del dolor.
Coro: ¡Cuánto estimo la cruz de Jesús! En sus triunfos mi gloria será. Y algún día en vez de una cruz, Mi corona Jesús me dará.
Coro: A mis pies el infierno se abrió, Y clamé con el alma a Jesús; Y al instante la escena cambió En la hermosa visión de la cruz.
2. En la cruz do su sangre Jesús derramó, Hermosura contemplo en visión, Pues en ella el Cordero inmolado murió Para darme pureza y perdón.
2. Desde entonces, por él, ya no soy lo que fui, Una sombra sin Dios y sin ley; Mi existencia le di, y le quiero ser fiel; Me constriñe el amor de mi Rey.
3. Seguiré a Jesús, tomaré hoy mi cruz, Los desprecios con él sufriré; Y algún día feliz, con los santos en luz, Para siempre su gloria tendré.
3. Peregrino que vais por el valle del mal, Vuestra senda sólo es de dolor; Esa carga fatal que en el alma lleváis, Ven y ponla a los pies del Señor.
LETRA y MÚSICA: George Bennard, 1913, trad. S.D. Athans
LETRA: Raúl Mejía González, 1919, alt. MUSICA: George Bennard, 1913.
“En el monte Calvario” CSG #325, HB #100, LLB #56, GD #258, GT #308, ElH #378, Himnos Majestuosos #241, Mil Voces #142, Himnario Internacional #19, Sólo a Dios la Gloria #153 “La hermosa visión de la cruz”
CSG #326
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