1929-2013 Manuel García Ferré.

29 mar. 2013 - Anteojito, Antifaz, Pichichus, Calcu- lín, Oaky, Gold Silver, el Comisario de Trulalá, El Boxitracio, el
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BUENOS AIRES

| Viernes 29 de marzo de 2013

Generoso leGado de diversión y ternura Estos son algunos de los personajes entrañables que marcaron a varias generaciones de argentinos, desde la TV, el cine y sus clásicas revistas

Neurus El irritable villano que hacía resonar su “¡Eres un retonto!”

MaNueLita Un éxito jamás superado en su carrera: 2.200.000 espectadores

oaky “¡Tiros, líos y cosha golda!”: hijo de Gold Silver, amigo de Hijitus

Larguirucho El personaje más tierno, figura central del último film

suPer hijitus El gran héroe de Trulalá, surgido de un “sombreritus”

Petete Pasó por el cine y fue la cara de un proyecto gráfico y didáctico

sociedad Edición de hoy a cargo de javier Navia | www.lanacion.com/sociedad

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cultura | la muerte de un artista único

Recuerdos guardados desde la infancia opinión Pablo Gorlero LA NACION

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García Ferré con dos de los personajes más populares de su inmensa galería de creaciones: Larguirucho e Hijitus

1929-2013

Manuel García Ferré. Con sus grandes personajes dibujó los sueños de varias generaciones de chicos Marcelo Stiletano LA NACION

Manuel García Ferré, el incansable creador de personajes animados que dejaron una huella indeleble en varias generaciones de argentinos, falleció ayer por la mañana en el Hospital Alemán, de esta capital, en medio de complicaciones derivadas de una operación cardíaca. Tenía 83 años y soñaba con nuevos proyectos después de su último trabajo cinematográfico, Soledad y Larguirucho, en el que se había lanzado por primera vez a experimentar con la mezcla entre animación y personajes de carne y hueso, con magros resultados artísticos y de boletería. Esa despedida del cine no se pareció en nada al emocionado adiós que le tributaron ayer grandes figuras de varias generaciones, que vivieron de chicos buena parte de sus experiencias de diversión y aprendizaje de la mano de los grandes personajes de García Ferré. Si algo caracterizó su larguísima carrera de casi seis dé-

cadas fue la impresionante empatía entre esa galería de creaciones (amplísima en cantidad y diversidad) y los chicos. Algunos de ellos, como Hijitus y Larguirucho, todavía pueden disfrutarse con una sonrisa en eternas reposiciones televisivas y una presentación coloreada que no hizo más que enriquecer sus notables orígenes en blanco y negro. De hecho, fue el primer dibujo animado la historia de nuestra TV. García Ferré fue un pionero, pero siempre estuvo atento a la evolución técnica de su oficio. Asimiló con astucia y laboriosa creatividad las distintas etapas de un camino que había iniciado cuando recorría redacciones y agencias de publicidad con una carpeta de dibujos en busca de una oportunidad. Por entonces era un veinteañero artista gráfico que había pasado por la Facultad de Arquitectura de la UBA y hacía tareas publicitarias free lance. Había nacido en Almería el 8 de octubre de 1929, y cuando tenía 17 años su familia se trasladó a Buenos Aires

para tomar distancia definitiva de un doloroso escenario de posguerra. “Mis personajes tienen un fin didáctico o moralizador porque expresan ternura y sabiduría en lugar de violencia o expresiones de mal gusto. Creo que haber sufrido la Guerra Civil Española hizo surgir en mí la idea de buscar personajes que fueran símbolos de comprensión y paz”, confesaría mucho después. Con el tiempo, esa intención se manifestó de varias formas. Desde que la primera creación con su firma, un pajarito llamado Pi-Pío, llegó a las páginas de Billiken en 1952, destinó todos sus esfuerzos y su imaginación a los chicos. Primero lo hizo a través del humor gráfico desde múltiples facetas. Más tarde, aprovechando con rapidez y perspicacia las posibilidades extraordinarias que ofrecía la televisión. Lo mejor de García Ferré estuvo en el papel. Al frente de Anteojito (la revista que creó y dirigió durante 30 años con el nombre de su personaje insignia), propuso una mezcla

siempre creativa y eficaz de entretenimiento y propuestas didácticas. La publicación, además, fue la primera en entregar obsequios, separatas, opcionales y material coleccionable, imponiendo un modelo que se extendió hasta nuestros días. De a poco se puso al frente de un vasto equipo de dibujantes, guionistas, diseñadores y creadores, a los que siempre alentó a conservar la tradición del dibujo a mano y las técnicas artesanales. Producciones García Ferré se convirtió con el tiempo en una gran usina de producción animada, en la que el lápiz y el diseño por computadora lograron convivir armoniosamente. De esas largas décadas de trabajo y de la creatividad de su mentor surgió una galería que, por su amplitud, no tiene parangón en la historia de la animación argentina. Una gran familia instalada en escenarios imaginarios (Villa Leoncio, Trulalá) en la que coexistieron buenos (Hijitus, Anteojito, Antifaz, Pichichus, Calculín, Oaky, Gold Silver, el Comisario

mariana araujo/archivo

de Trulalá, El Boxitracio, el Dragón Cantor, Kechum, el Hada Patricia, Manuelo) y malos (Neurus, Pucho, Serrucho, la bruja Cachavacha, Bodegga y Rapiño, Ruin el Servil, Gutiérrez, Raimundo, Dedo Negro, Ratonius Ratus, Granhampa). A ellos García Ferré fue sumando otras creaciones que, en algún caso, como Petete (con su Libro Gordo) se concibieron como auxiliares para las tareas escolares. Un camino que más tarde se extendió a otros valiosos proyectos editoriales, como la exitosa revista de divulgación científica Muy Interesante. Otros (Trapito, Ico, Pantriste) llegaron directamente a la pantalla grande a través de películas que buscaron potenciar los valores pregonados por su creador, aunque casi siempre con dosis excesivas de sentimentalismo. La cumbre de esa tendencia fue su colaboración con María Elena Walsh para llevar al cine las andanzas de la tortuga Manuelita. La película, vista por casi dos millones y medio de personas en 1999, fue elegida para representar ese año a la Argentina en la carrera por el Oscar. Una decisión tan cuestionada en su momento que llegó a forzar cambios decisivos en el procedimiento utilizado hasta entonces. En sus últimos años, García Ferré encontró más reconocimientos y homenajes que posibilidades genuinas para desarrollar nuevos proyectos. Prefería conservar los valores de siempre y emocionarse cada vez que alguien le contaba que a través de sus personajes podía regresar a la mejor etapa de su vida. Quienes hoy lo despiden, enternecidos, por un momento han vuelto a la infancia. ß

o voy a extrañar. Creó a muchos de los personajes que me acompañaron en mi niñez en juegos, películas, fantasía. Vi Petete y Trapito decenas de veces; hasta el día de hoy puedo recordar todas las canciones del disco de El mundo de Calculín; los cortos de Las aventuras de Hijitus acompañaron cientos de desayunos; derramé lágrimas de emoción a los 5 años con Mil intentos y un invento; mis despertares en los domingos transcurrían con El club de Hijitus; aprendí muchísimo con Petete; la revista Anteojito, que me regalaban mis viejos, apoyó en forma marcada mi educación escolar, y dormí mucho tiempo con un muñeco de Trapito. Conocí personalmente a don Manuel García Ferré hace varios años, en una entrevista para Diario Popular, y me reencontré con él hace siete años, también en el marco de una entrevista. La fotógrafa (Mariana Araujo), el camarógrafo que filmó para la versión online del diario y yo nos quedamos horas charlando con él. Sacó de un armario al Petete original, a Hijitus, al Patriarca de los Pájaros... seres de gomaespuma que fabricó él mismo. Luego, hablamos varias veces por teléfono y siempre le prometí que nos sentaríamos durante horas a charlar para escribir su biografía. No cumplí. Pero donde don Manuel esté sabrá que soy uno de esos chicos a los que les hizo bien, que lo recordarán por siempre y que eternamente, desde lo más espiritual, dormirán abrazados a alguno de sus personajes. Fufú y chucuchucuchucu.ß

Repercusiones en Twitter @juancampanella: Falleció García Ferré. Nos quedamos con las ganas de invitarlo al estreno de Metegol y ovacionarlo de pie. Gracias, maestro. @chichegok: Lamento muchísimo la muerte de Manuel García Ferré. Fue grande como profesional y como hombre. Le debemos Anteojito, Larguirucho, Hijitus. @matiasmartin: Todos somos García Ferré! Un gusto haberlo conocido y entrevistado. @martinbossi: Adiós a un grande de la cultura popular, Manuel García Ferré! Gracias por tantas tardes de compañía!! @sole_pastorutti: Adiós a la sonrisa pícara que nos enseñó que siempre se es un niño. Vamos a extrañarte mucho. Gracias por regalarme la ilusión de tu mundo. @ericagarcia11: García Ferré es nuestro Walt Disney, díganlo. @nikgaturro: Se fue Manuel García Ferré, el primero en darme la oportunidad de publicar mis dibujos. Un genio. Gracias maestro!!